El agua es indispensable para la vida y tiene múltiples usos como beber, cocinar y limpiar. Sin embargo, también se contamina a través de la actividad humana como el vertido de desechos domésticos, industriales y agrícolas. La contaminación urbana es particularmente difícil de controlar debido a la gran cantidad de desperdicios que producen los hogares. Las principales fuentes de contaminación son físicas, químicas y biológicas y afectan tanto las aguas superficiales como los mantos acuíferos.