El documento resume la historia del grafiti en el metro de Nueva York, comenzando a finales de los años 60 como garabatos en las paredes que luego evolucionaron a los vagones. En los años 70 surgió una "guerra de estilos" entre artistas que competían por fama basada en cantidad o calidad de su trabajo. En los 80, el aumento de vigilancia policial hizo disminuir las pintadas en el metro.