El documento describe los siete dones del Espíritu Santo, que son disposiciones permanentes que hacen a los fieles dóciles para seguir los impulsos del Espíritu Santo y completan y llevan a su perfección las virtudes de quienes los reciben. Los siete dones son: sabiduría, inteligencia, consejo, fortaleza, ciencia, piedad y temor de Dios. El documento proporciona una breve descripción de cada uno de estos dones.
Jesucristo es el modelo a seguir de todas las personas.Debemos de alejarnos del maestro de la droga, del maestro de la borrachera, del maestro de la soberbia, del maestro de la ira, del maestro de la hipocresía.
Jesucristo es el modelo a seguir de todas las personas.Debemos de alejarnos del maestro de la droga, del maestro de la borrachera, del maestro de la soberbia, del maestro de la ira, del maestro de la hipocresía.
Dinámica. Banco de materiales MJD.
Para entender de mejor manera como actúa el espíritu santo en nuestra vida. Como lo sentimos, y cuando sabemos que actúa en nosotros. Para ello se presenta una dinámica destinada a un grupo de jóvenes.
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Fuente: Emeric Amyot d'Inville, C.M. "Anunciar la Buena Nueva de la Salvación siguiendo las huellas de San Vicente", Vincentiana: Vol. 41: No. 4, Artículo 7.
Esta guía es una ayuda para hacer por tu cuenta el retiro mensual, allí dónde te encuentres, especialmente en caso de dificultad de asistir en el oratorio o iglesia donde habitualmente nos reunimos para orar.
Diseña una experiencia de aprendizaje sobre lectura y escritura como
herramientas de aprendizaje transversal integrando recursos digitales.
La experiencia se debe planear en el formato 1 y luego, se socializa en
una presentación Power Point y se sube a un Slide Share, Issu u otro
recurso que genere un enlace para su visualización.
1. LOS DONES DEL ESPIRITU
SANTO
Preparado por
Humberto E. Corrales
2013
1
2. ¿Qué son?
-Son los que sostienen la vida moral de los cristianos.
-Son disposiciones permanentes que hacen a los fieles
dóciles para seguir los impulsos del Espíritu Santo.
-Completan y llevan a su perfección las virtudes de
quienes los reciben.
-Hacen a los fieles dóciles para obedecer con prontitud a
las inspiraciones divinas.
Pertenecen en plenitud a Cristo, Hijo de David: “Una
rama saldrá del tronco de Jesé, un brote surgirá de
sus raíces. Sobre él reposará el Espíritu de
Yahvé, espíritu de sabiduría y
discernimiento, espíritu de prudencia y
valentía, espíritu para conocer a Yahvé y para
temerlo” (Is 11, 1-2)
2
3. ¿Cuántos son?
Los dones del Espíritu Santo son siete:
1. Sabiduría
2. Inteligencia
3. Consejo
4. Fortaleza
5. Ciencia
6. Piedad
7. Temor de Dios
3
4. SABIDURÍA
Gusto para lo espiritual, capacidad de
juzgar según la medida de Dios.
-Nos hace comprender la maravilla insondable de
Dios y nos impulsa a buscarle sobre todas las
cosas y en medio de nuestro trabajo y nuestras
obligaciones.
-No es para que sepamos muchísimo de muchas
cosas; sino para perfeccionar en nosotros el
amor, la caridad.
-Las almas privilegiadas que de manera habitual han
recibido ese don, han amado a Dios como no
tenemos ni idea; han aparecido ante el mundo
como personas valientes y decididas capaces de
hacer por Dios y por la gente lo que fuera
necesario.
4
5. INTELIGENCIA
Para comprender con mayor claridad la
Palabra de Dios y profundizar las
verdades reveladas.
Con él se entienden más fácilmente los más
profundos misterios; se comprende por
ejemplo la santidad de la Virgen María; la
grandeza de la Santa Misa, y su valor
infinito... por medio de ese admirable don se
ilumina nuestro entendimiento y nos confiere
una fuerza y una eficacia santificadora.
5
6. CONSEJO
Ilumina la conciencia en las opciones que la
vida diaria le impone, sugiriéndole lo que
es lícito, lo que corresponde, lo que
conviene más al alma.
-Nos señala los caminos de la santidad, el querer de
Dios en nuestra vida diaria, nos anima a seguir la
solución que más concuerda con la gloria de Dios
y el bien de los demás, y no fracasar con nuestros
criterios personales.
-Ayuda mucho a esa virtud tan rara y muy pocas
veces tomada en cuenta que es la Prudencia,
virtud casi desconocida y raras veces empleada en
nuestro actuar.
6
7. FORTALEZA
Para obrar valerosamente lo que Dios quiere de
nosotros, y sobrellevar las contrariedades de la
vida. Para resistir las instigaciones de las
pasiones internas y las presiones del ambiente.
Supera la timidez y la agresividad.
-Nos alienta continuamente y nos ayuda a superar las
dificultades que sin duda encontramos en nuestro caminar
hacia Dios. Una fuerza única absolutamente necesaria en
nuestros tiempos para poder resistir el mal y hacer siempre
el bien, sin cansarnos, como nos enseña San Pablo, y que
actúa según la necesidad del momento.
-Las causas de Dios son costosas; exigen muchas veces la
vida misma. Por algo la Iglesia creció con la sangre de sus
mártires.
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8. CIENCIA
Nos da a conocer el verdadero valor de
las criaturas en su relación con el
Creador.
Se trata de la ciencia verdadera que merece la
vida entera por conocerla y gustarla, y que
nos lleva a juzgar con rectitud de las cosas
creadas y a mantener nuestro corazón en
Dios y en lo creado en la medida que nos
lleve a Él.
Perfecciona la fe que debemos transmitir a los
demás, como el mejor servicio que se le
puede prestar a los hombres.
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9. PIEDAD
Sana nuestro corazón de todo tipo de
dureza y lo abre a la ternura para con
Dios. Poder clamar ¡Abba, Padre!
Nos mueve a tratar a Dios con la confianza
con la que un hijo trata a su Padre. Con
este don, el Espíritu Santo nos hace
descubrir a Dios como Padre y quererle
con todas nuestras fuerzas; de paso nos
estimula a querer a los demás como
hermanos, como la beata Teresa de
Calcuta quería a los pobres.
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10. TEMOR DE DIOS
Espíritu contrito ante Dios, consciente de
las culpas y de la justicia divina, pero
dentro de la fe en la misericordia divina.
Temor a ofender a Dios, humildemente
reconociendo nuestra debilidad.
Temor filial que nos induce a huir de las
ocasiones de pecar, a no ceder a la tentación, a
evitar todo aquello que desagrada a Dios, a
temer radicalmente separarnos de Dios a quien
amamos como Padre y es nuestra razón de ser
y de vivir. Por supuesto que, si al perder a
Dios se pierde el cielo donde Él habita con sus
santos, se puede uno imaginar lo terrible que
tiene que ocurrir en el corazón.
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11. Es bueno que nos familiaricemos con el Espíritu
Santo; descubramos y agradezcamos el milagro
amoroso de su presencia en nuestros corazones,
con esa suavidad y fortaleza, solo perceptible
cuando lo aceptamos plenamente como nuestro
abogado, que no cesa de interceder por nosotros
ante el Dios Padre “con gemidos inefables”.
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