Esta lección nos narra cómo Dios manifiesta su plenitud y su gloria en el templo de Jerusalén y los efectos de esta experiencia en la vida de un hombre escogido para la misión. Veremos cómo en nuestros tiempos, Dios también puede manifestar su gloria mediante la actividad litúrgica en el templo, a través de la cual nos sana, nos convoca, nos prepara y nos envía a un pueblo que necesita, de manera urgente, el ser transformado por la fuerza de su amor y por el poder de su gracia.