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LOS EAS SE HACEN PALABRA ESCRITA
Volumen 18
Enrique Posada Restrepo
Nataly Castro Gil
Editores
Hugo Jaramillo Isaza
Revisión
COMUNIDADES CRISTIANAS
COMPROMETIDAS EAS DE COLOMBIA
Primera edición
Publicado por EAS – Colombia
Medellín, 20 de octubre de 2022
Se permite la divulgación y la copia, dando crédito a los autores y a las
Comunidades Cristinas Comprometidas EAS de Colombia
LOS EAS SE HACEN PALABRA ESCRITA Volumen 18
2
LOS EAS SE HACEN PALABRA ESCRITA Volumen 18
Derechos reservados Comunidades Cristianas Comprometidas EAS de
Colombia, Medellín, Colombia.
Publicación editada por: Enrique Posada Restrepo, Comunidad de la Luz y
Nataly Castro Gil, Comunidad Caminar en la Fe.
Diagramación: Enrique Posada y Nataly Castro
Revisión Hugo Jaramillo Isaza
Cada autor es responsable de su respectivo artículo.
COMUNIDADES CRISTIANAS COMPROMETIDAS EAS DE
COLOMBIA
eascolombia2016@gmail.com
Aprobación Eclesiástica Arquidiócesis de Medellín Decreto Arzobispal N°
342 del 15 de marzo de 1962. Decreto Arzobispal N° 14 del 13 de marzo
de 1996.
Personería Jurídica Civil: Gobernación de Antioquia. Resolución N° 38 del
15 de mayo de 1963. Resolución N° 42174 del 18 de junio de 1996.
LOS EAS SE HACEN PALABRA ESCRITA Volumen 18
3
Contenido
UN SENTIDO HOMENAJE A NOTABLES MUJERES EAS ........................................ 6
Manuel Cantero, Enrique Posada, Mario Escobar, Irma Londoño, Josefina
Gómez, Angelines Aceño, Antonio Correa ..................................................... 6
¿TODAVÍA EXISTE LA “COMUNIDAD LOS CAMINANTES”?................................ 17
Juan Fernando Mesa Villa ........................................................................... 17
LOS GRANDES DESAFÍOS DE LAS COMUNIDADES EAS - UNA VISIÓN A PARTIR DE
PENTECOSTÉS ................................................................................................. 27
Enrique Posada Restrepo ............................................................................ 27
PREGONES CALLEJEROS DE GRANADA ............................................................ 43
Manuel Cantero.......................................................................................... 43
COMPROMISO SOCIAL EAS ............................................................................. 55
Hernando Villa Restrepo - María Helena Córdoba Gallón ............................ 55
UN PROFESOR MUY POSITIVO......................................................................... 60
José María Tejada ....................................................................................... 60
SER ABUELA.................................................................................................... 64
Luz Alba Pineda de Posada.......................................................................... 64
VENTAS INFORMALES Y CONTAMINACIÓN AUDITIVA...................................... 66
Oscar Aurelio Amaya Zapata ....................................................................... 66
RECORDANDO EL PASADO EN MIS AÑOS DE JUVENTUD Y VIDA DE PARROQUIA
....................................................................................................................... 69
Luz Eugenia Vélez Valencia.......................................................................... 69
POEMA........................................................................................................... 72
Lucy Londoño M. ........................................................................................ 72
EL SÍMBOLO QUE COME.................................................................................. 74
Carlos Mario Cano Restrepo........................................................................ 74
AL QUE VUELA ALTO ....................................................................................... 78
María Alejandra Bernal González ................................................................ 78
NUESTRO MODO DE RELACIÓN....................................................................... 80
Ricardo Sepúlveda ...................................................................................... 80
LOS EAS SE HACEN PALABRA ESCRITA Volumen 18
4
¿QUÉ ES HUMILDAD?...................................................................................... 83
Ricardo Sepúlveda ...................................................................................... 83
EN UN CERRAR Y ABRIR DE OJOS..................................................................... 85
Luz Marina Gil Vanegas............................................................................... 85
LA LECHE DORADA.......................................................................................... 87
Nataly Castro Gil......................................................................................... 87
¿QUÉ ES LA FELICIDAD? .................................................................................. 93
Lucía Victoria Bernal ................................................................................... 93
HOY................................................................................................................ 96
Angela María Mejía de C ............................................................................. 96
ME LLAMA LA ATENCIÓN… ............................................................................. 98
Ricardo Humberto Paredes Rosales............................................................. 98
SEMBLANZA DE LUZ STELLA JARAMILLO MONTOYA ...................................... 101
Hugo Jaramillo Isaza.................................................................................. 101
HOMENAJE A JAIME LONDOÑO .................................................................... 103
Enrique Posada Restrepo .......................................................................... 103
POEMAS Y PENSAMIENTOS........................................................................... 105
Enrique Posada Restrepo .......................................................................... 105
ALGO-EN-COMÚN......................................................................................... 117
Mauricio Toro Zuluaga .............................................................................. 117
SOBRE LAS PEQUEÑAS COMUNIDADES CRISTIANAS COMPROMETIDAS EAS.. 122
LOS EAS SE HACEN PALABRA ESCRITA Volumen 18
5
INTRODUCCIÓN
En esta versión número 18 de los EAS SE HACEN PALABRA ESCRITA
se presentan 23 escritos realizados por diversos integrantes y amigos de las
comunidades EAS, quienes ofrecen a los lectores sus diferentes
experiencias y vivencias, siguiendo el espíritu de las pequeñas
comunidades de compartir vida en forma creciente y de ser amigos para
siempre, pase lo que pase.
Se hizo una invitación abierta en la temática; por ello, se tratan acá una gran
variedad de temas que reflejan la diversidad de nuestras comunidades EAS,
donde cada uno comparte su propia creación, la cual está conectada a los
EAS por medio de la amistad, el amor y la fe que son características de las
comunidades EAS, siendo cada historia, cada poema, cada relato, artículo
o escrito, reflejo de las bendiciones que el Señor nos regala a todos. Por
ello estos escritos se divulgan para la mayor gloria de Dios.
PRESENTACIÓN
Los editores registran complacidos la gran colaboración que han recibido
de los distintos autores, logrando conformar este volumen, que es un regalo
para los integrantes de las comunidades EAS, sus familiares y amigos. Con
todos ellos queremos compartir nuestros escritos, siendo además un
incentivo para todos los integrantes de las comunidades EAS para que se
motiven a escribir y expresarse por medio de la palabra escrita,
transformando las experiencias y vivencias en algo más que una historia
del pasado, algo que se puede revivir cada vez que se lea y que queda
plasmado para siempre en las letras que perdurarán en el tiempo de las
comunidades.
Agradecemos a cada uno de los integrantes de las comunidades que
colaboraron con sus aportes y sus escritos para la realización la edición
número 18 de LOS EAS SE HACEN PALABRA ESCRITA.
Enrique Posada Restrepo y Nataly Castro Gil, Editores
LOS EAS SE HACEN PALABRA ESCRITA Volumen 18
6
UN SENTIDO HOMENAJE A NOTABLES MUJERES EAS
Manuel Cantero, Enrique Posada, Mario Escobar, Irma Londoño, Josefina
Gómez, Angelines Aceño, Antonio Correa
Miembros de las comunidades de Medellín, Colombia
Presentación de los editores
En el día de la mujer, en Abril de 2022, el Comité Social de las Comunida-
des EAS de la ciudad de Medellín programó un sentido homenaje a un grupo
de mujeres de nuestras comunidades. Algunas ya fallecidas, otras todavía
con nosotros. Presentamos las semblanzas que escribieron algunos miem-
bros de los EAS locales como homenaje a su presencia entre nosotros
Mario Escobar e Irma Londoño
SEMBLANZA DE MARTA LUZ ARIZMENDI POSADA
Hablar de Marta Luz sería quedarnos cortos para enumerar todo lo que ella
significó para los EAS. Fue una EAS y amiga incondicional. Con Frank,
fueron dos veces coordinadores de ciudad y pertenecieron al comité inter-
nacional.
Fue la mujer de la sonrisa permanente, de los apuntes y chistes oportunos.
Conferencista amena, emprendedora y entusiasta, pilar importantísimo en
la promoción de los EAS. Tenía un especial carisma para antojar a las per-
sonas de lo que es el ideal EAS. La mayoría de las Comunidades EAS fue-
ron el fruto de su trabajo. Impulsó los grupos de jóvenes y trabajó incansa-
blemente por el crecimiento de las comunidades.
Fue el alma de la Comunidad La Alegría. Damos gracias a Dios por haber-
nos regalado la oportunidad de compartir con ellas tantos años de vida co-
munitaria, dejándonos una huella imborrable con grandes dosis de amor,
entrega y alegría.
LOS EAS SE HACEN PALABRA ESCRITA Volumen 18
7
UN ESCRITO DE MARTA LUZ ARIZMENDI
Nov 01/98
Adorados todos:
Estamos a punto de terminar nuestro encuentro del cielo, ¿qué decir de todo
esto?
Pienso que, hasta ahora, ha sido la experiencia de amor en el Señor más
maravillosa vivida por mí en toda mi vida. Él se nos ha revelado a través
de Mauricio y nos ha deleitado con esa feliz esperanza de poseerlo y go-
zarlo por toda la eternidad.
Anoche, al terminar la consagración y antes de salir del oratorio abrió el
sagrario y de allí sacó las cartas que ustedes me habían escrito, fue de ver-
dad un momento demasiado impactante y emotivo, algo inesperado, reviví
como decía James "el encuentro familiar”. Sentí las caricias de cada uno a
su estilo y en la firma; experimenté un sano orgullo de madre y de suegra,
LOS EAS SE HACEN PALABRA ESCRITA Volumen 18
8
me convencí del amor que nos une. Lloré con soltura, sin egoísmo, bendije
a Dios por lo que somos, por lo que él nos ha regalado, por lo que juntos
hemos construido, le pedí que nos conserve y nos permita estar unidos lar-
gos y felices años al lado de estos pequeños seres que ahora forman y pro-
longan con su vida, la nuestra.
Sé que me he equivocado muchas veces, tal vez algunas de esas equivoca-
ciones les hayan causado a ustedes tristeza y dolor, rabia o desilusión, pero
quiero agradecerles que, a pesar de todo, ahí están, solícitos y generosos,
alegres y solidarios con todo lo que nos pasa cada día. De ustedes he apren-
dido sabias lecciones y esfuerzos por adaptarse a lo que les hemos podido
ofrecer. Gracias a todos, los frutos se están haciendo realidad y como decía
víctor "somos una familia unida y feliz".
El Señor nos ha mostrado con anticipo el cielo, y quiero compartirlo a ma-
nos llenas con ustedes que son otro cielo en mi vida. A todos los amo infi-
nitamente y estoy dispuesta si así fuere necesario dar mi vida por cualquiera
que así lo necesite. Unidos podemos avanzar muy lejos, el camino apenas
empieza; los invito para dar cada uno lo mejor en beneficio propio y de la
familia; así estaremos confirmando que sí creemos que hay otra vida mejor,
la del cielo.
Gracias a Nati y a Víctor, a Tomas y Carito, a Manuel, Antonia y Felipe,
por estar con nosotros, nos oxigenan y obligan a tener más razones para
LOS EAS SE HACEN PALABRA ESCRITA Volumen 18
9
vivir. Sigamos juntos riendo, cantando y llorando de alegría o de tristeza,
pero sigamos. El mundo espera mucho de nosotros y somos privilegiados,
estamos vivos y tenemos a dios que nos ama más de lo que creemos.
Junto con el amor del papá está nuestro beso lleno de ternura y de la fuerza
que nos identifica.
Antonio Correa
SEMBLANZA DE ANA FABIOLA ÁNGEL DE USQUIANO
UN ÁNGEL VIVIÓ ENTRE NOSOTROS
LOS EAS SE HACEN PALABRA ESCRITA Volumen 18
10
De figura elegante, ademanes suaves, rostro sonriente y acogedor…
Estar junto a ella contagiaba ternura, optimismo y solidaridad.
Siempre de buen humor, matizaba la sinceridad y claridad de sus palabras
con un oportuno gracejo.
Convencida de su vocación comunitaria EAS, llevó su vivencia por dife-
rentes países de Latinoamérica.
Cómo la recuerdan diciendo de ella: “Lindo testimonio“, “cómo antoja del
estilo de vida de las Comunidades EAS”.
Para la última Navidad, Ana Fabiola se alejó para regresar a la Casa del
Padre, y cantar, con su afinada voz y sus parceros los Ángeles, el Gloria
Celestial.
Desde allí nos inspira a seguir viviendo en comunidad de fe, amor y vida
feliz.
LOS EAS SE HACEN PALABRA ESCRITA Volumen 18
11
Josefina Gómez, Manuel Cantero y Angelines Aceño
SEMBLANZAS DE BERNARDA E ISABEL
ISABEL ESCOBAR MARULANDA
Desde el comienzo de la formación de nuestras Comunidades EAS, varias
mujeres célibes fueron cofundadoras en Europa, junto con el P. Antonio.
Andando el tiempo se conformó en Medellín una comunidad femenina en
la que hicieron su compromiso de celibato varias profesionales. Una de
ellas fue Isabel Escobar, arquitecta, que había vivido en los proyectos so-
ciales “Villa Marta“ en el barrio Robledo, y “Siquem”, en el barrio San
Javier.
LOS EAS SE HACEN PALABRA ESCRITA Volumen 18
12
Isabel, que se había comprometido como EAS en 1962, se encargó del di-
seño y construcción de la residencia universitaria “PAX” en Medellín, y a
su atención dedicó los restantes años de su vida laboral hasta que, por sus
limitaciones físicas, la han tenido acogida en una residencia para mayores
y separada de las actividades ordinarias de las Comunidades.
Es la única célibe EAS que está viva en estos momentos y aprovecha cual-
quier oportunidad para manifestar su recuerdo y cariño para todos nosotros.
Estamos obligados a corresponder a su entrega total a nuestras comunida-
des.
BERNARDA GONZÁLEZ
Hasta su fallecimiento en el año 2006 fue una mujer célibe de nuestras Co-
munidades EAS. Odontóloga de profesión, se unió a las primeras profesio-
nales que formaron comunidad en Medellín. Estuvo un tiempo residiendo
en México, conformando allí una comunidad de célibes EAS, hasta su re-
greso a Colombia en 1962. En ese momento se integró a una Comunidad
especial, pues ha sido la única conformada por ella misma al lado de Vir-
ginia, Isabel y otras tres profesionales más, junto con Monseñor Luis Al-
fonso y tres matrimonios, en una experiencia que no se ha repetido.
A su regreso de México instaló su consultorio odontológico en los bajos de
la Residencia Pax, en el que atendía gratuitamente a muchas personas ne-
cesitadas.
También mostró su gran generosidad de siempre, cuando, al conocer que
tenía una enfermedad terminal, dispuso que sus ahorros de toda la vida fue-
ran legados a favor de Isabel, que no disponía de pensión ni fondos sufi-
cientes para subsistir.
Los EAS de ahora deberíamos imitar la intención y el desprendimiento de
Bernarda. El Señor la habrá acogido en su Reino. Descansa en paz, querida
Bernarda.
LOS EAS SE HACEN PALABRA ESCRITA Volumen 18
13
Enrique Posada Restrepo
UNA SEMBLANZA DE LUCÍA MESA LOTERO
Quiero resaltar en esta admirable mujer varios aspectos que resumen lo que
conocí de ella. El primero de ellos es el de amiga en su permanencia en las
comunidades EAS. Ha sido amiga miembro de nuestras comunidades, par-
ticipante dinámica en muchas actividades, en muchas reuniones, en distin-
tos eventos nacionales e internacionales. Ha sido una persona curiosa, par-
ticipativa, con opiniones propias; que gustaba de hacer propuestas y suge-
rencias y de poner en común sus ideas y sus sueños. La vi en acción en un
par de reuniones de la de la comunidad Los Caminantes a la cual perteneció
en su momento, en las cuales fui invitado. Estuve con ella en varios en-
cuentros internacionales, donde hicimos actividades juntos, siempre parti-
cipativa y presente. Fui testigo de participación en la Noche del Arte EAS
como artista entusiasta y valiosa.
LOS EAS SE HACEN PALABRA ESCRITA Volumen 18
14
Quiero destacar un segundo aspecto de Lucía. Su espíritu misionero e iti-
nerante, que la llevó a recorrer varios países, divulgando los principios de
la amistad para siempre, tratando de llevar el mensaje EAS a las personas
en salidas memorables, que hizo con sus compañeras por varios países de
Latinoamérica. Conocí su entusiasmo por estas labores y su sentido de en-
trega y su convencimiento de que era algo hermoso el hacer misión, el ser
itinerante.
También conocí a Lucía como artista, como pintora. Tengo en mi casa un
par de obritas suyas, las cuales ocasionalmente contemplo, las cuales me
traen recuerdos de esa pasión por pintar, una práctica de mucho tiempo.
Aprecio en ella a una persona creativa, de colores ricos, de hermosos deta-
lles pictóricos y de capacidad de observación muy alta. Fue también maes-
tra artesana, que llevó sus conocimientos a muchas personas, en una labor
dedicada y amorosa.
La conocí tan bien como madre de familia, como mujer dedicada a sus hijos,
al hogar, a sacar adelante proyectos con ellos. Con una enorme confianza
en lo que ellos hacían, con completa admiración por ellos. La conocí como
mujer aventurera, que se dedicó a su finca, a sembrar árboles, a desarrollar
sueños, viajando largas horas en bestias, en carros, caminando. Como mu-
jer compañera de sus hijos en sus proyectos; como persona soñadora, de
sueños que todavía permanecen.
Finalmente la conocí como mi alumna en el curso de Avatar que yo he
dictado en algunas ocasiones. Ella acepto gustosa cuando le plantee el tema.
Fue mi alumna destacada. Con las herramientas del curso se enfrentó a una
serie de problemas de salud con mucho éxito, con mucha determinación.
Ahí la conocí como una persona creativa y comprometida con su desarrollo
personal.
Lucía es una mujer de esperanza y una mujer amorosa. Merece nuestro ho-
menaje. Dedicó muchos años de su vida reciente a las comunidades, a la
amistad para siempre, pase lo que pase. Un ejemplo de mujer valiosa.
LOS EAS SE HACEN PALABRA ESCRITA Volumen 18
15
Josefina Gómez
SEMBLANZA DE BEATRIZ RESTREPO A.
Beatriz fue una persona muy sencilla, profundamente creyente y abierta a
todo diálogo. Comprometida y solidaria frente a la problemática humana,
sobresalió por su inteligencia.
Formó con Juan Fernando Mesa Villa una gran familia de 5 hijos, ampliada
después con 2 yernos, 2 nueras y 5 nietos. Todos muy responsables y ser-
viciales.
Ella y su esposo Juan Fernando, constituyeron la primera pareja EAS del
mundo e hicieron parte de la primera comunidad EAS de Colombia.
Nos dice Juan Fernando: Uno de los grandes logros de Beatriz, “Nuestra
Familia”. Se dedicó de lleno al hogar con ternura, diálogo, consejo, afecto.
LOS EAS SE HACEN PALABRA ESCRITA Volumen 18
16
Cuando crecieron los hijos se inició como docente de Filosofía en el Cole-
gio de la Enseñanza, donde la quisieron entrañablemente. La relación con
sus alumnas fue excelente, laboró en esta Institución hasta que cumplió la
edad de jubilación.
Siempre acompañó a Juan Fernando en la transmisión del mensaje EAS
“La Utopía de Jesús “. Padre Antonio Hortelano
Beatriz fue una animadora eficaz en la formación de “Grupos Juveniles
EAS”, acompañó al Padre Antonio en convivencias juveniles que se reali-
zaron con mucho éxito.
Juan Fernando y Beatriz, junto con otros EAS se matricularon en la Facul-
tad de Teología de la UPB. Hicieron parte de la primera promoción de dicha
facultad.
Junto con la Comunidad “Los Caminantes “fueron a la Arquidiócesis de
Manizales, a la localidad de Aguadas para promover Comunidades EAS.
Beatriz sufrió fuertes padecimientos que asumió con fortaleza, serenidad y
con la convicción de aceptar la voluntad divina.
La Madre Gloria Lilliana Franco Echeverry de la Compañía de María es-
cribió un testimonio sobre Beatriz, que concluye con una frase dirigida a
una de las hijas: “Admiro profundamente a tu mamá. Siempre me ha pare-
cido un ser impecable. Dale por favor un abrazo de mi parte. Dile que su
vida inspira”
LOS EAS SE HACEN PALABRA ESCRITA Volumen 18
17
¿TODAVÍA EXISTE LA “COMUNIDAD LOS CAMINANTES”?
Juan Fernando Mesa Villa
Comunidad Los Caminantes, Medellín, Colombia
Presentación de los editores
Juan Fernando, inspirador de la idea de publicar Los EAS SE HACEN
PALABRA ESCRITA, ha contribuido regularmente en este notable em-
prendimiento de las Comunidades EAS. Conocedor como ninguno de la
historia de las comunidades, nos ofrece acá un recorrido por los inicios de
las comunidades y por la historia de su propia comunidad, que enriqueció
su vida personal y familiar. Es precioso el testimonio amoroso de su
relación con su esposa Beatriz y el sentimiento y la realidad que expresa
tanto sobre su amor permanente por ella, más allá de la muerte, como
sobre la permanencia de la su comunidad, que no ha desaparecido. Están
en la eternidad sus miembros fallecidos y Juan Fernando es un residuo de
su comunidad en este mundo, hasta cuando el Padre Eterno lo llame a la
morada, que le tiene reservada según su misericordia
Primero me refiero a algunos antecedentes de la Comunidad Los Caminan-
tes.
Fue en 1961 cuando Beatriz y yo conocimos al sacerdote redentorista An-
tonio Hortelano; por él nos enteramos de la incipiente existencia de los que
inicialmente se denominaron “Equipos de Apostolado Social - E.A.S.” y
que posteriormente llamamos “Comunidades Cristianas Comprometidas
EAS.”
Desde entonces, es decir, desde hace 61 años, ella y yo nos incorporamos
a EAS, asumiendo voluntariamente la compleja responsabilidad de confor-
mar la primera comunidad de matrimonios EAS en el mundo. Actualmente
soy el más “antiguo” en nuestras comunidades. Otras personas, paralela-
mente con nosotros dos, fueron pioneros EAS en América al emprender la
fundación de una comunidad de célibes EAS: Monseñor Luis Alfonso Lon-
doño, Alicia Giraldo y Bernarda González. Alicia, a pesar de haber sido
LOS EAS SE HACEN PALABRA ESCRITA Volumen 18
18
clave en esa etapa fundacional, años después lamentablemente debió reti-
rarse de esta iniciativa. Ya disfrutan del gozo pleno en la eternidad.
Emprender la conformación de la primera comunidad EAS de Matrimonios
en el mundo no fue asunto fácil y expedito. No existían precedentes; se
trataba de algo nuevo en la Iglesia y en el mundo. Fue toda una aventura.
Los parámetros de entonces eran muy exigentes: las personas debían ser
menores de 35 años, cristianos auténticos y practicantes activos, unidos en
matrimonio sacramental, con vocación misionera. Solamente se admitía en
pareja y de ella, al menos uno, requería ser profesional universitario. Con
la ayuda del Señor y el Espíritu, paulatinamente la fuimos integrando. ¡Qué
formidable experiencia fue esa odisea!
Simultáneamente también se fue conformando aquí en Medellín la primera
comunidad de célibes en América, con sede en “Villa Martha”, inmueble
ubicado en el barrio Robledo, que nos facilitó el Señor Luis Carlos Estrada,
un notable benefactor en esa fase fundacional.
En estas faenas apostólicas, nos apoyó mucho el Arzobispo de Medellín,
Monseñor Tulio Botero Salazar. Se convirtió en un gran amigo. Varias de-
licadas tareas me encomendó personalmente en la Arquidiócesis. Mucha
gratitud y afecto le profeso a este memorable pastor. De él obtuvimos en
1962, el primer reconocimiento canónico de EAS en el mundo. Tengo aun
presente en mi memoria las labores preparatorias adelantadas con el abo-
gado de la Curia de Medellín, Dr. Carlos Betancur Arias, gestando el apoyo
LOS EAS SE HACEN PALABRA ESCRITA Volumen 18
19
a nuestra naciente institución. Ese mismo año vino
a Medellín Virginia López, abogada madrileña,
cofundadora de EAS con Antonio Hortelano y
María Luisa Torcal, proceso iniciado en París en
1958. Entre nosotros permaneció 8 años.
Fueron años muy fecundos, de intensa formación
y de notable proyección social. Fundamos el cen-
tro de desarrollo comunitario “Siquem”, en una
zona de poblamiento subnormal ubicada en el sec-
tor San Javier La Puerta. Participamos con el Pa-
dre Antonio y Mons. Tulio, en la iniciativa de
crear en la Universidad Pontificia Bolivariana los
estudios académicos de teología. En la primera cohorte de egresados del
diplomado en Teología estuvimos 6 de los EAS de entonces, entre ellos
Beatriz y yo. Promovimos ciclos de conferencias sobre formación bíblica,
teológica y asuntos sociopolíticos. Uno de los proyectos importantes fue la
creación de la “Residencia universitaria Pax”; en este estuvo incluida la
adquisición del inmueble para dicha residencia, proceso en el cual fueron
muy importantes las gestiones de Luis Alfonso Londoño y del entonces
presbítero Mario Escobar, más tarde Obispo de Palmira (Valle).
LOS EAS SE HACEN PALABRA ESCRITA Volumen 18
20
En 1964 se iniciaron los EAS en México. Los pioneros allá fueron Rodrigo
y Lupita Llanos (en esta foto), quienes años más tarde, perecieron en un
accidente de tránsito. Tuvimos intercambios con México. Los Llanos estu-
vieron aquí en visita fraternal y yo en México varias veces. Más tarde se
expandió EAS al Perú; allí los pioneros fueron Oscar y Zonia Quesada.
Oscar murió en su ley de servicio, en una asamblea EAS. Zonia vive ac-
tualmente en Bolivia.
Talla en madera con el rostro de Oscar que elaboré y le doné a Zonia
Muchos acontecimientos se presentaron en la primera década de EAS en
Medellín, de los cuales no me ocupo ahora. Anoto sí que unos persevera-
mos, otros desistieron o fallecieron y nuevas personas se incorporaron pro-
gresivamente. El Padre Antonio venía cada año a colaborarnos y además lo
LOS EAS SE HACEN PALABRA ESCRITA Volumen 18
21
hacía como profesor invitado de la UPB y del Instituto Latinoamericano de
Pastoral. De él fui discípulo en Psicología social y teología.
En 1974, Beatriz y yo viajamos a México para participar en la Primera
Convivencia Internacional EAS; se realizó en la localidad de Valle de
Bravo –Toluca. Fue un acontecimiento trascendental. En ella, con la ma-
durez lograda en la experiencia de más de una década, los EAS definimos
el “Modelo de vida EAS”, lo consignamos por escrito en la primera ver-
sión que hemos tenido del Ideario y optamos definitivamente por el nom-
bre de “Comunidades Cristianas Comprometidas”. Sustituimos la mo-
dalidad de “Equipo” (grupo operativo) por el de “Comunidad” (convi-
vencia fraternal). Este fue un paso enorme, gigantesco.
He participado activamente en casi todos los encuentros internacionales.
Por su importancia, hago expresa mención del IV Encuentro Internacional,
realizado en Guadalajara, año 1989. En éste creamos el Consejo Perma-
nente, expedimos la primera versión del Reglamento EAS y escogimos
para EAS la figura canónica de asociación privada de fieles, de conformi-
dad con el Código de Derecho Canónico promulgado en 1983. Tampoco
olvido el V Consejo Permanente reunido el año 2009 en Aparecida, Brasil:
allí reordenamos los textos del Ideario y el Reglamento y creamos la
Comisión de Delegados del Consejo Permanente.
LOS EAS SE HACEN PALABRA ESCRITA Volumen 18
22
Aquí en Medellín tuvimos por algún tiempo, una experiencia muy impor-
tante, la comunidad mixta de casados y célibes. En 1974 decidimos finali-
zarla para emprender una nueva etapa en la vida comunitaria. Manuel Can-
tero y Angelines Aceña propiciaron la formación de la “Comunidad La
Alegría” y Beatriz y yo la de “Los Caminantes”.
En la de Los Caminantes, al conformarla, quisimos que en ella convergie-
ran diferentes carismas vocacionales EAS: casados, sacerdote, viuda y cé-
libes. La base de Los Caminantes fuimos tres de los pioneros EAS: además
de Beatriz y yo, Monseñor Luis Alfonso Londoño Bernal, (lo tuve de dis-
cípulo en Sociología en la UPB); ya había regresado de Roma, en donde
obtuvo el Doctorado en Ciencias Sociales en la Universidad Santo Tomás
y participó en las labores del Consejo Pontificio Justicia y Pax, interac-
tuando con el cardenal africano Bernardin Gantin, con quien tuvo una amis-
tad muy especial. Sixto Eduardo Ospina y Miryam Mesa de Ospina fueron
los primeros que nos aceptaron la invitación a ser EAS en esta comunidad.
Sixto Eduardo era colega mío en la docencia en la Facultad Nacional de
Salud Publica en la Universidad de Antioquia: médico, salubrista, especia-
lizado en salud ocupacional, uno de los primeros impulsadores de esta sub-
disciplina en Colombia. Myriam estudió arte y decorado. Luego ingresaron
otros. La foto tomada por mi corresponde a un momento vivido por la co-
munidad; en su historial hubo otros hermanos que no están en esta imagen.
Luis Alfonso fue Rector de la Universidad Pontifica Bolivariana y rector
fundador de la Universidad Católica de Oriente.
La Comunidad Los Caminantes fue muy sólida en sus propósitos y conduc-
tas.
Con el tiempo en Medellín, a partir de dos comunidades con matrimonios,
se presentó un período de expansión cuantitativa EAS. Sobrepasamos la
cantidad de 20 comunidades. En otra oportunidad me referiré a varios as-
pectos de esta etapa de la historia EAS.
Medellín fue escogida como sede del I Encuentro Internacional de Coordi-
nadores EAS en 1992; tuve la responsabilidad de coordinar su organiza-
ción. A los dos años y medio de este evento, esta ciudad también fue sede
del V Encuentro Internacional EAS y del II Consejo Permanente. El Comité
Coordinador Internacional operó desde aquí durante tres períodos (15 años)
con una fuerte participación de la Comunidad La Alegría y de otros EAS
de esta ciudad.
LOS EAS SE HACEN PALABRA ESCRITA Volumen 18
23
Entre 1974 y hoy, hemos tenido aciertos y errores. Esta fase merece y re-
quiere una evaluación serena, objetiva y humilde para obtener lecciones
valiosas de cara al futuro, pero aún no ha existido voluntad para asumir este
reto.
Para la Comunidad Los Caminantes fue un tiempo “complicado”, especial-
mente desde el año 1992. Aparecieron en la escena factores adversos para
la vida comunitaria. Ante algunos obstáculos que nos impedían a Los Ca-
minantes tener una injerencia expedita en Medellín, optamos por participar
en la evangelización y promover nuestras comunidades en la Arquidiócesis
de Manizales, previa autorización que nos otorgó su Arzobispo; logramos
conformar dos comunidades en la ciudad de Aguadas. Ha sido la única di-
fusión real de EAS en Colombia.
Los hechos desagradables que se produjeron en Medellín, indujeron a al-
gunos miembros de la Comunidad Los Caminantes a retirarse de EAS;
otros aguantamos el embate. Se acrecentaron las dificultades y explotaron
en una desafortunada Asamblea General. Algunos de los Caminantes que-
rían seguir en la comunidad, pero no en EAS de Medellín. Consideramos
que esta alternativa no era viable a la luz del Modelo de vida EAS y por
ello no siguieron en EAS, aunque persistimos en la amistad. No faltó la
conducta “arribista” de alguien que lesionó la confianza interna en la co-
munidad; se retiró de ella. Varios continuamos siendo fieles a Cristo en
EAS, a pesar de las adversidades que nos correspondió vivir. Lo hicimos
con fundamento en la seriedad del compromiso EAS que habíamos con-
traído en libertad y en adhesión a la persona de Cristo. De cierta manera
nos ha tocado asumir una experiencia nueva, muy importante, la de vivir
paradójicamente la vida comunitaria con una considerable dosis de “exi-
lio”.
A las angustias anteriores nos sobrevino la acción de la muerte. Hicieron
su pascua y acudieron al llamado definitivo del Padre Eterno varios miem-
bros de la Comunidad Los Caminantes: Monseñor Luis Alfonso, Sixto
Eduardo Ospina, Myriam Mesa y hace dos años, Beatriz, mi esposa. De
nuestra muy querida comunidad solo yo aún permanezco en este mundo…
Soy el residuo. Quiero ser fiel al compromiso hasta mi muerte. Soy un con-
vencido de la bondad del Modelo de vida EAS. Amo a todos los EAS, in-
cluso a quienes me han creado dificultades.
Vivo, dentro de mis fragilidades y defectos, el estilo de vida EAS con in-
tensidad y participo hasta donde las circunstancias reales me lo permiten.
LOS EAS SE HACEN PALABRA ESCRITA Volumen 18
24
Le colaboro a EAS internacional todo lo que me es posible, especialmente
en la Comisión de Delegados del Consejo Permanente, de la cual en este
año son el coordinador.
Siempre he considerado que ser EAS es serlo las 24 horas de cada día.
Cualquiera sea mi actividad, es contribución EAS o frustración de la
misma, según sean mis aciertos o mis deficiencias. Así lo he entendido
cuando fui docente universitario, o cuando asesoré a la población de El
Peñol en su reasentamiento con ocasión del megaproyecto hidroeléctrico,
o cuando le colaboro a algunas diócesis o arquidiócesis, o cuando practico
las artes plásticas o la fotografía, o cuando interactúo con mi familia o con
otras personas e instituciones… Siempre, de alguna manera está presente
en mí, mi Comunidad Los Caminantes y los demás EAS del mundo.
¿Se acabó la Comunidad Los Caminantes? Esta es la primera impresión:
al fin al cabo, una sola persona no es comunidad. No obstante, es preciso
mirar este asunto más cuidadosamente.
El numeral 27 del Ideario dice: “Las Comunidades Cristianas Comprome-
tidas EAS conservan una memoria viva de los que nos han precedido en el
seguimiento de Jesús, especialmente de María, su Madre, de los doce após-
toles, Pablo, los mártires, cuantos han dado testimonio de Cristo, todos los
santos de la Iglesia, sin olvidar a todas las personas de buena voluntad,
gracias a las cuales la vida, la cultura y la fe han llegado hasta nosotros,
enriquecidas más y más con el aporte de cada uno de ellos, y de aquellos
que han muerto y a través de Cristo, resucitado y siguen formando parte
de nuestras comunidades”. (subrayado mío).
Sí, mis hermanos de comunidad ya se encuentran en la plenitud de
Dios, Uno y Trino. Es un resultado del caminar comunitario. Ellos si-
guen siendo parte de la Comunidad Los Caminantes. Esta Comunidad
no ha desaparecido. Están ellos en la eternidad y yo soy un residuo en este
mundo, hasta cuando el Padre Eterno me llame a la morada, que en mi es-
peranza, me tiene reservada según su misericordia.
Sigo en interacción con ellos; desde el cielo me siguen animando. Y yo sigo
acogiendo el acompañamiento gratuito que Cristo me da en su amor. Y así
continúa la vinculación de ellos con todas nuestras comunidades EAS. Esta
Comunidad no se ha acabado…
LOS EAS SE HACEN PALABRA ESCRITA Volumen 18
25
Por esta razón he sido partidario de que en los listados de miembros EAS
que con alguna frecuencia se expiden, también aparezcan los nombres de
aquellos EAS que ya disfrutan del gozo eterno. Su dirección es celestial.
Podemos comunicarnos con ellos para que sean nuestros intercesores…
*******
Cuando murió a este mundo Beatriz, mi amada esposa, recibí de varios
amigos algunos documentos sobre cómo hacer el duelo; algunos de esos
documentos elaborados por “expertos” norteamericanos, especialmente
psiquiatras. Los gestos solidarios de mis amigos se los agradecí mucho.
Pero revisando los consejos que impartían en esos documentos, me percaté
que solo tenían una visión de mundo, sin sentido de trascendencia, sin sen-
tido de Dios. Con esa visión restringida, sus reiteradas recomendaciones
son las del olvido para buscar nuevas alternativas… para “rehacer la
LOS EAS SE HACEN PALABRA ESCRITA Volumen 18
26
vida”, para “reorganizarse”. Un concepto intramundano de la muerte,
sin comprensión de lo que es el nexo vida-muerte- resurrección y plenitud
eterna.
Después de conocer a Beatriz 70 años, de los cuáles 60 en matrimonio
amoroso, me sobrevino la realidad de su ausencia física en mi vida. ¿Ol-
vido? ¡Jamás!
Gratitud a Dios por el don de la vida de Beatriz, por la oportunidad de
participar con ella existencialmente en proyectos de vida compartidos; por
ser luz y corazón para mí; por haber sido protagonista de una familia ma-
ravillosa, en la cual reina el amor; por haber sido fortaleza en las adversi-
dades; por haber compartido solidariamente gozo y sufrimiento; por la in-
mensa alegría de haber caminado juntos por este mundo, colaborándonos
en el amor mutuo…
Ella ya disfruta de la plenitud de Dios… ¡Aleluya! ¿Cómo no alegrarme
de su llegada a la meta final? ¿Cómo y por qué olvidarla? Ella sigue viva
en mi corazón: es otra forma de presencia y de participación, insustitui-
ble, formidable… ¡maravillosa! Gracias Dios mío por tu bondad y por
haberla acogido para siempre en la Comunidad Divina de Amor.
De manera similar, gratitud a Dios por los hermanos de Comunidad que
también han llegado al gozo eterno. Ellos, protagonistas de fidelidad, soli-
daridad y cooperación en Cristo durante su peregrinar terrestre, siguen
siendo miembros celestiales de la Comunidad los Caminantes.
Hago votos para que en EAS elaboremos una guía para el duelo, con
fundamento en la fe en Dios y una verdadera macro visión cristiana.
LOS EAS SE HACEN PALABRA ESCRITA Volumen 18
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LOS GRANDES DESAFÍOS DE LAS COMUNIDADES EAS - UNA
VISIÓN A PARTIR DE PENTECOSTÉS
Enrique Posada Restrepo
Comunidad de La Luz, Colombia
Presentación de los editores
Enrique Posada, uno de los editores es frecuente colaborador en este tra-
bajo de las comunidades. Comparte acá sus reflexiones sobre los desafíos
y retos de las comunidades, utilizando herramientas estratégicas, bajo la
inspiración y simbología de los dones del Espíritu Santo.
LOS RETOS DE LAS COMUNIDADES EAS
Recientemente tuve el honor de presentar una charla sobre estos asuntos,
por amable invitación del Comité Internacional de las Comunidades EAS
y me parece que vale la pena exponerla acá. Se trata de visiones que buscan
pensar en nuestras comunidades, en sus relaciones con la Iglesia y en el
trabajo que todos tenemos que hacer para sacar adelante la vida, la familia,
los valores. En la fiesta de los EAS, que es el día de Pentecostés, decidí
utilizar la imagen del Espíritu Santo y de sus dones como elementos de
motivación y de efectividad estas reflexiones. En ello me voy a basar para
tratar las propuestas que se hicieron en el pasado Encuentro Internacional
de Coordinadores. Allí los asistentes resaltaron un conjunto de aspectos y
retos esenciales para trabajar el futuro de las comunidades EAS. Son los
siguientes:
LOS EAS SE HACEN PALABRA ESCRITA Volumen 18
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• Involucrar a los jóvenes.
• Fortalecer nuestra mística, anunciando a un Cristo integral
• La integración de la familia
• Fomentar los proyectos sociales
• Cuidar el Medio Ambiente
• EAS, la evangelización y la promoción comunitaria como acción
articulada.
LOS DONES DEL ESPÍRITU SANTO
Hace años, en un retiro espiritual en Colombia hicimos un trabajo colectivo
de grupo. Nos enfocamos en representar los dones del Espíritu Santo me-
diante imágenes, que tienen gran valor y significado y que voy a utilizar en
estas reflexiones.
La conciencia de la presencia del Espíritu Santo y sus dones, es el regalo
mayor que el Señor dejó a sus apóstoles y a toda la comunidad cristiana. Él
anunció la venida el Espíritu Santo. Para nosotros este anuncio tiene que
LOS EAS SE HACEN PALABRA ESCRITA Volumen 18
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ser una realidad. Creo que la forma real en que el Espíritu se manifiesta
entre nosotros es a través de la presencia viva de sus dones, que son las
herramientas divinas. Si vamos a vencer los retos y desafíos que tenemos,
la presencia del Espíritu es esencial, esa fuerza bondadosa, efectiva, efi-
ciente será el gran respaldo que tenemos.
La sabiduría es un don muy estimado. Nos encanta estar cerca de personas
que saben; nos encanta acercarnos a las fuentes de la sabiduría y escuchar
palabras que siembran los campos de la vida con sabiduría. Cuando una
persona sabía está cerca de nosotros, sentimos la fuerza del Espíritu Santo.
En el símbolo que hemos escogido, la sabiduría emana de todos los miem-
bros de la comunidad, la comunidad representada en este caso por una fa-
milia: padre, madre, hijos. Porque la sabiduría está en medio. Para nosotros
la presencia del Señor en nuestras reuniones y en todo lo que hacemos, nos
acerca a visiones de sabiduría. Es una habilidad para saber hacia dónde
vamos, de manera que resolvamos los problemas tratando bien a los que
nos rodean, con capacidades para discernir, para aprender, para ordenar la
vida de una manera clara y encontrar las salidas en las encrucijadas y las
alternativas al realizar todas las actividades.
La inteligencia la simbolizamos acá como un derrame continuo de rayos
claros e iluminadores desde el Espíritu Santo, como una luz que llega a
todas las personas, generando una capacidad lógica, una inspiración para
hacer las cosas como tienen que hacerse, una disposición para tomar deci-
siones correctas, una habilidad para ordenar, poner los asuntos en contexto,
logrando tener visión clara, de forma que no se cometan errores; un sentido
de las proporciones que nos permite ir por el mundo sin tanto tropiezo, que
nos ayuda a resolver los problemas complejos que se nos presentan. Estas
ondas emitidas desde el Espíritu Santo Para servirán como luces para que
las cosas estén claras al enfrentarse a los proyectos de vida.
El consejo tiene mucho que ver con el acompañamiento, con la escucha,
con la habilidad que tenemos de ponerle cuidado al otro, pensando que en
el otro hay chispas de divinidad, de manera que cuando el otro nos com-
parte sus vivencias, sentimientos, pensamientos, necesidades, propuestas,
inquietudes, lo hace desde su ser interno: a la vez, experimentando la cer-
teza de que cuando yo hablo, cuando digo algo, se manifiesta también a
través de mis palabras esa presencia del Señor y del Espíritu, naturalmente
todo esto se vuelve muy real y efectivo cuando nos sintonizamos con el
Espíritu Santo y cuando estamos en sintonía los unos con los otros. En esta
forma convocamos palabras acogedoras, empáticas, cercanas, sanadoras.
LOS EAS SE HACEN PALABRA ESCRITA Volumen 18
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Acá los simbolizamos por un medio de comunicación que produce señales
y sabiduría para contribuir a disipar la confusión. Cuando se manifiesta este
don, las palabras son manantiales de vida y el que escucha sabe discernir y
tamizar para separar la basura, que con frecuencia es abundante en las na-
rrativas prevalente en los medio y redes y destilar la pureza de los mensajes
y encontrar la sabiduría que tienen. Se inspira estos intercambios de men-
saje y de escucha la positividad, fluye los que funciona y se evita enredarse
y destruirse por los daños de los chismes, la mentira, y las palabras que
causan tortura. Se estimula la sintonía con la armonía, con las palabras que
crean visión, crean lazos, sentido del futuro y de la creatividad. Es una ha-
bilidad para que cuando yo le hable a los demás, siempre los lleve por el
camino de lo que es constructivo, armónico y posible; por los caminos del
valioso reino de Dios.
El amor nos acerca a la intimidad divina, a Dios, a ese gran corazón divino
que unifica y que arrastra, simbólicamente, toda una cadena de corazones
que se enlazan a ese gran corazón. El símbolo que estamos utilizando indica
que tal visión amorosa es una visión comunitaria, donde nos unimos con
buenas intenciones, de manera que no perdamos nuestra individualidad ni
nuestra capacidad personal. Se busca hacer unión y lograr fortaleza inclu-
yendo la totalidad de nuestras realidades individuales para que el todo sea
más grande y más amoroso, para que la suma de las partes y nuestras co-
munidades seas una simbología clara de esa visión amorosa.
La piedad tiene que ver con el respeto enorme que sentimos por la divini-
dad, por la creación, por todo lo que Dios ha hecho, por esa enorme capa-
cidad divina de crear y establecer amor por el universo entero. Entonces,
amorosamente, con mucho sentido de la humildad, nos acercamos ante la
divinidad con sentimientos de arrobo, en unión mística; con el entendi-
miento de que es una unión que nos lleva a otro universo, en un trance
amoroso. La piedad nos lleva a la humildad alegre del que sabe que es aco-
gido cuando se acerca. La piedad es el permiso que nos damos para acer-
carnos a la divinidad con nuestros sentimientos, con nuestra vocación, con
nuestra potencia personal puesta al servicio.
La Ciencia tiene que ver con el conocimiento profundo, verificable a través
de la experiencia. Este don nos hace capaces de aproximarse a lo sagrado,
en una tradición de sabiduría estructurada que se va destilando y consoli-
dando a través del tiempo y que va quedando representado en textos, en
libros, en conocimiento, en ciencia, en la sabiduría que no se pierde. Cele-
bramos que inspirados por este don, los seres humanos son cuidadosos al
LOS EAS SE HACEN PALABRA ESCRITA Volumen 18
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guardar en bibliotecas, al recoger en textos, al divulgar en conferencias, en
fotografías e imágenes, en registros, todo ese caudal que ha ido llegando a
través de la capacidad intelectual, de la capacidad experimental. Celebra-
mos que el Espíritu Santo siempre está presente en ello, en esa fuerza que
no para de evolucionar; nos mueve para quedarnos en la ignorancia, a ex-
perimentar cada día con ansias de saber, de llegar al entendimiento de este
planeta y de este mundo, de nosotros mismos, con esta inteligencia tan pre-
ciosa que Dios nos ha regalado como un desafío para que todos los días nos
acerquemos a la gran sabiduría. En todo eso necesitamos un hilo conductor,
un nudo que nos mantengan fuertes que nunca nos dejes rendirnos.
La fortaleza está acá descrita con la simbología de la unión con la divini-
dad por medio de un lazo fuerte lleno de gratitud. Recibimos de Dios la
sanación, recibimos de Dios la capacidad para no decaer, para no estar de-
solados ni sentirnos abandonados. Recibimos salud, energía que nunca nos
hace estar con la cabeza agachada, ni desanimados ni tristes por ante el caso
de los problemas. Siempre estamos fuertes en la alegría, en la alegría del
Señor.
LA MIRADA ESTRATÉGICA
Vamos a examinar los dones del Espíritu Santo y los problemas o retos que
tenemos bajo la mirada estratégica. Se trata de apreciar base en cuatro as-
pectos: OPORTUNIDADES, FORTALEZAS, DEBILIDADES y
AMENAZAS.
Al observar la realidad de manera consciente podemos darnos cuenta de las
oportunidades que aparecen con respecto a los temas que nos inquietan,
que estamos examinando. Brincan en el ambiente esas oportunidades.
Cuando estamos atentos y despiertos, caemos en cuenta de las mismas y
podemos tomar la decisión de prestar atención, de acercare, de traerlas a la
vida y convertirlas en algo propio, en fortalezas que podemos usar.
Las fortalezas indican que poseo capacidades: Pueden haber sido el resul-
tado de aprovechar los aleteos de las oportunidades. Pueden venir con base
en esfuerzos personales o en dones propios. De cualquier son cosas mías.
Ya las tengo. Las gané con mi trabajo, con mi vocación, mi cuerpo y mi
inteligencia; con mi familia, con mis valores, con los bienes que poseo
LOS EAS SE HACEN PALABRA ESCRITA Volumen 18
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Las amenazas tienen que ver con el hecho de que existen riesgos y dificul-
tades. que surgen, a veces circunstancialmente y que ponen en peligro las
estructuras que construimos. No siempre se aprecian con suficiente clari-
dad. Muchas veces hay que examinarlas deliberadamente y ponerles aten-
ción para que no se vuelvan reales. Hay que entenderlas y minimizarla. En
ese sentido es peligrosa la ignorancia y conveniente la conciencia para evi-
tar que hagan daño.
Por otro lado, existen las debilidades, que rebajan nuestras capacidades.
Cuando nos descuidamos y dejamos que las dolencias y las carencias sub-
sistan sin atención y cuidado, se generan daños, tensión e incomodidad. Las
debilidades bajan los ánimos y quitan potencia. Se les debe prestar atención
para ojalá convertirlas en oportunidades y capacidades.
Es conveniente ser muy inteligentes sobre las amenazas e ir corrigiendo las
debilidades para que no estén siempre ahí. La propuesta que es busquemos
enforcarnos en lo positiva, fluyendo desde la negatividad y la debilidad ha-
cia la fortaleza y la oportunidad.
INVOLUCRAR A LOS JÓVENES.
El asunto de los jóvenes siempre parece ser motivo de inquietudes y frus-
traciones entre los adultos en las comunidades EAS. Pienso que quien más
se aproximó a trabajar bien con los jóvenes fue el padre Antonio Hortelano,
nuestro fundador. A él le gustaba hacer encuentros fuertes con los jóvenes,
cargados de desafíos y de motivaciones, y de ellos se hicieron algunos en
México. Pero no ha sido tan fácil continuar con esa ruta.
LOS EAS SE HACEN PALABRA ESCRITA Volumen 18
33
Veamos algunos aspectos. ¿Dónde están las oportunidades? En donde hay
presencia de los jóvenes: Hijos, colegios y universidades; en la iglesia se
cuenta con la Pastoral Juvenil. Hay grupos de jóvenes en muchas de las
parroquias y diócesis. Vale la pena acercarse a estos posibles puntos de
encuentro. Nos podemos aproximar y hacer las búsquedas desde nuestras
fortalezas. Por un lado, la experiencia que nos ha permitido acumular sabi-
duría y lenguaje. Contamos con sabiduría, persistencia, paciencia, empatía
y cercanía; con las virtudes naturales de cristiano, fe, esperanza y amor,
virtudes que surgen de lo divino. Hace años tuvimos un encuentro con jó-
venes muy valioso en Perú, en el cual pude colaborar, que fue maravilloso.
Pero no se ha tenido continuidad. Es importante seguir haciendo encuentros
no decaer Y en esto hay que tener mucha paciencia y sembrar como en la
parábola del sembrador Por otra parte está presente la amenaza de que los
EAS envejezcan y se vayan apagando, diluyéndose hasta desaparecer, con
mucha probabilidad de perder, en ese proceso natural e inevitable, impor-
tancia sobre todo en la juventud. Puede morir con ello la continuidad, ante
la falta de renovación. Hay que aceptar que se experimentan debilidades,
especialmente en el campo del lenguaje y de las comunicaciones. Si nos
quedamos aparte por miedos vamos a perder importancia y se ampliará la
brecha. Si no desarrollamos capacidades para llevar los mensajes y buenos
métodos de conversación, se ampliarán las diferencias entre los adultos
EAS y los jóvenes. Hay que superar el miedo al rechazo. Hay que conocer
el lenguaje de los jóvenes y fortalecerse, de modo que la modernidad no
nos asuste
LOS EAS SE HACEN PALABRA ESCRITA Volumen 18
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FORTALECER NUESTRA MÍSTICA, ANUNCIANDO A UN
CRISTO INTEGRAL
Considero la mística como la idea de tener a Cristo presente y cercano a
nosotros y a nuestras comunidades; un Cristo verdaderamente activo en
medio de nosotros. Mística que se basa obviamente en la presencia del Se-
ñor en medio de nosotros y en buscar a Cristo como realidad potente en
nuestras vidas. Tenemos como oportunidad para estar cercanos, la experi-
mentación de momentos especiales, momentos de cercanía. Una de ellas es
realizar retiros. No podemos abandonar estas rutinas; las debemos hace fre-
cuentemente tanto en las comunidades, como a nivel personal. Buscar mo-
mentos de oración, no dejarse arrastrar por la racionalidad que la desacre-
dita y que la menosprecia, ni por las rutinas que desperdician el tiempo. Se
requieren momentos de un silencio interior. También estemos muy cons-
cientes de que los textos sagrados siempre nos traen sabiduría. No perda-
mos la cercanía al Evangelio, a la Biblia, a los grandes textos que tantos
seres maravillosos han escrito a través de los tiempos. Incluyamos los tex-
tos que contribuyen a que recuperemos la energía interior. En esta forma
podemos entrar en contacto con los espacios de la contemplación, enrique-
cidos y alimentados desde nuestro centro, desde nuestro ser interior.
El contacto con el mundo interior y con la presencia del Seños se debería
reflejar en la vida, en la acción. En esta forma la mística tiene que ver con
servir, con compartir, con ser generoso. Tales contactos también se ven
LOS EAS SE HACEN PALABRA ESCRITA Volumen 18
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asociados con elementos de la realidad que nos acercan a la parte interior.
Aspectos como la poesía y la música. Vale la pena dejarse llevar por los
escritos y la poesía de Santa Teresa, de San Juan de la cruz, de los grandes
poetas místicos cristianos. Así se estimula el que nos acerquemos a una
energía muy interior y preciosa.
Podemos encontrar fortalezas en los ejemplos, entre nosotros, de personas
que son profundas. Ellas han contribuido a nuestros propios textos de mís-
tica EAS, especialmente el ideario y documentos que son síntesis valiosas
y reales de cómo podemos acercarnos a la mística. El espíritu itinerante
nunca lo podemos perder, esa fuerza que nos lleva a mostrar el mensaje, a
no quedarnos encerrados en el pequeño espacio que tenemos. Grandes for-
talezas residen en el espíritu fundacional, que refleja la fuerza mística de
las palabras originales. Somo afortunados al tener acceso a los escritos de
Antonio Hortelano y a su espíritu fundacional y al de la comunidad origi-
nal, de los que somos nosotros resultado como pequeñas comunidades. Hay
fortaleza también en nuestros propios escritos de miembros EAS en nuestro
libro anual de Los EAS se hacen palabra escrita, cuyos mensajes siempre
transmiten trozos y esencias de mística EAS, tal como se vive día a día.
Con todo ello somos obreros de la gran empresa que aporta un lenguaje
elevado, un mensaje espiritual que resuena por el mundo.
Nuestro lenguaje crea realidades y no conviene que nos desenfoquemos
ante las amenazas del materialismo y de la superficialidad. Y ante el des-
enfoque tan grande que la sociedad está experimentando perdiendo la pre-
sencia del Señor, la presencia de Cristo. Hay que caer en cuenta de que
Cristo se niega por todas partes, ante la racionalidad, la comodidad, la in-
diferencia. Son abundantes y extremadamente atrayentes las distracciones
que nos alejan de nuestro centro, del ser profundo, de la cercanía con el
Señor. Con frecuencia más bien nos mantenemos en cercanía con el inter-
net, en frecuentes jornadas de deporte, de diversión, de viajes, de recrea-
ción; en todo ello hay aspectos valiosos y positivos, pero no debe ser tal la
distracción que perdamos la energía mística.
Es que tenemos debilidades: Desánimo que nos rebaja la energía; cinismo
que nos lleva a la superficialidad, a la burla, a las ironías, al menosprecio;
desenfoque que nos distrae y nos aleja de lo esencial, de modo que se va
perdiendo la senda respetuosa que lleva a Dio; el materialismo, la fama y
el poder, que adulan y matan el espíritu de servicio.
LOS EAS SE HACEN PALABRA ESCRITA Volumen 18
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INTEGRACIÓN DE LA FAMILIA
El trabajo en el nivel familiar siempre será vital. Debería conducir hacia la
integración y debería resonar con las vivencias comunitarias, en íntima re-
lación de enseñanza y aprendizaje.
Vale la pena que aprendamos a ver a la familia como una comunidad. Los
hemos estado practicando en la nuestra durante más de dos años, en reunio-
nes familiares, con persistente regularidad, cada semana, repartiendo tareas
y compartiendo con mi esposa y nuestros cinco hijos, y a veces con nietos
y parejas matrimoniales. Este espíritu de integración inspirado en las vi-
vencias comunitarias lo podemos extender por todas partes. Donde trabajo
tengo reuniones semanales con los compañeros de mi grupo, en las cuales
exploro las metodologías de la regularidad, del tema, del compartir. En ver-
dad podemos ser misioneros del espíritu de la amistad y del compartir. Así
buscamos integración por doquier, en vivencias de 24 horas. Son oportuni-
dades de unión las reuniones, las conversaciones, el estudio en compañía,
los viajes; las actividades para compartir y servir
La amistad y el compartir son fundamentos y fortalezas de la integración.
Estos son valiosos tesoros que no debemos desechar. Así, extendiendo esta
red, la iglesia es más fuerte; las comunidades son más fuertes. En la vida
parroquial hay también espacio para trabajar con la familia. Es nuestra sa-
biduría contar con capacidad para ver el valor familiar por todas partes, en
armonía con el valor comunitario; mezcla que une dos cosas en danza de
LOS EAS SE HACEN PALABRA ESCRITA Volumen 18
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integración; fortalecida con la fe y la oración. Cuando hacemos oración,
confiamos, a través de la fe, en que todo se va a sanar, que todo funciona
mucho mejor.
Surgen las nubes amenazadoras contra las integraciones de la familia y de
la comunidad por todas partes, en un ambiente que en nada contribuye, en
el cual encontramos superficialidad, visiones de corto plazo, desprestigio
de los valores, menosprecio por las tradiciones y la estabilidad familiar. Las
drogas recreativas se venden en el cine, en las canciones, en los medios,
como algo normal, aceptable y bueno, que vale la pena ensayar y no se cae
en cuenta de los abismos de la drogadicción, el daño al sistema nervioso,
loa criminalidad asociada y el enriquecimiento desbordado que ve como
positivo el disfrute desmedido y superficial. En este ambiente no hay mu-
cho espacio para los valores del compromiso y la amistad hasta que la
muerte nos separe. En cambio, todo se reduce a ensayos superficiales y de
corto plazo. Si no somos capaces de aportar las fortalezas y nos dejamos
llevar hacia los riesgos, se irá perdiendo la integración.
¿Qué nos hace débiles ante las amenazas e incapaces de aprovechar las for-
talezas? Nuestras debilidades de comunicación; nuestra falta de atención
de alta calidad (responsable, apreciativa, cercana); nuestra visión materia-
lista y nuestra ignorancia. Aspectos que se corrigen con el compartir comu-
nitario, con campañas de valores, con el servicio.
PROYECTOS SOCIALES
LOS EAS SE HACEN PALABRA ESCRITA Volumen 18
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¿Qué son los proyectos sociales? ¿Cuándo son fuertes? Se ven estimulados
por los retos y los problemas que nos rodean; por las desigualdades y las
carencias comunitarias. Estos han estado con la humanidad desde siempre.
Son significativos los avances sociales y pero no se acaban de resolver.
Naturalmente, al hacer parte de las comunidades, sentimos el llamado al
compromiso social, impulsados por el Evangelio y por nuestro ideario y
pensamos que podemos contribuir con ideas, con proyectos, con activida-
des. No es fácil encontrar las rutas de acciones comunitarias comprometi-
das, eficaces, de largo aliento.
Es importante entonces encontrar qué nos hace fuertes en este sentido, qué
oportunidades surgen. Un elemento básico es la energía social que alienta
nuestras propias vidas. Podemos ensayar la idea de vivir las 24 horas de
nuestra propia vida como un constante proyecto social, extendiendo estas
posibilidades a la vida en nuestra familia, en el lugar donde trabajamos. Es
decir, nos embarcamos en narrativas y creencias de compromiso social, que
podemos extender a proyectos sociales de las comunidades. Hay que forta-
lecer nuestra cosmovisión, para apreciar en qué no es justo el mundo; co-
nocer las muchas necesidades; los retos; las problemáticas. Y así entrare-
mos en contacto con muchas personas y entidades que trabajando orienta-
das a resolver, aunque sea parcialmente, problemas sociales. Con ellas se
puede trabajar: organizaciones no gubernamentales; las parroquias y la
iglesia, que tienen la pastoral social.
Encontramos fuerza para ello en la amplia experiencia histórica de com-
promisos de muchas personas y entidades. Abundan los ejemplos en la Igle-
sia. Cada santo es un caso de compromiso efectivo con proyectos sociales.
Una fuente para saciarse con energía y sentido de compromiso social cris-
tiano. Es la creatividad una gran fuerza interior para encontrar alternativas
y plantear esquemas de trabajo y la generosidad un recurso ilimitado que
nos aconseja la entrega desprendida y el sentido de compromiso.
Desaniman, desenfocan y causan incertidumbre los ambientes de indiferen-
cia social y las tentaciones a alejarse de la realidad, alentados por nuestra
propia mediocridad estadística (como la llamaba Antonio Hortelano), que
nos sitúa en la indiferencia y en la parálisis de la acción.
Contribuyen a estas mediocridades en la acción la falta de compromiso, la
visión que tenemos del tiempo, según la cual carecemos de tiempos y de
espacios; la falta de estructuras y de liderazgo que nos ayuden en las buenas
LOS EAS SE HACEN PALABRA ESCRITA Volumen 18
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prácticas, en la eficiencia y en la efectividad al emprender proyectos y el
sentido que tenemos de la escasez y la carencia de medios, como disculpa
normal para abandonar los intentos o no actuar.
MEDIO AMBIENTE
¿Qué significa ambiente? Es el tema de moda. Hay grandes temores aso-
ciados con emergencias climáticas, con calentamiento global, con la negra
suerte que le espera al planeta ante las irresponsabilidades de la civiliza-
ción. Es nuestra responsabilidad actuar de forma equilibrada y respetuosa
con relación al ambiente, pero no creo que debemos dejarnos llevar por
narrativas, por ideologías que pregonan el aborto, el decrecimiento y el
miedo; o por desánimos, cayendo en la sensación de que somos víctimas
de una sociedad destructora y miembros de una especie depredadora y fatal
para el planeta.
Creo que hay que enfocarse en las muchas oportunidades para actuar de
forma responsable. A nivel internacional, se tienen los objetivos del desa-
rrollo sostenible, que nos señalan rutas para el trabajo equilibrado entre so-
ciedad, economía y ambiente. Nuestros contactos con el arte, la belleza y
el sentido de maravilla y aprecio que tenemos que sentir ante la creación,
nos dan ocasiones para enriquecer nuestra conciencia social. Cualquier
contacto, basado en nuestra atención deliberada y cercana con la naturaleza
nos hace mucho bien y nos estimula.
LOS EAS SE HACEN PALABRA ESCRITA Volumen 18
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Vemos fortalezas para actuar en forma comprometida en el sentido inter-
nacional, que es muy importante porque ante todo somos comunidades res-
petuosas y atentas, que estamos en contacto con situaciones y con personas
de muchos países y eso nos da una visión amplia de los problemas que son
en realidad importantes. El sentido de lo sagrado y la espiritualidad confie-
ren enorme respeto en el trato con todo lo que nos rodea.
No azotan las amenazas de la pobreza y deterioro; la violencia y la escasez.
Sentimos temor ante el posible agotamiento de los recursos; sentimos que
el materialismo ciego en nada contribuye al respeto ambiental. Llenos de
debilidades podemos estar ante la falta de conciencia, la falta de contacto
con la naturaleza, la indiferencia y la ignorancia. El desorden surge cuando
dejamos que el descuido reine en nuestras vidas y en la sociedad. Hay que
ser cuidadosos para que no se desordenen los ambientes hasta niveles irre-
versibles, para que no se llenen las ciudades, los ríos, los mares, los campos
de mugre y de desechos, para que no se desbaraten las ciudades, para que
la violencia no se apodera de los barrios; para que no se produzcan crisis
de suministros y de agotamiento de las cosas; para que haya espiritualidad
haciendo que la acción no nos lleve al materialismo sin sentido. Somos
comunidad. En nuestro auxilio viene el enamoramiento por los seres, por
las personas, por el universo, por Dios, por nosotros mismos y por nuestra
sabiduría.
EAS, EVANGELIZACIÓN Y PROMOCIÓN
LOS EAS SE HACEN PALABRA ESCRITA Volumen 18
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Este es un desafío grande, el de la evangelización y el de la promoción.
Gran desafío porque nos estamos agotando, en medio de las posibilidades
y de las oportunidades. Parroquias abundantes todavía en feligreses y un
apoyo diocesano a las pequeñas comunidades; pastoral social con progra-
mas y espacios para aportar y compartir nuestro estilo; unidades residen-
ciales en las cuales, casi como comunidades geográficas, hay espacio para
la cercanía y la creatividad. Y, sin duda, las redes virtuales y sociales, con
sus espacios novedosos y amplios, de alcance insospechado. Abundancia
de publicaciones y medios.
Contamos con impresionantes fortalezas: Material escrito, experiencia; tec-
nología acompañamiento, una historia de itinerancia y de misión. Conta-
mos con la realidad evidente de nuestras comunidades que son una hermosa
síntesis de amistad y de unidad. Todo ello son cosas fuertes que tenemos
para no decaer, para no reiniciar al concepto la pequeña comunidad. Es tan
importante en este mundo en peligro de superficialidad y de mediocridad.
No permitamos que se nos vaya perdiendo la amistad, que entren a dominar
la decadencia, la entropía y el desorden.
Nos amenazan sin duda los miedos y la incertidumbre; la rutinización de
las comunidades y la complacencia que nos vuelve inactivos; el agota-
miento del modelo, la pérdida de la amistad y el abandono. Somo débiles
si nos dejamos inundar por las faltas de actividad, de liderazgo, de método
y de motivación.
CUATRO PILARES ESTRATÉGICOS
Quiero cerrar hablando de cuatro pilares de los cuales disponemos para no
perder la visión del futuro.
LOS EAS SE HACEN PALABRA ESCRITA Volumen 18
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Primer Pilar: tener claros los principios y los valores que respaldan y sus-
tentan a las comunidades. ¿Dónde están los principios y los valores? Los
tenemos más o menos organizados en nuestro ideario y los reforzamos a
través de las reuniones, a través de conversaciones, de lecturas. Si los per-
demos, reducimos nuestra fortaleza, especialmente si dejamos de lado los
principios esenciales. Como decía Antonio Hortelano, lo esencial es muy
importante y lo esencial tiene que ver con esos principios fundamentales.
Segundo Pilar. Tiene que ver con el contexto que tenemos: contexto men-
tal; contexto espiritual; experiencias e historia. Ya se tienen más de 60 años
de experiencia EAS; es valiosa a historia de la iglesia que tiene 2.000 años;
es valiosa la historia de la fe en Dios, con el pueblo de los creyentes que
tiene más de 4.000 años. Hay muchas comunidades, hay muchas experien-
cias de amistad en todo el mundo. Contamos las experiencias fundacionales
que nos deben llenar de gratitud por los fundadores. Vale la pena que com-
partamos experiencias y que tengamos orgullo por todo ello. Pero seamos
conscientes de que nosotros mismos estamos dejando la huella a través de
nuestras acciones, de nuestros documentos, videos, imágenes y fotografías.
Estamos haciendo la historia y acercándonos al estado del arte; ese estado
que nos permite aprender de los mejores. Todo grupo, por muy bueno que
sea, puede aprender. Al construir la historia, seamos constructores de vida,
sin demeritar ni hablar mal de los demás; más bien observar en el otro el
arte que tiene.
Tercer Pilar. Tiene que ver con dejar que fluyan las experiencias. Permitir
los ensayos y la innovación. Sin perder las experiencias y los valores del
pasado, permitir que haya nuevas experiencias y sin perder la historia; sin
perder la categoría que se tiene, aceptar que se pueden experimentar cam-
bios. Porque el Espíritu Santo aletea en medio de las comunidades. Los
primeros cristianos se fortalecieron por las experiencias novedosas que hi-
cieron el mundo y que crearon la fortaleza la iglesia.
Cuarto Pilar. Debemos intercambiar bienes y servicios con el mundo. Es-
tamos en la era del conocimiento, de la información. Eso nos llena de opor-
tunidades. Lo podemos aprovechar, entregando a la modernidad inyeccio-
nes de sabiduría espiritual. Adquiramos nuevos hábitos de comunicaciones,
ampliemos nuestro sistema de comunicación. Llenemos las redes de valio-
sos contenidos. Evangelicemos y permitamos que ello genere crecimiento,
fortaleza y comunidad con el futuro que ya nos inunda.
LOS EAS SE HACEN PALABRA ESCRITA Volumen 18
43
PREGONES CALLEJEROS DE GRANADA
Manuel Cantero
Comunidad de la Alegría, Colombia
Presentación de los editores
Manuel Cantero es un excelente cronista, gran conversador, pleno en anéc-
dotas y recuerdos. Acá nos entretiene, por segunda vez en nuestro libro
anual, con su notable memoria narrativa y deliciosos pregones callejeros
de Granada, España, su tierra natal. Acá nos comparte un Prólogo y cuatro
pregones, los cuales hacen parte de su libro PREGONES CALLEJEROS
DE GRANADA - Antiguos, humanos, que fue publicado, recientemente,
por el autor en una edición limitada.
LOS EAS SE HACEN PALABRA ESCRITA Volumen 18
44
PRÓLOGO
Hace muchos años comencé a escribir, desde lejos, a la distancia de ocho
mil kilómetros, lo que eran unos recuerdos de mi niñez. Se trataba de re-
memorar algunos pregones callejeros de Granada, escuchados en persona,
muchos cantados solamente en las calles de barrios obreros de la ciudad.
Otros, por la conveniencia de los posibles clientes, más pudientes, se escu-
chaban también en las calles céntricas
Con motivo de haber cumplido 85 años, se me ocurrió escribir, destinado
a hijos y nietos especialmente, un “anecdotario” de recuerdos y hechos de
vida, redactado en tercera persona, por un “autor anónimo”, “el anecdo-
tista”, aunque es claro que se sabe quién es.
Diríamos que huyendo del “yoísmo” tan común, pues todos nos creemos
únicos protagonismos de nuestra propia vida, lo que no es verdad, pues en
toda existencia, mucha gente ha tenido importancia.
Fue así como escribí un completo anecdotario con dos etapas de la vida
del anecdotista, una en Granada de España, desde su nacimiento hasta 1968
cuando, con su familia, viajó a vivir en un hermoso país de América del
Sur y desde 1969, hasta el día en que cumplió los 85 años, en Medellín,
Colombia.
Será fácil de notar que todos los pregones, o simplemente gritos en algún
caso, están inclusos o son parte de pequeñas historias imaginarias, a modo
de cortos cuentos, que he tenido la intención de vincular con hechos verda-
deros, costumbres, lugares, personajes, juegos infantiles, establecimientos,
calles y plazas de la ciudad, palabras o frases hoy sin uso y hasta nombres
propios de personas familiares, o incluso la presencia, innominada infantil
o juvenil del mismo narrador. Los granadinos “viejos” que tengan la opor-
tunidad de leer estos relatos identificarán cosas inmediatamente y los “nue-
vos” podrán sonreír con las antiguallas que desconocen.
En varios de los relatos aparecen algunas palabras o voces que el vocabu-
lario corriente, hablado, ha modificado, olvidando su correcta escritura y
expresado en la voz popular, tal como se escucha. En algunos casos me he
tomado la libertad de escribirlas directamente, sin letras cursivas ni “entre
comillas” como sería lo adecuado. El culto lector las distinguirá enseguida.
Pido excusas por esta licencia semi-poética que me he permitido tomar. Por
ejemplo, “aonde”, “durses” “habillas”, “asucar”, “ontavía”, etc. Algunos
LOS EAS SE HACEN PALABRA ESCRITA Volumen 18
45
de los relatos, como, por ejemplo, el de “Chumbos”, están llenos de estas
irregularidades.
Existieron muchos más pregones callejeros, algunos de ellos los presento
en este prólogo con un pequeño comentario ambientador. Como los si-
guientes:
¡Farfolla pa los jergones! La farfolla era el desecho de las panochas de
maíz o mijo que la gente más humilde utilizaba como relleno de sencillos
jergones ya que no tenían modo de comprar lana de oveja que era sobre la
que dormían las personas más acomodadas e incluso las de clase media.
¡Romances pa las niñas que no tienen novio! Y vendían unos cancio-
neros impresos muy sencillamente, conteniendo las canciones de moda.
¡Niñaaaas!, ¡Colonias y brillantinaaaaaas! El vendedor portaba un arca
de madera conteniendo unos frascos como de un litro cada uno y ofrecía
loción brillantina para el cabello, zaragatona, y tres o cuatro aromas de agua
de colonia, fabricadas por él mismo a partir de alcohol y esencias florales
que vendían en algunas farmacias especializadas. Sus clientas eran las
mujeres, ningún hombre. ¿Cómo iba a ser posible que algún varón de esos
tiempos se acercara a comprar esas cosas? Aún no era tan frecuente la
identificación del “machismo” agresivo, pero había muchos machistas, no
todos violentos, pero sí con esa actitud discriminatoria. El perfumero, tenía
una probeta medidora, terminada en un “pitorro”, y depositando la cantidad
demandada, la introducía, soplando, en el vacío frasco de cristal que la jo-
ven llevaba.
¡Pescada! ¡Mirarme la pescáaaa! ¡Fresca y grande tengo la pes-
cáaaaa!
Este no era un pregón callejero, sino “in situ”, es decir gritado desde de-
trás del mostrador de mármol blanco que el viejo “Cunini” tenía en una de
las dos naves, hoy desaparecidas, en lo que se llamaba “La Romanilla”,
situadas en el espacio existente entre la Calle Cárcel baja y la Plaza de Bib-
Rambla. Pregonaba uno de los muchos pescados que expendía, pero en este
caso se refería a la merluza moruna de las costas granadinas, muy rica, pero
algo diferente a la “blanca”, de “pincho”, del Norte.
En ocasiones, varios de los puestos de pescado vendían también carne de
ballena, en cierta forma parecida a la carne de vacuno, que, por ser de buen
LOS EAS SE HACEN PALABRA ESCRITA Volumen 18
46
precio, algunos consumimos. Esta es una oferta desaparecida desde que
existe un control y sanciones internacionales para la pesca del cetáceo.
No pasaba desapercibido el matiz “picaresco”, por el uso del vocabulario
popular granadino que el pescadero le daba a su pregón.
¡Brótano macho pal pelooooooo!
Esa planta que vendía el pregonero, realmente se llama abrótano y corres-
ponde a la planta llamada “Artemisa lombrigueira”, apta para neutralizar
las lombrices que se criaban en la barriga de quienes no consumían agua
potable o tratada, pero un uso adicional era como gel para peinar el cabello
y mantenerlo. Para eso es que el vendedor lo pregonaba y vendía.
¡Arenilla, blanca y güena, pa limpiaaaaaar!
El pregonero vendía una arenilla muy finamente molida, muy blanca, se
ignoraba si procedente de cuarzo o sílice que las señoras utilizaban en las
cocinas para ayudarse en la limpieza y pulimento de los cacharros domés-
ticos en los años en los que no existían los costosos preparados químicos,
de marca, que hoy se usan en las casas. Tenía una medida de madera que
llenaba y entregaba a cambio de un razonable costo.
¡El afilaoooor! Este es un pregón imposible de imitar, aunque se empeñe
uno en reproducirlo, porque se sumaba, antes y después, al sonido de una
flauta tocada armónicamente de tal forma que era inmediatamente recono-
cido por las familias que necesitaban afilar, cuchillos o tijeras. El buen
hombre tenía una “instalación” consistente en una carretilla en la que por
medio de cadenas y piñones ponía a rodar, a gran velocidad, dos ruedas de
esmeril a las que le daba movimiento su corporal energía y un pedal. Una
primero para desbastar y otra final para afinar y pulir.
Y…… no hay más. Ni siquiera epílogo. Sólo un sentido recuerdo y el
deseo de que algunas costumbres, los pregones callejeros, y sus voces, no
queden en el olvido total.
LOS EAS SE HACEN PALABRA ESCRITA Volumen 18
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CRUDAS, CON BACALAO, O FRITAS CON JAMÓN
¡De huerta las guuuenas jabaaaaaaaaas!
¡Buenos Días Don Federico! ¿Ya tiene el casero juntás las jabillas? ¿Por
aónde? Muchas grasias, el otro sábado le pago las dos cargas ¡Arre Palo-
mero! Y dando un leve golpe en las ancas del borriquillo camina hacia la
trasera de la huerta.
Desde hace algunos años el padre de Frascuelo recogía las habas tempra-
nas de marzo, en la Huerta de San Vicente. Este es el nombre de ogaño,
que Don Federico se lo puso por el santo de su mujer, Doña Vicenta. No se
sabe cómo se llamaba antes.
¡Adiós Don Federico ¡me saluda al muchacho Federico. Es que a veces,
en algunos veranos lo veía sentado debajo del almez grande escribiendo, o
sentía como tocaba el piano. Hogaño no está, porque me ha dicho Pepita,
la sirvienta, que anda por Niu Yor. Es un muchacho mu apañao y simpático.
Los García Lorca no vivían en la huerta, sino en la Acera del Darro, pero
los fines de semana, desde 1926, cuando compraron la Casería estaban allí
los fines de semana y los veranos.
Frascuelo heredó el trabajillo porque a su hermano mayor, Miguelico, no
le gustaba el campo y era mu leío, Había estudiao varios años en la Escuela
de Don Miguel de la calle del Horno del espaero y ya estaba trabajando
como dependiente en la tienda de telas de Ariza en el Zacatín. Él apenas
había ido dos años, pero se defendía bien con los numerillos y hasta podía
leer el “Defensor”.
La familia del Frascuelo, desde jase muchos años tenía su propia güertica
que era una bendición de Dios. No mu grande, pero el agua fresca de la
Acequia Gorda era una gloria y mu abundante pa regar, entre su padre, su
hermanica y él las mejores lechugas, acelgas y pimientos de la Vega de
Graná. Alcachofas, coles, y unas papas menuíllas sólo pal gasto. ¡Eso sí
había unas siruelas y unos abarcoques ¡Uy qué ricos ¡Y pa San Miguel los
caquis, las granás, las nueces y los membrillos completaban los postres de
la familia! ¡Y la carne de membrillo que jasía su madre! ¡Sólo asucar y
membrillo ¡Uuuhhhh!
LOS EAS SE HACEN PALABRA ESCRITA Volumen 18
48
Arreando a Palomero arrancaba su recorrido, Camino de Ronda y lle-
gando rápidamente a la Plaza de Gracia. ¡De huerta las guuuenas ja-
baaaaaaaaas! ¡Ya tenía sus clientas que sabían guisar las habas! Las más
tiernas, hasta friticas con cáscara y too y las demás desgranadas, y con un
poquillo de jamón, cuando se podía. Siempre guardaba un puñaico pa, por
la noche, comérselas con unas tirillas de bacalao, con los suyos, al regreso
de su venta.
Algunos días especiales veía salir del edificio grandote de la Plaza de
Gracia una fila larga de curillas con sus sotanas y unas blusillas blancas
encima que iban acompañados de otros curas grandes camino de la Catedral.
Seguía por la Calle de Gracia y pasaba por delante de la Parroquia-con-
vento de La Magdalena, enfrente de la casa señorial donde había nacido
Eugenia de Montijo que fue Emperatriz de los franchutes, Mesones, Alhón-
diga y Plaza de Bib Rambla
¡De huerta las guuuenas jabaaaaaaaaas!
Hasta ahí llegaba pregonando y vendiendo porque se le habían acabado
las habillas.
LAS BELLOTAS DULCES
¡Y son como almendraaaas! ¡Quitan la diarrea como con la mano!
¡Se lo han llevado a la Comisaría! ¿Por qué? ¿Qué ha hecho?
Ya se sabe, son cosas que ocurren en estos días. Estamos en agosto de
1939 y llevamos algo más de dos años desde que comenzó esta guerra fra-
ticida que nos tiene enfrentados a los españoles. Antonio llevaba años ven-
diendo bellotas debajo del balcón de la casa número dos del Zacatín, que
tiene la entrada por detrás en la calle Tundidores, enfrente de una de las dos
puertas de “La Sabanilla”, una de las tabernas más típicas de Granada, en
donde sólo se vendía vino y algún otro licor espirituoso. Poco más. Aún no
ha llegado a los bares la costumbre de acompañar el vasito de vino, ni si-
quiera con unas aceitunas o “chochitos de vieja” como algunos les dicen a
los altramuces. Ahí llegaba Antonio, todos los días después de vender sus
bellotas, a tomarse dos “blancos” y, a veces, saludaba a Conchita que está
guisando el cocido de todas las noches y que, moviéndose por la cocina, a
veces pasa por la gran reja abalconada que queda justo enfrente de la puerta
LOS EAS SE HACEN PALABRA ESCRITA Volumen 18
49
de La Sabanilla. Por Tundidores quedaba en primer piso y por el Zacatín
en segundo, encima de la Farmacia.
Estas viviendas de más de cien años tenían toda clase de irregularidades.
Suelos de baldosas cerámicas de barro cocido, escalones dentro para pasar
de una a otra habitación, el suelo del comedor principal inclinado y más
detalles especiales como por ejemplo un pozo propio, para todos los pisos.
Antonio, que vive en el Barranco del Abogado, madrugará, mañana, otro
día más a recoger las mejores bellotas en el Parque de Invierno, pues él
conoce mejor que nadie las encinas que las producen. Es un profesional de
las bellotas y no como el niño mayor de Conchita, que una vez en que sus-
pendieron las clases en el Instituto Padre Suárez, donde estudiaba bachille-
rato, se fue “de excursión”, con unos compañeros, a ese lindo Parque y se
largó un aguacero que los obligó a correr monte abajo hasta las orillas del
Darro en el Paseo de los tristes, empapado, y con los bolsillos llenos de
bellotas, pero casi todas de las amargas.
¿Pero que ha hecho Antonio para que se lo lleve la policía? Resulta que
las autoridades de la ciudad de Granada se unieron, desde el 19 de julio de
1936 al bando nacional, y varios meses después, un día en que aparecieron
lo aviones republicanos a bombardear la ciudad, Antonio no paró de pre-
gonar. ¡Y son como almendras! ¡Y son como almendras! Y algunos “sa-
bios”, que en todas partes los hay, quisieron interpretar que Antonio se ale-
graba de las bombas republicanas que estaban tirando.
Uno de los días el niño de Conchita, que estaba próximo a cumplir tres
años, cuando sintió el ruido que hacen los aviones al volar, salió corriendo
hacia el balcón del Zacatín, justo encima del puesto de Antonio, para ver
los aviones. Conchita que estaba embarazada y próxima a dar a luz a su
segundo hijo, se asustó de que el niño se asomara al balcón y corrió para
retirarlo de allí, como si fuera una solución el no estar en el balcón si una
bomba caía sobre la vivienda tan cercana a la Catedral y a la Capilla Real,
que pese a todo fueron respetadas por los republicanos.
Se ve que los compromisos políticos de Antonio no eran nada serios pues
volvió varios meses después.
¡Y son como almendraaaas! ¡Quitan la diarrea como con la mano!
LOS EAS SE HACEN PALABRA ESCRITA Volumen 18
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EL SERENO
La Señora Bernarda, era muy “apañá”, pues de soltera, sin haber ido a
ninguna escuela de corte y confección de ropas, antes de conocer a Eusebio,
había sido aprendiza en un taller de modistas del barrio, y sin ser Cocó
Chanel, cosía bastante bien los vestidos que las vecinas del barrio estrena-
ban, como era costumbre, el Dia del Corpus. Hasta era capaz de hacer ves-
tidillos de gitana para las niñas de las más pudientes amigas.
Su habilidad fue suficiente para coser una camisa para el Eusebio, que le
quedaba bastante bien. Hasta se atrevía con los pantalones, aunque la pana
no era fácil de trabajar y si había algún errorcito no se notaba mucho.
Por eso, cuando a Eusebio, al morir su padre, le dieron permiso para sus-
tituirlo en el trabajo de guarda y custodia de su barrio de Granada, le cosió
una bata amplia de color marrón, como era la apropiada para el oficio que
estaba a punto de iniciar. La autorización la daban en el Ayuntamiento y
en verdad, dadas sus circunstancias le fue muy fácil obtenerla.
Eusebio había heredado de su padre un capote grueso, adecuado para los
“bajo cero” de los inviernos granadinos, una gorra, que desechó porque es-
taba cochambrosa y la sustituyó por la que compró en la sombrerería Bení-
tez del Zacatín, un “pito”, que también cambió, y un buen “chuzo” de dos
metros de largo. Y lo mejor y más importante de todo, pues significaba la
confianza de los vecinos, un aro de alambre grueso, del que colgaban las
llaves del portal exterior de muchas casas y edificios que le eran confiados.
Las llaves de entonces eran muy pesadas.
A su padre también le había tocado el encendido y apagado de las lámpa-
ras de gas, pero en 1939 el alumbrado eléctrico de las calles de Granada ya
era razonablemente bueno, aunque algunos de los grandes bombillos per-
manecían con frecuencia rotos y se demoraban en cambiarlos. Su itinerario
era de los más céntricos, lo que le suponía algunas pesetillas más que a los
compañeros de otros barrios.
Su trabajo desde las nueve de la noche hasta las siete de la mañana, en
verano, y desde las siete en invierno, hasta las mismas siete de la mañana
no tenía sueldo ni prestaciones de la seguridad social, sino que recibía lo
que los vecinos querían darle todos los meses. En diciembre, un aguinal-
dito mejor.
LOS EAS SE HACEN PALABRA ESCRITA Volumen 18
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En España se conocía este servicio de celador nocturno desde 1715, se le
había dado reconocimiento en 1765 y más oficialidad mediante un Decreto
de 1834. Se encuentran antiguas constancias de este servicio en Gijón y del
barrio de Chamberí de Madrid.
A pesar de su informalidad, los serenos tenían un reconocimiento general
parecido al de un guardia municipal. Y así estuvo funcionando hasta 1970,
cuando fue sustituido por las patrullas policiales y por los sistemas de se-
guridad de algunos edificios.
Cuando un amigo nuestro vivió año y medio en Madrid entre 1958 y 1959,
haciendo el servicio militar, algunos fines de semana aprovechaba el per-
miso de “rebaja” y las noches de los sábados dormía en una habitación
arrendada en el Paseo de las Acacias, muy cerca de la Glorieta de Embaja-
dores. Si llegaba después de las once de la noche, ya el portón exterior del
edificio estaba cerrado. Daba dos palmadas y si se demoraba un poco, gri-
taba: ¡Sereno! y el señor Antonio, haciendo sonar su gran aro con llaves,
respondía: ¡Vaaaaaaa! y le abría la puerta. Se ganaba una peseta.
Por ese entonces, 1959, aunque Madrid ya gozaba de alumbrado eléctrico
por toda la ciudad, en un tramo grande de la Calle de Embajadores, aún
quedaban farolas de gas que el Ayuntamiento conservaba como recuerdo
del ayer. El farolero, al anochecer, cada día, llegaba a encenderlas y con la
luz de la mañana procedía a apagarlas.
El recorrido de Eusebio era una especie de polígono compuesto por las
calles Zacatín, hasta la Gran Vía, regreso hacia Bib-Rambla, unas veces por
Reyes Católicos y otras por Tundidores y así como en circuito.
Cada quince o veinte pasos tocaba el “pito”, con tanta frecuencia que de
ahí surgió un dicho imputado a cuando alguien se toma demasiada con-
fianza: “¡Es que me estaba tomando por el “pito” del Sereno”!
Y un poco más adelante golpeaba el suelo con el chuzo, y en uno o dos
puntos de la calle, además, cantaba:
¡Son las cuatro de la mañaaaaaana y ……lloviendo!
Naturalmente, decía eso cuando estaba cayendo agua y ya se había tapado
con su capote impermeable.
LOS EAS SE HACEN PALABRA ESCRITA Volumen 18
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Entonces, ¿por qué se le llamaba…. “el Sereno”? Pues porque si estaba
haciendo buen tiempo, entonces cantaba;
¡Son las doce de la noche y….sereno! Y así quedó, lloviera o nevara.
HIGOS ISABELES
Entre la flora universal existe una planta arbustiva, que normalmente sólo
alcanza unos tres metros de altura. Sin embargo, en el Carmen granadino
en el que transcurrió la niñez y juventud del recogedor de pregones había
dos árboles de gran altura. Uno de aproximadamente cuatro metros, que
producía higos y brevas llamados “papuecos”, o de “pata de mulo”, de color
verde amarillo, y otro de grueso tronco, al menos siete metros de altura que
entregaba higos y brevas de color morado oscuro.
La higuera es una planta antiquísima en la historia de la humanidad. Es
uno de los árboles de los que se habla en la Biblia.
¿Son lo mismo los higos que las brevas? No exactamente. Ambos proce-
den del mismo árbol, la higuera, pero no todas las higueras dan ambos ‘fru-
tos’. El asunto tiene más complejidad de la que aparenta. Lo que sí sabemos
todos es que, tanto los higos como las brevas, son el colofón perfecto de
una comida o, incluso, el toque ideal en la cocina o un buen ingrediente
para preparar mermeladas o jaleas.
No es muy conocido el ciclo vital y de producción de las higueras. Sola-
mente en los países mediterráneos existe la variedad “dioica”, que produce
dos clases de frutos, en diversas épocas del año, y en las que sus flores
macho están en un árbol y las hembras en otro, necesitando de ayuda del
hombre o de insectos para fructificar. En otras áreas del mundo hay la
variedad “monoica” que produce flores masculinas y femeninas en el
mismo árbol y no necesitan ayuda para ser fecundadas y son las que entre-
gan solamente una clase de bayas.
Este último es el caso de Hispano América, en donde el fruto no es cono-
cido como “higo”, sino solamente como “breva”. Nunca se consume ma-
duro, sino que se corta verde y se cuece con azúcar, convirtiéndose así en
un postre, con más sabor al almíbar que al propio fruto, hasta el punto de
que la costumbre lo consume acompañado con queso. Es decir, nunca se
paladea el sabor propio de la baya.
LOS EAS SE HACEN PALABRA ESCRITA Volumen 18
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Realmente, no es un fruto, sino una inflorescencia, pues el fruto serían las
semillitas que se encuentran dentro.
Ofrecen un gran aporte energético. Son tan ricos en sacarosa que en el
algún momento unos industriales españoles estuvieron proyectando elabo-
rar azúcar a partir de los mismos. Tendría mejores condiciones para la sa-
lud que los azúcares producidos desde la remolacha y la caña de azúcar.
“De higos a brevas”
El dicho popular hace referencia al periodo que transcurre entre la madu-
ración y consumo de los higos y las brevas. Unos siete u ocho meses. En
realidad, las brevas que se nos ofrecen en primavera son los higos que no
alcanzaron a madurar a finales de otoño. Son las bífidas o inflorescentes.
Las brevas son algo más grandes, pero menos dulces que los higos, su
color es verdoso o morado, la carne puede ir del blanco al rosado intenso.
Los higos son más pequeños, menos oblongos, casi todos de color verde
por fuera. Por dentro van del blanco al rosado suave.
Aunque hemos estado hablando de ‘frutos’, en realidad no lo son. Son
infrutescencias, es decir, receptáculos carnosos que sirven de soporte a las
flores.
La principal característica de higos y brevas es su enorme aporte energé-
tico gracias al su alto contenido en azúcares. Tienen vitaminas A y C, mi-
nerales como magnesio, potasio, calcio y fósforo. Mejoran notablemente el
tránsito intestinal, regulan el estrés, levantan el ánimo, tienen beneficios
para el colesterol, son antioxidantes y aumentan las defensas. Si a todas
estas propiedades le sumáis lo sabrosos que son, ¿no creéis que hay sufi-
cientes razones para comer higos o brevas, naturales, maduros, en donde
existen, todos los días, mientras dure su temporada?
Otra forma habitual de consumirlos, en los lugares en que se cultivan ma-
duros es dejarlos secar. Con ellos se elabora el delicioso “pan de higo” sólo
con higos o con adición de almendras. ¡Qué rico!
Pero después de todo lo anterior, el lector se preguntará: ¿Cuál es la razón
del nombre de esta lectura? ¡Higos isabeles!
LOS EAS SE HACEN PALABRA ESCRITA Volumen 18
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Estas bayas, los higos, recogidas a final del verano o comienzos del otoño
se pusieron de moda en Granada después de la Reconquista.
Cuenta la tradición que momentos antes de que se produjera el combate
entre los cristianos y los musulmanes, en el sitio de La Zubia, que corres-
ponde hoy al pueblo del mismo nombre cercano a Granada, la Reina Doña
Isabel pasó cerca de una hermosa higuera llena de atractivos y jugosos hi-
gos maduros. Le apeteció comerlos, pero la urgencia de la batalla se lo im-
pidió.
Entre los caballeros combatientes que acompañaban las huestes reales es-
taba Martín Fernández Álvarez de Bohórquez quien escuchó el deseo de la
Reina.
Regresó al sitio donde estaba la higuera y vio a un “morito” que llenaba
una canastilla de mimbre blanco llena del apetecible fruto. La requirió del
joven y regresó con el frutero para entregarlo a la Reina que lo disfrutó
grandemente. A partir de entonces, la soberana degustó, con frecuencia,
los melosos higos o brevas, según el momento del año, y contagió del deseo
a los nobles que la acompañaban quienes comenzaron a sembrarlos y pro-
pagarlos en sus jardines y huertos.
Bernardo, un vendedor de frutas de Granada, ofrecía con su pregón, las
brevas que aparecen a final de la primavera y después, casi por las mismas
épocas, las primeras uvas que llegaban al mercado mayorista desde la pro-
vincia de Cádiz, gritando:
¡Uvas jerezanas! ¡Que g¨uenas! ¡Para comer y colgar! ¡Qué uvillas
llevo!
¿Comer y colgar? ¿Qué quiere decir Bernardo? Es que estas uvas, del
comienzo del otoño, se vendían en racimos y así se colgaban en los techos
de las despensas durando frescas todo el invierno. Se consumían muy es-
pecialmente el 31 de diciembre cuando las campanadas de las doce saluda-
ban el nuevo año según la vieja costumbre española.
En septiembre y octubre, Bernardo recogía los maduros higos de su pro-
pio huerto de Alhendín y los que compraba, con frecuencia, a sus vecinos,
recorriendo las mismas calles de siempre pregonando, sin saber el porqué
de su decir: “isabeles”:
¡Higos isabeeeeeeles, qué guenooooooooooos! ¡Dulces como la miel...!
¡Qué g¨uenos!
LOS EAS SE HACEN PALABRA ESCRITA Volumen 18
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COMPROMISO SOCIAL EAS
Hernando Villa Restrepo - María Helena Córdoba Gallón
Comunidad La Alegría, Colombia
Presentación de los editores
María Helena y Hernando han sido una pareja completamente comprome-
tida con las Comunidades EAS, siempre dispuestos al liderazgo y al servi-
cio. En este escrito hacen consideraciones de mucho interés sobre la co-
yuntura de cambio de gobierno que está experimentando Colombia y hacen
un llamado al compromiso, a la participación, a construir narrativa nues-
tra que resalte los valores comunitarios, un balanceado sentido de la his-
toria y un análisis objetivo y sensato de lo que está sucediendo.
LOS EAS SE HACEN PALABRA ESCRITA Volumen 18
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Los cambios de modelo económico, político y social que se vienen dando
en Colombia y en otros países de América Latina nos generan a todos nue-
vas reflexiones, análisis y compromisos de acción. El primer paso es cono-
cer y entender la realidad, el propósito y las proyecciones de las nuevas
orientaciones, propuestas y hechos que se vienen presentando. No podemos
quedarnos callados y pasivos frente a lo que ocurre en nuestro entorno. El
efecto en la economía, el empleo, las posibilidades de desarrollo familiar,
educativo y social son muy importantes y están en juego principios, valores
y situaciones que nos interesan a todos.
Las ideologías que triunfaron en las pasadas elecciones buscan darle más
poder al Estado e imponer una visión del mundo, de la economía y de las
relaciones sociales propias de una economía centralizada y un poder ilimi-
tado propio de gobiernos populistas.
No basta expresar que no se está de acuerdo. Es necesario discutir con he-
chos, datos, referentes históricos o experiencias colectivas, no solo con
reacciones emocionales o carentes de racionalidad. Un ejemplo de lo que
queremos expresar es la superficialidad o emocionalidad con la que muchos
colombianos se han expresado en relación con el Informe de la Comisión
de la Verdad y la evaluación de sus recomendaciones. No es suficiente de-
cir que es un informe parcial o sesgado, puesto que un amplio sector gu-
bernamental y político comparten lo escrito en el informe y anuncian su
implementación mediante los cambios legales correspondientes.
Por otra parte, en ningún momento debemos dejar de promover y ejempla-
rizar nuestros valor humanos y cristianos. En el difícil contexto colombiano,
con los niveles de pobreza, informalidad laboral, inseguridad y deterioro
del tejido social, todos debemos estar comprometidos con las soluciones e
interesarnos por los demás, entender su situación, especialmente respecto
de los más próximos, dejando la comodidad del individualismo que encarna
el “sálvese quien pueda”. Con actitud comunitaria estamos llamados a re-
conocer y acompañar la vida de cada persona, sentir empatía con el otro,
esforzarnos por aceptar a cada cual en su realidad, en su pasado y en su
presente, entendiendo que cada uno es un ser único e irrepetible, con po-
tencial para ser y para crecer continuamente.
LOS EAS SE HACEN PALABRA ESCRITA Volumen 18
57
Un primer paso es pensar positivamente, contagiar esa perspectiva a las
personas con las que interactuamos frecuentemente, utilizar palabras y ges-
tos positivos, expresar cercanía, respeto y acogida a los demás y a uno
mismo.
La polarización del país es una realidad que deberíamos ayudar a solucio-
nar buscando construir puentes en vez de muros, identificando puntos de
unión y no solo de división. No aporta cuidar sólo el espacio propio y es-
cuchar únicamente el eco de nuestras propias creencias o percepciones. Si
nos aislamos y solo reforzamos nuestros criterios con personas que sienten
o piensan en forma similar será más difícil encausar los conflictos sociales
para identificar no solo desacuerdos sino, especialmente, propuestas alter-
nativas que puedan ser aceptadas por la mayoría.
Es necesario reconocer a los demás como interlocutores válidos, tratar de
visualizar las percepciones o visiones desde la otra orilla, identificando la
parte de verdad que tienen las opiniones de otros y de esta manera poder
identificar o construir visiones más integradoras sobre las distintas realida-
des o narrativas socio-políticas.
En un país segmentado, con enormes heridas agravadas por 60 años de con-
flicto interno, violencia política, desplazamientos, secuestros, desaparicio-
nes, desarraigo, discriminación, falta de oportunidades para muchos, caren-
cia de narrativas que expliquen los avances sociales que se han dado a pesar
de las heridas del conflicto, nuestras sociedades rurales o urbanas están ur-
gidas de una catarsis sanadora, de múltiples conversaciones tranquilas y
desapasionadas entre personas diferentes, a fin de completar la visión de
los contextos y encontrar caminos de nuevas convivencias, de redefinición
pacífica de un nuevo contrato social. Esta tarea no es solamente de los po-
líticos, de los ideólogos o de los activistas de primera línea, debiera ser de
todos los colombianos y particularmente de quienes hemos tenido posibili-
dades de desarrollo familiar, laboral, espiritual y social.
La pandemia nos enseñó la importancia de redescubrir nuestro ser y hacer,
la importancia y el valor de la familia, el techo que nos cubre, la cama que
nos permite descansar, las ventanas balcones y calles que nos permiten co-
nectarnos con los demás, el valor de las tecnologías que nos permiten tra-
bajar e interactuar más allá de nuestro entorno. La pandemia también nos
mostró que la inmensa mayoría de las personas son dignas de confianza,
necesitados de comunicación, de apoyo y de respeto. En la medida en que
confiemos en nuestras propias capacidades para servir, para compartir y
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  • 1. LOS EAS SE HACEN PALABRA ESCRITA Volumen 18 Enrique Posada Restrepo Nataly Castro Gil Editores Hugo Jaramillo Isaza Revisión COMUNIDADES CRISTIANAS COMPROMETIDAS EAS DE COLOMBIA Primera edición Publicado por EAS – Colombia Medellín, 20 de octubre de 2022 Se permite la divulgación y la copia, dando crédito a los autores y a las Comunidades Cristinas Comprometidas EAS de Colombia
  • 2. LOS EAS SE HACEN PALABRA ESCRITA Volumen 18 2 LOS EAS SE HACEN PALABRA ESCRITA Volumen 18 Derechos reservados Comunidades Cristianas Comprometidas EAS de Colombia, Medellín, Colombia. Publicación editada por: Enrique Posada Restrepo, Comunidad de la Luz y Nataly Castro Gil, Comunidad Caminar en la Fe. Diagramación: Enrique Posada y Nataly Castro Revisión Hugo Jaramillo Isaza Cada autor es responsable de su respectivo artículo. COMUNIDADES CRISTIANAS COMPROMETIDAS EAS DE COLOMBIA eascolombia2016@gmail.com Aprobación Eclesiástica Arquidiócesis de Medellín Decreto Arzobispal N° 342 del 15 de marzo de 1962. Decreto Arzobispal N° 14 del 13 de marzo de 1996. Personería Jurídica Civil: Gobernación de Antioquia. Resolución N° 38 del 15 de mayo de 1963. Resolución N° 42174 del 18 de junio de 1996.
  • 3. LOS EAS SE HACEN PALABRA ESCRITA Volumen 18 3 Contenido UN SENTIDO HOMENAJE A NOTABLES MUJERES EAS ........................................ 6 Manuel Cantero, Enrique Posada, Mario Escobar, Irma Londoño, Josefina Gómez, Angelines Aceño, Antonio Correa ..................................................... 6 ¿TODAVÍA EXISTE LA “COMUNIDAD LOS CAMINANTES”?................................ 17 Juan Fernando Mesa Villa ........................................................................... 17 LOS GRANDES DESAFÍOS DE LAS COMUNIDADES EAS - UNA VISIÓN A PARTIR DE PENTECOSTÉS ................................................................................................. 27 Enrique Posada Restrepo ............................................................................ 27 PREGONES CALLEJEROS DE GRANADA ............................................................ 43 Manuel Cantero.......................................................................................... 43 COMPROMISO SOCIAL EAS ............................................................................. 55 Hernando Villa Restrepo - María Helena Córdoba Gallón ............................ 55 UN PROFESOR MUY POSITIVO......................................................................... 60 José María Tejada ....................................................................................... 60 SER ABUELA.................................................................................................... 64 Luz Alba Pineda de Posada.......................................................................... 64 VENTAS INFORMALES Y CONTAMINACIÓN AUDITIVA...................................... 66 Oscar Aurelio Amaya Zapata ....................................................................... 66 RECORDANDO EL PASADO EN MIS AÑOS DE JUVENTUD Y VIDA DE PARROQUIA ....................................................................................................................... 69 Luz Eugenia Vélez Valencia.......................................................................... 69 POEMA........................................................................................................... 72 Lucy Londoño M. ........................................................................................ 72 EL SÍMBOLO QUE COME.................................................................................. 74 Carlos Mario Cano Restrepo........................................................................ 74 AL QUE VUELA ALTO ....................................................................................... 78 María Alejandra Bernal González ................................................................ 78 NUESTRO MODO DE RELACIÓN....................................................................... 80 Ricardo Sepúlveda ...................................................................................... 80
  • 4. LOS EAS SE HACEN PALABRA ESCRITA Volumen 18 4 ¿QUÉ ES HUMILDAD?...................................................................................... 83 Ricardo Sepúlveda ...................................................................................... 83 EN UN CERRAR Y ABRIR DE OJOS..................................................................... 85 Luz Marina Gil Vanegas............................................................................... 85 LA LECHE DORADA.......................................................................................... 87 Nataly Castro Gil......................................................................................... 87 ¿QUÉ ES LA FELICIDAD? .................................................................................. 93 Lucía Victoria Bernal ................................................................................... 93 HOY................................................................................................................ 96 Angela María Mejía de C ............................................................................. 96 ME LLAMA LA ATENCIÓN… ............................................................................. 98 Ricardo Humberto Paredes Rosales............................................................. 98 SEMBLANZA DE LUZ STELLA JARAMILLO MONTOYA ...................................... 101 Hugo Jaramillo Isaza.................................................................................. 101 HOMENAJE A JAIME LONDOÑO .................................................................... 103 Enrique Posada Restrepo .......................................................................... 103 POEMAS Y PENSAMIENTOS........................................................................... 105 Enrique Posada Restrepo .......................................................................... 105 ALGO-EN-COMÚN......................................................................................... 117 Mauricio Toro Zuluaga .............................................................................. 117 SOBRE LAS PEQUEÑAS COMUNIDADES CRISTIANAS COMPROMETIDAS EAS.. 122
  • 5. LOS EAS SE HACEN PALABRA ESCRITA Volumen 18 5 INTRODUCCIÓN En esta versión número 18 de los EAS SE HACEN PALABRA ESCRITA se presentan 23 escritos realizados por diversos integrantes y amigos de las comunidades EAS, quienes ofrecen a los lectores sus diferentes experiencias y vivencias, siguiendo el espíritu de las pequeñas comunidades de compartir vida en forma creciente y de ser amigos para siempre, pase lo que pase. Se hizo una invitación abierta en la temática; por ello, se tratan acá una gran variedad de temas que reflejan la diversidad de nuestras comunidades EAS, donde cada uno comparte su propia creación, la cual está conectada a los EAS por medio de la amistad, el amor y la fe que son características de las comunidades EAS, siendo cada historia, cada poema, cada relato, artículo o escrito, reflejo de las bendiciones que el Señor nos regala a todos. Por ello estos escritos se divulgan para la mayor gloria de Dios. PRESENTACIÓN Los editores registran complacidos la gran colaboración que han recibido de los distintos autores, logrando conformar este volumen, que es un regalo para los integrantes de las comunidades EAS, sus familiares y amigos. Con todos ellos queremos compartir nuestros escritos, siendo además un incentivo para todos los integrantes de las comunidades EAS para que se motiven a escribir y expresarse por medio de la palabra escrita, transformando las experiencias y vivencias en algo más que una historia del pasado, algo que se puede revivir cada vez que se lea y que queda plasmado para siempre en las letras que perdurarán en el tiempo de las comunidades. Agradecemos a cada uno de los integrantes de las comunidades que colaboraron con sus aportes y sus escritos para la realización la edición número 18 de LOS EAS SE HACEN PALABRA ESCRITA. Enrique Posada Restrepo y Nataly Castro Gil, Editores
  • 6. LOS EAS SE HACEN PALABRA ESCRITA Volumen 18 6 UN SENTIDO HOMENAJE A NOTABLES MUJERES EAS Manuel Cantero, Enrique Posada, Mario Escobar, Irma Londoño, Josefina Gómez, Angelines Aceño, Antonio Correa Miembros de las comunidades de Medellín, Colombia Presentación de los editores En el día de la mujer, en Abril de 2022, el Comité Social de las Comunida- des EAS de la ciudad de Medellín programó un sentido homenaje a un grupo de mujeres de nuestras comunidades. Algunas ya fallecidas, otras todavía con nosotros. Presentamos las semblanzas que escribieron algunos miem- bros de los EAS locales como homenaje a su presencia entre nosotros Mario Escobar e Irma Londoño SEMBLANZA DE MARTA LUZ ARIZMENDI POSADA Hablar de Marta Luz sería quedarnos cortos para enumerar todo lo que ella significó para los EAS. Fue una EAS y amiga incondicional. Con Frank, fueron dos veces coordinadores de ciudad y pertenecieron al comité inter- nacional. Fue la mujer de la sonrisa permanente, de los apuntes y chistes oportunos. Conferencista amena, emprendedora y entusiasta, pilar importantísimo en la promoción de los EAS. Tenía un especial carisma para antojar a las per- sonas de lo que es el ideal EAS. La mayoría de las Comunidades EAS fue- ron el fruto de su trabajo. Impulsó los grupos de jóvenes y trabajó incansa- blemente por el crecimiento de las comunidades. Fue el alma de la Comunidad La Alegría. Damos gracias a Dios por haber- nos regalado la oportunidad de compartir con ellas tantos años de vida co- munitaria, dejándonos una huella imborrable con grandes dosis de amor, entrega y alegría.
  • 7. LOS EAS SE HACEN PALABRA ESCRITA Volumen 18 7 UN ESCRITO DE MARTA LUZ ARIZMENDI Nov 01/98 Adorados todos: Estamos a punto de terminar nuestro encuentro del cielo, ¿qué decir de todo esto? Pienso que, hasta ahora, ha sido la experiencia de amor en el Señor más maravillosa vivida por mí en toda mi vida. Él se nos ha revelado a través de Mauricio y nos ha deleitado con esa feliz esperanza de poseerlo y go- zarlo por toda la eternidad. Anoche, al terminar la consagración y antes de salir del oratorio abrió el sagrario y de allí sacó las cartas que ustedes me habían escrito, fue de ver- dad un momento demasiado impactante y emotivo, algo inesperado, reviví como decía James "el encuentro familiar”. Sentí las caricias de cada uno a su estilo y en la firma; experimenté un sano orgullo de madre y de suegra,
  • 8. LOS EAS SE HACEN PALABRA ESCRITA Volumen 18 8 me convencí del amor que nos une. Lloré con soltura, sin egoísmo, bendije a Dios por lo que somos, por lo que él nos ha regalado, por lo que juntos hemos construido, le pedí que nos conserve y nos permita estar unidos lar- gos y felices años al lado de estos pequeños seres que ahora forman y pro- longan con su vida, la nuestra. Sé que me he equivocado muchas veces, tal vez algunas de esas equivoca- ciones les hayan causado a ustedes tristeza y dolor, rabia o desilusión, pero quiero agradecerles que, a pesar de todo, ahí están, solícitos y generosos, alegres y solidarios con todo lo que nos pasa cada día. De ustedes he apren- dido sabias lecciones y esfuerzos por adaptarse a lo que les hemos podido ofrecer. Gracias a todos, los frutos se están haciendo realidad y como decía víctor "somos una familia unida y feliz". El Señor nos ha mostrado con anticipo el cielo, y quiero compartirlo a ma- nos llenas con ustedes que son otro cielo en mi vida. A todos los amo infi- nitamente y estoy dispuesta si así fuere necesario dar mi vida por cualquiera que así lo necesite. Unidos podemos avanzar muy lejos, el camino apenas empieza; los invito para dar cada uno lo mejor en beneficio propio y de la familia; así estaremos confirmando que sí creemos que hay otra vida mejor, la del cielo. Gracias a Nati y a Víctor, a Tomas y Carito, a Manuel, Antonia y Felipe, por estar con nosotros, nos oxigenan y obligan a tener más razones para
  • 9. LOS EAS SE HACEN PALABRA ESCRITA Volumen 18 9 vivir. Sigamos juntos riendo, cantando y llorando de alegría o de tristeza, pero sigamos. El mundo espera mucho de nosotros y somos privilegiados, estamos vivos y tenemos a dios que nos ama más de lo que creemos. Junto con el amor del papá está nuestro beso lleno de ternura y de la fuerza que nos identifica. Antonio Correa SEMBLANZA DE ANA FABIOLA ÁNGEL DE USQUIANO UN ÁNGEL VIVIÓ ENTRE NOSOTROS
  • 10. LOS EAS SE HACEN PALABRA ESCRITA Volumen 18 10 De figura elegante, ademanes suaves, rostro sonriente y acogedor… Estar junto a ella contagiaba ternura, optimismo y solidaridad. Siempre de buen humor, matizaba la sinceridad y claridad de sus palabras con un oportuno gracejo. Convencida de su vocación comunitaria EAS, llevó su vivencia por dife- rentes países de Latinoamérica. Cómo la recuerdan diciendo de ella: “Lindo testimonio“, “cómo antoja del estilo de vida de las Comunidades EAS”. Para la última Navidad, Ana Fabiola se alejó para regresar a la Casa del Padre, y cantar, con su afinada voz y sus parceros los Ángeles, el Gloria Celestial. Desde allí nos inspira a seguir viviendo en comunidad de fe, amor y vida feliz.
  • 11. LOS EAS SE HACEN PALABRA ESCRITA Volumen 18 11 Josefina Gómez, Manuel Cantero y Angelines Aceño SEMBLANZAS DE BERNARDA E ISABEL ISABEL ESCOBAR MARULANDA Desde el comienzo de la formación de nuestras Comunidades EAS, varias mujeres célibes fueron cofundadoras en Europa, junto con el P. Antonio. Andando el tiempo se conformó en Medellín una comunidad femenina en la que hicieron su compromiso de celibato varias profesionales. Una de ellas fue Isabel Escobar, arquitecta, que había vivido en los proyectos so- ciales “Villa Marta“ en el barrio Robledo, y “Siquem”, en el barrio San Javier.
  • 12. LOS EAS SE HACEN PALABRA ESCRITA Volumen 18 12 Isabel, que se había comprometido como EAS en 1962, se encargó del di- seño y construcción de la residencia universitaria “PAX” en Medellín, y a su atención dedicó los restantes años de su vida laboral hasta que, por sus limitaciones físicas, la han tenido acogida en una residencia para mayores y separada de las actividades ordinarias de las Comunidades. Es la única célibe EAS que está viva en estos momentos y aprovecha cual- quier oportunidad para manifestar su recuerdo y cariño para todos nosotros. Estamos obligados a corresponder a su entrega total a nuestras comunida- des. BERNARDA GONZÁLEZ Hasta su fallecimiento en el año 2006 fue una mujer célibe de nuestras Co- munidades EAS. Odontóloga de profesión, se unió a las primeras profesio- nales que formaron comunidad en Medellín. Estuvo un tiempo residiendo en México, conformando allí una comunidad de célibes EAS, hasta su re- greso a Colombia en 1962. En ese momento se integró a una Comunidad especial, pues ha sido la única conformada por ella misma al lado de Vir- ginia, Isabel y otras tres profesionales más, junto con Monseñor Luis Al- fonso y tres matrimonios, en una experiencia que no se ha repetido. A su regreso de México instaló su consultorio odontológico en los bajos de la Residencia Pax, en el que atendía gratuitamente a muchas personas ne- cesitadas. También mostró su gran generosidad de siempre, cuando, al conocer que tenía una enfermedad terminal, dispuso que sus ahorros de toda la vida fue- ran legados a favor de Isabel, que no disponía de pensión ni fondos sufi- cientes para subsistir. Los EAS de ahora deberíamos imitar la intención y el desprendimiento de Bernarda. El Señor la habrá acogido en su Reino. Descansa en paz, querida Bernarda.
  • 13. LOS EAS SE HACEN PALABRA ESCRITA Volumen 18 13 Enrique Posada Restrepo UNA SEMBLANZA DE LUCÍA MESA LOTERO Quiero resaltar en esta admirable mujer varios aspectos que resumen lo que conocí de ella. El primero de ellos es el de amiga en su permanencia en las comunidades EAS. Ha sido amiga miembro de nuestras comunidades, par- ticipante dinámica en muchas actividades, en muchas reuniones, en distin- tos eventos nacionales e internacionales. Ha sido una persona curiosa, par- ticipativa, con opiniones propias; que gustaba de hacer propuestas y suge- rencias y de poner en común sus ideas y sus sueños. La vi en acción en un par de reuniones de la de la comunidad Los Caminantes a la cual perteneció en su momento, en las cuales fui invitado. Estuve con ella en varios en- cuentros internacionales, donde hicimos actividades juntos, siempre parti- cipativa y presente. Fui testigo de participación en la Noche del Arte EAS como artista entusiasta y valiosa.
  • 14. LOS EAS SE HACEN PALABRA ESCRITA Volumen 18 14 Quiero destacar un segundo aspecto de Lucía. Su espíritu misionero e iti- nerante, que la llevó a recorrer varios países, divulgando los principios de la amistad para siempre, tratando de llevar el mensaje EAS a las personas en salidas memorables, que hizo con sus compañeras por varios países de Latinoamérica. Conocí su entusiasmo por estas labores y su sentido de en- trega y su convencimiento de que era algo hermoso el hacer misión, el ser itinerante. También conocí a Lucía como artista, como pintora. Tengo en mi casa un par de obritas suyas, las cuales ocasionalmente contemplo, las cuales me traen recuerdos de esa pasión por pintar, una práctica de mucho tiempo. Aprecio en ella a una persona creativa, de colores ricos, de hermosos deta- lles pictóricos y de capacidad de observación muy alta. Fue también maes- tra artesana, que llevó sus conocimientos a muchas personas, en una labor dedicada y amorosa. La conocí tan bien como madre de familia, como mujer dedicada a sus hijos, al hogar, a sacar adelante proyectos con ellos. Con una enorme confianza en lo que ellos hacían, con completa admiración por ellos. La conocí como mujer aventurera, que se dedicó a su finca, a sembrar árboles, a desarrollar sueños, viajando largas horas en bestias, en carros, caminando. Como mu- jer compañera de sus hijos en sus proyectos; como persona soñadora, de sueños que todavía permanecen. Finalmente la conocí como mi alumna en el curso de Avatar que yo he dictado en algunas ocasiones. Ella acepto gustosa cuando le plantee el tema. Fue mi alumna destacada. Con las herramientas del curso se enfrentó a una serie de problemas de salud con mucho éxito, con mucha determinación. Ahí la conocí como una persona creativa y comprometida con su desarrollo personal. Lucía es una mujer de esperanza y una mujer amorosa. Merece nuestro ho- menaje. Dedicó muchos años de su vida reciente a las comunidades, a la amistad para siempre, pase lo que pase. Un ejemplo de mujer valiosa.
  • 15. LOS EAS SE HACEN PALABRA ESCRITA Volumen 18 15 Josefina Gómez SEMBLANZA DE BEATRIZ RESTREPO A. Beatriz fue una persona muy sencilla, profundamente creyente y abierta a todo diálogo. Comprometida y solidaria frente a la problemática humana, sobresalió por su inteligencia. Formó con Juan Fernando Mesa Villa una gran familia de 5 hijos, ampliada después con 2 yernos, 2 nueras y 5 nietos. Todos muy responsables y ser- viciales. Ella y su esposo Juan Fernando, constituyeron la primera pareja EAS del mundo e hicieron parte de la primera comunidad EAS de Colombia. Nos dice Juan Fernando: Uno de los grandes logros de Beatriz, “Nuestra Familia”. Se dedicó de lleno al hogar con ternura, diálogo, consejo, afecto.
  • 16. LOS EAS SE HACEN PALABRA ESCRITA Volumen 18 16 Cuando crecieron los hijos se inició como docente de Filosofía en el Cole- gio de la Enseñanza, donde la quisieron entrañablemente. La relación con sus alumnas fue excelente, laboró en esta Institución hasta que cumplió la edad de jubilación. Siempre acompañó a Juan Fernando en la transmisión del mensaje EAS “La Utopía de Jesús “. Padre Antonio Hortelano Beatriz fue una animadora eficaz en la formación de “Grupos Juveniles EAS”, acompañó al Padre Antonio en convivencias juveniles que se reali- zaron con mucho éxito. Juan Fernando y Beatriz, junto con otros EAS se matricularon en la Facul- tad de Teología de la UPB. Hicieron parte de la primera promoción de dicha facultad. Junto con la Comunidad “Los Caminantes “fueron a la Arquidiócesis de Manizales, a la localidad de Aguadas para promover Comunidades EAS. Beatriz sufrió fuertes padecimientos que asumió con fortaleza, serenidad y con la convicción de aceptar la voluntad divina. La Madre Gloria Lilliana Franco Echeverry de la Compañía de María es- cribió un testimonio sobre Beatriz, que concluye con una frase dirigida a una de las hijas: “Admiro profundamente a tu mamá. Siempre me ha pare- cido un ser impecable. Dale por favor un abrazo de mi parte. Dile que su vida inspira”
  • 17. LOS EAS SE HACEN PALABRA ESCRITA Volumen 18 17 ¿TODAVÍA EXISTE LA “COMUNIDAD LOS CAMINANTES”? Juan Fernando Mesa Villa Comunidad Los Caminantes, Medellín, Colombia Presentación de los editores Juan Fernando, inspirador de la idea de publicar Los EAS SE HACEN PALABRA ESCRITA, ha contribuido regularmente en este notable em- prendimiento de las Comunidades EAS. Conocedor como ninguno de la historia de las comunidades, nos ofrece acá un recorrido por los inicios de las comunidades y por la historia de su propia comunidad, que enriqueció su vida personal y familiar. Es precioso el testimonio amoroso de su relación con su esposa Beatriz y el sentimiento y la realidad que expresa tanto sobre su amor permanente por ella, más allá de la muerte, como sobre la permanencia de la su comunidad, que no ha desaparecido. Están en la eternidad sus miembros fallecidos y Juan Fernando es un residuo de su comunidad en este mundo, hasta cuando el Padre Eterno lo llame a la morada, que le tiene reservada según su misericordia Primero me refiero a algunos antecedentes de la Comunidad Los Caminan- tes. Fue en 1961 cuando Beatriz y yo conocimos al sacerdote redentorista An- tonio Hortelano; por él nos enteramos de la incipiente existencia de los que inicialmente se denominaron “Equipos de Apostolado Social - E.A.S.” y que posteriormente llamamos “Comunidades Cristianas Comprometidas EAS.” Desde entonces, es decir, desde hace 61 años, ella y yo nos incorporamos a EAS, asumiendo voluntariamente la compleja responsabilidad de confor- mar la primera comunidad de matrimonios EAS en el mundo. Actualmente soy el más “antiguo” en nuestras comunidades. Otras personas, paralela- mente con nosotros dos, fueron pioneros EAS en América al emprender la fundación de una comunidad de célibes EAS: Monseñor Luis Alfonso Lon- doño, Alicia Giraldo y Bernarda González. Alicia, a pesar de haber sido
  • 18. LOS EAS SE HACEN PALABRA ESCRITA Volumen 18 18 clave en esa etapa fundacional, años después lamentablemente debió reti- rarse de esta iniciativa. Ya disfrutan del gozo pleno en la eternidad. Emprender la conformación de la primera comunidad EAS de Matrimonios en el mundo no fue asunto fácil y expedito. No existían precedentes; se trataba de algo nuevo en la Iglesia y en el mundo. Fue toda una aventura. Los parámetros de entonces eran muy exigentes: las personas debían ser menores de 35 años, cristianos auténticos y practicantes activos, unidos en matrimonio sacramental, con vocación misionera. Solamente se admitía en pareja y de ella, al menos uno, requería ser profesional universitario. Con la ayuda del Señor y el Espíritu, paulatinamente la fuimos integrando. ¡Qué formidable experiencia fue esa odisea! Simultáneamente también se fue conformando aquí en Medellín la primera comunidad de célibes en América, con sede en “Villa Martha”, inmueble ubicado en el barrio Robledo, que nos facilitó el Señor Luis Carlos Estrada, un notable benefactor en esa fase fundacional. En estas faenas apostólicas, nos apoyó mucho el Arzobispo de Medellín, Monseñor Tulio Botero Salazar. Se convirtió en un gran amigo. Varias de- licadas tareas me encomendó personalmente en la Arquidiócesis. Mucha gratitud y afecto le profeso a este memorable pastor. De él obtuvimos en 1962, el primer reconocimiento canónico de EAS en el mundo. Tengo aun presente en mi memoria las labores preparatorias adelantadas con el abo- gado de la Curia de Medellín, Dr. Carlos Betancur Arias, gestando el apoyo
  • 19. LOS EAS SE HACEN PALABRA ESCRITA Volumen 18 19 a nuestra naciente institución. Ese mismo año vino a Medellín Virginia López, abogada madrileña, cofundadora de EAS con Antonio Hortelano y María Luisa Torcal, proceso iniciado en París en 1958. Entre nosotros permaneció 8 años. Fueron años muy fecundos, de intensa formación y de notable proyección social. Fundamos el cen- tro de desarrollo comunitario “Siquem”, en una zona de poblamiento subnormal ubicada en el sec- tor San Javier La Puerta. Participamos con el Pa- dre Antonio y Mons. Tulio, en la iniciativa de crear en la Universidad Pontificia Bolivariana los estudios académicos de teología. En la primera cohorte de egresados del diplomado en Teología estuvimos 6 de los EAS de entonces, entre ellos Beatriz y yo. Promovimos ciclos de conferencias sobre formación bíblica, teológica y asuntos sociopolíticos. Uno de los proyectos importantes fue la creación de la “Residencia universitaria Pax”; en este estuvo incluida la adquisición del inmueble para dicha residencia, proceso en el cual fueron muy importantes las gestiones de Luis Alfonso Londoño y del entonces presbítero Mario Escobar, más tarde Obispo de Palmira (Valle).
  • 20. LOS EAS SE HACEN PALABRA ESCRITA Volumen 18 20 En 1964 se iniciaron los EAS en México. Los pioneros allá fueron Rodrigo y Lupita Llanos (en esta foto), quienes años más tarde, perecieron en un accidente de tránsito. Tuvimos intercambios con México. Los Llanos estu- vieron aquí en visita fraternal y yo en México varias veces. Más tarde se expandió EAS al Perú; allí los pioneros fueron Oscar y Zonia Quesada. Oscar murió en su ley de servicio, en una asamblea EAS. Zonia vive ac- tualmente en Bolivia. Talla en madera con el rostro de Oscar que elaboré y le doné a Zonia Muchos acontecimientos se presentaron en la primera década de EAS en Medellín, de los cuales no me ocupo ahora. Anoto sí que unos persevera- mos, otros desistieron o fallecieron y nuevas personas se incorporaron pro- gresivamente. El Padre Antonio venía cada año a colaborarnos y además lo
  • 21. LOS EAS SE HACEN PALABRA ESCRITA Volumen 18 21 hacía como profesor invitado de la UPB y del Instituto Latinoamericano de Pastoral. De él fui discípulo en Psicología social y teología. En 1974, Beatriz y yo viajamos a México para participar en la Primera Convivencia Internacional EAS; se realizó en la localidad de Valle de Bravo –Toluca. Fue un acontecimiento trascendental. En ella, con la ma- durez lograda en la experiencia de más de una década, los EAS definimos el “Modelo de vida EAS”, lo consignamos por escrito en la primera ver- sión que hemos tenido del Ideario y optamos definitivamente por el nom- bre de “Comunidades Cristianas Comprometidas”. Sustituimos la mo- dalidad de “Equipo” (grupo operativo) por el de “Comunidad” (convi- vencia fraternal). Este fue un paso enorme, gigantesco. He participado activamente en casi todos los encuentros internacionales. Por su importancia, hago expresa mención del IV Encuentro Internacional, realizado en Guadalajara, año 1989. En éste creamos el Consejo Perma- nente, expedimos la primera versión del Reglamento EAS y escogimos para EAS la figura canónica de asociación privada de fieles, de conformi- dad con el Código de Derecho Canónico promulgado en 1983. Tampoco olvido el V Consejo Permanente reunido el año 2009 en Aparecida, Brasil: allí reordenamos los textos del Ideario y el Reglamento y creamos la Comisión de Delegados del Consejo Permanente.
  • 22. LOS EAS SE HACEN PALABRA ESCRITA Volumen 18 22 Aquí en Medellín tuvimos por algún tiempo, una experiencia muy impor- tante, la comunidad mixta de casados y célibes. En 1974 decidimos finali- zarla para emprender una nueva etapa en la vida comunitaria. Manuel Can- tero y Angelines Aceña propiciaron la formación de la “Comunidad La Alegría” y Beatriz y yo la de “Los Caminantes”. En la de Los Caminantes, al conformarla, quisimos que en ella convergie- ran diferentes carismas vocacionales EAS: casados, sacerdote, viuda y cé- libes. La base de Los Caminantes fuimos tres de los pioneros EAS: además de Beatriz y yo, Monseñor Luis Alfonso Londoño Bernal, (lo tuve de dis- cípulo en Sociología en la UPB); ya había regresado de Roma, en donde obtuvo el Doctorado en Ciencias Sociales en la Universidad Santo Tomás y participó en las labores del Consejo Pontificio Justicia y Pax, interac- tuando con el cardenal africano Bernardin Gantin, con quien tuvo una amis- tad muy especial. Sixto Eduardo Ospina y Miryam Mesa de Ospina fueron los primeros que nos aceptaron la invitación a ser EAS en esta comunidad. Sixto Eduardo era colega mío en la docencia en la Facultad Nacional de Salud Publica en la Universidad de Antioquia: médico, salubrista, especia- lizado en salud ocupacional, uno de los primeros impulsadores de esta sub- disciplina en Colombia. Myriam estudió arte y decorado. Luego ingresaron otros. La foto tomada por mi corresponde a un momento vivido por la co- munidad; en su historial hubo otros hermanos que no están en esta imagen. Luis Alfonso fue Rector de la Universidad Pontifica Bolivariana y rector fundador de la Universidad Católica de Oriente. La Comunidad Los Caminantes fue muy sólida en sus propósitos y conduc- tas. Con el tiempo en Medellín, a partir de dos comunidades con matrimonios, se presentó un período de expansión cuantitativa EAS. Sobrepasamos la cantidad de 20 comunidades. En otra oportunidad me referiré a varios as- pectos de esta etapa de la historia EAS. Medellín fue escogida como sede del I Encuentro Internacional de Coordi- nadores EAS en 1992; tuve la responsabilidad de coordinar su organiza- ción. A los dos años y medio de este evento, esta ciudad también fue sede del V Encuentro Internacional EAS y del II Consejo Permanente. El Comité Coordinador Internacional operó desde aquí durante tres períodos (15 años) con una fuerte participación de la Comunidad La Alegría y de otros EAS de esta ciudad.
  • 23. LOS EAS SE HACEN PALABRA ESCRITA Volumen 18 23 Entre 1974 y hoy, hemos tenido aciertos y errores. Esta fase merece y re- quiere una evaluación serena, objetiva y humilde para obtener lecciones valiosas de cara al futuro, pero aún no ha existido voluntad para asumir este reto. Para la Comunidad Los Caminantes fue un tiempo “complicado”, especial- mente desde el año 1992. Aparecieron en la escena factores adversos para la vida comunitaria. Ante algunos obstáculos que nos impedían a Los Ca- minantes tener una injerencia expedita en Medellín, optamos por participar en la evangelización y promover nuestras comunidades en la Arquidiócesis de Manizales, previa autorización que nos otorgó su Arzobispo; logramos conformar dos comunidades en la ciudad de Aguadas. Ha sido la única di- fusión real de EAS en Colombia. Los hechos desagradables que se produjeron en Medellín, indujeron a al- gunos miembros de la Comunidad Los Caminantes a retirarse de EAS; otros aguantamos el embate. Se acrecentaron las dificultades y explotaron en una desafortunada Asamblea General. Algunos de los Caminantes que- rían seguir en la comunidad, pero no en EAS de Medellín. Consideramos que esta alternativa no era viable a la luz del Modelo de vida EAS y por ello no siguieron en EAS, aunque persistimos en la amistad. No faltó la conducta “arribista” de alguien que lesionó la confianza interna en la co- munidad; se retiró de ella. Varios continuamos siendo fieles a Cristo en EAS, a pesar de las adversidades que nos correspondió vivir. Lo hicimos con fundamento en la seriedad del compromiso EAS que habíamos con- traído en libertad y en adhesión a la persona de Cristo. De cierta manera nos ha tocado asumir una experiencia nueva, muy importante, la de vivir paradójicamente la vida comunitaria con una considerable dosis de “exi- lio”. A las angustias anteriores nos sobrevino la acción de la muerte. Hicieron su pascua y acudieron al llamado definitivo del Padre Eterno varios miem- bros de la Comunidad Los Caminantes: Monseñor Luis Alfonso, Sixto Eduardo Ospina, Myriam Mesa y hace dos años, Beatriz, mi esposa. De nuestra muy querida comunidad solo yo aún permanezco en este mundo… Soy el residuo. Quiero ser fiel al compromiso hasta mi muerte. Soy un con- vencido de la bondad del Modelo de vida EAS. Amo a todos los EAS, in- cluso a quienes me han creado dificultades. Vivo, dentro de mis fragilidades y defectos, el estilo de vida EAS con in- tensidad y participo hasta donde las circunstancias reales me lo permiten.
  • 24. LOS EAS SE HACEN PALABRA ESCRITA Volumen 18 24 Le colaboro a EAS internacional todo lo que me es posible, especialmente en la Comisión de Delegados del Consejo Permanente, de la cual en este año son el coordinador. Siempre he considerado que ser EAS es serlo las 24 horas de cada día. Cualquiera sea mi actividad, es contribución EAS o frustración de la misma, según sean mis aciertos o mis deficiencias. Así lo he entendido cuando fui docente universitario, o cuando asesoré a la población de El Peñol en su reasentamiento con ocasión del megaproyecto hidroeléctrico, o cuando le colaboro a algunas diócesis o arquidiócesis, o cuando practico las artes plásticas o la fotografía, o cuando interactúo con mi familia o con otras personas e instituciones… Siempre, de alguna manera está presente en mí, mi Comunidad Los Caminantes y los demás EAS del mundo. ¿Se acabó la Comunidad Los Caminantes? Esta es la primera impresión: al fin al cabo, una sola persona no es comunidad. No obstante, es preciso mirar este asunto más cuidadosamente. El numeral 27 del Ideario dice: “Las Comunidades Cristianas Comprome- tidas EAS conservan una memoria viva de los que nos han precedido en el seguimiento de Jesús, especialmente de María, su Madre, de los doce após- toles, Pablo, los mártires, cuantos han dado testimonio de Cristo, todos los santos de la Iglesia, sin olvidar a todas las personas de buena voluntad, gracias a las cuales la vida, la cultura y la fe han llegado hasta nosotros, enriquecidas más y más con el aporte de cada uno de ellos, y de aquellos que han muerto y a través de Cristo, resucitado y siguen formando parte de nuestras comunidades”. (subrayado mío). Sí, mis hermanos de comunidad ya se encuentran en la plenitud de Dios, Uno y Trino. Es un resultado del caminar comunitario. Ellos si- guen siendo parte de la Comunidad Los Caminantes. Esta Comunidad no ha desaparecido. Están ellos en la eternidad y yo soy un residuo en este mundo, hasta cuando el Padre Eterno me llame a la morada, que en mi es- peranza, me tiene reservada según su misericordia. Sigo en interacción con ellos; desde el cielo me siguen animando. Y yo sigo acogiendo el acompañamiento gratuito que Cristo me da en su amor. Y así continúa la vinculación de ellos con todas nuestras comunidades EAS. Esta Comunidad no se ha acabado…
  • 25. LOS EAS SE HACEN PALABRA ESCRITA Volumen 18 25 Por esta razón he sido partidario de que en los listados de miembros EAS que con alguna frecuencia se expiden, también aparezcan los nombres de aquellos EAS que ya disfrutan del gozo eterno. Su dirección es celestial. Podemos comunicarnos con ellos para que sean nuestros intercesores… ******* Cuando murió a este mundo Beatriz, mi amada esposa, recibí de varios amigos algunos documentos sobre cómo hacer el duelo; algunos de esos documentos elaborados por “expertos” norteamericanos, especialmente psiquiatras. Los gestos solidarios de mis amigos se los agradecí mucho. Pero revisando los consejos que impartían en esos documentos, me percaté que solo tenían una visión de mundo, sin sentido de trascendencia, sin sen- tido de Dios. Con esa visión restringida, sus reiteradas recomendaciones son las del olvido para buscar nuevas alternativas… para “rehacer la
  • 26. LOS EAS SE HACEN PALABRA ESCRITA Volumen 18 26 vida”, para “reorganizarse”. Un concepto intramundano de la muerte, sin comprensión de lo que es el nexo vida-muerte- resurrección y plenitud eterna. Después de conocer a Beatriz 70 años, de los cuáles 60 en matrimonio amoroso, me sobrevino la realidad de su ausencia física en mi vida. ¿Ol- vido? ¡Jamás! Gratitud a Dios por el don de la vida de Beatriz, por la oportunidad de participar con ella existencialmente en proyectos de vida compartidos; por ser luz y corazón para mí; por haber sido protagonista de una familia ma- ravillosa, en la cual reina el amor; por haber sido fortaleza en las adversi- dades; por haber compartido solidariamente gozo y sufrimiento; por la in- mensa alegría de haber caminado juntos por este mundo, colaborándonos en el amor mutuo… Ella ya disfruta de la plenitud de Dios… ¡Aleluya! ¿Cómo no alegrarme de su llegada a la meta final? ¿Cómo y por qué olvidarla? Ella sigue viva en mi corazón: es otra forma de presencia y de participación, insustitui- ble, formidable… ¡maravillosa! Gracias Dios mío por tu bondad y por haberla acogido para siempre en la Comunidad Divina de Amor. De manera similar, gratitud a Dios por los hermanos de Comunidad que también han llegado al gozo eterno. Ellos, protagonistas de fidelidad, soli- daridad y cooperación en Cristo durante su peregrinar terrestre, siguen siendo miembros celestiales de la Comunidad los Caminantes. Hago votos para que en EAS elaboremos una guía para el duelo, con fundamento en la fe en Dios y una verdadera macro visión cristiana.
  • 27. LOS EAS SE HACEN PALABRA ESCRITA Volumen 18 27 LOS GRANDES DESAFÍOS DE LAS COMUNIDADES EAS - UNA VISIÓN A PARTIR DE PENTECOSTÉS Enrique Posada Restrepo Comunidad de La Luz, Colombia Presentación de los editores Enrique Posada, uno de los editores es frecuente colaborador en este tra- bajo de las comunidades. Comparte acá sus reflexiones sobre los desafíos y retos de las comunidades, utilizando herramientas estratégicas, bajo la inspiración y simbología de los dones del Espíritu Santo. LOS RETOS DE LAS COMUNIDADES EAS Recientemente tuve el honor de presentar una charla sobre estos asuntos, por amable invitación del Comité Internacional de las Comunidades EAS y me parece que vale la pena exponerla acá. Se trata de visiones que buscan pensar en nuestras comunidades, en sus relaciones con la Iglesia y en el trabajo que todos tenemos que hacer para sacar adelante la vida, la familia, los valores. En la fiesta de los EAS, que es el día de Pentecostés, decidí utilizar la imagen del Espíritu Santo y de sus dones como elementos de motivación y de efectividad estas reflexiones. En ello me voy a basar para tratar las propuestas que se hicieron en el pasado Encuentro Internacional de Coordinadores. Allí los asistentes resaltaron un conjunto de aspectos y retos esenciales para trabajar el futuro de las comunidades EAS. Son los siguientes:
  • 28. LOS EAS SE HACEN PALABRA ESCRITA Volumen 18 28 • Involucrar a los jóvenes. • Fortalecer nuestra mística, anunciando a un Cristo integral • La integración de la familia • Fomentar los proyectos sociales • Cuidar el Medio Ambiente • EAS, la evangelización y la promoción comunitaria como acción articulada. LOS DONES DEL ESPÍRITU SANTO Hace años, en un retiro espiritual en Colombia hicimos un trabajo colectivo de grupo. Nos enfocamos en representar los dones del Espíritu Santo me- diante imágenes, que tienen gran valor y significado y que voy a utilizar en estas reflexiones. La conciencia de la presencia del Espíritu Santo y sus dones, es el regalo mayor que el Señor dejó a sus apóstoles y a toda la comunidad cristiana. Él anunció la venida el Espíritu Santo. Para nosotros este anuncio tiene que
  • 29. LOS EAS SE HACEN PALABRA ESCRITA Volumen 18 29 ser una realidad. Creo que la forma real en que el Espíritu se manifiesta entre nosotros es a través de la presencia viva de sus dones, que son las herramientas divinas. Si vamos a vencer los retos y desafíos que tenemos, la presencia del Espíritu es esencial, esa fuerza bondadosa, efectiva, efi- ciente será el gran respaldo que tenemos. La sabiduría es un don muy estimado. Nos encanta estar cerca de personas que saben; nos encanta acercarnos a las fuentes de la sabiduría y escuchar palabras que siembran los campos de la vida con sabiduría. Cuando una persona sabía está cerca de nosotros, sentimos la fuerza del Espíritu Santo. En el símbolo que hemos escogido, la sabiduría emana de todos los miem- bros de la comunidad, la comunidad representada en este caso por una fa- milia: padre, madre, hijos. Porque la sabiduría está en medio. Para nosotros la presencia del Señor en nuestras reuniones y en todo lo que hacemos, nos acerca a visiones de sabiduría. Es una habilidad para saber hacia dónde vamos, de manera que resolvamos los problemas tratando bien a los que nos rodean, con capacidades para discernir, para aprender, para ordenar la vida de una manera clara y encontrar las salidas en las encrucijadas y las alternativas al realizar todas las actividades. La inteligencia la simbolizamos acá como un derrame continuo de rayos claros e iluminadores desde el Espíritu Santo, como una luz que llega a todas las personas, generando una capacidad lógica, una inspiración para hacer las cosas como tienen que hacerse, una disposición para tomar deci- siones correctas, una habilidad para ordenar, poner los asuntos en contexto, logrando tener visión clara, de forma que no se cometan errores; un sentido de las proporciones que nos permite ir por el mundo sin tanto tropiezo, que nos ayuda a resolver los problemas complejos que se nos presentan. Estas ondas emitidas desde el Espíritu Santo Para servirán como luces para que las cosas estén claras al enfrentarse a los proyectos de vida. El consejo tiene mucho que ver con el acompañamiento, con la escucha, con la habilidad que tenemos de ponerle cuidado al otro, pensando que en el otro hay chispas de divinidad, de manera que cuando el otro nos com- parte sus vivencias, sentimientos, pensamientos, necesidades, propuestas, inquietudes, lo hace desde su ser interno: a la vez, experimentando la cer- teza de que cuando yo hablo, cuando digo algo, se manifiesta también a través de mis palabras esa presencia del Señor y del Espíritu, naturalmente todo esto se vuelve muy real y efectivo cuando nos sintonizamos con el Espíritu Santo y cuando estamos en sintonía los unos con los otros. En esta forma convocamos palabras acogedoras, empáticas, cercanas, sanadoras.
  • 30. LOS EAS SE HACEN PALABRA ESCRITA Volumen 18 30 Acá los simbolizamos por un medio de comunicación que produce señales y sabiduría para contribuir a disipar la confusión. Cuando se manifiesta este don, las palabras son manantiales de vida y el que escucha sabe discernir y tamizar para separar la basura, que con frecuencia es abundante en las na- rrativas prevalente en los medio y redes y destilar la pureza de los mensajes y encontrar la sabiduría que tienen. Se inspira estos intercambios de men- saje y de escucha la positividad, fluye los que funciona y se evita enredarse y destruirse por los daños de los chismes, la mentira, y las palabras que causan tortura. Se estimula la sintonía con la armonía, con las palabras que crean visión, crean lazos, sentido del futuro y de la creatividad. Es una ha- bilidad para que cuando yo le hable a los demás, siempre los lleve por el camino de lo que es constructivo, armónico y posible; por los caminos del valioso reino de Dios. El amor nos acerca a la intimidad divina, a Dios, a ese gran corazón divino que unifica y que arrastra, simbólicamente, toda una cadena de corazones que se enlazan a ese gran corazón. El símbolo que estamos utilizando indica que tal visión amorosa es una visión comunitaria, donde nos unimos con buenas intenciones, de manera que no perdamos nuestra individualidad ni nuestra capacidad personal. Se busca hacer unión y lograr fortaleza inclu- yendo la totalidad de nuestras realidades individuales para que el todo sea más grande y más amoroso, para que la suma de las partes y nuestras co- munidades seas una simbología clara de esa visión amorosa. La piedad tiene que ver con el respeto enorme que sentimos por la divini- dad, por la creación, por todo lo que Dios ha hecho, por esa enorme capa- cidad divina de crear y establecer amor por el universo entero. Entonces, amorosamente, con mucho sentido de la humildad, nos acercamos ante la divinidad con sentimientos de arrobo, en unión mística; con el entendi- miento de que es una unión que nos lleva a otro universo, en un trance amoroso. La piedad nos lleva a la humildad alegre del que sabe que es aco- gido cuando se acerca. La piedad es el permiso que nos damos para acer- carnos a la divinidad con nuestros sentimientos, con nuestra vocación, con nuestra potencia personal puesta al servicio. La Ciencia tiene que ver con el conocimiento profundo, verificable a través de la experiencia. Este don nos hace capaces de aproximarse a lo sagrado, en una tradición de sabiduría estructurada que se va destilando y consoli- dando a través del tiempo y que va quedando representado en textos, en libros, en conocimiento, en ciencia, en la sabiduría que no se pierde. Cele- bramos que inspirados por este don, los seres humanos son cuidadosos al
  • 31. LOS EAS SE HACEN PALABRA ESCRITA Volumen 18 31 guardar en bibliotecas, al recoger en textos, al divulgar en conferencias, en fotografías e imágenes, en registros, todo ese caudal que ha ido llegando a través de la capacidad intelectual, de la capacidad experimental. Celebra- mos que el Espíritu Santo siempre está presente en ello, en esa fuerza que no para de evolucionar; nos mueve para quedarnos en la ignorancia, a ex- perimentar cada día con ansias de saber, de llegar al entendimiento de este planeta y de este mundo, de nosotros mismos, con esta inteligencia tan pre- ciosa que Dios nos ha regalado como un desafío para que todos los días nos acerquemos a la gran sabiduría. En todo eso necesitamos un hilo conductor, un nudo que nos mantengan fuertes que nunca nos dejes rendirnos. La fortaleza está acá descrita con la simbología de la unión con la divini- dad por medio de un lazo fuerte lleno de gratitud. Recibimos de Dios la sanación, recibimos de Dios la capacidad para no decaer, para no estar de- solados ni sentirnos abandonados. Recibimos salud, energía que nunca nos hace estar con la cabeza agachada, ni desanimados ni tristes por ante el caso de los problemas. Siempre estamos fuertes en la alegría, en la alegría del Señor. LA MIRADA ESTRATÉGICA Vamos a examinar los dones del Espíritu Santo y los problemas o retos que tenemos bajo la mirada estratégica. Se trata de apreciar base en cuatro as- pectos: OPORTUNIDADES, FORTALEZAS, DEBILIDADES y AMENAZAS. Al observar la realidad de manera consciente podemos darnos cuenta de las oportunidades que aparecen con respecto a los temas que nos inquietan, que estamos examinando. Brincan en el ambiente esas oportunidades. Cuando estamos atentos y despiertos, caemos en cuenta de las mismas y podemos tomar la decisión de prestar atención, de acercare, de traerlas a la vida y convertirlas en algo propio, en fortalezas que podemos usar. Las fortalezas indican que poseo capacidades: Pueden haber sido el resul- tado de aprovechar los aleteos de las oportunidades. Pueden venir con base en esfuerzos personales o en dones propios. De cualquier son cosas mías. Ya las tengo. Las gané con mi trabajo, con mi vocación, mi cuerpo y mi inteligencia; con mi familia, con mis valores, con los bienes que poseo
  • 32. LOS EAS SE HACEN PALABRA ESCRITA Volumen 18 32 Las amenazas tienen que ver con el hecho de que existen riesgos y dificul- tades. que surgen, a veces circunstancialmente y que ponen en peligro las estructuras que construimos. No siempre se aprecian con suficiente clari- dad. Muchas veces hay que examinarlas deliberadamente y ponerles aten- ción para que no se vuelvan reales. Hay que entenderlas y minimizarla. En ese sentido es peligrosa la ignorancia y conveniente la conciencia para evi- tar que hagan daño. Por otro lado, existen las debilidades, que rebajan nuestras capacidades. Cuando nos descuidamos y dejamos que las dolencias y las carencias sub- sistan sin atención y cuidado, se generan daños, tensión e incomodidad. Las debilidades bajan los ánimos y quitan potencia. Se les debe prestar atención para ojalá convertirlas en oportunidades y capacidades. Es conveniente ser muy inteligentes sobre las amenazas e ir corrigiendo las debilidades para que no estén siempre ahí. La propuesta que es busquemos enforcarnos en lo positiva, fluyendo desde la negatividad y la debilidad ha- cia la fortaleza y la oportunidad. INVOLUCRAR A LOS JÓVENES. El asunto de los jóvenes siempre parece ser motivo de inquietudes y frus- traciones entre los adultos en las comunidades EAS. Pienso que quien más se aproximó a trabajar bien con los jóvenes fue el padre Antonio Hortelano, nuestro fundador. A él le gustaba hacer encuentros fuertes con los jóvenes, cargados de desafíos y de motivaciones, y de ellos se hicieron algunos en México. Pero no ha sido tan fácil continuar con esa ruta.
  • 33. LOS EAS SE HACEN PALABRA ESCRITA Volumen 18 33 Veamos algunos aspectos. ¿Dónde están las oportunidades? En donde hay presencia de los jóvenes: Hijos, colegios y universidades; en la iglesia se cuenta con la Pastoral Juvenil. Hay grupos de jóvenes en muchas de las parroquias y diócesis. Vale la pena acercarse a estos posibles puntos de encuentro. Nos podemos aproximar y hacer las búsquedas desde nuestras fortalezas. Por un lado, la experiencia que nos ha permitido acumular sabi- duría y lenguaje. Contamos con sabiduría, persistencia, paciencia, empatía y cercanía; con las virtudes naturales de cristiano, fe, esperanza y amor, virtudes que surgen de lo divino. Hace años tuvimos un encuentro con jó- venes muy valioso en Perú, en el cual pude colaborar, que fue maravilloso. Pero no se ha tenido continuidad. Es importante seguir haciendo encuentros no decaer Y en esto hay que tener mucha paciencia y sembrar como en la parábola del sembrador Por otra parte está presente la amenaza de que los EAS envejezcan y se vayan apagando, diluyéndose hasta desaparecer, con mucha probabilidad de perder, en ese proceso natural e inevitable, impor- tancia sobre todo en la juventud. Puede morir con ello la continuidad, ante la falta de renovación. Hay que aceptar que se experimentan debilidades, especialmente en el campo del lenguaje y de las comunicaciones. Si nos quedamos aparte por miedos vamos a perder importancia y se ampliará la brecha. Si no desarrollamos capacidades para llevar los mensajes y buenos métodos de conversación, se ampliarán las diferencias entre los adultos EAS y los jóvenes. Hay que superar el miedo al rechazo. Hay que conocer el lenguaje de los jóvenes y fortalecerse, de modo que la modernidad no nos asuste
  • 34. LOS EAS SE HACEN PALABRA ESCRITA Volumen 18 34 FORTALECER NUESTRA MÍSTICA, ANUNCIANDO A UN CRISTO INTEGRAL Considero la mística como la idea de tener a Cristo presente y cercano a nosotros y a nuestras comunidades; un Cristo verdaderamente activo en medio de nosotros. Mística que se basa obviamente en la presencia del Se- ñor en medio de nosotros y en buscar a Cristo como realidad potente en nuestras vidas. Tenemos como oportunidad para estar cercanos, la experi- mentación de momentos especiales, momentos de cercanía. Una de ellas es realizar retiros. No podemos abandonar estas rutinas; las debemos hace fre- cuentemente tanto en las comunidades, como a nivel personal. Buscar mo- mentos de oración, no dejarse arrastrar por la racionalidad que la desacre- dita y que la menosprecia, ni por las rutinas que desperdician el tiempo. Se requieren momentos de un silencio interior. También estemos muy cons- cientes de que los textos sagrados siempre nos traen sabiduría. No perda- mos la cercanía al Evangelio, a la Biblia, a los grandes textos que tantos seres maravillosos han escrito a través de los tiempos. Incluyamos los tex- tos que contribuyen a que recuperemos la energía interior. En esta forma podemos entrar en contacto con los espacios de la contemplación, enrique- cidos y alimentados desde nuestro centro, desde nuestro ser interior. El contacto con el mundo interior y con la presencia del Seños se debería reflejar en la vida, en la acción. En esta forma la mística tiene que ver con servir, con compartir, con ser generoso. Tales contactos también se ven
  • 35. LOS EAS SE HACEN PALABRA ESCRITA Volumen 18 35 asociados con elementos de la realidad que nos acercan a la parte interior. Aspectos como la poesía y la música. Vale la pena dejarse llevar por los escritos y la poesía de Santa Teresa, de San Juan de la cruz, de los grandes poetas místicos cristianos. Así se estimula el que nos acerquemos a una energía muy interior y preciosa. Podemos encontrar fortalezas en los ejemplos, entre nosotros, de personas que son profundas. Ellas han contribuido a nuestros propios textos de mís- tica EAS, especialmente el ideario y documentos que son síntesis valiosas y reales de cómo podemos acercarnos a la mística. El espíritu itinerante nunca lo podemos perder, esa fuerza que nos lleva a mostrar el mensaje, a no quedarnos encerrados en el pequeño espacio que tenemos. Grandes for- talezas residen en el espíritu fundacional, que refleja la fuerza mística de las palabras originales. Somo afortunados al tener acceso a los escritos de Antonio Hortelano y a su espíritu fundacional y al de la comunidad origi- nal, de los que somos nosotros resultado como pequeñas comunidades. Hay fortaleza también en nuestros propios escritos de miembros EAS en nuestro libro anual de Los EAS se hacen palabra escrita, cuyos mensajes siempre transmiten trozos y esencias de mística EAS, tal como se vive día a día. Con todo ello somos obreros de la gran empresa que aporta un lenguaje elevado, un mensaje espiritual que resuena por el mundo. Nuestro lenguaje crea realidades y no conviene que nos desenfoquemos ante las amenazas del materialismo y de la superficialidad. Y ante el des- enfoque tan grande que la sociedad está experimentando perdiendo la pre- sencia del Señor, la presencia de Cristo. Hay que caer en cuenta de que Cristo se niega por todas partes, ante la racionalidad, la comodidad, la in- diferencia. Son abundantes y extremadamente atrayentes las distracciones que nos alejan de nuestro centro, del ser profundo, de la cercanía con el Señor. Con frecuencia más bien nos mantenemos en cercanía con el inter- net, en frecuentes jornadas de deporte, de diversión, de viajes, de recrea- ción; en todo ello hay aspectos valiosos y positivos, pero no debe ser tal la distracción que perdamos la energía mística. Es que tenemos debilidades: Desánimo que nos rebaja la energía; cinismo que nos lleva a la superficialidad, a la burla, a las ironías, al menosprecio; desenfoque que nos distrae y nos aleja de lo esencial, de modo que se va perdiendo la senda respetuosa que lleva a Dio; el materialismo, la fama y el poder, que adulan y matan el espíritu de servicio.
  • 36. LOS EAS SE HACEN PALABRA ESCRITA Volumen 18 36 INTEGRACIÓN DE LA FAMILIA El trabajo en el nivel familiar siempre será vital. Debería conducir hacia la integración y debería resonar con las vivencias comunitarias, en íntima re- lación de enseñanza y aprendizaje. Vale la pena que aprendamos a ver a la familia como una comunidad. Los hemos estado practicando en la nuestra durante más de dos años, en reunio- nes familiares, con persistente regularidad, cada semana, repartiendo tareas y compartiendo con mi esposa y nuestros cinco hijos, y a veces con nietos y parejas matrimoniales. Este espíritu de integración inspirado en las vi- vencias comunitarias lo podemos extender por todas partes. Donde trabajo tengo reuniones semanales con los compañeros de mi grupo, en las cuales exploro las metodologías de la regularidad, del tema, del compartir. En ver- dad podemos ser misioneros del espíritu de la amistad y del compartir. Así buscamos integración por doquier, en vivencias de 24 horas. Son oportuni- dades de unión las reuniones, las conversaciones, el estudio en compañía, los viajes; las actividades para compartir y servir La amistad y el compartir son fundamentos y fortalezas de la integración. Estos son valiosos tesoros que no debemos desechar. Así, extendiendo esta red, la iglesia es más fuerte; las comunidades son más fuertes. En la vida parroquial hay también espacio para trabajar con la familia. Es nuestra sa- biduría contar con capacidad para ver el valor familiar por todas partes, en armonía con el valor comunitario; mezcla que une dos cosas en danza de
  • 37. LOS EAS SE HACEN PALABRA ESCRITA Volumen 18 37 integración; fortalecida con la fe y la oración. Cuando hacemos oración, confiamos, a través de la fe, en que todo se va a sanar, que todo funciona mucho mejor. Surgen las nubes amenazadoras contra las integraciones de la familia y de la comunidad por todas partes, en un ambiente que en nada contribuye, en el cual encontramos superficialidad, visiones de corto plazo, desprestigio de los valores, menosprecio por las tradiciones y la estabilidad familiar. Las drogas recreativas se venden en el cine, en las canciones, en los medios, como algo normal, aceptable y bueno, que vale la pena ensayar y no se cae en cuenta de los abismos de la drogadicción, el daño al sistema nervioso, loa criminalidad asociada y el enriquecimiento desbordado que ve como positivo el disfrute desmedido y superficial. En este ambiente no hay mu- cho espacio para los valores del compromiso y la amistad hasta que la muerte nos separe. En cambio, todo se reduce a ensayos superficiales y de corto plazo. Si no somos capaces de aportar las fortalezas y nos dejamos llevar hacia los riesgos, se irá perdiendo la integración. ¿Qué nos hace débiles ante las amenazas e incapaces de aprovechar las for- talezas? Nuestras debilidades de comunicación; nuestra falta de atención de alta calidad (responsable, apreciativa, cercana); nuestra visión materia- lista y nuestra ignorancia. Aspectos que se corrigen con el compartir comu- nitario, con campañas de valores, con el servicio. PROYECTOS SOCIALES
  • 38. LOS EAS SE HACEN PALABRA ESCRITA Volumen 18 38 ¿Qué son los proyectos sociales? ¿Cuándo son fuertes? Se ven estimulados por los retos y los problemas que nos rodean; por las desigualdades y las carencias comunitarias. Estos han estado con la humanidad desde siempre. Son significativos los avances sociales y pero no se acaban de resolver. Naturalmente, al hacer parte de las comunidades, sentimos el llamado al compromiso social, impulsados por el Evangelio y por nuestro ideario y pensamos que podemos contribuir con ideas, con proyectos, con activida- des. No es fácil encontrar las rutas de acciones comunitarias comprometi- das, eficaces, de largo aliento. Es importante entonces encontrar qué nos hace fuertes en este sentido, qué oportunidades surgen. Un elemento básico es la energía social que alienta nuestras propias vidas. Podemos ensayar la idea de vivir las 24 horas de nuestra propia vida como un constante proyecto social, extendiendo estas posibilidades a la vida en nuestra familia, en el lugar donde trabajamos. Es decir, nos embarcamos en narrativas y creencias de compromiso social, que podemos extender a proyectos sociales de las comunidades. Hay que forta- lecer nuestra cosmovisión, para apreciar en qué no es justo el mundo; co- nocer las muchas necesidades; los retos; las problemáticas. Y así entrare- mos en contacto con muchas personas y entidades que trabajando orienta- das a resolver, aunque sea parcialmente, problemas sociales. Con ellas se puede trabajar: organizaciones no gubernamentales; las parroquias y la iglesia, que tienen la pastoral social. Encontramos fuerza para ello en la amplia experiencia histórica de com- promisos de muchas personas y entidades. Abundan los ejemplos en la Igle- sia. Cada santo es un caso de compromiso efectivo con proyectos sociales. Una fuente para saciarse con energía y sentido de compromiso social cris- tiano. Es la creatividad una gran fuerza interior para encontrar alternativas y plantear esquemas de trabajo y la generosidad un recurso ilimitado que nos aconseja la entrega desprendida y el sentido de compromiso. Desaniman, desenfocan y causan incertidumbre los ambientes de indiferen- cia social y las tentaciones a alejarse de la realidad, alentados por nuestra propia mediocridad estadística (como la llamaba Antonio Hortelano), que nos sitúa en la indiferencia y en la parálisis de la acción. Contribuyen a estas mediocridades en la acción la falta de compromiso, la visión que tenemos del tiempo, según la cual carecemos de tiempos y de espacios; la falta de estructuras y de liderazgo que nos ayuden en las buenas
  • 39. LOS EAS SE HACEN PALABRA ESCRITA Volumen 18 39 prácticas, en la eficiencia y en la efectividad al emprender proyectos y el sentido que tenemos de la escasez y la carencia de medios, como disculpa normal para abandonar los intentos o no actuar. MEDIO AMBIENTE ¿Qué significa ambiente? Es el tema de moda. Hay grandes temores aso- ciados con emergencias climáticas, con calentamiento global, con la negra suerte que le espera al planeta ante las irresponsabilidades de la civiliza- ción. Es nuestra responsabilidad actuar de forma equilibrada y respetuosa con relación al ambiente, pero no creo que debemos dejarnos llevar por narrativas, por ideologías que pregonan el aborto, el decrecimiento y el miedo; o por desánimos, cayendo en la sensación de que somos víctimas de una sociedad destructora y miembros de una especie depredadora y fatal para el planeta. Creo que hay que enfocarse en las muchas oportunidades para actuar de forma responsable. A nivel internacional, se tienen los objetivos del desa- rrollo sostenible, que nos señalan rutas para el trabajo equilibrado entre so- ciedad, economía y ambiente. Nuestros contactos con el arte, la belleza y el sentido de maravilla y aprecio que tenemos que sentir ante la creación, nos dan ocasiones para enriquecer nuestra conciencia social. Cualquier contacto, basado en nuestra atención deliberada y cercana con la naturaleza nos hace mucho bien y nos estimula.
  • 40. LOS EAS SE HACEN PALABRA ESCRITA Volumen 18 40 Vemos fortalezas para actuar en forma comprometida en el sentido inter- nacional, que es muy importante porque ante todo somos comunidades res- petuosas y atentas, que estamos en contacto con situaciones y con personas de muchos países y eso nos da una visión amplia de los problemas que son en realidad importantes. El sentido de lo sagrado y la espiritualidad confie- ren enorme respeto en el trato con todo lo que nos rodea. No azotan las amenazas de la pobreza y deterioro; la violencia y la escasez. Sentimos temor ante el posible agotamiento de los recursos; sentimos que el materialismo ciego en nada contribuye al respeto ambiental. Llenos de debilidades podemos estar ante la falta de conciencia, la falta de contacto con la naturaleza, la indiferencia y la ignorancia. El desorden surge cuando dejamos que el descuido reine en nuestras vidas y en la sociedad. Hay que ser cuidadosos para que no se desordenen los ambientes hasta niveles irre- versibles, para que no se llenen las ciudades, los ríos, los mares, los campos de mugre y de desechos, para que no se desbaraten las ciudades, para que la violencia no se apodera de los barrios; para que no se produzcan crisis de suministros y de agotamiento de las cosas; para que haya espiritualidad haciendo que la acción no nos lleve al materialismo sin sentido. Somos comunidad. En nuestro auxilio viene el enamoramiento por los seres, por las personas, por el universo, por Dios, por nosotros mismos y por nuestra sabiduría. EAS, EVANGELIZACIÓN Y PROMOCIÓN
  • 41. LOS EAS SE HACEN PALABRA ESCRITA Volumen 18 41 Este es un desafío grande, el de la evangelización y el de la promoción. Gran desafío porque nos estamos agotando, en medio de las posibilidades y de las oportunidades. Parroquias abundantes todavía en feligreses y un apoyo diocesano a las pequeñas comunidades; pastoral social con progra- mas y espacios para aportar y compartir nuestro estilo; unidades residen- ciales en las cuales, casi como comunidades geográficas, hay espacio para la cercanía y la creatividad. Y, sin duda, las redes virtuales y sociales, con sus espacios novedosos y amplios, de alcance insospechado. Abundancia de publicaciones y medios. Contamos con impresionantes fortalezas: Material escrito, experiencia; tec- nología acompañamiento, una historia de itinerancia y de misión. Conta- mos con la realidad evidente de nuestras comunidades que son una hermosa síntesis de amistad y de unidad. Todo ello son cosas fuertes que tenemos para no decaer, para no reiniciar al concepto la pequeña comunidad. Es tan importante en este mundo en peligro de superficialidad y de mediocridad. No permitamos que se nos vaya perdiendo la amistad, que entren a dominar la decadencia, la entropía y el desorden. Nos amenazan sin duda los miedos y la incertidumbre; la rutinización de las comunidades y la complacencia que nos vuelve inactivos; el agota- miento del modelo, la pérdida de la amistad y el abandono. Somo débiles si nos dejamos inundar por las faltas de actividad, de liderazgo, de método y de motivación. CUATRO PILARES ESTRATÉGICOS Quiero cerrar hablando de cuatro pilares de los cuales disponemos para no perder la visión del futuro.
  • 42. LOS EAS SE HACEN PALABRA ESCRITA Volumen 18 42 Primer Pilar: tener claros los principios y los valores que respaldan y sus- tentan a las comunidades. ¿Dónde están los principios y los valores? Los tenemos más o menos organizados en nuestro ideario y los reforzamos a través de las reuniones, a través de conversaciones, de lecturas. Si los per- demos, reducimos nuestra fortaleza, especialmente si dejamos de lado los principios esenciales. Como decía Antonio Hortelano, lo esencial es muy importante y lo esencial tiene que ver con esos principios fundamentales. Segundo Pilar. Tiene que ver con el contexto que tenemos: contexto men- tal; contexto espiritual; experiencias e historia. Ya se tienen más de 60 años de experiencia EAS; es valiosa a historia de la iglesia que tiene 2.000 años; es valiosa la historia de la fe en Dios, con el pueblo de los creyentes que tiene más de 4.000 años. Hay muchas comunidades, hay muchas experien- cias de amistad en todo el mundo. Contamos las experiencias fundacionales que nos deben llenar de gratitud por los fundadores. Vale la pena que com- partamos experiencias y que tengamos orgullo por todo ello. Pero seamos conscientes de que nosotros mismos estamos dejando la huella a través de nuestras acciones, de nuestros documentos, videos, imágenes y fotografías. Estamos haciendo la historia y acercándonos al estado del arte; ese estado que nos permite aprender de los mejores. Todo grupo, por muy bueno que sea, puede aprender. Al construir la historia, seamos constructores de vida, sin demeritar ni hablar mal de los demás; más bien observar en el otro el arte que tiene. Tercer Pilar. Tiene que ver con dejar que fluyan las experiencias. Permitir los ensayos y la innovación. Sin perder las experiencias y los valores del pasado, permitir que haya nuevas experiencias y sin perder la historia; sin perder la categoría que se tiene, aceptar que se pueden experimentar cam- bios. Porque el Espíritu Santo aletea en medio de las comunidades. Los primeros cristianos se fortalecieron por las experiencias novedosas que hi- cieron el mundo y que crearon la fortaleza la iglesia. Cuarto Pilar. Debemos intercambiar bienes y servicios con el mundo. Es- tamos en la era del conocimiento, de la información. Eso nos llena de opor- tunidades. Lo podemos aprovechar, entregando a la modernidad inyeccio- nes de sabiduría espiritual. Adquiramos nuevos hábitos de comunicaciones, ampliemos nuestro sistema de comunicación. Llenemos las redes de valio- sos contenidos. Evangelicemos y permitamos que ello genere crecimiento, fortaleza y comunidad con el futuro que ya nos inunda.
  • 43. LOS EAS SE HACEN PALABRA ESCRITA Volumen 18 43 PREGONES CALLEJEROS DE GRANADA Manuel Cantero Comunidad de la Alegría, Colombia Presentación de los editores Manuel Cantero es un excelente cronista, gran conversador, pleno en anéc- dotas y recuerdos. Acá nos entretiene, por segunda vez en nuestro libro anual, con su notable memoria narrativa y deliciosos pregones callejeros de Granada, España, su tierra natal. Acá nos comparte un Prólogo y cuatro pregones, los cuales hacen parte de su libro PREGONES CALLEJEROS DE GRANADA - Antiguos, humanos, que fue publicado, recientemente, por el autor en una edición limitada.
  • 44. LOS EAS SE HACEN PALABRA ESCRITA Volumen 18 44 PRÓLOGO Hace muchos años comencé a escribir, desde lejos, a la distancia de ocho mil kilómetros, lo que eran unos recuerdos de mi niñez. Se trataba de re- memorar algunos pregones callejeros de Granada, escuchados en persona, muchos cantados solamente en las calles de barrios obreros de la ciudad. Otros, por la conveniencia de los posibles clientes, más pudientes, se escu- chaban también en las calles céntricas Con motivo de haber cumplido 85 años, se me ocurrió escribir, destinado a hijos y nietos especialmente, un “anecdotario” de recuerdos y hechos de vida, redactado en tercera persona, por un “autor anónimo”, “el anecdo- tista”, aunque es claro que se sabe quién es. Diríamos que huyendo del “yoísmo” tan común, pues todos nos creemos únicos protagonismos de nuestra propia vida, lo que no es verdad, pues en toda existencia, mucha gente ha tenido importancia. Fue así como escribí un completo anecdotario con dos etapas de la vida del anecdotista, una en Granada de España, desde su nacimiento hasta 1968 cuando, con su familia, viajó a vivir en un hermoso país de América del Sur y desde 1969, hasta el día en que cumplió los 85 años, en Medellín, Colombia. Será fácil de notar que todos los pregones, o simplemente gritos en algún caso, están inclusos o son parte de pequeñas historias imaginarias, a modo de cortos cuentos, que he tenido la intención de vincular con hechos verda- deros, costumbres, lugares, personajes, juegos infantiles, establecimientos, calles y plazas de la ciudad, palabras o frases hoy sin uso y hasta nombres propios de personas familiares, o incluso la presencia, innominada infantil o juvenil del mismo narrador. Los granadinos “viejos” que tengan la opor- tunidad de leer estos relatos identificarán cosas inmediatamente y los “nue- vos” podrán sonreír con las antiguallas que desconocen. En varios de los relatos aparecen algunas palabras o voces que el vocabu- lario corriente, hablado, ha modificado, olvidando su correcta escritura y expresado en la voz popular, tal como se escucha. En algunos casos me he tomado la libertad de escribirlas directamente, sin letras cursivas ni “entre comillas” como sería lo adecuado. El culto lector las distinguirá enseguida. Pido excusas por esta licencia semi-poética que me he permitido tomar. Por ejemplo, “aonde”, “durses” “habillas”, “asucar”, “ontavía”, etc. Algunos
  • 45. LOS EAS SE HACEN PALABRA ESCRITA Volumen 18 45 de los relatos, como, por ejemplo, el de “Chumbos”, están llenos de estas irregularidades. Existieron muchos más pregones callejeros, algunos de ellos los presento en este prólogo con un pequeño comentario ambientador. Como los si- guientes: ¡Farfolla pa los jergones! La farfolla era el desecho de las panochas de maíz o mijo que la gente más humilde utilizaba como relleno de sencillos jergones ya que no tenían modo de comprar lana de oveja que era sobre la que dormían las personas más acomodadas e incluso las de clase media. ¡Romances pa las niñas que no tienen novio! Y vendían unos cancio- neros impresos muy sencillamente, conteniendo las canciones de moda. ¡Niñaaaas!, ¡Colonias y brillantinaaaaaas! El vendedor portaba un arca de madera conteniendo unos frascos como de un litro cada uno y ofrecía loción brillantina para el cabello, zaragatona, y tres o cuatro aromas de agua de colonia, fabricadas por él mismo a partir de alcohol y esencias florales que vendían en algunas farmacias especializadas. Sus clientas eran las mujeres, ningún hombre. ¿Cómo iba a ser posible que algún varón de esos tiempos se acercara a comprar esas cosas? Aún no era tan frecuente la identificación del “machismo” agresivo, pero había muchos machistas, no todos violentos, pero sí con esa actitud discriminatoria. El perfumero, tenía una probeta medidora, terminada en un “pitorro”, y depositando la cantidad demandada, la introducía, soplando, en el vacío frasco de cristal que la jo- ven llevaba. ¡Pescada! ¡Mirarme la pescáaaa! ¡Fresca y grande tengo la pes- cáaaaa! Este no era un pregón callejero, sino “in situ”, es decir gritado desde de- trás del mostrador de mármol blanco que el viejo “Cunini” tenía en una de las dos naves, hoy desaparecidas, en lo que se llamaba “La Romanilla”, situadas en el espacio existente entre la Calle Cárcel baja y la Plaza de Bib- Rambla. Pregonaba uno de los muchos pescados que expendía, pero en este caso se refería a la merluza moruna de las costas granadinas, muy rica, pero algo diferente a la “blanca”, de “pincho”, del Norte. En ocasiones, varios de los puestos de pescado vendían también carne de ballena, en cierta forma parecida a la carne de vacuno, que, por ser de buen
  • 46. LOS EAS SE HACEN PALABRA ESCRITA Volumen 18 46 precio, algunos consumimos. Esta es una oferta desaparecida desde que existe un control y sanciones internacionales para la pesca del cetáceo. No pasaba desapercibido el matiz “picaresco”, por el uso del vocabulario popular granadino que el pescadero le daba a su pregón. ¡Brótano macho pal pelooooooo! Esa planta que vendía el pregonero, realmente se llama abrótano y corres- ponde a la planta llamada “Artemisa lombrigueira”, apta para neutralizar las lombrices que se criaban en la barriga de quienes no consumían agua potable o tratada, pero un uso adicional era como gel para peinar el cabello y mantenerlo. Para eso es que el vendedor lo pregonaba y vendía. ¡Arenilla, blanca y güena, pa limpiaaaaaar! El pregonero vendía una arenilla muy finamente molida, muy blanca, se ignoraba si procedente de cuarzo o sílice que las señoras utilizaban en las cocinas para ayudarse en la limpieza y pulimento de los cacharros domés- ticos en los años en los que no existían los costosos preparados químicos, de marca, que hoy se usan en las casas. Tenía una medida de madera que llenaba y entregaba a cambio de un razonable costo. ¡El afilaoooor! Este es un pregón imposible de imitar, aunque se empeñe uno en reproducirlo, porque se sumaba, antes y después, al sonido de una flauta tocada armónicamente de tal forma que era inmediatamente recono- cido por las familias que necesitaban afilar, cuchillos o tijeras. El buen hombre tenía una “instalación” consistente en una carretilla en la que por medio de cadenas y piñones ponía a rodar, a gran velocidad, dos ruedas de esmeril a las que le daba movimiento su corporal energía y un pedal. Una primero para desbastar y otra final para afinar y pulir. Y…… no hay más. Ni siquiera epílogo. Sólo un sentido recuerdo y el deseo de que algunas costumbres, los pregones callejeros, y sus voces, no queden en el olvido total.
  • 47. LOS EAS SE HACEN PALABRA ESCRITA Volumen 18 47 CRUDAS, CON BACALAO, O FRITAS CON JAMÓN ¡De huerta las guuuenas jabaaaaaaaaas! ¡Buenos Días Don Federico! ¿Ya tiene el casero juntás las jabillas? ¿Por aónde? Muchas grasias, el otro sábado le pago las dos cargas ¡Arre Palo- mero! Y dando un leve golpe en las ancas del borriquillo camina hacia la trasera de la huerta. Desde hace algunos años el padre de Frascuelo recogía las habas tempra- nas de marzo, en la Huerta de San Vicente. Este es el nombre de ogaño, que Don Federico se lo puso por el santo de su mujer, Doña Vicenta. No se sabe cómo se llamaba antes. ¡Adiós Don Federico ¡me saluda al muchacho Federico. Es que a veces, en algunos veranos lo veía sentado debajo del almez grande escribiendo, o sentía como tocaba el piano. Hogaño no está, porque me ha dicho Pepita, la sirvienta, que anda por Niu Yor. Es un muchacho mu apañao y simpático. Los García Lorca no vivían en la huerta, sino en la Acera del Darro, pero los fines de semana, desde 1926, cuando compraron la Casería estaban allí los fines de semana y los veranos. Frascuelo heredó el trabajillo porque a su hermano mayor, Miguelico, no le gustaba el campo y era mu leío, Había estudiao varios años en la Escuela de Don Miguel de la calle del Horno del espaero y ya estaba trabajando como dependiente en la tienda de telas de Ariza en el Zacatín. Él apenas había ido dos años, pero se defendía bien con los numerillos y hasta podía leer el “Defensor”. La familia del Frascuelo, desde jase muchos años tenía su propia güertica que era una bendición de Dios. No mu grande, pero el agua fresca de la Acequia Gorda era una gloria y mu abundante pa regar, entre su padre, su hermanica y él las mejores lechugas, acelgas y pimientos de la Vega de Graná. Alcachofas, coles, y unas papas menuíllas sólo pal gasto. ¡Eso sí había unas siruelas y unos abarcoques ¡Uy qué ricos ¡Y pa San Miguel los caquis, las granás, las nueces y los membrillos completaban los postres de la familia! ¡Y la carne de membrillo que jasía su madre! ¡Sólo asucar y membrillo ¡Uuuhhhh!
  • 48. LOS EAS SE HACEN PALABRA ESCRITA Volumen 18 48 Arreando a Palomero arrancaba su recorrido, Camino de Ronda y lle- gando rápidamente a la Plaza de Gracia. ¡De huerta las guuuenas ja- baaaaaaaaas! ¡Ya tenía sus clientas que sabían guisar las habas! Las más tiernas, hasta friticas con cáscara y too y las demás desgranadas, y con un poquillo de jamón, cuando se podía. Siempre guardaba un puñaico pa, por la noche, comérselas con unas tirillas de bacalao, con los suyos, al regreso de su venta. Algunos días especiales veía salir del edificio grandote de la Plaza de Gracia una fila larga de curillas con sus sotanas y unas blusillas blancas encima que iban acompañados de otros curas grandes camino de la Catedral. Seguía por la Calle de Gracia y pasaba por delante de la Parroquia-con- vento de La Magdalena, enfrente de la casa señorial donde había nacido Eugenia de Montijo que fue Emperatriz de los franchutes, Mesones, Alhón- diga y Plaza de Bib Rambla ¡De huerta las guuuenas jabaaaaaaaaas! Hasta ahí llegaba pregonando y vendiendo porque se le habían acabado las habillas. LAS BELLOTAS DULCES ¡Y son como almendraaaas! ¡Quitan la diarrea como con la mano! ¡Se lo han llevado a la Comisaría! ¿Por qué? ¿Qué ha hecho? Ya se sabe, son cosas que ocurren en estos días. Estamos en agosto de 1939 y llevamos algo más de dos años desde que comenzó esta guerra fra- ticida que nos tiene enfrentados a los españoles. Antonio llevaba años ven- diendo bellotas debajo del balcón de la casa número dos del Zacatín, que tiene la entrada por detrás en la calle Tundidores, enfrente de una de las dos puertas de “La Sabanilla”, una de las tabernas más típicas de Granada, en donde sólo se vendía vino y algún otro licor espirituoso. Poco más. Aún no ha llegado a los bares la costumbre de acompañar el vasito de vino, ni si- quiera con unas aceitunas o “chochitos de vieja” como algunos les dicen a los altramuces. Ahí llegaba Antonio, todos los días después de vender sus bellotas, a tomarse dos “blancos” y, a veces, saludaba a Conchita que está guisando el cocido de todas las noches y que, moviéndose por la cocina, a veces pasa por la gran reja abalconada que queda justo enfrente de la puerta
  • 49. LOS EAS SE HACEN PALABRA ESCRITA Volumen 18 49 de La Sabanilla. Por Tundidores quedaba en primer piso y por el Zacatín en segundo, encima de la Farmacia. Estas viviendas de más de cien años tenían toda clase de irregularidades. Suelos de baldosas cerámicas de barro cocido, escalones dentro para pasar de una a otra habitación, el suelo del comedor principal inclinado y más detalles especiales como por ejemplo un pozo propio, para todos los pisos. Antonio, que vive en el Barranco del Abogado, madrugará, mañana, otro día más a recoger las mejores bellotas en el Parque de Invierno, pues él conoce mejor que nadie las encinas que las producen. Es un profesional de las bellotas y no como el niño mayor de Conchita, que una vez en que sus- pendieron las clases en el Instituto Padre Suárez, donde estudiaba bachille- rato, se fue “de excursión”, con unos compañeros, a ese lindo Parque y se largó un aguacero que los obligó a correr monte abajo hasta las orillas del Darro en el Paseo de los tristes, empapado, y con los bolsillos llenos de bellotas, pero casi todas de las amargas. ¿Pero que ha hecho Antonio para que se lo lleve la policía? Resulta que las autoridades de la ciudad de Granada se unieron, desde el 19 de julio de 1936 al bando nacional, y varios meses después, un día en que aparecieron lo aviones republicanos a bombardear la ciudad, Antonio no paró de pre- gonar. ¡Y son como almendras! ¡Y son como almendras! Y algunos “sa- bios”, que en todas partes los hay, quisieron interpretar que Antonio se ale- graba de las bombas republicanas que estaban tirando. Uno de los días el niño de Conchita, que estaba próximo a cumplir tres años, cuando sintió el ruido que hacen los aviones al volar, salió corriendo hacia el balcón del Zacatín, justo encima del puesto de Antonio, para ver los aviones. Conchita que estaba embarazada y próxima a dar a luz a su segundo hijo, se asustó de que el niño se asomara al balcón y corrió para retirarlo de allí, como si fuera una solución el no estar en el balcón si una bomba caía sobre la vivienda tan cercana a la Catedral y a la Capilla Real, que pese a todo fueron respetadas por los republicanos. Se ve que los compromisos políticos de Antonio no eran nada serios pues volvió varios meses después. ¡Y son como almendraaaas! ¡Quitan la diarrea como con la mano!
  • 50. LOS EAS SE HACEN PALABRA ESCRITA Volumen 18 50 EL SERENO La Señora Bernarda, era muy “apañá”, pues de soltera, sin haber ido a ninguna escuela de corte y confección de ropas, antes de conocer a Eusebio, había sido aprendiza en un taller de modistas del barrio, y sin ser Cocó Chanel, cosía bastante bien los vestidos que las vecinas del barrio estrena- ban, como era costumbre, el Dia del Corpus. Hasta era capaz de hacer ves- tidillos de gitana para las niñas de las más pudientes amigas. Su habilidad fue suficiente para coser una camisa para el Eusebio, que le quedaba bastante bien. Hasta se atrevía con los pantalones, aunque la pana no era fácil de trabajar y si había algún errorcito no se notaba mucho. Por eso, cuando a Eusebio, al morir su padre, le dieron permiso para sus- tituirlo en el trabajo de guarda y custodia de su barrio de Granada, le cosió una bata amplia de color marrón, como era la apropiada para el oficio que estaba a punto de iniciar. La autorización la daban en el Ayuntamiento y en verdad, dadas sus circunstancias le fue muy fácil obtenerla. Eusebio había heredado de su padre un capote grueso, adecuado para los “bajo cero” de los inviernos granadinos, una gorra, que desechó porque es- taba cochambrosa y la sustituyó por la que compró en la sombrerería Bení- tez del Zacatín, un “pito”, que también cambió, y un buen “chuzo” de dos metros de largo. Y lo mejor y más importante de todo, pues significaba la confianza de los vecinos, un aro de alambre grueso, del que colgaban las llaves del portal exterior de muchas casas y edificios que le eran confiados. Las llaves de entonces eran muy pesadas. A su padre también le había tocado el encendido y apagado de las lámpa- ras de gas, pero en 1939 el alumbrado eléctrico de las calles de Granada ya era razonablemente bueno, aunque algunos de los grandes bombillos per- manecían con frecuencia rotos y se demoraban en cambiarlos. Su itinerario era de los más céntricos, lo que le suponía algunas pesetillas más que a los compañeros de otros barrios. Su trabajo desde las nueve de la noche hasta las siete de la mañana, en verano, y desde las siete en invierno, hasta las mismas siete de la mañana no tenía sueldo ni prestaciones de la seguridad social, sino que recibía lo que los vecinos querían darle todos los meses. En diciembre, un aguinal- dito mejor.
  • 51. LOS EAS SE HACEN PALABRA ESCRITA Volumen 18 51 En España se conocía este servicio de celador nocturno desde 1715, se le había dado reconocimiento en 1765 y más oficialidad mediante un Decreto de 1834. Se encuentran antiguas constancias de este servicio en Gijón y del barrio de Chamberí de Madrid. A pesar de su informalidad, los serenos tenían un reconocimiento general parecido al de un guardia municipal. Y así estuvo funcionando hasta 1970, cuando fue sustituido por las patrullas policiales y por los sistemas de se- guridad de algunos edificios. Cuando un amigo nuestro vivió año y medio en Madrid entre 1958 y 1959, haciendo el servicio militar, algunos fines de semana aprovechaba el per- miso de “rebaja” y las noches de los sábados dormía en una habitación arrendada en el Paseo de las Acacias, muy cerca de la Glorieta de Embaja- dores. Si llegaba después de las once de la noche, ya el portón exterior del edificio estaba cerrado. Daba dos palmadas y si se demoraba un poco, gri- taba: ¡Sereno! y el señor Antonio, haciendo sonar su gran aro con llaves, respondía: ¡Vaaaaaaa! y le abría la puerta. Se ganaba una peseta. Por ese entonces, 1959, aunque Madrid ya gozaba de alumbrado eléctrico por toda la ciudad, en un tramo grande de la Calle de Embajadores, aún quedaban farolas de gas que el Ayuntamiento conservaba como recuerdo del ayer. El farolero, al anochecer, cada día, llegaba a encenderlas y con la luz de la mañana procedía a apagarlas. El recorrido de Eusebio era una especie de polígono compuesto por las calles Zacatín, hasta la Gran Vía, regreso hacia Bib-Rambla, unas veces por Reyes Católicos y otras por Tundidores y así como en circuito. Cada quince o veinte pasos tocaba el “pito”, con tanta frecuencia que de ahí surgió un dicho imputado a cuando alguien se toma demasiada con- fianza: “¡Es que me estaba tomando por el “pito” del Sereno”! Y un poco más adelante golpeaba el suelo con el chuzo, y en uno o dos puntos de la calle, además, cantaba: ¡Son las cuatro de la mañaaaaaana y ……lloviendo! Naturalmente, decía eso cuando estaba cayendo agua y ya se había tapado con su capote impermeable.
  • 52. LOS EAS SE HACEN PALABRA ESCRITA Volumen 18 52 Entonces, ¿por qué se le llamaba…. “el Sereno”? Pues porque si estaba haciendo buen tiempo, entonces cantaba; ¡Son las doce de la noche y….sereno! Y así quedó, lloviera o nevara. HIGOS ISABELES Entre la flora universal existe una planta arbustiva, que normalmente sólo alcanza unos tres metros de altura. Sin embargo, en el Carmen granadino en el que transcurrió la niñez y juventud del recogedor de pregones había dos árboles de gran altura. Uno de aproximadamente cuatro metros, que producía higos y brevas llamados “papuecos”, o de “pata de mulo”, de color verde amarillo, y otro de grueso tronco, al menos siete metros de altura que entregaba higos y brevas de color morado oscuro. La higuera es una planta antiquísima en la historia de la humanidad. Es uno de los árboles de los que se habla en la Biblia. ¿Son lo mismo los higos que las brevas? No exactamente. Ambos proce- den del mismo árbol, la higuera, pero no todas las higueras dan ambos ‘fru- tos’. El asunto tiene más complejidad de la que aparenta. Lo que sí sabemos todos es que, tanto los higos como las brevas, son el colofón perfecto de una comida o, incluso, el toque ideal en la cocina o un buen ingrediente para preparar mermeladas o jaleas. No es muy conocido el ciclo vital y de producción de las higueras. Sola- mente en los países mediterráneos existe la variedad “dioica”, que produce dos clases de frutos, en diversas épocas del año, y en las que sus flores macho están en un árbol y las hembras en otro, necesitando de ayuda del hombre o de insectos para fructificar. En otras áreas del mundo hay la variedad “monoica” que produce flores masculinas y femeninas en el mismo árbol y no necesitan ayuda para ser fecundadas y son las que entre- gan solamente una clase de bayas. Este último es el caso de Hispano América, en donde el fruto no es cono- cido como “higo”, sino solamente como “breva”. Nunca se consume ma- duro, sino que se corta verde y se cuece con azúcar, convirtiéndose así en un postre, con más sabor al almíbar que al propio fruto, hasta el punto de que la costumbre lo consume acompañado con queso. Es decir, nunca se paladea el sabor propio de la baya.
  • 53. LOS EAS SE HACEN PALABRA ESCRITA Volumen 18 53 Realmente, no es un fruto, sino una inflorescencia, pues el fruto serían las semillitas que se encuentran dentro. Ofrecen un gran aporte energético. Son tan ricos en sacarosa que en el algún momento unos industriales españoles estuvieron proyectando elabo- rar azúcar a partir de los mismos. Tendría mejores condiciones para la sa- lud que los azúcares producidos desde la remolacha y la caña de azúcar. “De higos a brevas” El dicho popular hace referencia al periodo que transcurre entre la madu- ración y consumo de los higos y las brevas. Unos siete u ocho meses. En realidad, las brevas que se nos ofrecen en primavera son los higos que no alcanzaron a madurar a finales de otoño. Son las bífidas o inflorescentes. Las brevas son algo más grandes, pero menos dulces que los higos, su color es verdoso o morado, la carne puede ir del blanco al rosado intenso. Los higos son más pequeños, menos oblongos, casi todos de color verde por fuera. Por dentro van del blanco al rosado suave. Aunque hemos estado hablando de ‘frutos’, en realidad no lo son. Son infrutescencias, es decir, receptáculos carnosos que sirven de soporte a las flores. La principal característica de higos y brevas es su enorme aporte energé- tico gracias al su alto contenido en azúcares. Tienen vitaminas A y C, mi- nerales como magnesio, potasio, calcio y fósforo. Mejoran notablemente el tránsito intestinal, regulan el estrés, levantan el ánimo, tienen beneficios para el colesterol, son antioxidantes y aumentan las defensas. Si a todas estas propiedades le sumáis lo sabrosos que son, ¿no creéis que hay sufi- cientes razones para comer higos o brevas, naturales, maduros, en donde existen, todos los días, mientras dure su temporada? Otra forma habitual de consumirlos, en los lugares en que se cultivan ma- duros es dejarlos secar. Con ellos se elabora el delicioso “pan de higo” sólo con higos o con adición de almendras. ¡Qué rico! Pero después de todo lo anterior, el lector se preguntará: ¿Cuál es la razón del nombre de esta lectura? ¡Higos isabeles!
  • 54. LOS EAS SE HACEN PALABRA ESCRITA Volumen 18 54 Estas bayas, los higos, recogidas a final del verano o comienzos del otoño se pusieron de moda en Granada después de la Reconquista. Cuenta la tradición que momentos antes de que se produjera el combate entre los cristianos y los musulmanes, en el sitio de La Zubia, que corres- ponde hoy al pueblo del mismo nombre cercano a Granada, la Reina Doña Isabel pasó cerca de una hermosa higuera llena de atractivos y jugosos hi- gos maduros. Le apeteció comerlos, pero la urgencia de la batalla se lo im- pidió. Entre los caballeros combatientes que acompañaban las huestes reales es- taba Martín Fernández Álvarez de Bohórquez quien escuchó el deseo de la Reina. Regresó al sitio donde estaba la higuera y vio a un “morito” que llenaba una canastilla de mimbre blanco llena del apetecible fruto. La requirió del joven y regresó con el frutero para entregarlo a la Reina que lo disfrutó grandemente. A partir de entonces, la soberana degustó, con frecuencia, los melosos higos o brevas, según el momento del año, y contagió del deseo a los nobles que la acompañaban quienes comenzaron a sembrarlos y pro- pagarlos en sus jardines y huertos. Bernardo, un vendedor de frutas de Granada, ofrecía con su pregón, las brevas que aparecen a final de la primavera y después, casi por las mismas épocas, las primeras uvas que llegaban al mercado mayorista desde la pro- vincia de Cádiz, gritando: ¡Uvas jerezanas! ¡Que g¨uenas! ¡Para comer y colgar! ¡Qué uvillas llevo! ¿Comer y colgar? ¿Qué quiere decir Bernardo? Es que estas uvas, del comienzo del otoño, se vendían en racimos y así se colgaban en los techos de las despensas durando frescas todo el invierno. Se consumían muy es- pecialmente el 31 de diciembre cuando las campanadas de las doce saluda- ban el nuevo año según la vieja costumbre española. En septiembre y octubre, Bernardo recogía los maduros higos de su pro- pio huerto de Alhendín y los que compraba, con frecuencia, a sus vecinos, recorriendo las mismas calles de siempre pregonando, sin saber el porqué de su decir: “isabeles”: ¡Higos isabeeeeeeles, qué guenooooooooooos! ¡Dulces como la miel...! ¡Qué g¨uenos!
  • 55. LOS EAS SE HACEN PALABRA ESCRITA Volumen 18 55 COMPROMISO SOCIAL EAS Hernando Villa Restrepo - María Helena Córdoba Gallón Comunidad La Alegría, Colombia Presentación de los editores María Helena y Hernando han sido una pareja completamente comprome- tida con las Comunidades EAS, siempre dispuestos al liderazgo y al servi- cio. En este escrito hacen consideraciones de mucho interés sobre la co- yuntura de cambio de gobierno que está experimentando Colombia y hacen un llamado al compromiso, a la participación, a construir narrativa nues- tra que resalte los valores comunitarios, un balanceado sentido de la his- toria y un análisis objetivo y sensato de lo que está sucediendo.
  • 56. LOS EAS SE HACEN PALABRA ESCRITA Volumen 18 56 Los cambios de modelo económico, político y social que se vienen dando en Colombia y en otros países de América Latina nos generan a todos nue- vas reflexiones, análisis y compromisos de acción. El primer paso es cono- cer y entender la realidad, el propósito y las proyecciones de las nuevas orientaciones, propuestas y hechos que se vienen presentando. No podemos quedarnos callados y pasivos frente a lo que ocurre en nuestro entorno. El efecto en la economía, el empleo, las posibilidades de desarrollo familiar, educativo y social son muy importantes y están en juego principios, valores y situaciones que nos interesan a todos. Las ideologías que triunfaron en las pasadas elecciones buscan darle más poder al Estado e imponer una visión del mundo, de la economía y de las relaciones sociales propias de una economía centralizada y un poder ilimi- tado propio de gobiernos populistas. No basta expresar que no se está de acuerdo. Es necesario discutir con he- chos, datos, referentes históricos o experiencias colectivas, no solo con reacciones emocionales o carentes de racionalidad. Un ejemplo de lo que queremos expresar es la superficialidad o emocionalidad con la que muchos colombianos se han expresado en relación con el Informe de la Comisión de la Verdad y la evaluación de sus recomendaciones. No es suficiente de- cir que es un informe parcial o sesgado, puesto que un amplio sector gu- bernamental y político comparten lo escrito en el informe y anuncian su implementación mediante los cambios legales correspondientes. Por otra parte, en ningún momento debemos dejar de promover y ejempla- rizar nuestros valor humanos y cristianos. En el difícil contexto colombiano, con los niveles de pobreza, informalidad laboral, inseguridad y deterioro del tejido social, todos debemos estar comprometidos con las soluciones e interesarnos por los demás, entender su situación, especialmente respecto de los más próximos, dejando la comodidad del individualismo que encarna el “sálvese quien pueda”. Con actitud comunitaria estamos llamados a re- conocer y acompañar la vida de cada persona, sentir empatía con el otro, esforzarnos por aceptar a cada cual en su realidad, en su pasado y en su presente, entendiendo que cada uno es un ser único e irrepetible, con po- tencial para ser y para crecer continuamente.
  • 57. LOS EAS SE HACEN PALABRA ESCRITA Volumen 18 57 Un primer paso es pensar positivamente, contagiar esa perspectiva a las personas con las que interactuamos frecuentemente, utilizar palabras y ges- tos positivos, expresar cercanía, respeto y acogida a los demás y a uno mismo. La polarización del país es una realidad que deberíamos ayudar a solucio- nar buscando construir puentes en vez de muros, identificando puntos de unión y no solo de división. No aporta cuidar sólo el espacio propio y es- cuchar únicamente el eco de nuestras propias creencias o percepciones. Si nos aislamos y solo reforzamos nuestros criterios con personas que sienten o piensan en forma similar será más difícil encausar los conflictos sociales para identificar no solo desacuerdos sino, especialmente, propuestas alter- nativas que puedan ser aceptadas por la mayoría. Es necesario reconocer a los demás como interlocutores válidos, tratar de visualizar las percepciones o visiones desde la otra orilla, identificando la parte de verdad que tienen las opiniones de otros y de esta manera poder identificar o construir visiones más integradoras sobre las distintas realida- des o narrativas socio-políticas. En un país segmentado, con enormes heridas agravadas por 60 años de con- flicto interno, violencia política, desplazamientos, secuestros, desaparicio- nes, desarraigo, discriminación, falta de oportunidades para muchos, caren- cia de narrativas que expliquen los avances sociales que se han dado a pesar de las heridas del conflicto, nuestras sociedades rurales o urbanas están ur- gidas de una catarsis sanadora, de múltiples conversaciones tranquilas y desapasionadas entre personas diferentes, a fin de completar la visión de los contextos y encontrar caminos de nuevas convivencias, de redefinición pacífica de un nuevo contrato social. Esta tarea no es solamente de los po- líticos, de los ideólogos o de los activistas de primera línea, debiera ser de todos los colombianos y particularmente de quienes hemos tenido posibili- dades de desarrollo familiar, laboral, espiritual y social. La pandemia nos enseñó la importancia de redescubrir nuestro ser y hacer, la importancia y el valor de la familia, el techo que nos cubre, la cama que nos permite descansar, las ventanas balcones y calles que nos permiten co- nectarnos con los demás, el valor de las tecnologías que nos permiten tra- bajar e interactuar más allá de nuestro entorno. La pandemia también nos mostró que la inmensa mayoría de las personas son dignas de confianza, necesitados de comunicación, de apoyo y de respeto. En la medida en que confiemos en nuestras propias capacidades para servir, para compartir y