Los dragones chinos eran considerados símbolos de poder y buena suerte. La leyenda de los cuatro dragones chinos cuenta cómo estos dragones tomaron agua del mar y la arrojaron como lluvia para salvar los cultivos y al pueblo durante una sequía, a pesar de la prohibición del Emperador de Jade. Como castigo, el emperador ordenó que cuatro montañas cayeran sobre los dragones. Sin embargo, los dragones se convirtieron en cuatro grandes ríos de China que aún fluyen y proveen agua.