El documento analiza cómo la arquitectura de Facebook, en el sentido de su diseño y código, junto con las expectativas sociales, condicionan la construcción de identidades en la plataforma. La arquitectura crea un escenario que limita las posibilidades de los usuarios, mientras que las normas sociales guían hacia un comportamiento estandarizado. Aunque los usuarios puedan intentar diferenciarse, siempre encontrarán restricciones debido a la política de identidad de Facebook.