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con ojos aymaras
HACIA UNA NUEVA CONCIENCIA NACIONAL
Vol. I
(www.arquinauta.com)
Félix Layme Pairumani
Primera Edición
(Columna: Con ojos aymaras de La Razón)
2012
2Félix Layme Pairumani
Derechos reservados:
© Félix Layme Pairumani
flpjayma@yahoo.com
www.aymara.ucb,educ.bo
Número de ediciones:
1ra. Edición: en La Razón, 2010-2012
2da. Edición electrónica Portal de ME
3Contenido
Advertencia ……………………………………………………7
I ANTECEDENTES …………………………………………11
1. Un mundo denominado aymara …………………………………13
2. Un cuento de los desencuentros ………………………………… 17
3. Indios, mestizos y q'aras ……………………………………………21
4. Persistencia cultural aymara ……………………………………….25
II LOS ORÍGENES ……………………………………………29
1. La aparición de los jaqarus ……………………………………… . 31
2. La expansión de los jaqarus …………………………………….… 35
3. Los jaqarus en el Altiplano …………………………………………39
4. Los jaqarus fundan Cajamarca ……………………………………..43
5. Los jaqarus ya son inkas ……………………………………………..47
III CULTURA ………………………………………………… 51
1. El pensamiento aymara o andino ……………………………… 53
2. Dónde quedará el futuro ……………………………………………57
3. El anverso de la wiphala …………………………………………… 61
4. El reverso de un símbolo …………………………………………… 65
5. Inferencias de la lógica andina …………………………………… .69
6. El ordenador social andino ………………………………………….73
IV ORGANIZACIÓN POLÍTICA ……………………. 77
1. Principios políticos andinos ……………………………………… 79
2. El jilaqata y su comunidad ………………………………………… 83
3. El mallku y la marka aymara …………………………………………87
4
4. Rebelión collavina de 1780 ……………………………………… 91
V EQUIDAD DE GÉNERO …………………………… 95
1. Equidad de género indígena ……………………………………… 97
2. Equidad en la lengua Aimara …………………………………… 101
3. Opresión y equidad de género ……………………………………105
VI CONCEPCIÓN ECONÓMICA ………………….109
1. La razón económica andina …………………………………… …111
2. Costumbres socio-económicas ……………………………………115
3. Reciprocidad vs. Acumulación ………………………………… .119
4. Las cuatro dimensiones del ayni ……………………………… …123
VII VIDA COTIDIANA ……………………………… … 127.
1. La papa en la cultura andina ………………………………….129
2. La llama es limpia y culta ………………………………………133
3. El poder cultural de la coca …………………………………….137
VIII RITUALIDADES ………………………………… … 141
1. A propósito de la Pacha Mama……………………………………143
2. Camino libre al sincretismo …………………………………… 147
3. El proceso sincrético andino …………………………………… 153
4. Los wak'a achachilas ……………………………………………… 157
5. El retorno de los yatiris ………………………………………… 161
6. El banquete de los wak’as …………………………………………165
7. El sueño de hacer llover …………………………………………. 169
8. Eran consideradas brujerías …………………………………… 173
9. Los monolitos de Tiwanaku …………………………………… 177
5
IX EX PRESIONES FOLCLÓRICAS ……………. 181
1. El gran poder de la fiesta ……………………………………… 183
2. El gran poder los morenos ……………………………………... 187
3. La danza de morenos en La Paz ……………………………..… 191
4. La kullawa: danza amorosa ………………………………………193
5. Inti Raymis: la mejor kullawa ……………………………………..199
6. Los ch'utas en Caquiaviri ……………………………………… 203
7. Vida y muerte del pepino ……………………………………… 207
X JUSTICIA COMUNITARIA ……………………… 211
1. Delincuencia vs justicias ………………………………………… .213
2. El derecho consuetudinario …………………………………… .217
3. Más sobre la justicia ……………………………………………… 221
4. Paradigmas y crisis de justicia ……………………………………225
XI HACIA LO INTRA-CULTURAL ……………… 229
1. El por qué de un nuevo año ……………………………………….231
2. El año nuevo aymara amazónico ……………………………… .235
3. Dificultades del consenso ………………………………………… 239
4. En el gran ‘Día del Indio’ ………………………………………… 243
5. El aporte indígena al mundo ………………………………………247
XII ENTENDIENDO AL OTRO …………………………251
1. Las fogatas de San Juan ……………………………………………. 253
2. El respeto a la opinión ajena ……………………………………… .257
3. Lengua e interculturalidad ………………………………………… 261
4. Los mecanismos de contención …………………………………… 265
5. Las matrices civilizatorias ………………………………………… 269
6
7
Advertencia
Este es un libro para conocerse, para entenderse y
para respetarse unos a otros.
Es un libro de lucha contra el colonialismo que
consume como el cáncer, tanto a los primeros a los
segundos, como a los terceros. Hubiera sido preferible
ser como mansos corderos en el mundo sin pensar ni
cavilar estrategias para no hacerse vencer con el otro;
pero ni los tiempos, ni los invasores e invadidos lo han
8
permitido. En un mundo actual en caos donde a un
pueblo pacífico se le ha contagiado, después de la
dominación, prejuicios, odios y discriminación, ahora
se les endilgan tales actitudes a los oprimidos.
Estos artículos han sido escritos, como columnas
de opinión, en el periódico La Razón, con la intención
de lograr reflexión y armonización de contrarios.
Algunos fanáticos, de uno y otro lado, no lo han
entendido así. No pueden ver que en el país, cada
individuo, es como cada uno de los dedos de la mano
que, a pesar de no ser parejos, igual hacen fuerza y
aprietan para una causa común.
Estos escritos tienen todos los inconvenientes que
conlleva una columna de opinión en un diario. Las
circunstancias obligan a responder a los temas de
actualidad, por lo tanto es difícil un orden, a escribir
con restricciones de espacio y con un alcance limitado.
Incluso hasta quedarse corto frente a la diversidad del
mundo aymara, quechua, ni qué decir del mundo
indígena.
9
Estas columnas, originalmente, tenían que ser
escritas en tercera persona con el fin de evitar una
parcialización, pero ni eso ha podido soportar la
rigurosidad de la corrección; tampoco ese enfoque de
la tercera persona fue comprendido en la actual
situación de interferencias culturales. Hoy, ni unos
entienden ni los otros aceptan los enunciados de los
‚presupuestos ocultos‛; peor, ni los que creen saber
todo: ‚Nadie sabe lo que es teoría‛ (P{niker). Pese a
todo hay todavía quienes buscan la verdad absoluta
para pisar al otro.
Quieran o no, se viven tiempos de descolonización.
Cuando hay caos y hay que construir de nuevo, nada
queda en pie. Se busca una nueva conciencia, se sueña
una nueva sociedad en horizontalidad, son tiempos de
búsqueda de identidades y la información y el
conocimiento son claves.
Los contenidos de este libro podrán no ser tan
precisos en las distintas regiones andinas, así como
podrán confrontarse con algunos hechos locales; sin
embargo, mientras esos otros conocimientos se vayan
10
investigando, éstas serán las bases para continuar el
trabajo y construir una nueva civilización que vendrá,
o mejor que está llegando ahora, a esta parte de
América. Apusnaqirixa, mä pachanxa, ajnuqïxirïtaynawa.
Félix Layme Pairumani
11
I ANTECEDENTES
12
13
Un mundo denominado aymara
Para entender el vivir en
armonía y considerarse
culto, hay que estudiar la
propia y la otra cultura.
Umberto Eco, en su libro La búsqueda de la
lengua perfecta (1999), describe al aymara realzando
sus características lingüísticas y sobre todo su
‚extraordinaria flexibilidad‛, despertando la atención,
motivando para proseguir su estudio y, sobre todo, su
recuperación. Dicha lengua cuenta con los requisitos
que exige una lengua del futuro: equidad de género,
lógica trivalente, verbos de movimientos y condición
artificial-natural.
14
Como todas las lenguas, la cultura y el idioma son
una realidad simultánea, dividiéndose en varios
temas, además de diversidades o variaciones
regionales, culturales y lingüísticas. La realidad es
compleja, y sin embargo, ello no atenta a su sistema y
unidad frente a otras. Sale de sus parámetros
culturales y lingüísticos, ésa es su riqueza. Estudiar
dicha cultura es como un paseo en un mundo
extraordinario.
El aprender un nuevo idioma es complicado,
inclusive aquel emparentado con la lengua propia. Por
ello y para aprender un segundo idioma, es necesario
conocer bien la lengua materna. Habrá que examinar
la tipología del idioma propio y de la lengua que se
aprenderá, además de saber con claridad si conviene,
en los nuevos tiempos, aprender una o varias lenguas.
Se trata de un nuevo sistema de hábitos, donde
son primordiales la propia decisión, un buen método y
un profesor que además del idioma que enseña sepa
hablar el del alumno. Asimismo es fundamental saber
los principios y características culturales importantes:
15
su cosmovisión, sus acciones culturales, ritos, fiestas e
interacción personal y social. También se debe conocer
su concepción económica y sus aparentes paradojas. El
pensamiento y mensaje de sus mitos, leyendas, la
moraleja de sus cuentos o fábulas, así como la
profundidad de sus canciones, poesías, las
preferencias y los simbolismos de los colores en su
indumentaria, sus rituales paganos, sus aparentes
supersticiones, supercherías, etc. Hasta el propio
concepto político, sus aparentes conflictos internos,
serán temas de interés a responderse.
Ignorar al otro no es más que ignorarse a sí
mismo, es no entender los nuevos valores que son
requisitos esenciales para la nueva convivencia en el
mundo. En esta era, hay nuevos modelos de
comportamiento como la diversidad, alteridad,
equidad y otros, los cuales —desde ya—, exigen
cambios drásticos, los cuales se harán evidentes con
más fuerza en un futuro no muy lejano.
Para entender el vivir en armonía y considerarse
culto hay que estudiar tanto la propia cultura como la
16
otra. Conocer a fondo la propia lengua es el
fortalecimiento de la propia identidad. El negarse al
cambio será simplemente quedarse rezagado con ideas
obsoletas y privarse de la participación de una nueva
sociedad cuántica (sin jerarquías, sin verdades
absolutas, en un orden y desorden, en el sentido de
Zhoar) que ya ha empezado. Los antiguos valores se
han devaluado, ya es tiempo de redescubrir la propia
identidad y realidad sociocultural en la que se está
viviendo. Se debe estudiar dónde, cuántos, quiénes o
qué culturas existen, qué lenguas se hablan, hasta
llegar a entender sus encuentros y desencuentros.
Entonces, se justifica plenamente el estudio
cultural y lingüístico de las otras lenguas del país. Para
muchos ha llegado el nuevo tiempo, la era de retomar
sus culturas, y para otros, la hora de estudiar y
cambiar de paradigmas.
La Razón: 11 de mayo de 2010
17
Un cuento de los desencuentros
Su patria querida,
Chasquibamba, como un
carro se había enfangado,
ni atr{s ni adelante…
En un pueblo llamado Chasquibamba vivían
gentes que hablaban distintos idiomas y pertenecían
también a diferentes culturas. Para unos, todo estaba
bien y, para otros, nada estaba bien; sin embargo,
tenían que soportarse así como cuando una tormenta
cae y hay que esperar que pase. Comían los mismos
alimentos: papa, cebolla, arvejas, habas, carne de res,
huevos y fideos; las mismas frutas: plátanos, naranjas,
mandarinas, peras y uvas. Claro, este pueblo tenía
18
todo tipo de climas: altiplano, valles, yungas y tierras
calientes; todo tipo de orografías: montañas elevadas
con y sin nevados, cerros, quebradas y pampas. Y todo
tipo de ríos: los que caen en cascadas, los que corren
como bailando y los que andan como las serpientes. Y
eran la envidia de otros pueblos, pues hasta tenían
minerales de todo tipo, tenían gas y petróleo, dos o
tres lagos, hasta un mar de sal tenían. Aquí nunca les
visitaban los huracanes, tifones, ciclones, tornados y
demás azotes de lejanos pueblos; apenas llegaban
algunas veces fenómenos con nombres de niños y
niñas.
Así también eran diversas sus gentes. Unas eran
tristes y otras alegres; unas tenían recursos y las otras
no; unas vestían con colores chillones y eso no les
gustaba a las otras, que vestían de oscuro. Unos tenían
su propia música y los otros también; algunos querían
acercarse para hablar, pero les impedían sus idiomas.
Los otros no sabían escribir y los unos eran letrados.
Entonces, los que mandaban habían resuelto enseñar
su idioma a los otros, con el objetivo de desarrollar el
pueblo. Aquellos se habían lanzado presurosos al
19
nuevo idioma de los que saben más, creyendo que con
sólo saber ese idioma iban a ser como ellos; pero sus
idiomas eran como dos enemigos. ¡Tan diferentes en
su manera de ser! Casi ninguno de los que querían
aprender el nuevo idioma había logrado su objetivo,
ambos decían que cuando los otros hablaban, era para
matarse de risa, y eso les resentía más a los otros.
Habían cometido varios errores: primero, el no
respetarse; segundo, se desconocían como a propósito;
y tercero, parecía que se odiaban. Por tanto, mientras
viajaban juntos (en un taxi, minibús, micro o bus) y no
les importaba conocerse, todo parecía estar bien,
respiraban el mismo aire, bebían la misma agua, pero
se repudiaban. Tenían el mismo panorama, el mismo
cielo y horizonte, pero se desconocían, lloraban y reían
en un mismo mundo, pero se excluían.
Su Patria, su gran Patria querida, Chasquibamba,
como un carro se había enfangado, no daba ni atrás ni
adelante. Para sacarlo, unos pensaban que empujando
adelante lo sacarían y los otros creían que eso
empeoraría las cosas, entonces empujaban, haciendo
20
inútiles esfuerzos para sacarlo. Unos pensaban que
siempre se debe ir adelante, nunca atrás, y los otros
pensaban que había que combinar como al bailar.
Hasta tenían distintos dioses y fiestas. Los que
respetaban, nombraban padrino de sus hijos e hijas a
alguno de los poderosos; y en sus fiestas, para unos, la
mujer debía estar a la derecha, para otros, a la
izquierda. No se habían entendido, entonces los
humildes habían seguido no más a los que
supuestamente sabían. Querían girar en los ritos
sociales, tampoco se habían comprendido, la música y
la danza a los otros no les gustaba; ni modo, tenían
que bailar no más como sea. Sin embargo, por lo
menos se habían acercado, estaban bailando juntos,
estaban cerca de entablar conversación y saber
escucharse, porque comenzaron a apreciar sus idiomas
aunque no hubieran podido sellar la alianza todavía,
pero estaban cerca. ¡Al fin parecía que el cristal de
hielo se había roto! El Pacha Kuti había llegado.
La Razón: 1 de marzo de 2011
21
Indios, mestizos y q’aras
El racismo debe atacarse
de manera integral, con
política de Estado y una
nueva educación
intercultural.
El honorable Medina, que seguro fue víctima de
la discriminación, elaboró acertadamente un proyecto
de ley contra aquella funesta costumbre. La
discriminación, cual sea su forma, es la perversa manía
de separar, desconocer derechos y hacerlo menos al
otro; no sólo es racial, es cultural, es económica, es
clasista, es de género de ocupación.
Sus orígenes se remontan a las élites antiguas, ya
en la sociedad griega hubo clases alta, media, baja y
22
esclavos. Asimismo, existieron en Europa jerarquías
como: conde, barón, duque, marqués y vizconde. No
se mezclaban con las clases inferiores, era una
sociedad vertical. Después, hasta se llegó a purgas
étnicas. Vivían en un mundo donde la jerarquía era su
meta social de orden. Los grupos de poder del
hemisferio norte, han sembrado esos valores por todo
el orbe y creyeron que esa era la verdad absoluta.
Las élites hispanas fueron campeonas en esto, su
propio idioma refleja esa característica con relación a
la mujer, y hoy han tenido que remendar su gramática.
Los españoles, después de la caída incaica, segregaban
a sus propios hijos por el solo hecho de haber nacido
en América; recuérdese la guerra de vascongados y
vicuñas de los años 1622 en Potosí, los unos eran
españoles y los otros criollos. A los hijos nacidos de
padre español y madre india llamaban mestizos,
quienes fueron tratados poco menos que como
indígenas en la Colonia, y hoy cuando viajan a
Europa, así tengan cabellos rubios, allí los consideran
indios.
23
Esa costumbre de discriminar ha madurado
durante siglos, el indoamericano soportó con
estoicismo aquel hábito, y por supuesto, protestando y
rebelándose de vez en cuando. Primero fue un racismo
violento, luego disimulado y hoy es sofisticado. Los
propios segregados con el proceso colonial y
neocolonial han aprendido aquella manía de repudiar
al otro. Si los unos sufrieron siglos con resignación el
desprecio, los otros apenas asignado el mote q’ara
lloran. En esta era, mucha gente cree que
discriminando es superior al otro, y lo más chistoso es
que creen que con ello se van a ‚hacer respetar‛. Si
antes fue un recurso clave para vivir mejor que otros,
ahora es una verruga sobre la nariz.
Para luchar contra ese mal no basta encararlo con
la ley, eso sería pecar de ingenuidad. Así como los
gustos que no tienen reglas, las costumbres no siempre
se gobiernan con las leyes. En una realidad
neocolonial, las personas afirman las cualidades de sus
semejantes a partir de ese contexto. No se combate al
ladrón sacando esa palabra del diccionario. No es el
uso de los vocablos, sino la intención, la insinuación, el
24
desprecio, el desconocimiento de derechos por el color
de la piel, lo que se debe combatir. Si es cuestión de
impedir el uso de las palabras hasta el autor de ley
tendría que ir a la cárcel algún día; tampoco soluciona
nada seguir desconociendo a quién sufre la
discriminación por triple partida: la mujer india. El
racismo es una enfermedad, a unos fermenta para su
redención y a otros para su colapso.
Además, es todo un proceso, debe atacarse no
sólo con prohibiciones, sino de manera integral y sobre
todo con una política de estado, con una nueva
educación intercultural; y, sin embargo a ello se
oponen precisamente los perversos. Pese a esto, desde
hace medio siglo proviene un proceso lento de
cambios, rigen nuevos valores de armonía humana. Se
debe llegar a una alta conciencia social de convivencia
en un mundo diverso, horizontal y de alteridad. Se
marcha hacia una sociedad cuántica, sin
jerarquizaciones.
La Razón: 16 de julio de 2010
25
Persistencia cultural aymara
Creció, floreció, se fraccionó,
desmayó y entró en coma, pero
despertó… para triunfar.
La cultura aymara creció, floreció, se fraccionó,
desmayó y entró en estado de coma; pero despertó y
se alió para triunfar. Su vida podría parangonarse con
la misma vida de un luchador: siempre sube y vuelve
a bajar, y eso parece un sinfín.
Dicen que nació en Paracas, floreció con Wari y
Tiwanaku, persistió en varios estados regionales de
habla jaqaru —uno de ellos es Chanca—, sucumbió
batida por sus otros hermanos aymaras, que después
26
se quechuizaron, llamados incas. Éstos los
descuartizaron con el sistema de mitimaes,
enviándolos a lejanas tierras. Desmayó con la invasión
española y estuvo en un letargo; revivió con Tupak
Katari y entonces fue otra vez diezmado y aplastado
por Goyeneche. Despertó con Zárate Villca, se alió con
los hijos despreciados de sus opresores, una vez más
fue traicionada. Luego de varios intentos de rebelión,
en paralelo inició la lucha pacífica y cultural para
defenderse y resistir.
En ésta su lucha pacífica hizo renacer la morenada
y la diablada, creó el awki awki, los waka waka y el
p’aquchi; concibió el khari khari y los cuentos de curas.
La primera para enseñar que el esclavo será señor del
futuro, será hombre con pensamiento de mujer, será
amor con fuerza de voluntad, el feo será bello y rico
un día con su reciprocidad. La segunda enseña que el
mal y el bien, así como el espacio-tiempo son uno; no
puede haber el uno sin el otro, la vida es toda
reciprocidad entre iguales y complementariedad de
los opuestos. Extirpar al opuesto es desequilibrar la
paz. La vida es la armonización de contrarios. El
27
desequilibrio depende de un hilo, en la vida. El awki
awki satiriza a los ancianos españoles y dice que la
vida es así, el espacio-tiempo da vueltas. Los waka
waka muestran que la vida es llanto y risa, es riqueza y
solidaridad, y que una danza debe ser el teatro de las
acciones conjuntas de la vida. El p’aquchi enseña que
las cosas extrañas y ajenas bien pueden servir para
aprender algo sobre sí mismos y para disfrutar del
ingenio de la imitación.
Finalmente, los dos últimos: el khari khari es un
invento psicológico para satanizar y defenderse de la
‚autoridad absoluta‛ de los sacerdotes extranjeros,
que luego se puede convertir en enfermedad,
¡cuidado! Es peligroso jugar con las creencias, aunque
sean ajenas; y los cuentos de cura, que crearon los
aymaras con los quechuas, son relatos que ponen en
evidencia las contradicciones entre lo que se predica y
lo que se hace. Como en los cuentos del zorro, los
sacerdotes siempre pierden.
La cultura aymara se sublevó y luchó por la tierra,
se dio cuenta de que su aspiración era territorialidad y
28
poder; entonces conquistó y se liberó, sin norte por el
momento. Creyendo liberarse, se había zambullido y
alienado en el fango de la civilización ajena y para
salir de ella se embarcó en el sindicalismo, marchó,
lloró, bloqueó, fue reprimida, gasificada y perseguida,
pero al fin salió de ella, ahora cree en sí misma y
empieza a reírse...
Se creyó que los españoles acabarían con el
aymara, que la república sepultaría a los herejes, que
la revolución del 52 acabaría con su historia y que
finalmente la globalización sepultaría para siempre su
existencia, pero ¡nada! Los antiguos paradigmas
científico-histórico-occidentales no pueden
compararse con el pensamiento aymara; sin embargo,
muchos de los posmodernos coinciden en la manera
de pensar y obrar: anillo al dedo y agua que llevan a
su molino.
La Razón: 21 de diciembre de 2010
29
II LOS ORÍGENES
30
31
La aparición de los jaqarus
‘La diversidad geogr{fica se
convirtió, entonces, en
diversidad cultural’…
Esta vez la pregunta fue, ¿de dónde provienen los
aymaras? Ciertamente es complicado responder. Hace
tres décadas, el gran historiador boliviano Ramiro
Condarco Morales, autor de El Zárate Villca, me
sugería que yo, ‚debía escribir una historia
especulativa del origen de los aymaras‛. En ese
entonces no tuve el valor de pedir explicaciones ni de
iniciar esa obra, pero ahora creo que puedo ensayar.
32
Todo indica que los antiguos Jaqaru, que
provienen del centro asiático, serían los ancestros de
los aymaras. Existen similitudes lingüísticas y
culturales entre ambos pueblos, también existen
analogías en los rasgos étnicos, así como en la
mitología y en los monumentos culturales de andinos
y asiáticos. Aunque algunos creen que fue el aymara
quien irradió su cultura de América al resto del
mundo.
En realidad, en cuanto al dilema de la migración o
la autoctonía, no está dicha la última palabra, pero
cada vez se está más cerca. Desde una concepción
lineal de tiempo, la teoría de la autoctonía es
imposible; empero, en una concepción cíclica del
tiempo, es posible. Ling Yutan decía: ‚La verdad,
según los chinos, jamás puede ser demostrada; sólo
puede ser sugerida‛. Entonces, es lúcido no
proclamarse dueño de una verdad sobre esos tiempos
obscuros, sino respetar la opinión del otro. Es mejor
optar por la incertidumbre y las conjeturas
individuales para llegar al entendimiento con el otro y,
33
de esta manera, acercase al esclarecimiento de las
dudas.
Sin embargo, la mayoría coincide en la teoría de la
migración. Si es así, no se sabe por dónde arribaron, se
descarta la vía única del estrecho de Bering, por falta
de huellas de asentamientos antiguos, tanto
arqueológicos como lingüísticos en América del Norte.
Probablemente sea por Polinesia, y por esta vía hasta
se experimentaron viajes marítimos al estilo de
aquellos tiempos remotos, en barcos de papiro y totora
realizados por el noruego Thor Heyerdhal en 1948 y el
español Kitin Muñoz en 1988, que viajaron de Callao a
la Polinesia. Esta inmigración podría también haber
sido por la vía australiana, aunque por esta vía
tampoco existen huellas. Se puede creer, sin temor a
equivocarse demasiado, que los antiguos hablantes de
una lengua proto-jaqaru, de la que después nacerían el
Jaqaru y el Runasimi, llegaron al sur de Lima por la vía
polinésica.
Alfredo Torero dice que: ‚La adversidad
geográfica se convirtió, entonces, en diversidad
34
cultural‛. Estos primeros habitantes fueron
conviviendo y mezclándose con otras culturas y
lenguas, para después alcanzar el florecimiento de la
diversidad. A su vez, los pueblos adelantados han
influido a otras culturas en su desarrollo. Lo mismo
que las recién arribadas culturas han debido tomar los
modelos de las naciones más avanzadas, como
siempre pasa en la historia de la humanidad.
Es curioso saber que, mientras algunos trazan el
origen de las culturas andinas —dividida en cinco
horizontes— hace 1200 a.C. como la fecha más
antigua, otros hablan de vestigios arqueológicos
encontrados que tendrían una antigüedad de hasta
20.000 y 40.000 años. Estos pueblos, en principio, con
seguridad han coexistido en forma pacífica y han
adquirido, en los primeros siglos de coexistencia, de
forma mutua, grandes conocimientos en
interrelaciones comerciales, políticas y religiosas.
Supieron vivir en equilibrio entre los seres humanos,
aunque, como siempre, nunca han debido faltar
conflictos y batallas<
La Razón: 15 de Marzo de 2011
35
La expansión de los jaqarus
Los Paracas llegaron a ser
Tiwanaku, Wari, y Qulla Suyu,
y sus lenguas el jaqaru, el
kawki y el aymara.
Todo indica que los jaqaru surgieron en la costa,
en Paracas y de allí esta cultura se expandió a la sierra.
El primer horizonte de desarrollo jaqaru fue Ayacucho
y Cuzco, de donde avanzó más, recalco el origen de
los hablantes de las lenguas jaqaru y kawki se hallan al
sur de Lima. Unos grupos más allá, otros más aquí, en
el escenario geográfico centro andino, los climas
distintos, las sucesivas oleadas y los muchos siglos de
desarrollo cultural han debido acentuar sus
características.
36
El proceso evolutivo hacia lo proto-aymara tuvo
que transitar por los cinco horizontes trazados por los
arqueólogos peruanos: Paracas, Nazca, Huarpa,
Tiwanaku, Wari, Cuzco y parte de los Chancas.
La cultura consta de tres hechos fundamentales: la
lengua, sus obras y sus creencias. En este sentido, el
componente lengua no ha sido debidamente estudiado
en relación a los horizontes trazados. Es sabido que
una cultura en el transcurso de los siglos y milenos,
además de sufrir variaciones, hasta cambia de
nombres. Eso ha pasado con los Paracas, llegaron a ser
Tiwanaku, Wari y Qulla Suyu, y sus lenguas han sido
jaqaru, kawki y aymara. En el norte a los mochicas
también les pasó lo mismo, cuya nación floreció con
varios nombres: Chavin, Vicus, Cajamarca,
Lambayeque y Chimú, con seguridad que hablaban la
lengua mochica.
Existen suficientes motivos para especular al
respecto. Primero, entre las toponimias, marca es
genuinamente jaqaru, se encuentran en todas partes
por donde habitaron los hablantes de dicho idioma. En
37
el departamento de Lima, están: Cantamarca,
Andamarca, Marcahuasi, Cochamarca, Pariamarca,
Jicamarca, Panamarca, Escomarca y Marcapomacocha.
Y en Ica, Nazca y Chincha están: Laramarca,
Andamarca, Palcamarca, Saramarca, Cochamarca,
Choquemarca y Cusimarca. Es posible que existan más
nombres si se busca con más detalle. Marca significa
en Jaqaru, Kawki y Aymara, espacio–organización
social, además de ciudad, pueblo y jurisdicción.
Segundo, Paracas fue desde hace mucho tiempo el
hábitat de los jaqarus. Durante el transcurso de
muchos siglos, las culturas que habitaron con distintos
nombres dicha región hablaban el jaqaru, y lo
corroboran sus cerámicas y los tejidos. Tercero, con el
tiempo, con posibles conquistas o por expansiones
culturales, se fueron convirtiendo en varios estados
independientes de habla jaqaru.
En principio estaban juntos dos pueblos similares
en la costa, los jaqarus en Paracas y los runasimis en
Chincha; los primeros prefirieron la sierra, los
segundos el valle. Ambas lenguas gemelas florecieron
38
allí, una al lado de la otra, como colaborándose; como
los de arriba y los de debajo, florecieron en una misma
geografía.
Mientras unos se dirigen a la sierra, otros a
Ayacucho, los más van a Cuzco y otros al altiplano, al
lago Titicaca. En todo este trayecto histórico, los
antiguos pueblos hablantes del jaqaru se convirtieron
en varios estados, llegando a conformar toda una red
de estados regionales autónomos.
Con seguridad que hubo otros pueblos en el
altiplano, probablemente los pre-tiwanakotas, y
tuvieron que vérselas por la fuerza. Después del
triunfo posiblemente han hecho nuevos acuerdos de
reorganización tras lograr el del Titicaca. La unión de
esos estados autónomos fue clave para lograr el
triunfo o el nuevo acuerdo y/o su prosperidad, así
como su caída por incumplimiento de acuerdos.
La Razón: 29 de Marzo de 2011
39
Los jaqarus en el Altiplano
La poderosa cultura jaqaru-
tiwanaku marcó su influencia
en el entorno de los lagos
Titicaca y Poopó.
Culturalmente, Tiwanaku tiene mucho que ver
con el gran centro Paracas, al que pertenecían los
jaqarus, cuyos descendientes muchos años después son
los que llegaron a Tiwanaku. Con seguridad se
enfrentaron con otros pueblos y los conquistaron antes
de construir el Tiwanaku urbano. Sólo cuando hay una
gran pacificación o unión, en el mundo andino, se
hacen grandes construcciones. Crean un imperio
teocrático, desarrollan sobre todo una tecnología
climática, las ciencias bajo la epistemología andina
florecen, existen estudios profundos de espacio-
tiempo y cosmología.
40
Esta poderosa cultura jaqaru-tiwanaku marcó su
influencia en todo el contorno de los lagos Titicaca y
Poopó, llegando al norte de Argentina y Chile. De
Paracas a Tiwanaku existe una sola secuencia cultural,
diferenciada en alguna medida por el espacio-tiempo,
la distancia y los accidentes geográficos, tanta
variedad del mundo andino moldeó las diversidades.
La cerámica y tejidos Paracas concuerdan en muchas
formas con la visión y los modos de ver el mundo en
Wari y Tiwanaku.
El contexto geológico y político determinan las
toponimias. En todos esos lugares de los andes
centrales existen hasta hoy poblaciones y
organizaciones políticas jaqarus denominadas marka.
Así se hallan toponimias signados con la palabra
‘marca’, y datan de hace muchísimo tiempo; no son
nombres recientes, son producto de procesos
históricos y políticos de organización y
establecimiento.
Las toponimias jaqarus marca abundan en el área
de Tiwanaku. Es fácil encontrar dicho topónimo sobre
41
todo en La Paz y en Oruro, así como en Cochabamba.
En Potosí y Chuquisaca se encuentran en menor
proporción. Si no fueron los jaqarus ¿Quiénes fueron
los que difundieron esa toponimia en la amplia
geografía del Altiplano y valles?
Para que las toponimias se mantuvieran hasta hoy,
pese a la quechuización inca y posterior
castellanización colonial española, tuvieron que ser
establecidas por una red de Estados de origen y de
habla jaqaru, que las haya difundido y que éstas hayan
calado hondo desde hace mucho tiempo. Sin duda
también tuvo que ser un imperio de habla jaqaru el que
llegó hasta Catamarca y Humahuaca.
Tiwanaku habría colapsado antes o junto a la
caída del imperio Wari. El arqueólogo Carlos Ponce
Sanjinés, autoridad en materia de Tiwanaku, dice: ‚Se
puede evidenciar, principalmente por la toponimia,
que la gente de Tiwanaku empleaba la hoy
denominada lengua aymara‛, y continúa sobre el
colapso de aquel imperio: ‚Es extraño que hacia el
siglo XIII de nuestra era ese imperio se desplomara de
súbito y Tiwanaku quedó sumido en el ocaso, por
42
causas todavía no elucidadas, descartándose la
hipótesis de un cataclismo porque no hay ninguna
huella del mismo, ni tampoco por conquista de un
pueblo ajeno del que no se exhuma rastro. Acaso una
disgregación política, que hizo desaparecer el nexo de
unión.‛
Si se descarta cataclismos y otros fenómenos para
el colapso de Tiwanaku, lo más seguro es que se trató
de algún incumplimiento del pacto de alianza entre
Estados, fenómeno que se observa hasta ahora en el
mundo kolla.
Probablemente algunos de los involucrados no
cumplieron con la tradición, rompiendo la rotación de
turnos en la administración del Estado y quedándose
con el poder y fue este acto el que ocasionó la guerra
civil del colapso de Tiwanaku. En esos casos el pueblo
siempre lucha contra los injustos hasta deponerlos, ésa
es una tradición en los pueblos andinos.
La Razón: 12 de abril de 2011
43
Los jaqarus fundan Cajamarca
El término marka se refiere a
una organización social jaqaru,
un conjunto de ayllus
organizados…
Los jaqarus de Tiwanaku y los jaqarus de
Ayacucho desarrollaron un Estado poderoso en ambas
regiones. Entonces, se puede decir que posiblemente
había otro Estado poderoso para aliarse con
Ayacucho, como para expandirse. Aquí se considera el
origen y posterior desarrollo cultural y político del
imperio Wari a partir de la palabra exclusivamente
jaqaru, marca o marka; por lo que, por ahora, no se va a
sustentar con otros nombres de origen jaqaru, cuyo
significado puede ser compartido y disputado con
otras lenguas como el quechua, mochica, quingnam,
cholón, culle, puquina, entre otros.
44El término Marka se refiere a una organización
social jaqaru, esto es un conjunto de ayllus
(conglomerados familiares) organizados que se
dividían en los de arriba y abajo, más el territorio y la
autonomía de gestión. Una marka jaqaru tiene que
haber sido previamente organizada y dotada de
territorio. Ahora bien, no solamente los nombres
markas tenían ese enfoque, sino también las otras
organizaciones que llevaban otros nombres. La
expansión Wari, más que conquista, probablemente
fue un proceso de colonización y de asentamientos
humanos cuasi organizados en la sierra y, por tanto,
posiblemente hubo pocos enfrentamientos; no
obstante, en la costa, los pueblos yungas: ‚Todos
fueron vencidos y sojuzgados por los Yauyos‛, dice
María Rostworowski.
Los nuevos Estados que se unieron al Wari lo
fortalecieron enormemente para expandirse. Teniendo
el control o alianza con el altiplano, sierra y costa sur,
los waris de Ayacucho organizaron la conquista de los
pueblos del norte.
45En la costa no es fácil encontrar topónimos marka,
sino más en la sierra. Por este hecho se puede deducir
que eligieron el camino más seguro, pero difícil y
escabroso. La sierra cuenta con muchos obstáculos
geográficos, que debieron obstruir de diferentes
formas el avance de la expansión Wari. En este
entendido, se puede decir que los conquistadores
hicieron una expansión de colonización por la fuerza
en la costa. Una expansión basada, muchas veces, en
una concertación para nuevas alianzas y una
reorganización. Y lo lograron. Por supuesto que
tuvieron que enfrentarse con algunos Estados, y
seguramente los mochicas fueron los más difíciles en
su conquista. Lograron su meta hasta llegar más allá
de Cajamarca. Eso dice las toponimias jaqarus marka.
Éste es tan sólo un recorrido fugaz y
forzosamente desordenado de los nombres y lugares
del mundo centro andino. Es posible que existan más
nombres de lugares con marka, como también es
posible que algunas, por su complejidad, se hayan
entreverado de un departamento a otro; sin embargo,
46
esos topónimos existen. En Huancayo y Junín están:
Andamarca y Ullumarca. En Huancavélica están:
Chupamarca, Laramarca y Lucamarca. Entre Cerro de
Pasco y Huaraz están: Auquimarca, Chacamarca y
Cajamarquilla. En Huánuco están: Pillcomarca,
Conchamarca, Marcamarca, Pampamarca y
Yanamarca y Caramarca. En Ancash están:
Yuracmarca y Lacramarca. En el departamento de
Libertad está: Angasmarca. Y en Cajamarca existen
una decena de toponimias marka.
Los Wari estuvieron reinando en el mundo centro
andino por aproximadamente cuatro siglos (700 a.C.
hasta 1100 d.C), asimismo se sabe también que los
Wari hablaban la lengua Jaqaru, lo evidencia Llanque
Chana. Durante el imperio Wari, los hablantes de
aquel idioma han debido fijar con ese nombre los
varios sitios de Cajamarca y después de la caída de
aquel dominio, y mucho después se mantienen dichas
toponimias con la expansión Inca, porque también
eran de habla jaqaru.
La Razón: 26 de abril de 2011
47
Los jaqarus ya son incas
Decidieron llamarse incas,
crearon un modo distinto de
ser y volcaron su atención en
la educación…
Tras el colapso de Wari y Tiwanaku, Manco
Kápac y Mama Ocllo, con amplios conocimientos
técnicos de Tiwanaku, partieron de la Isla del Sol al
Cusco para reunirse con los otros hermanos y fundar
un nuevo Estado. Decidieron llamarse incas, crearon
un modo distinto de ser y hacer, volcaron su atención
en la educación. En pocas décadas, ya tenían un
Estado poderoso en el Cusco, los otros pueblos
también habían logrado un desarrollo muy avanzado.
Cada uno hizo sus alianzas para expandirse. Dos
destellaban con claridad para reemplazar al imperio
Wari caído. Los de Cusco y los Chanka. Ambos sabían
48
que para sustituir al antiguo sistema se necesitaba que
un solo pueblo prevalezca sobre los otros.
Sin duda, los cusqueños contaban con un buen
ejército; sin embargo, ante la ferocidad de los chankas,
que fueron decisivos para abatir el imperio Wari, el
inca Viracocha y su hijo predilecto Orco prefirieron
huir. Los chankas, seguros del triunfo, entraron al
Cusco, entonces el príncipe y capitán Cusi Yupanqui
salió en defensa de la ciudad y tras una dura lucha se
alzaron con la victoria. De ahí en adelante nacería el
imperio Inca. El general Yupanki, después de muchas
gestiones, se vuelve inca Pacha Kuti. Luego, con el
tiempo, las cosas son un juego de dominó, el imperio
inca llega más allá de los antiguos dominios de
Tiwanaku y Wari.
Luego, los jaqarus incas, ya teniendo el nuevo
imperio y después de varios incas, deciden cambiar de
idioma. Cerrón-Palomino cita: ‚A este Ynga, Huayna
Kápac, se atribuye haber mandado en toda la tierra se
hablase la lengua de Chinchay Suyo, que agora
comúnmente se dice la Quíchua general, o del Cusco,
49
por haber sido su madre Yunga, natural de Chincha,
aunque lo más cierto es haber sido su madre Mama
Ocllo, mujer de Tupa Ynga Yupanqui, su padre, y esta
orden de que la de Chinchay Suyo se hablase
generalmente haber sido, por tener él una mujer muy
querida, natural de Chincha‛ (Murúa (*1613+ 1986: II,
XXVII, 136). Cuya decisión fue una política imperial
de mucha importancia y se cumplía con facilidad del
Cusco para el norte, en cambio, para el sur, de alguna
manera fue resistida.
La historia del pueblo que habla jaqaru se pierde
con la lejanía del tiempo, tanto su cultura como su
nombre. En relación a su nombre, éste se relaciona
pronto con las posibles ocupaciones espaciales, a ello
colabora de lleno los nombres dados del lugar. La
toponimia ‚marca o marka‛ permite aseverar que los
hablantes de la lengua jaqaru llegaron más allá de
Cajamarca y Catamarca. Hubo una gran cultura que se
convirtió en tres imperios: uno teocrático y los otros
políticos: Tiwanaku, Wari e Inka, y que es la misma
cultura con todas sus variaciones, debido al tiempo en
sus diversas etapas históricas de desarrollo cultural.
50Hay indicios de que el jaqaru y runasimi surgieron
de una sola lengua madre. Porque las similitudes
generales lingüísticas y culturales son tan evidentes,
que invitan a deducir que provienen de un solo tronco
común. Tienen la misma tipología cultural y son
prácticamente una misma cultura; tienen idéntica
lógica y concepción de espacio-tiempo; la fonología de
sus lenguas es igual, el parentesco, también; las dos
tienen estructuras gramaticales análogas: tanto en
personas gramaticales, orden sintáctico, ausencia de
género gramatical, el orden adverbial y adjetival es el
mismo, y cuentan con más de 1.500 palabras en
común; ambas usan sufijos de forma similar, tan sólo
son distintos en los simbolismos de los sufijos. ¿Jumaxa
kamsasmasa?
La Razón: 10 de mayo de 2011
51
III LA CULTURA
52
53
El pensamiento aymara o andino
Con el prójimo se es uno, la
vida y el trabajo tienen sentido
en conjunto y en
complementariedad.
Un señor muy elegante pregunta: ‚¿Qué es el
aymara? ¿Cu{l es su pensamiento?‛ Bueno, uno debe
responder aquella compleja pregunta, porque es un
deber, pero en ese mismo instante, por prudencia, no
es fácil. Las cosas son complicadas, sobre todo cuando
hay desinteligencias entre dos culturas, puntualizando
el caso entre el aymara y el castellano. En anteriores
oportunidades, ya se había vertido opinión al respecto,
sin embargo, a veces conviene recalcar y eso es
redundar, y si redundar aclarará el camino a la nueva
54
convivencia, el sendero de la interculturalidad,
entonces valdrá la pena excederse.
Toda cultura tiene su filosofía y en ella un
conjunto de paradigmas y éste a su vez una lógica que
le sirve de ordenamiento de las cosas. La cultura
aymara no carece de ellas, puesto que es una cultura
sólida de milenios; para ello ha tenido que forjar su
propia ideología y tuvo que aprender de otras culturas
para fortalecerse. De esta manera generó un
pensamiento propio y genuino hasta alcanzar esta era.
La cultura aymara proviene de una realidad cultural y
lingüística diversa. Ha vivido de esa amplia geografía:
costa, sierra, altiplano, sierra y oriental-amazónico, de
esa complejidad climática. Con justa razón, Alfredo
Torero indica: ‚La adversidad geogr{fica se convirtió,
entonces, en diversidad cultural‛.
El pensamiento aymara se compone de cuatro
fundamentos paradigmáticos que regulan su
existencia: seminal, reciprocidad, holográfico y
comunitario que son fundamentos esenciales para su
economía; rituales con la Pacha Mama, motivar la vida,
55
bailar y llorar se mueven con esos cuatro valores.
Como ya se ha insinuado antes, estos conocimientos
con seguridad que no son solamente aymaras, sino
también quechuas, puquinas, uruquillas, mochicas,
etc. En la era de los Wari, siendo imperio, han debido
cosechar muchos conocimientos, los cuales
posiblemente se desarrollaron y conservaron hasta
hoy.
El pensamiento andino es ‚seminal‛ debido a su
modelo de desarrollo biológico: como se producen la
flora y fauna en la naturaleza, convivencia armoniosa
entre ser humano, sembradíos y ganados.
Por otra parte, es una lógica de reciprocidad. La
racionalidad aymara tiene que ver con aliados y
contrarios dentro del espacio de integridad. Siempre
serán dos en constante complementación y rotación.
Una marka aymara consta de arriba y abajo, lo
importante es saber vivir en armonía entre contrarios;
el centro es el taypi y llegar a éste es el mayor bien, la
armonización de contrarios. La reconciliación es una
lógica de vida para este pueblo.
56Otro de los componentes del pensamiento andino
es la visión holística en la organización del modelo de
desarrollo. Para los aymaras, todo es integral, es dos y
una sola realidad. En todo trata de forma total, cuando
ara la tierra o cuando siembra o cuando alcanzan los
ritos. No entiende la parte sin el todo. Es posible que el
todo y la parte estén separados, pero siempre estarán
en permanente interacción.
En una situación comunitaria, los intereses son
comunes, porque el equilibrio es la integridad. La
fuerza de solidaridad entre la gente, forja la confianza
y hace depender del otro como de sí mismos. El ayni o
la práctica de reciprocidad los cohesiona y todos son
tributarios de todos, y obliga a una práctica social
comunitaria. Además de que con el prójimo se es uno,
la vida tiene sentido, el trabajo en conjunto y en
complementariedad prospera cuando se cree en la
comunidad.
La Razón: 15 de febrero de 2011
57
¿Dónde queda el futuro?
¿Cómo hallaron los indígenas
estos conocimientos? Sólo
sabemos que los aymaras
fueron y son empiristas.
Un elegante señor decía: "aprender aymara es ir
como el cangrejo". Todos los pueblos y culturas tienen
su propia visión del mundo; es decir, formas distintas
de ver el cosmos, de concebir el espacio-tiempo, la
vida y, con ella, las formas de ver y obrar en la vida,
aunque los conceptos sobre ésta no necesariamente
sean iguales.
Tratándose de las diferencias en la concepción del
espacio-tiempo, ¿dónde queda el futuro? Depende:
para los andinos queda atrás, no ha sido visto, ya
vendrá; desde el punto de vista metafórico se llama
qhipha. Al pasado se le denomina nayra pacha (nayra:
58
ojo, pacha: espacio-tiempo) y está adelante porque ha
sido visto, vivido, sufrido o disfrutado; se lo recuerda.
Lo contrario pasa en otras culturas; por ejemplo, la
modernidad occidental que dice: "pasado pisado y el
futuro adelante", o ir por un tiempo lineal del pasado
al futuro.
El pacha andino es una tetralidad cíclica, por eso la
cuatripartición es inherente a sus culturas. Fritjof
Capra, dice:
"La teoría de la relatividad ha demostrado que el
espacio no es tridimensional y que el tiempo no es una
entidad separada. Ambos están íntima e
inseparablemente relacionados y forman un continuo
cuatri-dimensional que se denomina espacio-tiempo'".
Por cultura se debe conocer a dos personalidades:
Isaac Newton y Albert Einstein. El primero descubrió
las leyes de la gravedad universal y estudió la
descomposición de la luz, divulgando de manera
absoluta que el tiempo está separado del espacio y que
es siempre un trazado lineal. El segundo, en 1905
59
formuló la teoría de la relatividad y anunció que el
espacio y tiempo son simultáneos y no son lineales.
Para los andinos, el espacio-tiempo está
compuesto por dos realidades simultáneas que se
tratan de una sola unidad: pacha. Los siguientes
ejemplos son contundentes: ¿Kawki pachatsa jutta?
¿Kuna pachasa sarxäta?, ¿De dónde vienes? y ¿Cuándo
te irás? Se puede definir que el pacha andino nunca
desaparece, es una eternidad que se renueva sin cesar,
no tiene comienzo ni fin, son dos en una realidad
unida que gira como el viento y siempre regresa y se
va como la luna.
Reitero, para otras culturas el tiempo es lineal,
pero en la andina es concebido como cíclico y se lo
llama pacha kuti. Pacha: espacio-tiempo, kuti: del
verbo aymara kutiña regresar, volver, retornar. Esto no
es reciente, incluso hubo un inca con el nombre de
Pacha Kuti, que gobernó su imperio desde 1433 a 1471.
Aquí el análisis etimológico. Pacha, desintegrada
en sus dos silabas, resulta siendo raíz y sufijo. La raíz
60
pa + cha, pa- es pä, y éste paya; el sufijo -cha es
verbalizador y significa hacer, da acción al nombre. Ha
debido ser hace miles de años, pächa o payacha, que es
uno la unidad de dos. De la unidad pacha espacio-
tiempo se supo hace más de 5.000 años, hay vestigios
arqueológicos precolombinos de ello.
¿Cómo hallaron los indígenas estos
conocimientos? Sólo sabemos que los aymaras fueron
y son empiristas. Pero, en esta era, para el Occidente
ya es espacio-tiempo simultáneo y cíclico, y según
Pániker hoy rige una nueva concepción: el
"retroprogreso". Al respecto, el pueblo tiene un
proverbio: Qhipha nayra uñtasa sarañasawa. Aunque se
haya civilizado, hoy sigue viviendo en esta concepción
del tiempo.
La Razón: 25 mayo 2010
61
El anverso de la wiphala
La wiphala simboliza esa
experiencia de vida armónica,
complementaria…
El acto de simbolizar es profundamente humano.
En todas partes, algunas familias han empezado a
designar un símbolo característico a su linaje, y todos
los pueblos tienen un símbolo que los distingue. Ya
sea para acentuar un estatus o para buscar la libertad.
Los símbolos bien pueden surgir en tiempos de paz;
sin embargo, se sabe que la mayoría ha surgido
principalmente en la guerra, y por lo general
simbolizan la sangre, la riqueza, la fuerza y las armas.
62
Los motivos para empuñar los símbolos en los
últimos tiempos han sido para sostener un poderío
sobre otro, y/o para buscar la libertad. Aquellos que
han surgido en tiempos de paz muestran
principalmente hechos culturales: su cosmovisión, su
pensamiento y la coexistencia entre ellos. Es posible
que existan otras razones de invención.
En el mundo andino-indígena, porque son hijos
de la diversidad, existen varios símbolos; es decir,
varias wiphalas. Las más conocidas son la blanca y la
multicolor. La blanca fue usada principalmente en
ceremonias rituales, como en el matrimonio, la
siembra o para atraer la lluvia. La multicolor
actualmente es considerada principalmente de corte
político cosmológico.
Algunos investigadores no creen que dicho
emblema sea un símbolo genuino de los pueblos
andinos-indígenas. Piensan que las culturas son
estáticas o que han muerto con la conquista. Las
culturas indígenas, entre ellas la aymara y la quechua,
no han muerto, aún están vivas, siguen vigentes, con
63
muchas más fuerzas que antes. La wiphala fue
concebida hace milenios; simboliza esa experiencia de
vida armónica, complementaria, recíproca y
holográfica vivida entre los seres humanos en los
Andes y las llanuras orientales del Awiyäla. Y no
fueron enarbolados para la guerra, sino para la
convivencia pacífica entre los seres humanos, entre los
pueblos diferentes.
Algunas muestras históricas de la wiphala son: i)
hace muchísimo tiempo, introdujeron la Cruz del Sur
como un símbolo cosmológico fundamental, ‚orden
que no es cósmico, no es orden‛, dice Reinaga. ii) Para
el pueblo aymara-quechua, es capital el abajo y el
arriba y otras subdivisiones dependientes del orden
citado; la complementariedad de antagonismos es una
unidad de diversidad holográfica. iii) En las culturas
indígenas, no sólo bastaba estar divididos en dos; es
más, jamás fueron duales, eran uno solo, unidos por el
taypi, es decir: los contrarios armonizados. Los pueblos
autóctonos se manejaban bajo una red de ayllus,
markas y suyus autónomos, una especie de red de
pueblos diversos sin frontera; concepto que había que
64
simbolizar y justamente eso hicieron los andinos-
amazónicos. Esto está demostrado en las antiguas
piedras esculpidas, en cerámica, en tejidos. Incluso
este concepto existe actualmente en la vida práctica y
visión de convivencia entre los pueblos.
Sobre el nombre de la wiphala, se puede decir que
es una palabra aymara. Wipha o Wipha! significa
alegría, es una expresión de festejo en los carnavales
cuando se está festejando a los ganados y sembrados
después de haber puesto sus adornos. Y la desinencia
final —la es un sufijo nominal de apreciación cariñosa
o amorosa—. Existen varios ejemplos finales en
nombres: mama, mamala; tata, tatala, quchala, tiyala...
La wiphala es el símbolo de la alegría y armonía
entre los distintos pueblos. Cada cuadrito y color
simboliza una provincia, un Estado, una nación; en fin,
una lengua y una cultura autónomas. Y no sólo eso,
también refleja la diversidad y globalidad de la Tierra.
La Razón: 18 de enero de 2011
65
El reverso de un símbolo
La wiphala es un emblema de paz
y de armonía, de vivir bien entre
los seres humanos diversos…
En este ensayo presento el análisis del alcance y
significado de la wiphala. La Cruz del Sur es el símbolo
rector de la cosmogonía andina. La chakana ha regido
por milenios la cosmovisión de los pueblos del
hemisferio sur. La estructura cuadriculada de la
wiphala deviene de colocar las líneas sobre dicha cruz.
Allí aparece incluso su relación con la Tierra. Los
pueblos de altura, valles y tierras cálidas no siempre
piensan igual; esta diversidad también está reflejada
en la chakana y está representada en dicho emblema: el
orden a partir del desorden, la unidad desde la
diversidad, y la armonía que sólo puede existir a partir
del respeto a la diversidad.
66
La bipartición es capital para el pensamiento
andino. Las dualidades hombre y mujer (y viceversa),
padre y madre, hijo e hija (en la sociedad andina y
posiblemente mochica y mapuche) también está
incorporadas en la referida insignia. Este símbolo se
divide diagonalmente por el color blanco; la base
simboliza la madre, la luna, la mujer, la femineidad, la
Pacha Mama. La diagonal superior encarna al padre,
el sol, el hombre, la masculinidad, los wak’as. ‚La
unidad es benignidad, feminidad. Lo múltiple,
diverso, malignidad, masculinidad‛, dice Federico
Aguiló. La racionalidad implica aliados y contrarios,
comunitarios e individuales. Es la complementariedad
de los opuestos.
La bipartición lleva automáticamente a la
cuatripartición. Con razón dice un gringo: ‚Cuando
un óvulo y un espermatozoide se unen, la única célula
resultante se divide en dos, cada una de las cuales se
divide, a su vez, en otras dos, y así sucesivamente,
durante unas cuarenta generaciones de células.‛ (R.W.
Gerard).
67
Entre lo vertical y lo horizontal, la diagonal
representa la armonía de contrarios, es el taypi: el
centro radical que totaliza. Existe tres sietes para los de
abajo y otros tantos para los de arriba, y estos dos
opuestos o contrarios son armonizados por otros siete.
Para el pensamiento andino, existe una red de ayllus,
markas y suyus autónomos; es decir, reitero, una
especie de red de pueblos sin frontera.
Otra de las características andinas-indígenas es la
preferencia por el color. Pese a las dificultades,
lograron generar una serie de colores. Así es el awayu,
el lluch’u y la wiphala, que se articula colocando estos
siete colores sobre la Cruz. Hoy, con la
industrialización, es fácil cubrir la expectativa de
colores. ¡Y les gustan los colores chillones!
Fidel Rodríguez, potosino y residente en Santa
Cruz, tras años de estudio y análisis matemático,
descubrió que la wiphala es un símbolo de la Madre
Tierra, y dice que, además de contener los colores
naturales del arco iris, marca el ritmo de vida y el
destino de la humanidad.
68Y toda invención, innovación es una tarea
comunitaria y paulatina, a Germán Chuqi Wanka le
tocó redescubrir, a Rodríguez analizar, y a otros el
difundirlo. Este símbolo, por su significado y su
profundo respeto a la naturaleza, por su carácter
holístico y armonizador de contrarios, tiene una
enorme perspectiva.
En conclusión: dicho símbolo, concebido hace
milenios, es un emblema de paz y armonía de
contrarios o de opuestos; no es un símbolo de guerra,
es un emblema de vivir bien entre los seres humanos.
La wiphala no sólo es internacional; como símbolo de la
Madre Tierra, de paz y armonización de contrarios, su
proyección es de carácter mundial. Los indígenas no
buscaron hacer un símbolo para un solo país, sino más
bien para los países del mundo.
La Razón: 1 de febrero de 2011
69
Inferencias de la lógica andina
La lógica difusa posmoderna y la
lógica trivalente andina son,
paradójicamente, hermanas
gemelas.
Un bloqueo provoca protestas entre los pasajeros de
una flota, unos están en contra de la medida; otros a
favor. Una mujer aymara se queda muda y meditando;
la increpan: —¿Estás con ellos o con nosotros? La
mujer da la razón a ambos bandos y todos se burlan
de ella<
Toda cultura tiene su propia filosofía que cuenta con
un conjunto de paradigmas, los cuales a su vez tienen
una lógica. La andina, por milenios, creó una cultura
basada en cuatro fundamentos: seminal, reciprocidad,
hologr{fico y comunitario. Es ‚seminal‛ porque sigue
el modelo de desarrollo biológico (Kush), es una
convivencia armoniosa entre el ser humano y su
70
entorno. Es de reciprocidad y complementación
(Temple): el arte de vivir es cómo llegar a la armonía
con el otro. La reciprocidad hace a las personas
dependientes unas de otras. Así, todos son tributarios
de todos, y eso obliga a una práctica social
comunitaria. Además viven en una visión holográfica,
puesto que es absurda la parte sin el todo.
Dicha cultura responde a una lógica trivalente; es
decir que tiene tres valores: verdadero, falso y quizás
(tal vez). Lo probable, marcada con la palabra inasa, y
los sufijos: chi (conjetural) y pacha (de inferencia) fijan
su personalidad y los enunciados de la sintaxis del
mencionado idioma. Pues se realizan con sufijos en
vez de palabras de conexión. Y es así que existen
varias posibilidades de conclusiones a partir de
premisas dudosas. La ambigüedad tiene valor, y la
incertidumbre es importante.
Javier Amaru y Emilio Molina dicen que la lógica
del aymara es tetraléctica: falso, quizás falso, verdad y
quizás verdad. Es distinto a la lógica clásica
aristotélica de sólo dos valores: verdadero y falso. Sin
71
duda esta historia del hallazgo del tercer valor tiene
sus precursores y descubridores.
El primero en redescubrir el uso de la lógica
trivalente aymara fue Iván Guzmán de Rojas (1971).
Luego, en 1985, Dominique Temple afirmó que las
lenguas castellano y aymara no responden a la misma
lógica. Y claro, hasta entonces se creía que las lenguas
dotadas de la lógica aristotélica ante el exitoso
desarrollo industrial seguirían dominando y
quedarían incólumes por mucho tiempo más. Sin
embargo, fueron los propios occidentales, con el
racionalismo, quienes crearon una nueva
epistemología.
Einstein, Planck, Lukasiewicz, Lupasco, etc. Todos
indirectamente y sin proponérselo desarrollaron una
nueva tesis contra la lógica clásica. No es casual, dice
Temple, que los laboratorios de ciencia en Occidente
estén asesorados por técnicos orientales. Entonces, la
lógica aristotélica se fue descartando para la nueva
era.
72
Platón intuyó que había una tercera región entre lo
verdadero y falso; Berkele y Hume hablaron de
conceptos similares. Por su parte, Bertrand Russell
estudió las vaguedades del lenguaje, y hasta Ludwig
Wittgenstein se refirió al tema. Sin embargo, fue
Lukasiewicz el primero en proponer una lógica de
vaguedades, una de tres valores, con un tercer valor
posible, y Max Plank fue el precursor de la lógica
difusa.
En 1960, el iraní-americano Lotfi Asker Zadeh,
profundizando el tema, creó la lógica difusa,
presentada oficialmente en 1973. La teoría de la lógica
difusa dejó obsoleta a la lógica clásica, basada en una
sola verdad absoluta. ¿Qué es la lógica difusa? Se
podría responder que es la lógica que utiliza mucha
gente. ‚La lógica difusa intenta copiar la forma en que
los humanos toman decisiones‛, dice Zadeh. La lógica
difusa posmoderna y la lógica trivalente andina son,
paradójicamente, hermanas gemelas.
La Razón: 22 de mayo de 2012
73
El ordenador social andino
Dicen que la ‘Chakana’ es el punto
de partida para la configuración de
la cultura andina.
La Chakana, o Cruz del Sur, es uno de los elementos
astrológicos más importantes para las culturas
andinas. Se dice que es el punto de partida para la
configuración de su cultura. Es posible que las otras
comunidades indígenas tengan, por su lado, un punto
de partida también astral, como el Lucero del Alba
para el pueblo Guaraní.
Para las culturas andinas, la Cruz del Sur tiene
incidencia directa con la Wiphala. En realidad, es su
creadora. De la Chakana proviene el modelo de
armonía de espacios y la unidad del conjunto, y otros
aspectos culturales.
En segundo lugar, se puede afirmar que en la
Chakana se encuentran los puntos de partida de la
74
bipartición y tetrapartición andinas. Estas lógicas
derivan de la naturaleza; todo tiene un padre y una
madre, y también hijos. Sucesivamente se
multiplicarán como las células. La Chakana es el
organizador social y espacial de los ayllus y comarcas
de los distintos pueblos.
En tercer lugar, se puede entender que el
ordenamiento de las cosas en el espacio-tiempo andino
está representado asimismo en la Chakana,
generándose un modelo para el comportamiento ritual
de la sociedad andina, pese a las diferencias y
variaciones culturales lingüísticas. En el Sur, donde se
sitúa esta configuración astral, se encuentra el Norte
de las culturas andinas.
En las ruinas de Tiwanaku es proverbial la
simbolización de La Cruz del Sur como paradigma en
la ciencia andina. Lo mismo que ocurrió en el imperio
Wari, el cuatro, fue capital. Además, La Cruz Andina
es doble, lo cual está simbolizada en una estrella de
ocho puntas en el gorro o sombrero Wari. Pese a todo
tipo de desestructuración cultural, existen muchas
75
fiestas cristianizadas o sincréticas en homenaje a la
Chakana.
En la misma línea, la Chinkana de la Isla del Sol tiene
cuatro laberintos, con entradas en las cuatro esquinas
de la sala principal. Esto por sí solo habla de la
importancia del número cuatro en unidad dentro del
mundo andino. Por tanto, no es casual el mito de los
cuatro hermanos Ayar, quienes fundaron el Estado
inca en el Cusco. Por el valor del cuatro, el imperio
Inca tenía cuatro suyus.
Cuando se dice ordenador social andino no se está
exagerando. En el matrimonio aymara existen seis
wiphalas: dos en lo alto de la ramada y cuatro que
llevan los padrinos y los hijos. Además, existen cuatro
botellas de licor para la ch’alla, que son la norma del
matrimonio.
Wankar (Ramiro Reynaga Burgoa) dice que: ‚orden
que no es cósmico no puede ser orden‛. Con
seguridad se refiere a la Cruz del Sur, concepto
presente asimismo en los conjuntos de morenos de
76
Sicasica en la fiesta del Rosario: Qulläna, Uchusuma,
Kapunuta y Maka. Además existe una memoria
ancestral con respeto a la Chakana y un despertar en la
población; y según la nueva arquitectura andina, las
construcciones se van inspirando en la Cruz del Sur.
Por otra parte, los matemáticos andinos pueden
explicar y explayarse respecto al origen y simbolismo
de los números uno, tres, cinco y siete; así como de los
números pares dos, cuatro, seis y ocho al modo
andino.
Las fiestas principales en homenaje a la Chakana son:
el Valle Hermoso, de Cochabamba y Norte de Potosí
(El Tinku). Celebración que se festeja en varias
provincias andinas, como Cañaviri y Umala en
Aroma, Arapata en Nor Yungas; Tipuani en Larecaja,
Carabuco en Camacho, Huatajata y Sorejapa en
Omasuyos, Achocalla en Murillo, Colquepata en
Manco Kapac, Viloco en Loayza, Isla Pariti en Los
Andes y Guaqui en Ingavi. Estas fiestas también se
encuentran asociadas a la cruz cristiana.
La Razón: 05 de junio de 2012
77
IV ORGANIZACIÓN
POLÍTICA
78
79
Principios políticos andinos
Todas las culturas andinas
muestran en sus obras la
importancia del dos y del
cuatro indígena.
Esto de los de arriba y los de abajo me sacan de
quicio‛, decía un alcalde no andino al no poder
reunirse con ambos bandos. Habría que revisar de
dónde proviene ese desencuentro, examinando en
inicio los principios de organización andina. Hay que
entender primero la bi-partición y la cuatri-partición
para aproximarse a la concepción política indígena.
Uno de los más antiguos hechos culturales se
encuentra en la Isla del Sol; el otro, actual, se halla en
Sicasica. Ambos serán examinados en este ensayo.
Para empezar, se puede afirmar que ‚dos hacen
todo‛, principio basado en la relación de
complementariedad: mujer más hombre o viceversa.
80
Esto da lugar a la idea de que todo tiene un padre y
una madre, y que la unidad generadora de la vida y de
las cosas es par. De ahí proviene aquello de los de
arriba y los de abajo. En principio, el pensamiento
andino es seminal. Todas las culturas andinas antiguas
y actuales muestran en sus obras la importancia del
dos y del cuatro. A este entender les dio la razón la
naturaleza y la Cruz del Sur.
Buscando los más antiguos vestigios de esa
concepción organizativa, uno se encuentra con El
Laberinto de la Isla del Sol, en el lago Titicaca,
compuesto por ruinas rústicas que datan de los
tiempos pre-incaicos. Allí existen cuatro puertas o
salidas, una en cada esquina del recinto. Todas
conducen a un ambiente para reuniones, pero para
llegar al centro primero se debe pasar por un estrecho
pasadizo a modo de laberinto. Si no se intuye la lógica
del camino, uno se ve obligado a regresar, es como si
cada pasadizo fuese un mundo aparte y desconocido.
Sobre el origen de los incas, se cuentan varios
mitos. En Cusco se señala que la fundación de este
81
nuevo pueblo empezó de cuatro hermanos y sus
parejas: Ayar Manco y Mama Ocllo, Ayar Cachi y
Mama Cora, Ayar Uchu y Mama Rahua, y Ayar Auca
y Mama Huaco. En el Titicaca, cuentan que Manco
Capac y Mama Ocllo salieron de Tiwanaku a la Isla del
Sol (donde está el dios Wiraqucha) y de ahí al Cusco.
Estos mitos son complementarios antes que
antagónicos en su simbolización. Además, son
referencias históricas, disfrazadas como leyendas en el
fondo. Ambos llegan a una misma explicación; no es
casual que el Estado inca haya llegado por
coincidencia a conformar un imperio con cuatros
suyos.
Hoy en día estos hechos pueden parecer leyendas,
sin embargo, existe la vigencia del cuatro. Sicasica es la
capital de la provincia Aroma, se encuentra entre el
camino de La Paz a Oruro. Cada principio de octubre,
allí se realiza la fiesta de la Virgen del Rosario. Todos
estos pueblos, sean pequeños o grandes, se rigen aún
por un orden político administrativo de corte andino.
82
Pese a la distorsión de aquel hecho histórico, en
Sicasica la entrada se realiza de una manera muy
peculiar que mantiene la vigencia del cuatro, con
trofeos y premios. Allí existen cuatro zonas
autónomas; sin embargo, son parte de una sola
estructura. Durante la festividad, esas cuatro zonas
organizan cuatro tropas de morenos: Kapunuta,
Qullana, Maka y Juchusuma. Cada tropa tienen su
puesto en alguna esquina de la plaza, desde allí
ingresan a su interior, siempre girando contra las
manecillas del reloj. Luego de dar una vuelta
alrededor de la plaza, se quedan a bailar en su puesto.
Éste como el del laberinto, rememoran la persistencia
de la organización andina de los cuatro suyos, en
plena era de la cibernética. Los modelos del
pensamiento andino están retornando, aunque sus
oponentes no lo quieran.
La Razón: 27 de septiembre de 2011
83
El jilaqata y su comunidad
La función del jilaqata es
compleja y difícil: gobernar la
comunidad con el consejo de
los ancianos…
La base de la organización política aymara es la
familia y el espacio que ocupa. La familia está
constituida por el padre-madre y asentada en una
sayaña. Esta pareja se llama persona, y está rodeada
por los hijos y los abuelos. Aquí, los padres con los
consejos de los abuelos son la autoridad
administrativa. La familia está ordenada y normada
por la ley de la reciprocidad, esta organización
determina las autoridades y la lógica administrativa
de la comunidad. Y a partir de este principio se van
generando mayores organizaciones, como las markas y
los suyus.
84
La comunidad es un conjunto de familias en un
territorio común cohesionado por la fuerza de la
reciprocidad, que es comunitaria. Un ayllu antiguo
tiene entre seis y 12 familias. Las zonas, que se pueden
dividir en arriba y abajo, y sus respectivas autoridades
dependen del número de familias. De ahí salen por
turno los mandos denominados jilaqata (chacha warmi).
Pueden ser una o dos autoridades, dependiendo de la
densidad poblacional de la comunidad. Aunque hoy,
los nombres y la gestión han sido distorsionados.
Los requisitos para asumir el mando de jilaqata
son: Haber sido jefe de zona, tener pareja (esposa o
esposo: el par de opuestos es el mayor bien), y contar
con el turno aprobado por la comunidad. Se asume el
cargo por la tierra que ocupa y para servir a la
sociedad, ahí reside la fuerza de su autoridad. En caso
de que una de las parejas muriera antes de asumir la
atribución, entonces asume el cargo con algún pariente
cercano. Puede ser padre o madre, hermano o
hermana, hija o hijo mayor. Siempre asume el mando
una pareja, hombre y mujer. En otras regiones, además
85
de haber sido jefe de zona, se exige ser preste y pasar
la fiesta, depende de cada región.
El acto de cumplir el servicio de jilaqata es difícil y
complicado. Algunos, muchas veces, asumen el cargo
en bonanza y salen pobres. Ejercer dicho deber es un
servicio a la sociedad, y éste se cumple por la tierra
privada de cultivo y pastoreo que uno ocupa. Por lo
que todos los miembros ejercerán algún día el cargo
principal de la comunidad.
Ser jilaqata es ser padre-madre de la comunidad,
su función es gobernarla con el consejo de los
ancianos. La sociedad espera de la autoridad una
buena gestión, que sea un buen año, seguridad
alimentaria, paz social y armonía con las demás
comunidades. Si hay granizada, sequedad o heladas,
el jilaqata tiene que atender las repercusiones de estos
fenómenos. Si alguno de los miembros de la
comunidad comete algún delito, deberá atender el
caso. Si los recién casados no realizan sus labores,
serán amonestados por la autoridad, y si hay
beligerancia entre los miembros de la comunidad,
86
debe resolver cuanto antes el conflicto. Un mal
gobierno permitirá la vagancia, la falacia y el robo.
Aquí se juega el prestigio de la familia, y sus
parientes se esmeran en ayudarlo en todo lo que esté a
su alcance.
Al final, cuando una gestión ha logrado
abundancia y paz social, se festeja. Si al final de su
mandato se han alcanzado los objetivos de la
comunidad, el jilaqata es reconocido por la comunidad
y es congratulado de acuerdo con sus servicios. Luego
le tocará por último cumplir con la función de anciano.
Previsiblemente será un consejero digno. Los ancianos
aprueban o rechazan las iniciativas de los jefes de
zona. A esta obligación acceden sólo los ex-jilaqatas,
son aproximadamente seis en cada comunidad. Es el
último cargo dentro el ayllu, aunque no en la marka.
La Razón: 11 de octubre de 2011
87
El mallku y la marka aymara
Ser mallku significa gobernar
la jurisdicción, es el cargo más
importante de la comarca.
La familia junto al espacio que ocupa, sobre el
ayllu, es el umbral de la organización política andina.
Los ayllus son siempre dos: el de arriba y abajo. Lo
mismo que antaño, en la actualidad, en la marka,
pueden coexistir una docena o más comunidades,
divididas en parcialidades. El término marka no tiene
una traducción exacta en español; suele ser definido
como pueblo, tal vez es equivalente a comarca y
jurisdicción. Hoy en día, dicho nombre también puede
entenderse como ciudad y nación. Marka se refiere a
una organización social (jaqaru en antiguo aymara),
88
esto es un conjunto de ayllus organizados en un
territorio, pero administrados de manera autónoma.
La marka tiene un centro: el pueblo, rodeado por
los ayllus o comunidades. Unos tres o cuatro mallkus,
sin recibir contribución alguna, administran toda la
jurisdicción bajo el derecho consuetudinario. El
modelo de organización política aymara se conforma
según la disposición de las comunidades, que tienen
como base a la familia y su modelo de estructura de
padre-madre; ahí reside su fuerza y su autoridad.
Luego, la disposición y conjunto de markas hacen el
suyu, como las antiguas provincias de Pacajes,
Carangas, Lupacas, etc.
Sobre los nombres jilaqata y mallku, hoy existe una
especie de confusión en muchas comunidades, por el
desprestigio colonial y por esas ambivalencias del
significado metafórico de las palabras. El primero
administra la comunidad, y por el respeto que le
tienen a su investidura lo llaman también mallku, pero
sólo en la comunidad. En cambio, al segundo nunca le
dirán jilaqata. El uso de dichas palabras depende del
89
contexto; en las exhaciendas se pierde el sentido del
jilaqata, mientras que en las comunidades se mantiene.
Los requisitos para asumir el mando de mallku
son: tiene que haber sido antes jilaqata de su
comunidad, tener el turno aprobado por su ayllu y
debe tener pareja; con todo esto es propuesto al
cabildo (ulaqa) que otorga la aprobación. Esto cuando a
la comunidad le toca el turno para asumir la autoridad
jurisdiccional, por lo que todos los miembros de la
comunidad y la marka conocen las reglas claras para
tal función. Se asume el cargo por el prestigio de su
comunidad y para servir a la jurisdicción, y acceder a
éste es un honor; es el cargo más importante de la
comarca.
Ser mallku significa gobernar la jurisdicción,
compuesta por las comunidades a través de sus
mandantes. Cada uno de éstos controla el bienestar de
su comunidad, y el mallku trabaja con ellos. Pero el
gobierno de estas autoridades originarias hoy está
interferido, a veces superpuesto, por los sindicatos en
muchos lugares. También ocurre que en otras
90
regiones, cualquier autoridad quiere llamarse mallku, y
han distorsionado ese término.
Eso ha sucedido desde 1939 hasta hoy. La
organización de autoridades originarias casi fue
reemplazada por el sindicalismo, que se extendió con
la Revolución del 52. El sindicato fue un instrumento
político del partido gobernante, y luego estuvo en
manos de los pactos militares. Fue Jenaro Flores
Santos, en 1979, quien lo liberó para convertirlo en la
Confederación Sindical Única de Trabajadores
Campesinos de Bolivia (CSUTCB). Luego surgió la
federación y después la Confederación de Mujeres
Campesinas Bartolina Sisa. Sin embargo, la mayor
toma de conciencia andina es el surgimiento del
Consejo Nacional de Ayllus y Markas del Qullasuyu
(Conamaq) en los últimos tiempos. Todo hace prever
que, en el futuro, la organización política andina será
ecléctica.
La Razón: 08 de noviembre de 2011
91
Rebelión collavina de 1780
Los dos hechos que marcarían
para siempre la historia de
América se dieron en el
Kullasuyu.
Los hechos más grandiosos de Sudamérica son las
rebeliones de 1780 y 1781. Nada más excelso y glorioso
en la historia de la humanidad que la búsqueda de la
libertad a ultranza. En occidente ya Hobbes había
anunciado en 1651: ‚Homo homini lupus‛, (El hombre
es lobo del hombre), porque unos tenían que someter a
los otros para imponerse y apoderarse de sus bienes.
Pero la visión de los indígenas era al revés. Mientras
los europeos andaban buscando descubrir y someter a
otros pueblos, en los Andes se buscaba el vivir en
armonía con el otro.
92Los dos hechos que marcarían para siempre la
historia de América se dieron en el Kullasuyu: las dos
rebeliones de 1780 y 1781. La una, dirigida por Tupak
Amaru II; y la otra, por Tupak Katari. El primero nació
en 1740, en Tinta; y el segundo, en 1750, en Ayo Ayo.
Junto con ellos lucharon sus esposas: Micaela Bastidas
y Bartolina Sisa, respectivamente.
Después de la invasión española, estas tierras del
incario se dividieron en dos: el Bajo y el Alto Perú. En
principio, ambos pertenecían al virreinato de Lima, y
luego el Alto Perú pasó al virreinato de Buenos Aires.
Si bien en esa entonces la circulación de la información
era compleja, las ferias llegaron a ser excelentes
medios de comunicación para la adquisición de
consciencia de la realidad sociopolítica en el mundo
andino. Tanto Tupak Amaru como Tupak Katari
frecuentaban estos lugares pues se dedicaban a
actividades comerciales. El primero era un prominente
arriero de Cusco a Potosí; y el segundo, comerciante
de coca. Las ferias —que eran semanales, anuales,
93
pequeñas y grandes— se constituyeron en los
mecanismos de circulación de las ideas de la rebelión.
El uno organizó una gran sublevación en el Bajo
Perú, y puso en serios aprietos a la autoridad del
Cusco; el otro llegó a cercar La Paz. El uno, por su roce
colonial, quiso arreglar las injusticias dentro del
régimen; mientras que el otro, sin el roce español,
buscó la solución saliéndose del sistema. Por su parte,
los españoles, fuertemente armados, mantuvieron
siempre su decisión de someter y explotar a los indios;
mientras los collavinos estaban decididos a encontrar
la libertad. Al final, los dos rebeldes perdieron por
causa de los traidores y la falta de armas; lo mismo
sucedió con sus aliados. Ambos murieron
descuartizados, sin embargo, Tupak Katari, sin perder
su visión política, anunció: ‚Volveré y seré millones‛.
Además, desde aquella heroica hazaña, no se les
volvió a prohibir el uso de indumentaria española ni el
empleo del idioma español a los indios, porque, según
los mismos opresores, esas diferencias recordaban y
alimentaban las rebeliones.
94
Por cierto, dichas rebeliones dieron nacimiento a
una nueva conciencia política, y se convirtieron en
hitos de la revolución en América. De estos dos hechos
nació la idea de la emancipación. Como muchos
criollos habían sido y eran discriminados por sus
propios padres (recuérdese por ejemplo la guerra de
vicuñas y vascongados en Potosí en 1624) algunos se
sumaron a Tupak Amaru, pero después ellos fueron
quienes tomaron las banderas de la emancipación.
Tan sólo a ocho años de la proeza indígena, en
Europa se produjo La Revolución Francesa de 1789,
que guillotinaría al Rey Luis XVI. Apenas cuatro
décadas después, en América se extendería el incendio
libertario: en menos de medio siglo, todos los países
logran su independencia. Lástima que en esta
liberación escamotearon astutamente a los indios
americanos, y para desgracia de los nuevos Estados,
quedaron aislados ideológicamente los criollos de los
indios.
La Razón: 22 de noviembre de 2011
95
V EQUIDAD DE GÉNERO
96
97
Equidad de género indígena
En las comunidades aymaras,
ninguna autoridad comunal puede
asumir el mando solo, ni sola
Hoy se dice que el hombre aymara es machista. El
tema a estas alturas es complicado. Quizá Frantz
Fanon aclare: ‚Frente al ocupante, el ocupado aprende
a esconderse, a ser astuto‛. Esto puede iluminar la
búsqueda del camino perdido. En las culturas andinas,
la mujer tuvo su lugar preferente en el orden político y
social; sin embargo, después de la invasión española
han cambiado muchas cosas. Una de ellas es el
surgimiento del machismo indígena.
En la cultura aymara, donde todo parece dual, se
pueden ver varias muestras de contraposición-
complementariedad (y esto no hace más que insinuar
una búsqueda de equidad de género). Muestras de
estas relaciones son la tensión entre el bien y el mal, la
98
disposición de objetos en la ramada del matrimonio, y
otros en la ritualidad, la política, la música y los
calendarios.
El bien y el mal son inseparables para el indígena.
No puede existir el uno sin el otro. En la simbolización
aymara la mujer simboliza el bien y el hombre el mal.
Federico Aguiló, en 1980, afirma: ‚Lo uno hologr{fico
= femenino-benigno = Pacha Mama. Lo múltiple
diverso= Masculino-maligno = apus, mallkus‛. Es decir:
el hombre es la razón y la mujer, el corazón. Al
respecto, hay un proverbio aymara que dice: Jani p’iqi
amuyu armasa, chuymana thakhipa sarañäni (Sin olvidar
la razón vayamos por el sendero del corazón).
En áreas rurales, para el matrimonio se hace la
ramada, una especie de altar ritual del amor. Se lo
adorna con plantas y productos que simbolizan
armonía y eternidad, pero todo esto se ubica siempre
en pares. La mujer preside la marcha nupcial, ya sea
para ir a bailar o recibir el ayni; aunque hoy, en las
ciudades y en varios lugares del campo, ya lo preside
el hombre.
99En la ritualidad, los andinos son en esencia
politeístas. Tienen varios dioses y creen en el
equilibrio de la diosa del bien y los dioses del mal.
Parece un dualismo de la Pacha Mama y los Wak’a
Achachilas; sin embargo, estos dos son considerados
una sola realidad.
En la política está remarcado el matriarcado en los
pueblos andinos. Hoy mismo, en las comunidades
aymaras, ninguna autoridad comunal puede asumir el
mando solo, ni sola. El jilaqata o el mallku asume el
mando siempre con su mujer: mujer y hombre es la
autoridad porque el mayor bien es la unidad de la
pareja.
En el espacio-tiempo también se formula de la
misma manera: la oposición arriba y abajo proviene de
la concepción de equidad de género, oposición que
también se encuentra en la música, las danzas y el
calendario andino. En la cosmovisión andina,
prevalece el trato global y equitativo de la mujer y el
hombre.
100Varios investigadores como Ellefsen,
Rostworowski, Hernández Astete y otros, no
encontraron evidencias de machismo en las antiguas
culturas andinas. Al contrario, ellos ven una perfecta
complementariedad, que existía un ejercicio dual en el
poder incaico, y que la mujer no se encontraba en una
situación inferior al hombre.
El actual machismo aymara no es más que un
producto del colonialismo. Ante la invasión, los
indígenas, como todo hombre, tuvieron que
salvaguardar a sus mujeres y en ello aprendieron el
machismo. Endilgar de machista al aymara es leer una
sola cara de la moneda, es una ligereza, es olvidar lo
bueno y recordar lo feo de un asunto complicado por
cuestiones coloniales, pero también es no poder
concebir el dualismo. El machismo no es algo propio
del mundo andino, tanto en el análisis cultural y
lingüístico hay evidencias de que las culturas andinas
carecían de dicho fenómeno.
La Razón: 13 de marzo de 2012
101
Equidad en la lengua aymara
Para un aymara, jiwasa se
refiere a ‘tú’ y ‘yo’, a dos
personas convertidas en una
sola.
Muchos se preguntan, ¿qué es el jiwasa? ¿Es singular
o es plural? Son ambos, son dos en uno. Para un
aymara, jiwasa se refiere a ‚tú‛ y ‚yo‛, dos personas
convertidas en una sola; es decir la unicidad de la
pareja humana, una unidad con su par opuesto.
Adem{s es plural, es un ‚nosotros‛ incluyente. Como
el resto, este léxico tiene dos niveles de significación:
un nivel denotativo y otro connotativo. Desde el punto
de vista denotativo, jiwasa (tú y yo) significa mujer y
hombre, pero connotativamente puede ser una pareja
de personas del mismo sexo o no. Por su carácter
102
plural, jiwasa también significa ‚nosotros m{s los
otros‛, noción que incluye a todas las personas por
más distintas que éstas sean.
Por otro lado, la ausencia del género gramatical
muestra la inexistencia de discriminación de sexos en
el mundo andino. Cuando en español se refiere a la
tercera persona singular se dice ‚él‛ o ‚ella‛, en
aymara simplemente se dice ‚jupa‛. Cabe aclarar que
esta expresión no siempre indica género, y que no hay
que confundir esta categoría con sexo. Es como una
moneda con dos caras, a veces indican sexo, y otras
veces no; es una ambivalencia comprensible.
A tiempo de hablar y de escribir en castellano, los
andinos tienen varias dificultades fonológicas y
gramaticales por las diferencias estructurales entre esa
lengua y el aymara o el quechua. Una de estas
dificultades es la inmediata distinción del género
cuando se habla en español. Muchas personas de
extracción andina tienen problemas de incorrección en
género gramatical cuando se expresan
espontáneamente en castellano. No es casual oír
expresiones como: ‚la programa‛ o ‚una tema‛, ello
103
debido a la inexistencia del género gramatical en las
lenguas andinas. En este sentido, para hablar
correctamente y evitar recibir muecas peyorativas de
censura, resulta necesario reflexionar sobre el género
gramatical del castellano.
Por cierto, en estos tiempos posmodernos, el género
gramatical puede resultar una ventaja para algunos y
una desventaja para otros. Varios conceptos actuales
como horizontalidad, alteridad y equidad de género,
entre otros, contradicen a ciertas lenguas que marcan
con preferencia el género gramatical. Para ser preciso,
en el castellano, los géneros masculino, femenino y
neutro son esenciales para el sentido de las frases y
palabras. ¿Cómo nos referimos a un grupo de
personas compuesto por un hombre y 100 mujeres?
¿Decimos ellas o ellos? Ellos, pues en la gramática
castellana lo masculino tiene supremacía sobre lo
femenino. Sin embargo, hoy se ha desatado una
polémica al respecto, y el Ministerio de Asuntos
Sociales de España está buscando enmendar el
sexismo en el español.
104
Las acciones del neo-machismo andino son
producto del colonialismo. Algunos entienden otros
puntos de vista; pero otros continúan manifestando
una actitud absolutista. Si bien las culturas andinas no
eran perfectas, por lo menos eran las mejor concebidas
y naturales, al ser producto de la experiencia de la
vida. Los occidentales más lúcidos lo reconocen, por
ejemplo, Alvin Toffler, quien señala: ‚Las estrategias
de desarrollo del mañana no vendrán de Washington,
Moscú, París ni Ginebra, sino de África, Asia y
Latinoamérica. Serán indígenas, adecuadas a las
necesidades locales. No cargarán el acento en la
economía, a costa de la ecología, la cultura, la religión
o la estructura familiar y las dimensiones psicológicas
de la existencia‛.
La Razón: 03 de julio de 2012
105
Opresión y equidad de género
Si la mujer actúa igual que el
hombre, eso sería erosionar y
corroer el paradigma de
equidad de género
El colonialismo hace su contra-fuerza a la hora de
las iniciativas del cambio. Uno debe ser muy
cuidadoso en el inicio y en el camino de su nueva vida,
porque aquél, si se pretende salir de él, le hará
constantes zancadillas. Sobre todo son presa fácil, en
este forcejeo, los que recién incursionan en la política.
Las personas dominadas desde hace mucho tiempo o
los que habiendo sido de otra cultura, que por la
fuerza de la política cultural de su país tienen que
106
adoptar una nueva cultura, están próximos a caer en
esa trampa. Tales son los casos del indígena y la mujer.
El desconocimiento de la política indígena, para
muchos no indígenas, les ha resultado un traspié en su
paso por la historia del país. Por su parte, cuando un
indígena hace política, lo hace bien cuando refleja su
ideología cultural y se rige por ella, pero si luego sigue
ideologías extrañas y ajenas, lo hará siempre de forma
contradictoria.
En realidad es el enfrentamiento de dos sistemas
de pensamientos opuestos que se vuelven un enredo,
precisamente por no saber conjugarlos bien y sobre
todo por falta de tino y dominio de ambas realidades;
para muchos es difícil sincronizarlos en sus iniciativas
políticas. Por eso un político no indígena de algunas
regiones del mundo andino casi siempre se aplazará
cuando quiere gobernar el país bajo una visión andina;
y un indígena siempre fracasará si quiere gobernar la
nación con el pensamiento ajeno, aunque la ley de la
excepción también juega su parte.
107
Hoy rige la era de la equidad de género. En
realidad, dicho paradigma está ya aquí; no es casual
que en los distintos concursos de matemáticas siempre
ganen las chicas. Tampoco es fortuito que en Chile,
Argentina y Brasil hayan llegado mujeres a la primera
magistratura, y en Perú faltó poco. ‚El mundo est{
escogiendo ser mujer‛, dice P{niker.
Pero si la mujer hace méritos hasta conseguir el
adjetivo de: ‚la dama de hierro‛, no le hace favor a la
equidad de género. Mejor dicho, si la mujer actúa
igual que el hombre, demostrando verticalismo,
racionalidad mecánica, rivalidad, etc., será una
caricatura del hombre. Eso sería erosionar y corroer
muy pronto el paradigma de equidad de género,
debido a las imitaciones caricaturescas al hombre con
sus dos guerras mundiales, sus bombas atómicas y la
destrucción del planeta en nombre de la civilización. Si
es que no se está seguro de nada, habría que trabajar
pronto para entender la naturaleza de la mujer y de la
nueva cultura. Aquello de imitar al hombre permitiría
el surgimiento de nuevas hipótesis o tesis en contra
del paradigma de equidad de género, luego lloverían
108
las verificaciones y confirmaciones, con lo que pronto
se disiparía dicho modelo.
En esta era debe reinar el amor antes que el odio,
la mujer debe reflejar su pensamiento, su manera de
ser, que en realidad es distinta a la del hombre, que
hasta ahora se la ha tenido rezagada, en un segundo
plano y oculta. De ahí aquello de ‚detr{s de un gran
hombre, una gran mujer‛, fue corregido por doña
Lidia Katari en la prensa: ‚¡No< al lado del hombre!‛.
Ella estaba expresando el sentir y la visión aymara de
la equidad de género.
Para concluir, cabe mencionar una cita de Pániker:
‚como reza un antiguo texto chino, habiendo llegado a
su clímax, el yang se retira en favor del yin‛. Tanto el
hombre como la mujer deben entender esto y deben
cooperar para cumplir su turno. Así como la mujer
estuvo esperando tanto tiempo que el hombre cumpla
su oportunidad, ahora él debe dejar que las mujeres
asuman su manera de ser y obren.
La Razón: 27 de marzo de 2012
109
VI CONCEPCIÓN
ECONÓMICA
110
111
La razón económica aymara
La lógica que hace viable la
organización socioeconómica
andina es la reciprocidad.
En los nuevos tiempos ha surgido el interés por
entender las culturas indígenas. Sobre todo la crisis
ecológica obligó a buscar e investigar nuevos
conceptos económicos. La lógica de intercambio del
capitalismo no trajo los cambios esperados en el
mundo andino. Si bien hay investigadores que
estudiaron los conceptos económicos andinos, no
creyeron en ellos y, aunque intentaron aplicarlos, su
intención quedó en discurso, por lo que no cambió
nada y fracasaron.
Algunos científicos sociales se preguntan: ‚¿Por
qué tantos planes, programas institucionales y buenas
intenciones no han logrado tener continuidad en el
112
campo? ¿Por qué empiezan a nacer fuertes
movimientos de reivindicación de los pueblos
indígenas a nivel mundial?‛.
La lógica en los andes es de aliados y contrarios.
Toda acción humana está guiada por una hipótesis de
racionalidad; nadie hace nada gratuitamente en los
andes. Los ayllus se dividen en dos parcialidades: la
de arriba y la de abajo. Este espacio tiene un lugar de
encuentro: el centro, el taypi. Esta estructura (mujer y
hombre) se reproduce en otros niveles.
El matrimonio tiene un papel importante en la
forma de intercambio andina cuando se realiza entre
jóvenes de distinta parcialidad. El matrimonio
significa que la muchacha pasa a pertenecer a la
familia del joven y viceversa; es decir, cada uno pasa a
ser parte de la otra parcialidad. Así se crea, entre
ambas parcialidades, una unidad superior. Esta
estructura se llama complementariedad-antagónica. La
identidad superior que se crea por el matrimonio
resulta en un equilibrio entre dos comunidades
distintas, así se da un equilibrio entre fuerzas
113
antagónicas y mandan las fuerzas de la
complementariedad.
La lógica que hace viable la organización
socioeconómica andina es el dar o el don. Esto se llama
reciprocidad, es una especie de solidaridad mutua.
Una manera constante y espontánea en que ésta se
manifiesta son todos los acontecimientos sociales
donde se produce el ayni. El ayni se da cuando el otro
lo necesita. El dar es tan importante que muchos
buscan dar más y más; hasta lograron acuñar el
siguiente principio: ‚cuanto m{s das, m{s eres‛
(Dominique Temple).
La personalidad está cifrada en saber dar y, por
supuesto, esto implica ganar prestigio. La fiesta es el
mejor momento de retribución. Se trabaja mucho para
garantizar la fiesta, en ella se gasta todo e incluso se
sale debiendo. A una persona de otra cultura esto le
parecer{ una locura y dir{: ‚¿Cómo es posible que se
actúe tan absurdamente de manera tan
antieconómica?‛ Es que para el aymara-quechua el
114
‚crecer‛, que es el ser jaqi, significa demostrar la
capacidad de dar y generar valores espirituales.
No sólo las fiestas son centros de acción recíproca,
sino también las ferias, sean éstas semanales o anuales.
Las ferias en el mundo andino son, en general, un
excelente sistema de comunicación y movimiento
económico. Además de ser un espacio de interrelación
cultural es el lugar apropiado para generar otro tipo
de actividades como el intercambio de ideas culturales
y políticas.
Se puede concluir que la reciprocidad es opuesta
al intercambio capitalista. El que da recibirá homenaje
y logrará prestigio, por eso debe trabajar más y
mantener el prestigio. Y el que recibe también hará lo
mismo para devolverlo en su oportunidad, porque
sólo un sinvergüenza no devuelve el ayni, este dar y
recibir genera el prestigio, el poder político y obliga a
la reciprocidad.
La Razón: 03 de enero de 2012
115
Costumbres socioeconómicas
El trato no es vertical, sino
horizontal, no existe un patrón
o un jefe, sino un compañero
de trabajo.
En una novela escrita en aymara, una familia va al
campo a escarbar papas. Mientras realizan esa faena,
los nietos, que a su vez son residentes en la ciudad y
algunos estudiantes universitarios, van preguntando a
los abuelos y tíos sobre una serie de temas. ¿Qué es la
sataqa?, preguntaba la joven; ¿qué es el ayni?,
interrogaba el joven; ¿qué es la mink’a?, ¿qué es waki?,
preguntaban los otros. Hoy, el afán de saber de estos
jóvenes sobre su cultura materna es evidente. Antes,
los conocimientos del campo eran tomados de forma
peyorativa y eran soslayados como algo sin
importancia. Sin embargo, actualmente estos hechos
116
son motivo de reflexión. Por eso aquí se presenta un
ensayo de explicación didáctica de los mismos, para
completar la comprensión de la lógica económica de la
reciprocidad.
Este es un panorama general de las instituciones o
entidades económicas, algunas son prácticas agrícolas
y otras son instituciones más bien de corte social o
cultural. Las unas corren serios riesgos de
desaparición, las otras son muestras de solidaridad de
prácticas socio-económicas aymaras aún vigentes.
Estas instituciones económicas aymaras son: sataqa,
ispalla, tawaylla y umaraqa. En profundidad tenemos:
ayni, mink’a, jayma y waki.
Sataqa es el acto de dar tierra al que no la tiene con
el fin de ayudarlo en la siembra. Ispalla es el escarbe de
papa con fiesta; por el ayni, aquellos que iban a recoger
papa se les daba una recompensa razonable en
especies por su ayuda. Tawaylla es el desgrane de la
quinua y la qañawa, se realiza con cantos y bailes
durante las tardes. Umaraqa es otra de las prácticas de
ayni en la labor de roturación de la tierra. El dueño
117
convocaba a sus vecinos por medio de una humareda.
Hasta hace poco, esta práctica aún existía en la
provincia de Aroma.
Las actividades propias de la sociedad
comunitaria son: ayni, mink’a, jayma y waki. Ayni
(reciprocidad) es el acto de dar al otro en la necesidad,
y cuando el otro también necesita se le devuelve el
ayni. En esta pr{ctica, ‚cuanto m{s das, m{s eres‛, allí
reside su poder. Es algo así como: ‚Hoy por ti, mañana
por mí‛, y sólo un sinvergüenza no devuelve el ayni.
Cuanto más ayni se tiene, más fácil se hace el trabajo.
Para recibir, antes se tiene que haber dado el ayni.
Mink’a es un contrato de trabajo: se paga en
especie; hoy en día, en dinero. El trato no es vertical,
sino horizontal, no existe un patrón o un jefe, sino un
compañero de trabajo para realizar la obra, muchas
veces en forma conjunta. Jayma es un trabajo
comunitario, realizado de manera festiva, por parte de
todos los miembros de la comunidad en beneficio
propio. Es algo así como todos para todos, pero en son
de fiesta y es la mejor muestra de lo comunitario. Waki
118
es un convenio al momento de partir, es una de las
instituciones económicas perfectas de la reciprocidad
aymara; quiere decir complementariedad, algo así
como: ‚Yo pongo el terreno y tú la semilla‛.
Es muy probable que en otras regiones estas
mismas instituciones económicas tengan otros
nombres. Sin embargo, el fondo será el mismo o
sufrirá alguna variación. Esto se debe a la diversidad
que es su ley natural de concepción y visión del
mundo.
Bajo su lógica trivalente, los pueblos andinos han
sostenido el difícil arte de complementar o innovar
entre lo propio y lo ajeno, entre el viejo sistema y el
nuevo. Fue una tarea realmente difícil, fueron
necesarios unos 50 años del siglo XVI para
comprender este sistema. Luego, por siglos lucharon
por expulsar a los españoles, y al no conseguirlo,
optaron por un nuevo sistema económico: el ecléctico,
les costó otros 50 años del siglo XX el aplicarlo.
La Razón: 14 de febrero de 2012
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Hacia una nueva conciencia nacional

  • 1. 1 con ojos aymaras HACIA UNA NUEVA CONCIENCIA NACIONAL Vol. I (www.arquinauta.com) Félix Layme Pairumani Primera Edición (Columna: Con ojos aymaras de La Razón) 2012
  • 2. 2Félix Layme Pairumani Derechos reservados: © Félix Layme Pairumani flpjayma@yahoo.com www.aymara.ucb,educ.bo Número de ediciones: 1ra. Edición: en La Razón, 2010-2012 2da. Edición electrónica Portal de ME
  • 3. 3Contenido Advertencia ……………………………………………………7 I ANTECEDENTES …………………………………………11 1. Un mundo denominado aymara …………………………………13 2. Un cuento de los desencuentros ………………………………… 17 3. Indios, mestizos y q'aras ……………………………………………21 4. Persistencia cultural aymara ……………………………………….25 II LOS ORÍGENES ……………………………………………29 1. La aparición de los jaqarus ……………………………………… . 31 2. La expansión de los jaqarus …………………………………….… 35 3. Los jaqarus en el Altiplano …………………………………………39 4. Los jaqarus fundan Cajamarca ……………………………………..43 5. Los jaqarus ya son inkas ……………………………………………..47 III CULTURA ………………………………………………… 51 1. El pensamiento aymara o andino ……………………………… 53 2. Dónde quedará el futuro ……………………………………………57 3. El anverso de la wiphala …………………………………………… 61 4. El reverso de un símbolo …………………………………………… 65 5. Inferencias de la lógica andina …………………………………… .69 6. El ordenador social andino ………………………………………….73 IV ORGANIZACIÓN POLÍTICA ……………………. 77 1. Principios políticos andinos ……………………………………… 79 2. El jilaqata y su comunidad ………………………………………… 83 3. El mallku y la marka aymara …………………………………………87
  • 4. 4 4. Rebelión collavina de 1780 ……………………………………… 91 V EQUIDAD DE GÉNERO …………………………… 95 1. Equidad de género indígena ……………………………………… 97 2. Equidad en la lengua Aimara …………………………………… 101 3. Opresión y equidad de género ……………………………………105 VI CONCEPCIÓN ECONÓMICA ………………….109 1. La razón económica andina …………………………………… …111 2. Costumbres socio-económicas ……………………………………115 3. Reciprocidad vs. Acumulación ………………………………… .119 4. Las cuatro dimensiones del ayni ……………………………… …123 VII VIDA COTIDIANA ……………………………… … 127. 1. La papa en la cultura andina ………………………………….129 2. La llama es limpia y culta ………………………………………133 3. El poder cultural de la coca …………………………………….137 VIII RITUALIDADES ………………………………… … 141 1. A propósito de la Pacha Mama……………………………………143 2. Camino libre al sincretismo …………………………………… 147 3. El proceso sincrético andino …………………………………… 153 4. Los wak'a achachilas ……………………………………………… 157 5. El retorno de los yatiris ………………………………………… 161 6. El banquete de los wak’as …………………………………………165 7. El sueño de hacer llover …………………………………………. 169 8. Eran consideradas brujerías …………………………………… 173 9. Los monolitos de Tiwanaku …………………………………… 177
  • 5. 5 IX EX PRESIONES FOLCLÓRICAS ……………. 181 1. El gran poder de la fiesta ……………………………………… 183 2. El gran poder los morenos ……………………………………... 187 3. La danza de morenos en La Paz ……………………………..… 191 4. La kullawa: danza amorosa ………………………………………193 5. Inti Raymis: la mejor kullawa ……………………………………..199 6. Los ch'utas en Caquiaviri ……………………………………… 203 7. Vida y muerte del pepino ……………………………………… 207 X JUSTICIA COMUNITARIA ……………………… 211 1. Delincuencia vs justicias ………………………………………… .213 2. El derecho consuetudinario …………………………………… .217 3. Más sobre la justicia ……………………………………………… 221 4. Paradigmas y crisis de justicia ……………………………………225 XI HACIA LO INTRA-CULTURAL ……………… 229 1. El por qué de un nuevo año ……………………………………….231 2. El año nuevo aymara amazónico ……………………………… .235 3. Dificultades del consenso ………………………………………… 239 4. En el gran ‘Día del Indio’ ………………………………………… 243 5. El aporte indígena al mundo ………………………………………247 XII ENTENDIENDO AL OTRO …………………………251 1. Las fogatas de San Juan ……………………………………………. 253 2. El respeto a la opinión ajena ……………………………………… .257 3. Lengua e interculturalidad ………………………………………… 261 4. Los mecanismos de contención …………………………………… 265 5. Las matrices civilizatorias ………………………………………… 269
  • 6. 6
  • 7. 7 Advertencia Este es un libro para conocerse, para entenderse y para respetarse unos a otros. Es un libro de lucha contra el colonialismo que consume como el cáncer, tanto a los primeros a los segundos, como a los terceros. Hubiera sido preferible ser como mansos corderos en el mundo sin pensar ni cavilar estrategias para no hacerse vencer con el otro; pero ni los tiempos, ni los invasores e invadidos lo han
  • 8. 8 permitido. En un mundo actual en caos donde a un pueblo pacífico se le ha contagiado, después de la dominación, prejuicios, odios y discriminación, ahora se les endilgan tales actitudes a los oprimidos. Estos artículos han sido escritos, como columnas de opinión, en el periódico La Razón, con la intención de lograr reflexión y armonización de contrarios. Algunos fanáticos, de uno y otro lado, no lo han entendido así. No pueden ver que en el país, cada individuo, es como cada uno de los dedos de la mano que, a pesar de no ser parejos, igual hacen fuerza y aprietan para una causa común. Estos escritos tienen todos los inconvenientes que conlleva una columna de opinión en un diario. Las circunstancias obligan a responder a los temas de actualidad, por lo tanto es difícil un orden, a escribir con restricciones de espacio y con un alcance limitado. Incluso hasta quedarse corto frente a la diversidad del mundo aymara, quechua, ni qué decir del mundo indígena.
  • 9. 9 Estas columnas, originalmente, tenían que ser escritas en tercera persona con el fin de evitar una parcialización, pero ni eso ha podido soportar la rigurosidad de la corrección; tampoco ese enfoque de la tercera persona fue comprendido en la actual situación de interferencias culturales. Hoy, ni unos entienden ni los otros aceptan los enunciados de los ‚presupuestos ocultos‛; peor, ni los que creen saber todo: ‚Nadie sabe lo que es teoría‛ (P{niker). Pese a todo hay todavía quienes buscan la verdad absoluta para pisar al otro. Quieran o no, se viven tiempos de descolonización. Cuando hay caos y hay que construir de nuevo, nada queda en pie. Se busca una nueva conciencia, se sueña una nueva sociedad en horizontalidad, son tiempos de búsqueda de identidades y la información y el conocimiento son claves. Los contenidos de este libro podrán no ser tan precisos en las distintas regiones andinas, así como podrán confrontarse con algunos hechos locales; sin embargo, mientras esos otros conocimientos se vayan
  • 10. 10 investigando, éstas serán las bases para continuar el trabajo y construir una nueva civilización que vendrá, o mejor que está llegando ahora, a esta parte de América. Apusnaqirixa, mä pachanxa, ajnuqïxirïtaynawa. Félix Layme Pairumani
  • 12. 12
  • 13. 13 Un mundo denominado aymara Para entender el vivir en armonía y considerarse culto, hay que estudiar la propia y la otra cultura. Umberto Eco, en su libro La búsqueda de la lengua perfecta (1999), describe al aymara realzando sus características lingüísticas y sobre todo su ‚extraordinaria flexibilidad‛, despertando la atención, motivando para proseguir su estudio y, sobre todo, su recuperación. Dicha lengua cuenta con los requisitos que exige una lengua del futuro: equidad de género, lógica trivalente, verbos de movimientos y condición artificial-natural.
  • 14. 14 Como todas las lenguas, la cultura y el idioma son una realidad simultánea, dividiéndose en varios temas, además de diversidades o variaciones regionales, culturales y lingüísticas. La realidad es compleja, y sin embargo, ello no atenta a su sistema y unidad frente a otras. Sale de sus parámetros culturales y lingüísticos, ésa es su riqueza. Estudiar dicha cultura es como un paseo en un mundo extraordinario. El aprender un nuevo idioma es complicado, inclusive aquel emparentado con la lengua propia. Por ello y para aprender un segundo idioma, es necesario conocer bien la lengua materna. Habrá que examinar la tipología del idioma propio y de la lengua que se aprenderá, además de saber con claridad si conviene, en los nuevos tiempos, aprender una o varias lenguas. Se trata de un nuevo sistema de hábitos, donde son primordiales la propia decisión, un buen método y un profesor que además del idioma que enseña sepa hablar el del alumno. Asimismo es fundamental saber los principios y características culturales importantes:
  • 15. 15 su cosmovisión, sus acciones culturales, ritos, fiestas e interacción personal y social. También se debe conocer su concepción económica y sus aparentes paradojas. El pensamiento y mensaje de sus mitos, leyendas, la moraleja de sus cuentos o fábulas, así como la profundidad de sus canciones, poesías, las preferencias y los simbolismos de los colores en su indumentaria, sus rituales paganos, sus aparentes supersticiones, supercherías, etc. Hasta el propio concepto político, sus aparentes conflictos internos, serán temas de interés a responderse. Ignorar al otro no es más que ignorarse a sí mismo, es no entender los nuevos valores que son requisitos esenciales para la nueva convivencia en el mundo. En esta era, hay nuevos modelos de comportamiento como la diversidad, alteridad, equidad y otros, los cuales —desde ya—, exigen cambios drásticos, los cuales se harán evidentes con más fuerza en un futuro no muy lejano. Para entender el vivir en armonía y considerarse culto hay que estudiar tanto la propia cultura como la
  • 16. 16 otra. Conocer a fondo la propia lengua es el fortalecimiento de la propia identidad. El negarse al cambio será simplemente quedarse rezagado con ideas obsoletas y privarse de la participación de una nueva sociedad cuántica (sin jerarquías, sin verdades absolutas, en un orden y desorden, en el sentido de Zhoar) que ya ha empezado. Los antiguos valores se han devaluado, ya es tiempo de redescubrir la propia identidad y realidad sociocultural en la que se está viviendo. Se debe estudiar dónde, cuántos, quiénes o qué culturas existen, qué lenguas se hablan, hasta llegar a entender sus encuentros y desencuentros. Entonces, se justifica plenamente el estudio cultural y lingüístico de las otras lenguas del país. Para muchos ha llegado el nuevo tiempo, la era de retomar sus culturas, y para otros, la hora de estudiar y cambiar de paradigmas. La Razón: 11 de mayo de 2010
  • 17. 17 Un cuento de los desencuentros Su patria querida, Chasquibamba, como un carro se había enfangado, ni atr{s ni adelante… En un pueblo llamado Chasquibamba vivían gentes que hablaban distintos idiomas y pertenecían también a diferentes culturas. Para unos, todo estaba bien y, para otros, nada estaba bien; sin embargo, tenían que soportarse así como cuando una tormenta cae y hay que esperar que pase. Comían los mismos alimentos: papa, cebolla, arvejas, habas, carne de res, huevos y fideos; las mismas frutas: plátanos, naranjas, mandarinas, peras y uvas. Claro, este pueblo tenía
  • 18. 18 todo tipo de climas: altiplano, valles, yungas y tierras calientes; todo tipo de orografías: montañas elevadas con y sin nevados, cerros, quebradas y pampas. Y todo tipo de ríos: los que caen en cascadas, los que corren como bailando y los que andan como las serpientes. Y eran la envidia de otros pueblos, pues hasta tenían minerales de todo tipo, tenían gas y petróleo, dos o tres lagos, hasta un mar de sal tenían. Aquí nunca les visitaban los huracanes, tifones, ciclones, tornados y demás azotes de lejanos pueblos; apenas llegaban algunas veces fenómenos con nombres de niños y niñas. Así también eran diversas sus gentes. Unas eran tristes y otras alegres; unas tenían recursos y las otras no; unas vestían con colores chillones y eso no les gustaba a las otras, que vestían de oscuro. Unos tenían su propia música y los otros también; algunos querían acercarse para hablar, pero les impedían sus idiomas. Los otros no sabían escribir y los unos eran letrados. Entonces, los que mandaban habían resuelto enseñar su idioma a los otros, con el objetivo de desarrollar el pueblo. Aquellos se habían lanzado presurosos al
  • 19. 19 nuevo idioma de los que saben más, creyendo que con sólo saber ese idioma iban a ser como ellos; pero sus idiomas eran como dos enemigos. ¡Tan diferentes en su manera de ser! Casi ninguno de los que querían aprender el nuevo idioma había logrado su objetivo, ambos decían que cuando los otros hablaban, era para matarse de risa, y eso les resentía más a los otros. Habían cometido varios errores: primero, el no respetarse; segundo, se desconocían como a propósito; y tercero, parecía que se odiaban. Por tanto, mientras viajaban juntos (en un taxi, minibús, micro o bus) y no les importaba conocerse, todo parecía estar bien, respiraban el mismo aire, bebían la misma agua, pero se repudiaban. Tenían el mismo panorama, el mismo cielo y horizonte, pero se desconocían, lloraban y reían en un mismo mundo, pero se excluían. Su Patria, su gran Patria querida, Chasquibamba, como un carro se había enfangado, no daba ni atrás ni adelante. Para sacarlo, unos pensaban que empujando adelante lo sacarían y los otros creían que eso empeoraría las cosas, entonces empujaban, haciendo
  • 20. 20 inútiles esfuerzos para sacarlo. Unos pensaban que siempre se debe ir adelante, nunca atrás, y los otros pensaban que había que combinar como al bailar. Hasta tenían distintos dioses y fiestas. Los que respetaban, nombraban padrino de sus hijos e hijas a alguno de los poderosos; y en sus fiestas, para unos, la mujer debía estar a la derecha, para otros, a la izquierda. No se habían entendido, entonces los humildes habían seguido no más a los que supuestamente sabían. Querían girar en los ritos sociales, tampoco se habían comprendido, la música y la danza a los otros no les gustaba; ni modo, tenían que bailar no más como sea. Sin embargo, por lo menos se habían acercado, estaban bailando juntos, estaban cerca de entablar conversación y saber escucharse, porque comenzaron a apreciar sus idiomas aunque no hubieran podido sellar la alianza todavía, pero estaban cerca. ¡Al fin parecía que el cristal de hielo se había roto! El Pacha Kuti había llegado. La Razón: 1 de marzo de 2011
  • 21. 21 Indios, mestizos y q’aras El racismo debe atacarse de manera integral, con política de Estado y una nueva educación intercultural. El honorable Medina, que seguro fue víctima de la discriminación, elaboró acertadamente un proyecto de ley contra aquella funesta costumbre. La discriminación, cual sea su forma, es la perversa manía de separar, desconocer derechos y hacerlo menos al otro; no sólo es racial, es cultural, es económica, es clasista, es de género de ocupación. Sus orígenes se remontan a las élites antiguas, ya en la sociedad griega hubo clases alta, media, baja y
  • 22. 22 esclavos. Asimismo, existieron en Europa jerarquías como: conde, barón, duque, marqués y vizconde. No se mezclaban con las clases inferiores, era una sociedad vertical. Después, hasta se llegó a purgas étnicas. Vivían en un mundo donde la jerarquía era su meta social de orden. Los grupos de poder del hemisferio norte, han sembrado esos valores por todo el orbe y creyeron que esa era la verdad absoluta. Las élites hispanas fueron campeonas en esto, su propio idioma refleja esa característica con relación a la mujer, y hoy han tenido que remendar su gramática. Los españoles, después de la caída incaica, segregaban a sus propios hijos por el solo hecho de haber nacido en América; recuérdese la guerra de vascongados y vicuñas de los años 1622 en Potosí, los unos eran españoles y los otros criollos. A los hijos nacidos de padre español y madre india llamaban mestizos, quienes fueron tratados poco menos que como indígenas en la Colonia, y hoy cuando viajan a Europa, así tengan cabellos rubios, allí los consideran indios.
  • 23. 23 Esa costumbre de discriminar ha madurado durante siglos, el indoamericano soportó con estoicismo aquel hábito, y por supuesto, protestando y rebelándose de vez en cuando. Primero fue un racismo violento, luego disimulado y hoy es sofisticado. Los propios segregados con el proceso colonial y neocolonial han aprendido aquella manía de repudiar al otro. Si los unos sufrieron siglos con resignación el desprecio, los otros apenas asignado el mote q’ara lloran. En esta era, mucha gente cree que discriminando es superior al otro, y lo más chistoso es que creen que con ello se van a ‚hacer respetar‛. Si antes fue un recurso clave para vivir mejor que otros, ahora es una verruga sobre la nariz. Para luchar contra ese mal no basta encararlo con la ley, eso sería pecar de ingenuidad. Así como los gustos que no tienen reglas, las costumbres no siempre se gobiernan con las leyes. En una realidad neocolonial, las personas afirman las cualidades de sus semejantes a partir de ese contexto. No se combate al ladrón sacando esa palabra del diccionario. No es el uso de los vocablos, sino la intención, la insinuación, el
  • 24. 24 desprecio, el desconocimiento de derechos por el color de la piel, lo que se debe combatir. Si es cuestión de impedir el uso de las palabras hasta el autor de ley tendría que ir a la cárcel algún día; tampoco soluciona nada seguir desconociendo a quién sufre la discriminación por triple partida: la mujer india. El racismo es una enfermedad, a unos fermenta para su redención y a otros para su colapso. Además, es todo un proceso, debe atacarse no sólo con prohibiciones, sino de manera integral y sobre todo con una política de estado, con una nueva educación intercultural; y, sin embargo a ello se oponen precisamente los perversos. Pese a esto, desde hace medio siglo proviene un proceso lento de cambios, rigen nuevos valores de armonía humana. Se debe llegar a una alta conciencia social de convivencia en un mundo diverso, horizontal y de alteridad. Se marcha hacia una sociedad cuántica, sin jerarquizaciones. La Razón: 16 de julio de 2010
  • 25. 25 Persistencia cultural aymara Creció, floreció, se fraccionó, desmayó y entró en coma, pero despertó… para triunfar. La cultura aymara creció, floreció, se fraccionó, desmayó y entró en estado de coma; pero despertó y se alió para triunfar. Su vida podría parangonarse con la misma vida de un luchador: siempre sube y vuelve a bajar, y eso parece un sinfín. Dicen que nació en Paracas, floreció con Wari y Tiwanaku, persistió en varios estados regionales de habla jaqaru —uno de ellos es Chanca—, sucumbió batida por sus otros hermanos aymaras, que después
  • 26. 26 se quechuizaron, llamados incas. Éstos los descuartizaron con el sistema de mitimaes, enviándolos a lejanas tierras. Desmayó con la invasión española y estuvo en un letargo; revivió con Tupak Katari y entonces fue otra vez diezmado y aplastado por Goyeneche. Despertó con Zárate Villca, se alió con los hijos despreciados de sus opresores, una vez más fue traicionada. Luego de varios intentos de rebelión, en paralelo inició la lucha pacífica y cultural para defenderse y resistir. En ésta su lucha pacífica hizo renacer la morenada y la diablada, creó el awki awki, los waka waka y el p’aquchi; concibió el khari khari y los cuentos de curas. La primera para enseñar que el esclavo será señor del futuro, será hombre con pensamiento de mujer, será amor con fuerza de voluntad, el feo será bello y rico un día con su reciprocidad. La segunda enseña que el mal y el bien, así como el espacio-tiempo son uno; no puede haber el uno sin el otro, la vida es toda reciprocidad entre iguales y complementariedad de los opuestos. Extirpar al opuesto es desequilibrar la paz. La vida es la armonización de contrarios. El
  • 27. 27 desequilibrio depende de un hilo, en la vida. El awki awki satiriza a los ancianos españoles y dice que la vida es así, el espacio-tiempo da vueltas. Los waka waka muestran que la vida es llanto y risa, es riqueza y solidaridad, y que una danza debe ser el teatro de las acciones conjuntas de la vida. El p’aquchi enseña que las cosas extrañas y ajenas bien pueden servir para aprender algo sobre sí mismos y para disfrutar del ingenio de la imitación. Finalmente, los dos últimos: el khari khari es un invento psicológico para satanizar y defenderse de la ‚autoridad absoluta‛ de los sacerdotes extranjeros, que luego se puede convertir en enfermedad, ¡cuidado! Es peligroso jugar con las creencias, aunque sean ajenas; y los cuentos de cura, que crearon los aymaras con los quechuas, son relatos que ponen en evidencia las contradicciones entre lo que se predica y lo que se hace. Como en los cuentos del zorro, los sacerdotes siempre pierden. La cultura aymara se sublevó y luchó por la tierra, se dio cuenta de que su aspiración era territorialidad y
  • 28. 28 poder; entonces conquistó y se liberó, sin norte por el momento. Creyendo liberarse, se había zambullido y alienado en el fango de la civilización ajena y para salir de ella se embarcó en el sindicalismo, marchó, lloró, bloqueó, fue reprimida, gasificada y perseguida, pero al fin salió de ella, ahora cree en sí misma y empieza a reírse... Se creyó que los españoles acabarían con el aymara, que la república sepultaría a los herejes, que la revolución del 52 acabaría con su historia y que finalmente la globalización sepultaría para siempre su existencia, pero ¡nada! Los antiguos paradigmas científico-histórico-occidentales no pueden compararse con el pensamiento aymara; sin embargo, muchos de los posmodernos coinciden en la manera de pensar y obrar: anillo al dedo y agua que llevan a su molino. La Razón: 21 de diciembre de 2010
  • 30. 30
  • 31. 31 La aparición de los jaqarus ‘La diversidad geogr{fica se convirtió, entonces, en diversidad cultural’… Esta vez la pregunta fue, ¿de dónde provienen los aymaras? Ciertamente es complicado responder. Hace tres décadas, el gran historiador boliviano Ramiro Condarco Morales, autor de El Zárate Villca, me sugería que yo, ‚debía escribir una historia especulativa del origen de los aymaras‛. En ese entonces no tuve el valor de pedir explicaciones ni de iniciar esa obra, pero ahora creo que puedo ensayar.
  • 32. 32 Todo indica que los antiguos Jaqaru, que provienen del centro asiático, serían los ancestros de los aymaras. Existen similitudes lingüísticas y culturales entre ambos pueblos, también existen analogías en los rasgos étnicos, así como en la mitología y en los monumentos culturales de andinos y asiáticos. Aunque algunos creen que fue el aymara quien irradió su cultura de América al resto del mundo. En realidad, en cuanto al dilema de la migración o la autoctonía, no está dicha la última palabra, pero cada vez se está más cerca. Desde una concepción lineal de tiempo, la teoría de la autoctonía es imposible; empero, en una concepción cíclica del tiempo, es posible. Ling Yutan decía: ‚La verdad, según los chinos, jamás puede ser demostrada; sólo puede ser sugerida‛. Entonces, es lúcido no proclamarse dueño de una verdad sobre esos tiempos obscuros, sino respetar la opinión del otro. Es mejor optar por la incertidumbre y las conjeturas individuales para llegar al entendimiento con el otro y,
  • 33. 33 de esta manera, acercase al esclarecimiento de las dudas. Sin embargo, la mayoría coincide en la teoría de la migración. Si es así, no se sabe por dónde arribaron, se descarta la vía única del estrecho de Bering, por falta de huellas de asentamientos antiguos, tanto arqueológicos como lingüísticos en América del Norte. Probablemente sea por Polinesia, y por esta vía hasta se experimentaron viajes marítimos al estilo de aquellos tiempos remotos, en barcos de papiro y totora realizados por el noruego Thor Heyerdhal en 1948 y el español Kitin Muñoz en 1988, que viajaron de Callao a la Polinesia. Esta inmigración podría también haber sido por la vía australiana, aunque por esta vía tampoco existen huellas. Se puede creer, sin temor a equivocarse demasiado, que los antiguos hablantes de una lengua proto-jaqaru, de la que después nacerían el Jaqaru y el Runasimi, llegaron al sur de Lima por la vía polinésica. Alfredo Torero dice que: ‚La adversidad geográfica se convirtió, entonces, en diversidad
  • 34. 34 cultural‛. Estos primeros habitantes fueron conviviendo y mezclándose con otras culturas y lenguas, para después alcanzar el florecimiento de la diversidad. A su vez, los pueblos adelantados han influido a otras culturas en su desarrollo. Lo mismo que las recién arribadas culturas han debido tomar los modelos de las naciones más avanzadas, como siempre pasa en la historia de la humanidad. Es curioso saber que, mientras algunos trazan el origen de las culturas andinas —dividida en cinco horizontes— hace 1200 a.C. como la fecha más antigua, otros hablan de vestigios arqueológicos encontrados que tendrían una antigüedad de hasta 20.000 y 40.000 años. Estos pueblos, en principio, con seguridad han coexistido en forma pacífica y han adquirido, en los primeros siglos de coexistencia, de forma mutua, grandes conocimientos en interrelaciones comerciales, políticas y religiosas. Supieron vivir en equilibrio entre los seres humanos, aunque, como siempre, nunca han debido faltar conflictos y batallas< La Razón: 15 de Marzo de 2011
  • 35. 35 La expansión de los jaqarus Los Paracas llegaron a ser Tiwanaku, Wari, y Qulla Suyu, y sus lenguas el jaqaru, el kawki y el aymara. Todo indica que los jaqaru surgieron en la costa, en Paracas y de allí esta cultura se expandió a la sierra. El primer horizonte de desarrollo jaqaru fue Ayacucho y Cuzco, de donde avanzó más, recalco el origen de los hablantes de las lenguas jaqaru y kawki se hallan al sur de Lima. Unos grupos más allá, otros más aquí, en el escenario geográfico centro andino, los climas distintos, las sucesivas oleadas y los muchos siglos de desarrollo cultural han debido acentuar sus características.
  • 36. 36 El proceso evolutivo hacia lo proto-aymara tuvo que transitar por los cinco horizontes trazados por los arqueólogos peruanos: Paracas, Nazca, Huarpa, Tiwanaku, Wari, Cuzco y parte de los Chancas. La cultura consta de tres hechos fundamentales: la lengua, sus obras y sus creencias. En este sentido, el componente lengua no ha sido debidamente estudiado en relación a los horizontes trazados. Es sabido que una cultura en el transcurso de los siglos y milenos, además de sufrir variaciones, hasta cambia de nombres. Eso ha pasado con los Paracas, llegaron a ser Tiwanaku, Wari y Qulla Suyu, y sus lenguas han sido jaqaru, kawki y aymara. En el norte a los mochicas también les pasó lo mismo, cuya nación floreció con varios nombres: Chavin, Vicus, Cajamarca, Lambayeque y Chimú, con seguridad que hablaban la lengua mochica. Existen suficientes motivos para especular al respecto. Primero, entre las toponimias, marca es genuinamente jaqaru, se encuentran en todas partes por donde habitaron los hablantes de dicho idioma. En
  • 37. 37 el departamento de Lima, están: Cantamarca, Andamarca, Marcahuasi, Cochamarca, Pariamarca, Jicamarca, Panamarca, Escomarca y Marcapomacocha. Y en Ica, Nazca y Chincha están: Laramarca, Andamarca, Palcamarca, Saramarca, Cochamarca, Choquemarca y Cusimarca. Es posible que existan más nombres si se busca con más detalle. Marca significa en Jaqaru, Kawki y Aymara, espacio–organización social, además de ciudad, pueblo y jurisdicción. Segundo, Paracas fue desde hace mucho tiempo el hábitat de los jaqarus. Durante el transcurso de muchos siglos, las culturas que habitaron con distintos nombres dicha región hablaban el jaqaru, y lo corroboran sus cerámicas y los tejidos. Tercero, con el tiempo, con posibles conquistas o por expansiones culturales, se fueron convirtiendo en varios estados independientes de habla jaqaru. En principio estaban juntos dos pueblos similares en la costa, los jaqarus en Paracas y los runasimis en Chincha; los primeros prefirieron la sierra, los segundos el valle. Ambas lenguas gemelas florecieron
  • 38. 38 allí, una al lado de la otra, como colaborándose; como los de arriba y los de debajo, florecieron en una misma geografía. Mientras unos se dirigen a la sierra, otros a Ayacucho, los más van a Cuzco y otros al altiplano, al lago Titicaca. En todo este trayecto histórico, los antiguos pueblos hablantes del jaqaru se convirtieron en varios estados, llegando a conformar toda una red de estados regionales autónomos. Con seguridad que hubo otros pueblos en el altiplano, probablemente los pre-tiwanakotas, y tuvieron que vérselas por la fuerza. Después del triunfo posiblemente han hecho nuevos acuerdos de reorganización tras lograr el del Titicaca. La unión de esos estados autónomos fue clave para lograr el triunfo o el nuevo acuerdo y/o su prosperidad, así como su caída por incumplimiento de acuerdos. La Razón: 29 de Marzo de 2011
  • 39. 39 Los jaqarus en el Altiplano La poderosa cultura jaqaru- tiwanaku marcó su influencia en el entorno de los lagos Titicaca y Poopó. Culturalmente, Tiwanaku tiene mucho que ver con el gran centro Paracas, al que pertenecían los jaqarus, cuyos descendientes muchos años después son los que llegaron a Tiwanaku. Con seguridad se enfrentaron con otros pueblos y los conquistaron antes de construir el Tiwanaku urbano. Sólo cuando hay una gran pacificación o unión, en el mundo andino, se hacen grandes construcciones. Crean un imperio teocrático, desarrollan sobre todo una tecnología climática, las ciencias bajo la epistemología andina florecen, existen estudios profundos de espacio- tiempo y cosmología.
  • 40. 40 Esta poderosa cultura jaqaru-tiwanaku marcó su influencia en todo el contorno de los lagos Titicaca y Poopó, llegando al norte de Argentina y Chile. De Paracas a Tiwanaku existe una sola secuencia cultural, diferenciada en alguna medida por el espacio-tiempo, la distancia y los accidentes geográficos, tanta variedad del mundo andino moldeó las diversidades. La cerámica y tejidos Paracas concuerdan en muchas formas con la visión y los modos de ver el mundo en Wari y Tiwanaku. El contexto geológico y político determinan las toponimias. En todos esos lugares de los andes centrales existen hasta hoy poblaciones y organizaciones políticas jaqarus denominadas marka. Así se hallan toponimias signados con la palabra ‘marca’, y datan de hace muchísimo tiempo; no son nombres recientes, son producto de procesos históricos y políticos de organización y establecimiento. Las toponimias jaqarus marca abundan en el área de Tiwanaku. Es fácil encontrar dicho topónimo sobre
  • 41. 41 todo en La Paz y en Oruro, así como en Cochabamba. En Potosí y Chuquisaca se encuentran en menor proporción. Si no fueron los jaqarus ¿Quiénes fueron los que difundieron esa toponimia en la amplia geografía del Altiplano y valles? Para que las toponimias se mantuvieran hasta hoy, pese a la quechuización inca y posterior castellanización colonial española, tuvieron que ser establecidas por una red de Estados de origen y de habla jaqaru, que las haya difundido y que éstas hayan calado hondo desde hace mucho tiempo. Sin duda también tuvo que ser un imperio de habla jaqaru el que llegó hasta Catamarca y Humahuaca. Tiwanaku habría colapsado antes o junto a la caída del imperio Wari. El arqueólogo Carlos Ponce Sanjinés, autoridad en materia de Tiwanaku, dice: ‚Se puede evidenciar, principalmente por la toponimia, que la gente de Tiwanaku empleaba la hoy denominada lengua aymara‛, y continúa sobre el colapso de aquel imperio: ‚Es extraño que hacia el siglo XIII de nuestra era ese imperio se desplomara de súbito y Tiwanaku quedó sumido en el ocaso, por
  • 42. 42 causas todavía no elucidadas, descartándose la hipótesis de un cataclismo porque no hay ninguna huella del mismo, ni tampoco por conquista de un pueblo ajeno del que no se exhuma rastro. Acaso una disgregación política, que hizo desaparecer el nexo de unión.‛ Si se descarta cataclismos y otros fenómenos para el colapso de Tiwanaku, lo más seguro es que se trató de algún incumplimiento del pacto de alianza entre Estados, fenómeno que se observa hasta ahora en el mundo kolla. Probablemente algunos de los involucrados no cumplieron con la tradición, rompiendo la rotación de turnos en la administración del Estado y quedándose con el poder y fue este acto el que ocasionó la guerra civil del colapso de Tiwanaku. En esos casos el pueblo siempre lucha contra los injustos hasta deponerlos, ésa es una tradición en los pueblos andinos. La Razón: 12 de abril de 2011
  • 43. 43 Los jaqarus fundan Cajamarca El término marka se refiere a una organización social jaqaru, un conjunto de ayllus organizados… Los jaqarus de Tiwanaku y los jaqarus de Ayacucho desarrollaron un Estado poderoso en ambas regiones. Entonces, se puede decir que posiblemente había otro Estado poderoso para aliarse con Ayacucho, como para expandirse. Aquí se considera el origen y posterior desarrollo cultural y político del imperio Wari a partir de la palabra exclusivamente jaqaru, marca o marka; por lo que, por ahora, no se va a sustentar con otros nombres de origen jaqaru, cuyo significado puede ser compartido y disputado con otras lenguas como el quechua, mochica, quingnam, cholón, culle, puquina, entre otros.
  • 44. 44El término Marka se refiere a una organización social jaqaru, esto es un conjunto de ayllus (conglomerados familiares) organizados que se dividían en los de arriba y abajo, más el territorio y la autonomía de gestión. Una marka jaqaru tiene que haber sido previamente organizada y dotada de territorio. Ahora bien, no solamente los nombres markas tenían ese enfoque, sino también las otras organizaciones que llevaban otros nombres. La expansión Wari, más que conquista, probablemente fue un proceso de colonización y de asentamientos humanos cuasi organizados en la sierra y, por tanto, posiblemente hubo pocos enfrentamientos; no obstante, en la costa, los pueblos yungas: ‚Todos fueron vencidos y sojuzgados por los Yauyos‛, dice María Rostworowski. Los nuevos Estados que se unieron al Wari lo fortalecieron enormemente para expandirse. Teniendo el control o alianza con el altiplano, sierra y costa sur, los waris de Ayacucho organizaron la conquista de los pueblos del norte.
  • 45. 45En la costa no es fácil encontrar topónimos marka, sino más en la sierra. Por este hecho se puede deducir que eligieron el camino más seguro, pero difícil y escabroso. La sierra cuenta con muchos obstáculos geográficos, que debieron obstruir de diferentes formas el avance de la expansión Wari. En este entendido, se puede decir que los conquistadores hicieron una expansión de colonización por la fuerza en la costa. Una expansión basada, muchas veces, en una concertación para nuevas alianzas y una reorganización. Y lo lograron. Por supuesto que tuvieron que enfrentarse con algunos Estados, y seguramente los mochicas fueron los más difíciles en su conquista. Lograron su meta hasta llegar más allá de Cajamarca. Eso dice las toponimias jaqarus marka. Éste es tan sólo un recorrido fugaz y forzosamente desordenado de los nombres y lugares del mundo centro andino. Es posible que existan más nombres de lugares con marka, como también es posible que algunas, por su complejidad, se hayan entreverado de un departamento a otro; sin embargo,
  • 46. 46 esos topónimos existen. En Huancayo y Junín están: Andamarca y Ullumarca. En Huancavélica están: Chupamarca, Laramarca y Lucamarca. Entre Cerro de Pasco y Huaraz están: Auquimarca, Chacamarca y Cajamarquilla. En Huánuco están: Pillcomarca, Conchamarca, Marcamarca, Pampamarca y Yanamarca y Caramarca. En Ancash están: Yuracmarca y Lacramarca. En el departamento de Libertad está: Angasmarca. Y en Cajamarca existen una decena de toponimias marka. Los Wari estuvieron reinando en el mundo centro andino por aproximadamente cuatro siglos (700 a.C. hasta 1100 d.C), asimismo se sabe también que los Wari hablaban la lengua Jaqaru, lo evidencia Llanque Chana. Durante el imperio Wari, los hablantes de aquel idioma han debido fijar con ese nombre los varios sitios de Cajamarca y después de la caída de aquel dominio, y mucho después se mantienen dichas toponimias con la expansión Inca, porque también eran de habla jaqaru. La Razón: 26 de abril de 2011
  • 47. 47 Los jaqarus ya son incas Decidieron llamarse incas, crearon un modo distinto de ser y volcaron su atención en la educación… Tras el colapso de Wari y Tiwanaku, Manco Kápac y Mama Ocllo, con amplios conocimientos técnicos de Tiwanaku, partieron de la Isla del Sol al Cusco para reunirse con los otros hermanos y fundar un nuevo Estado. Decidieron llamarse incas, crearon un modo distinto de ser y hacer, volcaron su atención en la educación. En pocas décadas, ya tenían un Estado poderoso en el Cusco, los otros pueblos también habían logrado un desarrollo muy avanzado. Cada uno hizo sus alianzas para expandirse. Dos destellaban con claridad para reemplazar al imperio Wari caído. Los de Cusco y los Chanka. Ambos sabían
  • 48. 48 que para sustituir al antiguo sistema se necesitaba que un solo pueblo prevalezca sobre los otros. Sin duda, los cusqueños contaban con un buen ejército; sin embargo, ante la ferocidad de los chankas, que fueron decisivos para abatir el imperio Wari, el inca Viracocha y su hijo predilecto Orco prefirieron huir. Los chankas, seguros del triunfo, entraron al Cusco, entonces el príncipe y capitán Cusi Yupanqui salió en defensa de la ciudad y tras una dura lucha se alzaron con la victoria. De ahí en adelante nacería el imperio Inca. El general Yupanki, después de muchas gestiones, se vuelve inca Pacha Kuti. Luego, con el tiempo, las cosas son un juego de dominó, el imperio inca llega más allá de los antiguos dominios de Tiwanaku y Wari. Luego, los jaqarus incas, ya teniendo el nuevo imperio y después de varios incas, deciden cambiar de idioma. Cerrón-Palomino cita: ‚A este Ynga, Huayna Kápac, se atribuye haber mandado en toda la tierra se hablase la lengua de Chinchay Suyo, que agora comúnmente se dice la Quíchua general, o del Cusco,
  • 49. 49 por haber sido su madre Yunga, natural de Chincha, aunque lo más cierto es haber sido su madre Mama Ocllo, mujer de Tupa Ynga Yupanqui, su padre, y esta orden de que la de Chinchay Suyo se hablase generalmente haber sido, por tener él una mujer muy querida, natural de Chincha‛ (Murúa (*1613+ 1986: II, XXVII, 136). Cuya decisión fue una política imperial de mucha importancia y se cumplía con facilidad del Cusco para el norte, en cambio, para el sur, de alguna manera fue resistida. La historia del pueblo que habla jaqaru se pierde con la lejanía del tiempo, tanto su cultura como su nombre. En relación a su nombre, éste se relaciona pronto con las posibles ocupaciones espaciales, a ello colabora de lleno los nombres dados del lugar. La toponimia ‚marca o marka‛ permite aseverar que los hablantes de la lengua jaqaru llegaron más allá de Cajamarca y Catamarca. Hubo una gran cultura que se convirtió en tres imperios: uno teocrático y los otros políticos: Tiwanaku, Wari e Inka, y que es la misma cultura con todas sus variaciones, debido al tiempo en sus diversas etapas históricas de desarrollo cultural.
  • 50. 50Hay indicios de que el jaqaru y runasimi surgieron de una sola lengua madre. Porque las similitudes generales lingüísticas y culturales son tan evidentes, que invitan a deducir que provienen de un solo tronco común. Tienen la misma tipología cultural y son prácticamente una misma cultura; tienen idéntica lógica y concepción de espacio-tiempo; la fonología de sus lenguas es igual, el parentesco, también; las dos tienen estructuras gramaticales análogas: tanto en personas gramaticales, orden sintáctico, ausencia de género gramatical, el orden adverbial y adjetival es el mismo, y cuentan con más de 1.500 palabras en común; ambas usan sufijos de forma similar, tan sólo son distintos en los simbolismos de los sufijos. ¿Jumaxa kamsasmasa? La Razón: 10 de mayo de 2011
  • 52. 52
  • 53. 53 El pensamiento aymara o andino Con el prójimo se es uno, la vida y el trabajo tienen sentido en conjunto y en complementariedad. Un señor muy elegante pregunta: ‚¿Qué es el aymara? ¿Cu{l es su pensamiento?‛ Bueno, uno debe responder aquella compleja pregunta, porque es un deber, pero en ese mismo instante, por prudencia, no es fácil. Las cosas son complicadas, sobre todo cuando hay desinteligencias entre dos culturas, puntualizando el caso entre el aymara y el castellano. En anteriores oportunidades, ya se había vertido opinión al respecto, sin embargo, a veces conviene recalcar y eso es redundar, y si redundar aclarará el camino a la nueva
  • 54. 54 convivencia, el sendero de la interculturalidad, entonces valdrá la pena excederse. Toda cultura tiene su filosofía y en ella un conjunto de paradigmas y éste a su vez una lógica que le sirve de ordenamiento de las cosas. La cultura aymara no carece de ellas, puesto que es una cultura sólida de milenios; para ello ha tenido que forjar su propia ideología y tuvo que aprender de otras culturas para fortalecerse. De esta manera generó un pensamiento propio y genuino hasta alcanzar esta era. La cultura aymara proviene de una realidad cultural y lingüística diversa. Ha vivido de esa amplia geografía: costa, sierra, altiplano, sierra y oriental-amazónico, de esa complejidad climática. Con justa razón, Alfredo Torero indica: ‚La adversidad geogr{fica se convirtió, entonces, en diversidad cultural‛. El pensamiento aymara se compone de cuatro fundamentos paradigmáticos que regulan su existencia: seminal, reciprocidad, holográfico y comunitario que son fundamentos esenciales para su economía; rituales con la Pacha Mama, motivar la vida,
  • 55. 55 bailar y llorar se mueven con esos cuatro valores. Como ya se ha insinuado antes, estos conocimientos con seguridad que no son solamente aymaras, sino también quechuas, puquinas, uruquillas, mochicas, etc. En la era de los Wari, siendo imperio, han debido cosechar muchos conocimientos, los cuales posiblemente se desarrollaron y conservaron hasta hoy. El pensamiento andino es ‚seminal‛ debido a su modelo de desarrollo biológico: como se producen la flora y fauna en la naturaleza, convivencia armoniosa entre ser humano, sembradíos y ganados. Por otra parte, es una lógica de reciprocidad. La racionalidad aymara tiene que ver con aliados y contrarios dentro del espacio de integridad. Siempre serán dos en constante complementación y rotación. Una marka aymara consta de arriba y abajo, lo importante es saber vivir en armonía entre contrarios; el centro es el taypi y llegar a éste es el mayor bien, la armonización de contrarios. La reconciliación es una lógica de vida para este pueblo.
  • 56. 56Otro de los componentes del pensamiento andino es la visión holística en la organización del modelo de desarrollo. Para los aymaras, todo es integral, es dos y una sola realidad. En todo trata de forma total, cuando ara la tierra o cuando siembra o cuando alcanzan los ritos. No entiende la parte sin el todo. Es posible que el todo y la parte estén separados, pero siempre estarán en permanente interacción. En una situación comunitaria, los intereses son comunes, porque el equilibrio es la integridad. La fuerza de solidaridad entre la gente, forja la confianza y hace depender del otro como de sí mismos. El ayni o la práctica de reciprocidad los cohesiona y todos son tributarios de todos, y obliga a una práctica social comunitaria. Además de que con el prójimo se es uno, la vida tiene sentido, el trabajo en conjunto y en complementariedad prospera cuando se cree en la comunidad. La Razón: 15 de febrero de 2011
  • 57. 57 ¿Dónde queda el futuro? ¿Cómo hallaron los indígenas estos conocimientos? Sólo sabemos que los aymaras fueron y son empiristas. Un elegante señor decía: "aprender aymara es ir como el cangrejo". Todos los pueblos y culturas tienen su propia visión del mundo; es decir, formas distintas de ver el cosmos, de concebir el espacio-tiempo, la vida y, con ella, las formas de ver y obrar en la vida, aunque los conceptos sobre ésta no necesariamente sean iguales. Tratándose de las diferencias en la concepción del espacio-tiempo, ¿dónde queda el futuro? Depende: para los andinos queda atrás, no ha sido visto, ya vendrá; desde el punto de vista metafórico se llama qhipha. Al pasado se le denomina nayra pacha (nayra:
  • 58. 58 ojo, pacha: espacio-tiempo) y está adelante porque ha sido visto, vivido, sufrido o disfrutado; se lo recuerda. Lo contrario pasa en otras culturas; por ejemplo, la modernidad occidental que dice: "pasado pisado y el futuro adelante", o ir por un tiempo lineal del pasado al futuro. El pacha andino es una tetralidad cíclica, por eso la cuatripartición es inherente a sus culturas. Fritjof Capra, dice: "La teoría de la relatividad ha demostrado que el espacio no es tridimensional y que el tiempo no es una entidad separada. Ambos están íntima e inseparablemente relacionados y forman un continuo cuatri-dimensional que se denomina espacio-tiempo'". Por cultura se debe conocer a dos personalidades: Isaac Newton y Albert Einstein. El primero descubrió las leyes de la gravedad universal y estudió la descomposición de la luz, divulgando de manera absoluta que el tiempo está separado del espacio y que es siempre un trazado lineal. El segundo, en 1905
  • 59. 59 formuló la teoría de la relatividad y anunció que el espacio y tiempo son simultáneos y no son lineales. Para los andinos, el espacio-tiempo está compuesto por dos realidades simultáneas que se tratan de una sola unidad: pacha. Los siguientes ejemplos son contundentes: ¿Kawki pachatsa jutta? ¿Kuna pachasa sarxäta?, ¿De dónde vienes? y ¿Cuándo te irás? Se puede definir que el pacha andino nunca desaparece, es una eternidad que se renueva sin cesar, no tiene comienzo ni fin, son dos en una realidad unida que gira como el viento y siempre regresa y se va como la luna. Reitero, para otras culturas el tiempo es lineal, pero en la andina es concebido como cíclico y se lo llama pacha kuti. Pacha: espacio-tiempo, kuti: del verbo aymara kutiña regresar, volver, retornar. Esto no es reciente, incluso hubo un inca con el nombre de Pacha Kuti, que gobernó su imperio desde 1433 a 1471. Aquí el análisis etimológico. Pacha, desintegrada en sus dos silabas, resulta siendo raíz y sufijo. La raíz
  • 60. 60 pa + cha, pa- es pä, y éste paya; el sufijo -cha es verbalizador y significa hacer, da acción al nombre. Ha debido ser hace miles de años, pächa o payacha, que es uno la unidad de dos. De la unidad pacha espacio- tiempo se supo hace más de 5.000 años, hay vestigios arqueológicos precolombinos de ello. ¿Cómo hallaron los indígenas estos conocimientos? Sólo sabemos que los aymaras fueron y son empiristas. Pero, en esta era, para el Occidente ya es espacio-tiempo simultáneo y cíclico, y según Pániker hoy rige una nueva concepción: el "retroprogreso". Al respecto, el pueblo tiene un proverbio: Qhipha nayra uñtasa sarañasawa. Aunque se haya civilizado, hoy sigue viviendo en esta concepción del tiempo. La Razón: 25 mayo 2010
  • 61. 61 El anverso de la wiphala La wiphala simboliza esa experiencia de vida armónica, complementaria… El acto de simbolizar es profundamente humano. En todas partes, algunas familias han empezado a designar un símbolo característico a su linaje, y todos los pueblos tienen un símbolo que los distingue. Ya sea para acentuar un estatus o para buscar la libertad. Los símbolos bien pueden surgir en tiempos de paz; sin embargo, se sabe que la mayoría ha surgido principalmente en la guerra, y por lo general simbolizan la sangre, la riqueza, la fuerza y las armas.
  • 62. 62 Los motivos para empuñar los símbolos en los últimos tiempos han sido para sostener un poderío sobre otro, y/o para buscar la libertad. Aquellos que han surgido en tiempos de paz muestran principalmente hechos culturales: su cosmovisión, su pensamiento y la coexistencia entre ellos. Es posible que existan otras razones de invención. En el mundo andino-indígena, porque son hijos de la diversidad, existen varios símbolos; es decir, varias wiphalas. Las más conocidas son la blanca y la multicolor. La blanca fue usada principalmente en ceremonias rituales, como en el matrimonio, la siembra o para atraer la lluvia. La multicolor actualmente es considerada principalmente de corte político cosmológico. Algunos investigadores no creen que dicho emblema sea un símbolo genuino de los pueblos andinos-indígenas. Piensan que las culturas son estáticas o que han muerto con la conquista. Las culturas indígenas, entre ellas la aymara y la quechua, no han muerto, aún están vivas, siguen vigentes, con
  • 63. 63 muchas más fuerzas que antes. La wiphala fue concebida hace milenios; simboliza esa experiencia de vida armónica, complementaria, recíproca y holográfica vivida entre los seres humanos en los Andes y las llanuras orientales del Awiyäla. Y no fueron enarbolados para la guerra, sino para la convivencia pacífica entre los seres humanos, entre los pueblos diferentes. Algunas muestras históricas de la wiphala son: i) hace muchísimo tiempo, introdujeron la Cruz del Sur como un símbolo cosmológico fundamental, ‚orden que no es cósmico, no es orden‛, dice Reinaga. ii) Para el pueblo aymara-quechua, es capital el abajo y el arriba y otras subdivisiones dependientes del orden citado; la complementariedad de antagonismos es una unidad de diversidad holográfica. iii) En las culturas indígenas, no sólo bastaba estar divididos en dos; es más, jamás fueron duales, eran uno solo, unidos por el taypi, es decir: los contrarios armonizados. Los pueblos autóctonos se manejaban bajo una red de ayllus, markas y suyus autónomos, una especie de red de pueblos diversos sin frontera; concepto que había que
  • 64. 64 simbolizar y justamente eso hicieron los andinos- amazónicos. Esto está demostrado en las antiguas piedras esculpidas, en cerámica, en tejidos. Incluso este concepto existe actualmente en la vida práctica y visión de convivencia entre los pueblos. Sobre el nombre de la wiphala, se puede decir que es una palabra aymara. Wipha o Wipha! significa alegría, es una expresión de festejo en los carnavales cuando se está festejando a los ganados y sembrados después de haber puesto sus adornos. Y la desinencia final —la es un sufijo nominal de apreciación cariñosa o amorosa—. Existen varios ejemplos finales en nombres: mama, mamala; tata, tatala, quchala, tiyala... La wiphala es el símbolo de la alegría y armonía entre los distintos pueblos. Cada cuadrito y color simboliza una provincia, un Estado, una nación; en fin, una lengua y una cultura autónomas. Y no sólo eso, también refleja la diversidad y globalidad de la Tierra. La Razón: 18 de enero de 2011
  • 65. 65 El reverso de un símbolo La wiphala es un emblema de paz y de armonía, de vivir bien entre los seres humanos diversos… En este ensayo presento el análisis del alcance y significado de la wiphala. La Cruz del Sur es el símbolo rector de la cosmogonía andina. La chakana ha regido por milenios la cosmovisión de los pueblos del hemisferio sur. La estructura cuadriculada de la wiphala deviene de colocar las líneas sobre dicha cruz. Allí aparece incluso su relación con la Tierra. Los pueblos de altura, valles y tierras cálidas no siempre piensan igual; esta diversidad también está reflejada en la chakana y está representada en dicho emblema: el orden a partir del desorden, la unidad desde la diversidad, y la armonía que sólo puede existir a partir del respeto a la diversidad.
  • 66. 66 La bipartición es capital para el pensamiento andino. Las dualidades hombre y mujer (y viceversa), padre y madre, hijo e hija (en la sociedad andina y posiblemente mochica y mapuche) también está incorporadas en la referida insignia. Este símbolo se divide diagonalmente por el color blanco; la base simboliza la madre, la luna, la mujer, la femineidad, la Pacha Mama. La diagonal superior encarna al padre, el sol, el hombre, la masculinidad, los wak’as. ‚La unidad es benignidad, feminidad. Lo múltiple, diverso, malignidad, masculinidad‛, dice Federico Aguiló. La racionalidad implica aliados y contrarios, comunitarios e individuales. Es la complementariedad de los opuestos. La bipartición lleva automáticamente a la cuatripartición. Con razón dice un gringo: ‚Cuando un óvulo y un espermatozoide se unen, la única célula resultante se divide en dos, cada una de las cuales se divide, a su vez, en otras dos, y así sucesivamente, durante unas cuarenta generaciones de células.‛ (R.W. Gerard).
  • 67. 67 Entre lo vertical y lo horizontal, la diagonal representa la armonía de contrarios, es el taypi: el centro radical que totaliza. Existe tres sietes para los de abajo y otros tantos para los de arriba, y estos dos opuestos o contrarios son armonizados por otros siete. Para el pensamiento andino, existe una red de ayllus, markas y suyus autónomos; es decir, reitero, una especie de red de pueblos sin frontera. Otra de las características andinas-indígenas es la preferencia por el color. Pese a las dificultades, lograron generar una serie de colores. Así es el awayu, el lluch’u y la wiphala, que se articula colocando estos siete colores sobre la Cruz. Hoy, con la industrialización, es fácil cubrir la expectativa de colores. ¡Y les gustan los colores chillones! Fidel Rodríguez, potosino y residente en Santa Cruz, tras años de estudio y análisis matemático, descubrió que la wiphala es un símbolo de la Madre Tierra, y dice que, además de contener los colores naturales del arco iris, marca el ritmo de vida y el destino de la humanidad.
  • 68. 68Y toda invención, innovación es una tarea comunitaria y paulatina, a Germán Chuqi Wanka le tocó redescubrir, a Rodríguez analizar, y a otros el difundirlo. Este símbolo, por su significado y su profundo respeto a la naturaleza, por su carácter holístico y armonizador de contrarios, tiene una enorme perspectiva. En conclusión: dicho símbolo, concebido hace milenios, es un emblema de paz y armonía de contrarios o de opuestos; no es un símbolo de guerra, es un emblema de vivir bien entre los seres humanos. La wiphala no sólo es internacional; como símbolo de la Madre Tierra, de paz y armonización de contrarios, su proyección es de carácter mundial. Los indígenas no buscaron hacer un símbolo para un solo país, sino más bien para los países del mundo. La Razón: 1 de febrero de 2011
  • 69. 69 Inferencias de la lógica andina La lógica difusa posmoderna y la lógica trivalente andina son, paradójicamente, hermanas gemelas. Un bloqueo provoca protestas entre los pasajeros de una flota, unos están en contra de la medida; otros a favor. Una mujer aymara se queda muda y meditando; la increpan: —¿Estás con ellos o con nosotros? La mujer da la razón a ambos bandos y todos se burlan de ella< Toda cultura tiene su propia filosofía que cuenta con un conjunto de paradigmas, los cuales a su vez tienen una lógica. La andina, por milenios, creó una cultura basada en cuatro fundamentos: seminal, reciprocidad, hologr{fico y comunitario. Es ‚seminal‛ porque sigue el modelo de desarrollo biológico (Kush), es una convivencia armoniosa entre el ser humano y su
  • 70. 70 entorno. Es de reciprocidad y complementación (Temple): el arte de vivir es cómo llegar a la armonía con el otro. La reciprocidad hace a las personas dependientes unas de otras. Así, todos son tributarios de todos, y eso obliga a una práctica social comunitaria. Además viven en una visión holográfica, puesto que es absurda la parte sin el todo. Dicha cultura responde a una lógica trivalente; es decir que tiene tres valores: verdadero, falso y quizás (tal vez). Lo probable, marcada con la palabra inasa, y los sufijos: chi (conjetural) y pacha (de inferencia) fijan su personalidad y los enunciados de la sintaxis del mencionado idioma. Pues se realizan con sufijos en vez de palabras de conexión. Y es así que existen varias posibilidades de conclusiones a partir de premisas dudosas. La ambigüedad tiene valor, y la incertidumbre es importante. Javier Amaru y Emilio Molina dicen que la lógica del aymara es tetraléctica: falso, quizás falso, verdad y quizás verdad. Es distinto a la lógica clásica aristotélica de sólo dos valores: verdadero y falso. Sin
  • 71. 71 duda esta historia del hallazgo del tercer valor tiene sus precursores y descubridores. El primero en redescubrir el uso de la lógica trivalente aymara fue Iván Guzmán de Rojas (1971). Luego, en 1985, Dominique Temple afirmó que las lenguas castellano y aymara no responden a la misma lógica. Y claro, hasta entonces se creía que las lenguas dotadas de la lógica aristotélica ante el exitoso desarrollo industrial seguirían dominando y quedarían incólumes por mucho tiempo más. Sin embargo, fueron los propios occidentales, con el racionalismo, quienes crearon una nueva epistemología. Einstein, Planck, Lukasiewicz, Lupasco, etc. Todos indirectamente y sin proponérselo desarrollaron una nueva tesis contra la lógica clásica. No es casual, dice Temple, que los laboratorios de ciencia en Occidente estén asesorados por técnicos orientales. Entonces, la lógica aristotélica se fue descartando para la nueva era.
  • 72. 72 Platón intuyó que había una tercera región entre lo verdadero y falso; Berkele y Hume hablaron de conceptos similares. Por su parte, Bertrand Russell estudió las vaguedades del lenguaje, y hasta Ludwig Wittgenstein se refirió al tema. Sin embargo, fue Lukasiewicz el primero en proponer una lógica de vaguedades, una de tres valores, con un tercer valor posible, y Max Plank fue el precursor de la lógica difusa. En 1960, el iraní-americano Lotfi Asker Zadeh, profundizando el tema, creó la lógica difusa, presentada oficialmente en 1973. La teoría de la lógica difusa dejó obsoleta a la lógica clásica, basada en una sola verdad absoluta. ¿Qué es la lógica difusa? Se podría responder que es la lógica que utiliza mucha gente. ‚La lógica difusa intenta copiar la forma en que los humanos toman decisiones‛, dice Zadeh. La lógica difusa posmoderna y la lógica trivalente andina son, paradójicamente, hermanas gemelas. La Razón: 22 de mayo de 2012
  • 73. 73 El ordenador social andino Dicen que la ‘Chakana’ es el punto de partida para la configuración de la cultura andina. La Chakana, o Cruz del Sur, es uno de los elementos astrológicos más importantes para las culturas andinas. Se dice que es el punto de partida para la configuración de su cultura. Es posible que las otras comunidades indígenas tengan, por su lado, un punto de partida también astral, como el Lucero del Alba para el pueblo Guaraní. Para las culturas andinas, la Cruz del Sur tiene incidencia directa con la Wiphala. En realidad, es su creadora. De la Chakana proviene el modelo de armonía de espacios y la unidad del conjunto, y otros aspectos culturales. En segundo lugar, se puede afirmar que en la Chakana se encuentran los puntos de partida de la
  • 74. 74 bipartición y tetrapartición andinas. Estas lógicas derivan de la naturaleza; todo tiene un padre y una madre, y también hijos. Sucesivamente se multiplicarán como las células. La Chakana es el organizador social y espacial de los ayllus y comarcas de los distintos pueblos. En tercer lugar, se puede entender que el ordenamiento de las cosas en el espacio-tiempo andino está representado asimismo en la Chakana, generándose un modelo para el comportamiento ritual de la sociedad andina, pese a las diferencias y variaciones culturales lingüísticas. En el Sur, donde se sitúa esta configuración astral, se encuentra el Norte de las culturas andinas. En las ruinas de Tiwanaku es proverbial la simbolización de La Cruz del Sur como paradigma en la ciencia andina. Lo mismo que ocurrió en el imperio Wari, el cuatro, fue capital. Además, La Cruz Andina es doble, lo cual está simbolizada en una estrella de ocho puntas en el gorro o sombrero Wari. Pese a todo tipo de desestructuración cultural, existen muchas
  • 75. 75 fiestas cristianizadas o sincréticas en homenaje a la Chakana. En la misma línea, la Chinkana de la Isla del Sol tiene cuatro laberintos, con entradas en las cuatro esquinas de la sala principal. Esto por sí solo habla de la importancia del número cuatro en unidad dentro del mundo andino. Por tanto, no es casual el mito de los cuatro hermanos Ayar, quienes fundaron el Estado inca en el Cusco. Por el valor del cuatro, el imperio Inca tenía cuatro suyus. Cuando se dice ordenador social andino no se está exagerando. En el matrimonio aymara existen seis wiphalas: dos en lo alto de la ramada y cuatro que llevan los padrinos y los hijos. Además, existen cuatro botellas de licor para la ch’alla, que son la norma del matrimonio. Wankar (Ramiro Reynaga Burgoa) dice que: ‚orden que no es cósmico no puede ser orden‛. Con seguridad se refiere a la Cruz del Sur, concepto presente asimismo en los conjuntos de morenos de
  • 76. 76 Sicasica en la fiesta del Rosario: Qulläna, Uchusuma, Kapunuta y Maka. Además existe una memoria ancestral con respeto a la Chakana y un despertar en la población; y según la nueva arquitectura andina, las construcciones se van inspirando en la Cruz del Sur. Por otra parte, los matemáticos andinos pueden explicar y explayarse respecto al origen y simbolismo de los números uno, tres, cinco y siete; así como de los números pares dos, cuatro, seis y ocho al modo andino. Las fiestas principales en homenaje a la Chakana son: el Valle Hermoso, de Cochabamba y Norte de Potosí (El Tinku). Celebración que se festeja en varias provincias andinas, como Cañaviri y Umala en Aroma, Arapata en Nor Yungas; Tipuani en Larecaja, Carabuco en Camacho, Huatajata y Sorejapa en Omasuyos, Achocalla en Murillo, Colquepata en Manco Kapac, Viloco en Loayza, Isla Pariti en Los Andes y Guaqui en Ingavi. Estas fiestas también se encuentran asociadas a la cruz cristiana. La Razón: 05 de junio de 2012
  • 78. 78
  • 79. 79 Principios políticos andinos Todas las culturas andinas muestran en sus obras la importancia del dos y del cuatro indígena. Esto de los de arriba y los de abajo me sacan de quicio‛, decía un alcalde no andino al no poder reunirse con ambos bandos. Habría que revisar de dónde proviene ese desencuentro, examinando en inicio los principios de organización andina. Hay que entender primero la bi-partición y la cuatri-partición para aproximarse a la concepción política indígena. Uno de los más antiguos hechos culturales se encuentra en la Isla del Sol; el otro, actual, se halla en Sicasica. Ambos serán examinados en este ensayo. Para empezar, se puede afirmar que ‚dos hacen todo‛, principio basado en la relación de complementariedad: mujer más hombre o viceversa.
  • 80. 80 Esto da lugar a la idea de que todo tiene un padre y una madre, y que la unidad generadora de la vida y de las cosas es par. De ahí proviene aquello de los de arriba y los de abajo. En principio, el pensamiento andino es seminal. Todas las culturas andinas antiguas y actuales muestran en sus obras la importancia del dos y del cuatro. A este entender les dio la razón la naturaleza y la Cruz del Sur. Buscando los más antiguos vestigios de esa concepción organizativa, uno se encuentra con El Laberinto de la Isla del Sol, en el lago Titicaca, compuesto por ruinas rústicas que datan de los tiempos pre-incaicos. Allí existen cuatro puertas o salidas, una en cada esquina del recinto. Todas conducen a un ambiente para reuniones, pero para llegar al centro primero se debe pasar por un estrecho pasadizo a modo de laberinto. Si no se intuye la lógica del camino, uno se ve obligado a regresar, es como si cada pasadizo fuese un mundo aparte y desconocido. Sobre el origen de los incas, se cuentan varios mitos. En Cusco se señala que la fundación de este
  • 81. 81 nuevo pueblo empezó de cuatro hermanos y sus parejas: Ayar Manco y Mama Ocllo, Ayar Cachi y Mama Cora, Ayar Uchu y Mama Rahua, y Ayar Auca y Mama Huaco. En el Titicaca, cuentan que Manco Capac y Mama Ocllo salieron de Tiwanaku a la Isla del Sol (donde está el dios Wiraqucha) y de ahí al Cusco. Estos mitos son complementarios antes que antagónicos en su simbolización. Además, son referencias históricas, disfrazadas como leyendas en el fondo. Ambos llegan a una misma explicación; no es casual que el Estado inca haya llegado por coincidencia a conformar un imperio con cuatros suyos. Hoy en día estos hechos pueden parecer leyendas, sin embargo, existe la vigencia del cuatro. Sicasica es la capital de la provincia Aroma, se encuentra entre el camino de La Paz a Oruro. Cada principio de octubre, allí se realiza la fiesta de la Virgen del Rosario. Todos estos pueblos, sean pequeños o grandes, se rigen aún por un orden político administrativo de corte andino.
  • 82. 82 Pese a la distorsión de aquel hecho histórico, en Sicasica la entrada se realiza de una manera muy peculiar que mantiene la vigencia del cuatro, con trofeos y premios. Allí existen cuatro zonas autónomas; sin embargo, son parte de una sola estructura. Durante la festividad, esas cuatro zonas organizan cuatro tropas de morenos: Kapunuta, Qullana, Maka y Juchusuma. Cada tropa tienen su puesto en alguna esquina de la plaza, desde allí ingresan a su interior, siempre girando contra las manecillas del reloj. Luego de dar una vuelta alrededor de la plaza, se quedan a bailar en su puesto. Éste como el del laberinto, rememoran la persistencia de la organización andina de los cuatro suyos, en plena era de la cibernética. Los modelos del pensamiento andino están retornando, aunque sus oponentes no lo quieran. La Razón: 27 de septiembre de 2011
  • 83. 83 El jilaqata y su comunidad La función del jilaqata es compleja y difícil: gobernar la comunidad con el consejo de los ancianos… La base de la organización política aymara es la familia y el espacio que ocupa. La familia está constituida por el padre-madre y asentada en una sayaña. Esta pareja se llama persona, y está rodeada por los hijos y los abuelos. Aquí, los padres con los consejos de los abuelos son la autoridad administrativa. La familia está ordenada y normada por la ley de la reciprocidad, esta organización determina las autoridades y la lógica administrativa de la comunidad. Y a partir de este principio se van generando mayores organizaciones, como las markas y los suyus.
  • 84. 84 La comunidad es un conjunto de familias en un territorio común cohesionado por la fuerza de la reciprocidad, que es comunitaria. Un ayllu antiguo tiene entre seis y 12 familias. Las zonas, que se pueden dividir en arriba y abajo, y sus respectivas autoridades dependen del número de familias. De ahí salen por turno los mandos denominados jilaqata (chacha warmi). Pueden ser una o dos autoridades, dependiendo de la densidad poblacional de la comunidad. Aunque hoy, los nombres y la gestión han sido distorsionados. Los requisitos para asumir el mando de jilaqata son: Haber sido jefe de zona, tener pareja (esposa o esposo: el par de opuestos es el mayor bien), y contar con el turno aprobado por la comunidad. Se asume el cargo por la tierra que ocupa y para servir a la sociedad, ahí reside la fuerza de su autoridad. En caso de que una de las parejas muriera antes de asumir la atribución, entonces asume el cargo con algún pariente cercano. Puede ser padre o madre, hermano o hermana, hija o hijo mayor. Siempre asume el mando una pareja, hombre y mujer. En otras regiones, además
  • 85. 85 de haber sido jefe de zona, se exige ser preste y pasar la fiesta, depende de cada región. El acto de cumplir el servicio de jilaqata es difícil y complicado. Algunos, muchas veces, asumen el cargo en bonanza y salen pobres. Ejercer dicho deber es un servicio a la sociedad, y éste se cumple por la tierra privada de cultivo y pastoreo que uno ocupa. Por lo que todos los miembros ejercerán algún día el cargo principal de la comunidad. Ser jilaqata es ser padre-madre de la comunidad, su función es gobernarla con el consejo de los ancianos. La sociedad espera de la autoridad una buena gestión, que sea un buen año, seguridad alimentaria, paz social y armonía con las demás comunidades. Si hay granizada, sequedad o heladas, el jilaqata tiene que atender las repercusiones de estos fenómenos. Si alguno de los miembros de la comunidad comete algún delito, deberá atender el caso. Si los recién casados no realizan sus labores, serán amonestados por la autoridad, y si hay beligerancia entre los miembros de la comunidad,
  • 86. 86 debe resolver cuanto antes el conflicto. Un mal gobierno permitirá la vagancia, la falacia y el robo. Aquí se juega el prestigio de la familia, y sus parientes se esmeran en ayudarlo en todo lo que esté a su alcance. Al final, cuando una gestión ha logrado abundancia y paz social, se festeja. Si al final de su mandato se han alcanzado los objetivos de la comunidad, el jilaqata es reconocido por la comunidad y es congratulado de acuerdo con sus servicios. Luego le tocará por último cumplir con la función de anciano. Previsiblemente será un consejero digno. Los ancianos aprueban o rechazan las iniciativas de los jefes de zona. A esta obligación acceden sólo los ex-jilaqatas, son aproximadamente seis en cada comunidad. Es el último cargo dentro el ayllu, aunque no en la marka. La Razón: 11 de octubre de 2011
  • 87. 87 El mallku y la marka aymara Ser mallku significa gobernar la jurisdicción, es el cargo más importante de la comarca. La familia junto al espacio que ocupa, sobre el ayllu, es el umbral de la organización política andina. Los ayllus son siempre dos: el de arriba y abajo. Lo mismo que antaño, en la actualidad, en la marka, pueden coexistir una docena o más comunidades, divididas en parcialidades. El término marka no tiene una traducción exacta en español; suele ser definido como pueblo, tal vez es equivalente a comarca y jurisdicción. Hoy en día, dicho nombre también puede entenderse como ciudad y nación. Marka se refiere a una organización social (jaqaru en antiguo aymara),
  • 88. 88 esto es un conjunto de ayllus organizados en un territorio, pero administrados de manera autónoma. La marka tiene un centro: el pueblo, rodeado por los ayllus o comunidades. Unos tres o cuatro mallkus, sin recibir contribución alguna, administran toda la jurisdicción bajo el derecho consuetudinario. El modelo de organización política aymara se conforma según la disposición de las comunidades, que tienen como base a la familia y su modelo de estructura de padre-madre; ahí reside su fuerza y su autoridad. Luego, la disposición y conjunto de markas hacen el suyu, como las antiguas provincias de Pacajes, Carangas, Lupacas, etc. Sobre los nombres jilaqata y mallku, hoy existe una especie de confusión en muchas comunidades, por el desprestigio colonial y por esas ambivalencias del significado metafórico de las palabras. El primero administra la comunidad, y por el respeto que le tienen a su investidura lo llaman también mallku, pero sólo en la comunidad. En cambio, al segundo nunca le dirán jilaqata. El uso de dichas palabras depende del
  • 89. 89 contexto; en las exhaciendas se pierde el sentido del jilaqata, mientras que en las comunidades se mantiene. Los requisitos para asumir el mando de mallku son: tiene que haber sido antes jilaqata de su comunidad, tener el turno aprobado por su ayllu y debe tener pareja; con todo esto es propuesto al cabildo (ulaqa) que otorga la aprobación. Esto cuando a la comunidad le toca el turno para asumir la autoridad jurisdiccional, por lo que todos los miembros de la comunidad y la marka conocen las reglas claras para tal función. Se asume el cargo por el prestigio de su comunidad y para servir a la jurisdicción, y acceder a éste es un honor; es el cargo más importante de la comarca. Ser mallku significa gobernar la jurisdicción, compuesta por las comunidades a través de sus mandantes. Cada uno de éstos controla el bienestar de su comunidad, y el mallku trabaja con ellos. Pero el gobierno de estas autoridades originarias hoy está interferido, a veces superpuesto, por los sindicatos en muchos lugares. También ocurre que en otras
  • 90. 90 regiones, cualquier autoridad quiere llamarse mallku, y han distorsionado ese término. Eso ha sucedido desde 1939 hasta hoy. La organización de autoridades originarias casi fue reemplazada por el sindicalismo, que se extendió con la Revolución del 52. El sindicato fue un instrumento político del partido gobernante, y luego estuvo en manos de los pactos militares. Fue Jenaro Flores Santos, en 1979, quien lo liberó para convertirlo en la Confederación Sindical Única de Trabajadores Campesinos de Bolivia (CSUTCB). Luego surgió la federación y después la Confederación de Mujeres Campesinas Bartolina Sisa. Sin embargo, la mayor toma de conciencia andina es el surgimiento del Consejo Nacional de Ayllus y Markas del Qullasuyu (Conamaq) en los últimos tiempos. Todo hace prever que, en el futuro, la organización política andina será ecléctica. La Razón: 08 de noviembre de 2011
  • 91. 91 Rebelión collavina de 1780 Los dos hechos que marcarían para siempre la historia de América se dieron en el Kullasuyu. Los hechos más grandiosos de Sudamérica son las rebeliones de 1780 y 1781. Nada más excelso y glorioso en la historia de la humanidad que la búsqueda de la libertad a ultranza. En occidente ya Hobbes había anunciado en 1651: ‚Homo homini lupus‛, (El hombre es lobo del hombre), porque unos tenían que someter a los otros para imponerse y apoderarse de sus bienes. Pero la visión de los indígenas era al revés. Mientras los europeos andaban buscando descubrir y someter a otros pueblos, en los Andes se buscaba el vivir en armonía con el otro.
  • 92. 92Los dos hechos que marcarían para siempre la historia de América se dieron en el Kullasuyu: las dos rebeliones de 1780 y 1781. La una, dirigida por Tupak Amaru II; y la otra, por Tupak Katari. El primero nació en 1740, en Tinta; y el segundo, en 1750, en Ayo Ayo. Junto con ellos lucharon sus esposas: Micaela Bastidas y Bartolina Sisa, respectivamente. Después de la invasión española, estas tierras del incario se dividieron en dos: el Bajo y el Alto Perú. En principio, ambos pertenecían al virreinato de Lima, y luego el Alto Perú pasó al virreinato de Buenos Aires. Si bien en esa entonces la circulación de la información era compleja, las ferias llegaron a ser excelentes medios de comunicación para la adquisición de consciencia de la realidad sociopolítica en el mundo andino. Tanto Tupak Amaru como Tupak Katari frecuentaban estos lugares pues se dedicaban a actividades comerciales. El primero era un prominente arriero de Cusco a Potosí; y el segundo, comerciante de coca. Las ferias —que eran semanales, anuales,
  • 93. 93 pequeñas y grandes— se constituyeron en los mecanismos de circulación de las ideas de la rebelión. El uno organizó una gran sublevación en el Bajo Perú, y puso en serios aprietos a la autoridad del Cusco; el otro llegó a cercar La Paz. El uno, por su roce colonial, quiso arreglar las injusticias dentro del régimen; mientras que el otro, sin el roce español, buscó la solución saliéndose del sistema. Por su parte, los españoles, fuertemente armados, mantuvieron siempre su decisión de someter y explotar a los indios; mientras los collavinos estaban decididos a encontrar la libertad. Al final, los dos rebeldes perdieron por causa de los traidores y la falta de armas; lo mismo sucedió con sus aliados. Ambos murieron descuartizados, sin embargo, Tupak Katari, sin perder su visión política, anunció: ‚Volveré y seré millones‛. Además, desde aquella heroica hazaña, no se les volvió a prohibir el uso de indumentaria española ni el empleo del idioma español a los indios, porque, según los mismos opresores, esas diferencias recordaban y alimentaban las rebeliones.
  • 94. 94 Por cierto, dichas rebeliones dieron nacimiento a una nueva conciencia política, y se convirtieron en hitos de la revolución en América. De estos dos hechos nació la idea de la emancipación. Como muchos criollos habían sido y eran discriminados por sus propios padres (recuérdese por ejemplo la guerra de vicuñas y vascongados en Potosí en 1624) algunos se sumaron a Tupak Amaru, pero después ellos fueron quienes tomaron las banderas de la emancipación. Tan sólo a ocho años de la proeza indígena, en Europa se produjo La Revolución Francesa de 1789, que guillotinaría al Rey Luis XVI. Apenas cuatro décadas después, en América se extendería el incendio libertario: en menos de medio siglo, todos los países logran su independencia. Lástima que en esta liberación escamotearon astutamente a los indios americanos, y para desgracia de los nuevos Estados, quedaron aislados ideológicamente los criollos de los indios. La Razón: 22 de noviembre de 2011
  • 95. 95 V EQUIDAD DE GÉNERO
  • 96. 96
  • 97. 97 Equidad de género indígena En las comunidades aymaras, ninguna autoridad comunal puede asumir el mando solo, ni sola Hoy se dice que el hombre aymara es machista. El tema a estas alturas es complicado. Quizá Frantz Fanon aclare: ‚Frente al ocupante, el ocupado aprende a esconderse, a ser astuto‛. Esto puede iluminar la búsqueda del camino perdido. En las culturas andinas, la mujer tuvo su lugar preferente en el orden político y social; sin embargo, después de la invasión española han cambiado muchas cosas. Una de ellas es el surgimiento del machismo indígena. En la cultura aymara, donde todo parece dual, se pueden ver varias muestras de contraposición- complementariedad (y esto no hace más que insinuar una búsqueda de equidad de género). Muestras de estas relaciones son la tensión entre el bien y el mal, la
  • 98. 98 disposición de objetos en la ramada del matrimonio, y otros en la ritualidad, la política, la música y los calendarios. El bien y el mal son inseparables para el indígena. No puede existir el uno sin el otro. En la simbolización aymara la mujer simboliza el bien y el hombre el mal. Federico Aguiló, en 1980, afirma: ‚Lo uno hologr{fico = femenino-benigno = Pacha Mama. Lo múltiple diverso= Masculino-maligno = apus, mallkus‛. Es decir: el hombre es la razón y la mujer, el corazón. Al respecto, hay un proverbio aymara que dice: Jani p’iqi amuyu armasa, chuymana thakhipa sarañäni (Sin olvidar la razón vayamos por el sendero del corazón). En áreas rurales, para el matrimonio se hace la ramada, una especie de altar ritual del amor. Se lo adorna con plantas y productos que simbolizan armonía y eternidad, pero todo esto se ubica siempre en pares. La mujer preside la marcha nupcial, ya sea para ir a bailar o recibir el ayni; aunque hoy, en las ciudades y en varios lugares del campo, ya lo preside el hombre.
  • 99. 99En la ritualidad, los andinos son en esencia politeístas. Tienen varios dioses y creen en el equilibrio de la diosa del bien y los dioses del mal. Parece un dualismo de la Pacha Mama y los Wak’a Achachilas; sin embargo, estos dos son considerados una sola realidad. En la política está remarcado el matriarcado en los pueblos andinos. Hoy mismo, en las comunidades aymaras, ninguna autoridad comunal puede asumir el mando solo, ni sola. El jilaqata o el mallku asume el mando siempre con su mujer: mujer y hombre es la autoridad porque el mayor bien es la unidad de la pareja. En el espacio-tiempo también se formula de la misma manera: la oposición arriba y abajo proviene de la concepción de equidad de género, oposición que también se encuentra en la música, las danzas y el calendario andino. En la cosmovisión andina, prevalece el trato global y equitativo de la mujer y el hombre.
  • 100. 100Varios investigadores como Ellefsen, Rostworowski, Hernández Astete y otros, no encontraron evidencias de machismo en las antiguas culturas andinas. Al contrario, ellos ven una perfecta complementariedad, que existía un ejercicio dual en el poder incaico, y que la mujer no se encontraba en una situación inferior al hombre. El actual machismo aymara no es más que un producto del colonialismo. Ante la invasión, los indígenas, como todo hombre, tuvieron que salvaguardar a sus mujeres y en ello aprendieron el machismo. Endilgar de machista al aymara es leer una sola cara de la moneda, es una ligereza, es olvidar lo bueno y recordar lo feo de un asunto complicado por cuestiones coloniales, pero también es no poder concebir el dualismo. El machismo no es algo propio del mundo andino, tanto en el análisis cultural y lingüístico hay evidencias de que las culturas andinas carecían de dicho fenómeno. La Razón: 13 de marzo de 2012
  • 101. 101 Equidad en la lengua aymara Para un aymara, jiwasa se refiere a ‘tú’ y ‘yo’, a dos personas convertidas en una sola. Muchos se preguntan, ¿qué es el jiwasa? ¿Es singular o es plural? Son ambos, son dos en uno. Para un aymara, jiwasa se refiere a ‚tú‛ y ‚yo‛, dos personas convertidas en una sola; es decir la unicidad de la pareja humana, una unidad con su par opuesto. Adem{s es plural, es un ‚nosotros‛ incluyente. Como el resto, este léxico tiene dos niveles de significación: un nivel denotativo y otro connotativo. Desde el punto de vista denotativo, jiwasa (tú y yo) significa mujer y hombre, pero connotativamente puede ser una pareja de personas del mismo sexo o no. Por su carácter
  • 102. 102 plural, jiwasa también significa ‚nosotros m{s los otros‛, noción que incluye a todas las personas por más distintas que éstas sean. Por otro lado, la ausencia del género gramatical muestra la inexistencia de discriminación de sexos en el mundo andino. Cuando en español se refiere a la tercera persona singular se dice ‚él‛ o ‚ella‛, en aymara simplemente se dice ‚jupa‛. Cabe aclarar que esta expresión no siempre indica género, y que no hay que confundir esta categoría con sexo. Es como una moneda con dos caras, a veces indican sexo, y otras veces no; es una ambivalencia comprensible. A tiempo de hablar y de escribir en castellano, los andinos tienen varias dificultades fonológicas y gramaticales por las diferencias estructurales entre esa lengua y el aymara o el quechua. Una de estas dificultades es la inmediata distinción del género cuando se habla en español. Muchas personas de extracción andina tienen problemas de incorrección en género gramatical cuando se expresan espontáneamente en castellano. No es casual oír expresiones como: ‚la programa‛ o ‚una tema‛, ello
  • 103. 103 debido a la inexistencia del género gramatical en las lenguas andinas. En este sentido, para hablar correctamente y evitar recibir muecas peyorativas de censura, resulta necesario reflexionar sobre el género gramatical del castellano. Por cierto, en estos tiempos posmodernos, el género gramatical puede resultar una ventaja para algunos y una desventaja para otros. Varios conceptos actuales como horizontalidad, alteridad y equidad de género, entre otros, contradicen a ciertas lenguas que marcan con preferencia el género gramatical. Para ser preciso, en el castellano, los géneros masculino, femenino y neutro son esenciales para el sentido de las frases y palabras. ¿Cómo nos referimos a un grupo de personas compuesto por un hombre y 100 mujeres? ¿Decimos ellas o ellos? Ellos, pues en la gramática castellana lo masculino tiene supremacía sobre lo femenino. Sin embargo, hoy se ha desatado una polémica al respecto, y el Ministerio de Asuntos Sociales de España está buscando enmendar el sexismo en el español.
  • 104. 104 Las acciones del neo-machismo andino son producto del colonialismo. Algunos entienden otros puntos de vista; pero otros continúan manifestando una actitud absolutista. Si bien las culturas andinas no eran perfectas, por lo menos eran las mejor concebidas y naturales, al ser producto de la experiencia de la vida. Los occidentales más lúcidos lo reconocen, por ejemplo, Alvin Toffler, quien señala: ‚Las estrategias de desarrollo del mañana no vendrán de Washington, Moscú, París ni Ginebra, sino de África, Asia y Latinoamérica. Serán indígenas, adecuadas a las necesidades locales. No cargarán el acento en la economía, a costa de la ecología, la cultura, la religión o la estructura familiar y las dimensiones psicológicas de la existencia‛. La Razón: 03 de julio de 2012
  • 105. 105 Opresión y equidad de género Si la mujer actúa igual que el hombre, eso sería erosionar y corroer el paradigma de equidad de género El colonialismo hace su contra-fuerza a la hora de las iniciativas del cambio. Uno debe ser muy cuidadoso en el inicio y en el camino de su nueva vida, porque aquél, si se pretende salir de él, le hará constantes zancadillas. Sobre todo son presa fácil, en este forcejeo, los que recién incursionan en la política. Las personas dominadas desde hace mucho tiempo o los que habiendo sido de otra cultura, que por la fuerza de la política cultural de su país tienen que
  • 106. 106 adoptar una nueva cultura, están próximos a caer en esa trampa. Tales son los casos del indígena y la mujer. El desconocimiento de la política indígena, para muchos no indígenas, les ha resultado un traspié en su paso por la historia del país. Por su parte, cuando un indígena hace política, lo hace bien cuando refleja su ideología cultural y se rige por ella, pero si luego sigue ideologías extrañas y ajenas, lo hará siempre de forma contradictoria. En realidad es el enfrentamiento de dos sistemas de pensamientos opuestos que se vuelven un enredo, precisamente por no saber conjugarlos bien y sobre todo por falta de tino y dominio de ambas realidades; para muchos es difícil sincronizarlos en sus iniciativas políticas. Por eso un político no indígena de algunas regiones del mundo andino casi siempre se aplazará cuando quiere gobernar el país bajo una visión andina; y un indígena siempre fracasará si quiere gobernar la nación con el pensamiento ajeno, aunque la ley de la excepción también juega su parte.
  • 107. 107 Hoy rige la era de la equidad de género. En realidad, dicho paradigma está ya aquí; no es casual que en los distintos concursos de matemáticas siempre ganen las chicas. Tampoco es fortuito que en Chile, Argentina y Brasil hayan llegado mujeres a la primera magistratura, y en Perú faltó poco. ‚El mundo est{ escogiendo ser mujer‛, dice P{niker. Pero si la mujer hace méritos hasta conseguir el adjetivo de: ‚la dama de hierro‛, no le hace favor a la equidad de género. Mejor dicho, si la mujer actúa igual que el hombre, demostrando verticalismo, racionalidad mecánica, rivalidad, etc., será una caricatura del hombre. Eso sería erosionar y corroer muy pronto el paradigma de equidad de género, debido a las imitaciones caricaturescas al hombre con sus dos guerras mundiales, sus bombas atómicas y la destrucción del planeta en nombre de la civilización. Si es que no se está seguro de nada, habría que trabajar pronto para entender la naturaleza de la mujer y de la nueva cultura. Aquello de imitar al hombre permitiría el surgimiento de nuevas hipótesis o tesis en contra del paradigma de equidad de género, luego lloverían
  • 108. 108 las verificaciones y confirmaciones, con lo que pronto se disiparía dicho modelo. En esta era debe reinar el amor antes que el odio, la mujer debe reflejar su pensamiento, su manera de ser, que en realidad es distinta a la del hombre, que hasta ahora se la ha tenido rezagada, en un segundo plano y oculta. De ahí aquello de ‚detr{s de un gran hombre, una gran mujer‛, fue corregido por doña Lidia Katari en la prensa: ‚¡No< al lado del hombre!‛. Ella estaba expresando el sentir y la visión aymara de la equidad de género. Para concluir, cabe mencionar una cita de Pániker: ‚como reza un antiguo texto chino, habiendo llegado a su clímax, el yang se retira en favor del yin‛. Tanto el hombre como la mujer deben entender esto y deben cooperar para cumplir su turno. Así como la mujer estuvo esperando tanto tiempo que el hombre cumpla su oportunidad, ahora él debe dejar que las mujeres asuman su manera de ser y obren. La Razón: 27 de marzo de 2012
  • 110. 110
  • 111. 111 La razón económica aymara La lógica que hace viable la organización socioeconómica andina es la reciprocidad. En los nuevos tiempos ha surgido el interés por entender las culturas indígenas. Sobre todo la crisis ecológica obligó a buscar e investigar nuevos conceptos económicos. La lógica de intercambio del capitalismo no trajo los cambios esperados en el mundo andino. Si bien hay investigadores que estudiaron los conceptos económicos andinos, no creyeron en ellos y, aunque intentaron aplicarlos, su intención quedó en discurso, por lo que no cambió nada y fracasaron. Algunos científicos sociales se preguntan: ‚¿Por qué tantos planes, programas institucionales y buenas intenciones no han logrado tener continuidad en el
  • 112. 112 campo? ¿Por qué empiezan a nacer fuertes movimientos de reivindicación de los pueblos indígenas a nivel mundial?‛. La lógica en los andes es de aliados y contrarios. Toda acción humana está guiada por una hipótesis de racionalidad; nadie hace nada gratuitamente en los andes. Los ayllus se dividen en dos parcialidades: la de arriba y la de abajo. Este espacio tiene un lugar de encuentro: el centro, el taypi. Esta estructura (mujer y hombre) se reproduce en otros niveles. El matrimonio tiene un papel importante en la forma de intercambio andina cuando se realiza entre jóvenes de distinta parcialidad. El matrimonio significa que la muchacha pasa a pertenecer a la familia del joven y viceversa; es decir, cada uno pasa a ser parte de la otra parcialidad. Así se crea, entre ambas parcialidades, una unidad superior. Esta estructura se llama complementariedad-antagónica. La identidad superior que se crea por el matrimonio resulta en un equilibrio entre dos comunidades distintas, así se da un equilibrio entre fuerzas
  • 113. 113 antagónicas y mandan las fuerzas de la complementariedad. La lógica que hace viable la organización socioeconómica andina es el dar o el don. Esto se llama reciprocidad, es una especie de solidaridad mutua. Una manera constante y espontánea en que ésta se manifiesta son todos los acontecimientos sociales donde se produce el ayni. El ayni se da cuando el otro lo necesita. El dar es tan importante que muchos buscan dar más y más; hasta lograron acuñar el siguiente principio: ‚cuanto m{s das, m{s eres‛ (Dominique Temple). La personalidad está cifrada en saber dar y, por supuesto, esto implica ganar prestigio. La fiesta es el mejor momento de retribución. Se trabaja mucho para garantizar la fiesta, en ella se gasta todo e incluso se sale debiendo. A una persona de otra cultura esto le parecer{ una locura y dir{: ‚¿Cómo es posible que se actúe tan absurdamente de manera tan antieconómica?‛ Es que para el aymara-quechua el
  • 114. 114 ‚crecer‛, que es el ser jaqi, significa demostrar la capacidad de dar y generar valores espirituales. No sólo las fiestas son centros de acción recíproca, sino también las ferias, sean éstas semanales o anuales. Las ferias en el mundo andino son, en general, un excelente sistema de comunicación y movimiento económico. Además de ser un espacio de interrelación cultural es el lugar apropiado para generar otro tipo de actividades como el intercambio de ideas culturales y políticas. Se puede concluir que la reciprocidad es opuesta al intercambio capitalista. El que da recibirá homenaje y logrará prestigio, por eso debe trabajar más y mantener el prestigio. Y el que recibe también hará lo mismo para devolverlo en su oportunidad, porque sólo un sinvergüenza no devuelve el ayni, este dar y recibir genera el prestigio, el poder político y obliga a la reciprocidad. La Razón: 03 de enero de 2012
  • 115. 115 Costumbres socioeconómicas El trato no es vertical, sino horizontal, no existe un patrón o un jefe, sino un compañero de trabajo. En una novela escrita en aymara, una familia va al campo a escarbar papas. Mientras realizan esa faena, los nietos, que a su vez son residentes en la ciudad y algunos estudiantes universitarios, van preguntando a los abuelos y tíos sobre una serie de temas. ¿Qué es la sataqa?, preguntaba la joven; ¿qué es el ayni?, interrogaba el joven; ¿qué es la mink’a?, ¿qué es waki?, preguntaban los otros. Hoy, el afán de saber de estos jóvenes sobre su cultura materna es evidente. Antes, los conocimientos del campo eran tomados de forma peyorativa y eran soslayados como algo sin importancia. Sin embargo, actualmente estos hechos
  • 116. 116 son motivo de reflexión. Por eso aquí se presenta un ensayo de explicación didáctica de los mismos, para completar la comprensión de la lógica económica de la reciprocidad. Este es un panorama general de las instituciones o entidades económicas, algunas son prácticas agrícolas y otras son instituciones más bien de corte social o cultural. Las unas corren serios riesgos de desaparición, las otras son muestras de solidaridad de prácticas socio-económicas aymaras aún vigentes. Estas instituciones económicas aymaras son: sataqa, ispalla, tawaylla y umaraqa. En profundidad tenemos: ayni, mink’a, jayma y waki. Sataqa es el acto de dar tierra al que no la tiene con el fin de ayudarlo en la siembra. Ispalla es el escarbe de papa con fiesta; por el ayni, aquellos que iban a recoger papa se les daba una recompensa razonable en especies por su ayuda. Tawaylla es el desgrane de la quinua y la qañawa, se realiza con cantos y bailes durante las tardes. Umaraqa es otra de las prácticas de ayni en la labor de roturación de la tierra. El dueño
  • 117. 117 convocaba a sus vecinos por medio de una humareda. Hasta hace poco, esta práctica aún existía en la provincia de Aroma. Las actividades propias de la sociedad comunitaria son: ayni, mink’a, jayma y waki. Ayni (reciprocidad) es el acto de dar al otro en la necesidad, y cuando el otro también necesita se le devuelve el ayni. En esta pr{ctica, ‚cuanto m{s das, m{s eres‛, allí reside su poder. Es algo así como: ‚Hoy por ti, mañana por mí‛, y sólo un sinvergüenza no devuelve el ayni. Cuanto más ayni se tiene, más fácil se hace el trabajo. Para recibir, antes se tiene que haber dado el ayni. Mink’a es un contrato de trabajo: se paga en especie; hoy en día, en dinero. El trato no es vertical, sino horizontal, no existe un patrón o un jefe, sino un compañero de trabajo para realizar la obra, muchas veces en forma conjunta. Jayma es un trabajo comunitario, realizado de manera festiva, por parte de todos los miembros de la comunidad en beneficio propio. Es algo así como todos para todos, pero en son de fiesta y es la mejor muestra de lo comunitario. Waki
  • 118. 118 es un convenio al momento de partir, es una de las instituciones económicas perfectas de la reciprocidad aymara; quiere decir complementariedad, algo así como: ‚Yo pongo el terreno y tú la semilla‛. Es muy probable que en otras regiones estas mismas instituciones económicas tengan otros nombres. Sin embargo, el fondo será el mismo o sufrirá alguna variación. Esto se debe a la diversidad que es su ley natural de concepción y visión del mundo. Bajo su lógica trivalente, los pueblos andinos han sostenido el difícil arte de complementar o innovar entre lo propio y lo ajeno, entre el viejo sistema y el nuevo. Fue una tarea realmente difícil, fueron necesarios unos 50 años del siglo XVI para comprender este sistema. Luego, por siglos lucharon por expulsar a los españoles, y al no conseguirlo, optaron por un nuevo sistema económico: el ecléctico, les costó otros 50 años del siglo XX el aplicarlo. La Razón: 14 de febrero de 2012