El documento discute la importancia de la educación moral y los valores en el proceso educativo. Argumenta que la educación implica necesariamente la transmisión de valores y juicios. Propone que una educación moral debería reconocer a los estudiantes como sujetos de derechos y necesidades, y estar fundamentada en el diálogo, la realización humana y la autoestima. También enfatiza que los docentes juegan un papel moral al educar en valores a través de su práctica cotidiana.