Durante la Edad Media, el arte debía rechazar la representación naturalista y enfocarse en extraer las verdades ocultas detrás de las formas. El estilo románico se basaba más en la inteligencia humana que en copiar la naturaleza. Su arquitectura usaba figuras geométricas simples como cuadrados y círculos ordenados para transmitir igualdad y armonía. La escultura románica se subordinaba a la arquitectura y también seguía un enfoque racional y lógico. Uno de sus principios