La buena higiene bucal significa tener una boca sana que luce y huele bien, con dientes limpios sin restos de comida, encías de color rosado sin dolor o sangrado, y sin mal aliento constante. Se logra practicando cuidados preventivos diarios como cepillado, uso de hilo dental y enjuague bucal, lo que evita problemas mayores y es menos doloroso y costoso que tratamientos por infecciones avanzadas.