LA PARÁBOLA DEL HIJO PRÓDIGO: CLAVES PARA LA REFLEXIÓN.pptx
Liturgia Semana Santa 2011
1. PARRO
OQUIA SANTA
A MARIA DEL BOSQUE SEMAN
NA SANTA 20
011
PROOGRAMACION DE LA SEM MANA SANTA
ABRIL 17 DOMINGO O DE RAMOS
Processión: inicia a la
as 9:00 A.M e en cada secto
or.
9:45 A.M Bendición n de Ramos, e en la fuente del templo, pr roclamación ddel Santo Evangelio y
bendicción de los ram mos para ir all templo.
Eucaris
stías: 10 A.M y 6:30 P.M
ABRIL 18 LUNE SAN NTO, ABRIL 19 9 MARTES SA ANTO, ABRIL 2 20 MIERCOLE ES SANTO
Eucaris
stía: 7:00 A.MM
Pascuaa Infantil 10:000 A.M templo o
Viacruccis: 6:00 P.M
Eucaris
stía: 6:30 P.MM
Pascuaa juvenil 7:30 P.M templo
ABRIL 21 JUVES SAN NTO
9:00 A.M Eucaristía para enferm mos
4:00 P..M Lavatorio de los Pies
Processión al Santo M Monumento
8:30 P..M Arresto de e Jesús (Respo onsable P. Juv
venil) Personajes: Jesús, 44 soldados, Judas y
Apóstooles.
Santa: 9:00 P.M
Hora S
Turnoss Adoración Eucarística
6:00 P..M a 6:30 Mensaje eros
6:30 P..M a 7:00 Pastoral Social
7:00 P..M a 7:30 Pastoral Familiar
7:30 P..M a 8:00 Ministros
8:00 P..M a 8:30 Zona siette
8:30 P..M a 9:00 Arresto dde Jesús (Responsable Pas storal Juvenil)
)
9:00 P..M a 10:00 Hora San nta
10:00 PP.M a 10:30 Zona Trees
10:30 PP.M a 11:00 Zona 4
11:00 PP.M a 12:00 Libre
ABRIL 22 VIERNES S SANTO
8:00 A.M Santo Viac crucis. Salida del Templo PParroquial
3:00 P..M Celebració ón Litúrgica CConmemoración Pasión y M Muerte de nu uestro Señor J
Jesucristo.
Adoracción de la San nta Cruz
6:00 P..M Sermón de e las Siete Palabras:
Desenc clavamiento. Bajada al San nto Sepulcro, y Procesión.
2. PARRO A MARIA DEL BOSQUE
OQUIA SANTA SEMANA SANTA 2011
N 0
ABRIL 23 SABADO S SANTO
6:00 P..M. Acto Mar riano
9:00 P..M Vigilia Passcual
Bendicción del fuego o
Processión
Liturgia
a de la palabrra
Liturgia
a Bautismal
3. PARRO
OQUIA SANTA
A MARIA DEL BOSQUE SEMAN
NA SANTA 20
011
EL SIGNIFICADO
O DE LA SEMA
ANA SANTA
¡¡¡Estamos próximo a vivir los momentos más intenso y significat
os s os tivos de nuestro calendario
litúrgicco: la Semana a Santa!!!...
Ha ter rminado la cuaresma, el tiempo de conversión interior y de penitencia, ha llegado el
c e ,
momento de conm memorar la p pasión, muer y resurrección de Cris
rte sto. Después de la entra
s ada
triunfaal en Jerusalén n, ahora nos t toca asistir a la institución
n de la Eucaris stía, orar junt
to al Señor enn el
Huerto o de los Olivos s, acompañar rle por el dolo
oroso camino o que termina a en la Cruz y sentir la aleg
gría
de ser salvados por su Resurrecc ción.
Durant te la Semana Santa, las na arraciones de e la pasión reenuevan los a acontecimientos de aquellos
días; lo hechos do
os olorosos podr rían mover nnuestros sent timientos y h
hacernos olvid que lo m
dar más
import tante es buscar aumentar nuestra fe y d devoción en e el Hijo de Dioos. La Liturgia dedica espec cial
atenció a esta semana, a la q también se le ha denominado "S
ón que Semana May yor" o "Semaana
Grande e", por la impportancia que e tiene para loos cristianos el celebrar el misterio de la redención de
Cristo, quien por su u infinita miseericordia y ammor al hombre e, decide libre emente toma ar nuestro lug gar
y recibir el castigo mmerecido por nuestros pec cados.
Para es sta celebracióón, la Iglesia invita a todoos los fieles al recogimient to interior, haaciendo un alto
en las labores cotid dianas para co ontemplar de etenidamente e el misterio pascual, no c con una actittud
pasiva, , sino con el c
corazón dispu uesto a volver r a Dios, con eel ánimo de lograr un verd dadero dolor de
nuestros pecados y un sincero propósito d enmienda para corres
y o de sponder a toodas las gracias
obtenidas por Jesuc cristo.
Para lo cristianos la Semana S
os Santa no es el recuerdo de un hecho histórico cu
o ualquiera, es la
contem mplación del amor de Dios que perm el sacrifi
mite icio de su Hi el dolor de ver a Jes
ijo, sús
crucificcado, la esper ranza de ver a a Cristo que vvuelve a la vidda y el júbilo de su Resurre ección.
En los inicios de la cristiandad ya se acostumbraba la visita de l santos lu
l d a los ugares. Ante la
imposibilidad que tiene la may yoría de los fieles para hacer esta pperegrinación cobra may
n, yor
import tancia la participación en la liturgia para aument la espera
n tar anza de salvaación en Cris
sto
resucit tado.
Tomado del libro Seman Santa 201 del Semin
na 10 nario Mayor A
Arquidiocesa
ano
4. PARRO
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DOMIN
NGO DE RAMO
OS EN LA PAS
SIÓN DEL SEÑ
ÑOR
PROCESIÓ
ÓN DE LOS RA
AMOS
“Recorrdamos la alegría y la fiest ta que el pueblo sencillo o
organizó cuan ndo Jesús entró en Jerusalé én,
reconoociendo en Él al Mesías esp perado”.
La Sem
mana Santa comienza con el Domingo de Ramos. Jesús, “llega la hora” decide partir a
c n o ada r
Jerusallén. Él se pr
resenta como lo anunciar los profe
o ron etas: “Aquí v
viene tu Rey, Él es Santo y
, o
Victorioso, humilde y va monta sobre un burro”… Es el Rey de p y justicia prometido p
e ado n paz por
Zacaría
as (9, 9‐10). A Así, montado en un burro, Jesús hace su entrada como la del Siervo que cami ina
hacia la muerte y la del Señor que va a s glorificad precisame
r ser do, ente por est los ministr
to ros
consaggrados se revi isten de color
r rojo.
¿Es ent una fiesta de triunfo, o es, por el contra
tonces esta u ario, una derr
rota? Lo que celebraremos
s a
de hoy será un decisivo triu
partir d unfo de Cristo o sobre la mu uerte como co onsecuencia dde la derrota ddel
pecado o, recordándoonos a nosotrros los cristia
anos la promesa de vida e eterna, pero antes, pasanndo
por el c
camino de la Cruz.
Es imp
portante tene presente qu este domi
er ue ingo es parte de la Cuare
e esma (la Cuar
resma continnúa
hasta eel Jueves Santo en la mañana), y en él l se sintetiza t
toda la dinámmica del Miste erio Pascual. La
Pasión y Muerte en el Evangelio y la Resurrección que se si imboliza en la
a entrada triuunfal del Seño
or.
VANGELIO
EV
+ Lectu
ura del Santo Evangelio seg
gún San Mate
eo 21, 1‐11
Cuando o se acercaro on a Jerusalén y llegaron a a Betfage, enn el Monte de e los Olivos, mandó Jesús s a
sus dis
scípulos diciénndoles: “Diríjanse al pueblo que está al frente. En s seguida encon ntrarán un assna
amarraada y un burr rito. Suéltenla
a y tráiganme elos. Y si alguien les dice aalguien, dígan nle que el Señ
ñor
los nec
cesita y que e enseguida los s va a devolve er” . Esto sucedió para que se cumpliera lo anunciado
por me feta: “Díganle a la ciudad de Sión: Mir a tu rey que viene a ti humildemen
edio del Prof e ra nte
montado en un asna, y en la cría a de un anima al del carga.”
Los dis
scípulos se dirigieron allá e hicieron c
como Jesús le había orde
es enado: llevar el asna y el
ron y
burrito
o, les pusieron encima las capas, y Jesú ús se montó. La gran muchhedumbre reunida alfomb bró
el camino con sus capas; mientra as que otros l lo alfombrabaan con ramass cortadas de los árboles.
Y la ge
ente que iba d
delante y det trás gritaba:”¡Hosanna al hijo de David d!¡Bienvenido
o en el nombbre
del Señ
ñor! ¡Hosann en el cielo Cuando e
na o!”. entró Jesús a Jerusalén, h
a hubo conmoc
ción en toda la
ciudad y decían: “¿Q
Quién será es ste?”
5. PARRO
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uchedumbre decía: “Este e
Y la mu es el profeta J
Jesús, de Naz
zareth de Gali
ilea.”
Palabra
a del Señor.
PRIM
MERA LECTURA
A
Lectura
a del Libro de
e Isaías 50, 4‐7
7
El Seño me ha dad labios per
or do rsuasivos par saber decir una palabra de aliento a los cansados.
ra r a
Cada mmañana pone alerta mi oíddo para que escuche dócilm
mente.
or me abrió el oído, y yo no he opuesto
El Seño o resistencia n
ni me he vuelt
to atrás.
He dejado que me aazoten la esppalda y me arr
ranquen la baarba. No he e
escondido el r rostro a los q
que
me insultaban y esc
cupían. El Señ
ñor es quien m
me ayuda. Po or eso no me rindo a los in
nsultos. Por e
eso
me maantengo firmee como roca, y estoy segurro de que él n
nunca me deffraudará.
Palabra
a de Dios.
Salmo Responsorial 22 (21)
Dios m
mío, Dios mío ¿por qué me has abando
onado?
me se burlan de mí,
Al verm
hacen visajes, mene ean la cabeza:
“Acudió al Señor, qu ue lo ponga aa salvo;
que lo libre si tanto lo quiere”. R
R
Me acoorrala una jauuría de mastin nes,
Me cerrca una banda a de malhech hores;
Me taladran las manos y los pies s,
Puedo contar mis huesos. R
Se repa
arten mi ropa a,
echan a suerte mi túnica.
Pero tú
ú, Señor, no tte quedes lejoos;
Fuerza mía, ven cor rriendo a ayud darme. R
Contarré tu fama a mmis hermanos s,
en meddio de la Asam mblea te alabbaré.
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Fieles d
del Señor, aláábenlo;
Linaje de Jacob, glorifícalo;
Témelo o, linaje de Israel. R
SEGUNDA LECTUR RA
Lectura a de la Carta del Apóstol S San Pablo a lo os Filipenses 2, 6‐11
Cristo Jesús, siendo de condició divina, no se aferró a su igualdad con Dios; a contrario, se
o ón o a al
anonad dó a sí mismo o y tomó la coondición de esclavo.
Hombr re igual a todo apariencias de un hombre cualquiera.
os y con las a
Se hum milló haciénddose obedien hasta la muerte, y una muerte de cruz. Por eso Dios lo
nte
encum mbró sobre to odos y le conc cedió el nombre que sobr repasa todo n nombre; de m modo que al oir
ese no ombre, toda rodilla se dob ble en el cieloo, en la tierra
a y en el infie
erno, y toda b boca reconozca,
para gl loria de Dios Padre, que Jeesucristo es el Señor.
Palabra a de Dios.
EV
VANGELIO
+ Pasióón de nuestro o Señor Jesucr risto según Saan Mateo 26 6, 14‐27
C. Uno de los apóstoles, llamado o Judas Iscariote, se fue a donde los sum mos sacerdot tes y les dijo:
S. ¿Qué é quieren dar rme? Y yo les entrego a Jesús.
C. Ellos le pagaron treinta monnedas de pla Y desde ese momento empezó é a buscar u
ata. él una
ocasión n propicia paara entregarloo.
C. El prrimer día de la fiesta del pan Ázimo, se acercaron a J Jesús los discípulos y le dij
jeron:
S. ¿Dón nde quieres q que te prepar remos la cena a pascual?
C. El les dijo:
+ Vaya a la ciudad a donde fu
an d, ulano, y díganle: El Maest manda decir: “Ya se a
tro acerca mi hora.
Quiero o celebrar la P
Pascua en tu c casa con mis discípulos
C. Los ddiscípulos hic
cieron como Jesús les había mandado y y prepararon la cena pascu ual.
C. Al attardecer se seentó a la messa con los doc ce discípulos y cuando est taban comien ndo le dijo:
+ Yo lees aseguro: uno de ustedes me va traicionar.
C. Elloss, muy tristes empezaron u uno por uno a a replicarse:
S. ¡No seré yo, Seño or!
C. Peroo él les responndió
+ Uno o que ha com mido del mism mo plato conm migo, es el quue me va a tr raicionar. El h
hijo del homb bre
sigue s su camino, co omo está con nsignado acer rca de él en la Escritura. Pero, ¡ay de aquel que va a a
traicionnar al Hijo de
el hombre! Más le valiera n no haber nac cido.
C. Judaas, el que lo e
estaba traicionnando, le rep plico:
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S. ¡No seré yo, Rabí!
C. Jesúús le respondió:
+ Tú mmismo lo has d dicho.
C. Cua ando estaba comiendo, t tomó Jesús pan, pronun nció sobre él la bendició lo partió y
ón, ó
reparti iéndoselo a lo os discípulos d dijo:
+ Tommen y coman: esto es mi cu uerpo.
C. Tommó luego una copa, dio gracias a Dios y s se la dio, dicie
endo:
+. Beba an todos de e ella. Porque eesto es mi sangre, la sangre de la alian nza, que será derramada p por
todos, para el perdón de los pec cados. Yo le aaseguro que d de ahora en aadelante no v volveré a beb ber
del fruto de la vid hasta el día en n que beba co on ustedes un n vino nuevo een el reino dee mi Padre.
C. Y ter rminado el ca anto de los sa almos, saliero
on para el Monte de los Oli ivos.
C. Ento onces le dijo J Jesús:
+ Esta a noche todos me van a f fallar. Pues dice la escritura: “heriré al l pastor y se dispersarán las
ovejas del rebaño”. Pero despué és que resucit te, me adelan ntaré a ustede
es para reunir rlos en Galilea
a.
C. Pedr ro tomó la pa alabra y dijo:
S. ¡Aun nque todos te e fallen, yo jam
más te fallaréé!
C. Jesúús le contestó:
+ Yo te e aseguro que e esta misma noche, antes s que cante el gallo, me ne egarás tres veces
C. Pedr ro insistió:
S. ¡Aun nque tenga qu ue morir cont tigo, no te neegaré!
C. Y otr ro tanto decía an los demás discípulos.
C. Ento onces se fue Jesús con los s discípulos a un lugar en el campo, qu ue se llama G Getsemaní, y les
dijo:
+ Siéntense aquí mientras yo vo oy allí a hacer
r oración.
C. Y se e llevó a Pedr ro y los hijos de Zebedeo, y empezó a sentir triste eza y angusti ia. Entonces les
dijo:
+ Mi a alma está trist te hasta morir. Quédense aquí y perma anezcan en veela conmigo
C. Y adelantándose un poco se p postró e hizo e esta oración:
+ Padr re mío, si es posible, ojalá á no tenga yo o que pasar e este trago ammargo. Sin em mbargo, que s sea
no com mo yo quiero sino como qu uieres tú
C. Lueg go volvió a do onde estaban los discípulos y los encontró durmiend do, y le dijo a Pedro:
+ ¿Así que no pudie eron perman necer en vela conmigo ni s siquiera una hora? Velen y oren para no
expone erse a la tenta ación. Aunqu ue haya buena a voluntad, laa naturaleza e
es débil.
C. Y po or segunda ve ez se retiró a o
orar. Decía:
+ Padre e mío, si no e es posible que e deje de pasa ar este trago amargo, hága ase tu voluntad.
C. Y al volver, otra vez los encon ntró durmien ndo, pues se c caían de sueñño. Y dejándo olos, se retiró
ó a
orar to odavía por ter rcera vez, reppitiendo las mmismas palabras. Entonces s volvió a donnde estaban los
discípu ulos y les dijo:
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+ ¿Tod davía durmien ndo y descansando? Miren: ya llega la hora en que e el hijo del h
hombre va a s ser
entregado en mano os de los peca adores. ¡Leván ntense, vámo onos! Ya llega el traidor.
C. Todavía estaba h hablando, cua ando llegó Judas, uno de los doce, aco ompañado de e un gran trop pel
de gen nte armada de e espadas y p palos, enviada a por los summos sacerdote es y los ancianos del pueb blo.
El traid
dor les había d dado la señal:
ombre a quien yo bese ese
S. El ho e es. Agárrenl lo.
C. Y acercándose en n seguida a Je esús, le dijo:
S. Buen nas noches, R Rabí.
C. Y lo besó. Jesús lee respondió:
+ ¡Amigo, adelante con tus plane es!
C. Ento
onces se acercaron, se ab balanzaron so obre Jesús y lo pusieron p
preso. Uno q estaba c
que con
Jesús eechó mano de su espada la sacó y de un golpe le cortó la oreja al sirvi
d a, iente del sum
mo
sacerdote.
Pero Jeesús le dijo:
+ Vuelv ve la espada a rque el que a hierro mata a hierro muere. ¿Piensas q
a su sitio. Por que si lo pidie
era
mi Pad él no pondría a mi disposición a hora mismo más de doce ejércitos de ángeles? Pe
dre, e e ero
entonc ces, ¿cómo se e cumplirían las escrituras que dicen qu ue así tiene qu ue suceder?
C. Lueggo le dijo Jesúús a la gente:
+ Vinie
eron con esp padas y palos a ponerme preso, como si fuera un bandido? D
s o n Diariamente m me
sentab ba en el templo a enseñar, y no me arre estaron.
C. Todo esto suced para que se cumpliera las Escritu
dió an uras de los p
profetas. Entoonces todos los
discípuulos huyeron dejándolo so olo.
C. Los que pusieron preso a Jes
n sús, lo llevaro a casa del sumo sacer
on rdote Caifás, donde estab ban
reunidos los escriba as y los ancian nos. Pedro lo seguía desde e lejos hasta e el patio del palacio del sum mo
sacerdote, y entrando se sentó c con los sirvien ntes para ver en qué parab ba aquello.
Los suumos sacerdo otes y todo el sanedrín buscaban alg gún falso tesstimonio con ntra Jesús paara
conden narlo a mue erte, pero a pesar de q que se prese entaron muc chos falsos ttestigos, no lo
encont traron.
Finalmente se prese entaron dos q que dijeron:
S. Este hombre afirm mó: “Soy capaz de destruir el santuario o de Dios y rec construirlo en n tres días.”
C. Entoonces se puso o de pie el summo sacerdote e y le pregunt tó:
S. ¿Nad da respondes s? ¿Qué hay d de cierto en lo o que dicen loos testigos co ontra ti?
C. Peroo Jesús seguía a callado. El sumo sacerdote le dijo:
S. En nombre del Di ios vivo yo ex xijo que nos declares si tú e eres el Mesías, el hijo de DDios.
C. Jesúús le respondió
mismo lo has dicho. Yo p mi parte les digo: en adelante van a ver al Hijo del homb
+ Tu m s por bre
sentad do a la derechha del Todopo oderoso y ven nir sobre las nnubes del cielo.
C. Entoonces el sumo o sacerdote se e desgarró las vestiduras d diciendo:
S. ¡Blassfemia! ¿Qué é necesidad te enemos ya de e testigos? ¡AAhí está! ¡Ust tedes mismos s acaban de oír
la blasffemia! ¿Qué les parece?
9. PARRO
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C. Elloss respondiero on:
S. ¡Merece la pena d de muerte!
C. Ento onces lo escu upieron en la cara y le die eron golpes y y otros le peggaron con var ras, mientrass le
decían:
S. ¡Mes sías, si eres pprofeta, adivinna quién fue e el que te golp peó!
C. Pedr ro estaba sen ntado fuera, e en el patio y sse le acercó una sirvienta y y le dijo:
S. Tú taambién andabas con Jesús s el Galileo.
C. Pedr ro lo negó delante de todo os diciendo:
S. No s sé de qué está ás hablando.
C. Y al salir él hacia la puerta, lo v vio otra sirvie
enta y dijo a lo os que estaba an allí:
S. Este andaba con J Jesús el de Na azaret.
C. Pero o el volvió a n negarlo y aun juró diciendo o:
S. ¡No conozco a ese hombre!
C. Poco o después se acercaron los s que estaban eron a Pedro:
n allí y le dije
S. Claro o que tú tamb bién eres de e esa gente, pu ues tu manera a de hablar tee traiciona.
C. Ento onces empezó ó a jurar y ren
negar:
S. ¡Ni ssiquiera conozco a ese hom mbre!
C. Y en seguida can un gallo. Pedro se ac
n ntó cordó de lo q le había dicho Jesús: que antes q
que que
cantara a el gallo, lo n
negaría tres v veces. Y salió de allí y lloró amargament te.
C. Cuando amaneci ió, reunidos ttodos los sum mos sacerdotes y los ancia anos del pueblo, tomaron n la
decisió ón de condenarlo a muerte e. Lo ataron, s se lo llevaron n y lo entregaron a Pilato, e el gobernado or.
C. Ento onces Judas, el traidor, a ver que Je
al esús había sido condenado, sintió re emordimiento y
o
devolv vió las treinta monedas de plata a los su umos sacerdo otes y a los an
ncianos dicién ndoles:
S. ¡Com metí un pecad do entregando a la muerte e un inocente e!
C. Elloss respondiero on:
S. ¡Qué é nos interesa a a nosotros? ? ¡Eso es culpa a tuya!
C. Juda tiró las monedas de p
as m santuario, salió de allí, fu y se ahor
plata en el s ue rcó. Los sum
mos
sacerdotes recogier ron la plata y dijeron:
S. No p podemos echar esta plata en el arca de las ofrendas, pues es dine ero pagado por la muerte de
un hom mbre.
C. Tom maron pues la decisión d comprar con ella el c
de campo del alfarero para enterrar a los
foraste eros. Por eso a ese campo o le dieron el nombre de C Campo de Sa angre, que tie ene hasta el d día
de hoy y. Se cumplió entonces lo q que había dic cho Dios por medio del pr rofeta Jeremía as: “Recogierron
las trei inta monedas de plata, el l precio que los israelitas le habían pu uesto, y con e ellas pagaron n el
campo o del alfarero, según me lo había ordena ado el Señor.”
C. Jesúús compareció ó ante el gobe ernador, y el gobernador le preguntó:
S. ¿Erees tú el rey de e los judíos?
C. Él dijo:
10. PARRO
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+ Tú mmismo lo dices s.
C. Y m
mientras los sumos sacerd
s dotes y los a
ancianos lo e
estuvieron ac cusando él nada respond dió.
Entonc ces le dijo Pila
ato:
S. ¿No oyes de cuán ntas cosas te acusan?
C. Pero o Jesús no le respondió ni una sola pala abra, de modo que el gobe ernador estab ba extrañado.
Era costumbre que cada Pascua el goberna
e ador dejara libre un preso, el que la gente quisiera.
Tenían n preso enton nces a un hombre famoso o llamado Jes sús Barrabás. Pilato reunió ó a la gente yy le
pregun ntó:
S. ¿A quién quieren que les deje libre: a Jesús s Barrabás o aa Jesús al que llaman “el M Mesías”
C. Él saabía que se lo o habían entr regado por envidia. Cuand do estaba Pila atos en el trib bunal, su mujer
le man ndo avisar:
S. Deja a en paz a ese e hombre inoc cente. Pues anoche tuve m muchas pesad dillas por caus sa de él.
C. Pero o los sumos sacerdotes y los ancianos c convencieron n a la gente de e que pidiera an la libertad de
Barrab bás y la conde ena de Jesús.
El gobe ernador les re espondió
S. ¿A cuál de los dos s quieren que e les deje libre e?
C. Elloss respondiero on
S. ¡A Ba arrabás!
C. Pilatto les pregunt tó:
S. ¿ Y qqué hago con Jesús al que llaman” el M Maestro”?
C. Todo os dijeron:
S. ¡Que e lo crucifique en!
C. Él les preguntó
S. ¿Y qué crimen ha a cometido?
C. Pero o ellos gritabaan con más fu uerza:
S. ¡Que e lo crucifique en!
C. Vien ndo Pilato que e eso de nada a servía y que e más bien se estaba formando un tumulto, pidió ag gua
y se lavvó las manos delante del p pueblo diciendo:
S. Yo no soy culpabl le de la muerte de este ho ombre. Allá ve erán ustedes.
C. Todo o el pueblo reespondió:
S. ¡Nos sotros y nuest tros hijos noss hacemos res sponsables de e su muerte!
C. Entoonces les dej libre a Barrabás, y ma
jó andó que des spués de azo otar a Jesús s lo llevaran a
se n
crucificcarlo.
C. Los soldados de gobernador llevaron a Jesús al pret
el torio y reunieron allí a to la tropa. Y
oda
despué de desves
és stirlo, le pusieron un ma anto rojo, tre
enzaron una corona de e espinas y se la
pusiero on en la cabe eza, y en la ma ano derecha le pusieron una caña. Y arrodillándose delante de él le
hicieroon la burla. Le e decían:
S. ¡Vivaa el rey de los s judíos!
C. Y de
espués de es scupirlo, tomaron la caña y se pusiero a pegarle en la cabeza Terminada la
on a.
burla, l le quitaron el l manto, le puusieron su rop pa y se lo llev
varon a crucificarlo.
11. PARRO
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C. Al saalir se encont traron con un n hombre de Cirene, llama ado Simón, y lo obligaron a cargar la cr ruz
de Jesú ús. Cuando llegaron al lug gar llamado G Gólgota. Es de ecir, Lugar de e la Calavera, , le dieron pa
ara
beber v vino mezclado con hiel. Él lo probó per ro no quiso toomárselo.
Despué és de crucificcarlo, se repartieron su ropa echándo ola a suerte y y se sentaron n allí para hac cer
guardia a. Sobre la ca abeza de Jesú ús pusieron p por escrito laa causa de su condena: “E Este es Jesús, , el
rey de los judíos.”
Con él crucificaron a a dos bandido os, uno a la derecha y otro o a la izquierdda.
C. Los q que pasaban lo injuriaban; sacudían la cabeza y decían:
S. ¿No ibas a destru uir el santuario y a reconst truirlo en tres días? ¡Sálvaate a ti mismo o, si eres el h
hijo
de Dios y bájate de la cruz!
C. Tammbién los sumos sacerdotes, los escribas s y los ancianos decían en son de burla:
S. A ot tros salvó, peero él mismo no puede salvarse. ¿No es s el rey de Israel? Que se b baje ahora de e la
cruz y creeremos en él. Puso su confianza en n Dios, pues q que lo libre aahora si tantoo lo quiere. ¿No
decía q que era el hijoo de Dios?
C. De ig gual manera lo injuriaban los bandidos que estaban crucificados con él.
C. Desd de el medio día se oscure eció toda la t tierra hasta laas tres de la tarde; y haci ia las tres dee la
tarde Jesús exclamó ó con voz potente:
+ Elí, E
Elí, lemá sabactani
C. Es decir:
+ Dios s mío, Dios mí ío, ¿Por qué m me abandona aste?
C. Algu unos de los qu ue se encontr raban allí, al o
oírlo, dijeron:
S. Este está llamand do a Elías.
C.Y en seguida uno de ellos tomó una esponj ja, la empapóó de vino ácid do, y poniénd dola en la pun nta
de una a caña, quería a darle de beb ber. Pero los ootros le dijeroon:
S. Espe era a ver si vie
ene Elías a sa alvarlo.
C. Ento onces Jesús la anzó de nuevo o un grito fueerte y exhaló el espíritu.
C. En e ese momento o el velo del templo se rasgo en dos, de e arriba abajoo, la tierra tembló, las peñ ñas
se resquebrajaron, se abrieron las tumbas y muchos cuerpos de santos que habían muer
n s rto
resucit taron. Y salid de sus tu
dos umbas, despu de la resurrección de Jesús entrar a la Ciud
ués ron dad
Santa y y se aparecier ron a muchos s.
El centturión, enton nces, y los qu estaban co él haciend guardia a Jesús, al ver el terremoto y
ue on do o
todo lo o que estaba sucediendo d dijeron aterrados:
S. ¡Verdaderamente e, este era Hij jo de Dios!
C. Hab también allí, mirando d lejos, muc
bía a de chas mujeres que habían acompañado a Jesús des
s o sde
Galilea a para servirlee. Entre ellas estaba María a Magdalena, María la ma adre de Santi iago y de José é y
la mad dre de los hijo os de Zebedeo o
C. Al at tardecer, un hombre rico, llamado José é, originario d
de Arimatea, que también se había hec cho
discípu ulo de Jesús fue a ver a Pilato para pedirle el cuerpo o de Jesús. En ntonces Pilato o mandó que se
12. PARRO
OQUIA SANTA
A MARIA DEL BOSQUE SEMAN
NA SANTA 20
011
lo entrregaran. José tomo el cue
é erpo, lo envoolvió en una sábana limp y lo coloc en su prop
pia có pio
sepulcro, un sepulcro nuevo que e había mand dado cavar en n la roca. Después hizo rod dar una enorm me
piedra a la entrada del sepulcro o y se fue. Y a allí estaba Ma aría Magdalena y la otra M María, sentad das
delante e del sepulcroo.
C. Al díía siguiente, yya terminada a la preparación para el sábado, se reun nieron los sumos sacerdot tes
y los fa
ariseos con Pilato y le dijer ron:
S. Señoor Gobernado or, nos hemos s acordado de que aquel e embustero dijo todavía es stando vivo q que
a los trres días resuccitaría. Orden na, pues, que e aseguren la tumba hasta a el tercer díaa, no vaya a s ser
que ve engan los disc cípulos de esse hombre, se e roben el cuuerpo y digan n al pueblo q que resucitó de
entre los muertos. A Así el último eengaño sería peor que el p primero.
C. Pilat
to les respond dió:
S. Ahí ttienen la gua ardia. Vayan y y aseguren la a tumba, poniendo un sell lo sobre la pi iedra y dejando
unos so oldados de gu uardia.
Palabra a del señor.
En los tres días Santos que siguen, se nos invita a que desde nuestra re
s a e ealidad, don nde
experimmentamos un na situación d de individuali ismo e Indifer rencia, sea el misterio sal lvador de Cris sto
el que nos ayude a ser una c
e comunidad s sensible a la fraternidad, con posibilidades de vi
, ivir
experieencias de cerc canía y serviccio al necesitaado.
LUNES SANTO
El lune al igual que los demá días de la semana, re
es, q ás a ecibe el califi anto, porque la
ficativo de sa
misericcordia de Dio se hace vis
os sible al homb con más intensidad. Con la celeb
bre s bración pascu ual,
culmina la expectativa de Iglesi que se reú para cele
ia úne ebrar el paso de Jesucrist por nuestr
o to ras
vidas.
PRIME ERA LECTURA A
“Jesús y sus discípul los se prepara aron para celebrar su Pasc cua. El paso d de la muerte a a la vida”.
Lectura a del libro de Isaías 42,1‐7
Así dicee el Señor:
“mirad d a mi siervo, a quien sost tengo; mi elegido a quien prefiero. Sob bre él he pue esto mi espíritu,
para que traiga el derecho a las naciones. No gritará, no clamará, no vo oceará por las s calles. La ca
aña
cascada no la queb brará, el pábilo vacilante no lo apagará. Promover fielmente el derecho, no
rá
vacilará ni se quebrará, hasta implantar el derecho en la ti ierra, y sus leyyes que esperan las islas.” ”
13. PARRO
OQUIA SANTA
A MARIA DEL BOSQUE NA SANTA 20
SEMAN 011
Así dice el Señor Di ios, que creó y desplegó los cielos, con nsolidó la tier
rra con su vegetación, dio o el
respiro al pueblo que la habita y el aliento a los que s mueven en ella: “Yo, e Señor, te he
o q a o se el
llamaddo con justicia a, te he cogid do de la mano o, te he formmado y te he hecho alianza a de un pueb blo,
luz de las naciones. Para que abr ras los ojos de
e los ciegos, s
saques a los ccautivos de la
a prisión, y de
e la
mazmo orra a los que e habitan las tinieblas.”
Palabra a de Dios.
Salmo responsorial l Sal 26.1.2.3
3.13‐14
R. El Se
eñor es mi luz y mi salvaci ión.
El Señoor es mi luz y mi salvación, ,
¿A quié én temeré?
El señoor es la defensa de mi vida a,
¿Quién n me hará tem mblar? R.
Cuando o me asaltan n los malvados
Para de evorar mi car rne,
Ellos, e
enemigos y ad dversarios,
Tropiez zan y caen. RR.
Si un ejército acamp pa contra mí,
Mi cora azón no tiembla;
Si me ddeclaran la gu uerra,
Me sieento tranquilo o. R.
Espero o gozar de la ddicha del Seño or
En el p
país de la vida.
Espera en el Señor, sé valiente,
Ten ánnimo, espera e en el Señor. R.
EV
VANGELIO
+ Lectura del santo o evangelio se egún san Juan n 12,1‐11
Seis días antes de la Pascua, fue e Jesús a Betaania, donde v vivía Lázaro, a quien habíaa resucitado de
entre los muertos. Allí le ofrecie eron una cena; Marta serv vía, y Lázaro era uno de los que estab ban
con él a la mesa.
María tomó una lib bra de perfum me de nardo, auténtico y c costoso, le unngió a Jesús l
los pies y se los
enjugó ó con su cabel llera. Y la casa
a se llenó de la fragancia d
del perfume.
14. PARRO A MARIA DEL BOSQUE
OQUIA SANTA SEMAN
NA SANTA 20
011
Judas IIscariote, unoo de sus discíípulos, el que
e lo iba a entregar, dice:‐ “¿Por qué no o se ha vendi ido
este perfume por trescientos d
t denarios para dárselos a los pobres?” Esto lo dijo no porque le
a ”. o
import tasen los pob
bres, sino po
orque era un ladrón; y como tenía la bolsa llevaba lo que ib
n a ban
echand do.
Jesús ddijo: ‐ “Déjala
a; lo tenía gua
ardado para el día de mi s sepultura; po
orque a los po obres los tenéis
siempr re con vosotro os, pero a mí no siempre mme tenéis”.
Una muchedumbre de judíos se enteró de qu ue estaba allí y fueron, no solo por Jesúús, sino tambi ién
para veer a Lázaro, al que había reesucitado de entre los muertos.
Los summos sacerdot tes decidieron n matar tambbién a Lázaro o, porque muc chos judíos, ppor su causa, se
les iban
n y creían en Jesús.
Palabraa del Señor.
15. PARRO
OQUIA SANTA
A MARIA DEL BOSQUE SEMAN
NA SANTA 20
011
MARTES SANTO
“Que n no nos suceda a al nosotros lo de Judas I Iscariote; que
e por rechazar el amor de Jesús se sepa ara
de la lu
uz y se hunde en la noche. Recordemos que el amor de Dios es sie empre fiel.
En este e día vemos c como Jesús e es traicionadoo por Judas yy será negado o por Pedro, u uno de sus m más
íntimos amigos. Es una invitació a pensar en nuestras relaciones personales con Jesús. ¿Cóm
s ón n mo
estamo os respondienndo a las man nifestaciones de su amor?.
Esta frrase del evang gelio nos pue ede ayudar a encontrar la respuesta co orrecta: "Lo que hacen a u uno
de esto más peque
os eños, que son mis herman a mi me lo hacen". S la respues al amor q
n nos, e Sí, sta que
Dios no os tiene está en el servicio y el amor qu ue tengamos h hacia los herm manos más ne ecesitados. Q Que
en estee día podamo os comprende er a fondo esta verdad y de ecidirnos a vivvir en unidad
PRIM
MERA LECTURA A
Lectura a del Libro de
e Isaías 49, 1‐6
Escuch hadme, islas; atended, pueblos lejanos en el vientre, y el Señor m
s: Estaba yo e me llamó; en las
entrañas maternas, , y pronuncióó mi nombre. Hizo de mi b boca una espada afilada, m me escondió de
la som
mbra de su mano; me hiz flecha bruñida, me gua
zo ardó en su alljaba y me dijo: “tú eres mi
siervo de quien est toy orgulloso.” Mientras y yo pensaba: “ “en vano me he cansado, en viento y en
nada h he gastado mi n realidad mi derecho lo lleva el Señor, mi salario lo tenía mi Dios
is fuerzas”, en s.
Y ahora habla el Señ ñor; que des sde el vientree me formó si iervo suyo, para que traje ese a Jacob pa ara
que le reuniese a Israel – tanto m me honró el S Señor, y mi Diios fue mi fue erza – :”es po oco que seas mi
siervo y restablezcaas las tribus dde Jacob y coonviertas a lo
os supervivien ntes de Israel; te hago luz de
las nacciones, para qque mi salvaci ión alcance hasta el confínn de la tierra.”
”
Palabra a de Dios
Salmo responsorial l 70, 1‐2.3‐4ª. .5‐6ab.15 y 117.
R. MI bboca cantará tu salvación, , Señor.
A ti, Se
eñor, me acojo:
no que ede yo derrotado para siem mpre;
tú que eres justo, líbbrame y ponm me a salvo,
inclina a mí tu oído, , y sálvame. RR.
Sé Tú mmi roca de ref fugio,
el alcázzar donde me e salve,
16. PARRO
OQUIA SANTA
A MARIA DEL BOSQUE NA SANTA 20
SEMAN 011
porque e mi peña y m mi alcázar eres Tú.
Dios mmío, líbrame de la mano pe erversa. R.
Porque e Tú, Dios mío o, fuiste mi essperanza.
Y mi coonfianza, Señor, desde mi juventud.
En el vientre matern no ya me apo oyaba en Ti,
en el seeno Tú me so ostenías. R.
Mi boc ca contará tu auxilio,
y todo el día tu salvación.
Dios mmío, me instruiste desde mi juventud,
y hastaa hoy relato tus maravillas. R.
EV
VANGELIO
+ Lectura del Santo o Evangelio se egún San Juan n 13,21‐33. 36 6‐38.
En aqu uel tiempo, Je esús, profunda amente conm movido, dijo:
‐ “Os aseguro que u uno de vosotr ros me va a enntregar”
Los disscípulos se mi iraron unos a otros perplej jos, por no saaber de quiénn lo decía.
Uno de e ellos, el quee Jesús tanto amaba, estab ba reclinado a a la mesa junnto a su pecho o. Simón Peddro
le hizo señas para que averigua por quién lo decía. E
o ase apoyándose e el pecho de
Entonces él, a en
Jesús, le preguntó:
‐ “Señor, ¿Quién es s?”.
Le cont testó Jesús: ‐
‐“Aquel a quie en yo le de esste trozo untado” y, untan ndo el pan, see lo dio a Judas,
hijo dee Simón el Isca ariote.
Detrás del pan, entr ró en él Satannás. Entonces s Jesús le dijo:
‐“Lo quue tienes que e hacer, hazlo en seguida”.
Ningun de los com
no mensales ent tendió a qué se refería. Como Judas guardaba la bolsa, algun
é nos
suponí ían que Jesús e encargaba comprar lo n necesario para la fiesta o ddar algo a los pobres.
Judas, después de tomar el pan, salió inmedia atamente. Era a de noche. CCuando salió, dijo Jesús:
‐“Ahor ra es glorificado el Hijo de el Hombre y Dios es glorif ficado en El. Si Dios es gl
lorificado en él,
tambié én Dios lo glo orificará en sí mismo: pron nto lo glorifica
ará. Hijos mííos, me queda poco de est tar
con vo osotros. Me buscaréis, pe ero lo que dije a los judíos s os lo digo aahora a vosot tros: ‘Donde yo
voy, voosotros no po odéis ir’”.
Simón Pedro le dijo:
‐“Seño or, ¿a dónde v vas?”.
Jesús lee respondió:
‐ “A doonde yo voy n no me puedes s acompañar ahora, me ac compañarás m más tarde”.
Pedro replicó:
‐“Seño or, ¿por qué n no puedo acom mpañarte aho ora? Daré mi vida por Ti”
Jesús lee contestó:
17. PARRO
OQUIA SANTA
A MARIA DEL BOSQUE SEMAN
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011
‐“¿Con n que darás tu u vida por mí í? Te aseguro o que no cant tará el gallo a
antes que me e hayas negado
tres veeces”.
Palabra a del Señor.
MIÉR RCOLES SANTO O
A la traaición de Juda as, Jesús resp
ponde con la e entrega amor rosa de su vidda. Es también n para nosotr ros
la horaa de la decisió ón. La respueesta no la dar remos con pa alabras; nuest tros hechos, n nuestra mane era
de vivi y de relacio
ir onarnos con los otros, se la respues verdadera que nos lle
erá sta a evará a vivir en
unidad d el Reino de D Dios.
El camino de la cuaresma que es stamos a punto de conclui ir, marcado por la penitenc cia, la oración n y
la solid
daridad, nos h ha conducido hasta este punto culmina ante. Ante la pproximidad de la celebraci ión
del accontecimiento más impo
o ortante de nuestra vida cristiana, que iniciare
a emos mañan na,
concluy yamos nuestr ra preparacióón para poder r sumergirnos s en el maravvilloso misteriio de la Pascu ua,
uniénd donos a la mu uerte de Jesúss y resucitando con Él a una a vida nueva.
PRIM MERA LECTURA A
Lectura a del libro de Isaías 50,4‐9ª.
Mi Señ ñor me ha da ado una lengu ua de iniciado o, para saber r decir al abatido una pala abra de aliento.
Cada m mañana me es spabila el oíd
do, para que e escuche como o los iniciadoss. El Señor, m
me abrió el oíd do;
yo no resistí ni me eché atrás. Ofrecí la espalda a los q me apale
que eaban, las meejillas a los q
que
mesaban mi barba; ; no me tapé el rostro ant te ultrajes y ssalivazos El S
Señor me ayu uda, por eso no
sentía los ultrajes; por eso e endurecí el r rostro como pedernal, s sabiendo que no quedaría
defraudado.
Tengo cerca a mi defensor, ¿qu
d uién pleiteará contra mí? Comparezcamos juntos ¿Quién tie
á ?. s. ene
algo coontra mí? Que se me acerque. Mirad, e el Señor me a ayuda, ¿quién n me condena ará?.
Palabra a de Dios.
Salmo responsorial l 68, 8‐10 0.21‐22. 31y 3 33‐34.
R/. Seññor, que me e escuche tu grran bondad e el día de tu faavor.
Por ti h
he aguantado o afrentas,
la verggüenza cubrió ó mi rostro.
18. PARRO
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Soy un extraño para a mis herman nos,
un extr ranjero para los hijos de m mi madre.
Porque e me devora e el celo de tu ttemplo,
y las affrentas con que te afrentan caen sobre mí. R.
La afreenta me destr roza el corazó ón, y desfallezzco.
Espero o compasión, y no la hay;
Consol ladores, y no los encuentro o.
En mi c comida me ec charon hiel,
Para m mi sed me dier ron vinagre. R R.
Alabaré el nombre d de Dios con c cantos,
Proclam maré su grandeza con acci ión de graciass.
Miradlo, los humildes y alegraos,
Buscad d al Señor, y r revivirá vuestro corazón.
Que el Señor escuch ha a sus pobr res,
No des sprecia sus ca autivos. R.
EVVANGELIO
+ Lectuura del Santo Evangelio seg gún San Mate eo 26,14‐25.
En aqu tiempo, uno de los D
uel u acerdotes y les
Doce, llamado Judas Iscariote, fue a los sumos sa
propus so, –“¿Qué es stáis dispuest tos darme, ssi os lo entreg
go?”. Ellos se
e ajustaron coon él en trein
nta
moned das. Y desde entonces and daba buscand do ocasión pro opicia para en
ntregarlo.
El primmer día de los ázimos se acercaron los d discípulos a Je
esús y le pregu
untaron:
‐“¿Dón nde quieres que te prepare emos la cena de Pascua?”. .
Él conttestó:
‐“Id a la ciudad, a casa de fula
ano, y decidle ´Él Maestr dice: Mi m
e: ro momento est cerca; des
tá seo
celebra ar la Pascua e en tu casa con n mis discípulos.”
Los disscípulos cump plieron las insstrucciones de e Jesús y prep
pararon la Pascua.
Al atardecer su puso o a la mesa co on los Doce. Mientras com mían dijo:
‐“Os as seguro que un no de vosotro os me va a enntregar”.
consternados, se pusieron a preguntarle uno tras otro:
Ellos, c
‐“¿Soy yo acaso, Señ ñor?
Él respondió:
‐“El qu ha mojado en la misma fuente que yo, ése me va a entrega El Hijo del Hombre se va
ue o e ar.
como e está escrito de Él, pero, ¡ del que v a entregar al Hijo del H
d ¡ay va r Hombre!; má le valdría no
ás
haber nacido.”
Entonc ces preguntó Judas, el que e lo iba a entregar:
‐“¿Soy yo acaso, Ma aestro?”.
19. PARRO
OQUIA SANTA
A MARIA DEL BOSQUE SEMANA SANTA 2011
N 0
Él respondió:
‐“Tú lo
o has dicho”.
Palabraa del Señor.
20. PARRO
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A MARIA DEL BOSQUE SEMAN
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011
TRIDUOO DE LA PASC
CUA
JUE
EVES SANTO
MISA
A VESPERTINA EN LA CENAA DEL SEÑOR
R
¿QUÉ S SIGNIFICA LA CELEBRACIÓN N DE HOY?
En estee día evocamo os tres aconte ecimientos m muy important tes de nuestra a fe:
La Insttitución de la Eucaristía
Este ess el día en que e el Señor Jessús celebra el sacramento de su Cuerpo o y su Sangre ppor medio dee la
sencille
ez de una com mida. Esto es la Eucaristía: evocación y y actualización del gran am mor de Dios ccon
nosotro os. Toda Euca aristía celebraa la presencia a constante d de Cristo en mmedio de noso otros que sommos
sus disscípulos hoy. Esta presencia de Cristo a actuando en nosotros es l los que nos h hace capaces de
construuir comunidad y hacer rea al su deseo de e buscar la u unidad y el Reino de Dios entre nosotro os.
Todos los bautizados estamos i invitados a celebrar esta cena institui por Jesús En esta tar
ida s. rde
santa, Cristo se nos entrega com mo regalo grat tuito que es aalimento de vi ida verdadera a.
El lava
atorio de los p pies
Este heecho relatado o hoy en el Ev vangelio, signnifica el gran amor que Jes sús quería quue caracterizaara
a los que nos llamamos cristiano os; pues Cristo o mismo nos enseña a ser rvir a los demás de corazón n y
con sen ncillez. Este e
es el itinerario
o único para s seguir a Jesús s, pues no hay y verdadero aamor a Dios qque
no pas primero por la relació fraterna c los demá Ser discípulo de Cristo exige nuest
se p ón con ás. o tro
trabajoo a favor de la a unidad.
El Sacrramento del o orden sagrad do
Esta celebración re evive el mommento en qu Cristo les da a sus ap
ue póstoles el e
encargo de s
ser
servidoores del rebañ ño que les con nfía: eso es ser Sacerdote; ; es una mane era de servir al pueblo sannto
de Dios s que Cristo rescató con su u sangre. En e el marco del a año sacerdota al, oremos
Sugere encias para vivir esta fi iesta:
Hoy ini icia el Santo TTriduo Pascua al, celebración de nuestra Redención. E Este es el mistterio de nuest
tra
fe, no f
faltes a ningu uno de estos t tres días.
No deje es pasar la op portunidad de e acompañar r un rato al Se eñor que está á presente en el Monumento.
Hagam mos oración por la unidad a al interior de las familias.
‐ Comp parte algo de e lo que tiene es con quiene es sufren. Esto o hará que te enga sentido lo que oramos,
pues laa unidad quer rida por Dios e es sacrament to que se expr resa en las ob
bras de amor. .
‐Visita un enfermo, un pobre, alguien de tu f familia a qui hace rato no ves; ayú
ien o údalo, compar rte
con él tu tiempo y tu u alimento.
PRIMMERA LECTURA A
Lectura a del libro del Éxodo 12,1‐ ‐8.11‐14
21. PARRO
OQUIA SANTA
A MARIA DEL BOSQUE SEMAN
NA SANTA 20
011
Cuando los israelita estaban pa salir de E
o as ara Egipto, habló el Señor con Moisés y A
n Aarón y les di
ijo:
«Este mmes será para a ustedes el p
primer mes; c con él comenz zarán a conta ar los meses d del año. Dígan nle
a toda la comunida de Israel q el día di de este m escojan e el rebaño un animal p
ad que iez mes en o por
familia Si la familia es demasiado pequeña para comerlo que se jun
a. a o, nten en una ccasa dos o m
más
familia vecinas, es
as scogiendo el animal según el número de personas y lo que ca uno pue
o ada eda
comer. Debe ser un animal de un año, ma
u efecto; puede ser cordero o cabrito. Lo
acho y sin de e
guardaarán hasta el catorce del mes. Al atardecer se reunirá toda la comunidad de Israel pa
a ara
matarlo. Luego tom marán un poco o de sangre y y untarán con n ella todo el marco de la puerta de ca ada
casa enn que coman el animal. Deben comérs selo esa mism ma noche; deben comer la a carne asada a al
fuego yy también hie erbas amarga as y pan sin leevadura. «Lo o comerán de e esta maner ra: con la túnica
arrema angada, con los pies calzad dos y el bastóón en la mano o; deberán co omerlo de pris sa, porque es s la
Pascua del Señor. Esa noche yo pasaré por todo Egipto y quitaré la v
a E o y vida al primo
ogénito de ca ada
familia
a egipcia y a la primera crí ía de sus animmales, y haré justicia contra todos los d dioses egipcio os.
Yo soy el Señor.
«La sangre del anim mal les servirá para señala ar las casas een que viven. . Al ver la sanngre, pasaré de
largo. C
Cuando yo de escargue mi ggolpe sobre e el país de Egippto, ninguno de ustedes sufrirá el casti igo
destructor. «En adelante ten
a ndrán que coonmemorar e este día: lo c
celebrarán ccomo fiesta de
peregrrinación en honor del Se
h eñor, y guarrdarán esto como ley p perpetua de generación en
generaación.»
Palabraa de Dios.
Salmo Responsorial 116(115)
R. Commulgaremos c con la sangre de Cristo.
¿Cómo o pagaré al Se eñor
todo el bien que me e ha hecho?
Alzaré la copa de la salvación
invocando su nomb bre. R.
Vale mmucho a los ojos del Señor
la vida de sus fieles..
Señor, yo soy tu siervo, hijo de tu u esclava:
rompis ste mis caden nas. R.
Te ofreeceré un sacrificio de alaba anza
invocando tu nombre, Señor.
Cumpliré al Señor m mis votos
en pressencia de tod do el pueblo. R.
22. PARRO
OQUIA SANTA
A MARIA DEL BOSQUE NA SANTA 20
SEMAN 011
SEGUNNDA LECTURA A
Lectura
a de la Primera Carta del aapóstol San Paablo a los Corrintios 11,23‐26
Hermaanos:
Yo reci
ibí esta tradic
ción que vien
ne del Señor. Y que a mi v vez les transmmití: que el Se
eñor Jesús en n la
noche en que fue e entregado tommó pan, dio ggracias a Dioss, lo partió y d
dijo: «Esto es
s mi cuerpo q que
se entr
rega por ustedes.
Hagan esto en conm memoración m mía.»
Lo mismo hizo con la copa después de cenar. Les dijo: “Es sta es la copaa de la nueva alianza sella
ada
con mii sangre. Cadda vez que beeban de ella, háganlo en conmemorac ción mía.» Y de hecho, ca ada
vez que comen de e este pan y beben de esta ccopa, anuncia an la muerte del Señor, ha asta que vuelv va.
Palabra
a de Dios.
EV
VANGELIO
+ Lectuura del santo Evangelio seg gún San Juan 13,1‐15
Se aceercaba la fiesta de la Pasc cua, y Jesús sabía que le había llegad la hora de pasar de es
do e ste
mundo o al Padre. Y h habiendo am mado a sus dis scípulos que s se quedaban en el mundo o, los amó hassta
el extreemo.
Mientr cenaban, cuando ya Judas el hijo de Simón Iscariote, ind
ras o ducido por e diablo, hab
el bía
decididdo en su corazón traiciona arlo, y sabiend do Jesús que el Padre le ha abía dado pod der sobre tod
das
las cossas y que hab biendo venido o de Dios a Dios volvía, se levantó de la a mesa, se qu uitó el manto
o, y
se puso una toalla alrededor de e la cintura. E En seguida ec chó agua en una palangan na y empezó‐ a
lavarlees los pies a lo
os discípulos y y a secárselos s con la toalla
a.
Cuando o llegó a Simó ón Pedro, est te le dijo: «Señor, ¿vas tú a a lavarme a m mí los pies?»
Jesús le respondió «Lo que estoy hacie
ó: endo tú no lo entiendes ahora, pe ero después lo
entend derás.»
Pedro le contestó: « « ¡No me lava arás los pies jaamás!»
Jesús lee respondió: «Si no te lavo o, no tendrás nada que ver conmigo.»
Simón Pedro le rep plicó: «Entonces, Señor, n me laves s
no solamente lo pies; ¡lávam también las
os me
manos s y la cabeza!» »
Jesús lee dijo: «El que se ha bañad do no tiene n necesidad de lavarse sino l los pies; ya es
stá todo limp
pio.
Y usteddes ya están l limpios, aunq que no todos.»
Él sabí quién era el que lo iba a traicionar. Por eso dijo que no todos estaban li
ía e . o impios. Cuando
terminó de lavarles los pies, se p puso otra vez el manto y vo olvió a la messa.
Entonc ces les dijo: « ¿Entienden lo que he hec cho con usted des?
23. PARRO
OQUIA SANTA
A MARIA DEL BOSQUE NA SANTA 20
SEMAN 011
Ustede es me llaman Maestro y Se eñor, y con ra azón, pues loo soy. Por tanto, si yo, que e soy su Señoor y
Maestr les lavé lo pies, tamb
ro, os bién ustedes deben lavars los pies un a otros. Les di ejemp
se nos plo,
para qu ue hagan lo m mismo que yo o hice con ust tedes.»
Palabra a del Señor.
VIERRNES SANTO
CEL
LEBRACIÓN D DE LA PASIÓN N DEL SEÑOR
El Vier
rnes Santo ce elebramos la P Pasión y mue erte de Jesús por medio de e la escucha dde la Palabra de
Dios, ppor la Adoraci ión de la Cruzz y la Comuni ión Eucarísticca. Usamos el l color rojo de
el mártir que da
su vidaa por salvarno os, redimirnoss y perdonar rnos de todos s nuestros pec cados. NO hay flores, músi ica
ni granndes luces.
Es el díía de la Pasión de Jesús een donde ha sido inmolada a nuestra vícti ima Pascual: Cristo (1 Cor. 5‐
7). Es la Pasión del hombre injustament abandon
te nado, humilla ado y flagelaado. Juntos en
comun nidad, proclam mamos la Pas sión del homb bre injustame ente abandon nado, humilla ado y flagelad do.
En communidad, pro oclamamos la Pasión del Señor y ad
a doramos su cruz como p primer acto ddel
Misteri io Pascual.
La cru es la vict
uz toria del am y la esperanza de la Resurrecció Es así c
mor a ón. como los fie
eles
peregr rinamos, con devoción, siiguiendo las estaciones del Vía Crucis (que signific camino de la
ca
cruz) d
de este modo nos unimos a al dolor y la Pa asión de Cristto.
Este dí no hay cel
ía lebración Euccarística. Se distribuye a los fieles la c
comunión res servada del d
día
anterioor, esto, dura ante la Pasiónn, con excepc ción de los ennfermos que pueden recib birla a cualqu
uier
hora del día (Cf. Mi isal Romano, Viernes Santo o de la Pasiónn nº 1.3.)
PRIMMERA LECTURA A
Lectura a del libro de Isaías 52,13‐53,12
5
«Miren n ‐dice el Señor‐: mi siervo o coronará su obra, y será glorificado y enaltecido en n gran maner ra.
Mucho os se espantaron de él, al v verlo tan desf figurado y sinn aspecto hum mano.
Pero taambién se admirarán muc chas naciones s, y los reyes quedarán mu udos de asom mbro, al ver al lgo
nunca antes sabido, y descubrir algo inaudito o.» ¿Quién irá á a creer esta noticia? ¿Qu uién reconoce erá
aquí el l brazo poder roso del Señoor? Él dispuso o que su sierv vo creciera co omo planta d débil, como raíz
que br rota en tierra seca. No ten nía presencia, , ni belleza que se echara de ver, su as specto no ten nía
nada dde atrayente.
Despre eciado y rec chazado por los hombres, hombre a agobiado de dolores, ac costumbrado al
sufrimiento, daba horror mirarl lo despreciamos, no lo tuvimos en cuenta. Y s embargo, él
h lo; o n sin
soportó nuestros su ufrimientos yy cargó con nu uestros dolor res.
24. PARRO
OQUIA SANTA
A MARIA DEL BOSQUE SEMAN
NA SANTA 20
011
Nosotr ros pensamos s que Dios lo había castigado, herido y y humillado. Pero fue nue estra rebeldíaa la
que lo traspasó, nue estras culpas fueron las qu ue lo destroza aron.
El casttigo que nos trae la paz lo sufrió é por sus heridas alcanz
s z él; zamos la sal lud. Todos n
nos
extravi iamos como o ovejas, siguieendo cada uno su camino, , pero el Seññor hizo recae er sobre él tooda
nuestra maldad.
A los m
malos tratos se sometió humildemen sin abrir la boca. Gua
nte, ardó silencio, como corde
, ero
llevado al matadero, como ov
o veja cuando la trasquilan Sin protec
n. amente, se lo
cción, injusta
llevaroon, nadie se p preocupó de s su destino. Lo
o excluyeron del mundo de los vivos, la a rebeldía de su
pueblo le dio mue
o erte. Lo ente erraron junto con malvad
o dos, con gen perversa lo sepultaro
nte on,
aunque e no cometió ó crimen ning guno, ni se encontró enga año en su boca. El Señor quiso agobiarlo
con el sufrimiento; mas como él l se entregó e
en reparación n por los peca ados, tendrá larga vida, veerá
a sus ddescendientes s, y llevará a b
buen término o los designios del Señor.
Despué és de los trabbajos de su vid da volverá a v
ver la luz, y el
l conocimient to de Dios lo ssaciará.
Siervo inocente del Señor, librará á del castigo a los demás c cargando con n las culpas dee ellos. Y Dios
s le
asignar un puesto entre los gr
rá o randes y con los poderoso tendrá parte en el triu
os unfo, porque se
entregó a la muert y lo conta
te aron entre lo malhechor
os res, y soportó el pecado de la multitu
ó ud,
interce ediendo por lo os pecadores s.
Palabra a de Dios.
Salmo Responsorial 31(30)
R. Padre, en tu us manos enc comiendo mi espíritu.
A ti, Seeñor, me acojo:
no que ede yo nunca defraudado;
tú que eres justo, ponme a salvo o.
En tus manos encom miendo mi es spíritu:
tú, el D
Dios leal, me librarás. R.
Soy la burla de todo os mis enemig gos,
la irrisión de mis vecinos,
el espa anto de mis co onocidos:
me ven n por la calle y escapan de e mí.
Me han n olvidado co omo a un mue erto,
me han n desechado como a un ca acharro inútil. R.
Pero yo o confío en ti, Señor,
te digoo: «Tú eres mi Dios.»
En tu m mano está mi destino:
líbrame e de los enem migos que me e persiguen. RR.