Las aguas y la diversidad hídrica

BLOQUE 2. ELMEDIO NATURAL Y EL MEDIO AMBIENTE.
TEMA 4. LAS AGUAS Y LA DIVERSIDAD HÍDRICA GEO2 MHR 2017-2018
TEMA 4. LAS AGUAS Y LA DIVERSIDAD HÍDRICA.
1. La diversidad hídrica de la Península y las islas.
2. Las vertientes hidrográficas.
3. Las aguas subterráneas.
4. Los humedales.
5. El aprovechamiento de los recursos hídricos: incidencia de sequías y lluvias
torrenciales.
6. Los mares y las aguas marinas.
7. Las aguas en Andalucía.
1. La diversidad hídrica de la Península y las islas. El agua es un recurso natural
imprescindible para la vida. Solo el 3% del total es agua dulce y se reparte entre el hielo
de los casquetes polares, las aguas subterráneas y las aguas superficiales.
La importancia de los recursos hídricos ha llevado a la Unión Europea a establecer la
Directiva Marco del Agua que pretende conseguir un adecuado estado ecológico para
todas las aguas europeas.
En España, el agua proviene de las precipitaciones, en forma de lluvia o de nieve, lo cual
explica su reparto desigual y su variabilidad, existiendo fuertes contrastes territoriales y
estacionales según el clima de cada zona.
1.1. Los ríos. Un río es una corriente continua de agua, más o menos caudalosa, que
circula por un cauce y desemboca en el mar, en otro río o en un lago. En el recorrido de
un río se distinguen tres partes: curso alto, curso medio y curso bajo.
 Curso alto. Comprende el nacimiento, a partir de una surgencia o manantial, y el
cauce más cercano. Tiene fuertes pendientes que favorecen la erosión, modelando
un paisaje recortado con cañones, encajamientos y torrentes.
 Curso medio. Parte intermedia que recibe afluentes que aumentan su caudal. La
velocidad de su corriente disminuye porque hay menos peniente, produciéndose el
transporte y sedimentación de materiales, dando lugar a paisajes llanos con
meandros, valles aluviales y terrazas en ambas orillas.
 Curso bajo. Parte final del río y cercana a su desembocadura. Predominan los
procesos de sedimentación, dando lugar a paisajes de marismas, deltas y
estuarios.
1.2. Los factores que condicionan los ríos son: clima, relieve, suelo, vegetación y la
acción humana.
1.2.1. La climatología. La principal fuente de alimentación de los ríos son las
precipitaciones, por lo que según el régimen de estas podemos diferenciar entre:
▪ España húmeda: abundantes precipitaciones regulares durante todo el año.
Comprende los ríos de la franja cantábrica, pirenaica y los ríos de alta
montaña. Ríos caudalosos y regulares.
▪ España seca. Zona de escasas e irregulares precipitaciones. Comprende
los ríos del interior peninsular, del litoral mediterráneo y del suratlántico. Ríos
de caudal irregular.
▪ España árida. Zona de escasez lluviosa extrema. Ríos del sudeste
peninsular, de caudal muy pobre y largos estiajes. El caudal se reduce aún
más por la gran evaporación debida a las altas temperaturas.
1.2.2. El relieve. Influye en los ríos de tres modos:
▪ Condiciona la disposición y jerarquización de la red fluvial haciendo que los
grandes ríos desagüen en el océano Atlántico, excepto el Ebro. Esta
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disimetría entre las vertientes atlántica y mediterránea es una seña de
identidad de la hidrografía peninsular.
▪ El relieve abrupto permite la erosión de los ríos, sobre todo en el curso alto.
En cambio en los cursos medio y bajo, las aguas forman valles aluviales y
alimentan la capa freática. También favorece la construcción de presas y
embalses.
▪ La altitud. Afecta al régimen de alimentación de los ríos de montaña, zonas
en las que la abundancia de lluvias y nevadas aumentan el caudal. Cuando
se funden las nieves, el deshielo genera crecidas a finales de primavera y
principios del verano.
1.2.3. El suelo. La litología influye de dos maneras:
▪ La permeabilidad: condiciona el volumen de agua circulante. Si la roca es
muy permeable (caliza), el agua se filtra hacia el subsuelo, lo que da lugar a
una escasa escorrentía. Si la roca es impermeable (suelos silíceos o
arcillosos) apenas hay filtración lo que favorece la escorrentía superficial.
▪ La resistencia a la erosión. Según la composición química de las rocas, las
aguas tienen una mayor o menor capacidad erosiva. Unas veces pueden
arrancar materiales y arrastrarlos a las zonas bajas y otras, la erosión
continuada puede formar cañones.
1.2.4. La vegetación. Los ríos están influidos por la vegetación de dos formas:
▪ Dificulta la erosión y retiene el suelo, generando una mayor filtración
subterránea. En zonas de lluvias torrenciales evita la desertización y la
pérdida de suelo fértil.
▪ Favorece la humedad del suelo, dificultando la evaporación cuando hay
altas temperaturas y favoreciendo la formación de acuíferos subterráneos.
1.2.5. La acción humana no solo incide en el caudal de los ríos, sino también en su curso
mediante la construcción de infraestructuras de regulación, como embalses o canales de
regadío que modifican el régimen de los ríos.
1.3. El caudal. Es el volumen de agua que circula por un río en un lugar y momento
determinado. Podemos medir el caudal de dos formas:
 Caudal absoluto. Es el volumen de agua que lleva un río en un lugar concreto de
su recorrido (estación de aforo) y se mide en m3
/seg.
 Caudal relativo. Es la relación entre el caudal y la superficie de la cuenca. Se mide
en l/seg/km2
.
En general los ríos más largos suelen ser los más caudalosos. Los caudales de los ríos
españoles disminuyen de norte a sur. Los más caudalosos son el Duero, el Ebro y el Tajo.
Sin embargo, teniendo en cuenta el caudal relativo, los más caudalosos son los pirenaicos
y los de la cordillera Cantábrica.
1.4. Las variaciones estacionales y la irregularidad. El río sufre continuas variaciones
de caudal dependiendo del régimen de lluvias, de la evaporación y de otros factores. Esto
es lo que se conoce como irregularidad del caudal y para calcularla se utiliza el
coeficiente de irregularidad, que se obtiene dividiendo el máximo medio anual entre el
mínimo medio anual. Según el cociente resultante el río se considerará:
 Si es igual o inferior a 3: es un río regular.
 Entre 3 y 7: es un río de transición.
 Más de 7: es un río irregular.
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La irregularidad anual se estudia como variaciones estacionales que nos permiten
conocer el caudal de un río mensualmente y relacionar sus máximos y mínimos con la
distribución de las precipitaciones.
El coeficiente mensual de caudal sirve para analizar el régimen de un río y su valor
oscila entre 1 y 3, siendo 1 el valor normal.
El caudal puede alcanzar máximos y mínimos (crecidas y estiajes) que son variaciones
relacionadas con el régimen de lluvias del área mediterránea. En cambio, en los ríos de la
franja cantábrica y pirenaica las crecidas y los estiajes son menos pronunciados puesto
que el régimen de lluvias es regular.
1.5. Los regímenes fluviales. El régimen de un río es el promedio de caudal que lleva en
un momento dado como consecuencia de los factores indicados anteriormente. Hay tres
tipos de regímenes: pluvial, nival y mixto.
1.5.1. Régimen pluvial. Es el más generalizado y se caracteriza por una alimentación
basada en las precipitaciones en forma de lluvia. Podemos distinguir dos tipos:
▪ Pluvial oceánico. Ríos de la franja cantábrica y pirenaica, escorrentía
mayor, máximo invernal y mínimo poco acentuado en verano.
▪ Pluvial mediterráneo. Ríos del interior peninsular, más los de la franja
mediterránea y suratlántica. Muy irregular con largos estiajes en verano. La
escorrentía va a depender de la litología por la que atraviesan estos ríos. Se
distinguen dos variedades:
- Pluvial mediterráneo costero: franja levantina, muy irregulares,
prolongados estiajes incluso ausencia de agua circulante.
Esporádicamente reciben lluvias torrenciales que llenan las ramblas y
torrentes y producen inundaciones. Máximos en otoño y mínimos
durante el verano.
- Pluvial mediterráneo de interior. Máximos en primavera y otoño
(cuando los frentes lluviosos atlánticos afectan a la Península) y
estiajes muy prolongados en verano. Presentan gran diversidad dada
la gran extensión del territorio.
1.5.2. Régimen nival. Son ríos situados en alta montaña por encima de los 2500 m de
altitud. Su régimen de alimentación es el agua del deshielo a final de la primavera y
principios del verano. Hay pocos ríos, solo en los Pirineos y algún pequeño río en Sierra
Nevada.
1.5.3. Régimen mixto. Muchos ríos combinan las dos formas de alimentación, la pluvial y
la nival:
▪ Pluvio-nival. Predomina la pluvial por lo que el máximo caudal se localiza al
comienzo de la primavera debido a las lluvias procedentes de los frentes
atlánticos. Después llegan los aportes del deshielo. Durante el verano se
produce un claro estiaje sin llegar a valores mínimos. Se localizan en las
cabeceras de los grandes ríos como el Duero, Tajo y Ebro; o el caso del
Guadalquivir que recibe las aguas del deshielo de Sierra Nevada a través de
su afluente, el Genil.
▪ Nivo-pluvial. Predomina la alimentación nival. Máximos de caudal al final
de la primavera y principios del verano coincidiendo con el deshielo. Apenas
tienen estiaje, solo un mínimo poco acusado al final del verano.
1.6. Las aguas insulares. Las condiciones orográficas y climatológicas de ambos
archipiélagos impiden la existencia de verdaderos ríos. Los únicos cursos de agua que
hay no tienen carácter permanente, están en las laderas de las montañas y dependen de
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un régimen de lluvias muy irregular. Son torrenteras y arroyos irregulares asociados a
periodos de precipitaciones de otoño o primavera.
a) En Baleares se les conoce como rieras y torrents. En roquedo calizo originan una
fuerte infiltración subterránea generando un modelado cárstico.
b) En Canarias hay pocos cursos de agua, son los llamados barrancos. Los ha realizado
la erosión a lo largo de millones de años pues cuando llueve las pendientes conducen el
agua hacia el mar formando torrentes. Aquí el sustrato volcánico facilita la escorrentía
superficial y los escasos acuíferos están sobreexplotados por los usos agrícolas.
2. Las vertientes hidrográficas. Los ríos peninsulares vierten sus aguas a dos grandes
vertientes hidrográficas: la atlántica y la mediterránea, aunque a veces se individualiza
también la vertiente cantábrica. A su vez, estas dos vertientes comprenden diez cuencas
hidrográficas, cinco en la vertiente atlántica y cinco en la mediterránea. Cada una de estas
vertientes recibe unos ríos que se diferencian por sus características físicas y por su
régimen fluvial.
2.1. La vertiente atlántica se extiende por la mitad occidental de la península. Casi todos
los grandes ríos desembocan en el océano Atlántico. Comprende el 70% del territorio con
una superficie de 310000 km2
. Comprende cinco cuencas:
 Cuenca norte. Comprende los ríos cantábricos y los gallegos. Son cortos por la
proximidad de la cordillera Cantábrica al mar y por tener su nacimiento a
considerable altura y a escasa distancia de su desembocadura, en su recorrido han
de salvar un gran desnivel; el régimen es muy regular, de tipo pluvial oceánico o
pluvio-nival, con abundancia de caudal durante todo el año y una fuerte
escorrentía. Los ríos más importantes son: Bidasoa, Nervión, Pas, Nalón, Narcea,
Navia, Eo, Tambre, Ulla, Miño y su afluente más importante, el Sil.
 Cuenca del Duero. Es la cuenca de mayor extensión y comprende toda la
submeseta norte. El Duero nace en los Picos de Urbión y forma un valle con
muchos afluentes que proceden de la Cordillera Cantábrica, del Sistema Ibérico y
del Sistema Central. Tiene gran importancia para el regadío en una zona de
escasas lluvias. Los afluentes principales son: el Esla, el Pisuerga, el Arlanza, el
Arlanzón, el Duratón y el Tormes.
 Cuenca del Tajo. Se extiende entre el Sistema Central, la mitad sur del Sistema
Ibérico y los Montes de Toledo. El Tajo es el río más largo de la Península. Está
regulado desde su nacimiento en la sierra de Albarracín (Teruel) por numerosos
embalses. Desemboca en Lisboa formando un gran estuario. Los afluentes
principales son: el Jarama, el Alberche, el Tiétar, el Alagón y el Almonte.
 Cuenca del Guadiana. Se extiende por la submeseta sur, entre los Montes de
Toledo, Sierra Morena y la cordillera Subbética. Está dominada por el río Guadiana.
Recoge escasas lluvias, por lo que los ríos son de escaso caudal, excepto los
aportes que recibe de Sierra Morena, mucho más lluviosa. El Zújar y el Matachel
son sus afluentes principales.
 Cuenca del Guadalquivir. Se extiende por el valle que forma la Depresión bética,
entre Sierra Morena, la cordillera Subbética y el sistema Penibético. El recorrido es
muy llano, una vez que deja la sierra de Cazorla (dónde nace). Está muy regulado
por numerosos embalses que hacen posible el desarrollo de los regadíos en la
campiña del Guadalquivir. Los afluentes principales son: el Guadalimar, el Jándula,
el Guadiana menor y el Genil.
2.2. La vertiente mediterránea. Se extiende por el tercio oriental de la Península, desde
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Gerona hasta el estrecho de Gibraltar. Debido a la divisoria de aguas del Sistema Ibérico
y de las cordilleras Béticas, esta vertiente es mucho menor que la atlántica (30% del
territorio) con unos 181000 km2
. De las cinco cuencas que tiene la más destacada es la
del Ebro.
 Cuenca del Ebro. Es uno de los más caudaloso de España gracias a los aportes
de sus afluentes pirenaicos. Forma un valle donde la aridez del terreno contrasta
con la caudalosidad del río. En la desembocadura (Tortosa) genera un delta de
extraordinaria riqueza agrícola. Su régimen es pluvio-nival, con mínimos poco
pronunciados en verano y máximos otoñales y primaverales. Estas características
suelen aprovecharse para la producción de energía hidroeléctrica en la cabecera y
para el regadío en los cursos medio y bajo. Otros ríos son: el Aragón, el Gállego, el
Cinca, el Segre, el Jalón y el Jiloca.
 Cuenca del Pirineo oriental. Muy reducida, ocupa la zona comprendida entre la
frontera pirenaica con Francia y el río Ebro. Ríos cortos, de fuerte pendiente en su
cabecera y de régimen pluvio-nival. Los principales ríos son: el Ter, el Fluviá y el
Llobregat.
 Cuenca del Júcar. Se extiende desde la cuenca del Ebro hasta la cuenca del
Segura. Ríos cortos, de régimen pluvial y con acusado estiaje en verano. Cuando
se producen lluvias torrenciales, aumentan su caudal de manera relevante
causando inundaciones. Otros ríos son: el Cabriel y el Turia.
 Cuenca del Segura. Está entre la cuenca del Júcar y la cuenca sur. Tiene
reducidas dimensiones. El principal río es el Segura, con escaso caudal, muy
irregular y régimen pluvial. Es una zona de numeroso regadíos que en parte se
nutren de este río.
 Cuenca sur. Agrupa a todos los ríos andaluces que desembocan en el
Mediterráneo. Régimen pluvial, muy irregulares y muy cortos por la proximidad de
la cordillera Penibética al mar. Tienen fuertes crecidas en otoño y largos estiajes en
verano, hasta el punto de desaparecer. Destacan el Almanzora, el Guadalfeo, el
Guadalhorce y el Guadiaro. (el más caudaloso por su nacimiento en la Serranía de
Ronda).
3. Las aguas subterráneas. Las precipitaciones que caen sobre el terreno dependiendo
de la litología del suelo dan lugar a dos fenómenos:
 La escorrentía, o circulación superficial del agua caída.
 La infiltración, que sucede cuando el agua se filtra a través del terreno, forma
acuíferos que son el origen de las surgencias y manantiales.
Destacan las cuencas arcillosas del Duero, Tajo, Guadiana, Guadalquivir y Ebro;
abundando también los acuíferos en las zonas de litología caliza de la mitad oriental de la
Península y de la cordillera Penibética.
En Baleares y Canarias, la mayor parte de sus recursos hídricos proceden de acuíferos:
en rocas calizas (Baleares) y en rocas volcánicas (Canarias). La principal amenaza
procede de la sobreexplotación y la escasez de lluvias.
4. Los humedales. Son extensiones de agua superficial de poca profundidad,
normalmente de origen freático, que aumentan de nivel cuando llueve y con los aportes
de arroyos y pequeños cursos de agua. Normalmente se han usado para el regadío
llegando a desecarse algunos. Comprenden lagunas, marismas, deltas, turberas y
albuferas.
La Convención Ramsar surgió para proteger los humedales amenazados. España está
adherida a ella con 74 lugares que suman más de 300.000 Ha. Su objetivo es conservar y
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usar de forma racional los humedales mediante acciones a nivel local y estatal, así como
la cooperación internacional.
Los más destacados se encuentran en el Parque Nacional de las Tablas de Daimiel
(Ciudad Real), las Marismas del Guadalquivir, el Delta del Ebro, las Albuferas de Valencia
y del Mar Menor, y las lagunas de Toledo, Albacete y valle del Ebro.
5. El aprovechamiento de los recursos hídricos: incidencia de sequías y lluvias
torrenciales.
Casi toda España tiene un clima mediterráneo. Excepto en la franca cántabro-pirenaica y
las zonas de alta montaña las precipitaciones son escasas e irregulares. El reparto del
agua disponible es muy desigual habiendo territorios con graves déficits hídricos y otros
con superávit.
Desde la época romana se han realizado obras de canalizaciones para asegurar el
regadío, pero ha sido en el siglo XX cuando se han llevado a cabo obras muy relevantes
(presas, pantanos).
Actualmente hay embalses en los cursos altos de los ríos para aprovechamiento
hidroeléctrico. Hay también desaladoras de agua (unas 700).
La Ley de Aguas (2001) es el marco normativo que protege las aguas continentales y
costeras. Ha sufrido algunas modificaciones desde que se creó y se completa con el Plan
Hidrológico Nacional que intenta resolver los conflictos que surgen entre las
comunidades por el uso compartido. Está de acuerdo con el Programa AGUA
(Actuaciones para la Gestión y la Utilización del Agua), que sigue la Directiva Marco
europea del Agua (DMA).
El Plan Hidrológico Nacional tiene entre otros los siguientes objetivos: coordinar los
diferentes planes hidrológicos de cuenca, modernizar los regadíos, reutilización de aguas
residuales, desalinización de aguas, prevenir avenidas y mejorar el medio ambiente.
5.1. Inundaciones y sequías.
La cuenca del Mediterráneo es una zona proclive a estos fenómenos por su posición
geográfica y a la conjunción de un medio físico complejo y un intenso poblamiento del
litoral.
Las inundaciones constituyen el fenómeno más frecuente y se da en casi todas las
regiones:
 En las pequeñas cuencas mediterráneas van asociadas a lluvias breves y
repentinas de gran intensidad (gota fría otoñal) generando grandes perdidas
económicas. Afectan a Cataluña, Levante y Andalucía oriental.
 En las grandes cuencas hidrográficas se producen en invierno y primavera, tras
un largo periodo de lluvias y el deshielo de las nieves. Generan menos pérdidas
pues los grandes ríos están regulados por embalses (Duero, Guadalquivir y Ebro
son los más afectados).
Las sequías. La situación de la Península entre las borrascas atlánticas propias de
latitudes medias y la influencia del anticiclón de las Azores, produce episodios de sequías
que afectan a la zona oriental y meridional de la Península.
El aumento de la demanda de agua no ha sido correspondido con una planificación que
satisfaga dicha necesidad. La situación es preocupante pues los recursos hídricos están
disminuyendo, siendo esto un gran reto para el futuro.
6. Los mares y las aguas marinas. Los mares y océanos que bañan las costas
españolas tienen características diferentes que se reflejan en la actividad pesquera.
En el Atlántico, la salinidad es moderada y aumenta de norte a sur, y la existencia de
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fuertes corrientes marinas facilita la distribución de placton, que gracias a las fuertes
mareas generan abundante biodiversidad.
En el Mediterráneo, la salinidad y temperatura son más elevadas, lo que al unirse a la
ausencia de corrientes fuertes y la escasa relevancia de las mareas, genera menos
placton.
España es uno de los países europeos con mayor biodiversidad biológica marina con
unas 10300 especies (5'1% del total mundial). El Ministerio de Agricultura, Alimentación y
Medio Ambiente trabaja en la protección y conservación de espacios marinos protegidos
mediante la Red Natura 2000.
7. Las aguas en Andalucía. Andalucía participa de las características generales de los
ríos españoles y en su territorio se dan todos los tipos de regímenes fluviales, aunque
predomina el pluvial mediterráneo y la vertiente atlántica (dónde vierte el 73% de sus
aguas).
El suelo andaluz se divide en distritos hidrográficos. Entre 2009 y 2011, el Distrito
hidrográfico Guadalquivir fue gestionado por la Consejería de Medio Ambiente de la
Junta de Andalucía, pero una sentencia del Tribunal Constitucional ordenó la devolución a
la Administración del Estado.
 Distrito hidrográfico Tinto-Odiel-Piedras. Tiene una superficie de 6871 km2
e
incluye las cuencas de los ríos Tinto, Odiel, Piedras y Chanza, en Huelva. La
precipitación media anual es de 700 mm, mayor a la demanda lo que supone un
balance hídrico positivo.
 Distrito hidrográfico Guadalete-Barbate. Ocupa un área de 6445 km2
repartida
entre Cádiz, Sevilla y Málaga. Las precipitaciones anuales alcanzan los 600 mm,
presentando en general un balance hídrico negativo por la alta demanda del sector
agrario para regadío.
 Distrito hidrográfico Mediterráneo. Tiene una superficie de 18425 km2
y
comprende desde el campo de Gibraltar al río Almanzora (Cádiz, Granada, Málaga,
Almería y Córdoba). Las precipitaciones son muy irregulares y disminuyen de oeste
a este (entre 1200 y 200 mm). El balance hídrico es negativo por la fuerte
demanda.
 Distrito hidrográfico del Guadalquivir. La superficie aproximada es de 57071 km2
repartida entre Jaén, Córdoba, Granada, Huelva, Sevilla y Cádiz. El Guadalquivir
es el río principal, con numerosos afluentes como el Genil. Las precipitaciones
oscilan entre 1000 y 500 mm anuales en una año pluvial medio. La demanda es
ligeramente superior a la oferta,dando lugar a déficit hídrico.
El riego consume el 80% del agua disponible.
Respecto a los humedales y lagos naturales, suelen ser de modesto tamaño aunque
numerosos y con gran riqueza en biodiversidad. Destacan la laguna de Fuente de Piedra
(Málaga), las marismas del entorno de Doñana y de la bahía de Cádiz. También cuenta
con numeroso acuíferos.
El Plan Andaluz de Humedales se ocupa de protegerlos. Cuenta también con 15
humedales incluidos en la lista Ramsar que suponen el 47% de la superficie total
nacional.
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