El documento describe las cinco fases de un programa de bioseguridad: 1) Preparación, que involucra la identificación y diagnóstico del problema; 2) Planificación, que define los objetivos, estrategias, actividades y recursos para abordar el problema; 3) Ejecución, que implementa el plan; 4) Evaluación, que mide la efectividad de las acciones; y 5) Vigilancia, que monitorea el problema de forma continua para detectar cambios.