La libertad de expresión es un derecho humano fundamental y componente indispensable para la convivencia pacífica y democrática. Sin embargo, este derecho tiene límites cuando ataca la moral, la vida privada o los derechos de terceros, provoca algún delito o perturba el orden público. Aunque la manifestación de ideas no debe ser objeto de censura, la responsabilidad por el abuso de esta libertad se determina por ley para respetar los derechos de los demás.