El dragado de profundización del Guadalquivir es un proyecto que cuenta ya con diez años de historia a sus espaldas. Esta iniciativa, promovida por la Autoridad Portuaria de Sevilla tiene por objetivo que el tramo navegable del río Guadalquivir acoja buques de mayor calado. El proyecto desde un inicio ha estado envuelto en una gran polémica debido a los posibles efectos que podría causar tanto al medio ambiente como a los agricultores de la zona. Las autoridades competentes llevan tiempo estudiando la viabilidad sostenible del proyecto. Los defensores del proyecto argumentan que los expertos que han analizado el proyecto aseguran que dragar el canal de la cota 6 (actual) a la cota 8 no altera ni la salinidad ni la turbidez de las aguas. Además no sólo se dragará si no que tras éste se llevarán a cabo unas medidas de mejora de los márgenes y del propio agua dulce. El dragado provocará que se reduzca la cantidad de sedimentos que hoy en día lleva el río (provenientes sobre todo de la erosión de los cultivos del curso alto) con la consiguiente mejora, incluso, de la biodiversidad del curso bajo. El dragado provocará un aumento del tráfico de buques de mayor calado tanto mercantes como de cruceros y el consiguiente aumento en la demanda de servicios portuarios, crecimiento de inversiones en infraestructuras, incremento de inversión privada en la implantación de empresas, impulso de la zona franca, así como el aumento significativo del número de turistas a la ciudad. Lo que redundará en la generación de puestos de trabajo y en general una mayor riqueza para la ciudad y sus municipios cercanos. El objetivo de esta jornada es centrarse únicamente en analizar las ventajas que puede traer la ejecución de este proyecto, eso si, siempre que se den las garantías de sostenibilidad por parte de los expertos de las distintas instituciones competentes.