El documento describe el uso de la historia oral como un recurso metodológico para enseñar historia de una manera más participativa. La historia oral implica que los estudiantes investiguen la historia de su familia, barrio y comunidad a través de entrevistas y otras fuentes primarias. Esto ayuda a los estudiantes a comprender mejor su propio contexto social y cultural, y vincula la enseñanza de la historia con el mundo real de los estudiantes más que sólo con libros de texto.