El positivismo fue desarrollado principalmente por Auguste Comte en el siglo XIX, aunque fue influenciado por pensadores empíricos previos como David Hume y Kant. Hume propuso que el conocimiento se limita a la experiencia, mientras que Kant sintetizó el racionalismo y el empirismo. Saint-Simon también influyó al enfatizar el progreso industrial y científico para mejorar la sociedad. Comte sistematizó el método positivo basado en hechos observables y leyes científicas, rechazando
2. Contexto Histórico del Positivismo
El verdadero fundador del positivismo es Augusto Compte. Pero a éste no le faltaron precursores. El
mismo se reconoce como sucesor principalmente de Hume y secundariamente de Kant, y Hume es
con su empirismo el ascendiente directo de Compte en el método positivo; y sus relaciones con Kant,
si bien tardías y superficiales son claras.
Era propicio para el desarrollo del positivismo el momento histórico en que Compte lo formuló. Las
ideas materialista y empiristas habían ya ido infiltrándose en muchas inteligencias; el criticismo había
socavado los cimientos, y las derivaciones de la metafísica idealista y panteísta no eran para conciliarle
la estima de los hombres aficionados a lo material y concreta. Por otra parte los progresos en las
ciencias físicas y matemáticas, la nueva afición a los estudios históricos, un ambiente intelectual
verdaderamente positivo eran terreno abonado al florecimiento de una doctrina que no exigía
sacrificio alguno positivo ni pedía esfuerzos intelectuales.
Para Compte positivo es inseparable de relativo, de orgánico, de preciso, de cierto, de real. La filosofía
positiva se contenta con las realidades apreciables por nuestro organismo, por esto es real; elimina
toda inquisición sobre lo absoluto, por esto es relativo. Inclina al espíritu a lo útil, poniéndole en
condiciones de poder aprovechar el curso de los acontecimientos. Quita todo lo indeterminado y vago
haciéndose precisa como la ciencia matemática, cuyo método adopta; es orgánica, porque da unidad a
la fenomenología y permite elevarla a sistema; exige el asentimiento porque nada avanza que no sea
perfectamente demostrable y está enteramente acorde con los hechos cuyas leyes invariables
descubre, y así abre un camino seguro al progreso científico. Por esto, como Compte se complace en
repetirlo, el positivismo no es otra cosa que "el sentido común generalizado y sistematizado".
3. El termino Positivismo fue utilizado por primera vez por el filósofo matemático
francés del Siglo XIX Auguste Comte, no obstante, algunos de los conceptos
positivistas pueden perseguirse claramente desde Hume, Kanty y Saint-Simon
David Hume (1711-1776). Filósofo escocés, cuyo espíritu analítico le llevó al
escepticismo. Considera que el conocimiento esta limitado a los
acontecimientos actuales de la existencia, no puede ir más allá, porque no
acepta que existan ideas innatas, ya que todos los contenidos de la conciencia
provienen de la experiencia, y su teoría principal reside en la asociación de las
ideas. Para él, las ideas son copias borrosas sin viveza de las impresiones
directas. Tanto la percepción como la reflexión aportan una serie de elementos
que se atribuyen a la sustancia como soporte de ellos, no limita su crítica a la
sustancia material, sino al propio yo. Esto significa que las causas y hechos del
mundo físico no se pueden entender, ni por mucho, ni poco; solamente la
creemos porque la naturaleza se comporta siempre así. El escepticismo de
Hume no pone en entre dicho la ciencia, pero le pone un basamento
caprichoso: la costumbre, el hábito, la asociación de ideas, los fenómenos
naturales, psicológicos; provocan en él la creencia en el mundo exterior.
4. Immanuel Kant (1724-1804). Filósofo alemán; formado en el racionalismo, comienza a
dudar del valor de la razón al leer a Hume, planteándose el problema del valor y
los límites de ésta. La filosofía kantiana, supone una síntesis del racionalismo y
del empirismo, cerrando una época filosófica muy importante. Kant procede a un estudio
de cómo es posible la construcción de la ciencia, llevando a cabo una reflexión sobre el
problema de las relaciones de la razón con la realidad, que en ella aparecen vinculadas.
Kant distinguió dos grandes facultades dentro del conocimiento humano:
La sensibilidad: es pasiva, se limita simplemente a recibir una serie de impresiones
sensibles, que Locke había llamado ideas de sensación y Hume impresiones, y
El entendimiento: es activo y espontáneo. Y puede generar, dos tipos de ideas o
conceptos:
Conceptos puros o categorías: ideas o conceptos independientes de la experiencia (que
provienen de la razón)
Conceptos empíricos: ideas obtenidas a partir de la experiencia.
Admite que existen categorías o conceptos que no provienen de la experiencia, pero a la
vez sostiene que la aplicación de estos conceptos a la realidad nunca podrá ir más allá de
la experiencia sensible. Constituyendo así, una síntesis entre racionalismo y empirismo,
ya que, el conocimiento es síntesis a priori: es síntesis porque es organización o conexión
de datos sensibles (como lo exige el empirismo) y a priori, porque el principio de esta
organización es nuestra conciencia, la cual al constituirla, actúa según leyes esenciales a
su propia naturaleza, y por eso mismo leyes universales y necesarios (conforme a la
exigencia del racionalismo)
5. Claude Saint-Simon(1760-1825). 0Pensador francés, que insistió en el progreso industrial y científico
con el fin de delinear un nuevo orden social. El Saintsimonísmo es una doctrina socialista, basada en
las teorías del Conde Saint-Simon, según la cual cada uno ha de ser clasificado según su capacidad y
remunerado según sus obras. Considera que hay dos tipos de épocas en la historia:
Las críticas: son necesarias para eliminar las fosilizaciones sociales.
Las orgánicas: donde el hombre no es una entidad pasiva dentro del acontecer histórico, sino que
siempre trata de descubrir modos de alterar el medio social dentro del cual vive, dichas alteraciones se
imponen como indispensables para el desarrollo de la sociedad cuando funciona ésta
según normas no correspondientes. No se puede decir en absoluto que existen normas sociales
convenientes a toda organización humana; lo que para una época puede ser adecuado, para otra no.
Así sucede para con la sociedad industrial moderna.
Para Saint-Simon es engañoso suponer que las clases deben ser niveladas o que deben mantener
la estructura de anteriores épocas, durante las cuales dependía de la jerarquía, pero se mantenía
cuando menos en lo que concierne a la moral y a las creencias religiosas, una cierta igualdad. Dice que
esta igualdad es imposible: "la moral y los sistemas de ideas deben ser diferentes para cada una de las
clases fundamentales de la nueva sociedad industrial moderna". (Ramírez, Pág. 10, 2005)
Saint-Simon atribuyó el poder temporal a los industriales (propietarios, técnicos y campesinos) y el
espiritual, a aquellos a quienes encomendaba la elaboración de un sistema llamado
Nuevo Cristianismo basado frente a los preceptos negativos desarrollados por el catolicismo,
protestantismo y otras religiones en leyes positivas afirmadoras del desarrollo del trabajo. Dicho
sistema tenía como núcleo fundamental: la idea de fraternidad, que conducía a la concepción de una
sociedad mundial libre, es decir, una sociedad universal continuamente dedicada a la producción y en
la cual la Iglesia pudiese ser sustituida por el taller.
Son elementos destacados de sus ideas: la bondad de la propiedad privada, la preocupación básica de
la sociedad debería ser la mejora de la clase más numerosa y pobre, la herencia debía suprimirse y
todos los individuos (clasificados por su capacidad y retribuidos por sus obras) debían trabajar.
6. Bibliografía
Auguste Comte
Carmap
Claude Saint-Simon
David Hume
Emile Durkhein
Frege
Hanson
Hempel
Immanuel Kant
Jurgen Habermas
Karl Marx
Ludwig Von Ranke Theodor Mommsen
Michel Faucault
Nagel
Peano
Putnan
Quiene
Russel
Taulmin
Whewell