Venezuela ha desarrollado una economía social y endógena con empresas socialistas dominadas por la propiedad y gestión colectivas. Estas empresas buscan beneficiar no solo a los productores sino también al desarrollo del país, y pueden incluir organizaciones comunales. La propiedad social de los recursos pretende minimizar la desigualdad al compartir la propiedad de tierras e igualar los beneficios, aunque implica que los ciudadanos ejerzan control directo. Mientras algunos argumentan que ayuda a quienes no tienen recursos, otros ven desventajas a