Un agricultor ganaba el premio "Maíz del Año" cada año en la feria agrícola local a pesar de tener poca educación. Compartía sus mejores semillas de maíz con sus vecinos para ayudarlos a cultivar un mejor maíz y así mejorar la calidad de su propio maíz a través de la polinización. La moraleja es que para vivir bien uno debe ayudar a los demás a vivir bien también porque el bienestar de cada persona depende del bienestar de todos.