Sir Ken Robinson argumenta que el sistema educativo actual enfrenta un "valle de la muerte" porque se enfoca demasiado en la conformidad y disciplinas como las ciencias en lugar de cultivar la curiosidad natural y la creatividad de los estudiantes. Robinson propone tres principios para mejorar la educación: reconocer que los estudiantes son diferentes, fomentar la curiosidad y apoyar la creatividad. También elogia el sistema educativo de Finlandia por personalizar la enseñanza, valorar a los maestros y dar autonomía a las escuelas.