Apuntes con palabras clave

1. Freud resumen
Caso Emma vestido risa pastelero
Nachtraglich efecto retardado del recuerdo que deviene trauma.
Reconducción de síntoma histérico a escena traumática: idoneidad determinadora y fuerza
traumática.
Recuerdo de vivencias anteriores, despertado por vía asociativa, coopera en la causación del
síntoma. Ningún síntoma histérico puede surgir de una vivencia real sola. Punto nodal vivencia
que pertenece a las dos series por ejemplo; o convergen cadenas asociativas singulares, se
hallan vivencias de las que han partido dos o más síntomas.
Infaliblemente se termina por llegar al ámbito del vivenciar sexual. Pubertad. Escenas de la
niñez temprana dejan huellas mnémicas, son recuerdos inconscientes, órgano todavía no
evolucionado, función en proceso. Experiencias sexuales en el cuerpo propio, comercio sexual.
Una o varias vivencias de experiencia sexual prematura. Abusos aislados (mayormente
extraños a niñas); adulto cuidador del niño abusa de él; relaciones infantiles genuinas, en este
último caso en ocasiones se ha comprobado que el varón (activo) había sido seducido antes
por una persona adulta de sexo femenino. Los síntomas histéricos son retoños de unos
recuerdos de eficiencia inconciente.
2/3/4 años vivencias sexuales, 8 años inicia la formación de síntomas histéricos en los casos
graves.
Neurosis obsesiva representaciones obsesivas son siempre reproches mudados, que retornan
de la repulsión (desalojo) y están referidos a una acción de la infancia, una acción sexual
realizada con placer. (Lo que deviene conciente como representación y afecto obsesivos,
sustituyendo al recuerdo patógeno en el vivir conciente por el fracaso de la defensa son)
formaciones de compromiso entre las representaciones reprimidas y las represoras.
Complejo: grupo de elementos de representación investidos de afecto.
Sueño, contenido manifiesto y pensamientos oníricos latentes.
Trabajo del sueño desfiguración de los pensamientos oníricos inconcientes. Condensación y
desplazamiento.
Operaciones fallidas.
Interpretaciones profanas de los sueños: simbólica (analogía del todo) y descifrado (análisis de
fragmentos del sueño con libro de sueños).
Reflexión ≠ observación de sí mismo. Se busca producir un estado psíquico análogo al
adormecimiento por la distribución de la energía psíquica (la atención móvil); en el
adormecimiento energen las representaciones involuntarias por la relajación de una cierta
acción deliberada (critica) que hacemos influir sobre el curso de nuestras representaciones, las
representaciones involuntarias que así emergen se mudan en imágenes visuales y acústicas.
Cada uno de los elementos del contenido del sueño aparece como sobredeterminado, como
siendo el subrogado de múltiples pensamientos oníricos.

2. Los elementos oníricos se configuran desde la masa total de pensamientos oníricos, y cada uno
de ellos aparece determinado de manera múltiple por referencia a los pensamientos oníricos.
El contenido del sueño se nos aparece como una trasferencia de los pensamientos del sueño a
otro modo de expresión, cuyos signos y leyes de articulación debemos aprender a discernir por
vía de comparación entre el original y su traducción. El contenido del sueño nos es dado en
una especie de pictografía, cada uno de cuyos signos ha de trasferir se al lenguaje de los
pensamientos del sueño.
Condensación del material psíquico: el sueño es escueto si se lo compara con la extensión y la
riqueza de los pensamientos oníricos. La condensación adviene por vía de la omisión.
Persona de acumulación: se reúnen rasgos actuales de dos o más personas en una imagen
onírica.
Productos mixtos, por ejemplo cuando se han escogido como objetos palabras y nombres.
Desplazamiento: lo que en los pensamientos oníricos constituye evidentemente el contenido
esencial ni siquiera necesita estar presente en el sueño. El sueño está diversamente centrado,
y su contenido se ordena en torno de un centro constituido por otros elementos que los
pensamientos oníricos. En la formación del sueño los elementos esenciales, sobre los que
recae un interés intenso, pueden ser tratados como si tuviesen valor ínfimo, y en su lugar
aparecen en el sueño otros elementos que con seguridad eran de valor ínfimo en los
pensamientos oníricos. Resulta en que el contenido del sueño devuelve una desfiguración del
deseo onírico del inconciente. Censura de la defensa endopsíquica.
Los elementos que llegan al sueño tienen que haberse sustraído de la censura de la resistencia.
Asociaciones superficiales.
Dormir: suspensión del interés por el mundo. Estímulos quieren perturbar al dormir, frente a
ellos se reacciona con sueños. En el sueño se vivencia predominantemente en imágenes
visuales.
El sueño no devuelve simplemente el estímulo, sino que lo procesa, alude a él, lo inserta
dentro de una concatenación, lo sustituye por algo diverso.
Podemos hallar en sueños sobrios repeticiones de la vida diurna o anudamientos con ella. Pero
en los más de los sueños no hallamos anudamiento alguno a la víspera, además están los
sueños disparatados y absurdos.
“Sueños diurnos”/fantasías, en ellos no se vivencia ni se alucina cosa alguna, sino que es
representado algo, se sabe que se está fantaseando, no se ve, sino que se piensa. El contenido
de estas fantasías está presidido por una motivación muy transparente. Son escenas o
circunstancias en que encuentran satisfacción los afanes de ambición o de poder, o los deseos
eróticos de la persona. Son la materia prima de la producción literaria, pues el artista, tras
ciertos arreglos, disfraces y omisiones deliberadas, crea a partir de sus sueños diurnos las
situaciones que introduce en sus novelas o sus piezas teatrales.
El sueño es un fenómeno anímico (en oposición a somático).
El soñante sabe lo que su sueño significa, pero no sabe que lo sabe (y por eso cree que no lo
sabe).

3. Interpretación del sueño resistencia se le contrapone, sus exteriorizaciones son objeciones
críticas.
Localidad psíquica. Aparato psíquico como instrumento compuesto a cuyos elementos
llamamos instancias o sistemas. Toda nuestra actividad psíquica parte de estímulos (extremo
sensorial, Percepción) y termina en inervaciones (extremo Motor). De las percepciones que
llegan a nosotros, en nuestro aparato psíquico queda una huella mnémica: alteraciones
permanentes sobrevenidas en los elementos de los sistemas. La función atinente a esa huella
es la memoria. El extremo perceptivo carece de memoria. Asociación: la base de la asociación
son los sistemas mnémicos. Preconciente, censura e inconciente.
Sueño: la figuración como situación presente, la transposición del pensamiento a imágenes
visuales y dichos.
Sueño alucinatorio, la excitación toma un camino de reflujo, es decir, en vez de propagarse
hacia el extremo Motor del aparato, lo hace hacia el extremo sensorial, y por último alcanza el
sistema de las percepciones. El sueño tiene carácter regrediente (en oposición a progrediente
del proceso psíquico que se continúa en la vigilia desde el inconciente). La regresión no es
exclusiva del proceso onírico, también está en el recordar deliberado y otros procesos
parciales de nuestro pensamiento normal (marcha hacia atrás dentro del aparato psíquico
desde algún acto complejo de representación hasta el material en bruto de las huellas
mnémicas que está en su base). Peor en la vigilia esta retrogresión no va más allá de las
imágenes mnémicas, no puede producir la animación alucinatoria de las imágenes perceptivas.
Cuando hablamos del trabajo de condensación, supuesto de que las intensidades adheridas a
las representaciones son trasferidas íntegramente de una a otra por obra del trabajo del
sueño; esa sería la modificación del proceso psíquico corriente que posibilitaría que el sistema
de las P se invista hasta la plena vivacidad sensorial en la dirección inversa, partiendo de los
pensamientos.
Regresión: en el sueño la representación vuelve a mudarse en la imagen sensorial de la que
alguna vez partió.
La regresión es un efecto de la resistencia que se opone a la penetración del pensamiento en la
conciencia por la vía normal, así como de la simultánea atracción que sobre él ejercen
recuerdos que subsisten con vivacidad sensorial.
El carácter regrediente no es exclusivo del sueño, también corresponde a las alucinaciones de
la histeria y de la paranoia.
El sueño puede describirse como el sustituto de la escena infantil, alterado por trasferencia a
lo reciente; la escena infantil no puede imponer su renovación, debe conformarse con regresar
como sueño.
Cese en el dormir de la corriente progrediente que durante el día parte de los órganos
sensoriales.
Atracción selectiva de las escenas visualmente recordadas y con las cuales los pensamientos
oníricos entran en contacto.
Tres modos de regresión: tópica (en el sentido del esquema desarrollado), temporal
(retrogresión a formaciones psíquicas más antiguas) y formal (modos de expresión y de
figuración primitivos sustituyen a los habituales).

4. El soñar es una regresión a la condición más temprana del soñante, una reanimación de su
infancia, de las mociones pulsionales que lo gobernaron entonces y de los modos de expresión
de que disponía. Referencia aparte de la infancia individual a la infancia filogenética.
Acerca del cumplimiento de deseo. Todo sueño es cumplimiento de deseo. Hay sueños que se
presentan de manera franca como cumplimientos de deseo (sueños infantiles, sueños de
angustia en los que hay un deseo “inadmisible”), y sueños en los que el deseo es irreconocible
y ocultado por la censura onírica (sueños desfigurados). El deseo proviene de la oposición
entre la vida diurna devenida consciente y una actividad psíquica que permanece inconsciente
y que sólo puede hacerse notable durante la noche.
Tres posibilidades para la génesis de un deseo: 1) haberse excitado durante el día sin obtener
satisfacción a causa de condiciones exteriores; así queda pendiente para la noche un deseo
admitido y no tramitado (localización en el Prcc); 2) haber emergido de día, pero topándose
con una desestimación; queda pendiente un deseo no tramitado pero que fue sofocado (del
Prcc al Icc); y 3) carecer de relación con la vida diurna y ponerse en movimiento sólo de noche
desde lo sofocado (incapaz de trasponer el Icc).
El deseo conciente sólo deviene excitador de un sueño si logra despertar otro deseo paralelo,
inconciente, mediante el cual se refuerza. El deseo que se figura en el sueño tiene que ser un
deseo infantil; en el adulto proviene del Icc y en el niño es un deseo incumplido, no reprimido,
de la vida de vigilia. Las demás mociones de deseo de la vida conciente tienen un papel
secundario en la formación del sueño.
Mociones de pensamiento que se continúan mientras dormimos: lo que durante el día, a causa
de una coartación contingente, no se llevó hasta el final; lo que por desfallecimiento de
nuestra capacidad de pensar quedó sin tramitar, lo no solucionado; lo rechazado y sofocado
durante el día; lo que por el trabajo de lo Prcc fue alertado durante el día en nuestro Icc; las
impresiones del día que nos resultaron indiferentes y por eso quedaron sin tramitar.
Los sueños de displacer son cumplimientos de deseo: un deseo Icc y reprimido cuyo
cumplimiento no podía ser sentido por el yo sino como penoso, se valió de los restos diurnos
penosos que seguían investidos, les prestó su apoyo y los hizo soñables. Los sueños de
displacer pueden ser también sueños punitorios; en ellos el formador del sueño no es el deseo
Icc que procede de lo reprimido, sino el deseo punitorios que reacciona contra aquel.
La fuerza figurante del cumplimiento de deseo se difunde por una cierta esfera de nexos,
dentro de la cual todos los elementos, aún los en sí faltos de medios, son elevados a la
figuración.
La representación Icc es incapaz de ingresar en el Prcc, sólo puede exteriorizar ahí un efecto si
entra en conexión con una representación inofensiva que ya pertenezca al Prcc, trasfiriéndole
su intensidad y dejándose encubrir por ella.
Elementos recientes e indiferentes son menos susceptibles a la censura de la resistencia, por
ello lo Icc busca unirse a esas impresiones y representaciones.
Ver esquema del aparato psíquico. Antes se afanaba por mantenerse en lo posible exento de
estímulos, era un aparato reflejo que enseguida descargaba, por vías motrices, una excitación
sensible que le llegaba desde fuera. Pero el apremio de la vida perturba esta simple función, el
apremio de la vida lo asedia primero en la forma de las grandes necesidades corporales.
Expresión emocional.

5. La excitación que parte de la necesidad interna no corresponde a una fuerza que golpea de
manera momentánea, sino a una que actúa continuamente. Sólo puede sobrevenir un cambio
cuando por algún camino se hace la experiencia de la vivencia de satisfacción que cancela el
estímulo interno. Un componente esencial de esta vivencia es la aparición de una cierta
percepción cuya imagen mnémica queda, de ahí en adelante, asociada a la huella que dejó en
la memoria la excitación producida por la necesidad, el Deseo. La reaparición de la percepción
es el cumplimiento de deseo, y el camino más corto para este es el que lleva desde la
excitación producida por la necesidad hasta la investidura plena de la percepción.
Identidad perceptiva: se busca repetir aquella percepción que está enlazada con la satisfacción
de la necesidad. El objetivo del deseo, de la moción psíquica, es reencontrarse con esa primera
vivencia de satisfacción.
No es un descuido del guardián de nuestra salud mental que reduzca su actividad durante la
noche, pues las mociones de lo Icc resultan inofensivas pues no son capaces de poner en
movimiento al sistema motor, el único que puede actuar sobre el mundo exterior
transformándolo.
El sueño es autorizado a dar expresión a un deseo del Icc tras toda clase de desfiguraciones; en
tanto, el sistema dominante se retira al deseo de dormir, lo realiza produciendo en el interior
del aparato psíquico las alteraciones en la investidura que le son posibles y, en definitiva,
retiene este deseo todo el tiempo en que se duerme.
Lo inconciente. Quita de la investidura libidinal a una representación del Prcc o Cc; la
representación queda desinvestida, recibe investidura del Icc o conserva la investidura Icc que
ya tenía. Contrainvestidura mediante la cual el sistema Prcc se protege contra el asedio de la
representación Icc. Ella representa el gasto permanente de energía de una represión
primordial (en la cual está presente una representación Icc que aún no ha Sido investida por el
Prcc); en la represión propiamente dicha se suma la sustracción de la investidura Prcc, y es
posible que la investidura sustraída de la representación se aplique a la contrainvestidura.
El núcleo del Icc consiste en agencias representantes de Pulsión que quieren descargar su
investidura; por tanto, en mociones de deseo. Estas mociones pulsionales están coordinadas
entre sí, subsisten unas junto a las otras sin influirse y no se contradicen entre ellas, pueden
establecer una meta intermedia (un compromiso). Por el proceso del desplazamiento, una
representación puede entregar a otra todo el monto de su investidura; y por el de la
condensación, puede tomar sobre sí la investidura íntegra de muchas otras. Esos serían dos
procesos indicios del proceso psíquico primario. Dentro del sistema Prcc rige el proceso
secundario; toda vez que a un tal proceso primario le es permitido jugar con elementos del
sistema Prcc, aparece como “cómico” y mueve a risa.
Los procesos Icc son atemporales y están sometidos al principio de placer. Icc: ausencia de
contradicción, proceso primario (movilidad de las investiduras), carácter atemporal y
sustitución de la realidad exterior por la psíquica.
El contenido del Icc es algo análogo al instinto de los animales no humanos, son formaciones
psíquicas heredadas de los ancestros y de la infancia del individuo (es decir, a lo heredado
filogenéticamente se le suma lo que se desechó por inutilizable en el curso del desarrollo
infantil).

6. La represión: el yo no puede escapar de sí mismo. La esencia de la represión consiste en
rechazar algo de la conciencia y mantenerlo alejado de ella. Condición para la represión es que
displacer>placer.
Represión primordial (primaria): al representante psíquico de la Pulsión se le deniega la
admisión en lo cc. Así se establece una fijación; a partir de ese momento el representante
persiste inmutable y la Pulsión sigue ligada a él. El Icc se funda por la fijación del recuerdo
psíquico de la Pulsión. Todo lo reprimido es Icc. Lo Prcc es lo posible de hacerse Cc, entonces lo
que alcanza el Prcc sólo necesita un poco de atención para alcanzar la Cc, lo pulsional nunca
alcanza la Cc.
Represión propiamente dicha (secundaria): recae sobre retoños psíquicos de la agencia
representante reprimida o sobre pensamientos que han entrado en un vínculo asociativo con
él. A causa de ese vínculo, tales representaciones experimentan el mismo destino que lo
reprimido primordial. Debe tenerse en cuenta la atracción que lo reprimido primordial ejerce
sobre todo aquello con lo cual puede ponerse en conexión.
El destino general de la representación es el Icc mientras que el monto de afecto (lo
cuantitativo) tiene tres destinos posibles: Icc (la Pulsión es suprimida por completo, nada se
descubre de ella, como en la histeria); sale a la luz como un afecto coloreado cualitativamente
de algún modo (como en la neurosis obsesiva); o bien se muda en angustia (fobia).
Fracaso de la represión: retorno de lo reprimido bajo la forma de síntomas. El mecanismo de la
represión es la sustracción de la investiduras energética (o libido si son pulsiones sexuales).
Objeto sexual: de él parte la atracción sexual.
Meta sexual: la acción hacia la cual esfuerza la Pulsión toda actividad humana que genere
placer.
Los síntomas son la práctica sexual de los enfermos. Puede haber (en la histeria): represión
sexual o despliegue hiperpotente de la Pulsión sexual. La neurosis es el negativo de la
perversión.
Pulsiones parciales (de ver, de exhibir, de crueldad). Activo y pasivo.
En la base de todas las perversiones hay algo innato, se trata de unas raíces innatas de la
Pulsión sexual, dadas en la constitución misma.
Amnesia infantil y período de latencia (3-4 años).
Formación reactiva y sublimación.
Rupturas del período de latencia.
Exteriorizaciones de la sexualidad infantil: chupeteo, autoerotismo. Apuntalamiento.
Zonas erógenas. Meta sexual infantil: producir la satisfacción (que debe haberse vivenciado
antes) mediante la estimulación apropiada de la zona erógena que se ha escogido. La
necesidad de repetir la satisfacción se trasluce por: un peculiar sentimiento de tensión que
parece displacer; y una sensación de estímulo o de picazón condicionada centralmente y
proyectada a la zona erógena periférica.
Las pulsiones son parciales porque nunca hay una satisfacción total ni tienen una meta
completa ni reproductiva.

7. Organizaciones pregenitales: oral (meta: incorporación del objeto) y sádico anal (meta sexual
pasiva la mucosa erógena del intestino).
Dos tiempos de elección del objeto: 1) 2-5 años (naturaleza infantil de las metas, corriente
tierna de la vida sexual); 2) pubertad, se determina la conformación definitiva de la vida sexual
(tiene que renunciar a los objetos infantiles y empezar de nuevo como corriente sensual).
Fuentes de la sexualidad infantil: la excitación sexual nace como calco de una satisfacción
vivenciada a raíz de otros procesos orgánicos; por la estimulación periférica de zonas
erógenas; y como expresión de algunas pulsiones. Pero también: excitación es mecánicas
(sacudimientos mecánicos de carácter rítmico); actividad muscular; procesos afectivos; y
trabajo intelectual.
Pulsión: es un estímulo para lo psíquico, que no proviene de lo externo sino del mundo interno
del propio organismo. La Pulsión es una fuerza constante, y tiene una necesidad que es
cancelada por la satisfacción: hay una zona que demanda satisfacción.
La esencia del proceso de la represión no consiste en cancelar, en aniquilar una representación
representante de la Pulsión, sino en impedirle que devenga conciente. Se encuentra en el
estado de lo Icc, y aún así es capaz de exteriorizar efectos, incluidos los que finalmente
alcanzan la conciencia. Lo reprimido es una parte de lo Icc. Sólo conocemos lo Icc como cc
después de que ha experimentado una trasposición o traducción a lo cc. Para ello se requiere
que el analizado venza ciertas resistencias, las mismas que en su momento convirtieron a eso
en reprimido por rechazo de lo cc.
El supuesto de lo Icc es necesario y legítimo. Necesario porque los datos de la cc son en alto
grado lagunosos; en sanos y enfermos aparecen a menudo actos psíquicos cuya explicación
presupone otros actos de los que, empero, la cc no es testigo. Tales actos no son sólo las
acciones fallidas y los sueños de los sanos, ni aún todo lo que llamamos síntomas psíquicos y
fenómenos obsesivos en los enfermos; por nuestra experiencia cotidiana más personal
estamos familiarizados con ocurrencias cuyo origen desconocemos y con resultados de
pensamiento cuyo trámite se nos oculta. Estos actos cc quedarían inconexos e incomprensibles
si nos empeñásemos en sostener que la cc por fuerza ha de enterarse de todo cuanto sucede
en nosotros en materia de actos anímicos, y en cambio se insertan dentro de una conexión
discernible si interpolamos los actos Icc inferidos. Una ganancia de sentido y de coherencia es
un motivo que nos autoriza plenamente a ir más allá de la experiencia inmediata. Es una
presunción insostenible exigir que todo cuanto sucede en el interior de lo anímico tenga que
hacerse notorio también para la cc.
La mayor parte de lo que llamamos conocimiento cc tiene que encontrarse en cada caso, y por
los períodos más prolongados, en un estado de latencia; vale decir, en un estado de
inconciencia psíquica. El recuerdo latente es el saldo de un estado psíquico.
El supuesto de lo Icc es además legítimo. A cada uno de nosotros, la cc nos procura solamente
el conocimiento de nuestros propios estados anímicos; que otro hombre posee también cc, es
un razonamiento que extraemos por analogía sobre la base de las exteriorizaciones y acciones
perceptibles de ese otro, y a fin de hacernos inteligible su conducta.
La experiencia muestra que los mismos actos a que no concedemos reconocimiento psíquico
en la persona propia, muy bien los interpretamos en otros, vale decir, nos arreglamos para
insertarlos dentro de la concatenación anímica.

8. La Pulsión es una representación en lo psíquico de los estímulos que provienen del cuerpo.
Los estímulos pulsionales plantean exigencias muy elevadas al sistema nervioso y lo mueven a
actividades complejas que modifican el mundo exterior para satisfacer la fuente interior de
estímulo.
La actividad del aparato psíquico está sometida al principio de placer: displacer incremento de
estímulo, placer disminución.
Pulsión: esfuerzo (la suma de fuerza o la medida de la exigencia de trabajo que ella
representa); meta (la satisfacción que sólo puede alcanzarse cancelando el estado de
estimulación en la fuente de la Pulsión, en la zona que se origina, y si no se puede puede haber
una satisfacción parcial); objeto (aquello por lo cual se puede alcanzar la meta pulsional); y
fuente (proceso somático, interior a un órgano o a una parte del cuerpo, cuyo estímulo es
representado en la vida anímica por la Pulsión, "de donde proviene la Pulsión", la zona
erógena).
Pulsiones primordiales: yoicas o de autoconservación, y sexuales (la libido es la fuerza en la
cual se exterioriza).
La ceguera histérica es presentada como el caso típico de perturbación psicógena de la visión.
En enfermos de histeria hay una predisposición a disociar los procesos inconscientes y los
conscientes.
La neurosis surge del fracaso en la replasmación de las pulsiones sexuales parciales. El yo se
siente amenazado por las exigencias de las pulsiones sexuales y se defiende de ellas mediante
unas represiones que no siempre alcanzan el éxito deseado, cuando surgen los síntomas.
En general, son los mismos órganos y sistemas de órganos los que están al servicio tanto de las
pulsiones sexuales como de las yoicas. El yo ya perdido su imperio sobre el órgano, que ahora
se pone por entero a disposición de la Pulsión sexual reprimida.
Mientras más íntimo sea el vínculo del órgano de doble función con una de las pulsiones, más
se revisará a la otra. Dualismo pulsional (todos los órganos están al servicio de ambas
pulsiones pero se suele reprimir las sexuales cuando las dos están en conflicto).
Paciente: insinceridad conciente, insinceridad inconciente. Amnesias reales y paramnesias
(espejismos del recuerdo).
Dora apegada a su padre. 8 años síntomas neuróticos, 12 años migrañas y tos nerviosa.
Migraña se fue a los 16. Señor K, amigo del padre, le hace una propuesta amorosa a Dora. A los
14 años de Dora, K la besó en los labios, ella sintió asco. Asco en lugar de excitación sexual.
Asco, sensación de presión en la parte superior del cuerpo, horror a los hombres en "tierno"
coloquio. "Ella estaba enamorada de K y tenía síntomas cuando él no estaba", estaba molesta
con su padre por relacionarse con K y su esposa, creía que el padre tenía una relación la esposa
de K.
El síntoma es una trasferencia de la excitación puramente psíquica a lo corporal, una
conversión. Los opuestos siempre están enlazados entre sí, uno de los pensamientos posee
una gran intensidad, pero su contraparte está reprimida y es inconsciente.
Dora "estaba enamorada de su padre y, por eso, celosa". "Debía ocultar su amor por la señora
K".

9. Un síntoma significa la figuración (realización) de una fantasía de contenido sexual, de una
situación sexual.
En "Mis tesis sobre el papel de la sexualidad en la etiología de las neurosis", de 1906, Freud
abandona la concepción traumática de la sexualidad y sostiene, en su nueva concepción de lo
histérico, que la práctica sexual infantil marcaría la dirección que seguirá la vida sexual tras la
madurez. Por ejemplo, muchas fantasías de seducción en los histéricos no eran sino intentos
de defenderse del recuerdo de la propia práctica sexual infantil (masturbación).
Primera tesis: la histeria es la expresión de un comportamiento particular de la función sexual
del individuo, y ese comportamiento ya estuvo marcado de manera decisiva por las influencias
y vivencias que se recibieron en la infancia. Segunda tesis: dada una vida sexual normal, la
neurosis es imposible. Tercera tesis: la práctica sexual infantil marca la dirección que seguirá la
vida sexual tras la madurez.
Entre los síntomas y las impresiones infantiles se intercalaban las fantasías (invenciones de
recuerdos) que solían aparecer en la pubertad: se construían, por un lado, a partir de los
recuerdos infantiles queriendo respaldarlos, y por el otro se trasponían directamente en los
síntomas.
Los traumas sexuales infantiles como etiología fueron sustituidos por la práctica masturbatoria
infantil o infantilismo de la sexualidad. Entre 1894 y 1896 Freud había indicado que la eficacia
patógena de una vivencia estaba sujeta a la condición de que tenía que resultarle intolerable al
yo, y provocar en él un esfuerzo defensivo; y había remitido a esta defensa la escisión psíquica
(la contracción de la enfermedad correspondía a un fracaso de la defensa).
En tres ensayos la disposición sexual del niño es perversa polimorfa (enlace entre salud,
perversión y neurosis): la norma es fruto de la represión de ciertas pulsiones parciales y ciertos
componentes de las disposiciones infantiles, y de la subordinación de los restantes bajo el
primado de las zonas genitales y al servicio de la reproducción; las perversiones correspondían
a perturbaciones de esta síntesis por obra del desarrollo hiperpotente de algunas de estas
pulsiones parciales; y la neurosis fue reconducida a una represión excesiva de las aspiraciones
libidinosas.
Las fantasías histéricas se crean en los sueños diurnos, son cumplimientos de deseos añorados
y desfigurados, engendrados por la privación. Los síntomas histéricos son estás fantasías
inconscientes figuradas por conversión. Ya cuando se han vuelto Icc pueden volverse también
patógenas, expresarse en síntomas y ataques. Estas fantasías Icc pueden haber sido Cc y luego
se las olvidó adrede (por represión).
El síntoma histérico nace como un compromiso entre dos mociones pulsionales o afectivas
opuestas, una de las cuales se empeña en expresar una Pulsión parcial, mientras que la otra se
empeña en sofocarla.
Un síntoma histérico es la expresión de una fantasía sexual Icc masculina y femenina a la vez.
Conferencia 23: en el síntoma del neurótico hay dos fuerzas encontradas, la libido que busca
su satisfacción y la regresión que es el regreso a la fijación que se dejó atrás (infantil). Ambas
cosas coinciden en el síntoma y lo vuelven resistente.
La libido insatisfecha, rechazada por la realidad, en el camino de ella regresión es cautivada
por la fijación que ella ha dejado tras sí en esos lugares de su desarrollo. Halla las fijaciones

10. que le hacen falta para quebrantar las represiones en las prácticas y vivencias de la sexualidad
infantil.
El síntoma se engendra como un retoño del cumplimiento de deseo libidinoso Icc, desfigurado
de manera múltiple.
La fijación libidinal del adulto (factor constitucional en la etiología de las neurosis) se
descompone en otros dos factores: la disposición heredada y la predisposición adquirida en la
primera infancia.
La importancia del período infantil es doble: en él se manifestaron por primera vez las
orientaciones pulsionales que el niño traía consigo en su disposición innata; y en virtud de
experiencias externas, de vivencias accidentales, se la despertaron y activaron por primera vez
estas pulsiones. Unas vivencias puramente agrupadas de la infancia son capaces de dejar como
secuela fijaciones de la libido. A las vivencias infantiles es preciso valorarlas particularmente.
Los síntomas crean un sustituto para la satisfacción frustrada por medio de una regresión de la
libido a épocas anteriores. El neurótico quedó adherido a algún punto de su pasado: en ese
período su libido no echaba de menos la satisfacción, y él era dichoso.
Los síntomas reemplazan una modificación del mundo exterior por una modificación del
cuerpo, una acción exterior por una interior, una acción por una adaptación. Además en
manera alguna nos recuerdan algo de lo que solemos normalmente esperar de una
satisfacción.
Las fantasías poseen realidad psíquica.
La constitución sexual es lo que viene dado: el vivenciar prehistórico. En este vivenciar hay
fantasías primordiales para todos los individuos (ver el comercio sexual entre los padres, la
seducción por una persona adulta y la amenaza de castración).
La fuente de las fantasías está en las pulsiones. Se crean las mismas fantasías en todos los
niños porque son parte del patrimonio filogenético.
El yo del hombre es educado para obedecer al principio de realidad por influencia del apremio
exterior. En ese proceso tiene que renunciar de manera transitoria o permanente a diversos
objetos y metas de su aspiración de placer. Pero siempre es difícil para el hombre la renuncia
al placer. Por eso se ha reservado una actividad del alma en que se concede a todas fuentes de
placer resignadas y a estás vías abandonadas de la ganancia de placer una supervivencia, una
forma de existencia que las emancipa del requisito de realidad, las fantasías (ej, sueños
diurnos).
Los síntomas son un sustituto para la satisfacción frustrada por medio de la regresión de la
libido a estados anteriores.
El juego del niño es su ocupación preferida. Todo niño que juega se comporta como un poeta
creando su propio mundo, insertando las cosas de su mundo en un nuevo orden, que ahora le
agrada. Se toma muy en serio su juego y tiene un gran monto de afecto. Lo opuesto al juego
no es la seriedad sino la realidad afectiva.
El niño diferencia muy bien de la realidad su mundo de juego y tiende a apuntalar sus objetos y
situaciones imaginadas en cosas palpables y visibles del mundo real.
El poeta hace lo mismo que el niño que juega.

11. Deseos insatisfechos y deseos funcionales (ambiciosos y eróticos).
La fantasía oscila en tres tiempos (pasado, presente y futuro): el presente es capaz de
despertar deseos que se remontan a una vivencia anterior infantil, en que aquel deseo se
cumplió y crea una situación referida al futuro, que se configura con el cumplimiento a partir
de un sueño diurno de la fantasía.
El hecho de que las fantasías proliferen y se vuelvan hiperpotentes también crea condiciones
para la caída en una neurosis o una psicosis; además las fantasías son los estadios previos de
los síntomas patológicos.
Dos clases de recursos del poeta: atempera el carácter del sueño diurno egoísta mediante
variaciones y encubrimientos; y nos soborna por medio de una ganancia de placer (dicha
ganancia proviene de fuentes deformantes psíquicas situadas en mayor o menor
profundidad).
Hombre de los Lobos Sergei Pankejeff. Gonorrea a los 18 años, luego neurosis con parálisis de
los movimientos intestinales necesarios para la defecación, depresión y trastorno obsesivo. En
su infancia zoofobia y trastorno obsesivo de contenido religioso (miedo a un lobo que andaba
en dos patas, del libro de animales de la hermana, por el cual Sergei rezaba durante horas
antes de dormir). Sueño de los lobos le provoca angustia. El miedo al lobo era una advertencia
del yo contra el secreto deseo de adoptar el papel de la madre (sexualmente pasivo,
homosexual, por lo tanto castrante).
Organización genital infantil (1923) corrige de Tres ensayos "lo genital cuenta en la infancia"
(ya en la niñez se consuma una elección de objeto, las aspiraciones sexuales se dirigen a la
persona única y en ella quieren alcanzar su meta). Primado del falo (sólo desempeña un papel
el genital masculino).
Investigación/curiosidad sexual del niño lleva a entender la falta de pene como resultado de
una castración. El niño cree que las personas sin pene son culpables de las mismas mociones
prohibidas en que él mismo incurrió, y por ello perdieron su genital, a modo de castigo.
Trueque del pene a cambio de un hijo.
Fase fálica contemporánea al complejo de Edipo, no prosigue su desarrollo hasta la
organización genital definitiva, sino que es relevada por el período de latencia.
La masturbación es sólo la descarga genital de la excitación sexual perteneciente al complejo.
El complejo de Edipo ofrecía al niño dos posibilidades de satisfacción, una activa y una pasiva.
Pudo situarse de manera masculina en el lugar del padre y, como él, mantener comercio con la
madre, a raíz de lo cual se vió al padre como un obstáculo; o quiso sustituir a la madre y
hacerse amar por el padre, con lo cual la madre quedó sobrando.
Si la satisfacción amorosa en el terreno del complejo de Edipo debe costar el pene, entonces
por fuerza estallará el conflicto entre el interés narcisista en esta parte del cuerpo y la
investiduras libidinosa de los objetos parentales. En este conflicto triunfa normalmente el
primero de esos poderes: el yo del niño se extraña del complejo de Edipo.
La autoridad del padre o de ambos progenitores, introyectada en el yo, forma ahí el núcleo del
superyó, que toma prestada del padre su severidad, perpetúa la prohibición del incesto. Las

12. aspiraciones libidinosas pertenecientes al complejo de Edipo son en parte desexualizadas, son
inhibidas en su meta y mudadas en mociones tiernas. Se inicia el periodo de latencia.
Más que una represión, hay una destrucción y cancelación del complejo.
Narcisismo secundario: delirio de grandeza (sobreinvestidura del yo) y extrañamiento del
mundo exterior, la libido se sustrae del mundo exterior y es conducida al yo (ej: esquizofrenia).
Masa: alma colectiva. Individuo sentimiento de poder invencible, contagio y sugestionabilidad.
Desaparición de la personalidad consciente de los sentimientos e ideas en el mismo sentido
por sugestión y contagio, y la tendencia a transformar inmediatamente en actos las ideas
sugeridas. El individuo deja de ser él mismo; se ha convertido en un autómata carente de
voluntad.
Al reunirse los individuos de la masa desaparecen todas las inhibiciones y son llamados a una
libre satisfacción pulsional todos los instintos crueles, brutales, destructivos, que dormitan en
el individuo como relictos del tiempo primordial.
Cada individuo tiene una doble ligazón libidinosa: con el CONDUCTOR (relación vertical) y con
los OTROS INDIVIDUOS de la masa (relación horizontal).
Identificación vs investidura de objeto.
La identificación es la forma más originaria de ligazón afectiva con un objeto.
ENAMORAMIENTO no es más que una investidura de objeto de parte de las pulsiones sexuales
con el fin de alcanzar la satisfacción sexual directa, lograda la cual se extingue; es lo que se
llama amor sensual, común.
El objeto es tratado como el yo propio, en muchas formas de la elección amorosa el objeto
sirve para sustituir un ideal del yo propio, no alcanzado. Se ama en virtud de perfecciones a
que se ha
aspirado para el yo propio y que ahora a uno le gustaría procurarse, para satisfacer su
narcisismo.
Las aspiraciones sexuales de meta inhibida logran crear ligazones duraderas entre humanos. El
amor sensual está destinado a extinguirse con la satisfacción; para perdurar tiene que
encontrarse mezclado desde el comienzo con componentes puramente tiernos, de meta
inhibida.
Todo ser humano, por efecto conjugado de sus disposiciones innatas y de los influjos que
recibe en su infancia, adquiere una especificidad determinada para el ejercicio de su vida
amorosa, o sea, para las condiciones de amor que establecerá y las pulsiones que satisfará, así
como para las metas que habrá de fijarse.
Sólo un sector de esas mociones determinantes de la vida amorosa ha recorrido el pleno
desarrollo psíquico. Otra parte de estas mociones libidinosas ha sido demorada en el
desarrollo, está apartada de la personalidad consciente así como de la realidad objetiva, y solo
tuvo permitido desplegarse en la fantasía o bien ha permanecido por entero en lo
inconsciente, siendo entonces no consabida.

13. Es entonces del todo normal e inteligible que la investidura libidinal aprontada en la
expectativa de alguien
que está parcialmente insatisfecho se vuelva hacia el médico (trasferencia).
Animal sagrado: padre ancestral.
El principio de placer es propio de un modo de trabajo primario del aparato anímico, desde el
comienzo mismo inutilizable, y aun peligroso en alto grado, para la autopreservación del
organismo en medio de las dificultades del mundo exterior.
Bajo el influjo de las pulsiones de autoconservación del yo, es relevado por el principio de
realidad, que, sin
resignar el propósito de una ganancia final de placer, exige y consigue posponer la satisfacción,
renunciar a
diversas posibilidades de lograrla y tolerar provisionalmente el displacer en el largo rodeo
hacia el placer.
Ahora bien, el principio de placer sigue siendo todavía por largo tiempo el modo de trabajo de
las pulsiones sexuales, y sucede una y otra vez que, sea desde estas últimas, sea en el interior
del mismo yo, prevalece sobre el principio de realidad en detrimento del organismo en su
conjunto.
El enfermo de neurosis traumática esta psíquicamente fijado al trauma y eso se manifiesta en
sus sueños.
Suponiendo que los sueños son el cumplimiento de un deseo, tal vez nos quede el expediente
de sostener
que en este estado la función del sueño resultó afectada y desviada de sus propósitos; o bien
tendríamos
que pensar en las enigmáticas tendencias masoquistas del yo.
Juego infantil fort-da.
Compulsión de repetición en la transferencia. Destino fatal, eterno retorno de lo igual.
Compulsión de repetición se instaura más allá del principio del placer.
Metáfora de la vesícula viva: protección anti-estímulo (membrana para el exterior). Lo que
puede romper la barrera es la situación traumática. Hacia adentro no hay protección anti-
estímulo. Las excitaciones internas que produzcan una multiplicación de displacer demasiado
grande. Se tenderá a tratarlas como si no obrasen desde adentro, sino desde afuera, a fin de
poder aplicarles el medio defensivo
de la protección anti estímulo.
Son traumáticas las excitaciones externas que poseen fuerza suficiente para perforar la
protección antiestímulo.
Contrainvestidura.

14. Angustia (expectativa frente al peligro)≠Miedo (requiere un objeto determinado)≠Terror (se
corre un peligro sin estar preparado, factor sorpresa).
TERROR. Tiene por condición la falta del apronte angustiado (el cual conlleva la
sobreinvestidura de los sistemas que reciben primero el estímulo). A raíz de esta investidura
más baja, pues, los sistemas no están
en buena situación para ligar los volúmenes de excitación sobrevinientes, y por eso las
consecuencias de la ruptura de la protección antiestímulo se producen tanto más fácilmente.
Sueños de la neurosis traumática
reconducen al enfermo constantemente a la situación en que sufrió el accidente. Estos sueños
buscan recuperar el dominio sobre el estímulo por medio de un desarrollo de angustia cuya
omisión causó la neurosis traumática. SOÑAR TODAS LAS NOCHES UN SUEÑO IDÉNTICO ES UN
INTENTO DE LIGAR. Repite la misma situación para domarla, domesticarla, ligar algo de ese
exceso de energía que irrumpió en el aparato.
Los sueños traumáticos y los que se presentan en el psicoanálisis y devuelven el recuerdo de
un trauma
Psíquico de la infancia OBEDECEN A LA COMPULSIÓN DE REPETICIÓN que en el análisis se
apoya en el deseo de convocar lo olvidado y reprimido.
Digamos que el aparato psíquico funciona en base al principio del placer, pero ante la irrupción
de algo desmedido, se interrumpe y se produce la repetición para intentar ligar ese exceso y
poner en funcionamiento el principio de placer.
“Pulsiones” del organismo: los representantes de todas las fuerzas eficaces que provienen del
interior del cuerpo y se transfieren al aparato anímico.
Para las pulsiones no hay capa protectora (no hay nada que los filtre), entonces son
equivalentes a los estímulos externos que rompen la protección. NO SE PUEDE HUIR DE LA
PULSIÓN.
Una PULSIÓN sería un esfuerzo, inherente a lo orgánico vivo, de reproducción de un estado
anterior que lo vivo debió resignar bajo el
Influjo de fuerzas perturbadoras externas. La meta de toda vida es la muerte; y,
retrospectivamente: lo inanimado estuvo ahí antes que lo vivo.
Aquello de la pulsión que puede ligarse y que circula por el aparato psíquico (y que favorece el
funcionamiento del aparato psíquico, funcionando como “motor”) lo llamará “pulsiones de
vida” y aquello que queda como energía libre (peligroso) que no puede ser ligado y circular por
las representaciones las llama “pulsión de muerte”, tiende a hacerte volver a un estado
anterior, al de no vida, “muerte” del aparato psíquico, de su funcionamiento.
También los sueños punitorios son cumplimientos de deseo, pero no de las mociones
pulsionales, sino de la instancia criticadora, censuradora y punitoria de la vida anímica, a la que
llamamos superyó.
Pulsiones sexuales≠Pulsiones de agresión
Masoquismo Pulsión de Muerte necesidad de castigo sentimiento Icc de culpa, se satisface en
la enfermedad.

15. Sentimiento de enajenación y déja vu.