La Generación X de los años 70 a 90 se caracterizó por desafiar las leyes y autoridad establecidas. Los jóvenes crearon movimientos anarquistas e independientes culturales y religiosos, rechazando las creencias familiares y desobedeciendo a sus padres. En los 90, estos jóvenes sufrieron problemas familiares y discriminación, lo que alimentó la cultura "grunge" representada por bandas como Nirvana que expresaban la depresión de la juventud a través de su música.