El documento describe el origen del monacato cristiano. En los primeros siglos, algunos cristianos se retiraban a vivir en soledad y pobreza como anacoretas, multiplicándose en Oriente. Figuras como san Antonio Abad y san Pacomio adaptaron este estilo de vida para vivir en comunidades. En Occidente, san Benito introdujo el monacato construyendo monasterios donde los monjes compartían trabajo y oración bajo su regla, resumida en "ora et labora".