Las marcas deben ser más humanas y transparentes para conectarse mejor con los consumidores. Los consumidores esperan ver las debilidades y defectos de las marcas porque eso las hace más genuinas. Comparten abiertamente sus vidas en línea, por lo que las fachadas corporativas perfectas ya no funcionan. Ser abierto sobre los defectos y aceptar retroalimentación de los clientes ayuda a las marcas a construir una cultura de mayor confianza y honestidad.