2. EVANGELIZADOR CON ESPÍRITU
Se abre sin temor a la acción del Espíritu Santo
Sale de sí mismo y se convierte en anunciador
de las grandezas de Dios
Tiene la fuerza para anunciar la novedad del
Evangelio con audacia (parresía)
Anuncia la Buena Nueva con la vida y con la
palabra
Ora y trabaja
3. Espiritualidad que transforme el corazón, que de
sentido cristiano al compromiso y a la actividad
“Pulmón de la oración”, para que:
Las tareas apostólicas tengan sentido
No nos debilitemos por el cansancio y las dificultades
El fervor no se apague
Riesgo: Que algunos momentos de oración se
conviertan en excusa para no entregar la vida por
la misión
4. ENCUENTRO PERSONAL CON
JESUCRISTO
Primera motivación para
evangelizar: El amor de Jesús
que hemos recibido, la
experiencia de ser salvados
por Él que nos mueve a
amarlo siempre más
“¿Qué amor es ese que no
siente la necesidad de hablar
del ser amado, de mostrarlo,
de hacerlo conocer?”
5. Si no sentimos el deseo de comunicarlo …
Ora y pídele a Él que vuelva a cautivarte
Pide su gracia para que abra el corazón frío y
sacuda la vida tibia y superficial
Deja que Él te contemple y reconoce su mirada
de amor
Contémplalo con amor
Léelo con amor
6. REDESCUBRIRÁS:
Somos depositarios de un bien que ayuda a
llevar una vida nueva
No hay nada mejor para transmitir a los demás
que Jesús
Hemos sido creados para: la amistad con Jesús
y el amor fraterno
La humanidad, espera conocer la verdad de
Dios, del hombre, el camino que lleva a la
liberación del pecado y la muerte
Entusiasmo por anunciar a Cristo y dar
respuesta a la esperanza del hombre
7. ENTUSIASMO EVANGELIZADOR:
Tenemos un tesoro de vida y de amor
No engaña, no manipula, ni desilusiona
Es una respuesta que sostiene y eleva al hombre
Verdad que no pasa de moda
Penetra donde nada mas puede llegar
Cura la tristeza infinita del hombre
8. ¿POR QUÉ EVANGELIZAMOS?
No es lo mismo haber conocido a Jesús que no
conocerlo
No es lo mismo caminar con Él que caminar a tientas
No es lo mismo poder escuchar su Palabra que
ignorarlo
No es lo mismo poder contemplarlo, adorarlo,
descansar en Él, que no poder hacerlo
No es lo mismo tratar de construir el mundo con su
Evangelio que hacerlo solo con la propia razón
“La vida con Él es mas plena, con Él es más fácil encontrarle sentido
a todo”
9. VERDADERO MISIONERO
Nunca deja de ser discípulo
Sabe que Jesús camina con él, habla con él,
respira con él, trabaja con él
Percibe a Jesús vivo con él en medio de la tarea
misionera
Lo descubre presente en el corazón de la
entrega misionera
“Una persona que no está convencida,
entusiasmada, segura, enamorada, no
convence a nadie”
10. VERDADERO MISIONERO
Unido a Jesús, busca lo que Él busca, ama lo que Él
ama
Busca la gloria del Padre, Jesús nos ha dicho: “La
gloria de mi Padre consiste en que deis fruto
abundante” (Jn 15, 8)
Evangeliza para la mayor gloria del Padre que nos
ama
11. GUSTO ESPIRITUAL DE SER PUEBLO
DE DIOS
“Ustedes que en otro tiempo no eran pueblo y que
ahora son Pueblo de Dios” (1 Pe 2, 10)
Estar cerca de la vida de las personas es fuente de
gozo superior
Misión: pasión por Jesús y pasión por su pueblo
Somos instrumentos de Jesús para llegar cada vez
mas cerca de su pueblo
Nos toma de en medio del pueblo y nos envía al
pueblo
12. DESEO DE INTEGRACIÓN
Compartimos la vida con todos
Escuchamos sus inquietudes
Colaboramos material y espiritualmente con
ellos en sus necesidades
Nos alegramos con los que están alegres
Lloramos con los que lloran
Nos comprometemos en la construcción de
un nuevo mundo, codo a codo con los
demás
Opción personal que nos llena de alegría y
nos otorga identidad
13. ESTAR UNIDOS A LAS LLAGAS DE
CRISTO
Con dulzura y respeto (1 Pe 3, 16)
En paz con todos los hombres (Rm 12, 18)
Vencer el mal con el bien (Rm 12, 21)
Sin cansarnos de hacer el bien (Ga 6, 9)
Considerando a los demás como superiores a
uno mismo (Flp 2, 3)
14. COMUNIÓN CON LOS HERMANOS
Nos capacita para descubrir algo nuevo de Dios
Nos ilumina más la fe para reconocer a Dios
Crecemos en la vida espiritual
Nos hace más sensibles para reconocer la acción
del Espíritu
Nos hacemos manantial que desborda y refresca
a los demás
“Hay más alegría en dar que en recibir”
(Hch 20, 35)
15. LLAMADOS A:
Iluminar
Bendecir
Vivificar
Levantar
Sanar
Liberar
“Si logro ayudar a una sola persona a vivir mejor,
eso ya justifica la entrega de mi vida” EG 274
16. DIFICULTADES
Creer que nada puede cambiar y por lo tanto es
inútil esforzarse
Encerrados en la comodidad, flojera, tristeza
insatisfecha, vacío egoísta
No olvidar:
Cristo ha triunfado sobre el pecado y la muerte
y está lleno de poder
“Si Cristo no resucitó, nuestra predicación está
vacía” (1 Co 15, 14)
17. DIFICULTADES
Experiencia del fracaso
Frutos reducidos
Cambios lentos
Tentación de cansarse
El corazón se cansa de luchar porque se busca así mismo en una
sed de reconocimientos, aplausos, premios
No olvidar:
La fe es creerle a Él, creer que es verdad que nos ama, que vive,
que es capaz de intervenir misteriosamente, que no nos
abandona, que saca bien del mal con su poder y con su infinita
creatividad.
Dios puede actuar en cualquier circunstancia, en medio de
aparentes fracasos, porque “llevamos este tesoro en recipientes
de barro”
Que quien se ofrece y se entrega a Dios por amor será fecundo
18. No olvidar:
Su vida dará frutos, pero sin pretender saber
cómo, ni dónde, ni cuándo
No se pierde ninguno de los trabajos realizados
con amor, no se pierde ninguna de las
preocupaciones sinceras por los demás, no se
pierde ningún acto de amor a Dios, no se pierde
ningún cansancio generoso, no se pierde
ninguna dolorosa paciencia
El Señor toma nuestra entrega para derramar
bendiciones en otro lugar del mundo donde
nunca iremos
El Espíritu Santo obra como quiere, cuando
quiere y dónde quiere, nos entregamos, pero
sin ver resultados llamativos
19. Sólo sabemos que nuestra entrega es necesaria
Aprendamos a descansar en los brazos del
Padre en medio de nuestra entrega
Dejar que Él haga fecundos nuestros esfuerzos
como a Él le parezca
Tener una decidida confianza en el Espíritu
Santo porque él viene en ayuda de nuestra
debilidad
“No hay mayor libertad que la de dejarse llevar por el
Espíritu, renunciar a calcularlo todo, y permitir que
Él nos ilumine, nos guíe, nos oriente, nos impulse
hacía donde Él quiera”
EG 280