Los barcos de vapor contaminan significativamente el medio ambiente a través de las emisiones de dióxido de azufre y óxido de nitrógeno. Estas emisiones contribuyen a la lluvia ácida y al cambio climático. Además, los barcos descargan desechos en el océano que dañan a la vida marina. Si bien la industria naviera reconoce el problema, ha tenido dificultades para establecer regulaciones efectivas para reducir la contaminación.