Escucho a Alberto Fujimori describir su paraíso de opio y compruebo que gente como él sólo puede prosperar en un país que tiene a un 40 por ciento de ciudadanos a los que les da lo mismo –lo dicen reiteradas encuestas- si los rige una democracia o una dictadura. Elijamos un Presidente que verdaderamente represente a los peruanos, no a la hija de un japonés que los mismos japoneses se avergüenzan de tenerlo como compatriota, no a la hija de un delincuente comprobado. ¿Crees que la hija de un japonés casada con un extranjero pueda amar al Perú?, sería iluso creer que sí.