El documento resume las lecturas bíblicas de la misa del domingo, incluyendo pasajes del Evangelio de Juan sobre las apariciones de Jesús resucitado a sus discípulos. También presenta un cuento en varios capítulos sobre un club de niños que explora la historia de su pueblo.

1. La hojita
de los niños
Año XIX • nº 1.182 • 27 de abril de 2014
¡la buena noticia para todos! • domingo 2º de Pascua
El mEnsajE dE la Palabra dE dios Para Esta sEmana
Somos testigos de Jesús resucitado cuando vivimos en comunidad. Esto no
quiere decir que compartimos la casa. Es algo mucho más profundo, quiere
decir que sentimos a los demás como hermanos y que nuestra felicidad nunca
será completa mientras haya alguien que sufra.
Jesús resucitado nos envía al Espíritu Santo para que nunca estemos solos
y contemos con su fuerza para vivir íntimamente unidos.
CANTEMOS Y CELEBREMOS QUE JESÚS RESUCITÓ
SIETE DIFERENCIAS
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2. odos se reunían asiduamente para escuchar la enseñanza de los Apóstoles y
participar en la vida común, en la fracción del pan y en las oraciones. Un santo
temor se apoderó de todos ellos, porque los Apóstoles realizaban muchos prodigios y signos. Todos
los creyentes se mantenían unidos y ponían lo suyo en común: vendían sus propiedades y sus
bienes, y distribuían el dinero entre ellos, según las necesidades de cada uno. Íntimamente unidos,
frecuentaban a diario el Templo, partían el pan en sus casas, y comían juntos con alegría y sencillez
de corazón; ellos alababan a Dios y eran queridos por todo el pueblo. Y cada día, el Señor acre-
centaba la comunidad con aquellos que debían salvarse.
l atardecer de ese mismo día, el primero de la semana, los discípulos se en-
contraban con las puertas cerradas por temor a los judíos. Entonces llegó
Jesús y poniéndose en medio de ellos, les dijo: «¡La paz esté con ustedes!». Mientras decía esto,
les mostró sus manos y su costado. Los discípulos se llenaron de alegría cuando vieron al Señor.
Jesús les dijo de nuevo: «¡La paz esté con ustedes! Como el Padre me envió a mí, yo también los
envío a ustedes». Al decirles esto, sopló sobre ellos y añadió:«Reciban el Espíritu Santo. Los pecados
serán perdonados a los que ustedes se los perdonen, y serán retenidos a los que ustedes se los re-
tengan».
Tomás, uno de los Doce, de sobrenombre el Mellizo, no estaba con ellos cuando llegó Jesús. Los
otros discípulos le dijeron: «¡Hemos visto al Señor!». Él les respondió: «Si no veo la marca de los
clavos en sus manos, si no pongo el dedo en el lugar de los clavos y la mano en su costado, no lo
creeré». Ocho días más tarde, estaban de nuevo los discípulos reunidos en la casa, y estaba con
ellos Tomás. Entonces apareció Jesús, estando cerradas las puertas, se puso en medio de ellos y
les dijo: «¡La paz esté con ustedes!». Luego dijo a Tomás: «Trae aquí tu dedo: aquí están mis manos.
Acerca tu mano: métela en mi costado. En adelante no seas incrédulo, sino hombre de fe». Tomás
respondió: «¡Señor mío y Dios mío!». Jesús le dijo: «Ahora crees, porque me has visto.
¡Felices los que creen sin haber visto!». Jesús realizó además muchos otros signos en presencia
de sus discípulos, que no se encuentran relatados en este Libro. Estos han sido escritos para que
ustedes crean que Jesús es el Mesías, el Hijo de Dios, y creyendo, tengan Vida en su Nombre.
la biblia, el libro de la Palabra de dios
las lECturas dE la misa dEl domingo
sEgunda lECtura
HECHos 2, 42-47
EvangElio
juan 20, 19-31
T
A
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3. en-
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Un sábado, Aníbal llegó muy nervioso a la plaza.
No traía consigo el cuaderno, y nos explicó que
lo había perdido.
Nos contó que había escrito la crónica de lo ocu-
rrido el último sábado y que había dejado el
lugar para pegar la foto de la mancha de harina
en el piso; después de eso no se acordaba más
de lo que había ocurrido con el cuaderno.
No lo podíamos creer,
¡¿cómo iba a perder el dia-
rio que habíamos hecho
con tanto esfuerzo?!
Fuimos a la casa de Aníbal,
pero no lo encontramos.
Caminamos despacito por
el vecindario y pregunta-
mos a todos los que pasa-
ban por ahí sin éxito.
Celeste dijo que fuéramos
a preguntar a la comisaría.
Si alguien lo había encontrado, quizás lo había
llevado allí. Leo no estuvo de acuerdo. El libro
tenía nuestros nombres en la primera página y
no era posible que alguien del pueblo lo hubiera
encontrado y no nos conociera a ninguno de los
cinco. Si la policía lo hubiera encontrado, se los
hubieran dado.
En eso vimos que, caminando a pleno sol de la
tarde, se acercaba el padre Adrián con algo bajo
el brazo.
–¿Perdieron algo? –nos preguntó–. Me parece
que esto es de ustedes. Alguien se lo dejó olvi-
dado en un banco de la iglesia.
Todos miramos a Aníbal que nos contó que el
domingo se lo había llevado a la misa para es-
cribir lo que había pasado el sábado mientras el
padre decía la homilía.
–Disculpen –continuó hablando Adrián– para
ver de quién era, tuve que abrirlo. Lo que hice
después no estuvo tan bien, pero no pude evitar
leerlo. Es maravilloso lo que hicieron en este
tiempo y cómo rescataron lugares desconocidos
del pueblo y de su historia. Sería bueno que
otros chicos y chicas pudie-
ran hacer algo parecido a
lo que ustedes hicieron. Si
quieren, se pueden reunir
en la iglesia.
Nosotros le dijimos que
por estatuto, por la regla 2,
el club no podía contar con
más de cinco miembros.
Y también estaba en el es-
tatuto que el lugar de reu-
nión era la plaza.
–Además –dijo Leo– si cambiamos todo, ya no
sería lo mismo.
El padre Adrián estuvo de acuerdo, pero nos
hizo otra propuesta; y nos contactó con el en-
cargado de la Secretaría de Cultura del pueblo
para que nosotros mismos organizáramos un
concurso de «Cazadores de imágenes».
Nosotros nos seguimos reuniendo los sábados
a las tres, aunque, con el tiempo, el club fue to-
mando diferentes formas. Muchas veces mirá-
bamos películas o armábamos cortos que
contaban alguna historia del pueblo y hasta hi-
cimos una revista con anécdotas.
Desde ese año, nos encargamos de realizar el
concurso de los «Cazadores de imágenes».
Cazadores de imágenes
CaPítulo 11 • la Pérdida dEl libro
dE maría inés Casalá y juan Carlos Pisano - dibujo dE Hania KollEnbErgEr
Este cuento tiene once capítulos que se publicaron en La Hojita de los Niños desde el pasado 2 de marzo
hasta hoy. Si querés el relato completo, pedilo por mail a inescasala@gmail.com
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4. • ¿Qué cosas similares al Club de las
Tres pueden organizar los chicos?
• El Club de las Tres empezó como una simple
idea para que un grupo de amigos no se abu-
rriera, y terminó cambiándole la vida a mu-
chas personas. ¿Conocés alguna otra cosa
pequeña y sencilla que haya contribuido para
cambiar el mundo?
Para pensar y
conversar con los amigos
Sí, claro, no es una vaca,
es un toro.
Y en algunos lugares, todavía existen
las corridas de toros
¡Inadmisible! ¡No se debe permitir!
Son increíbles las fotos que se exponen todos
los años. Debajo de cada una de ellas se coloca
un papel para que, el que quiera, escriba qué
es la imagen cazada y dónde está ubicada.
Mis compañeros de ese momento se fueron
del pueblo. Aníbal y Celeste, a estudiar a la uni-
versidad, se casaron y se quedaron trabajando
en la Capital. Leo estudió para ser periodista y
ahora viaja por todo el mundo sacando fotos y
escribiendo crónicas para diferentes medios.
Pili vive de hacer artesanías y viaja a diferentes
pueblos para venderlas. Y yo, Lauri, soy la única
que se quedó viviendo acá. Trabajo en la Mu-
nicipalidad, en el área de cultura. Me ocupo es-
pecialmente de hacer actividades los sábados
por la tarde para los niños del pueblo.
Pero lo que más me gusta hacer es organizar
cada año el concurso de los «Cazadores de
imágenes». Ese día nos volvemos a encontrar
los cinco, como hacíamos hace casi veinte
años, para elegir la mejor imagen cazada.
Aunque la distancia y el tiempo nos hayan se-
parado, seguimos unidos para siempre.
La hojita de los niños. Semanario religioso infantil de uso litúrgico.No reemplaza el uso de los leccionarios.
Nihil Obstat: Conferencia Episcopal Argentina.Imprimatur: Arquidiócesis de Buenos Aires.Edita: Sociedad de San Pablo.
Propietario Sociedad de San Pablo.Registro Nacional de la Propiedad Intelectual: nº 5.092.508 - 24/4/13
Dirección: P.Aderico Dolzani y Juan Carlos Pisano.Redactores: Inés Casalá y Juan Carlos Pisano.
Dibujos: Hania Kollenberger (cuento).Gladys y Margarita «Las Melli» Pérez.
Dirección y administración: Riobamba 230 C1025ABF Bs.As.,Argentina.
Horario: Lunes a viernes de 9.00 a 18.00 / Teléfono (011) 5555-2424 / Fax: (011) 5555-2425
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