Intermediarios | Lección 9 | Contento o triste, alabo a Dios | Escuela Sabática Menores
1. lección- Contento- o- tAi&Jte, a£céa a QioA.
(lueAido-L pxtdAeA:
Recuerden que los maestros de Escuela Sabática en se ñ arán esta lección
en la fecha señalada. Los alumnos deberán estu diarla y hacer las acti
vidades prácticas después, durante la semana que comienza a p artir de
ese sábado.
Sábado
para esta se
mana, la actividad
de la página 72.
/ -y
í Míe has sentido alguna vez tan triste que pen-
%¡!^saste que se terompería el corazón?¿O has
estado tan perturbado que no dejabas de llorar?
En esta historia una mujerse sentía de esa mane
ra. Pero, pudo encontrar una solución al hablar
con Dios de su inquietud. Imagínate a esa mujer
contándoles a sus nietas lo que le había sucedi
do. (Textos clave: 1Samuel 1; 2:1-11.)
-Cuéntanos de nuevo la historia de nues
tro tfo Samuel -Abbe y Michal le rogaron a
su abuela.
Ana sonrió y dejó de tejer; luego se sen
taron en lugares cómodos para escuchar
su historia.
-Hace mucho tiempo -comenzó Ana-,
"Contento o triste, alaba a Dios".
el versículo para memorizar en una
tira larga de papel (como una cinta on
deante). Cuélgala en algún lugar donde el
viento la mueva. Cada vez que la veas mo
viéndose, repítete las palabras.
a Dios para que te ayude a resolver los
problemas que tienes ahora en tu casa, en la
escuela, en la iglesia.
2. *Pe^ACUTUCCltü- C¿CUML: Adoramos a Dios orando cuando estamos
contentos o tristes.
VeAAuuiia pXlAXX <7X£JíYIOAá/^CXA: "Por nada estéis afanosos, sino
sean conocidas vuestras peticiones delante de Dios en toda oración y
ruego, con acción de gracias" (Filipenses 4:6).
antes que naciera la madre de
ustedes, su abuelo Elcana y yo
vivíamos en Ramata, con Penina,
la otra esposa de su abuelo, y
sus hijos. Esos no fueron los días
más felices de mi vida. El abuelo
de ustedes fue siempre bueno
conmigo, pero Penina se divertía
haciéndome la vida miserable.
Ustedes verán, en ese entonces
ella tenía hijos y yo no. Se mo
faba de mí, diciendo: 'Como
puedes ver, Dios me ha bende
cido a mí con muchos hijos; ¿qué
has hecho tú, Ana? ¿Le fuiste
infiel a Elcana? ¿Es por eso que
Dios no te ha bendecido tam
bién?' Había noches cuando llo
raba hasta quedarme dormida,
porque sus palabras me ofendían
profundamente.
Cuando íbamos a Silo a ofre-
cer sacrificios anuales, Elcana
nos daba porciones de carne a
cada una de nosotras, pero a
mí me daba una porción doble.
Lunes
Lee 1 Samuel 1:1 al 8.
en tu diario de estudio de la Biblia el
nombre de dos miembros de tu familia y el de
dos amigos. Al lado de cada nombre, escribe
algo bueno que puedes hacer por ellos, y
cómo puedes hacerlo.
O/ a Dios para que te ayude a evitar ridicu
lizar o molestar a alguien, aunque otros lo
estén haciendo. Pídele a Dios que te dé el
valor de ser siempre amable con los demás.
3. £ecc¿án. 9
Martes
1 Samuel 1:9
al 18.
On Habíale en voz
alta a Dios. Tal vez
prefieras dar una
caminata cuando
hagas esto. Abre tu
corazón y exprésale
en una forma sin
cera lo que hay en
tu mente. Luego ter
mina lo que le tienes
que decir, cállate,
y susurra: "Gracias,
Jesús, por escuchar
mi plegaria".
Canta un himno con
tu familia, o uno
que sea de tu reper
torio, que te haga
feliz y te permita
recordar el amor de
Jesús.
Por supuesto, esto hada que Penina fuera
más mala conmigo. Ella sabía que yo era la
esposa favorita de Elcana. Durante esos via
jes me atormentaba hasta hacerme llorar y
perder el apetito.
Una tarde, después de la cena, yo estaba
tan disgustada que fui al portal del taber
náculo, y comencé a contarle a Dios en
oración todo mi dolor, toda mi pena, toda
mi frustración. Hice un voto.
Le prometí a Dios que si
me daba un hijo, se lo
regresaría a él.
Abby y Michal mu
sitaron con una son
risa bonachona.
Conocían la parte
de la historia que
iba a venir.
4. Ana continuó:
-De pronto mi oración fue interrum
pida. Escuché una voz masculina que decía:
'¿Hasta cuándo vas a estar ebria? Digiere
tu vino' (1 Sam. 1:12). Cerré los ojos y des
pués los abrí. ¿Borracha, yo? ¿Cómo puede
pensar ese señor que estoy borracha? Eli, el
sacerdote, estaba sentado en una silla cerca
del portal y me había visto orando silenciosa
mente y derramando mi corazón. Mis labios
se movían, pero no emitían sonido alguno.
Rápidamente le expliqué a Eli que de
ninguna manera estaba borracha, sino que
estaba derramando mi alma apesadumbrada
ante el Señor. Él sonrió con comprensión y
me bendijo: "Ve en paz, y quiera el Cielo que
el Dios de Israel te conceda el pedido que le
has hecho" (vers. 17). Cuando escuché esas
palabras, sentí que mi corazón bailaba de
esperanza dentro de mí.
Nueve meses después di a luz un bello niño.
-Tío Samuel -dijo Michal en alta voz y con
una gran sonrisa.
M iércoles
Lee 1 Samuel 1:19 al 23.
Decora Toma una caja de zapatos vacía.
Cúbrela con papel blanco (o píntala). Decórala
pintando una cruz roja en la tapa. En tiras pe
queñas de papel escribe algunas cosas por las
cuales debes agradecer a Dios. Pon dos nuevas
tiras en la caja cada día. Entonces, la próxima
vez que te sientas triste puedes sacar esas tiras
de "primeros auxilios" y leerlas.
Ora Para la oración, repítele a Dios en una
forma sincera algunas de las cosas que has es
crito en las tiras que están dentro de la caja.
5. £ecxúÁn, 9
jueves
Lee 1 Samuel 1:24
al 28.
Piensi Ana hizo un
tremendo sacrificio
al regresarle a su
hijo Samuel al Señor.
Muchas veces nece
sitamos despojarnos
de algunas cosas
para estar más cerca
de Dios.
List Menciona al
gunas cosas de las
cuales puedes des
pojarte, cosas que te
han impedido dedi
car más del tiempo
que necesitas para
estar con Dios.
Ora Pídele a Dios
que te ayude a ver lo
que es realmente ¡m-
-Sí, fue su tío Samuel -repuso Ana-. Me
gustaba acariciar su rostro y hacerle cosqui
llas en sus dedos.
Su tío fue una oración que llegó a ser una
6. £eccián 9
realidad. Fue el fin de mi miseria
y el comienzo de mi gozo.
-Pero, abuela, ¿qué tal la pro
mesa que le hizo a Dios? -pre
guntó Abbe.
-Oh, no me olvidé la pro
mesa que le había hecho a Dios.
La historia no ha terminado.
Yo cuidé con esmero al bebé
Samuel, pero cuando estaba un
poco grande como para sepa
rarse de mí, fue el momento
oportuno para cumplir con mi
voto y regresarlo a Dios.
Fuimos a Silo para ofrecer
un sacrificio y le llevé a Samuel
al sacerdote Eli, y le dije: 'Soy
aquella mujer que se paró frente
a Ud. para orar a Dios. Oré por
este niño, y el Señor me con
cedió lo que le había pedido'
(vers. 17, 18).
Hice una oración diferente
esta vez. Nadie me acusó de
que estaba borracha. Hice una
oración de alabanza a Dios, y
ustedes dos la han escuchado
muchas veces.
Ana suspiró profundamente y
sonrió con sus nietas.
-Muchachas -les dijo-, no
olviden nunca que Dios se pre
ocupa por ustedes en todo mo
mento. Siempre pueden hablar
con él, no importa cómo se
sientan. Si están contentas o
tristes, disgustadas o frustradas,
heridas o asustadas, siempre
pueden hablar con Dios. Aun
lo están adorando cuando le
c o m u n i c a n
todos sus
sentimientos.
Él no les dará
siempre lo que
le pidan, pero
siempre les conce
derá lo que es mejor
para ustedes.
Viernes
Lee 1 Samuel 2:1 al 10. Esta hermosa oración
de Ana es como un salmo.
una corta oración/salmo agradecién
dole a Dios por la manera en que ha guiado tu
vida. Puedes sentirte libre de copiar algunas
de las palabras de la oración de Ana que sean
las más significativas para ti.
C> tu oración/salmo con tu familia y
con Dios.
7. INSTRUCCIONES
Comienza con la "O" azul. ¿Puedes encontrar el camino
por este laberinto para descubrir la frase "OREN SIN CESAR"
y terminar con la "R" roja? Debes ir de letra en letra ya sea
hacia adelante, hacia atrás, hacia arriba, hacia abajo o diago
nalmente.
O N C U L L
R R E N A Y
E AL S R A
NL T I NP
S R N P A R
I C C E Y L
C O E U A I
NT R S OR
72