El documento discute el papel cada vez más importante que se le da a la cultura en el desarrollo. A través de una serie de conferencias desde 1966, organismos internacionales como la UNESCO han comenzado a reconocer la cultura como parte integral del desarrollo y no solo como un medio para alcanzar otros fines. Se ha pasado de ver la cultura como accesoria al desarrollo a entender que es intrínseca a la sociedad y debe incorporarse en las estrategias y políticas de desarrollo.