El autor argumenta que el sábado mencionado en Génesis 2:1-3 es el mismo que el cuarto mandamiento. Señala que (1) Dios descansó el séptimo día como un modelo para los humanos, (2) bendijo y santificó el día, separándolo para uso religioso, y (3) para los escritores del Antiguo Testamento era el mismo día. El intento de separarlos para decir que solo el cuarto mandamiento se aplica a los cristianos debilita la imagen de Dios en los humanos.
14/23 – El verdadero día de reposo – CURSO BÍBLICO – LA BIBLIA HABLAjespadill
14/23 – El verdadero día de reposo – CURSO BÍBLICO – LA BIBLIA HABLA
“¡Bienaventurado el que lee y los que oyen las palabras de esta profecía, y guardan las cosas escritas en ella, porque el tiempo está cerca!”. Apocalipsis 1: 3
“Para siempre, oh Jehová, permanece tu palabra en los cielos”. Salmo 119: 89
Le invitamos a leer lo que “La Biblia Habla” a su corazón, y así encontrará paz, consuelo y esperanza para el diario vivir.
El bondadoso Creador, después de los seis días de la creación, descansó el séptimo día, e instituyó el sábado para todos los hombres como un monumento conmemorativo de la Creación. El cuarto mandamiento de la inmutable ley de Dios requiere la observancia del séptimo día, sábado, como día de reposo, adoración y ministerio en armonía con las enseñanzas y la práctica de Jesús, el Señor del sábado. El sábado es un día de agradable comunión con Dios y con nuestros hermanos. Es un símbolo de nuestra redención en Cristo, una señal de nuestra santificación, una demostración de nuestra lealtad y una anticipación de nuestro futuro eterno en el reino de Dios. El sábado es la señal perpetua del pacto eterno entre él y su pueblo. La gozosa observancia de este tiempo sagrado de una tarde a la otra tarde, de la puesta de sol a la puesta de sol, es una celebración de la obra creadora y redentora de Dios (Gén. 2:1-3; Éxo. 20:8-11; Luc. 4:16; Isa. 56:5, 6; 58:13,14;Mat. 12:1-12; Éxo. 31:13-17; Eze. 20:12,20; Deut. 5:12-15; Heb. 4:1-11; Lev. 23:32; Mar. 1:32).
El bondadoso Creador, después de los seis días de la creación, descansó el séptimo día, e instituyó el sábado para todos los hombres como un monumento conmemorativo de la Creación. El cuarto mandamiento de la inmutable ley de Dios requiere la observancia del séptimo día, sábado, como día de reposo, adoración y ministerio en armonía con las enseñanzas y la práctica de Jesús, el Señor del sábado. El sábado es un día de agradable comunión con Dios y con nuestros hermanos. Es un símbolo de nuestra redención en Cristo, una señal de nuestra santificación, una demostración de nuestra lealtad y una anticipación de nuestro futuro eterno en el reino de Dios. El sábado es la señal perpetua del pacto eterno entre él y su pueblo. La gozosa observancia de este tiempo sagrado de una tarde a la otra tarde, de la puesta de sol a la puesta de sol, es una celebración de la obra creadora y redentora de Dios (Gén. 2:1-3; Éxo. 20:8-11; Luc. 4:16; Isa. 56:5, 6; 58:13,14;Mat. 12:1-12; Éxo. 31:13-17; Eze. 20:12,20; Deut. 5:12-15; Heb. 4:1-11; Lev. 23:32; Mar. 1:32).
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“¡Bienaventurado el que lee y los que oyen las palabras de esta profecía, y guardan las cosas escritas en ella, porque el tiempo está cerca!”. Apocalipsis 1: 3
“Para siempre, oh Jehová, permanece tu palabra en los cielos”. Salmo 119: 89
Le invitamos a leer lo que “La Biblia Habla” a su corazón, y así encontrará paz, consuelo y esperanza para el diario vivir.
El bondadoso Creador, después de los seis días de la creación, descansó el séptimo día, e instituyó el sábado para todos los hombres como un monumento conmemorativo de la Creación. El cuarto mandamiento de la inmutable ley de Dios requiere la observancia del séptimo día, sábado, como día de reposo, adoración y ministerio en armonía con las enseñanzas y la práctica de Jesús, el Señor del sábado. El sábado es un día de agradable comunión con Dios y con nuestros hermanos. Es un símbolo de nuestra redención en Cristo, una señal de nuestra santificación, una demostración de nuestra lealtad y una anticipación de nuestro futuro eterno en el reino de Dios. El sábado es la señal perpetua del pacto eterno entre él y su pueblo. La gozosa observancia de este tiempo sagrado de una tarde a la otra tarde, de la puesta de sol a la puesta de sol, es una celebración de la obra creadora y redentora de Dios (Gén. 2:1-3; Éxo. 20:8-11; Luc. 4:16; Isa. 56:5, 6; 58:13,14;Mat. 12:1-12; Éxo. 31:13-17; Eze. 20:12,20; Deut. 5:12-15; Heb. 4:1-11; Lev. 23:32; Mar. 1:32).
El bondadoso Creador, después de los seis días de la creación, descansó el séptimo día, e instituyó el sábado para todos los hombres como un monumento conmemorativo de la Creación. El cuarto mandamiento de la inmutable ley de Dios requiere la observancia del séptimo día, sábado, como día de reposo, adoración y ministerio en armonía con las enseñanzas y la práctica de Jesús, el Señor del sábado. El sábado es un día de agradable comunión con Dios y con nuestros hermanos. Es un símbolo de nuestra redención en Cristo, una señal de nuestra santificación, una demostración de nuestra lealtad y una anticipación de nuestro futuro eterno en el reino de Dios. El sábado es la señal perpetua del pacto eterno entre él y su pueblo. La gozosa observancia de este tiempo sagrado de una tarde a la otra tarde, de la puesta de sol a la puesta de sol, es una celebración de la obra creadora y redentora de Dios (Gén. 2:1-3; Éxo. 20:8-11; Luc. 4:16; Isa. 56:5, 6; 58:13,14;Mat. 12:1-12; Éxo. 31:13-17; Eze. 20:12,20; Deut. 5:12-15; Heb. 4:1-11; Lev. 23:32; Mar. 1:32).
Desde los primeros días de la iglesia, el día
regular para que los cristianos celebraran la Cena
del Señor fue el domingo, también conocido como
«el primer día de la semana» (Hechos 20.7). Seguramente,
al decir «partir el pan» en Hechos 20.7,
se quiere dar a entender nada más que la Cena del
Señor.1
15/23 - ¿A quien-obedecer? – CURSO BÍBLICO – LA BIBLIA HABLA
“¡Bienaventurado el que lee y los que oyen las palabras de esta profecía, y guardan las cosas escritas en ella, porque el tiempo está cerca!”. Apocalipsis 1: 3
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Le invitamos a leer lo que “La Biblia Habla” a su corazón, y así encontrará paz, consuelo y esperanza para el diario vivir.
Desde los primeros días de la iglesia, el día
regular para que los cristianos celebraran la Cena
del Señor fue el domingo, también conocido como
«el primer día de la semana» (Hechos 20.7). Seguramente,
al decir «partir el pan» en Hechos 20.7,
se quiere dar a entender nada más que la Cena del
Señor.1
15/23 - ¿A quien-obedecer? – CURSO BÍBLICO – LA BIBLIA HABLA
“¡Bienaventurado el que lee y los que oyen las palabras de esta profecía, y guardan las cosas escritas en ella, porque el tiempo está cerca!”. Apocalipsis 1: 3
“Para siempre, oh Jehová, permanece tu palabra en los cielos”. Salmo 119: 89
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Las 28 doctrinas fundamentales de la iglesia adventista del séptimo día
Hay más de un sábado
1. ¿Hay más de un sábado?
(ÁNGEL MANUEL RODRÍGUEZ)
Pregunta:
He leído que el sábado del Génesis 2:1-3, no es el mismo que el sábado del
cuarto mandamiento, por favor, explíqueme.
Respuesta:
Algunos protestantes argumentan que Génesis 2:1 al 3 no prescribe el
mandamiento sabático; sencillamente describe lo que Dios hizo el séptimo día de la
semana de la Creación. Argumentan que el mandamiento del sábado fue dado a los
israelitas como parte del pacto, y que fue reemplazado por el nuevo pacto. Este es un
intento obvio de minar la autoridad del sábado para los cristianos. En Génesis 1 y 2,
entre otras cosas, Dios está modelando para los seres humanos la necesidad y la
naturaleza del trabajo. La naturaleza ejemplar de su actividad divina incluye el
descanso sabático. Esto puede ser fundamentado por varias razones.
1. La imagen de Dios y el sábado: El relato de la Creación describe a los seres
humanos como criaturas inteligentes y únicas, creadas a la imagen de Dios (Gén.
1:27). Debían reflejar el carácter de Dios y representarlo ante el resto de la creación. La
narración contiene varios conceptos importantes.
En primer lugar, el hecho de que Dios haya descansado de sus obras atribuye a
Dios necesidades humanas con el fin de demostrar cómo Dios planea suplir esa
necesidad. El relato de la Creación demuestra claramente la preocupación de Dios por
el ser humano, que no solo necesita trabajar sino también separar un tiempo particular
para gozar de la comunión con su Creador.
En Segundo lugar, es el Creador, no la criatura, quien determina el tiempo y la
naturaleza de ese descanso. Los intentos humanos por establecer su propio momento
de descanso son un rechazo de la naturaleza ilustrativa del descanso de Dios y debilita
el significado del ser humano como creado a la imagen de Dios.
En tercer lugar, si Dios hubiera descansado sin la compañía de los seres
humanos, habría abandonado a su propia suerte a los seres humanos y al mundo que
él creó; se hubiera ausentado de su creación, dejándola sin su poder sustentador.
Descansó en compañía de los que había creado a su propia imagen, en una
2. celebración gozosa del misterio de su creación. Deseaba gozar de la compañía del ser
humano durante el séptimo día.
2. Dios bendijo el sábado: En el relato de la Creación, Dios describe al séptimo
día como una bendición. Esto significa, como lo sugiere el uso del mismo verbo en
Éxodo 20:11, que por medio del descanso sabático Dios transmite bendiciones a su
pueblo. El hecho de que su bendición sea indefinida implica sus riquezas sin límites. El
verbo "bendecir" expresa la idea de beneficios derramados sobre alguien o algo.
Cuando Dios bendijo el sábado, lo dotó de beneficios que serían disfrutados por los
que se le unieran en su placentero descanso. En la Biblia, un día no bendecido es un
día privado de contenido positivo para los seres humanos (ver Jer. 20:14). La bendición
pronunciada por Dios sobre el séptimo día no fue para su propio beneficio, sino para el
de los que estaban junto a él, disfrutando de la comunión y el compañerismo con el
Señor, dentro de la fracción de tiempo llamada séptimo día.
3. Dios declaró santo al séptimo día: La Biblia contiene rituales para la
santificación de las personas, las cosas y los lugares. Pero no existe un ritual prescrito
para la santificación del sábado. Únicamente la historia de la Creación nos informa que
su santidad es el resultado de una declaración divina. A lo largo del Antiguo
Testamento, la santidad de ese día es presupuesta. Para los escritores del Antiguo
Testamento, al igual que para el pueblo de Dios, el sábado de la Creación era el mismo
que el sábado del séptimo día mencionado en el Decálogo. Los seres humanos eran
responsables de mantenerlo santo al obedecer el cuarto Mandamiento.
La santidad del sábado no consistía en un estado provisional que se agotara al fi-
nal del día. No hubo un ritual de "des-santificación" para el séptimo día después de que
fuera declarado santo. Al santificarlo, Dios lo separó permanentemente para un uso
religioso particular. Dado que, de acuerdo con el relato de la Creación, Adán y Eva
habían sido creados en el sexto día, experimentaron la santidad del séptimo día en
presencia de Dios mismo. El sábado es lo primero que Dios santificó sobre este
planeta, y ha permanecido santo desde entonces.
Todo intento de aislar el Mandamiento del sábado del descanso de Dios durante
el séptimo día, con el fin de argumentar que pertenece al antiguo pacto y que los
cristianos no deberían guardarlo, es sencillamente una ilusión, que trae como resultado
el deterioro de la imagen de Dios en los seres humanos.
- ÁNGEL MANUEL RODRÍGUEZ, es doctor en Teología y director del Instituto de Investigación
Bíblica de la Asociación General.