El pequeño caracol le dice a su padre que cuando sea mayor quiere tener la casa más grande del mundo. Su padre le cuenta la historia de otro caracol que tuvo la misma idea y construyó una casa enorme que finalmente lo dejó inmovilizado. Aunque al principio el pequeño caracol quiere imitarlo, recapacita y decide que prefiere que su casa sea pequeña para poder moverse libremente y explorar el mundo.