La Edad Moderna se caracterizó por tres aspectos principales: 1) el énfasis en el ser humano y su deseo de vivir plenamente en el mundo terrenal, 2) el fortalecimiento de las monarquías absolutistas debido a la decadencia del feudalismo y los problemas sociales y económicos de la época, y 3) los grandes avances científicos, artísticos y literarios impulsados por el Renacimiento y los descubrimientos geográficos.