Los hábitos orales están relacionados a las funciones del sistema estomatognático
(constituido por la boca, dientes y maxilares). Estos se clasifican en fisiológicos, (respiración nasal, habla, masticación, deglución) y no fisiológicos o malos hábitos orales que pudieran modificar: la posición de los dientes, la relación de los mismos, la forma que guardan las arcadas dentarias entre sí (maxilares), etc.
1. Revista - Divulgación de Ciencia y Educación
Septiembre - Diciembre 2023, Vol.1, No.3
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Malos hábitos orales en la infancia
Diana Laura Loredo-Sánchez, 1
Claudia Butrón Téllez-Girón, 2
Miguel Ángel Romo-Pérez 3
Introducción
Los hábitos orales están relacionados a las
funciones del sistema estomatognático
(constituido por la boca, dientes y maxilares).
Estos se clasifican en fisiológicos, (respiración
nasal, habla, masticación, deglución) y no
fisiológicos o malos hábitos orales que pudieran
modificar: la posición de los dientes, la relación de
los mismos, la forma que guardan las arcadas
dentarias entre sí (maxilares), etc. Interfiriendo en
el crecimiento y/o función de la musculatura
orofacial. La aparición de los malos hábitos
orales se relaciona con procesos psicológicos
(ausencias familiares, ansiedad, persistencia de
dieta blanda, etc.).
El grado de deformación provocada por dichos
hábitos dependerá de: la frecuencia, la duración
e intensidad de éstos, etc. Una identificación
oportuna en la población infantil, ayudará a
evitar o interceptar maloclusiones (oclusión
anormal que comprende dientes en mala
alineación y/o maxilares en mala relación). Por lo
cual, un hábito oral óptimo ayudará a que los
infantes tengan un buen crecimiento y desarrollo,
sin afectar a los dientes, ni a los maxilares.
¿Qué es un hábito oral?
Acción o conducta adquirida por repetición del
mismo acto. Cuando el hábito produce
alteraciones en la boca, se le llama hábito oral
pernicioso o mal hábito. Estos, pueden generar
trastornos en la posición de los dientes, en el
desarrollo óseo, en la mordida, o retraso de
erupción de uno o varios dientes, afectando la
estética, funcionalidad y crecimiento facial. Los
hábitos no fisiológicos más frecuentes son la
succión digital, deglución atípica, respiración
bucal, succión de labio y onicofagia, mismos que
se describen a continuación.
Succión digital
Consiste en introducir un dedo (generalmente el
pulgar) u otros dedos, en la boca durante el día y
la noche, ejerciendo una presión al succionar
Puede estar relacionado con depresión,
ansiedad, aburrimiento o cansancio, ya que
genera tranquilidad e induce al sueño. Las
maloclusiones más comunes que se asocian a
este, son: mordida abierta anterior y mordida
horizontal aumentada. Para el tratamiento de
este hábito se necesita la cooperación del niño y
de los padres, y que el niño tenga el deseo de
dejar el mal hábito. Asimismo, se pueden utilizar
aparatos intraorales como la trampa lingual
(aparato que impide que la lengua se interponga
entre los dientes al momento de la deglución) o
bien para impedir la presión del dedo en los
tejidos blandos de la boca o los dientes,
dificultando la succión y quitando el placer de
chuparse el dedo. Podrían utilizarse algunos
aparatos extraorales como dedales de hule y
guanteletas, ambos aparatos funcionan como
recordatorios.
Succión digital del dedo anular.
Deglución atípica
La deglución atípica se produce cuando persiste
la deglución infantil, que consiste en la
interposición de la lengua entre los dientes
superiores e inferiores al tragar. Esta
interposición puede originar una mordida
abierta, proclinación de dientes anterosuperiores
y anteroinferiores, mal sellado de los labios, etc.
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El tratamiento de este hábito consiste en una
terapia miofuncional (ejercicios para colocar la
lengua en una posición correcta y tonificar los
labios), o bien utilizar un distractor lingual, y/o
una trampa lingual que indicará al niño dónde
debe posicionar la lengua evitando desplazarla
hacia adelante, y así facilitar el cierre de la
mordida anterior y el cierre labial. El tiempo de
uso dependerá de la gravedad del caso.
Respiración bucal
La respiración correcta es la nasal, esto es por
las fosas nasales y con la boca cerrada. Una
respiración bucal puede deberse a la presencia
de adenoides (aumento de tejido en vías
respiratorias altas), cornetes hipertróficos
(aumento anormal de tamaño), tabique nasal
desviado entre otras, que a nivel de las fosas
nasales obstruyen la entrada de aire a través de
ellas. Se considera un mal hábito el respirar por
la boca sin que exista una obstrucción nasal. Las
deformaciones que puede producir son
alteraciones faciales como cara larga, ojeras,
boca abierta e incompetencia labial; alteraciones
dentales, como apiñamiento (dientes en
malposición), encías inflamadas, sobremordida,
etc., y alteraciones corporales. El tratamiento
suele ser multidisciplinario con un
otorrinolaringólogo (eliminando la causa por
medio de cirugía o terapéutica); fonoaudiólogo
(especialista en enseñar a respirar
correctamente) y con el ortodoncista
(aparatología para corrección de las
maloclusiones).
Onicofagia
Es el hábito de morderse las uñas. Este hábito
muy común, se presenta de manera continua, en
situaciones de ansiedad, nerviosismo y angustia y
genera un círculo vicioso difícil de romper. Dicho
hábito presenta desgastes de dientes y cambios
en su posición. El tratamiento consiste en eliminar
los factores que induzcan el hábito y concientizar
el daño ocasionado.
Succión de labio
Consiste en llevar el labio inferior por detrás de
los incisivos superiores. Esto ocasionará
sequedad de los labios y posibles grietas, hábito
asociado a alteraciones orales como protrusión
dentoalveolar superior, retroinclinación de
incisivos inferiores, etc.). Para su tratamiento se
puede utilizar un “Lip bumper” o separador labial
(aparato que impide que el labio entre en
contacto con los dientes), esto inhibe la presión
del músculo del labio y mentón; aumentando la
longitud y ancho del arco inferior para dificultar
la postura anormal del labio.
Hábito de succión de labio, observándose
retrusión mandibular y labio superior hipotónico
(izquierda); mordida profunda en dentición mixta
(derecha).
Las recomendaciones para estos malos hábitos
más importantes para los padres o cuidadores
son llevar a consulta de revisión a una edad
temprana (a partir de 3 años) con el
Odontopediatra y Ortodoncista, el cual
identificará de una manera oportuna, los hábitos
bucales no fisiológicos para evitar e interceptar
maloclusiones que pueden alterar su crecimiento
y desarrollo del niño.
Comentario final
Los malos hábitos orales en la infancia pueden
conducir al desarrollo de maloclusiones, por lo
cual, es importante reconocerlos tempranamente
y diagnosticarlos para intervenir de una manera
adecuada y oportuna desde un enfoque
multidisciplinario, que dependerá de las
necesidades y condiciones de cada caso en
particular.
Palabras clave: malos hábitos orales; maloclusión;
aparatología ortodóntica.
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1 Diana Laura Loredo Sánchez: Médico
Estomatólogo, alumna del Posgrado en
Ortodoncia y Ortopedia Dentomaxilofacial, de la
Facultad de Estomatología de la Universidad
Autónoma de San Luis Potosí.
Contacto: dianaloredo18@outlook.com
2 Claudia Butrón Téllez Girón: Doctora en
Ingeniería y Ciencias de Materiales,
Odontopediatra, Candidato en el Sistema
Nacional de Investigadores, Profesor adscrito a la
Facultad de Estomatología, Universidad
Autónoma de San Luis Potosí.
Contacto: claudia.butron@uaslp.mx
3 Miguel Ángel Romo Pérez: Especialista en
Ortodoncia, Profesor adscrito a la Facultad de
Estomatología, Universidad Autónoma de San
Luis Potosí. Contacto: miguel.romo@uaslp.mx
Lecturas recomendadas
Chamorro, A.F., García, C., Mejía, E., Viveros, E.,
Llanos, L.S., Triana, F., & Valencia, C. (2016).
Hábitos orales frecuentes en pacientes del área
de Odontopediatría de la Universidad del Valle,
Revista CES Odontología, 29(2), 4.
Lima-Illescas, M. V., Soto, A. R., & González, B. G.
(2019). Maloclusiones dentarias y su relación con
los hábitos bucales lesivos. Revista Cubana de
Estomatología, 56(2), 187-197.