Jean-Jacques Rousseau tuvo una vida controvertida. Tuvo una infancia difícil, huérfano de madre e hijo de un fugitivo. Más tarde trabajó en varios oficios y se convirtió al catolicismo. Publicó varias obras filosóficas que criticaban la ilustración y propusieron nuevas ideas sobre la educación y el contrato social. Esto le valió persecuciones y tuvo que exiliarse varias veces. Finalmente murió en el palacio de un admirador en 1778.