Aristóteles argumenta que todo lo que cambia es movido por algo, y que este proceso no puede continuar indefinidamente, por lo que debe haber una primera causa o primer motor. Este primer motor debe ser eterno, inmóvil y separado de las cosas sensibles. También afirma que debe haber al menos un principio cuya sustancia sea acto puro, para explicar el movimiento eterno en el universo.