Los mandalas son círculos que tienen su origen en la India y se expandieron a otras culturas. Representan un centro energético de equilibrio y purificación que ayuda a transformar la mente. Los monjes budistas crean mandalas de arena con colores para eliminar obstáculos, dejándolos exhibir por días antes de destruirlos para simbolizar la impermanencia de todas las cosas. Carl Jung utilizó mandalas en terapia para alcanzar la individualidad y descubrió su relación con el centro de la mente.