El documento discute los conceptos de sujeto y actor social, y cómo estos han sido insuficientes para captar los cambios en las sociedades. Propone un enfoque multidimensional que incorpore la estructura y la acción, así como factores culturales e identitarios. Analiza cómo los movimientos sociales han sido estudiados de manera fragmentada y cronológica. Sugiere que en México faltan estudios profundos sobre las variantes estructurales y conceptos como identidad e intencionalidad de los movimientos sociales.