1. UNIVERSIDAD NACIONAL DE CHIMBORAZO
FACULTAD DE CIENCIAS DE LA SALUD
CARRERA DE ODONTOLOGÍA
INFORMATICA
NOMBRE:
Melanie Joanna Jiménez Arias
Curso:
Primero A, Odontología
DOCENTE:
María Eugenia Solís
TEMA:
Hábitos bucales deformantes y mala oclusión dental en
población infantil
2. Pueden definirse como la práctica o costumbre que se adquiere por la repetición continua
de un mismo acto inicialmente es un acto voluntario o consciente, que se convierte en
involuntario o inconsciente cuando se arraiga.
Los hábitos bucales son costumbres arraigadas, que se adquieren por larga y constante
práctica de un ejercicio; se aprenden, inicialmente son una acción voluntaria o consciente
que se convierte en involuntario o inconsciente cuando se arraiga. Se desarrollan como
reflejos sensoriales del sistema neuromuscular y suelen manifestarse en un momento de
estrés, frustración, fatiga o aburrimiento; y aparecer por falta de atención de los padres al
niño, tensiones en el entorno familiar e inmadurez emocional.
Los hábitos bucales deformantes son aquellos que resultan de la perversión de una función
normal, o los que se adquieren por práctica repetida de un acto que no es funcional ni
necesario. Su práctica puede producir interferencias en el crecimiento y desarrollo normal
del aparato estomatognático, y como consecuencia anomalías tanto morfológicas como
funcionales. Por su etiología pueden ser instintivos, placenteros, defensivos, hereditarios,
adquiridos e imitativos. Algunos autores opinan que también intervienen factores
psicológicos pues muchos niños, frente a las perturbaciones emocionales, toman el hábito
como medio de liberación de tensiones y llega a convertirse en una clara defensa contra los
sentimientos de inseguridad, falta de amor y angustia.
Los hábitos son patrones de contracción muscular de naturaleza compleja que se aprenden y,
al repetirse, llegan a convertirse en inconscientes. Estos pueden ser beneficiosos (cuando
sirven como estímulo para el crecimiento normal de los maxilares, ejemplo de ello es la
acción normal de los labios y la adecuada masticación) o perjudiciales (cuando interfieren
con el patrón regular de crecimiento facial y pueden llegar a producir
anomalías dentomaxilofaciales.
Los hábitos deformantes se adquieren por la práctica repetida de un acto que no es funcional.
Ellos constituyen causas primarias o secundarias de maloclusiones o
deformaciones dentomaxilofaciales si se mantienen por largos períodos de tiempo. Otro
3. efecto negativo de estos hábitos pueden ser los trastornos en el lenguaje y en el desarrollo
físico y emocional del niño.
Causas de los hábitos bucales deformantes
Los hábitos bucales deletéreos o deformantes que son causantes de maloclusión dentaria y
que más frecuentemente se observan son: succión del pulgar u otros dedos, empuje o
protracción lingual y respiración bucal. Con menos frecuencia se observan: la succión o
mordisqueo del labio (queilofagia), mordisqueo de uñas (onicofagia) y hábitos posturales.
Los hábitos pueden causar alteraciones en el desarrollo facial, maloclusiones y recidivas,
además de trastornos de las articulaciones temporomandibulares, entre ellos, los hábitos de
respiración bucal, succión digital, deglución infantil y empuje lingual. Si se tiene en cuenta
que el aparato masticatorio y dentro de este los dientes, se encuentra protegido por el
control neuromuscular a través de la coordinación de las fuerzas musculares, se deduce que
todo lo que pueda producir sobrecarga muscular puede interferir en el crecimiento normal.
Los hábitos de presión interfieren en el crecimiento normal y en la función de la
musculatura orofacial, siendo capaces de generar presiones continuas de hasta 50 mg en un
periodo de 12 horas y por lo tanto provocar el desplazamiento considerable de un diente.
La deformidad dentomaxilofaciales es una afección del desarrollo que, en la mayoría de
los casos, no se debe a procesos patológicos, sino a una moderada distorsión del desarrollo
normal. En ocasiones es posible constatar la existencia de una causa específica;
generalmente son el resultado de una compleja interacción entre varios factores que
influyen en el crecimiento y desarrollo.
Los hábitos bucales son de indudable causa primaria o secundaria de maloclusiones o
deformaciones dentomaxilofaciales. Suelen considerarse reacciones automáticas que pueden
manifestarse en momentos de estrés, frustración, fatiga o aburrimiento, así como aparecer
por falta de atención de los padres al niño, tensiones en el entorno familiar e
inmadurez emocional.
4. Consecuencias de los hábitos bucales deformantes
Los hábitos bucales deformantes interfieren en el proceso normal del crecimiento facial
provocando como principal consecuencia anomalías dentomaxilofaciales o mal oclusiones,
sin embargo, puede provocar también, cambios en la posición de las piezas dentales,
alteraciones en el desarrollo facial, trastornos de las articulaciones temporomandibulares,
entre otros.
Los hábitos bucales deformantes provocan alteraciones en el desarrollo facial, maloclusiones
y recidivas, además de trastornos de las articulaciones temporomandibulares, entre ellos, los
hábitos de respiración bucal, succión digital, deglución infantil y empuje lingual.
Cuando los hábitos bucales deformantes persisten en niños de tres años de edad o más,
requieren de atención profesional, ya sea de los estomatólogos integrales o de los
ortodoncistas, por ser, causa frecuente de maloclusiones.
Los hábitos bucales pueden producir alteraciones osteomusculares en distintas partes de la
cavidad bucal, acompañadas de diversos signos y síntomas molestos para el paciente;
producen además alteraciones en la estética y las funciones propias del
sistema estomatognático: masticación, deglución, respiración y fonación.
Datos estadísticos de Hábitos bucales deformantes
El 60,8 % de los niños está afectado, prevaleciendo el sexo femenino con
52,5% y dentro de los signos clínicos fundamentales se halló el resalte aumentado en
24,8%, el apiñamiento en 20,4% y el sobrepase en 17.1%. El 78,3% presentó hábitos
deformantes, siendo la succión digital el más significativo, seguido por la lengua
protráctil y la onicofagia; los dos primeros fueron los que presentaron mayor
asociación con las anomalías estudiadas.
5. El hábito bucal deformante más frecuente en la investigación realizada fue la
lengua protráctil, lo cual coincide con un estudio realizado por Valdés Podadera y
otros colaboradores en la provincia de Pinar del
Río. Estudios realizados por Elisabeth Hernández, María Isabel Rodríguez representan el e
mpuje lingual como el hábito bucal deformante más frecuente en niños de 9-14 años.
La disfunción lingual tuvo valores significativos, alcanzando un 38,34 % en países como
cuba, 19,48 % en Perú; sin dejar a un lado otros hábitos que reflejaron también incidencias
significativas, como la respiración oral con un 36 % y la succión digital con un 23,07 % en
Colombia. Estos datos porcentuales se acercan a valores publicados en estudios realizados
en Ecuador y Venezuela con un 21,6 % y 12 %, de pacientes portadores del hábito de succión
digital.
Hábitos bucales deformantes 1
Los hábitos pueden clasificarse en 2 grupos:
Beneficiosos o funcionales: son aquellos cuya práctica de una función normal realizada
correctamente, estimula y beneficia el desarrollo. La masticación, la deglución y la
respiración normales son ejemplos de ellos.
Perjudiciales o deformantes: son los que resultan de una función normal o que se adquieren
por prácticas repetidas de un acto que no es funcional ni necesario; por ejemplo: la succión
digital, el empuje lingual, la onicofagia, la queilofagia, la respiración bucal y la masticación
de objetos.
Hábitos bucales deformantes 2
El hábito como el de chuparse el pulgar, ejerce una presión sobre los dientes por encima del
umbral correspondiente (seis horas diarias o más), podría llegar a desplazarlos. El efecto de
la posición de los dientes no dependerá de la fuerza que se ejerce sobre los mismos sino del
tiempo de actuación del hábito. En la actualidad está admitido casi por la totalidad de los
autores el hecho de que la succión prolongada es uno de los principales condicionantes de
síndromes de clase II división primera, que tiene gran influencia en la aparición del escalón
distal patológico al nivel de los segundos molares temporales en edades tempranas.
6. Si un hábito como el de chuparse el pulgar, ejerce una presión sobre los dientes por encima
del umbral correspondiente 6 horas diarias o más, podría llegar a desplazarlos, la posición
de los dientes no dependerá de la fuerza que se ejerce sobre estos, sino del tiempo de
actuación del hábito.
Hábitos bucales deformantes 3
La mordedura de lápiz es un hábito que se observa en estudiantes cuando están en clase,
cuando la actividad excede la tolerancia fisiológica individual, se presenta una alteración
que puede causar daño a nivel dental muscular y su persistencia en el tiempo puede
conducir al desarrollo de maloclusión dental.
Hábitos bucales deformantes 4
La respiración bucal a través del tiempo ha sido considerada por algunos investigadores
como un hábito, porque con frecuencia una vez eliminado el impedimento funcional o
anatómico que causa la obstrucción para respirar por la nariz, el paciente mantiene la
costumbre de respirar por la boca; en la actualidad existen otros autores que consideran la
respiración bucal como una disfunción ya que se altera la función fisiológica de respirar por
las fosas nasales.
Hábitos bucales deformantes 5
Si un hábito como el de chuparse el pulgar, ejerce una presión sobre los dientes por encima
del umbral correspondiente (6 horas diarias o más), podría llegar a desplazarlos. Asimismo,
el efecto en la posición de los dientes no dependerá de la fuerza que se ejerce sobre estos,
sino del tiempo de actuación del hábito.
Hábitos bucales deformantes 6: importancia de un buen estudio
Saber la importancia de cada uno de estos estudios y la necesidad que tienen ante el
diagnóstico rutinario de caries, o problemas deformantes, es muy importante conocer bien
la causa y sintomatología, ya que así se evita fracasos en el tratamiento a futuro.
Definiciones de mala oclusión dental en población infantil
7. El abordaje de los problemas de maloclusiones es frecuentemente realizado sobre niños en
dentición mixta y permanente, pero en la revisión de la literatura se encuentran en menor
cantidad los estudios que al respecto se realizan en niños con dentición temporal, sin
embargo, debemos recordar que estas alteraciones suelen comenzar en edades tempranas, lo
cual nos da una idea de la magnitud del problema.
La mala oclusión dental, es considerado el fenómeno más dinámico que se observa en la
boca. La finalidad de la oclusión es la masticación, ciclos o movimientos masticatorios
necesarios y suficientes para reducir todo alimento a un tamaño, consistencia y forma
adecuada. En la dentición temporal, las superficies dentales cambian para adquirir una
eficacia masticatoria, el alineamiento y la buena oclusión dependerán de las bases óseas y
de la posición adecuada de las piezas dentarias. Los problemas de oclusión dental son el
resultado de la adaptación de la región orofacial a varios factores causales, lo cual trae
consigo la insatisfacción estética, alteraciones en la masticación, la deglución, el habla, las
disfunciones temporomandibulares y el dolor orofacial.
REFERENCIAS
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