El documento contrasta las concepciones tradicionales y nuevas del criado. Tradicionalmente, el criado tenía una vinculación heredada y era considerado parte de la familia, con derechos y deberes recíprocos entre el amo y el criado. Sin embargo, la nueva concepción ve al criado como una clase ociosa y subalterna, cuyo único propósito es exhibir el poder económico de su amo en una relación asalariada sin reciprocidad, lo que da lugar a sentimientos de rencor social y egoísmo.