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CAPÍTULO 3
DAVID HUME
Introducción
El pensamiento político de Hume es esquivo. Las Enquiries y los Treatises
son obras extensas de filosofía, y sólo hacia el final contienen mateiial que es
evidentemente político. E incluso ni siquiera esa última parte parece equivaler a
una teoría de la política. Los Essays contienen de hecho mucho material políti-
co; pero la forma del ensayo tiene como efecto la fragmentación de su impacto.
Además, abordan cuestiones que están relacionadas muy estrechamente con las
preocupaciones y controversias del siglo XVIII, que hace que parezcan irrelevan-
tes hoy día. Finalmente, la relación intelectual entre el sistema filosófico escép-
tico y el material discursivo y ocasional de los Essays es difícil de articular. No
obstante, Hume es un pensador de una inmensa importancia. El modo en el que
da cuenta de las operaciones de la mente humana ejerció una fuerte influencia,
en general, en la filosofía y, en particular, en los filósofos morales hasta bien en-
trado el siglo XIX y, de hecho, se puede decir que hasta hoy en día. Las princi-
pales obras filosóficas inglesas del siglo xx, como la de A. J. Ayer, Language,
Truth and Logic, han sido fuertemente influidas por Hume, siendo común leer li-
bros sobre Hume que indican que aún hoy está vivo y bien vivo. Esto puede ser
engañoso, puesto que al igual que muchos otros pensadores, muchas de sus for-
mulaciones provienen de las preocupaciones filosóficas de su propio tiempo, y se
comprenden mejor si se entienden como respuestas a esas preguntas. Además,
tratar la teoría del entendimiento y la filosofía moral de Hume de un modo ais-
lado de su teoría social más amplia, es aislarlas del contexto mismo en el que
más preocupado estaba por situarlas. Porque Hume estaba preocupado por el
modo en el que nuestra experiencia, incluyendo nuestra experiencia social, polí-
tica y económica, estaba formada y moldeada por nuestras creencias acerca del
mundo. La iden1ificación de las fuerzas que configuran nuestras creencias mora-
les y políticas fue una de las principales preocupaciones de los pensadores del si-
glo XVIII, preocupados corno estaban en mantener la estabilidad política, y dolo-
rosamente conscientes como eran de la facilidad con la que se podía minar esa
estabilidad si el fanatismo religioso, la intolerancia política o la pura codicia ga-
naban la partida. Como muchos pensadores de la Ilustración, Hume consideró la
nueva elegancia y civilidad de la sociedad educada un indicio del refinamiento y
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