Presentación para clase sobre las Meninas, las imagenes son tomadas de la red, el texto retoma el análisis que sobre el cuadro hace Michelle Foucoault en las palabras y las cosas.
Los dibujos de Julian Beever, la irrupción del arte en la cotidianidad! Parte de nuestras clases de historia del arte, en una mirada hacia lo contemporáneo.
Relación entre el arte y la humanidad, desde la perspectiva de lo bello y lo sublime, los textos son originales, las imagenes han sido retomadas de la red
Mensaje promocional sobre clases de historia e historia del arte en Cali, propone la reflexión sobre una larga practica en el trabajo y la enseñanza de la historia.
Introducción al análisis de obras: Los tres elementos plásticos (punto, línea y plano), sus conceptos y combinaciones. Sistemas de representación del volumen. Análisis de "La Escuela de Atenas" de Rafael Sanzio, a manera de "ensayo". Luego deberán analizar, de acuerdo a la guía "El sacrificio de Abraham" de Rembrandt.
Obras De Grandes Artistas como Diego Rodríguez de Silva y Velázquez ,Petrus Paulus Rubens ,Michelangelo Merisi da Caravaggio y Rembrandt Harmenszoon Van Rijn
Presentación para clase dentro del curso de historia del arte en Cali, a fin de presentar la obra de Francis Bacon, retomando textos e imagenes disponibles en la red
Presentación construida en el marco de las clases de historia del arte que se llevan a cabo en la ciudad de Cali y a partir de la visita a la exposición las otras meninas radicada en la biblioteca Departamental, cuyo curador es Mauricio Cortés
IMÁGENES SUBLIMINALES EN LAS PUBLICACIONES DE LOS TESTIGOS DE JEHOVÁClaude LaCombe
Recuerdo perfectamente la primera vez que oí hablar de las imágenes subliminales de los Testigos de Jehová. Fue en los primeros años del foro de religión “Yahoo respuestas” (que, por cierto, desapareció definitivamente el 30 de junio de 2021). El tema del debate era el “arte religioso”. Todos compartíamos nuestros puntos de vista sobre cuadros como “La Mona Lisa” o el arte apocalíptico de los adventistas, cuando repentinamente uno de los participantes dijo que en las publicaciones de los Testigos de Jehová se ocultaban imágenes subliminales demoniacas.
Lo que pasó después se halla plasmado en la presente obra.
La Unidad Eudista de Espiritualidad se complace en poner a su disposición el siguiente Triduo Eudista, que tiene como propósito ofrecer tres breves meditaciones sobre Jesucristo Sumo y Eterno Sacerdote, el Sagrado Corazón de Jesús y el Inmaculado Corazón de María. En cada día encuentran una oración inicial, una meditación y una oración final.
Ponencia en I SEMINARIO SOBRE LA APLICABILIDAD DE LA INTELIGENCIA ARTIFICIAL EN LA EDUCACIÓN SUPERIOR UNIVERSITARIA. 3 de junio de 2024. Facultad de Estudios Sociales y Trabajo, Universidad de Málaga.
LA PEDAGOGIA AUTOGESTONARIA EN EL PROCESO DE ENSEÑANZA APRENDIZAJEjecgjv
La Pedagogía Autogestionaria es un enfoque educativo que busca transformar la educación mediante la participación directa de estudiantes, profesores y padres en la gestión de todas las esferas de la vida escolar.
c3.hu3.p3.p2.Superioridad e inferioridad en la sociedad.pptx
Las meninas
1. Basado en el texto de Michelle Foucoault en Las palabras y las cosas
LAS MENINAS DE VELÁZQUEZ UN CUADRO PARA PENSAR
2. De la mano de Michelle Foucoault
EL ORDEN DE LAS MIRADAS
3. El pintor está ligeramente alejado del cuadro. Lanza una mirada sobre el modelo; quizás se trata de añadir un ultimo toque, pero tambien puede que no haya dado aún la primera pincelada
4. El brazo que sostiene el pincel está replegado sobre la izquierda, en dirección de la paleta; está por un momento inmóvil, entre la tela y los colores. Esta mano hábil depende de la vista y la vista a su vez, descansa sobre un gesto suspendido.
5. Entre la fina punta del pincel y el acero de la mirada, el espectaculo va a desplegar su volumen
6. En este instante aparece a los ojos del espectador, surgiendo de esta especie de enorme caja virtual que proyecta hacia atrás la superficie que está por pintar. Puede vérsele ahora, en un momento de detención, en el centro neutro de esta oscilación
7. Su talle obscuro, su rostro claro son medianeros entre lo visible y lo invisible.
8. Como si el pintor no pudiera ser visto a la vez en el cuadro en el que se le representa y ver aquel en el que se encarga de representar algo.
9. Estamos ante un cuadro en el cual, el pintor fija un punto invisible este punto somos nosotros mismos, así el espectáculo que el contempla es dos veces invisible
10. Vemos un cuadro desde el cual a su vez nos contempla un pintor. Esta sutil línea de visibilidad implica a su vez toda una compleja red de incertidumbres, de cambios, de esquivos.
11. Ninguna mirada es estable. La gran tela vuelta de la extrema izquierda impide que la relación de las miradas llegue nunca a localizarse ni a establecerse definitivamente.
12. ¿Vemos o nos ven? En realidad el pintor fija un lugar que no cesa de cambiar de un momento a otro.
13. En el momento en que colocan al espectador en el campo de su visión, los ojos del pintor lo apresan, lo obligan a entrar en el cuadro, le asignan un lugar a la vez privilegiado y obligatorio, le toman su especie luminosa y visible y la proyectan en la superficie inaccesible de la tela vuelta
14. En la extrema derecha el cuadro recibe su luz de una ventana representada de acuerdo con una perspectiva muy corta, no se ve más que el marco
15. Esta ventana extrema, parcial apenas indicada libera una luz completa que sirve de lugar común a la representación. Equilibra al otro extremo del cuadro la tela invisible. La ventana constituye un espacio tan abierto como el otro es cerrado.
16. La luz envuelve a los personajes y a los espectadores y los lleva bajo la mirada del pintor, hacia ese lugar en el que los va a representar su pincel. Pero ese lugar nos es hurtado. Ese lugar constituye el otro lado de una psique.
17. Exactamente enfrente de los espectadores sobre el muro que constituye el fondo de la pieza, el autor ha pintado una serie de cuadros
18. y he aquí que entre todas estas telas hay una que brilla con resplandor singular
19. Entre todos estos elementos, destinados a ofrecer representaciones, pero que las impugnan, las hurtan, esquivan, solo este funciona con total honradez y muestra lo que debe mostrar.
20. El espejo ofrece ese encanto del doble que rehúsan tanto las pinturas alejadas cuanto esa luz del primer plano con la tela irónica.
21. De todas las representaciones de la tela es la única visible pero nadie la ve
22. Hay que reconocer que esta indiferencia encuentra su igual en la suya: No refleja nada , en efecto de todo lo que se encuentra en el mismo espacio que él. En su clara visibilidad no se ve lo visible
23. Su borde superior está exactamente sobre la línea que parte en dos la altura del cuadro, ocupa sobre el muro del fondo una posición media, así pues debería ser atravesado por las líneas perspectivas que cruzan el cuadro
24. En vez de volverse hacía los objetos visibles, este espejo a traviesa todo el campo de la representación, desentendiéndose de lo que ahí pudiera captar y restituye la visibilidad a lo que permanece más allá de toda mirada
25. Al fondo de la habitación ignorado por todos el espejo inesperado hace resplandecer las figuras que mira el pintor (en su realidad objetiva), pero también a las que ven al pintor. Estas figuras son igualmente inaccesibles la una a la otra
26. El espejo asegura una metátesis de la visibilidad que hiere a la vez el espacio representado en el cuadro y su naturaleza de representación ; permite ver en el centro de la tela lo que por el cuadro es dos veces invisible.
27. Velázquez en su estudio, mientras pinta al rey Felipe IV y su esposa Marian, a quienes viene a ver la infanta Margarita rodeada por dueñas, meninas, cortesanos y enanos.
EL CUADRO EN LO EXPLICITO QUE SE MUESTRA
28. Pero la relación del lenguaje a la pintura es una relación infinita: Lenguaje e imagen son irreductibles una a otra, por bien que se diga lo que se ha visto, lo visto no se reduce jamás en lo que se dice
29. Y por bien que se quiera hacer ver por medio de imágenes, de comparaciones ,de metáforas lo que se está diciendo, el lugar en el que ellas resplandecen no es el que despliega la vista sino el que definen las sucesiones de la sintaxis
30. ahora bien en medio de este juego el nombre propio no es más que un artificio, permite señalar con el dedo
31. Pero si se quiere mantener la relación del lenguaje con la visión abierta, si se quiere tratar a su incompatibilidad como un punto de partida para el habla y no como un obstáculo que hay que evitar, entonces se debe borrar los nombres propios y preservar la infinitud de la tarea.
32. Por tanto, debemos fingir no saber quién es el que se refleja en el fondo de ese espejo, e interrogar a esa reflexión, en sus propios términos.
33. La tercera función del espejo es comunicarnos con una puerta que se encuentra junto a él. Este umbral también forma un rectángulo brillante y bien definida cuya suave luz no brilla a través de la habitación.
34. Más allá de los pasos, comienza un pasillo, pero en vez de perderse en la oscuridad, que se disipa en un amarillo deslumbrar donde la luz, sin llegar, gira alrededor de sí mismo en reposo dinámico. En este contexto, a la vez cercano y sin límites, un hombre se destaca en silueta de cuerpo entero
35. Al igual que el espejo, sus ojos se dirigen hacia el otro lado de la escena, ni a nadie se prestaban más atención a él que al espejo. No sabemos de dónde ha venido
36. Al igual que las imágenes percibidas en el espejo, es posible que él también sea un emisario de lo que el espacio evidente aún oculta. Aun así, hay una diferencia: él está allí en carne y hueso, no es un reflejo probable, sino una irrupción.
37. Haciendo visible, incluso más allá de las paredes del estudio en sí, lo que está sucediendo delante de la imagen, crea, en su dimensión sagital, una oscilación entre el interior y el exterior.
38. Pálidas, minúsculas, las siluetas del espejo son desafiadas por la alta y sólida estatura del hombre que aparece en la puerta.
39. Pero tenemos que bajar de nuevo de la parte posterior de la imagen hacia la parte delantera del escenario, hay que abandonar esa periferia cuya espiral hemos estado siguiendo.
40. Y nosotros, de hecho, vemos la luz en la pintura, por lo visto brotar de la grieta de la trama, y desde allí se mueve para tocar la frente, los pómulos, los ojos, la mirada del pintor, que es la celebración una paleta en una mano y en la otra un pincel fino. . . Y así la espiral se cierra, o más bien, por medio de la luz, se abre.
41. Esta abertura no es, como la de la pared del fondo, hecho, tirando hacia atrás de una puerta, es toda la anchura de la imagen en sí, y se ve que la pase a través de ella no son las de un visitante distante.
42. El friso que ocupa el primer plano y el punto medio de la imagen representa - si incluimos el pintor - ocho caracteres.. El centro del grupo está ocupado por la pequeña infanta, con su vestido rosa y gris quemado.
43. Una línea vertical que divide el lienzo en dos mitades iguales pasaría entre los ojos de la niña. Su cara es un tercio de la altura total de la imagen de arriba del marco inferior. Así que aquí, más allá de toda duda, reside el tema principal de la composición, lo que es el objeto mismo de esta pintura.
44. Como para demostrarlo y para enfatizar aún más, Velázquez ha hecho uso de un dispositivo visual tradicional: al lado de la principal figura que ha puesto uno secundario, de rodillas y mirando hacia el central.
45. Por último, otros dos grupos compuestos por dos cifras: cada uno de estos grupos está más lejos, y el otro, formado por los dos enanos, está justo en el primer plano.
46. Este grupo de personajes, dispuestos de esta manera, se pueden tomar para constituir, de acuerdo con la forma en que se mira la imagen y el centro de referencia elegido, dos figuras diferentes. La primera sería una gran X
47. La otra figura sería una vasta curva, sus dos extremos determinados por el pintor a la izquierda y el cortesano a la derecha - ambos extremos que ocurren en lo alto de la imagen y apartado de su superficie, el centro de la curva, mucho más cerca de nosotros, coincidiría con el rostro de la princesa y el mirar su dama de honor se dirige hacia ella.
48. La princesa está de pie en el centro de una cruz de San Andrés, que está girando a su alrededor, con sus remolinos de cortesanos, damas de honor, los animales, y los tontos. Pero este movimiento pivotante se congela.
49. Es un punto de incertidumbre porque no podemos verlo, pero es un punto inevitable y perfectamente definido también,
50. Toda la imagen está mirando hacia fuera en una escena para la que él mismo es una escena. Nuestra primera mirada a la pintura nos dijo lo que «es» que crea este espectáculo
51. Los reconocemos, en el otro extremo de la imagen, en las dos pequeñas siluetas brillantes desde el espejo. son el más pálido, más irreal, la más comprometida de todas las imágenes de la pintura: un movimiento, un poco de luz, sería suficiente para eclipsarlos
52. En el ámbito de la anécdota, este centro es simbólicamente soberano, ya que está ocupado por el rey Felipe IV y su esposa. Pero es así, sobre todo, a causa de la triple función que cumple en relación con la imagen
53. Pero ese artificio se oculta y se indica otra vacante que es, por el contrario, inmediata: la del pintor y el espectador cuando se está mirando o se esfuerza en componer la imagen.
54. Puede ser que, en este cuadro, como en todas las representaciones de las que es, por decirlo así, la esencia de manifiesto la profunda invisibilidad de lo que uno ve es inseparable de la invisibilidad de la persona que ve
55. Tal vez existe, en este cuadro de Velázquez, la representación por así decirlo, de la representación clásica, y la definición del espacio que se abre para nosotros.
56. Y, de hecho, se compromete representación para representar a sí mismo aquí en todos sus elementos, con sus imágenes, los ojos a los que se ofrece, los rostros que hace visibles, los gestos que llaman a la existencia.
57. Y libre al fin de esta relación que la encadenaba, la representación puede darse como pura representación