El sistema educativo finlandés no tiene fracaso escolar. Los maestros son muy respetados y los niños aprenden a leer y escribir a los 7 años de edad. No hay evaluaciones para los estudiantes, y los maestros buscan estrategias para enseñar sin presionar. El gobierno apoya a los maestros y escuelas con recursos pedagógicos de calidad para que el aprendizaje sea efectivo.