SlideShare una empresa de Scribd logo
Universidad Nacional de Misiones 
Facultad de Humanidades y Ciencias Sociales 
Carrera: Profesorado y Licenciatura en Letras 
Cátedra: Literatura española I 
Profesoras: Borowski, Haydee 
Lemes, Karina 
Trabajo Práctico: Informe 
Título: “Feudalismo, vida privada en la Aristocracia francesa” 
- Posadas, 24 de Abril de 2014 -
2 
GRUPO Nº 2: “OPULENCIA” 
CONSIGNAS: 
-Relaciones de poder en las grandes familias feudales. 
-Usos y ritos de la sociabilidad feudal. 
-Los monasterios, modelo de lo privado. 
-La disposición de lo privado: 1) Las mansiones laicas, 2) La sociedad doméstica 
-Las amenazas contra el orden establecido: 1) Las mujeres y 2) los muertos. 
Elegir un nombre para el grupo y una imagen representativa, fundamentar esa elección. 
BIBLIOGRAFÍA: 
Ariès y Duby, “La vida privada en las familias aristocráticas de la Francia feudal” en Historia 
de la vida privada. Buenos Aires, ed. Taurus. Pags. 49 a 95
FEUDALISMO. VIDA PRIVADA EN LA ARISTOCRACIA FRANCESA 
El informe que se presenta a continuación pretende dar una pequeña recorrida por la 
vida aristocrática de las familias feudales, particularmente en los siglos XI y XII, del norte de 
Francia. Dicha restricción está dada a partir del hecho de que la bibliografía base con que 
nos manejamos realiza el mismo recorte, tomando en cuenta que los trabajos investigativos 
respecto al tema son escasos y que la mayoría de las pesquisas se han hecho en el 
mencionado país. 
El punto de partida para adentrarnos en el ámbito privado de la sociedad 
aristocrática, en su funcionamiento y formas de vida, será el conocimiento de los 
monasterios tanto en lo que refiere a arquitectura como a usos cotidianos. Sobre la 
convivialidad monástica y las construcciones de los conventos hay mayor cantidad de 
vestigios que los que se han encontrado de las familias feudales, por ello parece útil estudiar 
en principio estos lugares eclesiásticos, modelo de toda la vida nobiliaria. 
Se proseguirá luego a la descripción de las mansiones laicas en cuanto a estructura 
arquitectónica, se explicará la división de la casa y la forma común en que era construida. 
Se pasará después a la explicación del funcionamiento interno de la familia, las jerarquías, 
los integrantes, los distintos grados de poder entre los miembros y las diferentes 
costumbres que mantenían en la cotidianidad. Finalmente se hará referencia a dos 
personajes vistos como una amenaza para el orden y la paz del hogar: las mujeres y los 
muertos. 
LOS MONASTERIOS, MODELO DE LO PRIVADO 
Durante la Edad Media los monasterios se transformaron en pequeñas ciudades 
cerradas, con acceso restringido a su interior y con la única puerta de entrada fuertemente 
custodiada. Pretendían ser la réplica terrenal de los sueños paradisíacos que habitaban en 
el imaginario de los hombres religiosos, mansiones con grandes muros y arcadas 
organizadas a partir de proyectos de extrema perfección (la regla de San Benito retomada 
por la orden de Cluny e impuesta en la Edad media como la más importante de Europa). La 
aristocracia laica tomaba como modelo a seguir en su vida privada el funcionamiento de 
estas comunidades tanto en lo que respecta al orden, a las jerarquías, a los ritos y los usos, 
como al plano de lo arquitectónico. 
La congregación cenobítica se organizaba en torno a la persona del abad que a partir 
de mediados del siglo XI dejó de estar aislado de los demás monjes y se reintegró en medio 
de ellos (durante la dirigencia del abad Odilón de Cluny). Anteriormente contaba con un sitio 
donde recluirse pero había ahora cierto temor al aislamiento, y la vida privada necesitaba 
desarrollarse en compañía de otros. A pesar de esto aún se daban signos de respeto y 
cortesía hacia el jefe de la gran familia, que era en efecto el amo: cuando pasaba todos se 
inclinaban ante él; si deseaba desplazarse en medio de la noche por el convento, dirigirse a 
la Iglesia o sala capitular, iba acompañado por uno de sus hijos que llevaba delante una luz 
encendida; en la mesa también se lo diferenciaba del resto al servirle alimento y vino de 
mejor calidad; asimismo al regresar de un viaje, la comunidad se preparaba debidamente 
para recibirlo y el abad realizaba el rito de la acogida paterna abrazando uno tras otro a los 
monjes para luego continuar con el rito de la comida festiva en el que se servía un plato 
suplementario en el refectorio (Cf. Ariès y Duby, 1992, 60). 
3
Luego del abad (jefe), en nivel contiguo se encontraban sus hijos, los monjes -todos 
ellos iguales en jerarquía, hermanos fraternos- formando una gran familia. El ámbito privado 
estaba compuesto además por el noviciado, se trataba de jóvenes que deseaban ser parte 
de la vida monacal para lo cual debían llevar a cabo un aprendizaje y retirarse 
espiritualmente realizando una clausura interior que los condujera a un renacimiento. Los 
enfermos también eran parte de la fraternidad cenobítica pero se los consideraba un grupo 
afectado por la marca del pecado y es por ello que debían alejarse por un tiempo de los 
demás, para purificarse mediante penitencia y otras prácticas (lavado de pies, régimen 
alimentario diferente, etc.). Asimismo, los difuntos eran tomados como miembros de la 
comunidad, ya que en el aniversario de su muerte se ofrecía en el refectorio una ración 
suplementaria de comida, entendiendo que los fallecidos participaban de ella junto a sus 
hermanos vivos y compartían nuevamente esta vida carnal. 
El abad era quien tenía soberanía sobre la sociedad doméstica entera, pero estaban 
también los seniores, un cuerpo intermedio que lo ayudaba a gobernar. Se encontraban 
además el jefe de servicio y los oficiales. El prior era la “mano derecha” del abad y lo 
representaba en caso de estar ausente; tenía bajo su responsabilidad a los domésticos 
encargados de los cuatro sectores (la Iglesia, la cámara, la despensa y la hospedería). El 
sacristán era quien debía abrir y cerrar la Iglesia a las horas convenidas, y cuidar los 
accesorios sagrados y de uso litúrgico. El camarero se ocupaba de la cámara, del dinero u 
otras cosas de valor que allí se guardaban, también renovaba el vestuario de los monjes y el 
atavío de sus lechos, cambiaba las herraduras a los caballos, proporcionaba las navajas de 
afeitar y tenía a su cargo el alumbrado excepto el de la Iglesia. El despensero, dueño de la 
bodega, asumía lo respectivo a los víveres y repartía cada día las porciones de comida con 
la colaboración del encargado del vino, el encargado del granero (este último repartía la 
harina, el agua y se encargaba del lavado de ropas) y del condestable (encargado de la 
caballería). El hostelero y el limosnero se ocupaban de las relaciones con la gente de afuera 
que llegaba al monasterio; el primero alojaba a los viajeros de calidad procedentes del 
mismo medio social que los monjes; el segundo acogía a los pobres, repartía las sobras 
entre los indigentes y visitaba a los hombres enfermos. El espacio privado era 
constantemente franqueado por los extranjeros, quienes convivían por un tiempo con los 
habitantes permanentes (al ingresar al convento debían permanecer en penitencia) pero 
que, sin embargo, era segregados de los ámbitos familiares del mismo modo que lo eran los 
sirvientes domésticos (comían apartados y se les servía un pan más negro). 
Los monasterios se encontraban distribuidos espacialmente de manera tal que esa 
organización reflejaba la jerarquía eclesiástica. En el centro estaba la Iglesia, lugar de Dios, 
donde toda la comunidad se reunía para alabarlo con cantos angelicales. A su derecha la 
vivienda del abad, que contaba con una casa con cocina, bodega y baños propios. A la 
izquierda del Padre celestial se ubicaban los monjes, quienes se reunían en el refectorio 
donde les servían alimentos, celebraban la unidad fraternal y tenían momentos para la 
lectura y la reflexión de la palabra Santa. El dormitorio de los religiosos se encontraba en el 
piso superior, allí estaba prohibido el aislamiento pero cada uno tenía su propio lecho 
(rondaba el temor a las tentaciones homosexuales). Los novicios y los enfermos tenían 
habitaciones alejadas del resto ya que eran considerados la parte más vulnerable de la 
comunidad que debía ser aislada en tanto continuase en esa condición. El cementerio, por 
su parte, se hallaba hacia el este donde sale el sol como un símbolo de resurrección. Los 
visitantes también tenían refugio en el monasterio; más cercano a la residencia del abad se 
encontraba el albergue para la gente distinguida y al lado de los monjes el de los pobres y 
4
peregrinos. El servicio doméstico contaba asimismo con una residencia propia. Los 
monasterios poseían además un claustro -patio interior- junto a la Iglesia y a continuación 
una sala capitular en la que cada día se reunían, aquellos que no estuvieran recluidos por 
algún motivo, para repasar un capítulo de la regla y para proceder a la disciplina de quienes 
estuviesen en falta (eran flagelados y separados de la comunidad por un tiempo). En las 
abadías se contaba también con un lugar para guardar los alimentos, una bodega, una 
cocina, baños y un patio. Había un sitio para la producción agrícola y artesana, huertas, 
graneros, caballerizas (un gusto especial por los caballos inundaba la vida monacal, el abad 
solo salía fuera del monasterio rodeado de un escuadrón), talleres y escuelas. Los 
monasterios eran verdaderas ciudades y –de acuerdo con la regla de San Benito-perseguían 
un ideal de autarquía y autosuficiencia a fin de desligarse del exterior, buscando 
medios propios de abastecimiento y supervivencia. 
5 
LA DISPOSICIÓN DE LO PRIVADO 
Las mansiones laicas 
Los datos que se tiene acerca de las mansiones de la aristocracia feudal son mucho 
menores que los que se han conseguido respecto a los monasterios, incluso las 
investigaciones no han podido encontrar más que algunos pocos vestigios de estas 
construcciones y de los muebles o decorados de su interior. 
En cuanto a la estructura arquitectónica de las casas, se sabe que estas se hallaban 
claramente divididas en dos sectores: la parte pública en la que se celebraban las fiestas -la 
sala- que contaba con enormes ventanas, luminarias y chimeneas y donde el dueño recibía 
a sus invitados con manjares deliciosos; luego la parte más privada que correspondía a las 
habitaciones de la familia y se encontraba aislada de lo público, lejos de la luz del día, del 
festín. Un texto biográfico del obispo Juan de Thérouanne da una aproximación al modo en 
que se edificaban estas mansiones, allí se explica que la costumbre era realizar la 
excavación de un foso y en el medio levantar -lo más alto posible- un montículo de tierra 
alrededor del cual se colocaba una empalizada de troncos de madera, e incluso si era 
posible también se le agregaban torres, luego en el centro -sobre la elevación- se construía 
la fortaleza que contaba con una única puerta de entrada a la cual solo se accedía a través 
de un puente (he aquí la analogía con el monasterio que poseía grandes muros y una sola 
puerta de entrada). Estas medidas pretendían crear un sistema defensivo ante posibles 
ataques e invasiones, es por ello que a partir del siglo XI los castillos comenzaron a 
construirse en piedra y ya no en madera como lo estaban los primeros edificios. 
Lamberto de Ardres, sacerdote y cronista francés, relató cómo era la fortaleza del 
señor de Ardres construida en el año 1120. Debido a que este castillo estaba fabricado en 
madera, hoy en día no queda de él rastro alguno. Constaba de tres pisos. La planta baja 
estaba destinada al mobiliario doméstico, allí se encontraban las bodegas y los graneros, los 
cofres, las tinajas, las cubas y las provisiones. En el primer piso había una habitación - 
equiparable a la sala capitular o refectorio de los monasterios- en la que se reunía toda la 
familia e incluso algunas veces las demás personas de la casa, allí se encontraban además 
los cuartos de servicio del panadero y el copero así como la gran cámara donde dormían el 
amo y su esposa; junto a ésta última se hallaban también los cuartos de las criadas y de los 
hijos y, en un sector más alejado de ella, un espacio en el que se encendía el fuego para 
calentar a los sirvientes o los niños y para efectuar las sangrías en caso de enfermedad. En
el mismo piso pero en un edificio separado (por temor a los incendios) estaba la cocina, 
dividida en dos niveles: el inferior para guardar los cerdos, las ocas, los patos u otras aves 
de corral; y el superior (en contacto con la sala) en el que vivían los cocineros y sus 
ayudantes, y donde además se preparaba la comida para el amo y para los demás 
sirvientes. En el tercer estrato de la casa se encontraban las cámaras altas, allí dormían 
obligatoriamente las hijas del señor en tanto que los hijos podían hacerlo cuando les 
apeteciese; estaban también en esta zona las garitas de los guardias en las que tomaban un 
descanso por turnos cuando estaban encargados de la custodia. En el último nivel, pero 
separadas de la casa, estaban la logia –lugar de esparcimiento y conversación- y la capilla a 
las cuales se accedía por medio de un corredor. La disposición en que se ordenaba la casa 
noble, al igual que la de los monasterios, nos da muestra de la importancia que se le 
concedía a cada espacio y a cada sector social (los alimentos en la planta más baja, la 
cámara señorial enorme y dominante, la separación entre amos y sirvientes, la capilla 
alejada del hogar). 
6 
La sociedad doméstica 
En las casas nobles con frecuencia el ámbito íntimo se veía irrumpido por personas 
extrañas o por amigos de la familia, incluso los límites entre lo público y lo privado eran 
difíciles de definir, ya que muchas veces uno y otro medio permutaban entre sí por algún 
período de tiempo -como en las épocas de combate en que los guerreros domésticos 
solicitaban el apoyo de otros hombres que no eran parte del entorno íntimo pero que ahora 
pasaban a serlo en tanto debiesen prepararse para la batalla. Así, la sociedad doméstica se 
constituía a la vez como semipública y semiprivada. 
Las personas que no poseían ningún vínculo -de sangre, ni emotivo- con el amo de 
la casa eran consideradas dentro del grupo de los extraños; las mansiones solían acoger a 
los pobres o gente de paso y recibían además a otros huéspedes en épocas de festejos 
religiosos (por ej. navidad). Quienes se relacionaban afectivamente con él y tenían libre 
acceso a la mansión correspondían a la categoría de amigos. El conjunto de los privados – 
bajo el mando y poder del jefe- se componía de los familiares que poseían la misma sangre 
y además de quienes se alojaban en la casa (por ej. los sirvientes) viviendo a expensas del 
dueño –provistos de vestido, alimento y calzado-, actuando todos ellos como miembros de 
una comunidad fraterna (del mismo modo que los monjes, guiados por el abad). A pesar de 
pertenecer todos a un mismo grupo se acentuaban las diferencias entre ellos: los que 
servían, que con frecuencia se alojaban en un burgo contiguo a la casa, debían comer en un 
lugar separado y se les convidaba un pan menos noble (del mismo modo que a los 
sirvientes de los monasterios); los amos, por su parte, en compañía de los clérigos y 
caballeros (servidores de mayor rango) comían en otro sitio. 
RELACIONES DE PODER EN LAS GRANDES FAMILIAS FEUDALES 
En el ámbito familiar, al igual que en el resto de los espacios, la aristocracia feudal se 
organizaba a partir de un orden de poderes jerárquicos. Quien poseía mayor potestad en la 
casa era el padre, un solo padre -de la misma manera que en el monasterio había un solo 
abad- y a él se sometían todos los demás miembros. Sin embargo la esposa, a pesar de 
estar bajo su dominación, participaba de su poder precisamente por el hecho de ser la 
pareja sexual legítima y, además, madre de los herederos. El jefe de la familia era el
responsable de prolongar su generación y crear un linaje que se expandiera lo más que 
fuese posible -lo privado tendía a multiplicarse-, por ello debía unirse necesariamente a una 
mujer. De este modo era la pareja conyugal la que quedaba en el centro de la red de 
poderes, pero solo un matrimonio podía habitar cada mansión por lo que los hijos que se 
casaban debían ser expulsados de ella para engendrar su propia descendencia. 
El señor feudal era considerado apto para ejercer la función pública, militar y civil. Su 
esposa se encargaba de dirigir “todo aquello que en la casa era femenino (…), reinaba 
sobre las reservas y controlaba todo cuanto entraba en la casa” (Ariès y Duby, 1992, 82). 
Además ambos eran ayudados por otros oficiales domésticos –los ministeriales- que 
poseían cada uno una función específica, se encargaban de un “menester” (igual que los 
domésticos del abad). Estos ayudantes eran las personas de mayor confianza del patrón y 
poseían derechos como miembros de la familia, comían a la mesa junto a su amo, dormían 
en la casa, eran provistos de vestidos y de un caballo -o de dos en el caso de ser 
caballeros- y además recibían un sobresueldo (“livrée”) para equiparse según necesitasen 
(Cf. Ariès y Duby, 1992, 83). Los ministeriales que se encargaban del servicio de armas 
debían estar al lado del señor feudal, eran sus compañeros de guerra y estaban obligados a 
defender su cuerpo en las expediciones militares. El cargo ministerial era un cargo 
honorífico, ya que situaba a estos colaboradores casi al nivel de su jefe y les concedía cierto 
poder como miembros de la nobleza, además ellos podían convertirse a su vez en amos y 
tener bajo su mando a otros oficiales menores. 
La jerarquización continuaba entre los oficiales domésticos. Los tres menesteres de 
mayor rango eran -en orden de nombramiento- el del gran senescal, el primer camarero y el 
copero. El senescal custodiaba los alimentos que se ponían en la mesa de los nobles y 
dirigía al primer servidor que se encargaba de presentar los platos –particularmente la 
carne- a su amo. Bajo la autoridad de este oficial menor se hallaban el comprador, el 
despensero, los tres cocineros que custodiaban las ollas, el conserje que controlaba los 
hogares de la casa encendidos, el portero que recibía a los huéspedes y el criado que servía 
el pan y la sal. El copero, por su parte, tenía control sobre el vino e indicaba cuándo se 
llevaba a la mesa; en posición menor se hallaba el encargado de conservar este vino y de 
servirlo en las copas. El panetero, que se situaba un nivel abajo, proporcionaba las hogazas 
(panes grandes) a sus señores y además tenía a su mando a un proveedor, a un panadero, 
a un responsable de las rebanadas y los canapés, y al hombre que colocaba estas 
rebanadas sobre las mesas. Por último, el tercer menester de mayor importancia era el del 
camarero mayor, encargado del servicio de cámara -sala más privada- y del manejo del 
dinero; tenía bajo su mando al camarero menor que supervisaba la habitación y los objetos 
de valor que se guardaban allí y además preparaba los lechos. El camarero menor también 
se encargaba de fabricar las velas para iluminar al señor, su esposa y el senescal mientras 
estaban sentados a la mesa. 
USOS Y RITOS DE LA SOCIABILIDAD FEUDAL 
Las familias feudales eran sumamente protocolares, practicaban ceremonias en 
todos los acontecimientos importantes y además tenían distintas costumbres arraigadas a 
su vida cotidiana. 
Cuando un hombre y una mujer contraían matrimonio se organizaba un festín 
desmesurado al cual asistía mucha gente, incluida la del ámbito público. El rito consistía en 
7
que la familia del novio esperara fuera del recinto a la novia quien iba escoltada por su 
propia parentela hasta la puerta y luego era guiada a la alcoba donde se la conducía, junto 
al cónyuge, hacia un lecho bendecido hallado en el centro de la habitación. El reciente 
matrimonio pasaba ahora a habitar una mansión nueva –no podían vivir junto a los padres 
de ninguno- y debía cumplir con el deber de engendrar un linaje legítimo; “la fecundidad 
conyugal constituía el fundamento del orden” (Ariès y Duby, 1992, 69). Era en la cámara - 
lugar más privado y protegido de la mansión- donde se llevaba a cabo la función 
procreadora, aquél lecho bendecido constituía la matriz del linaje, traía al mundo a los 
herederos. 
Al ser la procreación la función primordial de la pareja conyugal, era necesario que la 
esposa dejara de ocuparse de los niños para poder quedar embarazada nuevamente, por 
ello una nodriza tomaba a su cargo a los hijos hasta que alcanzaran la madurez más 
temprana; luego las niñas eran recluidas a un compartimento cerrado hasta el momento en 
que debían partir a la casa en que se convertirían en damas y futuras madres -traslado que 
se hacía en cortejo una tras otras-; los varones por su parte se alojaban “de paso” en una 
habitación abierta ya que se los dejaba libres al exterior para que encontraran a quien sería 
su esposa. Una tradición en las familias feudales era enviar a los hijos -luego de atravesada 
la infancia- a formarse a otra parte, se daba un intercambio ya que la casa se veía obligada, 
a su vez, a alojar a otros jóvenes para aleccionarlos en pautas de comportamiento cortés y 
valores. 
La acogida era otro uso feudal (hemos visto que ello también ocurría en los 
monasterios). La mansión, amurallada por todas partes, se encontraba paradójicamente 
abierta hacia el exterior. En primer lugar era anfitriona de los amigos; el amo buscaba avivar 
la amistad a fin de preservar el orden y evitar la discordia, además, cuanto más amado fuera 
el jefe más le obedecerían. Éste trataba de satisfacer a sus comensales primeramente en 
sus necesidades espirituales (se brindaba un sermón en la sala o en la cámara, de una 
manera entretenida con textos cantados o hablados en lengua vulgar) y luego en las físicas 
(caza, deportes, mujeres). También los extraños tenían entrada en las mansiones -debían 
ser personas de rango- sobre todo en las celebraciones religiosas como Navidad, Pascua o 
Pentecostés, donde eran convidados por el señor -como símbolo de poder patronal- a 
sentarse a la mesa y saciarse con comida y bebida. Era en las celebraciones públicas donde 
se desplegaba el decorado de mayor opulencia -tejidos, pieles, espejos, vajilla de metal 
precioso- a fin de ostentar las riquezas de que los nobles eran poseedores (en tiempo 
ordinario se guardaba todo en la cámara señorial). Los pobres eran igualmente admitidos en 
las mansiones donde se les permitía juntar las sobras, algo que constituía una necesidad 
ritual. 
Así como la amistad constituía una manera de controlar el orden, otro método 
utilizado para el mismo fin era el arbitrio de las discordias por parte del jefe de la casa. Esta 
actividad judicial se daba en la sala de la mansión, allí se ventilaban los problemas de la 
familia y luego el señor repartía las reprimendas a cada indisciplinado; se organizaban 
también batallas para desahogar la violencia de los rivales. El rito de amor cortés era 
asimismo otro medio para llevar a los jóvenes a dominar sus pulsiones; la esposa del amo 
era ofrecida a los muchachos como señuelo y estos debían controlar su libido ante la 
codiciada dama. Se entendía que esta especie de concurso colaboraría en la disciplina. 
Otra tradición se llevada a cabo en las familias feudales respecto de los muertos. La 
despedida del finado constituía una ceremonia en la que se lo acompañaba en ese tránsito 
de la vida a la muerte. En primer lugar el moribundo pronunciaba sus últimas palabras frente 
8
a quienes constituían su ámbito privado y amistoso: hacía manifiestos sus deseos y 
anunciaba quien sería su sucesor y heredero. Procedía a la renuncia de todos sus bienes 
personales, pagaba todas sus deudas, confesaba sus pecados y pedía perdón a quienes 
hubiera perjudicado. Finalmente se separaba de los suyos y luego comenzaba su partida 
hacia el más allá; se lo trasladaba en cortejo desde su lecho hacia la tumba y se celebraba 
un festín en el que se preparaba un gran banquete. La familia lo velaba de día y de noche. 
LAS AMENAZAS CONTRA EL ORDEN ESTABLECIDO 
El jefe de la familia aristocrática tenía bajo su responsabilidad el deber de mantener 
el orden dentro de su casa. Para cumplir con esta tarea buscaba diferentes estrategias 
como la entrada a su mansión limitada solo a caballeros, el avivamiento de la amistad, el 
envío de los hijos jóvenes a formarse en otros hogares o la disciplina de aquellos integrantes 
que estuviesen en falta. Pero los hombres de la casa veían amenazado el orden 
principalmente por dos peligros que los inquietaban constantemente: las mujeres y los 
muertos. 
9 
Las mujeres 
Las mujeres eran vistas como la amenaza principal contra el orden y la paz en las 
familias feudales; “(…) portadoras del veneno, de los sortilegios, de la cizaña y los 
desfallecimientos, las enfermedades inesperadas, las muertes sin causa aparente (…)” 
(Ariés y Duby, 1992, 88). Los hombres las temían a sobremanera, tanto que el jefe de la 
casa vigilaba y corregía estrictamente a sus hijas, hermanas, esposa y a la feminidad en 
general e incluso si era necesario no claudicaba en matarlas. Se decía que ellas conocían 
secretos a los cuales los hombres no tenían acceso, como saberes mágicos o domésticos. 
El temor más grande era la impotencia masculina ante los sortilegios que curaban o 
debilitaban a los enfermos, que estimulaban o apagaban el deseo sexual. La actitud 
provocativa de las mujeres era una amenaza para el honor público de los nobles que temían 
ser difamados a causa del adulterio de sus esposas (por el consentimiento de ellas mismas 
o por ser tomadas a la fuerza); los encuentros ilegítimos eran muy comunes. 
El lugar destinado a las mujeres era la cámara, donde se hallaban recluidas del resto 
y mejor controladas. Allí solamente accedían los hijos pequeños, los enfermos –bajo el 
cuidado femenino- y su esposo; algunas veces se introducía a otros hombres para las 
diversiones íntimas, la lectura o el canto pero estos eran seleccionados especialmente por el 
amo. A pesar de este sometimiento, el poder masculino se veía debilitado al cruzar la puerta 
de la habitación donde el dominio del placer sexual, la reproducción y la muerte lo ejercía la 
señora. 
Inquietaba mucho a los hombres el hecho de no conocer qué hacían las mujeres 
cuando se encontraban juntas y solas. El gineceo era un lugar que se les presentaba como 
desconocido, allí se buscaba mantener a la feminidad ocupada con tareas como el hilado y 
la plegaria pero aun así se pensaba que debían de estar haciendo algo malo. El gineceo 
era, de acuerdo a los escritos eclesiásticos, un lugar en el que sin duda las mujeres –sobre 
todo las jovencitas- se entregaban al placer sexual con sus compañeras ya que no 
encontraban otra forma de satisfacerlo sino a través de la homosexualidad. 
Los muertos
La otra amenaza a la familia provenía de los muertos a quienes se consideraba 
presentes a la vez que exigentes. Tenían reservado un lugar apartado en la casa, donde se 
cuidaba que su alma no sufriera y donde además se celebraba cada año un rito en 
conmemoración de su aniversario (la familia comía “con él” del mismo modo que en el 
monasterio) a fin de que descansara en paz y no viniera a perturbar a los vivos. El entierro - 
primero en privado y luego en público- también constituía una ceremonia con todos los 
honores a fin de despedir de la mejor manera al finado. 
10 
A MODO DE CONCLUSIÓN 
El desarrollo de este trabajo ha permitido entender de manera sucinta cómo se 
manejaba la sociedad aristocrática feudal en los distintos ámbitos de su vida. Es destacable 
el hecho de que las grandes mansiones se hallaban cerradas hacia el interior -en general lo 
privado se desarrollaba allí dentro y se contaba con todo lo necesario para que el exterior 
fuese casi imprescindible; sin embargo lo externo franqueaba constantemente las barreras 
privadas, la organización de festines a fin de ostentar las riquezas y el poderío eran una 
característica de esta época. 
Queremos señalar, también, cuán estricta y estructurada era la organización de las 
familias aristocráticas. Empezando ya desde la arquitectura de las mansiones puede verse 
los perfectos planos, ordenados de una manera excepcional, todo tenía un lugar destinado. 
Luego la división de poderes dentro de la casa expresada en las distintas jerarquías con la 
consecuente segregación de clases sociales y el hecho de que cada integrante debiera 
cumplir una función específica (sobre todo los oficiales domésticos), es asimismo 
destacable. Los ritos y las costumbres son otra muestra de lo estrictas que eran estas 
familias, las tradiciones se imponían como una ley inviolable. 
Es de esta manera como podemos describir brevemente a la aristocracia feudal: 
Sociedad ostentosa, jerarquizada y estrictamente reglamentada.

Más contenido relacionado

La actualidad más candente

Monacato
MonacatoMonacato
Sobre el papel de la religión en las aulas
Sobre el papel de la religión en las aulasSobre el papel de la religión en las aulas
Sobre el papel de la religión en las aulas
José Antonio Santiago Sánchez
 
Infografia erick daniel mejía
Infografia erick daniel mejíaInfografia erick daniel mejía
Infografia erick daniel mejía
ErickDanielMejaPolio
 
Video 5 los padres de la iglesia
Video 5 los padres de la iglesiaVideo 5 los padres de la iglesia
Video 5 los padres de la iglesia
David Galarza Fernández
 
Origen del monacato
Origen del monacatoOrigen del monacato
Origen del monacato
bandetorre
 
La Eclesiologia Postmoderna
La Eclesiologia PostmodernaLa Eclesiologia Postmoderna
La Eclesiologia Postmoderna
Israel Ochoa Ruiz
 
El Clero En La Edad Media
El Clero En La Edad MediaEl Clero En La Edad Media
El Clero En La Edad Media
carmensimon
 
Revelación y Padres griegos
Revelación y Padres griegosRevelación y Padres griegos
Revelación y Padres griegos
Gustavo Valencia
 
patrologia-tema29
patrologia-tema29patrologia-tema29
patrologia-tema29
clasesteologia
 
El fenómeno monástico
El fenómeno monásticoEl fenómeno monástico
El fenómeno monástico
cistercaminante
 
Teolib
TeolibTeolib
patrologia-tema30
patrologia-tema30patrologia-tema30
patrologia-tema30
clasesteologia
 
San Martin de Tour
San Martin de TourSan Martin de Tour
San Martin de Tour
Martin M Flynn
 
Teoras personalistas
Teoras personalistasTeoras personalistas
Teoras personalistas
PYJ Nieto
 

La actualidad más candente (14)

Monacato
MonacatoMonacato
Monacato
 
Sobre el papel de la religión en las aulas
Sobre el papel de la religión en las aulasSobre el papel de la religión en las aulas
Sobre el papel de la religión en las aulas
 
Infografia erick daniel mejía
Infografia erick daniel mejíaInfografia erick daniel mejía
Infografia erick daniel mejía
 
Video 5 los padres de la iglesia
Video 5 los padres de la iglesiaVideo 5 los padres de la iglesia
Video 5 los padres de la iglesia
 
Origen del monacato
Origen del monacatoOrigen del monacato
Origen del monacato
 
La Eclesiologia Postmoderna
La Eclesiologia PostmodernaLa Eclesiologia Postmoderna
La Eclesiologia Postmoderna
 
El Clero En La Edad Media
El Clero En La Edad MediaEl Clero En La Edad Media
El Clero En La Edad Media
 
Revelación y Padres griegos
Revelación y Padres griegosRevelación y Padres griegos
Revelación y Padres griegos
 
patrologia-tema29
patrologia-tema29patrologia-tema29
patrologia-tema29
 
El fenómeno monástico
El fenómeno monásticoEl fenómeno monástico
El fenómeno monástico
 
Teolib
TeolibTeolib
Teolib
 
patrologia-tema30
patrologia-tema30patrologia-tema30
patrologia-tema30
 
San Martin de Tour
San Martin de TourSan Martin de Tour
San Martin de Tour
 
Teoras personalistas
Teoras personalistasTeoras personalistas
Teoras personalistas
 

Destacado

Apresentação Royal fund
Apresentação Royal fundApresentação Royal fund
Apresentação Royal fund
Getulio Ribeiro
 
Onde o Software Livre pode te levar - Uma viagem ao mundo livre
Onde o Software Livre pode te levar - Uma viagem ao mundo livreOnde o Software Livre pode te levar - Uma viagem ao mundo livre
Onde o Software Livre pode te levar - Uma viagem ao mundo livre
Átila Camurça
 
512 2034-1-pb qualidade e individuo
512 2034-1-pb qualidade e individuo512 2034-1-pb qualidade e individuo
512 2034-1-pb qualidade e individuo
lrdamasceno
 
Cuadro procesos de trabajo por Juan Diego Rojas y Ronald Jiménez 1003
Cuadro procesos de trabajo por Juan Diego Rojas y Ronald Jiménez 1003Cuadro procesos de trabajo por Juan Diego Rojas y Ronald Jiménez 1003
Cuadro procesos de trabajo por Juan Diego Rojas y Ronald Jiménez 1003
Juan Rojas
 
07 o nascimento do bebé6 dtema7
07 o nascimento do bebé6 dtema707 o nascimento do bebé6 dtema7
07 o nascimento do bebé6 dtema7
Carla Gomes
 
3. Procesos y escenarios
3. Procesos y escenarios3. Procesos y escenarios
3. Procesos y escenarios
Walter Melgar Paz
 
Tutorial - Módulo CRM
Tutorial - Módulo CRMTutorial - Módulo CRM
La comunicacion
La comunicacionLa comunicacion
La comunicacion
rocio.ramos2192
 

Destacado (8)

Apresentação Royal fund
Apresentação Royal fundApresentação Royal fund
Apresentação Royal fund
 
Onde o Software Livre pode te levar - Uma viagem ao mundo livre
Onde o Software Livre pode te levar - Uma viagem ao mundo livreOnde o Software Livre pode te levar - Uma viagem ao mundo livre
Onde o Software Livre pode te levar - Uma viagem ao mundo livre
 
512 2034-1-pb qualidade e individuo
512 2034-1-pb qualidade e individuo512 2034-1-pb qualidade e individuo
512 2034-1-pb qualidade e individuo
 
Cuadro procesos de trabajo por Juan Diego Rojas y Ronald Jiménez 1003
Cuadro procesos de trabajo por Juan Diego Rojas y Ronald Jiménez 1003Cuadro procesos de trabajo por Juan Diego Rojas y Ronald Jiménez 1003
Cuadro procesos de trabajo por Juan Diego Rojas y Ronald Jiménez 1003
 
07 o nascimento do bebé6 dtema7
07 o nascimento do bebé6 dtema707 o nascimento do bebé6 dtema7
07 o nascimento do bebé6 dtema7
 
3. Procesos y escenarios
3. Procesos y escenarios3. Procesos y escenarios
3. Procesos y escenarios
 
Tutorial - Módulo CRM
Tutorial - Módulo CRMTutorial - Módulo CRM
Tutorial - Módulo CRM
 
La comunicacion
La comunicacionLa comunicacion
La comunicacion
 

Similar a Feudalismo- Vida privada de la aristocacia

Monasterios beguinajes
Monasterios beguinajesMonasterios beguinajes
Monasterios beguinajes
carmen chamadoira riobo
 
Monasterios beguinajes
Monasterios beguinajesMonasterios beguinajes
Monasterios beguinajes
carmen chamadoira riobo
 
La Enfermeria Y Su TransformacióN En Los AñOs
La Enfermeria Y Su TransformacióN En    Los AñOsLa Enfermeria Y Su TransformacióN En    Los AñOs
La Enfermeria Y Su TransformacióN En Los AñOs
Lucio Fondon Robledo
 
Los Monasterios En La Edad Media
Los Monasterios En La Edad MediaLos Monasterios En La Edad Media
Los Monasterios En La Edad Media
carmensimon
 
Monasterio Medieval
Monasterio MedievalMonasterio Medieval
Monasterio Medieval
gbartolomec
 
Monasterio Medieval
Monasterio MedievalMonasterio Medieval
Monasterio Medieval
borja1993
 
6. instituciones insignes de la edad media
6. instituciones insignes de la edad media6. instituciones insignes de la edad media
6. instituciones insignes de la edad media
Marioandres1405
 
Video 12 nuevas órdenes religiosas
Video 12 nuevas órdenes religiosasVideo 12 nuevas órdenes religiosas
Video 12 nuevas órdenes religiosas
David Galarza Fernández
 
Video 11 cluny y otras órdenes religiosas
Video 11 cluny y otras órdenes religiosasVideo 11 cluny y otras órdenes religiosas
Video 11 cluny y otras órdenes religiosas
David Galarza Fernández
 
La iglesia en la Edad Media
La iglesia en la Edad MediaLa iglesia en la Edad Media
La iglesia en la Edad Media
Madelman68
 
Cristianismo y cruzadas 7º básico
Cristianismo y cruzadas 7º básicoCristianismo y cruzadas 7º básico
Cristianismo y cruzadas 7º básico
Jorge Sandoval Mery
 
Edad Media7 B
Edad Media7 BEdad Media7 B
Edad Media7 B
sofia95
 
La Iglesia Católica Exposición.pptx
La Iglesia Católica Exposición.pptxLa Iglesia Católica Exposición.pptx
La Iglesia Católica Exposición.pptx
GarciaLuis16
 
(43) los cataros.docx
(43) los cataros.docx(43) los cataros.docx
(43) los cataros.docx
Edison Alagon Puma
 
(43) los cataros.docx
(43) los cataros.docx(43) los cataros.docx
(43) los cataros.docx
Edison Alagon Puma
 
(43) los cataros.docx
(43) los cataros.docx(43) los cataros.docx
(43) los cataros.docx
Edison Alagon Puma
 
Los monasterios
Los monasteriosLos monasterios
Los monasterios
aquilaadalberti78
 
Vida Conventual Slides
Vida Conventual SlidesVida Conventual Slides
Vida Conventual Slides
Ana Mora
 
Carisma, doctrina y pastoreo
Carisma, doctrina y pastoreoCarisma, doctrina y pastoreo
Carisma, doctrina y pastoreo
guest984915
 
IGLESIA MEDIEVAL
IGLESIA MEDIEVALIGLESIA MEDIEVAL

Similar a Feudalismo- Vida privada de la aristocacia (20)

Monasterios beguinajes
Monasterios beguinajesMonasterios beguinajes
Monasterios beguinajes
 
Monasterios beguinajes
Monasterios beguinajesMonasterios beguinajes
Monasterios beguinajes
 
La Enfermeria Y Su TransformacióN En Los AñOs
La Enfermeria Y Su TransformacióN En    Los AñOsLa Enfermeria Y Su TransformacióN En    Los AñOs
La Enfermeria Y Su TransformacióN En Los AñOs
 
Los Monasterios En La Edad Media
Los Monasterios En La Edad MediaLos Monasterios En La Edad Media
Los Monasterios En La Edad Media
 
Monasterio Medieval
Monasterio MedievalMonasterio Medieval
Monasterio Medieval
 
Monasterio Medieval
Monasterio MedievalMonasterio Medieval
Monasterio Medieval
 
6. instituciones insignes de la edad media
6. instituciones insignes de la edad media6. instituciones insignes de la edad media
6. instituciones insignes de la edad media
 
Video 12 nuevas órdenes religiosas
Video 12 nuevas órdenes religiosasVideo 12 nuevas órdenes religiosas
Video 12 nuevas órdenes religiosas
 
Video 11 cluny y otras órdenes religiosas
Video 11 cluny y otras órdenes religiosasVideo 11 cluny y otras órdenes religiosas
Video 11 cluny y otras órdenes religiosas
 
La iglesia en la Edad Media
La iglesia en la Edad MediaLa iglesia en la Edad Media
La iglesia en la Edad Media
 
Cristianismo y cruzadas 7º básico
Cristianismo y cruzadas 7º básicoCristianismo y cruzadas 7º básico
Cristianismo y cruzadas 7º básico
 
Edad Media7 B
Edad Media7 BEdad Media7 B
Edad Media7 B
 
La Iglesia Católica Exposición.pptx
La Iglesia Católica Exposición.pptxLa Iglesia Católica Exposición.pptx
La Iglesia Católica Exposición.pptx
 
(43) los cataros.docx
(43) los cataros.docx(43) los cataros.docx
(43) los cataros.docx
 
(43) los cataros.docx
(43) los cataros.docx(43) los cataros.docx
(43) los cataros.docx
 
(43) los cataros.docx
(43) los cataros.docx(43) los cataros.docx
(43) los cataros.docx
 
Los monasterios
Los monasteriosLos monasterios
Los monasterios
 
Vida Conventual Slides
Vida Conventual SlidesVida Conventual Slides
Vida Conventual Slides
 
Carisma, doctrina y pastoreo
Carisma, doctrina y pastoreoCarisma, doctrina y pastoreo
Carisma, doctrina y pastoreo
 
IGLESIA MEDIEVAL
IGLESIA MEDIEVALIGLESIA MEDIEVAL
IGLESIA MEDIEVAL
 

Último

Liturgia día del Padre del siguiente domingo.pptx
Liturgia día del Padre del siguiente domingo.pptxLiturgia día del Padre del siguiente domingo.pptx
Liturgia día del Padre del siguiente domingo.pptx
YeniferGarcia36
 
Presentación de proyecto en acuarela moderna verde.pdf
Presentación de proyecto en acuarela moderna verde.pdfPresentación de proyecto en acuarela moderna verde.pdf
Presentación de proyecto en acuarela moderna verde.pdf
LuanaJaime1
 
3° SES COMU LUN10 CUENTO DIA DEL PADRE 933623393 PROF YESSENIA (1).docx
3° SES COMU LUN10  CUENTO DIA DEL PADRE  933623393 PROF YESSENIA (1).docx3° SES COMU LUN10  CUENTO DIA DEL PADRE  933623393 PROF YESSENIA (1).docx
3° SES COMU LUN10 CUENTO DIA DEL PADRE 933623393 PROF YESSENIA (1).docx
rosannatasaycoyactay
 
Power Point: El conflicto inminente (Bosquejo)
Power Point: El conflicto inminente (Bosquejo)Power Point: El conflicto inminente (Bosquejo)
Power Point: El conflicto inminente (Bosquejo)
https://gramadal.wordpress.com/
 
Vida, obra y pensamiento de Kant I24.ppt
Vida, obra y pensamiento de Kant I24.pptVida, obra y pensamiento de Kant I24.ppt
Vida, obra y pensamiento de Kant I24.ppt
LinoLatella
 
Inteligencia Artificial y Aprendizaje Activo FLACSO Ccesa007.pdf
Inteligencia Artificial  y Aprendizaje Activo FLACSO  Ccesa007.pdfInteligencia Artificial  y Aprendizaje Activo FLACSO  Ccesa007.pdf
Inteligencia Artificial y Aprendizaje Activo FLACSO Ccesa007.pdf
Demetrio Ccesa Rayme
 
Camus, Albert - El Extranjero.pdf
Camus, Albert -        El Extranjero.pdfCamus, Albert -        El Extranjero.pdf
Camus, Albert - El Extranjero.pdf
AlexDeLonghi
 
Módulo 1 de didactica de la lecto escritura
Módulo 1 de didactica de la lecto escrituraMódulo 1 de didactica de la lecto escritura
Módulo 1 de didactica de la lecto escritura
marilynfloresyomona1
 
Soluciones Examen de Selectividad. Geografía junio 2024 (Convocatoria Ordinar...
Soluciones Examen de Selectividad. Geografía junio 2024 (Convocatoria Ordinar...Soluciones Examen de Selectividad. Geografía junio 2024 (Convocatoria Ordinar...
Soluciones Examen de Selectividad. Geografía junio 2024 (Convocatoria Ordinar...
Juan Martín Martín
 
CORREOS SEGUNDO 2024 HONORIO DELGADO ESPINOZA
CORREOS SEGUNDO 2024 HONORIO DELGADO ESPINOZACORREOS SEGUNDO 2024 HONORIO DELGADO ESPINOZA
CORREOS SEGUNDO 2024 HONORIO DELGADO ESPINOZA
Sandra Mariela Ballón Aguedo
 
MATERIAL ESCOLAR 2024-2025 3 AÑOS CEIP SAN CRISTÓBAL
MATERIAL ESCOLAR 2024-2025 3 AÑOS CEIP SAN CRISTÓBALMATERIAL ESCOLAR 2024-2025 3 AÑOS CEIP SAN CRISTÓBAL
MATERIAL ESCOLAR 2024-2025 3 AÑOS CEIP SAN CRISTÓBAL
Ana Fernandez
 
La vida de Martin Miguel de Güemes para niños de primaria
La vida de Martin Miguel de Güemes para niños de primariaLa vida de Martin Miguel de Güemes para niños de primaria
La vida de Martin Miguel de Güemes para niños de primaria
EricaCouly1
 
Mundo ABC Examen 1 Grado- Tercer Trimestre.pdf
Mundo ABC Examen 1 Grado- Tercer Trimestre.pdfMundo ABC Examen 1 Grado- Tercer Trimestre.pdf
Mundo ABC Examen 1 Grado- Tercer Trimestre.pdf
ViriEsteva
 
Presentación de la historia de PowerPoint y sus características más relevantes.
Presentación de la historia de PowerPoint y sus características más relevantes.Presentación de la historia de PowerPoint y sus características más relevantes.
Presentación de la historia de PowerPoint y sus características más relevantes.
genesiscabezas469
 
p4s.co Ecosistema de Ecosistemas - Diagrama.pdf
p4s.co Ecosistema de Ecosistemas - Diagrama.pdfp4s.co Ecosistema de Ecosistemas - Diagrama.pdf
p4s.co Ecosistema de Ecosistemas - Diagrama.pdf
DavidCamiloMosquera
 
APUNTES UNIDAD I ECONOMIA EMPRESARIAL .pdf
APUNTES UNIDAD I ECONOMIA EMPRESARIAL .pdfAPUNTES UNIDAD I ECONOMIA EMPRESARIAL .pdf
APUNTES UNIDAD I ECONOMIA EMPRESARIAL .pdf
VeronicaCabrera50
 
La necesidad de bienestar y el uso de la naturaleza.pdf
La necesidad de bienestar y el uso de la naturaleza.pdfLa necesidad de bienestar y el uso de la naturaleza.pdf
La necesidad de bienestar y el uso de la naturaleza.pdf
JonathanCovena1
 
Los Dominios y Reinos de los Seres Vivos
Los Dominios y Reinos de los Seres VivosLos Dominios y Reinos de los Seres Vivos
Los Dominios y Reinos de los Seres Vivos
karlafreire0608
 
Examen de Selectividad. Geografía junio 2024 (Convocatoria Ordinaria). UCLM
Examen de Selectividad. Geografía junio 2024 (Convocatoria Ordinaria). UCLMExamen de Selectividad. Geografía junio 2024 (Convocatoria Ordinaria). UCLM
Examen de Selectividad. Geografía junio 2024 (Convocatoria Ordinaria). UCLM
Juan Martín Martín
 
MATERIAL ESCOLAR 2024-2025. 4 AÑOS CEIP SAN CRISTOBAL
MATERIAL ESCOLAR 2024-2025. 4 AÑOS CEIP SAN CRISTOBALMATERIAL ESCOLAR 2024-2025. 4 AÑOS CEIP SAN CRISTOBAL
MATERIAL ESCOLAR 2024-2025. 4 AÑOS CEIP SAN CRISTOBAL
Ana Fernandez
 

Último (20)

Liturgia día del Padre del siguiente domingo.pptx
Liturgia día del Padre del siguiente domingo.pptxLiturgia día del Padre del siguiente domingo.pptx
Liturgia día del Padre del siguiente domingo.pptx
 
Presentación de proyecto en acuarela moderna verde.pdf
Presentación de proyecto en acuarela moderna verde.pdfPresentación de proyecto en acuarela moderna verde.pdf
Presentación de proyecto en acuarela moderna verde.pdf
 
3° SES COMU LUN10 CUENTO DIA DEL PADRE 933623393 PROF YESSENIA (1).docx
3° SES COMU LUN10  CUENTO DIA DEL PADRE  933623393 PROF YESSENIA (1).docx3° SES COMU LUN10  CUENTO DIA DEL PADRE  933623393 PROF YESSENIA (1).docx
3° SES COMU LUN10 CUENTO DIA DEL PADRE 933623393 PROF YESSENIA (1).docx
 
Power Point: El conflicto inminente (Bosquejo)
Power Point: El conflicto inminente (Bosquejo)Power Point: El conflicto inminente (Bosquejo)
Power Point: El conflicto inminente (Bosquejo)
 
Vida, obra y pensamiento de Kant I24.ppt
Vida, obra y pensamiento de Kant I24.pptVida, obra y pensamiento de Kant I24.ppt
Vida, obra y pensamiento de Kant I24.ppt
 
Inteligencia Artificial y Aprendizaje Activo FLACSO Ccesa007.pdf
Inteligencia Artificial  y Aprendizaje Activo FLACSO  Ccesa007.pdfInteligencia Artificial  y Aprendizaje Activo FLACSO  Ccesa007.pdf
Inteligencia Artificial y Aprendizaje Activo FLACSO Ccesa007.pdf
 
Camus, Albert - El Extranjero.pdf
Camus, Albert -        El Extranjero.pdfCamus, Albert -        El Extranjero.pdf
Camus, Albert - El Extranjero.pdf
 
Módulo 1 de didactica de la lecto escritura
Módulo 1 de didactica de la lecto escrituraMódulo 1 de didactica de la lecto escritura
Módulo 1 de didactica de la lecto escritura
 
Soluciones Examen de Selectividad. Geografía junio 2024 (Convocatoria Ordinar...
Soluciones Examen de Selectividad. Geografía junio 2024 (Convocatoria Ordinar...Soluciones Examen de Selectividad. Geografía junio 2024 (Convocatoria Ordinar...
Soluciones Examen de Selectividad. Geografía junio 2024 (Convocatoria Ordinar...
 
CORREOS SEGUNDO 2024 HONORIO DELGADO ESPINOZA
CORREOS SEGUNDO 2024 HONORIO DELGADO ESPINOZACORREOS SEGUNDO 2024 HONORIO DELGADO ESPINOZA
CORREOS SEGUNDO 2024 HONORIO DELGADO ESPINOZA
 
MATERIAL ESCOLAR 2024-2025 3 AÑOS CEIP SAN CRISTÓBAL
MATERIAL ESCOLAR 2024-2025 3 AÑOS CEIP SAN CRISTÓBALMATERIAL ESCOLAR 2024-2025 3 AÑOS CEIP SAN CRISTÓBAL
MATERIAL ESCOLAR 2024-2025 3 AÑOS CEIP SAN CRISTÓBAL
 
La vida de Martin Miguel de Güemes para niños de primaria
La vida de Martin Miguel de Güemes para niños de primariaLa vida de Martin Miguel de Güemes para niños de primaria
La vida de Martin Miguel de Güemes para niños de primaria
 
Mundo ABC Examen 1 Grado- Tercer Trimestre.pdf
Mundo ABC Examen 1 Grado- Tercer Trimestre.pdfMundo ABC Examen 1 Grado- Tercer Trimestre.pdf
Mundo ABC Examen 1 Grado- Tercer Trimestre.pdf
 
Presentación de la historia de PowerPoint y sus características más relevantes.
Presentación de la historia de PowerPoint y sus características más relevantes.Presentación de la historia de PowerPoint y sus características más relevantes.
Presentación de la historia de PowerPoint y sus características más relevantes.
 
p4s.co Ecosistema de Ecosistemas - Diagrama.pdf
p4s.co Ecosistema de Ecosistemas - Diagrama.pdfp4s.co Ecosistema de Ecosistemas - Diagrama.pdf
p4s.co Ecosistema de Ecosistemas - Diagrama.pdf
 
APUNTES UNIDAD I ECONOMIA EMPRESARIAL .pdf
APUNTES UNIDAD I ECONOMIA EMPRESARIAL .pdfAPUNTES UNIDAD I ECONOMIA EMPRESARIAL .pdf
APUNTES UNIDAD I ECONOMIA EMPRESARIAL .pdf
 
La necesidad de bienestar y el uso de la naturaleza.pdf
La necesidad de bienestar y el uso de la naturaleza.pdfLa necesidad de bienestar y el uso de la naturaleza.pdf
La necesidad de bienestar y el uso de la naturaleza.pdf
 
Los Dominios y Reinos de los Seres Vivos
Los Dominios y Reinos de los Seres VivosLos Dominios y Reinos de los Seres Vivos
Los Dominios y Reinos de los Seres Vivos
 
Examen de Selectividad. Geografía junio 2024 (Convocatoria Ordinaria). UCLM
Examen de Selectividad. Geografía junio 2024 (Convocatoria Ordinaria). UCLMExamen de Selectividad. Geografía junio 2024 (Convocatoria Ordinaria). UCLM
Examen de Selectividad. Geografía junio 2024 (Convocatoria Ordinaria). UCLM
 
MATERIAL ESCOLAR 2024-2025. 4 AÑOS CEIP SAN CRISTOBAL
MATERIAL ESCOLAR 2024-2025. 4 AÑOS CEIP SAN CRISTOBALMATERIAL ESCOLAR 2024-2025. 4 AÑOS CEIP SAN CRISTOBAL
MATERIAL ESCOLAR 2024-2025. 4 AÑOS CEIP SAN CRISTOBAL
 

Feudalismo- Vida privada de la aristocacia

  • 1. Universidad Nacional de Misiones Facultad de Humanidades y Ciencias Sociales Carrera: Profesorado y Licenciatura en Letras Cátedra: Literatura española I Profesoras: Borowski, Haydee Lemes, Karina Trabajo Práctico: Informe Título: “Feudalismo, vida privada en la Aristocracia francesa” - Posadas, 24 de Abril de 2014 -
  • 2. 2 GRUPO Nº 2: “OPULENCIA” CONSIGNAS: -Relaciones de poder en las grandes familias feudales. -Usos y ritos de la sociabilidad feudal. -Los monasterios, modelo de lo privado. -La disposición de lo privado: 1) Las mansiones laicas, 2) La sociedad doméstica -Las amenazas contra el orden establecido: 1) Las mujeres y 2) los muertos. Elegir un nombre para el grupo y una imagen representativa, fundamentar esa elección. BIBLIOGRAFÍA: Ariès y Duby, “La vida privada en las familias aristocráticas de la Francia feudal” en Historia de la vida privada. Buenos Aires, ed. Taurus. Pags. 49 a 95
  • 3. FEUDALISMO. VIDA PRIVADA EN LA ARISTOCRACIA FRANCESA El informe que se presenta a continuación pretende dar una pequeña recorrida por la vida aristocrática de las familias feudales, particularmente en los siglos XI y XII, del norte de Francia. Dicha restricción está dada a partir del hecho de que la bibliografía base con que nos manejamos realiza el mismo recorte, tomando en cuenta que los trabajos investigativos respecto al tema son escasos y que la mayoría de las pesquisas se han hecho en el mencionado país. El punto de partida para adentrarnos en el ámbito privado de la sociedad aristocrática, en su funcionamiento y formas de vida, será el conocimiento de los monasterios tanto en lo que refiere a arquitectura como a usos cotidianos. Sobre la convivialidad monástica y las construcciones de los conventos hay mayor cantidad de vestigios que los que se han encontrado de las familias feudales, por ello parece útil estudiar en principio estos lugares eclesiásticos, modelo de toda la vida nobiliaria. Se proseguirá luego a la descripción de las mansiones laicas en cuanto a estructura arquitectónica, se explicará la división de la casa y la forma común en que era construida. Se pasará después a la explicación del funcionamiento interno de la familia, las jerarquías, los integrantes, los distintos grados de poder entre los miembros y las diferentes costumbres que mantenían en la cotidianidad. Finalmente se hará referencia a dos personajes vistos como una amenaza para el orden y la paz del hogar: las mujeres y los muertos. LOS MONASTERIOS, MODELO DE LO PRIVADO Durante la Edad Media los monasterios se transformaron en pequeñas ciudades cerradas, con acceso restringido a su interior y con la única puerta de entrada fuertemente custodiada. Pretendían ser la réplica terrenal de los sueños paradisíacos que habitaban en el imaginario de los hombres religiosos, mansiones con grandes muros y arcadas organizadas a partir de proyectos de extrema perfección (la regla de San Benito retomada por la orden de Cluny e impuesta en la Edad media como la más importante de Europa). La aristocracia laica tomaba como modelo a seguir en su vida privada el funcionamiento de estas comunidades tanto en lo que respecta al orden, a las jerarquías, a los ritos y los usos, como al plano de lo arquitectónico. La congregación cenobítica se organizaba en torno a la persona del abad que a partir de mediados del siglo XI dejó de estar aislado de los demás monjes y se reintegró en medio de ellos (durante la dirigencia del abad Odilón de Cluny). Anteriormente contaba con un sitio donde recluirse pero había ahora cierto temor al aislamiento, y la vida privada necesitaba desarrollarse en compañía de otros. A pesar de esto aún se daban signos de respeto y cortesía hacia el jefe de la gran familia, que era en efecto el amo: cuando pasaba todos se inclinaban ante él; si deseaba desplazarse en medio de la noche por el convento, dirigirse a la Iglesia o sala capitular, iba acompañado por uno de sus hijos que llevaba delante una luz encendida; en la mesa también se lo diferenciaba del resto al servirle alimento y vino de mejor calidad; asimismo al regresar de un viaje, la comunidad se preparaba debidamente para recibirlo y el abad realizaba el rito de la acogida paterna abrazando uno tras otro a los monjes para luego continuar con el rito de la comida festiva en el que se servía un plato suplementario en el refectorio (Cf. Ariès y Duby, 1992, 60). 3
  • 4. Luego del abad (jefe), en nivel contiguo se encontraban sus hijos, los monjes -todos ellos iguales en jerarquía, hermanos fraternos- formando una gran familia. El ámbito privado estaba compuesto además por el noviciado, se trataba de jóvenes que deseaban ser parte de la vida monacal para lo cual debían llevar a cabo un aprendizaje y retirarse espiritualmente realizando una clausura interior que los condujera a un renacimiento. Los enfermos también eran parte de la fraternidad cenobítica pero se los consideraba un grupo afectado por la marca del pecado y es por ello que debían alejarse por un tiempo de los demás, para purificarse mediante penitencia y otras prácticas (lavado de pies, régimen alimentario diferente, etc.). Asimismo, los difuntos eran tomados como miembros de la comunidad, ya que en el aniversario de su muerte se ofrecía en el refectorio una ración suplementaria de comida, entendiendo que los fallecidos participaban de ella junto a sus hermanos vivos y compartían nuevamente esta vida carnal. El abad era quien tenía soberanía sobre la sociedad doméstica entera, pero estaban también los seniores, un cuerpo intermedio que lo ayudaba a gobernar. Se encontraban además el jefe de servicio y los oficiales. El prior era la “mano derecha” del abad y lo representaba en caso de estar ausente; tenía bajo su responsabilidad a los domésticos encargados de los cuatro sectores (la Iglesia, la cámara, la despensa y la hospedería). El sacristán era quien debía abrir y cerrar la Iglesia a las horas convenidas, y cuidar los accesorios sagrados y de uso litúrgico. El camarero se ocupaba de la cámara, del dinero u otras cosas de valor que allí se guardaban, también renovaba el vestuario de los monjes y el atavío de sus lechos, cambiaba las herraduras a los caballos, proporcionaba las navajas de afeitar y tenía a su cargo el alumbrado excepto el de la Iglesia. El despensero, dueño de la bodega, asumía lo respectivo a los víveres y repartía cada día las porciones de comida con la colaboración del encargado del vino, el encargado del granero (este último repartía la harina, el agua y se encargaba del lavado de ropas) y del condestable (encargado de la caballería). El hostelero y el limosnero se ocupaban de las relaciones con la gente de afuera que llegaba al monasterio; el primero alojaba a los viajeros de calidad procedentes del mismo medio social que los monjes; el segundo acogía a los pobres, repartía las sobras entre los indigentes y visitaba a los hombres enfermos. El espacio privado era constantemente franqueado por los extranjeros, quienes convivían por un tiempo con los habitantes permanentes (al ingresar al convento debían permanecer en penitencia) pero que, sin embargo, era segregados de los ámbitos familiares del mismo modo que lo eran los sirvientes domésticos (comían apartados y se les servía un pan más negro). Los monasterios se encontraban distribuidos espacialmente de manera tal que esa organización reflejaba la jerarquía eclesiástica. En el centro estaba la Iglesia, lugar de Dios, donde toda la comunidad se reunía para alabarlo con cantos angelicales. A su derecha la vivienda del abad, que contaba con una casa con cocina, bodega y baños propios. A la izquierda del Padre celestial se ubicaban los monjes, quienes se reunían en el refectorio donde les servían alimentos, celebraban la unidad fraternal y tenían momentos para la lectura y la reflexión de la palabra Santa. El dormitorio de los religiosos se encontraba en el piso superior, allí estaba prohibido el aislamiento pero cada uno tenía su propio lecho (rondaba el temor a las tentaciones homosexuales). Los novicios y los enfermos tenían habitaciones alejadas del resto ya que eran considerados la parte más vulnerable de la comunidad que debía ser aislada en tanto continuase en esa condición. El cementerio, por su parte, se hallaba hacia el este donde sale el sol como un símbolo de resurrección. Los visitantes también tenían refugio en el monasterio; más cercano a la residencia del abad se encontraba el albergue para la gente distinguida y al lado de los monjes el de los pobres y 4
  • 5. peregrinos. El servicio doméstico contaba asimismo con una residencia propia. Los monasterios poseían además un claustro -patio interior- junto a la Iglesia y a continuación una sala capitular en la que cada día se reunían, aquellos que no estuvieran recluidos por algún motivo, para repasar un capítulo de la regla y para proceder a la disciplina de quienes estuviesen en falta (eran flagelados y separados de la comunidad por un tiempo). En las abadías se contaba también con un lugar para guardar los alimentos, una bodega, una cocina, baños y un patio. Había un sitio para la producción agrícola y artesana, huertas, graneros, caballerizas (un gusto especial por los caballos inundaba la vida monacal, el abad solo salía fuera del monasterio rodeado de un escuadrón), talleres y escuelas. Los monasterios eran verdaderas ciudades y –de acuerdo con la regla de San Benito-perseguían un ideal de autarquía y autosuficiencia a fin de desligarse del exterior, buscando medios propios de abastecimiento y supervivencia. 5 LA DISPOSICIÓN DE LO PRIVADO Las mansiones laicas Los datos que se tiene acerca de las mansiones de la aristocracia feudal son mucho menores que los que se han conseguido respecto a los monasterios, incluso las investigaciones no han podido encontrar más que algunos pocos vestigios de estas construcciones y de los muebles o decorados de su interior. En cuanto a la estructura arquitectónica de las casas, se sabe que estas se hallaban claramente divididas en dos sectores: la parte pública en la que se celebraban las fiestas -la sala- que contaba con enormes ventanas, luminarias y chimeneas y donde el dueño recibía a sus invitados con manjares deliciosos; luego la parte más privada que correspondía a las habitaciones de la familia y se encontraba aislada de lo público, lejos de la luz del día, del festín. Un texto biográfico del obispo Juan de Thérouanne da una aproximación al modo en que se edificaban estas mansiones, allí se explica que la costumbre era realizar la excavación de un foso y en el medio levantar -lo más alto posible- un montículo de tierra alrededor del cual se colocaba una empalizada de troncos de madera, e incluso si era posible también se le agregaban torres, luego en el centro -sobre la elevación- se construía la fortaleza que contaba con una única puerta de entrada a la cual solo se accedía a través de un puente (he aquí la analogía con el monasterio que poseía grandes muros y una sola puerta de entrada). Estas medidas pretendían crear un sistema defensivo ante posibles ataques e invasiones, es por ello que a partir del siglo XI los castillos comenzaron a construirse en piedra y ya no en madera como lo estaban los primeros edificios. Lamberto de Ardres, sacerdote y cronista francés, relató cómo era la fortaleza del señor de Ardres construida en el año 1120. Debido a que este castillo estaba fabricado en madera, hoy en día no queda de él rastro alguno. Constaba de tres pisos. La planta baja estaba destinada al mobiliario doméstico, allí se encontraban las bodegas y los graneros, los cofres, las tinajas, las cubas y las provisiones. En el primer piso había una habitación - equiparable a la sala capitular o refectorio de los monasterios- en la que se reunía toda la familia e incluso algunas veces las demás personas de la casa, allí se encontraban además los cuartos de servicio del panadero y el copero así como la gran cámara donde dormían el amo y su esposa; junto a ésta última se hallaban también los cuartos de las criadas y de los hijos y, en un sector más alejado de ella, un espacio en el que se encendía el fuego para calentar a los sirvientes o los niños y para efectuar las sangrías en caso de enfermedad. En
  • 6. el mismo piso pero en un edificio separado (por temor a los incendios) estaba la cocina, dividida en dos niveles: el inferior para guardar los cerdos, las ocas, los patos u otras aves de corral; y el superior (en contacto con la sala) en el que vivían los cocineros y sus ayudantes, y donde además se preparaba la comida para el amo y para los demás sirvientes. En el tercer estrato de la casa se encontraban las cámaras altas, allí dormían obligatoriamente las hijas del señor en tanto que los hijos podían hacerlo cuando les apeteciese; estaban también en esta zona las garitas de los guardias en las que tomaban un descanso por turnos cuando estaban encargados de la custodia. En el último nivel, pero separadas de la casa, estaban la logia –lugar de esparcimiento y conversación- y la capilla a las cuales se accedía por medio de un corredor. La disposición en que se ordenaba la casa noble, al igual que la de los monasterios, nos da muestra de la importancia que se le concedía a cada espacio y a cada sector social (los alimentos en la planta más baja, la cámara señorial enorme y dominante, la separación entre amos y sirvientes, la capilla alejada del hogar). 6 La sociedad doméstica En las casas nobles con frecuencia el ámbito íntimo se veía irrumpido por personas extrañas o por amigos de la familia, incluso los límites entre lo público y lo privado eran difíciles de definir, ya que muchas veces uno y otro medio permutaban entre sí por algún período de tiempo -como en las épocas de combate en que los guerreros domésticos solicitaban el apoyo de otros hombres que no eran parte del entorno íntimo pero que ahora pasaban a serlo en tanto debiesen prepararse para la batalla. Así, la sociedad doméstica se constituía a la vez como semipública y semiprivada. Las personas que no poseían ningún vínculo -de sangre, ni emotivo- con el amo de la casa eran consideradas dentro del grupo de los extraños; las mansiones solían acoger a los pobres o gente de paso y recibían además a otros huéspedes en épocas de festejos religiosos (por ej. navidad). Quienes se relacionaban afectivamente con él y tenían libre acceso a la mansión correspondían a la categoría de amigos. El conjunto de los privados – bajo el mando y poder del jefe- se componía de los familiares que poseían la misma sangre y además de quienes se alojaban en la casa (por ej. los sirvientes) viviendo a expensas del dueño –provistos de vestido, alimento y calzado-, actuando todos ellos como miembros de una comunidad fraterna (del mismo modo que los monjes, guiados por el abad). A pesar de pertenecer todos a un mismo grupo se acentuaban las diferencias entre ellos: los que servían, que con frecuencia se alojaban en un burgo contiguo a la casa, debían comer en un lugar separado y se les convidaba un pan menos noble (del mismo modo que a los sirvientes de los monasterios); los amos, por su parte, en compañía de los clérigos y caballeros (servidores de mayor rango) comían en otro sitio. RELACIONES DE PODER EN LAS GRANDES FAMILIAS FEUDALES En el ámbito familiar, al igual que en el resto de los espacios, la aristocracia feudal se organizaba a partir de un orden de poderes jerárquicos. Quien poseía mayor potestad en la casa era el padre, un solo padre -de la misma manera que en el monasterio había un solo abad- y a él se sometían todos los demás miembros. Sin embargo la esposa, a pesar de estar bajo su dominación, participaba de su poder precisamente por el hecho de ser la pareja sexual legítima y, además, madre de los herederos. El jefe de la familia era el
  • 7. responsable de prolongar su generación y crear un linaje que se expandiera lo más que fuese posible -lo privado tendía a multiplicarse-, por ello debía unirse necesariamente a una mujer. De este modo era la pareja conyugal la que quedaba en el centro de la red de poderes, pero solo un matrimonio podía habitar cada mansión por lo que los hijos que se casaban debían ser expulsados de ella para engendrar su propia descendencia. El señor feudal era considerado apto para ejercer la función pública, militar y civil. Su esposa se encargaba de dirigir “todo aquello que en la casa era femenino (…), reinaba sobre las reservas y controlaba todo cuanto entraba en la casa” (Ariès y Duby, 1992, 82). Además ambos eran ayudados por otros oficiales domésticos –los ministeriales- que poseían cada uno una función específica, se encargaban de un “menester” (igual que los domésticos del abad). Estos ayudantes eran las personas de mayor confianza del patrón y poseían derechos como miembros de la familia, comían a la mesa junto a su amo, dormían en la casa, eran provistos de vestidos y de un caballo -o de dos en el caso de ser caballeros- y además recibían un sobresueldo (“livrée”) para equiparse según necesitasen (Cf. Ariès y Duby, 1992, 83). Los ministeriales que se encargaban del servicio de armas debían estar al lado del señor feudal, eran sus compañeros de guerra y estaban obligados a defender su cuerpo en las expediciones militares. El cargo ministerial era un cargo honorífico, ya que situaba a estos colaboradores casi al nivel de su jefe y les concedía cierto poder como miembros de la nobleza, además ellos podían convertirse a su vez en amos y tener bajo su mando a otros oficiales menores. La jerarquización continuaba entre los oficiales domésticos. Los tres menesteres de mayor rango eran -en orden de nombramiento- el del gran senescal, el primer camarero y el copero. El senescal custodiaba los alimentos que se ponían en la mesa de los nobles y dirigía al primer servidor que se encargaba de presentar los platos –particularmente la carne- a su amo. Bajo la autoridad de este oficial menor se hallaban el comprador, el despensero, los tres cocineros que custodiaban las ollas, el conserje que controlaba los hogares de la casa encendidos, el portero que recibía a los huéspedes y el criado que servía el pan y la sal. El copero, por su parte, tenía control sobre el vino e indicaba cuándo se llevaba a la mesa; en posición menor se hallaba el encargado de conservar este vino y de servirlo en las copas. El panetero, que se situaba un nivel abajo, proporcionaba las hogazas (panes grandes) a sus señores y además tenía a su mando a un proveedor, a un panadero, a un responsable de las rebanadas y los canapés, y al hombre que colocaba estas rebanadas sobre las mesas. Por último, el tercer menester de mayor importancia era el del camarero mayor, encargado del servicio de cámara -sala más privada- y del manejo del dinero; tenía bajo su mando al camarero menor que supervisaba la habitación y los objetos de valor que se guardaban allí y además preparaba los lechos. El camarero menor también se encargaba de fabricar las velas para iluminar al señor, su esposa y el senescal mientras estaban sentados a la mesa. USOS Y RITOS DE LA SOCIABILIDAD FEUDAL Las familias feudales eran sumamente protocolares, practicaban ceremonias en todos los acontecimientos importantes y además tenían distintas costumbres arraigadas a su vida cotidiana. Cuando un hombre y una mujer contraían matrimonio se organizaba un festín desmesurado al cual asistía mucha gente, incluida la del ámbito público. El rito consistía en 7
  • 8. que la familia del novio esperara fuera del recinto a la novia quien iba escoltada por su propia parentela hasta la puerta y luego era guiada a la alcoba donde se la conducía, junto al cónyuge, hacia un lecho bendecido hallado en el centro de la habitación. El reciente matrimonio pasaba ahora a habitar una mansión nueva –no podían vivir junto a los padres de ninguno- y debía cumplir con el deber de engendrar un linaje legítimo; “la fecundidad conyugal constituía el fundamento del orden” (Ariès y Duby, 1992, 69). Era en la cámara - lugar más privado y protegido de la mansión- donde se llevaba a cabo la función procreadora, aquél lecho bendecido constituía la matriz del linaje, traía al mundo a los herederos. Al ser la procreación la función primordial de la pareja conyugal, era necesario que la esposa dejara de ocuparse de los niños para poder quedar embarazada nuevamente, por ello una nodriza tomaba a su cargo a los hijos hasta que alcanzaran la madurez más temprana; luego las niñas eran recluidas a un compartimento cerrado hasta el momento en que debían partir a la casa en que se convertirían en damas y futuras madres -traslado que se hacía en cortejo una tras otras-; los varones por su parte se alojaban “de paso” en una habitación abierta ya que se los dejaba libres al exterior para que encontraran a quien sería su esposa. Una tradición en las familias feudales era enviar a los hijos -luego de atravesada la infancia- a formarse a otra parte, se daba un intercambio ya que la casa se veía obligada, a su vez, a alojar a otros jóvenes para aleccionarlos en pautas de comportamiento cortés y valores. La acogida era otro uso feudal (hemos visto que ello también ocurría en los monasterios). La mansión, amurallada por todas partes, se encontraba paradójicamente abierta hacia el exterior. En primer lugar era anfitriona de los amigos; el amo buscaba avivar la amistad a fin de preservar el orden y evitar la discordia, además, cuanto más amado fuera el jefe más le obedecerían. Éste trataba de satisfacer a sus comensales primeramente en sus necesidades espirituales (se brindaba un sermón en la sala o en la cámara, de una manera entretenida con textos cantados o hablados en lengua vulgar) y luego en las físicas (caza, deportes, mujeres). También los extraños tenían entrada en las mansiones -debían ser personas de rango- sobre todo en las celebraciones religiosas como Navidad, Pascua o Pentecostés, donde eran convidados por el señor -como símbolo de poder patronal- a sentarse a la mesa y saciarse con comida y bebida. Era en las celebraciones públicas donde se desplegaba el decorado de mayor opulencia -tejidos, pieles, espejos, vajilla de metal precioso- a fin de ostentar las riquezas de que los nobles eran poseedores (en tiempo ordinario se guardaba todo en la cámara señorial). Los pobres eran igualmente admitidos en las mansiones donde se les permitía juntar las sobras, algo que constituía una necesidad ritual. Así como la amistad constituía una manera de controlar el orden, otro método utilizado para el mismo fin era el arbitrio de las discordias por parte del jefe de la casa. Esta actividad judicial se daba en la sala de la mansión, allí se ventilaban los problemas de la familia y luego el señor repartía las reprimendas a cada indisciplinado; se organizaban también batallas para desahogar la violencia de los rivales. El rito de amor cortés era asimismo otro medio para llevar a los jóvenes a dominar sus pulsiones; la esposa del amo era ofrecida a los muchachos como señuelo y estos debían controlar su libido ante la codiciada dama. Se entendía que esta especie de concurso colaboraría en la disciplina. Otra tradición se llevada a cabo en las familias feudales respecto de los muertos. La despedida del finado constituía una ceremonia en la que se lo acompañaba en ese tránsito de la vida a la muerte. En primer lugar el moribundo pronunciaba sus últimas palabras frente 8
  • 9. a quienes constituían su ámbito privado y amistoso: hacía manifiestos sus deseos y anunciaba quien sería su sucesor y heredero. Procedía a la renuncia de todos sus bienes personales, pagaba todas sus deudas, confesaba sus pecados y pedía perdón a quienes hubiera perjudicado. Finalmente se separaba de los suyos y luego comenzaba su partida hacia el más allá; se lo trasladaba en cortejo desde su lecho hacia la tumba y se celebraba un festín en el que se preparaba un gran banquete. La familia lo velaba de día y de noche. LAS AMENAZAS CONTRA EL ORDEN ESTABLECIDO El jefe de la familia aristocrática tenía bajo su responsabilidad el deber de mantener el orden dentro de su casa. Para cumplir con esta tarea buscaba diferentes estrategias como la entrada a su mansión limitada solo a caballeros, el avivamiento de la amistad, el envío de los hijos jóvenes a formarse en otros hogares o la disciplina de aquellos integrantes que estuviesen en falta. Pero los hombres de la casa veían amenazado el orden principalmente por dos peligros que los inquietaban constantemente: las mujeres y los muertos. 9 Las mujeres Las mujeres eran vistas como la amenaza principal contra el orden y la paz en las familias feudales; “(…) portadoras del veneno, de los sortilegios, de la cizaña y los desfallecimientos, las enfermedades inesperadas, las muertes sin causa aparente (…)” (Ariés y Duby, 1992, 88). Los hombres las temían a sobremanera, tanto que el jefe de la casa vigilaba y corregía estrictamente a sus hijas, hermanas, esposa y a la feminidad en general e incluso si era necesario no claudicaba en matarlas. Se decía que ellas conocían secretos a los cuales los hombres no tenían acceso, como saberes mágicos o domésticos. El temor más grande era la impotencia masculina ante los sortilegios que curaban o debilitaban a los enfermos, que estimulaban o apagaban el deseo sexual. La actitud provocativa de las mujeres era una amenaza para el honor público de los nobles que temían ser difamados a causa del adulterio de sus esposas (por el consentimiento de ellas mismas o por ser tomadas a la fuerza); los encuentros ilegítimos eran muy comunes. El lugar destinado a las mujeres era la cámara, donde se hallaban recluidas del resto y mejor controladas. Allí solamente accedían los hijos pequeños, los enfermos –bajo el cuidado femenino- y su esposo; algunas veces se introducía a otros hombres para las diversiones íntimas, la lectura o el canto pero estos eran seleccionados especialmente por el amo. A pesar de este sometimiento, el poder masculino se veía debilitado al cruzar la puerta de la habitación donde el dominio del placer sexual, la reproducción y la muerte lo ejercía la señora. Inquietaba mucho a los hombres el hecho de no conocer qué hacían las mujeres cuando se encontraban juntas y solas. El gineceo era un lugar que se les presentaba como desconocido, allí se buscaba mantener a la feminidad ocupada con tareas como el hilado y la plegaria pero aun así se pensaba que debían de estar haciendo algo malo. El gineceo era, de acuerdo a los escritos eclesiásticos, un lugar en el que sin duda las mujeres –sobre todo las jovencitas- se entregaban al placer sexual con sus compañeras ya que no encontraban otra forma de satisfacerlo sino a través de la homosexualidad. Los muertos
  • 10. La otra amenaza a la familia provenía de los muertos a quienes se consideraba presentes a la vez que exigentes. Tenían reservado un lugar apartado en la casa, donde se cuidaba que su alma no sufriera y donde además se celebraba cada año un rito en conmemoración de su aniversario (la familia comía “con él” del mismo modo que en el monasterio) a fin de que descansara en paz y no viniera a perturbar a los vivos. El entierro - primero en privado y luego en público- también constituía una ceremonia con todos los honores a fin de despedir de la mejor manera al finado. 10 A MODO DE CONCLUSIÓN El desarrollo de este trabajo ha permitido entender de manera sucinta cómo se manejaba la sociedad aristocrática feudal en los distintos ámbitos de su vida. Es destacable el hecho de que las grandes mansiones se hallaban cerradas hacia el interior -en general lo privado se desarrollaba allí dentro y se contaba con todo lo necesario para que el exterior fuese casi imprescindible; sin embargo lo externo franqueaba constantemente las barreras privadas, la organización de festines a fin de ostentar las riquezas y el poderío eran una característica de esta época. Queremos señalar, también, cuán estricta y estructurada era la organización de las familias aristocráticas. Empezando ya desde la arquitectura de las mansiones puede verse los perfectos planos, ordenados de una manera excepcional, todo tenía un lugar destinado. Luego la división de poderes dentro de la casa expresada en las distintas jerarquías con la consecuente segregación de clases sociales y el hecho de que cada integrante debiera cumplir una función específica (sobre todo los oficiales domésticos), es asimismo destacable. Los ritos y las costumbres son otra muestra de lo estrictas que eran estas familias, las tradiciones se imponían como una ley inviolable. Es de esta manera como podemos describir brevemente a la aristocracia feudal: Sociedad ostentosa, jerarquizada y estrictamente reglamentada.