Los rumiantes pueden digerir forraje gracias a su capacidad de degradar carbohidratos como celulosa. Los terneros nacen con un estómago adaptado a la leche, pero la gotera esofágica les permite pasar la leche al abomaso para su digestión, siendo más funcional cuando son lactantes. La gotera es una invaginación muscular que conecta el esófago con el abomaso y se cierra por reflejo al mamar, dirigiendo la leche al estómago.