La Constitución de 1824 estableció formalmente la existencia de la república representativa popular federal en México, dividiendo el poder supremo en ramas legislativa, ejecutiva y judicial. Aunque reconoció la religión católica como única religión oficial, esta disposición no duró mucho tiempo. También estableció que los cargos públicos se ocuparían mediante elecciones indirectas, con votaciones primarias para elegir electores que luego votarían para los diferentes cargos.