Durante los siglos XIV-XVI en Europa, hubo una acumulación y concentración de capital en manos de una nueva clase comerciante y manufacturera en Inglaterra. Esto llevó a la inversión de capital en la fabricación de productos y el surgimiento de nuevas formas de producción como la manufactura, donde los empresarios controlaban el proceso productivo y pagaban salarios a los trabajadores por su tiempo de trabajo. La división del trabajo y la especialización aumentaron la productividad y redujeron los precios, impulsando el desarrol