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Tesina AETG: “El terapeuta gestalt: herramientas para el psicodiagnóstico”
Mariano Cruz Zamora
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Tesina AETG: “El terapeuta gestalt: herramientas para el psicodiagnóstico”
Mariano Cruz Zamora
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Tesina AETG: “El terapeuta gestalt: herramientas para el psicodiagnóstico”
Mariano Cruz Zamora
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“…Pero ahora que sé quien soy
– el hijo de esta madre, el hijo de este padre -
tener un nombre o el otro… la verdad es que ya no importa.
Todos los años que he pasado añorando no sé bien qué
– el misterio, el secreto –
esa parte de mí que siempre me ha faltado,
… se han ido.
Conocimiento comprendido:
lo que me faltaba era mi propia amorosa compañía.
La amorosa compañía de uno es el perdón, es el Gran Misterio, es Dios.
Antes de que Dios pueda olvidar, debes olvidar tú.
Lo que hago es contar esta historia… aprendo a contar esta historia.
Yo, aquél que ha vivido, el aguerrido héroe.
Pero ser héroe no es sólo contar esta historia.
Héroe es aquel que, contando la historia,
olvida la historia… olvida al diablo…
se olvida de sí mismo, de sí misma…
por la oscuridad que fue necesaria para ver la luz.”
Tom Spanbauer.
“El hombre que se enamoró de la luna”
Tesina AETG: “El terapeuta gestalt: herramientas para el psicodiagnóstico”
Mariano Cruz Zamora
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Dedicatoria
Para ti, Alfonso.
Por nuestro amor compartido.
Tesina AETG: “El terapeuta gestalt: herramientas para el psicodiagnóstico”
Mariano Cruz Zamora
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Agradecimientos
A Elena Revenga.
Te agradezco tu acogida, dedicación y ánimos.
Tu intuición, tu calidez y tu complicidad.
Siento que tu presencia nutre mi vida y estimula mi curiosidad.
A Juanjo Albert.
Te agradezco tu voz y tu mirada.
Tu sabiduría y tu inquietud me entusiasman.
Me siento querido, escuchado y respetado por ti.
Al IPETG.
Por ser un espacio muy especial de referencia
para mi formación y para mi vida.
A mis compañeros de formación,
con los que he compartido los años
de crecimiento personal.
A las personas que acompaño en el trabajo terapéutico.
Por el regalo de confiarme su intimidad
y poder compartir un trecho de nuestras vidas
reencontrándonos con nuestra humanidad y nuestra divinidad.
En especial a “Desiré”.
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Mariano Cruz Zamora
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INDICE
INTRODUCCION……………………………………………………………………………… 9
PARTE PRIMERA: TEORIA ENERGETICA……………………………………………… 12
1. EL IMPULSO (ENERGÍA VITAL).
SUBIMPULSO TIERNO Y SUBIMPULSO AGRESIVO……………………….. 13
2. FORMACIÓN DEL CARÁCTER COMO CONFIGURACIÓN
DEL IMPULSO EN LA RELACIÓN CON EL MEDIO. ………………………… 15
3. DESARROLLO DE LA DINAMICA ENERGETICA EN
LAS ESTRUCTURAS CARACTERIALES………………………………………. 19
 CARÁCTER ESQUIZOIDE (el niño odiado)……………………………. 19
¿Qué le pasa al niño en esta fase del desarrollo?................................ 19
La madre y el padre………………………………………………….. 19
Gestión del Impulso y del sentimiento básico de confianza…………. 20
Expresión y Mecanismos de defensa corporales…………………….. 21
Dinámica emocional…………………………………………………. 22
 CARÁCTER ORAL (el niño abandonado)………………………………. 22
¿Qué le pasa al niño en esta fase del desarrollo?................................ 22
La madre y el padre………………………………………………….. 23
Gestión del Impulso y del sentimiento básico de confianza…………. 24
Expresión y Mecanismos de defensa corporales…………………….. 25
Dinámica emocional…………………………………………………. 26
 CARÁCTER MASOQUISTA (el niño derrotado-humillado)……………. 27
¿Qué le pasa al niño en esta fase del desarrollo?................................ 27
La madre y el padre………………………………………………….. 28
Gestión del Impulso y del sentimiento básico de confianza…………. 29
Expresión y Mecanismos de defensa corporales…………………….. 29
Dinámica emocional…………………………………………………. 30
 CARÁCTER PSICOPATICO (el niño utilizado)………………………… 31
¿Qué le pasa al niño en esta fase del desarrollo?................................ 31
La madre y el padre………………………………………………….. 31
Gestión del Impulso y del sentimiento básico de confianza…………. 32
Expresión y Mecanismos de defensa corporales…………………….. 33
Dinámica emocional…………………………………………………. 33
Tesina AETG: “El terapeuta gestalt: herramientas para el psicodiagnóstico”
Mariano Cruz Zamora
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 CARÁCTER RIGIDO (el niño rechazado)………………………………. 34
¿Qué le pasa al niño en esta fase del desarrollo?............................... 34
La madre y el padre…………………………………………………. 35
Gestión del Impulso y del sentimiento básico de confianza…………. 35
Expresión y Mecanismos de defensa corporales…………………….. 36
Dinámica emocional…………………………………………………. 38
El carácter rígido histérico………………………………….. 39
El carácter rígido pasivo – femenino……………………….. 40
El carácter rígido fálico – narcisista obsesivo………………. 41
El carácter rígido fálico – narcisista compulsivo……………. 42
PARTE SEGUNDA: TEORIA AXIOLOGICA………………………………………………. 44
1. INTRODUCCIÓN ¿QUÉ ES LA AXIOLOGÍA FORMAL?.................................... 45
2. EL PERFIL DE VALORES HARTMAN………………………………………….. 49
 Descripción del PVH……………………………………………………… 49
 Parámetros que muestra el PVH………………………………………….. 50
MUNDO EXTERNO o Gran Extrínseco (“yo en el mundo”)………. 51
MUNDO INTERNO o Gran Intrínseco (“yo conmigo”)……………. 52
MUNDO SEXUAL o Gran Sistémico (manejo de la normativa
y el impulso)…………………………………………………………. 52
 Lectura del PVH………………………………………………………….. 53
3. FORMULAS AXIOLÓGICAS DE CADA CARÁCTER…………………………. 55
 SI
– CARÁCTER ESQUIZOIDE – Eneatipo 5…………………………… 59
 ES
– CARÁCTER ORAL – Eneatipo 4…………………………………… 60
 II
– CARÁCTER MASOQUISTA – Eneatipo 9………………………….. 61
 SS
– CARÁCTER PSICOPATICO – Eneatipo 6…………………………. 62
 EE
– CARÁCTER PSICOPATICO – Eneatipo 3…………………………. 63
 EI
– CARÁCTER RÍGIDO (Histérico) – Eneatipo 2……………………… 64
 SE
– CARÁCTER RÍGIDO (Pasivo – femenino) – Eneatipo 7…………… 65
 IS
– CARÁCTER RÍGIDO (Fálico – narcisista obsesivo) – Eneatipo 1…. 66
 IE
– CARÁCTER RÍGIDO (Fálico – narcisista compulsivo) – Eneatipo 8... 67
PARTE TERCERA: TEORIA GESTALTICA……………………………………………… 69
1. AQUÍ Y AHORA…………………………………………………………………. 72
2. EL DARSE CUENTA…………………………………………………………….. 75
Tesina AETG: “El terapeuta gestalt: herramientas para el psicodiagnóstico”
Mariano Cruz Zamora
8
3. CICLO DE NECESIDADES Y MECANISMOS NEUROTICOS………………. 77
 Introyección……………………………………………………………… 80
 Proyección……………………………………………………………….. 81
 Confluencia……………………………………………………………… 82
 Retroflexión……………………………………………………………… 83
4. POLARIDADES………………………………………………………………….. 84
 Polaridad “Perro de arriba” – “Perro de abajo”…………………………. 86
 Polaridad Interno – Externo……………………………………………... 87
 Polaridad Masculino – Femenino……………………………………….. 88
PARTE CUARTA: EL PROCESO DE DESIRÉ……………………………………………. 90
1. APUNTES BIOGRAFICOS……………………………………………………… 91
2. CÓMO SE PRESENTA, DIAGNOSTICO QUE APORTA
Y MOTIVACIÓN PARA LA TERAPIA………………………………………… 96
3. PRIMERAS OBSERVACIONES POR MI PARTE Y ENCUADRE……………. 99
4. LO QUE DICE EL HARTMAN………………………………………………….. 102
 Hartman Externo………………………………………………………… 103
 Hartman Interno…………………………………………………………. 104
 Hartman Sexual………………………………………………………….. 105
 Movimientos del proceso en el Hartman………………………………... 105
5. OBSERVACIONES DESDE LA TEORIA ENERGÉTICA…………………….. 107
 La angustia expresada en síntomas clínicos…………………………….. 107
 El relato de Desiré y la dinámica familiar en
la estructuración del carácter rígido……………………………………... 109
 La gestión del Impulso………………………………………………….. 111
o El subimpulso tierno……………………………………… 112
o El subimpulso agresivo…………………………………… 116
 La sexualidad como defensa…………………………………………….. 118
6. EL PROCESO GESTÁLTICO:
CÓMO VOY DESARROLLANDO MI TRABAJO……………………………… 121
 La biografía………………………………………………………………. 121
 Perfeccionismo y crítica: polaridad perro de arriba / perro de abajo…….. 122
 Manejo de su agresión y hostilidad: contención y proyección…………… 125
 La angustia ante su deseo………………………………………………… 126
 La capacidad afectiva…………………………………………………….. 129
CONCLUSIONES………………………………………………………………………………. 134
BIBLIOGRAFÍA………………………………………………………………………………... 138
Tesina AETG: “El terapeuta gestalt: herramientas para el psicodiagnóstico”
Mariano Cruz Zamora
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INTRODUCCION
Cuando una persona llega a nuestra consulta, al igual que nosotros en su momento, lo
hace por la vivencia de angustia, sufrimiento, insatisfacción, etc., que ha irrumpido en
su existencia, como figura, de tal manera que siente la necesidad de pedir ayuda.
Este momento de crisis desvela un conflicto ocurrido en el contacto de la persona
consigo misma y con el mundo. La manera como hasta ahora ha funcionado (el carácter
que ha forjado) deja de ser útil y nos vemos envueltos en el conflicto neurótico. Se
produce la fricción entre el organismo y el medio en el que vive.
“Sea cual sea el caso, cuando el sufrimiento emocional provoca un desajuste
importante en el orden vital, es el momento en que las personas, en su mayor parte,
acuden pidiendo ayuda psicoterapéutica.” 1
Es entonces cuando se produce el encuentro paciente – terapeuta. Mi interés, en este
trabajo, es prestar atención especialmente al terapeuta, convertirlo en figura de nuestra
atención.
Como personas, en un momento de nuestra vida, experimentamos esta situación crítica
de nuestra existencia desajustada; como pacientes, transitamos nuestro propio camino
de conocimiento y crecimiento personal. Como terapeutas gestalt, además, vamos
recorriendo itinerarios formativos que nos proporcionan y facilitan herramientas para
nuestro trabajo.
Desde la perspectiva gestáltica, consideramos que el terapeuta es la principal
herramienta para el acompañamiento del proceso terapéutico. Estimo que esta
herramienta que somos se va configurando a través de nuestra propia experiencia y de
nuestra formación.
Mi pretensión a la hora de plantearme preparar la Tesina para la AETG es realizar un
trabajo de síntesis de la formación realizada como Terapeuta. Mostrar cómo, desde una
1
Elena Revenga, boletín IPETG año 2000-2001
Tesina AETG: “El terapeuta gestalt: herramientas para el psicodiagnóstico”
Mariano Cruz Zamora
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perspectiva gestáltica, puedo integrar las aportaciones de dos herramientas significativas
(la teoría energética y axiológica) para realizar un acompañamiento cualificado de la
persona que viene a consulta. Como afirma Yontef “un diagnóstico preciso ayuda a
una terapia humanista” 2
En el encuentro terapéutico no somos, como terapeutas, un papel en blanco. En el aquí y
ahora de este encuentro desarrollamos nuestra escucha. Y es en el marco de esa escucha
donde nosotros somos y estamos presentes y prestamos atención a otra persona que es y
está presente. Siguiendo a Joen Fagan, “cuando el terapeuta entra en contacto con el
sujeto que solicita su ayuda, cuenta con un cuerpo de teoría, con su experiencia previa
y con una serie de reacciones personales y de tomas de conciencia que derivan de la
interacción establecida y que tienen abundantes elementos afectivos e intuitivos.” 3
La tesis que planteo es que, como terapeutas gestalt, somos instrumentos y tenemos
instrumentos para ofrecer a la persona que viene a consulta la mejor ayuda posible en el
acompañamiento de su proceso vital. En la polaridad “diagnóstico sí” - “diagnóstico
no”, enmarco mi posición entre aquellos que tratan de encontrar un enfoque de síntesis e
integración, donde las herramientas diagnósticas están imbricadas en la actitud
gestáltica de un encuentro terapéutico.
En este sentido, y teniendo en cuenta mi experiencia, desarrollaré las aportaciones que
la teoría energética y la teoría axiológica, integradas en el enfoque gestáltico, pueden
ofrecer al trabajo del terapeuta como elementos para el psicodiagnóstico y seguimiento
del proceso terapéutico.
Con la teoría energética, podremos ir observando cual es la manera en que el paciente
ha aprendido a gestionar el Impulso Unitario (con sus componentes tierno y agresivo)
con el que venimos a este mundo. Cómo en el aprendizaje de esta gestión ha ido
configurándose su carácter, su manera particular de relacionarse con el medio.
2
Yontef, G. (1995). Proceso y diálogo en psicoterapia gestáltica. Santiago de Chile: Cuatro Vientos. Pg.
364.
3
Fagan, J. y Lee Shepherd, I. (1970). Teoría y técnica de la psicoterapia gestáltica. Buenos Aires:
Amorrortu. Pg. 94
Tesina AETG: “El terapeuta gestalt: herramientas para el psicodiagnóstico”
Mariano Cruz Zamora
11
Con la teoría axiológica, podremos ir observando su manera particular de valorar en las
tres dimensiones que nos configuran y configuran nuestra realidad: la intrínseca, la
extrínseca y la sistémica. A partir de la teoría de la axiología formal de Robert S.
Hartman, el perfil de valores hartman nos proporciona un instrumento valioso sobre el
presente de la persona y los desajustes que están condicionando su existencia.
Si una de las notas de identidad de la Gestalt es desarrollar una actitud holística y
fenomenológica para contemplar al ser humano, podemos reconocer que, en el
apasionante oficio de la terapia, percibir las consonancias y disonancias en el cuerpo, la
emoción y el pensamiento (del paciente y las nuestras propias) es una buena
herramienta para nuestro trabajo.
Con todos los terapeutas que he estado me ha llamado la atención de manera especial,
cómo veían lo que veían, por qué señalaban lo que señalaban, a cuento de qué y en
razón de qué se mostraban con esta u otra palabra, gesto, emoción, tono de voz, silencio.
¿Qué camino han recorrido cada uno de ellos? ¿Qué camino han recorrido los padres de
la gestalt? Considero que dentro de ese camino vital, está su formación, las herramientas
de trabajo, que forman un nudo inseparable en su ser persona y terapeutas.
Tesina AETG: “El terapeuta gestalt: herramientas para el psicodiagnóstico”
Mariano Cruz Zamora
12
PARTE PRIMERA:
TEORIA ENERGETICA
Tesina AETG: “El terapeuta gestalt: herramientas para el psicodiagnóstico”
Mariano Cruz Zamora
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1. EL IMPULSO (ENERGÍA VITAL).
SUBIMPULSO TIERNO Y SUBIMPULSO AGRESIVO.
Desde la teoría energética, partimos de la consideración de que el temperamento es la
base energética que nos es dada en la concepción y con la que venimos al mundo. Esta
energía es congénita, es decir, se configura por la conjunción de la parte hereditaria
(dotación genética) y las experiencias intrauterinas y se irá asentando en la estructura
corporal que, hereditariamente, distinga a cada persona. De tal forma que esta energía es
potencial, desarrollándose psicológica, emocional y corporalmente sus cualidades y
capacidades en el transcurso de nuestra vida.
Seguimos a W. Reich al definir el temperamento como energía vital orientada a la Vida
y que experimentamos como el impulso que conduce a todos los seres vivos hacia el
placer y la satisfacción.
“Todo análisis suficientemente profundo demuestra que la base de todas las reacciones
no es la antítesis amor y odio, como tampoco la de eros e instinto de muerte, sino la
oposición entre yo (“persona”; ello = placer del yo) y mundo exterior. De la unidad
biofísica de la personalidad deriva en un comienzo un solo impulso: el de eliminar las
tensiones internas, ya sea en la esfera del hambre, ya en la de la sexualidad. Ambas son
imposibles sin un contacto con el mundo exterior. En consecuencia, el primer impulso
de todo organismo vivo será establecer ese contacto con el mundo que le rodea.” 4
Lowen se refiere a esta energía redefiniendo el “Eros” de Freud. Es la única que
poseemos y con la que nacemos a este mundo. Como organismos vivos, la energía que
nos constituye nos dirige hacia la vida y el placer y se va recreando en la dinámica polar
de tensión – relajación. Reich así lo propone al descubrir el mecanismo del
masoquismo, no como la orientación hacia el thánatos de Freud, sino como proceso
evitativo del placer5
4
Reich, W. (1997). Análisis del carácter. Barcelona: Paidós. Pg. 290.
5
Obra citada. Reich, W. (1997).Pg. 219 – 227.
Tesina AETG: “El terapeuta gestalt: herramientas para el psicodiagnóstico”
Mariano Cruz Zamora
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Para una mejor comprensión, estructuramos de manera didáctica este Impulso Unitario
de Vida en dos componentes fundamentales: el subimpulso tierno y el subimpulso
agresivo.
 El subimpulso tierno: es el que nos proporciona el contacto amoroso con nosotros
mismos y nos permite percibir las variaciones en la polaridad dinámica entre
tensión-necesidad (displacer) y satisfacción-relajación (placer), dándonos acceso a
la toma de conciencia de nuestras necesidades y, a través de ellas, con nosotros
mismos. De naturaleza sensorial, según Lowen, permite el arraigo del narcisismo
primario (el amor hacia uno mismo). De esta manera, y en razón de la conciencia
omnipotente del bebé, se va asentando un contacto genuino de placer lo más
parecido a la vivencia intrauterina si al detectar cualquier variación que indique una
necesidad, se satisface. De lo contrario, lo que nos señalará el subimpulso tierno es
una distorsión perceptiva de nosotros mismos. El subimpulso tierno tiene, por tanto,
como misión primaria hacer posible que emerja este sentimiento en nosotros. El
territorio donde se registra esta vivencia será el cuerpo y su óptimo asentamiento y
desarrollo nos permitirá un contacto tierno con nosotros mismos y con los demás.
El subimpulso tierno, por tanto, nos informa sobre nuestras necesidades básicas
(hambre, sed,…) y sobre nuestras emociones (pena, autocompasión, alegría de ser,
debilidad, dolor, afecto,…).
 El subimpulso agresivo: es la parte del impulso unitario que nos proporciona la
capacidad de dirigirnos (naturaleza motora de Lowen) hacia lo que queremos para
satisfacer las necesidades que el subimpulso tierno detectó. Es necesario que
distingamos agresividad de violencia6
. La violencia es una manifestación hostil de la
agresión. El subimpulso agresivo sería más bien el que nos da la posibilidad de
movernos hacia la satisfacción de nuestras necesidades. El buen desarrollo y
arraigamiento de este subimpulso hará que la persona sea capaz de satisfacer sus
necesidades de manera autónoma; la distorsión en su asentamiento y su fluir
manifestará tanto conductas de pasividad y sumisión como de rebeldía y violencia,
6
El vocablo agredir (derivado del latín aggrédi y éste de gradi, es decir, andar) significa dirigirse
a; de la raíz gradi (caminar) se derivan palabras como ingresar, congreso, progresista (Joan Corominas,
Breve diccionario etimológico de la lengua castellana, 3ª edición, Ed. Gredos) (Corominas, 1990; DRAE,
1996; Moliner, 1986; Zainqui, 1985).
Tesina AETG: “El terapeuta gestalt: herramientas para el psicodiagnóstico”
Mariano Cruz Zamora
15
siendo todas ellas indicadores de dependencia. Juanjo Albert7
, a quien sigo en esta
exposición, considera como componentes hostiles del subimpulso agresivo:
o El odio: cuya finalidad es la destrucción del objeto de deseo, que es, a su
vez, origen de la frustración.
o La rabia: cuya finalidad es apartar al sujeto de la frustración.
o La ira: por la que se tiende a destruir lo que se interpone entre el deseo y
el objeto de deseo.
o La cólera: impulso destructivo indiscriminado dirigido contra el medio
externo en general.
Pues bien, lo que didácticamente queda expuesto como subimpulsos separados, en
realidad concurren implicados entre sí, de manera que el subimpulso tierno tiene
componentes agresivos y el subimpulso agresivo contiene componentes tiernos. Ambos,
configurando un bucle dinámico de imbricación, convergen en el Impulso Unitario que
nos impele hacia la vida. Así, sensorialmente, nos percibiremos con un sentimiento de
confianza básico en la vida y en nosotros mismos.
2. FORMACIÓN DEL CARÁCTER COMO CONFIGURACIÓN DEL
IMPULSO EN LA RELACIÓN CON EL MEDIO.
Con el nacimiento, provistos con esta energía vital de ternura y agresión que se encarna
en nuestro cuerpo, entramos en contacto con la realidad, que, por lo general, aporta
mayor dosis de hostilidad y frustración que la vivencia intrauterina.
A. Lowen lo expresa diciendo que
“…el impulso es un desplazamiento de energía desde el centro a la superficie del
organismo, donde afecta a la relación entre éste y el mundo exterior” 8
7
Albert Gutiérrez, J. J. Ternura y Agresividad. En imprenta.
8
Lowen, A. (1995). El lenguaje del cuerpo. Barcelona: Herder. Pg. 85.
Tesina AETG: “El terapeuta gestalt: herramientas para el psicodiagnóstico”
Mariano Cruz Zamora
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Es en ese momento donde se inicia y desencadena el proceso de formación del carácter
como modo particular de afrontar las frustraciones que la realidad (en todas sus
expresiones) nos proporciona.
“No importa cuál sea la forma del carácter, su función básica es construir una coraza
contra los estímulos del mundo exterior y contra los impulsos internos reprimidos”9
La angustia, como expresión de la estasis energética, surge cuando una perturbación
obstaculiza la alternancia entre relajación y tensión, es decir, cuando se interrumpe o
dificulta el libre flujo del instinto, tanto en lo referente a la satisfacción de las
necesidades como en la obtención de relajación y placer. Es en ese momento donde va a
comenzar la tarea de gestión (conteniendo o dejando fluir) de nuestro impulso. Y en este
proceso de gestión ocurrirán los ajustes y desajustes que, con el desarrollo, irán
tornándose en distorsiones corporales, emocionales y cognitivas que darán lugar a cada
estructura caracterológica. Esta reorganización del impulso original que configura el
carácter va a cumplir una función defensiva de los intolerables efectos internos
(pulsiones, sensaciones, sentimientos y emociones) de la frustración.
La frustración, al principio, procede del mundo externo y, más tarde, también del
interno. Pero la contención del impulso la realiza siempre el propio impulso unitario que
pierde, de esta manera, su natural discurrir. Reich lo expresa así:
“la presión del mundo exterior produce en la persona una escisión, una disociación del
impulso unitario; así resulta posible que un impulso se vuelva contra otro o incluso que
el mismo impulso se divida en dos tendencias, una de las cuales continúa esforzándose
hacia el mundo mientras la otra se vuelve contra el individuo mismo”10
En nuestro desarrollo psicoemocional, esta dinámica de expresión o contención del
impulso, se va desplegando en torno a cinco antítesis:
9
Obra citada. Reich, W. (1997) Pg. 201.
10
Obra citada. Reich, W. (1997) Pg. 313.
Tesina AETG: “El terapeuta gestalt: herramientas para el psicodiagnóstico”
Mariano Cruz Zamora
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- Primera antítesis: entre yo (expreso mi impulso) y el mundo externo (contengo
mi impulso para satisfacer al mundo).
- Segunda antítesis: entre el amor a mí (expreso mi amor a mí: narcisismo
primario) y el amor del otro (contengo el amor a mí para conseguir el amor del
otro: narcisismo secundario).
- Tercera antítesis: entre la sexualidad (expreso mi energía creativa) y la angustia
(contengo mi energía creativa).
- Cuarta antítesis: entre la destrucción (expreso los componentes del impulso
agresivo) y la angustia (contengo mi impulso agresivo).
- Quinta antítesis: entre ética (yo elaboro la gestión de mi impulso) y moral (me
sujeto a la elaboración de otros).
En torno a estas antítesis se produce la “escisión del impulso unitario” que, en términos
reichianos, es el proceso defensivo que vamos desarrollando en base al principio de
economía energética. Biológica y energéticamente, este proceso de escisión y cambio de
dirección del impulso ocurre, en primer lugar, en la musculatura (contracturas,
bloqueos, tensiones) cumpliendo una función de defensa. Posteriormente será
sustentado por los mecanismos de defensa psicoemocionales. Así, en cada carácter
observaremos una típica morfología corporal. La energía que, por desviación,
utilizamos para contener nuestros impulsos, la restamos de la expresión y del contacto
genuino con nosotros mismos y con los demás. De esta manera, nos convertimos en
nuestro propio enemigo, frustramos nuestro desarrollo sano, aunque la frustración venga
de fuera, para protegernos de la angustia o displacer del desequilibrio emocional. Los
mecanismos de defensa nos posibilitan neutralizar y contener esa angustia.
Dice Juanjo Albert:
“la pérdida de Confianza en la Vida y en nosotros mismos es la base sobre la que se
desarrollan las distorsiones perceptivas, sensoriales, emocionales e intelectuales del
Tesina AETG: “El terapeuta gestalt: herramientas para el psicodiagnóstico”
Mariano Cruz Zamora
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carácter (o de la neurosis, tanto da), y que éste sólo nos proporciona una fantasía de
seguridad con la que suplir la pérdida de confianza. Y ayuda más conocer que la
pérdida de confianza además de ser el origen es, también, un artefacto del desarrollo
del carácter, una vivencia distorsionada y reactiva a nuestra dolorosa realidad infantil,
una fantasía más en definitiva que refuerza neuróticamente la estructura defensiva
caracterial. No hay nada que nos atemorice más que las fantasías de abandono, falta
de apoyo y soledad, y el carácter viene a tapar estos “agujeros” por los que alguna vez
en nuestras vidas tuvimos que pasar y quedamos maltrechos”11
Los dos componentes del Impulso Unitario (ternura y agresión) son, pues, de la misma
naturaleza aunque cumplen funciones distintas en aras del mismo y único objetivo:
preservar la vida y gozar. Si esta energía original, en sus dos componentes, se moviliza
de manera que por el subimpulso tierno contactamos con nuestra necesidad y por el
subimpulso agresivo vehiculizamos la expresión de la misma, conseguimos la
satisfacción. Si por el contrario, esta dinámica energética es contenida como
consecuencia de la escisión del impulso y de la desviación del mismo (bien por
autoinhibición de la ternura o de la agresión o de una sobre la otra) entonces ocurrirá el
estancamiento de la misma y única energía; estancamiento que asentará las condiciones
para la vivencia de la ansiedad o la angustia (según el grado de constricción). Y es
entonces cuando las estructuras caracteriales adquieren su función defensiva.
Lowen ilustra con un ejemplo sencillo la dinámica de estos dos componentes del
Impulso Unitario:
“en la acción de extender los brazos hacia otra persona… las características del
movimiento están determinadas por la proporción entre ambos elementos…, si
predomina el componente tierno, el gesto resultante es un abrazo. Sin embargo, si es
más poderoso el elemento agresivo, la acción representa una amenaza de fuerza… en
la neurosis, la proporción entre ambos impulsos instintivos tiende a quedar fijada
dentro de unos estrechos límites independientemente de la situación. La proporción es
característica de cada trastorno del carácter.”12
11
Obra citada. Albert Gutiérrez, J. J.
12
Obra citada. Lowen, A. (1995). Pg. 97.
Tesina AETG: “El terapeuta gestalt: herramientas para el psicodiagnóstico”
Mariano Cruz Zamora
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3. DESARROLLO DE LA DINAMICA ENERGETICA EN LAS
ESTRUCTURAS CARACTERIALES
CARÁCTER ESQUIZOIDE (el niño odiado)
¿Qué le pasa al niño en esta fase del desarrollo?
Nos encontramos en los tres primeros meses tras el nacimiento, en la fase que Juanjo
Albert denomina pre-oral13
. Esta denominación queda justificada porque los tres
primeros meses es el momento de los movimientos reflejos (guiados por el instinto de
conservación, no surgiendo aún la conciencia de placer) mediante los cuales el bebé
inicia su proceso de acomodación y adaptación para la supervivencia. La maduración
nerviosa y muscular es insuficiente y el amplio espectro que abarca el desarrollo
perceptivo se encuentra muy limitado para experimentarse como diferente en la relación
con el nuevo medio. Con los condicionantes propios de la inmadurez biológica, el bucle
percepción – acción que desencadena el desarrollo cognitivo y psicológico
(constructivismo de Piaget) aún no se ha instaurado, de manera que el recién nacido no
tiene todavía la capacidad de percibirse de manera diferenciada de su entorno. Más bien
al contrario, el bebé se intuye, sensitiva y sensorialmente existente, como único ser
inmerso en un mar de nuevos estímulos y perturbaciones de los que se siente generador
y agente en su satisfacción al mismo tiempo.
La madre y el padre
En el momento del nacimiento (y quizás también durante el embarazo) la madre, por la
razón que sea, tiene congelada su capacidad para el contacto tierno. Emocionalmente
está anclada en el odio y este es el único afecto del que dispone para relacionarse con el
recién nacido.14
Por tanto, la instauración del contacto materno se realiza desde esta carencia afectiva
que más tarde, y motivado por los sentimientos de culpa, se intentará reparar a través de
13
Obra citada. Albert Gutiérrez, J. J.
14
Obra citada. Lowen, A. (1995). Pg. 381 y ss.
Tesina AETG: “El terapeuta gestalt: herramientas para el psicodiagnóstico”
Mariano Cruz Zamora
20
una relación acaparadora y absorbente sobre el niño. De tal manera que se dificultará el
establecimiento de una relación paterna adecuada, capaz de promover una articulación
fluida en el manejo de los límites y la acción en el mundo.
Gestión del Impulso y del sentimiento básico de confianza
Por su extrema y exquisita percepción sensorial omnipotente, el bebé procesará su
experiencia como autogenerada y autosatisfecha. En el establecimiento del vínculo15
entre la madre y el hijo, éste ocupa el lugar del “objeto de la madre”, siendo, por las
características de la vivencia materna, un objeto “odiado” sobre el que vuelca su
atención. De tal manera que cada vez que el niño experimenta el contacto con la
necesidad (displacer) y con la expresión de la misma, lo que registra de manera
simultánea es un displacer aún mayor: la pulsión de la necesidad y su expresión va
acompañada, sensitiva y sensorialmente, de un sentimiento amenazante para su
existencia (es capaz de registrar sensitivamente como propios el displacer de la tensión
de su necesidad y el displacer energético del estado emocional de odio u hostilidad con
el que se le acerca la madre) provocándole una paralización en el miedo, terror o pánico.
Necesidad (el displacer que irrumpe en su estado de placidez) significa, a la par,
existencia amenazada.
Por esta razón, el niño necesita escindirse del contacto con su necesidad. En su
omnipotencia sensitiva, donde no existe aún conciencia de diferenciación del mundo
externo, el Impulso de Vida queda sometido a una percepción paradójica: subimpulso
tierno frente a subimpulso agresivo, modificando éste su función en antitética de aquel.
El subimpulso tierno ha de bloquearse, en parte, para tratar de dar cuenta lo menos
posible, en primer lugar, de la pulsión de la necesidad (registrada como displacentera)
y, más tarde en el tiempo, de las emociones, sentimientos y deseos.
El subimpulso agresivo, en parte, también ha de bloquearse puesto que si da cauce a la
expresión lo que emerge es la percepción sensorial del odio materno. Así invierte, en
15
Bowlby, J. (1993). El vínculo afectivo. Barcelona: Paidós.
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21
parte, su dirección y función: de guiar la expresión de la necesidad pasa a contenerla y a
bloquear al subimpulso tierno, de manera que la información sensorial perceptiva que
éste aporta quede inhibida (la necesidad es procesada sensorialmente como peligrosa
para la existencia).
Esta inhibición energética de los componentes tierno y agresivo del Impulso de Vida,
registrada sensorialmente como displacer, es procesada como angustia. El resto de
energía que queda libre definirá la cualidad precaria de los subimpulso tierno y
agresivo, quedando disociados el uno del otro. La ternura queda encapsulada sin
componentes agresivos que le den cauce, provocando temor e indefensión y la agresión
se desliga de los componentes tiernos, convirtiéndose la acción en el mundo en fría y
distante. Se establece, así, la fijación nuclear de este carácter.
De esta manera, en la ruptura de la armonía entre la ternura (percepción de sí) y la
agresividad (expresión de sí), el bebé experimentará una carencia importante en el
arraigamiento del Sentimiento básico de Seguridad en la existencia.
Expresión y Mecanismos de defensa corporales
Ante la angustia generada por la escisión particular del Impulso de Vida en este
carácter, desde el punto de vista energético corporal, la persona con una fuerte fijación
en esta etapa evolutiva, elabora el mecanismo de defensa de la compartimentalización
del propio organismo, escindiendo la percepción sensorial de las necesidades, de los
sentimientos y, ambos, de los procesos racionales. Esta compartimentalización ejerce su
función defensiva al dificultar que las percepciones sensoriales vayan acompañadas de
sus componentes emocionales y sensitivos, consiguiendo que las ideas y pensamientos
estén suficientemente distanciados de los sentimientos.
La compartimentalización corporal y energética se origina y se mantiene principalmente
a través de fuertes bloqueos de hipertensión en la musculatura en general, en las
articulaciones y especialmente en los segmentos ocular, cervical y diafragmático
(bloqueado en expiración).
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22
Dinámica emocional
Desde el punto de vista psicodinámico, la estructura de personalidad de este carácter es
obsesiva.
Por la dinámica energética descrita, la persona fijada en este carácter, cuando comienza
a contactar con un sentimiento tierno hacia sí mismo o hacia el otro, detecta a la vez, de
manera inconsciente, la inquietud de la amenaza. La sensación es que si expresa ternura,
expresa al mismo tiempo la hostilidad hacia sí mismo y hacia el otro. Esta es la razón de
la tendencia hacia el desapego emocional de las personas y las cosas. Al mismo tiempo,
buscará la incondicionalidad en las relaciones afectivas (como reacción a su dificultad
de autodefensa por la precariedad del subimpulso agresivo), de una parte, y, de otra,
tendrá una gran dificultad para entregarse. Como mecanismos psicoemocionales
emergen, equivalentes a la compartimentalización corporal, la escisión y la
intelectualización.
CARÁCTER ORAL (el niño abandonado)
¿Qué le pasa al niño en esta fase del desarrollo?
La etapa oral del desarrollo abarca desde los 3 hasta los 18 meses, aproximadamente. El
desarrollo biológico sigue su curso y poco a poco, la maduración corporal propiciará
nuevas posibilidades de percepción de sí y del mundo. Durante el primer año de vida el
desarrollo neurológico y muscular sentarán las bases del desarrollo sensorial, perceptivo
y motriz, de manera que, con estas nuevas herramientas, el niño estará en condiciones
de establecer su diferenciación con el mundo exterior y progresar en su aprendizaje a
través de la acción.
En este proceso de desarrollo tendrán especial relevancia, en primer lugar, el incremento
de la percepción sensorial alrededor de la zona oral, acaparando su atención las
experiencias que giren alrededor de la misma. En segundo lugar, alrededor de los 6
meses, comenzará a tomar conciencia de la diferenciación entre sí mismo y el resto de
seres y objetos; en este sentido, empezará a cobrar un significado diferente para él las
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experiencias de frustración, de manera que de sentirse el centro del universo (origen y
fin de todo) pasará a sentirse como ser dependiente de otros, en especial de la madre. En
tercer lugar, la experiencia emocional y cognitiva irá abriéndose paso y, con el
desarrollo incipiente del lenguaje, podrá procesar sus vivencias y comunicarlas,
sentándose las bases para una conciencia de sí como ser en relación. Por último, su
curiosidad y afán exploratorio irán ampliándose en la medida en que se lo permita su
desarrollo motriz; de las acciones centradas en la boca y las manos irá transitando, sobre
los 12 meses, hacia las enormes posibilidades que le brindarán el gateo y el caminar
sobre sus pies.
En su despertar al mundo, el niño en esta etapa se vivirá en un presente permanente
donde, en la dinámica displacer – placer, irá entrando en escena el principio de
realidad16
con sus consecuentes frustraciones. La inmediatez voraz que caracteriza al
niño en esta etapa habrá de ir incorporando la tolerancia a la demora en la satisfacción,
de manera lo más saludable posible.
La madre y el padre
Ante el progresivo desarrollo del niño en su propia percepción y en su incesante
capacidad exploratoria, la madre, o quien ejerce su función, pasa a ser vivenciada como
el objeto del que procede la satisfacción de las demandas (primero sensoriales y más
tarde emocionales) y, por tanto, la figura de la que depende totalmente. En este período,
el niño aún no tiene desarrollada su capacidad afectiva, sino que se guía por sus
necesidades básicas. En la génesis de la fijación de este carácter la relación de la madre
hacia él se va a caracterizar por un contacto más formal que afectivo que, generalmente,
estará representado por objetos sustitutorios y amenazas de retirada amorosa.
En este sentido, si la madre ejerce una frustración desmedida sobre el niño, favorecerá
la fijación caracterial en esta etapa. Esta frustración desmedida podrá ocurrir por la
demora excesiva en la satisfacción de las demandas y/o por la falta de contacto y
nutrición amorosos suficientes para el niño. En este hecho, vivido de manera reiterada,
el niño experimentará a su madre como figura hostil, en tanto que, dependiendo de ella,
16
Obra citada. Lowen, A. (1995). Pg. 69 – 83.
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no proporciona la seguridad y satisfacción que él necesita y demanda. Así ocurrirá que
el niño desarrolle la fijación en el anhelo, sustituyendo la satisfacción de las necesidades
(y luego de los deseos) por la permanencia en el anhelo o insatisfacción. Lowen lo
expresa de esta manera:
“El carácter oral se desarrolla cuando el anhelo de la madre es reprimido antes de que
el niño haya satisfecho las necesidades orales. Esto da lugar a un conflicto inconsciente
entre la necesidad por una parte y el temor a la decepción por otra” 17
Con su modalidad de contacto, la madre irá favoreciendo el desarrollo de la identidad de
ser en el niño bien cimentada sobre la seguridad (arraigamiento del narcisismo primario)
o, como en el caso del carácter oral, sobre la carencia (desencadenante de la tendencia
depresiva de la fijación oral).
Gestión del Impulso y del sentimiento básico de confianza
Por el momento evolutivo que vive el niño, toda su disposición energética en la etapa
oral está en función de la demanda de satisfacción. En este sentido, juega un papel
significante la dificultad para reconocer la demora en la satisfacción, la idea del
“después”, como parte del principio de realidad. La tardanza en la respuesta a sus
demandas (y más aún la ausencia de satisfacción) es procesada como amenazante para
su vida.
La dinámica deformada del Impulso Unitario en el bebé que atraviesa esta etapa y queda
fijado en ella es: mediante el subimpulso tierno, percibe sus necesidades (más adelante
sus emociones y deseos) y a través del subimpulso agresivo expresa y busca la
satisfacción. En ese momento ocurre una frustración intolerable (por demora excesiva o
por carencia) de parte de la función materna. Así, la percepción del subimpulso tierno
queda distorsionada (la necesidad se percibe como displacer) afectando la percepción de
la identidad de ser y parte de su energía ha de contener esta percepción distorsionada de
sí. Por su parte, el subimpulso agresivo que conduce la expresión de la demanda (por la
frustración mencionada) no logra la satisfacción y su energía original se transformará en
17
Obra citada. Lowen, A. (1995). Pg. 194.
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agresión hostil. En un primer momento, esta hostilidad la dirige contra sí mismo; más
tarde, contra el objeto que representa la frustración (la madre y, por extensión, el
mundo). Pero esto hará aumentar la angustia ocasionada por el deterioro de
insatisfacción, por la contradicción que surge al querer eliminar a la madre que es, al
mismo tiempo, la fuente de satisfacción y de frustración. Ante el peligro de un
abandono o carencia aún mayor, la dirección del Impulso de Vida original se
encaminará a objetos sustitutorios, perpetuando la vivencia de insatisfacción y carencia
convirtiéndose ésta en nota identificatoria de su identidad de ser.
El desarrollo y arraigamiento saludable del subimpulso tierno va a depender, por tanto,
de la vivencia del bebé de sentir satisfechas las necesidades con las que contacta. El
desarrollo y arraigamiento saludable del subimpulso agresivo va a depender de su
capacidad para satisfacer su necesidad, condicionada por la intensidad de la frustración
(por demora intolerable o por carencia) ante las demandas expresadas. Si no es así,
como expresa Juanjo Albert “pedir agresiva y directamente no conduce a la
satisfacción de la necesidad, al menos no antes del agotamiento, de la depresión, y sí al
aumento del displacer” 18
Como resultado de esta dinámica energética el niño pasará a las siguientes etapas
evolutivas con un deficiente arraigamiento del Sentimiento Básico de Seguridad en sí
mismo y en el entorno inmediato.
Expresión y Mecanismos de defensa corporales
Podemos deducir, pues, que, corporalmente, el carácter oral es un tipo de estructura
defensiva desenergetizada, fundamentalmente porque no ha habido suficiente
posibilidad de contacto tierno consigo mismo. La energía básica no se ha podido
arraigar al percibirse, de manera distorsionada, como fuente de displacer y angustia. Y
la energía del impulso agresivo está inmovilizada, conteniendo sus componentes
hostiles y fijando parte de la energía del impulso tierno. Así pues, dispone de poca
energía libre, tierna y agresiva, para atenderse a sí mismo.
18
Obra citada. Albert Gutiérrez, J. J.
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El carácter oral se defiende, pues, de la percepción de la excitación energética
(percibida en gran parte como sensación de angustia) a través de una sobrerelajación
muscular que actúa como filtro para las propias percepciones sensoriales. La hipotonía
muscular cumple así una función defensiva vital: la sobrevivencia. En ella se expresa la
contención de los impulsos tierno y agresivo. Si no fuera así, la demanda permanente le
llevaría a la muerte por desgaste.
Dinámica emocional
Desde el punto de vista psicodinámico, la estructura de personalidad de este carácter es
histérica.
Dadas las características del contacto materno apuntadas y siendo el impulso tierno el
que posibilita la percepción y el contacto amoroso consigo mismo, la persona de
carácter oral, al identificarse él como generador de malestar, se rechaza y rechaza todo
lo que proceda de él. La devaluación de sí mismo irá instaurándose como seña de
identidad. Por eso queda en una situación de profunda carencia y de dependencia
permanente del exterior. El niño oral se vive, fundamentalmente, rodeado de
frustraciones, con un contacto tierno disminuido y con poca capacidad energética para
conseguir lo que necesita.
La angustia derivada por la dinámica energética descrita necesita ser contenida
emocionalmente por el desarrollo del mecanismo de la introyección. Juanjo Albert lo
explica de esta manera:
“Los estados displacenteros, que en principio los percibe como suyos y procedentes de
él, más tarde comenzará a relacionarlos con la madre, inicialmente también como
parte de sí mismo; por ello, el único recurso es la introyección total de la “madre
hostil”. Hostil simplemente por cuanto que no proporciona la seguridad y la
satisfacción que el niño necesita, por más que no queda excluida la posibilidad de
auténtica agresión hostil de la madre hacia el niño, consciente o no. La introyección de
la “madre buena” vendrá condicionada por la posibilidad que haya tenido de
contactar y arraigar sus propios impulsos tiernos. A medida que su aparato psíquico se
Tesina AETG: “El terapeuta gestalt: herramientas para el psicodiagnóstico”
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vaya desarrollando, y pueda ir diferenciándose de la madre, estos impulsos hostiles y
tiernos en principio centrípetos, los irá dirigiendo hacia ella, condicionado también por
la disponibilidad que la madre tenga para recibirlos, completándose así el mecanismo
de introyección.”19
La consecuencia emocional de esta dinámica queda reflejada en la paradoja de que,
aunque él se siente necesitado, simultáneamente (por las deficiencias en el
arraigamiento del subimpulso tierno) se vive como no merecedor de satisfacción. Esto
le conducirá a establecer un modo de relación con los demás y con el mundo en el que
sus demandas, impregnadas por impulsos hostiles, se transformen en exigencias. Por el
déficit de contacto tierno con el que crece, le será difícil experimentar satisfacción e irá
surgiendo poco a poco la estrategia pasional de comparación y envidia en sus
relaciones, con lo que se irá instaurando el sufrimiento intenso (como idea perversa con
que disfrazar su pasión) y recreando la hostilidad y rencor hacia el mundo.
CARÁCTER MASOQUISTA (el niño derrotado-humillado)
¿Qué le pasa al niño en esta fase del desarrollo?
Continuando con su proceso evolutivo, el niño atraviesa la fase anal del desarrollo, que
situaremos entre el año y medio y los dos años y medio aproximadamente.
La percepción sensitiva, por la maduración neuromuscular, se amplía y el niño
comienza a descubrir las sensaciones que le proporciona la zona genital y anal; aunque
aún no es capaz de contener y controlar (lo conseguirá, generalmente, al final de esta
etapa), sí registra el displacer de la vejiga y el recto llenos y el placer cuando se vacían,
de manera que la polaridad necesidad – satisfacción se centra en la información que le
llega de esta zona del cuerpo. Por otro lado, en esta edad cobra especial relevancia los
niveles alcanzados en el desarrollo sensoriopsicomotor, que le proporcionan mayor
seguridad y capacidad de acción exploratoria y transformadora sobre el medio, desde el
nuevo esquema corporal de bipedestación. Este crecimiento en la experiencia le
proporciona un buen cimiento para el desarrollo emocional, cognitivo y comunicativo,
19
Obra citada. Albert Gutiérrez, J. J.
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28
de manera que comienza a ser capaz de comprender los sentimientos y mensajes del
otro y a expresar los propios.
El desarrollo incipiente del lenguaje y la construcción de significados en la relación
interpersonal hacen germinar los primeros niveles de socialización y, con ella, el
proceso de incorporación de las normas morales de convivencia.
En este nuevo contexto ocurre un importante progreso psicoemocional: acontecen las
primeras experiencias de conflicto entre sus necesidades y los deseos de los demás,
originándose la disyuntiva entre vinculación fusional (especialmente con la madre) y
autonomía.
La madre y el padre
La formación del carácter masoquista en el niño sucede por la frustración reiterada del
natural proceso de individuación ejercida por una madre sobreprotectora y asfixiante.
Ocupada y preocupada (indicadores de su angustia personal), establece con el niño un
vínculo, aparentemente amoroso, donde con actitudes humillantes reprimirá las
necesidades y deseos infantiles, condicionando su amor a la obediencia y sumisión a los
suyos propios. Lowen lo expresa diciendo:
“Lo que se reprime es la creciente independencia del joven organismo, el yo en
formación. La represión no adopta la forma de una hostilidad abierta, sino que suele
actuar bajo el disfraz de un desvelo, una protección y una preocupación excesivos.
Finalmente, se logra la sumisión y el masoquista se convierte en un buen chico” 20
La coacción que ejerce la madre (descalificando, negando o humillando) sobre el niño
en plena expansión de su desarrollo sensoriopsicomotor, unida a la pasividad de la
figura paterna, favorecerá la distorsión infantil donde la satisfacción de sus necesidades
queda relegada con el fin de satisfacer las de la madre.
20
Obra citada. Lowen, A. (1995). Pg. 222.
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Gestión del Impulso y del sentimiento básico de confianza
En el carácter masoquista se produce un bloqueo en la natural dirección del Impulso
Unitario hacia la obtención del placer. El componente tierno queda distorsionado al
procesarse como displacenteras las necesidades propias ya que a lo que se ve forzado el
niño es a satisfacer las de la madre, renunciando a las suyas. De manera que, por el
displacer al que le conduce, el niño siente como necesario alienarse del contacto
amoroso consigo mismo para poder obtener el aprecio de la madre y evitar el displacer
de su reprobación.
El subimpulso agresivo queda bloqueado en su función expresiva, transformándose en
antitético de sí mismo. Ante la coacción materna sobre lo que el niño reclama en su
autoafirmación natural, la reacción espontánea es de rabia, como defensa limitadora de
la invasión de la madre. En el masoquista, esta expresión del componente agresivo es la
que se dirige hacia sí mismo, como defensa autocontenedora, por la sensación (primero
real y más tarde fantaseada) del advenimiento de un peligro y displacer aún mayor.
Por tanto, y en razón de la economía energética, el niño masoquista aprenderá que es
más rentable olvidarse de sí y contener su rabia y deseos de afirmación,
distorsionándose el ciclo tensión – satisfacción – relajación.
“el carácter masoquista se estructura sobre la disfunción básica de un insuficiente
desarrollo y un arraigamiento distorsionado del sentimiento de seguridad básico en la
individualización para la autonomía de ser y para procurarse activamente satisfacción
a sus necesidades y, posteriormente, a sus deseos.” 21
Expresión y Mecanismos de defensa corporales
La dinámica energética descrita explica el estado displacentero de tensión permanente
en que se vive el carácter masoquista, resultando como mecanismo de defensa corporal
la contención energética, que explica el excesivo y contenido desarrollo muscular.
21
Obra citada. Albert Gutiérrez, J. J.
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30
Es un carácter muy cargado energéticamente, pero bloqueado y contenido en el tronco,
a través de bloqueos en el cuello, hombros, diafragma y parte posterior de la zona
pélvica, percibiéndose con una gran presión interna.
La configuración de la coraza muscular cumple la función de contener la expresión y
satisfacción de los impulsos, en especial del agresivo.
Dinámica emocional
La estructura psicodinámica del carácter masoquista es obsesiva.
Al igual que ocurre con el carácter oral, en numerosas ocasiones encontramos rasgos del
carácter masoquista, como elementos defensivos, en otras estructuras caracteriales.
La dinámica emocional del masoquista está dirigida a conseguir la aceptación y
protección amorosa, a cambio de renunciar a su afirmación y autonomía. Recordemos
que en el momento evolutivo del niño en que nos encontramos, se inicia la apertura a la
comprensión emocional y cognitiva de los afectos en su contexto relacional. La
renuncia a sí mismo y el sometimiento a los deseos del otro instauran el mecanismo de
defensa psicoemocional de la confluencia (sobre todo con la madre), a través del cual la
percepción de su identidad queda suplantada por la identidad del otro.
Este vivir vicario permite la sensación de insatisfacción permanente que favorecerá la
resignación, la pérdida del entusiasmo vital y la disociación de sí. La única vía posible
para la expresión de esta insatisfacción es la queja, a través de la cual encauzará, sin
sentirse amenazado, su agresión hacia el mundo y hacia los demás.
“Este es el núcleo del carácter masoquista: llega a separarse tanto de sí mismo que se
pierde de sus necesidades y deseos auténticos, no para frustrarse sino para evitar una
frustración mayor, aunque ésta, en el adulto, sea sólo una fantasía inconsciente
Tesina AETG: “El terapeuta gestalt: herramientas para el psicodiagnóstico”
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elaborada a partir de las vivencias originales cuya impronta ha quedado impresa
sensorial y sensitivamente”.22
CARÁCTER PSICOPATICO (el niño utilizado)
¿Qué le pasa al niño en esta fase del desarrollo?
El carácter psicopático se fija en la fase fálica del desarrollo, entre los dos años y medio
y tres años. Por la maduración del sistema nervioso periférico, el niño comienza a
percibir sensaciones en la zona genital que se convertirá, de este modo, en su centro de
atención. Al igual que anteriormente encontraba la sensación de placer en las zonas de
la boca o el ano, ahora lo encontrará en la exploración de sus genitales.
De manera simultánea a este nuevo campo de autoexploración, el niño va adquiriendo
mayores capacidades para el contacto y la exploración con el entorno y los demás. La
exploración de sí y la exploración del mundo se convierten en necesidad y deseo básico
para él. Su desarrollo locomotor y cognitivo son aliados en su creciente curiosidad por
todo lo que le rodea, de manera que la acción en su medio retroalimenta sus capacidades
cognitivas. Su capacidad comunicativa, con el desarrollo del lenguaje, le permitirá
adentrarse en el territorio de los significados, las normas, los valores.
La madre y el padre
Este universo de nuevos descubrimientos y capacidades le permiten los primeros
avances en el distanciamiento de la madre y la entrada en su escena vital de la figura del
padre. Si hasta ahora, lo fundamental ha sido el arraigamiento de un buen contacto
consigo mismo y de su identidad de ser a través del subimpulso tierno (función
materna), en este momento, el desarrollo del subimpulso agresivo (función paterna) le
va a posibilitar el afianzamiento adecuado de estrategias válidas en su salida hacia el
mundo. Con este nuevo escenario triangular, el niño inicia su entrada en el conflicto
edípico.
22
Obra citada. Albert Gutiérrez, J. J.
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Siendo así las cosas, lo que ocurre para que se produzca una fijación en esta etapa y se
genere el carácter psicopático es que uno de los padres (generalmente el de sexo
opuesto), en lugar de acompañar el proceso natural del niño en su “ser en el mundo”, lo
utiliza para satisfacer sus intereses narcisistas a través de la seducción y el chantaje
emocional. De esta manera, el niño se va a sentir coaccionado (mediante el engaño y la
trampa) para ponerse en contra de sus propios deseos y logros, de forma que su
proyección en el mundo no responda a sus deseos genuinos sino a los del padre
seductor. Será amado y reconocido si renuncia a sí mismo a favor de la satisfacción
narcisista del padre en cuestión.
Gestión del Impulso y del sentimiento básico de confianza
Por la dinámica descrita, para la fijación del carácter psicopático lo que se produce a
nivel energético es que el subimpulso tierno (que a esta edad no solo permite el contacto
con las necesidades, sino también con los deseos) queda inhibido. Lo que el niño
percibe como su genuino deseo queda contenido por su propio subimpulso tierno, como
antitético de sí mismo. La distorsión que produce esta inhibición es que,
progresivamente se va olvidando del contacto tierno consigo mismo (la ternura es
procesada como debilidad) a la vez que se especializa en detectar las necesidades y
deseos del otro.
De otro lado, el subimpulso agresivo se encuentra liberado en su función de conseguir la
satisfacción, pero no de lo que él quiere y necesita (el contacto consigo está inhibido),
sino de lo que quiere el progenitor manipulador.
De manera que en su proyección en el mundo (dirigida por el subimpulso agresivo) el
niño se ve impelido a renunciar al contacto tierno consigo, sustituyendo este por la
satisfacción narcisista del progenitor seductor. La dinámica natural del Impulso de Vida
queda así condicionada, desarrollándose una autopercepción de inseguridad en la
expresión de ser en el mundo dañándose el sentimiento básico de seguridad en la
socialización.
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Expresión y Mecanismos de defensa corporales
En el carácter psicopático observamos un desplazamiento de la energía hacia la parte
superior del cuerpo y una menor carga en la parte inferior, produciéndose una
desproporción entre las dos zonas que dificultará el arraigamiento.
Hay tensiones en la zona ocular y en la nuca que revelan la necesidad de control de este
carácter. Otra tensión importante es en la zona del diafragma, que está bloqueado en
inspiración forzada. En la parte inferior del cuerpo, la tensión más característica la
encontramos en las rodillas y corvas.
Los bloqueos por tensión en las zonas señaladas son los que permiten a este carácter la
separación entre los sentimientos, las emociones y las necesidades, convirtiéndose así
en mecanismos de defensa corporales que permiten el control y la acción para responder
ante el otro (carácter estructurado en función de la acción externa y de la imagen) y
dificultan la conexión con sus propias necesidades y deseos.
Dinámica emocional
Por el anclaje de este carácter en el inicio del conflicto edípico, se va a producir una
diferenciación entre la estructura psicodinámica histérica (generalmente mujeres
seducidas por el padre) y la estructura psicodinámica obsesiva (generalmente hombres
seducidos por la madre). De igual forma, los rasgos de esta estructura de carácter los
encontraremos, en numerosas ocasiones, como barniz defensivo de otros caracteres
nucleares.
En los dos casos, es un carácter estructurado en la acción externa y en la imagen: la
imagen de sí que han necesitado desarrollar, mediante la acción oportuna, para obtener
la aceptación del correspondiente progenitor. Este quedar atrapado en la seducción es lo
que determina su dificultad para sentirse en un lugar propio de poder dentro del
escenario familiar: seducidos a través de la exigencia, la obligación, la imagen, la
eficiencia y el chantaje emocional, el varón buscará el poder de mando, y la mujer el
poder de belleza y eficiencia. Y esta carencia es la que los impulsa a que la lucha por el
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poder sea una constante en su vida, requiriendo del control permanente para poderse
proveer del necesario reconocimiento desde el otro, sin llegar a sentirlo nunca seguro
por la ausencia de autosatisfacción genuina.
Emocionalmente, por la inhibición del subimpulso tierno, confundirán ternura con
debilidad, y se afanarán por defenderse del contacto tierno consigo mismo a través de la
manipulación y la seducción de los demás. De esta manera satisfacen su necesidad sin
mostrarla. Esto es lo que fundamenta los mecanismos de defensa emocionales de la
proyección y la identificación: se defienden de su genuino ser proyectando en el otro lo
que no son capaces de reconocer en sí mismos o identificándose con imágenes ideales
que respondan a las expectativas de los demás.
CARÁCTER RIGIDO (el niño rechazado)
¿Qué le pasa al niño en esta fase del desarrollo?
El carácter rígido se fija cuando el niño, alrededor de los tres años y medio o cuatro,
entra en la fase genital del desarrollo, con el conflicto edípico como situación nuclear en
la vivencia infantil.
En la etapa genital, el niño ya ha adquirido una maduración en los sistemas locomotor y
nervioso que, a diferencia de las fases anteriores, le va a permitir experimentar el placer
y el displacer en la totalidad de su organismo. Así, todo su cuerpo, y no solo alguna
zona relevante, va a quedar erotizado y, con esta nueva capacidad energética, va a
establecer el contacto con su medio. Las nuevas posibilidades de placer sensorial van a
regir de modo particular la relación con los padres, siendo la satisfacción de este deseo
erótico, a través del contacto y del movimiento, la nota característica que guiará su
experiencia.
Con las disposiciones perceptivas desarrolladas, el asiento firme en la realidad
establecido por el perfeccionamiento locomotor y el notable progreso en sus facultades
cognitivas, emocionales y comunicativas, el niño afrontará la tarea de conquistar un
lugar en el mundo desde el que establecer relaciones afectivas y placenteras.
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La madre y el padre
En este momento evolutivo del niño, y en el marco de la situación edípica, la respuesta
de los padres es de rechazo ante la unívoca vivencia infantil de afecto y placer. En su
acercamiento erótico, el niño no va a percibir límites adecuados y sanos que le permitan
canalizar sus impulsos, sino que va a experimentar una actitud de rechazo o
ambivalencia de sus padres, originándose el carácter rígido al verse abocado a
establecer una escisión entre afecto y placer que se manifestará en la dificultad para una
entrega amorosa plena.
Lowen lo enuncia así: “El rechazo de la búsqueda del placer erótico y sexual fue
considerada por el niño como una traición a su afán de amor. El placer erótico, la
sexualidad y el amor son sinónimos en la mente infantil” 23
Dependiendo de la resolución que el niño o la niña haga del conflicto edípico y del
modo en que se produzca el rechazo por parte de la madre o del padre, nos
encontraremos con dos caracteres asentados en la estructura histérica y otros dos en la
estructura obsesiva.
Gestión del Impulso y del sentimiento básico de confianza
En este momento evolutivo, el subimpulso tierno se tiñe de erotismo, distribuyéndose su
carga energética y ampliándose el campo de experiencias que configuran la polaridad
placer-displacer por todo el cuerpo. El subimpulso agresivo sirve de cauce para la
satisfacción de las demandas percibidas, ahora a través del contacto y el establecimiento
de relaciones emocionales.
En esta nueva dinámica en que se juega el deseo de contacto y la aprobación de la
vivencia emocional y erótica como unívoca, el equilibrio natural del Impulso Unitario
queda desfigurado.
23
Lowen, A (1997). Bioenergética. México: Ed. Diana. Pg. 160.
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Como expresa Juanjo Albert, en la fase genital en que nos encontramos“los
subimpulsos agresivo y tierno del Impulso Unitario están genitalizados e igualmente
desarrollados, y, en su función de defensa, se disponen parcialmente antitéticos cada
uno de una parte de sí mismo. Esto quiere decir que en estos caracteres los impulsos,
al estar completada la fase fálica y genitalizados al menos parcialmente, ya sólo
pueden gratificarse directamente, es decir, a través de su expresión genitalizada hacía
la realidad del mundo exterior. Así como que la función de contención y defensa la
cumplen ambos subimpulsos cambiando su dirección en antitética de su propia función
original, pero sin contaminación entre las cualidades energéticas de ambas funciones.
En esta función defensiva, mantienen un equilibrio dinámico cada uno con la parte del
propio impulso que no se puede expresar, creando una zona de falta de contacto
emocional. Este equilibrio dinámico entre los componentes del subimpulso que pueden
ser expresados y los que han de ser contenidos, es variable con respecto a cada uno de
los dos subimpulsos, según la patología propia de cada carácter en cada individuo: en
los caracteres fálicos hay más contención del subimpulso tierno, y en el histérico y
pasivo-femenino del agresivo, pero esta contención variará en relación a la patología
personal de cada individuo.” 24
Esta dinámica es la que origina la estasis energética o angustia que quedará contenida a
través de la coraza corporal, las actitudes corporales eróticamente expresivas y los
mecanismos de defensa psicoemocionales, según cada subtipo. Por tanto, el carácter
rígido, al mantener la sexualidad genital (con sus componentes tierno y agresivo) en
función de defensa, presenta dificultad para el contacto emocional profundo, quedando
distorsionado el desarrollo y arraigamiento del sentimiento básico de seguridad en el
compromiso y la entrega a sí mismo y a los demás.
Expresión y Mecanismos de defensa corporales
El carácter rígido se caracteriza por una rigidez muscular superficial, sistemática y
general (armadura de Reich) eficaz para contener la energía que se experimenta como
displacentera (angustia).
24
Obra citada. Albert Gutiérrez, J. J.
Tesina AETG: “El terapeuta gestalt: herramientas para el psicodiagnóstico”
Mariano Cruz Zamora
37
“El concepto de armadura fue introducido por Reich para designar un estado en que la
ansiedad queda asimilada hasta convertirse en un mecanismo protector que tiene la
finalidad económica de servir, por una parte, como protección frente a los estímulos del
mundo exterior y, por otra, frente a los deseos libidinosos internos…. La armadura da
protección, pero exige aislamiento y limita la motilidad interna del organismo” 25
Podemos distinguir dos disposiciones: estructura en malla (caracteres blandos) y
estructura en tubo (caracteres duros).
En la estructura en malla, propia de los subtipos histérico y pasivo-femenino, la rigidez
está distribuida por todo el cuerpo, facilitando, a través de la musculatura y el
movimiento, la expresión energética y el drenaje de la angustia.
En la estructura en tubo, la rigidez se establece superficialmente a lo largo del eje
longitudinal del cuerpo, conectando directamente la pelvis con la cabeza y es más
propia de los subtipos fálicos. La energía fluye por la parte interna de este tubo,
evitando su extensión hacia la superficie. Por ello es mayor la tensión y contención de
movimientos y la frialdad y rigidez en el contacto. Esta disposición se convierte, del
mismo modo, en un excelente mecanismo para la contención de la excitación y de la
angustia, drenándose a través de la función controlada de los dos extremos: la actividad
sexual genital y la actividad mental.
Lowen describe de esta manera la rigidez de la armadura corporal en este carácter:
“la espalda está rígida e inflexible. El cuello está tieso y la cabeza se mantiene erguida.
La pelvis se encuentra más o menos retraída y se mantiene tensa. Lo más importante es
que la parte frontal del cuerpo está dura, pues la rigidez del pecho y el abdomen es
esencial para la armadura. La parte delantera es el lado blando y vulnerable del
cuerpo, el lado sensible y el reino de los sentimientos tiernos. Si este lado está
desprotegido, la armadura de la espalda no serviría de nada”26
25
Obra citada. Lowen, A. (1995). Pg. 263 y ss.
26
Obra citada. Lowen, A. (1995). Pg. 264.
Tesina AETG: “El terapeuta gestalt: herramientas para el psicodiagnóstico”
Mariano Cruz Zamora
38
Dinámica emocional
La dinámica emocional del carácter rígido está en función de preservar su libertad, a
costa de sacrificar su intimidad, su capacidad de entrega amorosa.
“Cuando el niño se acerca llevado de su deseo de contacto y se siente rechazado, la
vivencia que experimenta es la de ser rechazado en su totalidad por lo nuevo que él
está experimentando de sí mismo. Se siente rechazado por su impulso erótico-tierno, y
no solamente en su deseo de contacto, sino también en su necesidad de validar su
capacidad de experimentar placer sensorial y emocional a la vez e integrados, consigo
mismo y con los demás. La tendencia será, pues, siguiendo el principio del placer o
evitación del displacer, a inhibir estas nuevas experiencias placenteras que siente
como suyas, pero que le movilizan la angustia del rechazo.”27
De cómo cada uno resuelve la gestión del conflicto en el contacto consigo y con los
demás en el escenario del conflicto edípico van a surgir los cuatro subtipos dentro del
carácter rígido. Para el niño, lo que se frustra es su nuevo modo de experimentar el
logro del placer. Con los impulsos plenamente desarrollados (genitalizados), en este
conflicto prevalece la necesidad de contacto, que se efectuará bien prevaleciendo el
componente agresivo (parcialmente desprovisto del componente erótico-tierno) o bien
prevaleciendo el componente erótico-tierno (parcialmente desprovisto del agresivo).
Ante la frustración del rechazo surge la rabia que se transformará en hostilidad
encubierta (resentimiento, ira, odio, venganza) al ser inhibida, y el componente agresivo
en lugar de satisfacer las demandas del tierno, se ocupará en la obtención de poder como
contacto sustitutorio, compensatorio y de defensa. El temor al rechazo es lo que
bloqueará la expresión del deseo (deseo y temor al deseo son manifestaciones del
componente tierno) y el deseo inhibido impedirá la expresión de la ira (componente
agresivo dirigido a destruir la frustración).
Por todo lo cual, “el deseo y el temor al deseo (temor al vínculo emocional) va a ser el
equivalente de este conflicto a nivel psicoemocional. Este es el núcleo energético y
27
Obra citada. Albert Gutiérrez, J. J.
Tesina AETG: “El terapeuta gestalt: herramientas para el psicodiagnóstico”
Mariano Cruz Zamora
39
emocional del carácter rígido, alrededor del cual se estructuran los diferentes subtipos,
según las elecciones posibles de cada individuo” 28
Serán las fijaciones en etapas anteriores del desarrollo las que van condicionar el nivel
de salud, así como el particular modo de enfrentar y resolver el conflicto edípico. Así,
podemos considerar cuatro subtipos:
- en el subtipo histérico: fijaciones orales
- en el subtipo pasivo-femenino: fijaciones orales y anales mas precoces, y
masoquistas en algunos casos
- en el subtipo fálico-narcisista obsesivo: fijaciones anales y fálicas
- en el subtipo fálico-narcisista compulsivo: fijaciones esquizoides y fálicas
El carácter rígido histérico
Como señala Reich, “el carácter histérico está determinado por una fijación en la fase
genital del desarrollo infantil, con su ligazón incestuosa”29
.
El niño se acerca a los padres para satisfacer su deseo de contacto que, en la fase genital
en que se encuentra, incluye unívocamente ternura y erotismo. En este acercamiento
siente el rechazo de los padres (suscitado generalmente por el miedo o la incapacidad
para interpretar adecuadamente la excitación que se despierta en ellos). El niño vive esta
nueva actitud de los padres como rechazo a su entrega amorosa y se percata de que lo
que antes era posible y aceptado ahora es rehusado. De manera que, al persistir en él
este deseo de contacto, como recurso energético más económico para mantenerlo,
disocia lo que originalmente era una vivencia unívoca: el componente emocional es
reprimido y relegado al inconsciente y el componente de placer erótico es bloqueado
(con la consiguiente estasis energética que posibilitará la vivencia de insatisfacción o
angustia).
28
Obra citada. Albert Gutiérrez, J. J.
29
Obra citada. Reich, W. (1997). Pg. 202.
Tesina AETG: “El terapeuta gestalt: herramientas para el psicodiagnóstico”
Mariano Cruz Zamora
40
Este proceso derivará, en la persona adulta, en una dinámica de falso contacto y gran
dificultad para la entrega amorosa completa. La persona aprenderá a buscar bien el
contacto erótico, pero sin componente emocional o bien el contacto emocional, pero sin
componente erótico.
“Su característica más sobresaliente es una conducta sexual evidente, en combinación
con un tipo específico de agilidad corporal teñida de un matiz definidamente sexual. En
las mujeres, el carácter histérico se evidencia por una coquetería disfrazada o
desembozada en el andar, en la mirada y en el hablar. En los hombres existe además
blandura y cortesía excesiva, expresión facial femenina y comportamiento femenino” 30
La represión de la dimensión emocional es el mecanismo de defensa específico, de
manera que tanto la función sexual como la agresiva se despliegan cumpliendo su
misión defensiva de los componentes tiernos y del compromiso y entrega amorosos.
La depresión en el carácter histérico se produce, considerando sus fijaciones orales, en
el intento de controlar la angustia que provoca el verse abocados a la implicación
emocional.
“El hilo conductor de la terapia con estas personas es conseguir la toma de conciencia
del verdadero significado de su conducta y actitudes, como evitación de la angustia
genital ante el contacto y el compromiso emocional. Solo al restituir su capacidad de
gratificación por la entrega, la persona quedará libre de su angustia” 31
El carácter rígido pasivo – femenino
En este subtipo, existe un equilibrio entre tendencias pregenitales (orales y masoquistas)
y genitales. Estas tendencias pregenitales se mostrarán en la tendencia a la pasividad, al
exceso de amabilidad y a la evitación del impulso agresivo. Por el contrario,
manifestarán una marcada tendencia a la oposición pasiva a la autoridad, siendo ésta la
mayor resistencia en terapia. Esta actitud se origina como consecuencia de una tenaz
30
Obra citada. Reich, W. (1997). Pg. 201.
31
Obra citada. Albert Gutiérrez, J. J.
Tesina AETG: “El terapeuta gestalt: herramientas para el psicodiagnóstico”
Mariano Cruz Zamora
41
resistencia interna a la autoridad paterna, junto con la inmovilización de la agresividad
como defensa masoquista.
En la resolución del conflicto edípico, en este carácter se produce una identificación e
idealización con el padre del sexo opuesto, que resulta ser el más posesivo y castrante
por frustrar los impulsos agresivos del niño en su movimiento de contacto para
satisfacer sus deseos. El carácter pasivo-femenino se asusta de su propia fuerza e
impulso porque le despierta la angustia genital: la frustrada fantasía del incesto con el
padre de distinto sexo. Además, el padre del mismo sexo no significa para él una figura
de identificación por no haberle procurado (por debilidad o ausencia) el rescate del
apego con el padre de sexo opuesto.
“La estructura pasivo-femenina está asentada en la genitalidad, aunque inmovilizada
por el temor….Es como si el carácter pasivo-femenino alcanzase la fase genital de
organización del yo, pero quedase paralizado por el miedo. El problema lo constituye
precisamente esta parálisis” 32
Esta dinámica, además de dejar al individuo con permanente tendencia al incesto y a
actitudes sexuales perversas pasivas (voyeurismo), da lugar a la estructura
psicodinámica narcisista típica: la fantasía de poder absoluto nunca confrontada con la
realidad.
Los mecanismos de defensa de la sublimación y la idealización son los que desarrolla
este carácter para mantener la agresividad inhibida (desplazándose la energía genital del
tórax a la cabeza) y la evitación con el contacto y la entrega emocional.
El carácter rígido fálico – narcisista obsesivo
En este subtipo la coraza muscular en tubo propicia que la energía fluya directamente de
la pelvis a la cabeza, evitando el contacto emocional. El componente agresivo en
función de defensa se expresa por medio de la actividad intelectual, la preocupación
obsesiva y la autoexigencia. Por las importantes fijaciones anales, la inhibición de los
32
Obra citada. Lowen, A. (1995). Pg. 325.
Tesina AETG: “El terapeuta gestalt: herramientas para el psicodiagnóstico”
Mariano Cruz Zamora
42
impulsos hostiles es lo que conduce al mecanismo de defensa propio: la formación
reactiva.
Todos los rasgos que configuran su mecanismo de defensa (autocrítica, perfeccionismo,
duda, desconfianza, control, obsesiones, ironía) se presentan como la principal
resistencia en la psicoterapia y permanecerán mientras no se consiga el desbloqueo
afectivo. “Pero éste no se podrá conseguir mientras la persona no tenga conciencia, de
una parte, de sus impulsos hostiles, de su ira, contra el padre frustrante que se opuso a
sus deseos de gratificación sexual, y de otra, de estos mismos deseos, que el padre sí
puede satisfacer, lo que despierta también su envidia” 33
El conflicto edípico se resuelve con la hostilidad hacia el padre omnipotente
(idealizado) que frustró la satisfacción del deseo erótico y al que se le degrada
moralmente al descubrir que él si se permitió la satisfacción erótica: lo prohibido para
él, el padre sí se lo permite.
Las relaciones van a estar marcadas siempre por la competitividad con la autoridad y el
cumplimiento correcto de normas de convivencia. De esta manera se sustituye la
demanda para la satisfacción de sus necesidades por la exigencia justa en ser tratado
como merece.
El carácter rígido fálico – narcisista compulsivo
Este subtipo, con la coraza muscular en forma de tubo, presenta la estructura más sólida
de los caracteres rígidos facilitando la contención y el drenaje de la excitación y la
angustia a través del desplazamiento directo hacia la cabeza y la zona genital y anal.
Esta gestión de la energía queda expresada en la disposición para la racionalización, la
escasa expresión emocional y la sobrecarga y retención pélvica.
Es el tipo caracterial con mayor carga energética pero, en su caso, el impulso tierno está
contenido prácticamente en su totalidad. Esto es así porque ha sido seducido
eróticamente, en su inocencia, por uno de los padres a la vez que rechazado en su
33
Obra citada. Albert Gutiérrez, J. J.
Tesina AETG: “El terapeuta gestalt: herramientas para el psicodiagnóstico”
Mariano Cruz Zamora
43
entrega amorosa por el temor del padre seductor hacia el otro padre, revestido de
omnipotencia. El padre seductor no limita, sino que rechaza de manera ambigua: si hay
contacto físico, el padre está sin límite alguno; si no, el niño vive ausencia de vínculo
afectivo. El otro padre, por su ausencia o poder excesivo e ineficaz, tampoco resulta con
capacidad para instaurar un límite efectivo que le contenga.
Por eso su coraza está en función defensiva del sentimiento de ternura, quedando
prácticamente libre el componente agresivo, mas o menos sádicos en función del grado
de contención tierna. Su sexualidad genital también está en función defensiva,
desarrollando una conducta posesiva, con dificultad para la entrega.
En razón de esta dinámica, se desarrolla el mecanismo de defensa de la negación: de los
impulso tiernos (por el engaño del padre seductor) y negación de los límites (por la
descalificación del padre omnipotente).
“La necesidad de negar su subimpulso tierno, ya que no pudo tener destinatario y sintió
que fue frustrado y rechazado desde su inocencia, tiene como consecuencia que rompa
el contacto con sus necesidades, quedando igualmente negadas. Así mismo, la
necesidad de negar al padre/madre, el que debía ser rescatador y receptor de su
ternura, para controlar su angustia de castración, que así mismo queda negada, le
lleva a negar también la necesidad de cualquier padre/madre y de cualquier límite; es
decir, de su necesidad de ternura, de protección y de reposo, quedando abocado a una
sobre explotación de sí mismo.”34
34
Obra citada. Albert Gutiérrez, J. J.
Tesina AETG: “El terapeuta gestalt: herramientas para el psicodiagnóstico”
Mariano Cruz Zamora
44
PARTE SEGUNDA:
TEORIA AXIOLOGICA
Tesina AETG: “El terapeuta gestalt: herramientas para el psicodiagnóstico”
Mariano Cruz Zamora
45
1. INTRODUCCIÓN ¿QUÉ ES LA AXIOLOGÍA FORMAL?
Según el diccionario de la RAE35
, axiología, del griego “axios” (digno, con valor), es la
rama de la filosofía que se ocupa de la teoría de los valores.
Siendo el conocimiento del valor el problema de la axiología, el acercamiento a esta
cuestión se ha ido abordando desde diferentes perspectivas a lo largo de la historia de la
filosofía. La preocupación por “lo valioso” está ya presente en los autores de la época
clásica, continuando en la filosofía medieval, renacentista y moderna. Pero no es hasta
el siglo XIX en que se perfila más concretamente la axiología como una rama específica
de la filosofía.
La relación entre el valor y el Ser, el valor y lo bello o lo bueno, la diversidad de
valores, el relativismo o universalismo de los valores y su jerarquía, etc. que han sido,
desde los inicios del pensamiento humano, cuestiones reiteradamente planteadas en el
marco de las disciplinas filosóficas, se reformulan a partir del siglo XIX con el
surgimiento de dos grandes perspectivas axiológicas: el subjetivismo y el objetivismo
de los valores. Más allá de las diferentes corrientes que configuran cada una de estas
perspectivas, la discrepancia fundamental radica en que los subjetivistas consideran el
valor como una experiencia o idea que surge del sujeto y los objetivistas lo consideran
como algo real o ideal que existe independientemente de la valoración del sujeto.
En este contexto, emerge la figura de Robert S. Hartman (1910-1973). Nacido en
Berlín, desarrolló sus estudios en el Colegio Universitario Alemán de Ciencias Políticas,
la Universidad de Paris, La Escuela de Economía de Londres, y la Universidad de
Berlín, donde recibió su Licenciatura en Derecho, en 1932. Fruto de su propia
experiencia personal como víctima del nazismo alemán, Hartman consolidó la creencia
en el valor infinito de la vida humana. El rechazo a los credos violentos de su contexto
histórico le llevó al exilio. Desarrolló su actividad docente e investigadora como
filósofo y científico en los Estados Unidos, Canadá, Latinoamérica y Europa, siendo
autor de más de 10 libros y más de 100 artículos. Fue profesor investigador de filosofía
de la Universidad Nacional Autónoma de México desde 1957 hasta 1973, y en la
35
http://buscon.rae.es/draeI/SrvltConsulta?TIPO_BUS=3LEMA=axiologia
Tesina AETG: “El terapeuta gestalt: herramientas para el psicodiagnóstico”
Mariano Cruz Zamora
46
Universidad de Tennessee desde 1968 hasta 1973, fecha en la que murió y fue
nominado para el Premio Nóbel de la paz. Acogió como objetivo en su vida responder a
la pregunta ¿qué es el bien?, y a ello dedicó sus esfuerzos en el pensamiento y la
investigación, legándonos como herencia el desarrollo de la axiología formal.
Podemos considerar que lo que Robert S. Hartman pretende con su aportación de la
axiología formal es realizar un tránsito del campo de la filosofía al campo de la ciencia
en lo concerniente a la axiología, otorgándole la consideración de “ciencia del valor”.
En su propia expresión “introducir el pensamiento ordenado en el campo de las
disciplinas morales” 36
“la ciencia en general no es ni ciencia natural ni ciencia moral,
sino la ordenación sistemática del desorden” 37
. Por esta razón su primer interés es
clarificar que la ciencia es ciencia, es decir, es un método lógico y formal para
acercarnos a la realidad. Y otra cosa son los diversos objetos o contenidos que confieren
a este método las especificidades concretas en cada ámbito.
En su libro “La estructura del valor” Hartman plantea la necesidad de clarificar esta
cuestión a fin de superar uno de los obstáculos que han dificultado el desarrollo de una
ciencia del valor: la distinción entre el teórico del valor y el valor mismo, entre la
axiología como método científico y el valor como su objeto de conocimiento.
“Para nosotros, el valor es un objeto de conocimiento como cualquier otro, no
diferente en este respecto de lo que la rosa es para el botánico o la corriente eléctrica
para el físico… Del mismo modo, el axiólogo no valora, sino que analiza el valor” 38
“De la concepción de una ciencia como conjunto de una pauta formal y un grupo de
objetos se sigue que cada ciencia tiene su propia pauta y, consecuentemente, su propio
grupo de objetos. Es decir, un dato se convierte en un objeto de la ciencia natural si se
le aplica la pauta de la ciencia natural. Así, un avión que lleve una bomba atómica a
una ciudad, es un objeto natural o, como podemos decir también, un hecho, cuando se
estudia a la luz de la ciencia de la navegación, de la física, de la mecánica, etc. pero se
36
Hartman, R. S. (1959). La estructura del valor. Fundamentos de la axiología científica. México: Fondo
de Cultura Económica. Pg. 11.
37
Obra citada. Hartman, R. S. (1959). Pg. 219.
38
Obra citada. Hartman, R. S. (1959). Pg. 14.
Tesina AETG: “El terapeuta gestalt: herramientas para el psicodiagnóstico”
Mariano Cruz Zamora
47
transforma en un objeto de la ciencia axiológica o en un valor cuando se examina a la
luz de la ciencia moral. Así, no es un objeto de la ciencia natural sino de la ciencia
moral la observación del copiloto del Enola Gay, el avión que lanzó la bomba atómica
sobre Hiroshima, quien escribió en su diario de navegación, después de ver
desaparecer a toda una ciudad: “¡Dios mío, que hemos hecho!”. El mismo dato puede
aparecer entonces como objeto de la ciencia natural o como objeto de la ciencia moral,
dependiendo del punto de vista, o de la pauta aplicada. Así, el mundo, aunque
ontológicamente uno, puede aparecer en tantos aspectos como marcos de referencia
sean aplicados a él” 39
A partir de esta clarificación, Hartman expone las falacias axiológicas 40
que se han
producido por la confusión entre pautas, métodos científicos y objetos de conocimiento
y que han oscurecido el acceso al saber científico. De otra parte, y resaltando la
importancia del filósofo inglés G. E. Moore, propone como piedra angular de su
Axiología Formal una definición lógica del valor:
“Una cosa es buena si, y únicamente si, cumple con el conjunto de propiedades de la
comprensión de su concepto”41
. O dicho de otro modo “una cosa tiene valor según el
grado en que cumple la comprensión de su concepto” 42
De aquí se deriva que el valor, la bondad, el bien, no son propiedades de las cosas en sí,
sino de los conceptos con los que las nominamos; o, mejor aún, son propiedades de la
relación entre las cosas y sus conceptos. La Axiología Formal, por tanto, está asentada
en el pensamiento lógico del valor, en el análisis del significado de los conceptos con
los que nominamos la realidad (filosofía del lenguaje) y la mayor o menor gradación de
correspondencia entre el concepto y la cosa. El valor lógico analiza qué aspecto del
significado es identificado con el valor.
“Y así hacemos siempre que oímos que una cosa es “buena”: combinamos las
propiedades del concepto de la cosa con la idea de la cosa en cuestión. Esta operación
39
Hartman, R. S. (1956). Axiología formal. La ciencia de la valoración. México: UNAM – Seminario de
problemas científicos y filosóficos. Pg. 5
40
Hartman, R. S. (1965). El conocimiento del bien. México. FCE. Pg. 11-32.
41
Obra citada, Hartman, R. S. (1959). Pg. 43.
42
Obra citada, Hartman, R. S. (1956). Pg. 19.
Tesina AETG: “El terapeuta gestalt: herramientas para el psicodiagnóstico”
Mariano Cruz Zamora
48
lógica es el significado de la palabra “bueno”. Se expresa en la definición de bien, es
decir, de aquello que todas las cosas buenas tienen en común”. 43
Desde el axioma central de la Axiología Formal, Hartman, recurriendo a la clasificación
tradicional que divide a los conceptos en tres clases (definitorios, expositivos y
descriptivos), planteará las categorías o dimensiones axiológicas del valor
clasificándolas en sistémica, extrínseca e intrínseca, así como la jerarquía entre ellas.
Para una mejor comprensión, recurriremos a un ejemplo sencillo. Elegiremos el
concepto CABALLO. Según el diccionario de la RAE 44
significa: “Mamífero del orden
de los Perisodáctilos, solípedo, de cuello y cola poblados de cerdas largas y
abundantes, que se domestica fácilmente.”
Tomando el axioma de Hartman, podemos realizar una valoración sistémica, extrínseca
o intrínseca sobre cualquiera de los animales que existen y, de esta manera, poder
considerar su valor dentro de la especie “caballo”.
Desde una valoración sistémica, podremos decir que cualquier animal estará incluido en
esta clase siempre y cuando cumpla con las propiedades que definen a la especie equina.
Lo que hacemos es, por tanto, una valoración definitoria: un animal es caballo o,
simplemente, no lo es.
Desde una valoración extrínseca, consideraremos todas las propiedades concretas que se
nos ocurran y que observemos que configuran la finita exposición de lo que es ser un
caballo. Así, consideraremos el color, la raza, el tamaño, el tipo de pelo, etc. Dentro de
la especie que denominamos y se ajusta al concepto “caballo” podremos comparar un
animal con otro y decir que es mejor o peor en la medida en que tiene más o mejores
propiedades que definen a esta especie de animal. Hacemos entonces una valoración
expositiva.
43
Obra citada. Hartman, R. S. (1959). Pg. 43.
44
http://www.rae.es/RAE/Noticias.nsf/Home?ReadForm
Tesina AETG: “El terapeuta gestalt: herramientas para el psicodiagnóstico”
Mariano Cruz Zamora
49
Desde una valoración intrínseca, lo que haremos será considerar el valor que tiene un
caballo particular. Considerando que este caballo es un animal que pertenece a su clase
(sistémica) y que cumple con las propiedades expuestas en su clase (extrínseca), este
caballo concreto (por ejemplo, el mío) tiene unas características propias que lo definen
como único e irrepetible: estuve en su nacimiento, lo he criado, le puse el nombre, salgo
a pasear con él, etc. Hacemos ahora una valoración descriptiva y singular.
Con el desarrollo de la Axiología Formal, que ha derivado en diversas disciplinas y
ámbitos, lo que pretende Hartman es acercarse a descubrir la capacidad valorativa de la
persona: su ciencia del valor permite medir la capacidad para valorar. A través de ella,
nos aproximamos a la comprensión de cómo es que valoramos según lo hacemos. Si
utilizamos el símil de la visión, lo que perseguiremos es conocer cómo está o cual es la
capacidad de visión de una persona en relación, por ejemplo, a los colores, no la
preferencia particular sobre un color u otro. Una de las herramientas que él diseñó para
tal fin es el Perfil de Valores Hartman, que consideraremos desde su aplicación en la
psicoterapia.
2. EL PERFIL DE VALORES HARTMAN
Descripción del PVH
El Perfil de Valores Hartman fue desarrollado por Robert S. Hartman y Mario Cárdenas
Trigo en 1967 como instrumento axiológico, basado en la axiología formal, para medir
la capacidad de valorar de una persona. La aplicación en la psicoterapia y la práctica
clínica llegará más tarde, a raíz del encuentro entre Hartman y Salvador Roquet.45
Roquet, eminente psiquiatra mexicano, aplicó el PVH al campo de la salud mental y el
crecimiento personal. En la práctica clínica con sus pacientes, además de diseñar la
prueba sexual, desarrolló, en colaboración con Hartman, la lectura y aplicación
psicodinámica del perfil. En esta tradición de Roquet, transmitida y continuada por su
45
Rodiles, J. (1998). Una terapia prohibida. Biografía de Salvador Roquet. México: Planeta. Pg. 118 y
ss.
Tesina AETG: “El terapeuta gestalt: herramientas para el psicodiagnóstico”
Mariano Cruz Zamora
50
discípulo Alfonso Castro Asomoza, es en la que se enmarca la Asociación Española de
Axiología Robert S. Hartman.46
De esta manera, el PVH es una escala de valoración objetiva, una prueba axiométrica,
no psicométrica, desarrollada en tres partes, cada una con 18 frases que, en realidad, son
la traducción de 18 fórmulas axiológicas derivadas del axioma central de la Axiología
Formal y de la combinación de las tres dimensiones del valor: sistémica, extrínseca e
intrínseca, relacionándose entre sí en positivo, desde el polo más valioso (vida) y en
negativo, desde el polo menos valioso (muerte).
En su aplicación clínica, el PVH muestra un mapa caracterial de la persona a través de
la valoración subjetiva que ella elabora sobre un ordenamiento objetivo de los valores.
Por tanto, no muestra las preferencias de la persona o sus valores personales, sino su
capacidad para valorar, para reconocer los niveles del valor.
Desde una lectura psicodinámica, el PVH nos revela un mapa del presente experiencial
de la persona o grupo a partir de la ordenación subjetiva de la escala de valores
objetivos que recoge el perfil. Esta ordenación subjetiva recoge el grado o nivel de
percepción de la persona, tanto a nivel interno como externo y, a través de ella
podremos observar qué es lo que está viviendo en este momento de su vida, lo que se
hace figura y lo que permanece como fondo en la relación consigo mismo y con el
mundo. De esta manera, el PVH es un instrumento para conocer nuestro presente a
través de nuestra capacidad para valorar y, por ende, del ordenamiento de valores: lo
que somos capaces de percibir acerca de lo que sentimos, pensamos y actuamos tiene
una implicación axiológica.
Parámetros que muestra el PVH
Las tres partes en que se divide el Perfil abordan la capacidad de valoración de la
persona en relación a cómo percibe el mundo y cómo se percibe en relación al mundo
(MUNDO EXTERNO), cómo se percibe en relación a sí mismo (MUNDO INTERNO)
46
http://www.axiologia.com/es/presentacion.htm
Tesina AETG: “El terapeuta gestalt: herramientas para el psicodiagnóstico”
Mariano Cruz Zamora
51
y cómo se percibe en relación a los conceptos, ideas o normativas que le rigen
(MUNDO SISTÉMICO).
 MUNDO EXTERNO o Gran Extrínseco (“yo en el mundo”)
La primera parte del PVH muestra cómo valoramos el mundo y nuestro estar en él.
Revela la capacidad de percepción del mundo externo, de la realidad externa, y cómo es
nuestro manejo en referencia a esta realidad. En esta primera parte, podremos observar:
1. Capacidad de percepción del entorno como un todo y en cada parte.
2. Capacidad de objetividad en la percepción. (Distorsión).
3. Manejo de realidad-fantasía.
4. Manejo de la energía psicosomática: stress.
5. Dimensión Intrínseca o Afectiva (en el manejo concreto y estructural):
Manejo de las relaciones interpersonales en general, relación con el otro
sexo, relación de pareja, capacidad de percepción y de contacto con la vida o
con lo que es vida, romanticismo, manejos sado-masoquistas, contacto con
vida o muerte, manejo de límites, manejo del pensamiento sobre lo
emocional y afectivo.
6. Dimensión Extrínseca o Proyectiva (en el manejo concreto y estructural):
Desenvoltura en las capacidades y cualidades creativas, productivas y
proyectivas, uso de roles e imagen pública, capacidad para el logro de las
metas, valoración objetiva de las capacidades personales, manejo de la
presión y del estrés.
7. Área Sistémica (en el manejo concreto y estructural): Relación con el orden
y la autoridad, manejo de la rebeldía, de la autoridad, de los límites,
liderazgo, relación con la figura de introyección masculina.
8. Factores para un pensamiento objetivo: Identificación y resolución de
problemas, toma de decisiones, tipo de pensamiento, valoración objetiva de
sus capacidades, estado anímico.
Mariano Cruz- Terapeuta Gestalt Herramientas Para El Psicodiagnostico.pdf
Mariano Cruz- Terapeuta Gestalt Herramientas Para El Psicodiagnostico.pdf
Mariano Cruz- Terapeuta Gestalt Herramientas Para El Psicodiagnostico.pdf
Mariano Cruz- Terapeuta Gestalt Herramientas Para El Psicodiagnostico.pdf
Mariano Cruz- Terapeuta Gestalt Herramientas Para El Psicodiagnostico.pdf
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  • 1. Tesina AETG: “El terapeuta gestalt: herramientas para el psicodiagnóstico” Mariano Cruz Zamora 1
  • 2. Tesina AETG: “El terapeuta gestalt: herramientas para el psicodiagnóstico” Mariano Cruz Zamora 2
  • 3. Tesina AETG: “El terapeuta gestalt: herramientas para el psicodiagnóstico” Mariano Cruz Zamora 3 “…Pero ahora que sé quien soy – el hijo de esta madre, el hijo de este padre - tener un nombre o el otro… la verdad es que ya no importa. Todos los años que he pasado añorando no sé bien qué – el misterio, el secreto – esa parte de mí que siempre me ha faltado, … se han ido. Conocimiento comprendido: lo que me faltaba era mi propia amorosa compañía. La amorosa compañía de uno es el perdón, es el Gran Misterio, es Dios. Antes de que Dios pueda olvidar, debes olvidar tú. Lo que hago es contar esta historia… aprendo a contar esta historia. Yo, aquél que ha vivido, el aguerrido héroe. Pero ser héroe no es sólo contar esta historia. Héroe es aquel que, contando la historia, olvida la historia… olvida al diablo… se olvida de sí mismo, de sí misma… por la oscuridad que fue necesaria para ver la luz.” Tom Spanbauer. “El hombre que se enamoró de la luna”
  • 4. Tesina AETG: “El terapeuta gestalt: herramientas para el psicodiagnóstico” Mariano Cruz Zamora 4 Dedicatoria Para ti, Alfonso. Por nuestro amor compartido.
  • 5. Tesina AETG: “El terapeuta gestalt: herramientas para el psicodiagnóstico” Mariano Cruz Zamora 5 Agradecimientos A Elena Revenga. Te agradezco tu acogida, dedicación y ánimos. Tu intuición, tu calidez y tu complicidad. Siento que tu presencia nutre mi vida y estimula mi curiosidad. A Juanjo Albert. Te agradezco tu voz y tu mirada. Tu sabiduría y tu inquietud me entusiasman. Me siento querido, escuchado y respetado por ti. Al IPETG. Por ser un espacio muy especial de referencia para mi formación y para mi vida. A mis compañeros de formación, con los que he compartido los años de crecimiento personal. A las personas que acompaño en el trabajo terapéutico. Por el regalo de confiarme su intimidad y poder compartir un trecho de nuestras vidas reencontrándonos con nuestra humanidad y nuestra divinidad. En especial a “Desiré”.
  • 6. Tesina AETG: “El terapeuta gestalt: herramientas para el psicodiagnóstico” Mariano Cruz Zamora 6 INDICE INTRODUCCION……………………………………………………………………………… 9 PARTE PRIMERA: TEORIA ENERGETICA……………………………………………… 12 1. EL IMPULSO (ENERGÍA VITAL). SUBIMPULSO TIERNO Y SUBIMPULSO AGRESIVO……………………….. 13 2. FORMACIÓN DEL CARÁCTER COMO CONFIGURACIÓN DEL IMPULSO EN LA RELACIÓN CON EL MEDIO. ………………………… 15 3. DESARROLLO DE LA DINAMICA ENERGETICA EN LAS ESTRUCTURAS CARACTERIALES………………………………………. 19 CARÁCTER ESQUIZOIDE (el niño odiado)……………………………. 19 ¿Qué le pasa al niño en esta fase del desarrollo?................................ 19 La madre y el padre………………………………………………….. 19 Gestión del Impulso y del sentimiento básico de confianza…………. 20 Expresión y Mecanismos de defensa corporales…………………….. 21 Dinámica emocional…………………………………………………. 22 CARÁCTER ORAL (el niño abandonado)………………………………. 22 ¿Qué le pasa al niño en esta fase del desarrollo?................................ 22 La madre y el padre………………………………………………….. 23 Gestión del Impulso y del sentimiento básico de confianza…………. 24 Expresión y Mecanismos de defensa corporales…………………….. 25 Dinámica emocional…………………………………………………. 26 CARÁCTER MASOQUISTA (el niño derrotado-humillado)……………. 27 ¿Qué le pasa al niño en esta fase del desarrollo?................................ 27 La madre y el padre………………………………………………….. 28 Gestión del Impulso y del sentimiento básico de confianza…………. 29 Expresión y Mecanismos de defensa corporales…………………….. 29 Dinámica emocional…………………………………………………. 30 CARÁCTER PSICOPATICO (el niño utilizado)………………………… 31 ¿Qué le pasa al niño en esta fase del desarrollo?................................ 31 La madre y el padre………………………………………………….. 31 Gestión del Impulso y del sentimiento básico de confianza…………. 32 Expresión y Mecanismos de defensa corporales…………………….. 33 Dinámica emocional…………………………………………………. 33
  • 7. Tesina AETG: “El terapeuta gestalt: herramientas para el psicodiagnóstico” Mariano Cruz Zamora 7 CARÁCTER RIGIDO (el niño rechazado)………………………………. 34 ¿Qué le pasa al niño en esta fase del desarrollo?............................... 34 La madre y el padre…………………………………………………. 35 Gestión del Impulso y del sentimiento básico de confianza…………. 35 Expresión y Mecanismos de defensa corporales…………………….. 36 Dinámica emocional…………………………………………………. 38 El carácter rígido histérico………………………………….. 39 El carácter rígido pasivo – femenino……………………….. 40 El carácter rígido fálico – narcisista obsesivo………………. 41 El carácter rígido fálico – narcisista compulsivo……………. 42 PARTE SEGUNDA: TEORIA AXIOLOGICA………………………………………………. 44 1. INTRODUCCIÓN ¿QUÉ ES LA AXIOLOGÍA FORMAL?.................................... 45 2. EL PERFIL DE VALORES HARTMAN………………………………………….. 49 Descripción del PVH……………………………………………………… 49 Parámetros que muestra el PVH………………………………………….. 50 MUNDO EXTERNO o Gran Extrínseco (“yo en el mundo”)………. 51 MUNDO INTERNO o Gran Intrínseco (“yo conmigo”)……………. 52 MUNDO SEXUAL o Gran Sistémico (manejo de la normativa y el impulso)…………………………………………………………. 52 Lectura del PVH………………………………………………………….. 53 3. FORMULAS AXIOLÓGICAS DE CADA CARÁCTER…………………………. 55 SI – CARÁCTER ESQUIZOIDE – Eneatipo 5…………………………… 59 ES – CARÁCTER ORAL – Eneatipo 4…………………………………… 60 II – CARÁCTER MASOQUISTA – Eneatipo 9………………………….. 61 SS – CARÁCTER PSICOPATICO – Eneatipo 6…………………………. 62 EE – CARÁCTER PSICOPATICO – Eneatipo 3…………………………. 63 EI – CARÁCTER RÍGIDO (Histérico) – Eneatipo 2……………………… 64 SE – CARÁCTER RÍGIDO (Pasivo – femenino) – Eneatipo 7…………… 65 IS – CARÁCTER RÍGIDO (Fálico – narcisista obsesivo) – Eneatipo 1…. 66 IE – CARÁCTER RÍGIDO (Fálico – narcisista compulsivo) – Eneatipo 8... 67 PARTE TERCERA: TEORIA GESTALTICA……………………………………………… 69 1. AQUÍ Y AHORA…………………………………………………………………. 72 2. EL DARSE CUENTA…………………………………………………………….. 75
  • 8. Tesina AETG: “El terapeuta gestalt: herramientas para el psicodiagnóstico” Mariano Cruz Zamora 8 3. CICLO DE NECESIDADES Y MECANISMOS NEUROTICOS………………. 77 Introyección……………………………………………………………… 80 Proyección……………………………………………………………….. 81 Confluencia……………………………………………………………… 82 Retroflexión……………………………………………………………… 83 4. POLARIDADES………………………………………………………………….. 84 Polaridad “Perro de arriba” – “Perro de abajo”…………………………. 86 Polaridad Interno – Externo……………………………………………... 87 Polaridad Masculino – Femenino……………………………………….. 88 PARTE CUARTA: EL PROCESO DE DESIRÉ……………………………………………. 90 1. APUNTES BIOGRAFICOS……………………………………………………… 91 2. CÓMO SE PRESENTA, DIAGNOSTICO QUE APORTA Y MOTIVACIÓN PARA LA TERAPIA………………………………………… 96 3. PRIMERAS OBSERVACIONES POR MI PARTE Y ENCUADRE……………. 99 4. LO QUE DICE EL HARTMAN………………………………………………….. 102 Hartman Externo………………………………………………………… 103 Hartman Interno…………………………………………………………. 104 Hartman Sexual………………………………………………………….. 105 Movimientos del proceso en el Hartman………………………………... 105 5. OBSERVACIONES DESDE LA TEORIA ENERGÉTICA…………………….. 107 La angustia expresada en síntomas clínicos…………………………….. 107 El relato de Desiré y la dinámica familiar en la estructuración del carácter rígido……………………………………... 109 La gestión del Impulso………………………………………………….. 111 o El subimpulso tierno……………………………………… 112 o El subimpulso agresivo…………………………………… 116 La sexualidad como defensa…………………………………………….. 118 6. EL PROCESO GESTÁLTICO: CÓMO VOY DESARROLLANDO MI TRABAJO……………………………… 121 La biografía………………………………………………………………. 121 Perfeccionismo y crítica: polaridad perro de arriba / perro de abajo…….. 122 Manejo de su agresión y hostilidad: contención y proyección…………… 125 La angustia ante su deseo………………………………………………… 126 La capacidad afectiva…………………………………………………….. 129 CONCLUSIONES………………………………………………………………………………. 134 BIBLIOGRAFÍA………………………………………………………………………………... 138
  • 9. Tesina AETG: “El terapeuta gestalt: herramientas para el psicodiagnóstico” Mariano Cruz Zamora 9 INTRODUCCION Cuando una persona llega a nuestra consulta, al igual que nosotros en su momento, lo hace por la vivencia de angustia, sufrimiento, insatisfacción, etc., que ha irrumpido en su existencia, como figura, de tal manera que siente la necesidad de pedir ayuda. Este momento de crisis desvela un conflicto ocurrido en el contacto de la persona consigo misma y con el mundo. La manera como hasta ahora ha funcionado (el carácter que ha forjado) deja de ser útil y nos vemos envueltos en el conflicto neurótico. Se produce la fricción entre el organismo y el medio en el que vive. “Sea cual sea el caso, cuando el sufrimiento emocional provoca un desajuste importante en el orden vital, es el momento en que las personas, en su mayor parte, acuden pidiendo ayuda psicoterapéutica.” 1 Es entonces cuando se produce el encuentro paciente – terapeuta. Mi interés, en este trabajo, es prestar atención especialmente al terapeuta, convertirlo en figura de nuestra atención. Como personas, en un momento de nuestra vida, experimentamos esta situación crítica de nuestra existencia desajustada; como pacientes, transitamos nuestro propio camino de conocimiento y crecimiento personal. Como terapeutas gestalt, además, vamos recorriendo itinerarios formativos que nos proporcionan y facilitan herramientas para nuestro trabajo. Desde la perspectiva gestáltica, consideramos que el terapeuta es la principal herramienta para el acompañamiento del proceso terapéutico. Estimo que esta herramienta que somos se va configurando a través de nuestra propia experiencia y de nuestra formación. Mi pretensión a la hora de plantearme preparar la Tesina para la AETG es realizar un trabajo de síntesis de la formación realizada como Terapeuta. Mostrar cómo, desde una 1 Elena Revenga, boletín IPETG año 2000-2001
  • 10. Tesina AETG: “El terapeuta gestalt: herramientas para el psicodiagnóstico” Mariano Cruz Zamora 10 perspectiva gestáltica, puedo integrar las aportaciones de dos herramientas significativas (la teoría energética y axiológica) para realizar un acompañamiento cualificado de la persona que viene a consulta. Como afirma Yontef “un diagnóstico preciso ayuda a una terapia humanista” 2 En el encuentro terapéutico no somos, como terapeutas, un papel en blanco. En el aquí y ahora de este encuentro desarrollamos nuestra escucha. Y es en el marco de esa escucha donde nosotros somos y estamos presentes y prestamos atención a otra persona que es y está presente. Siguiendo a Joen Fagan, “cuando el terapeuta entra en contacto con el sujeto que solicita su ayuda, cuenta con un cuerpo de teoría, con su experiencia previa y con una serie de reacciones personales y de tomas de conciencia que derivan de la interacción establecida y que tienen abundantes elementos afectivos e intuitivos.” 3 La tesis que planteo es que, como terapeutas gestalt, somos instrumentos y tenemos instrumentos para ofrecer a la persona que viene a consulta la mejor ayuda posible en el acompañamiento de su proceso vital. En la polaridad “diagnóstico sí” - “diagnóstico no”, enmarco mi posición entre aquellos que tratan de encontrar un enfoque de síntesis e integración, donde las herramientas diagnósticas están imbricadas en la actitud gestáltica de un encuentro terapéutico. En este sentido, y teniendo en cuenta mi experiencia, desarrollaré las aportaciones que la teoría energética y la teoría axiológica, integradas en el enfoque gestáltico, pueden ofrecer al trabajo del terapeuta como elementos para el psicodiagnóstico y seguimiento del proceso terapéutico. Con la teoría energética, podremos ir observando cual es la manera en que el paciente ha aprendido a gestionar el Impulso Unitario (con sus componentes tierno y agresivo) con el que venimos a este mundo. Cómo en el aprendizaje de esta gestión ha ido configurándose su carácter, su manera particular de relacionarse con el medio. 2 Yontef, G. (1995). Proceso y diálogo en psicoterapia gestáltica. Santiago de Chile: Cuatro Vientos. Pg. 364. 3 Fagan, J. y Lee Shepherd, I. (1970). Teoría y técnica de la psicoterapia gestáltica. Buenos Aires: Amorrortu. Pg. 94
  • 11. Tesina AETG: “El terapeuta gestalt: herramientas para el psicodiagnóstico” Mariano Cruz Zamora 11 Con la teoría axiológica, podremos ir observando su manera particular de valorar en las tres dimensiones que nos configuran y configuran nuestra realidad: la intrínseca, la extrínseca y la sistémica. A partir de la teoría de la axiología formal de Robert S. Hartman, el perfil de valores hartman nos proporciona un instrumento valioso sobre el presente de la persona y los desajustes que están condicionando su existencia. Si una de las notas de identidad de la Gestalt es desarrollar una actitud holística y fenomenológica para contemplar al ser humano, podemos reconocer que, en el apasionante oficio de la terapia, percibir las consonancias y disonancias en el cuerpo, la emoción y el pensamiento (del paciente y las nuestras propias) es una buena herramienta para nuestro trabajo. Con todos los terapeutas que he estado me ha llamado la atención de manera especial, cómo veían lo que veían, por qué señalaban lo que señalaban, a cuento de qué y en razón de qué se mostraban con esta u otra palabra, gesto, emoción, tono de voz, silencio. ¿Qué camino han recorrido cada uno de ellos? ¿Qué camino han recorrido los padres de la gestalt? Considero que dentro de ese camino vital, está su formación, las herramientas de trabajo, que forman un nudo inseparable en su ser persona y terapeutas.
  • 12. Tesina AETG: “El terapeuta gestalt: herramientas para el psicodiagnóstico” Mariano Cruz Zamora 12 PARTE PRIMERA: TEORIA ENERGETICA
  • 13. Tesina AETG: “El terapeuta gestalt: herramientas para el psicodiagnóstico” Mariano Cruz Zamora 13 1. EL IMPULSO (ENERGÍA VITAL). SUBIMPULSO TIERNO Y SUBIMPULSO AGRESIVO. Desde la teoría energética, partimos de la consideración de que el temperamento es la base energética que nos es dada en la concepción y con la que venimos al mundo. Esta energía es congénita, es decir, se configura por la conjunción de la parte hereditaria (dotación genética) y las experiencias intrauterinas y se irá asentando en la estructura corporal que, hereditariamente, distinga a cada persona. De tal forma que esta energía es potencial, desarrollándose psicológica, emocional y corporalmente sus cualidades y capacidades en el transcurso de nuestra vida. Seguimos a W. Reich al definir el temperamento como energía vital orientada a la Vida y que experimentamos como el impulso que conduce a todos los seres vivos hacia el placer y la satisfacción. “Todo análisis suficientemente profundo demuestra que la base de todas las reacciones no es la antítesis amor y odio, como tampoco la de eros e instinto de muerte, sino la oposición entre yo (“persona”; ello = placer del yo) y mundo exterior. De la unidad biofísica de la personalidad deriva en un comienzo un solo impulso: el de eliminar las tensiones internas, ya sea en la esfera del hambre, ya en la de la sexualidad. Ambas son imposibles sin un contacto con el mundo exterior. En consecuencia, el primer impulso de todo organismo vivo será establecer ese contacto con el mundo que le rodea.” 4 Lowen se refiere a esta energía redefiniendo el “Eros” de Freud. Es la única que poseemos y con la que nacemos a este mundo. Como organismos vivos, la energía que nos constituye nos dirige hacia la vida y el placer y se va recreando en la dinámica polar de tensión – relajación. Reich así lo propone al descubrir el mecanismo del masoquismo, no como la orientación hacia el thánatos de Freud, sino como proceso evitativo del placer5 4 Reich, W. (1997). Análisis del carácter. Barcelona: Paidós. Pg. 290. 5 Obra citada. Reich, W. (1997).Pg. 219 – 227.
  • 14. Tesina AETG: “El terapeuta gestalt: herramientas para el psicodiagnóstico” Mariano Cruz Zamora 14 Para una mejor comprensión, estructuramos de manera didáctica este Impulso Unitario de Vida en dos componentes fundamentales: el subimpulso tierno y el subimpulso agresivo. El subimpulso tierno: es el que nos proporciona el contacto amoroso con nosotros mismos y nos permite percibir las variaciones en la polaridad dinámica entre tensión-necesidad (displacer) y satisfacción-relajación (placer), dándonos acceso a la toma de conciencia de nuestras necesidades y, a través de ellas, con nosotros mismos. De naturaleza sensorial, según Lowen, permite el arraigo del narcisismo primario (el amor hacia uno mismo). De esta manera, y en razón de la conciencia omnipotente del bebé, se va asentando un contacto genuino de placer lo más parecido a la vivencia intrauterina si al detectar cualquier variación que indique una necesidad, se satisface. De lo contrario, lo que nos señalará el subimpulso tierno es una distorsión perceptiva de nosotros mismos. El subimpulso tierno tiene, por tanto, como misión primaria hacer posible que emerja este sentimiento en nosotros. El territorio donde se registra esta vivencia será el cuerpo y su óptimo asentamiento y desarrollo nos permitirá un contacto tierno con nosotros mismos y con los demás. El subimpulso tierno, por tanto, nos informa sobre nuestras necesidades básicas (hambre, sed,…) y sobre nuestras emociones (pena, autocompasión, alegría de ser, debilidad, dolor, afecto,…). El subimpulso agresivo: es la parte del impulso unitario que nos proporciona la capacidad de dirigirnos (naturaleza motora de Lowen) hacia lo que queremos para satisfacer las necesidades que el subimpulso tierno detectó. Es necesario que distingamos agresividad de violencia6 . La violencia es una manifestación hostil de la agresión. El subimpulso agresivo sería más bien el que nos da la posibilidad de movernos hacia la satisfacción de nuestras necesidades. El buen desarrollo y arraigamiento de este subimpulso hará que la persona sea capaz de satisfacer sus necesidades de manera autónoma; la distorsión en su asentamiento y su fluir manifestará tanto conductas de pasividad y sumisión como de rebeldía y violencia, 6 El vocablo agredir (derivado del latín aggrédi y éste de gradi, es decir, andar) significa dirigirse a; de la raíz gradi (caminar) se derivan palabras como ingresar, congreso, progresista (Joan Corominas, Breve diccionario etimológico de la lengua castellana, 3ª edición, Ed. Gredos) (Corominas, 1990; DRAE, 1996; Moliner, 1986; Zainqui, 1985).
  • 15. Tesina AETG: “El terapeuta gestalt: herramientas para el psicodiagnóstico” Mariano Cruz Zamora 15 siendo todas ellas indicadores de dependencia. Juanjo Albert7 , a quien sigo en esta exposición, considera como componentes hostiles del subimpulso agresivo: o El odio: cuya finalidad es la destrucción del objeto de deseo, que es, a su vez, origen de la frustración. o La rabia: cuya finalidad es apartar al sujeto de la frustración. o La ira: por la que se tiende a destruir lo que se interpone entre el deseo y el objeto de deseo. o La cólera: impulso destructivo indiscriminado dirigido contra el medio externo en general. Pues bien, lo que didácticamente queda expuesto como subimpulsos separados, en realidad concurren implicados entre sí, de manera que el subimpulso tierno tiene componentes agresivos y el subimpulso agresivo contiene componentes tiernos. Ambos, configurando un bucle dinámico de imbricación, convergen en el Impulso Unitario que nos impele hacia la vida. Así, sensorialmente, nos percibiremos con un sentimiento de confianza básico en la vida y en nosotros mismos. 2. FORMACIÓN DEL CARÁCTER COMO CONFIGURACIÓN DEL IMPULSO EN LA RELACIÓN CON EL MEDIO. Con el nacimiento, provistos con esta energía vital de ternura y agresión que se encarna en nuestro cuerpo, entramos en contacto con la realidad, que, por lo general, aporta mayor dosis de hostilidad y frustración que la vivencia intrauterina. A. Lowen lo expresa diciendo que “…el impulso es un desplazamiento de energía desde el centro a la superficie del organismo, donde afecta a la relación entre éste y el mundo exterior” 8 7 Albert Gutiérrez, J. J. Ternura y Agresividad. En imprenta. 8 Lowen, A. (1995). El lenguaje del cuerpo. Barcelona: Herder. Pg. 85.
  • 16. Tesina AETG: “El terapeuta gestalt: herramientas para el psicodiagnóstico” Mariano Cruz Zamora 16 Es en ese momento donde se inicia y desencadena el proceso de formación del carácter como modo particular de afrontar las frustraciones que la realidad (en todas sus expresiones) nos proporciona. “No importa cuál sea la forma del carácter, su función básica es construir una coraza contra los estímulos del mundo exterior y contra los impulsos internos reprimidos”9 La angustia, como expresión de la estasis energética, surge cuando una perturbación obstaculiza la alternancia entre relajación y tensión, es decir, cuando se interrumpe o dificulta el libre flujo del instinto, tanto en lo referente a la satisfacción de las necesidades como en la obtención de relajación y placer. Es en ese momento donde va a comenzar la tarea de gestión (conteniendo o dejando fluir) de nuestro impulso. Y en este proceso de gestión ocurrirán los ajustes y desajustes que, con el desarrollo, irán tornándose en distorsiones corporales, emocionales y cognitivas que darán lugar a cada estructura caracterológica. Esta reorganización del impulso original que configura el carácter va a cumplir una función defensiva de los intolerables efectos internos (pulsiones, sensaciones, sentimientos y emociones) de la frustración. La frustración, al principio, procede del mundo externo y, más tarde, también del interno. Pero la contención del impulso la realiza siempre el propio impulso unitario que pierde, de esta manera, su natural discurrir. Reich lo expresa así: “la presión del mundo exterior produce en la persona una escisión, una disociación del impulso unitario; así resulta posible que un impulso se vuelva contra otro o incluso que el mismo impulso se divida en dos tendencias, una de las cuales continúa esforzándose hacia el mundo mientras la otra se vuelve contra el individuo mismo”10 En nuestro desarrollo psicoemocional, esta dinámica de expresión o contención del impulso, se va desplegando en torno a cinco antítesis: 9 Obra citada. Reich, W. (1997) Pg. 201. 10 Obra citada. Reich, W. (1997) Pg. 313.
  • 17. Tesina AETG: “El terapeuta gestalt: herramientas para el psicodiagnóstico” Mariano Cruz Zamora 17 - Primera antítesis: entre yo (expreso mi impulso) y el mundo externo (contengo mi impulso para satisfacer al mundo). - Segunda antítesis: entre el amor a mí (expreso mi amor a mí: narcisismo primario) y el amor del otro (contengo el amor a mí para conseguir el amor del otro: narcisismo secundario). - Tercera antítesis: entre la sexualidad (expreso mi energía creativa) y la angustia (contengo mi energía creativa). - Cuarta antítesis: entre la destrucción (expreso los componentes del impulso agresivo) y la angustia (contengo mi impulso agresivo). - Quinta antítesis: entre ética (yo elaboro la gestión de mi impulso) y moral (me sujeto a la elaboración de otros). En torno a estas antítesis se produce la “escisión del impulso unitario” que, en términos reichianos, es el proceso defensivo que vamos desarrollando en base al principio de economía energética. Biológica y energéticamente, este proceso de escisión y cambio de dirección del impulso ocurre, en primer lugar, en la musculatura (contracturas, bloqueos, tensiones) cumpliendo una función de defensa. Posteriormente será sustentado por los mecanismos de defensa psicoemocionales. Así, en cada carácter observaremos una típica morfología corporal. La energía que, por desviación, utilizamos para contener nuestros impulsos, la restamos de la expresión y del contacto genuino con nosotros mismos y con los demás. De esta manera, nos convertimos en nuestro propio enemigo, frustramos nuestro desarrollo sano, aunque la frustración venga de fuera, para protegernos de la angustia o displacer del desequilibrio emocional. Los mecanismos de defensa nos posibilitan neutralizar y contener esa angustia. Dice Juanjo Albert: “la pérdida de Confianza en la Vida y en nosotros mismos es la base sobre la que se desarrollan las distorsiones perceptivas, sensoriales, emocionales e intelectuales del
  • 18. Tesina AETG: “El terapeuta gestalt: herramientas para el psicodiagnóstico” Mariano Cruz Zamora 18 carácter (o de la neurosis, tanto da), y que éste sólo nos proporciona una fantasía de seguridad con la que suplir la pérdida de confianza. Y ayuda más conocer que la pérdida de confianza además de ser el origen es, también, un artefacto del desarrollo del carácter, una vivencia distorsionada y reactiva a nuestra dolorosa realidad infantil, una fantasía más en definitiva que refuerza neuróticamente la estructura defensiva caracterial. No hay nada que nos atemorice más que las fantasías de abandono, falta de apoyo y soledad, y el carácter viene a tapar estos “agujeros” por los que alguna vez en nuestras vidas tuvimos que pasar y quedamos maltrechos”11 Los dos componentes del Impulso Unitario (ternura y agresión) son, pues, de la misma naturaleza aunque cumplen funciones distintas en aras del mismo y único objetivo: preservar la vida y gozar. Si esta energía original, en sus dos componentes, se moviliza de manera que por el subimpulso tierno contactamos con nuestra necesidad y por el subimpulso agresivo vehiculizamos la expresión de la misma, conseguimos la satisfacción. Si por el contrario, esta dinámica energética es contenida como consecuencia de la escisión del impulso y de la desviación del mismo (bien por autoinhibición de la ternura o de la agresión o de una sobre la otra) entonces ocurrirá el estancamiento de la misma y única energía; estancamiento que asentará las condiciones para la vivencia de la ansiedad o la angustia (según el grado de constricción). Y es entonces cuando las estructuras caracteriales adquieren su función defensiva. Lowen ilustra con un ejemplo sencillo la dinámica de estos dos componentes del Impulso Unitario: “en la acción de extender los brazos hacia otra persona… las características del movimiento están determinadas por la proporción entre ambos elementos…, si predomina el componente tierno, el gesto resultante es un abrazo. Sin embargo, si es más poderoso el elemento agresivo, la acción representa una amenaza de fuerza… en la neurosis, la proporción entre ambos impulsos instintivos tiende a quedar fijada dentro de unos estrechos límites independientemente de la situación. La proporción es característica de cada trastorno del carácter.”12 11 Obra citada. Albert Gutiérrez, J. J. 12 Obra citada. Lowen, A. (1995). Pg. 97.
  • 19. Tesina AETG: “El terapeuta gestalt: herramientas para el psicodiagnóstico” Mariano Cruz Zamora 19 3. DESARROLLO DE LA DINAMICA ENERGETICA EN LAS ESTRUCTURAS CARACTERIALES CARÁCTER ESQUIZOIDE (el niño odiado) ¿Qué le pasa al niño en esta fase del desarrollo? Nos encontramos en los tres primeros meses tras el nacimiento, en la fase que Juanjo Albert denomina pre-oral13 . Esta denominación queda justificada porque los tres primeros meses es el momento de los movimientos reflejos (guiados por el instinto de conservación, no surgiendo aún la conciencia de placer) mediante los cuales el bebé inicia su proceso de acomodación y adaptación para la supervivencia. La maduración nerviosa y muscular es insuficiente y el amplio espectro que abarca el desarrollo perceptivo se encuentra muy limitado para experimentarse como diferente en la relación con el nuevo medio. Con los condicionantes propios de la inmadurez biológica, el bucle percepción – acción que desencadena el desarrollo cognitivo y psicológico (constructivismo de Piaget) aún no se ha instaurado, de manera que el recién nacido no tiene todavía la capacidad de percibirse de manera diferenciada de su entorno. Más bien al contrario, el bebé se intuye, sensitiva y sensorialmente existente, como único ser inmerso en un mar de nuevos estímulos y perturbaciones de los que se siente generador y agente en su satisfacción al mismo tiempo. La madre y el padre En el momento del nacimiento (y quizás también durante el embarazo) la madre, por la razón que sea, tiene congelada su capacidad para el contacto tierno. Emocionalmente está anclada en el odio y este es el único afecto del que dispone para relacionarse con el recién nacido.14 Por tanto, la instauración del contacto materno se realiza desde esta carencia afectiva que más tarde, y motivado por los sentimientos de culpa, se intentará reparar a través de 13 Obra citada. Albert Gutiérrez, J. J. 14 Obra citada. Lowen, A. (1995). Pg. 381 y ss.
  • 20. Tesina AETG: “El terapeuta gestalt: herramientas para el psicodiagnóstico” Mariano Cruz Zamora 20 una relación acaparadora y absorbente sobre el niño. De tal manera que se dificultará el establecimiento de una relación paterna adecuada, capaz de promover una articulación fluida en el manejo de los límites y la acción en el mundo. Gestión del Impulso y del sentimiento básico de confianza Por su extrema y exquisita percepción sensorial omnipotente, el bebé procesará su experiencia como autogenerada y autosatisfecha. En el establecimiento del vínculo15 entre la madre y el hijo, éste ocupa el lugar del “objeto de la madre”, siendo, por las características de la vivencia materna, un objeto “odiado” sobre el que vuelca su atención. De tal manera que cada vez que el niño experimenta el contacto con la necesidad (displacer) y con la expresión de la misma, lo que registra de manera simultánea es un displacer aún mayor: la pulsión de la necesidad y su expresión va acompañada, sensitiva y sensorialmente, de un sentimiento amenazante para su existencia (es capaz de registrar sensitivamente como propios el displacer de la tensión de su necesidad y el displacer energético del estado emocional de odio u hostilidad con el que se le acerca la madre) provocándole una paralización en el miedo, terror o pánico. Necesidad (el displacer que irrumpe en su estado de placidez) significa, a la par, existencia amenazada. Por esta razón, el niño necesita escindirse del contacto con su necesidad. En su omnipotencia sensitiva, donde no existe aún conciencia de diferenciación del mundo externo, el Impulso de Vida queda sometido a una percepción paradójica: subimpulso tierno frente a subimpulso agresivo, modificando éste su función en antitética de aquel. El subimpulso tierno ha de bloquearse, en parte, para tratar de dar cuenta lo menos posible, en primer lugar, de la pulsión de la necesidad (registrada como displacentera) y, más tarde en el tiempo, de las emociones, sentimientos y deseos. El subimpulso agresivo, en parte, también ha de bloquearse puesto que si da cauce a la expresión lo que emerge es la percepción sensorial del odio materno. Así invierte, en 15 Bowlby, J. (1993). El vínculo afectivo. Barcelona: Paidós.
  • 21. Tesina AETG: “El terapeuta gestalt: herramientas para el psicodiagnóstico” Mariano Cruz Zamora 21 parte, su dirección y función: de guiar la expresión de la necesidad pasa a contenerla y a bloquear al subimpulso tierno, de manera que la información sensorial perceptiva que éste aporta quede inhibida (la necesidad es procesada sensorialmente como peligrosa para la existencia). Esta inhibición energética de los componentes tierno y agresivo del Impulso de Vida, registrada sensorialmente como displacer, es procesada como angustia. El resto de energía que queda libre definirá la cualidad precaria de los subimpulso tierno y agresivo, quedando disociados el uno del otro. La ternura queda encapsulada sin componentes agresivos que le den cauce, provocando temor e indefensión y la agresión se desliga de los componentes tiernos, convirtiéndose la acción en el mundo en fría y distante. Se establece, así, la fijación nuclear de este carácter. De esta manera, en la ruptura de la armonía entre la ternura (percepción de sí) y la agresividad (expresión de sí), el bebé experimentará una carencia importante en el arraigamiento del Sentimiento básico de Seguridad en la existencia. Expresión y Mecanismos de defensa corporales Ante la angustia generada por la escisión particular del Impulso de Vida en este carácter, desde el punto de vista energético corporal, la persona con una fuerte fijación en esta etapa evolutiva, elabora el mecanismo de defensa de la compartimentalización del propio organismo, escindiendo la percepción sensorial de las necesidades, de los sentimientos y, ambos, de los procesos racionales. Esta compartimentalización ejerce su función defensiva al dificultar que las percepciones sensoriales vayan acompañadas de sus componentes emocionales y sensitivos, consiguiendo que las ideas y pensamientos estén suficientemente distanciados de los sentimientos. La compartimentalización corporal y energética se origina y se mantiene principalmente a través de fuertes bloqueos de hipertensión en la musculatura en general, en las articulaciones y especialmente en los segmentos ocular, cervical y diafragmático (bloqueado en expiración).
  • 22. Tesina AETG: “El terapeuta gestalt: herramientas para el psicodiagnóstico” Mariano Cruz Zamora 22 Dinámica emocional Desde el punto de vista psicodinámico, la estructura de personalidad de este carácter es obsesiva. Por la dinámica energética descrita, la persona fijada en este carácter, cuando comienza a contactar con un sentimiento tierno hacia sí mismo o hacia el otro, detecta a la vez, de manera inconsciente, la inquietud de la amenaza. La sensación es que si expresa ternura, expresa al mismo tiempo la hostilidad hacia sí mismo y hacia el otro. Esta es la razón de la tendencia hacia el desapego emocional de las personas y las cosas. Al mismo tiempo, buscará la incondicionalidad en las relaciones afectivas (como reacción a su dificultad de autodefensa por la precariedad del subimpulso agresivo), de una parte, y, de otra, tendrá una gran dificultad para entregarse. Como mecanismos psicoemocionales emergen, equivalentes a la compartimentalización corporal, la escisión y la intelectualización. CARÁCTER ORAL (el niño abandonado) ¿Qué le pasa al niño en esta fase del desarrollo? La etapa oral del desarrollo abarca desde los 3 hasta los 18 meses, aproximadamente. El desarrollo biológico sigue su curso y poco a poco, la maduración corporal propiciará nuevas posibilidades de percepción de sí y del mundo. Durante el primer año de vida el desarrollo neurológico y muscular sentarán las bases del desarrollo sensorial, perceptivo y motriz, de manera que, con estas nuevas herramientas, el niño estará en condiciones de establecer su diferenciación con el mundo exterior y progresar en su aprendizaje a través de la acción. En este proceso de desarrollo tendrán especial relevancia, en primer lugar, el incremento de la percepción sensorial alrededor de la zona oral, acaparando su atención las experiencias que giren alrededor de la misma. En segundo lugar, alrededor de los 6 meses, comenzará a tomar conciencia de la diferenciación entre sí mismo y el resto de seres y objetos; en este sentido, empezará a cobrar un significado diferente para él las
  • 23. Tesina AETG: “El terapeuta gestalt: herramientas para el psicodiagnóstico” Mariano Cruz Zamora 23 experiencias de frustración, de manera que de sentirse el centro del universo (origen y fin de todo) pasará a sentirse como ser dependiente de otros, en especial de la madre. En tercer lugar, la experiencia emocional y cognitiva irá abriéndose paso y, con el desarrollo incipiente del lenguaje, podrá procesar sus vivencias y comunicarlas, sentándose las bases para una conciencia de sí como ser en relación. Por último, su curiosidad y afán exploratorio irán ampliándose en la medida en que se lo permita su desarrollo motriz; de las acciones centradas en la boca y las manos irá transitando, sobre los 12 meses, hacia las enormes posibilidades que le brindarán el gateo y el caminar sobre sus pies. En su despertar al mundo, el niño en esta etapa se vivirá en un presente permanente donde, en la dinámica displacer – placer, irá entrando en escena el principio de realidad16 con sus consecuentes frustraciones. La inmediatez voraz que caracteriza al niño en esta etapa habrá de ir incorporando la tolerancia a la demora en la satisfacción, de manera lo más saludable posible. La madre y el padre Ante el progresivo desarrollo del niño en su propia percepción y en su incesante capacidad exploratoria, la madre, o quien ejerce su función, pasa a ser vivenciada como el objeto del que procede la satisfacción de las demandas (primero sensoriales y más tarde emocionales) y, por tanto, la figura de la que depende totalmente. En este período, el niño aún no tiene desarrollada su capacidad afectiva, sino que se guía por sus necesidades básicas. En la génesis de la fijación de este carácter la relación de la madre hacia él se va a caracterizar por un contacto más formal que afectivo que, generalmente, estará representado por objetos sustitutorios y amenazas de retirada amorosa. En este sentido, si la madre ejerce una frustración desmedida sobre el niño, favorecerá la fijación caracterial en esta etapa. Esta frustración desmedida podrá ocurrir por la demora excesiva en la satisfacción de las demandas y/o por la falta de contacto y nutrición amorosos suficientes para el niño. En este hecho, vivido de manera reiterada, el niño experimentará a su madre como figura hostil, en tanto que, dependiendo de ella, 16 Obra citada. Lowen, A. (1995). Pg. 69 – 83.
  • 24. Tesina AETG: “El terapeuta gestalt: herramientas para el psicodiagnóstico” Mariano Cruz Zamora 24 no proporciona la seguridad y satisfacción que él necesita y demanda. Así ocurrirá que el niño desarrolle la fijación en el anhelo, sustituyendo la satisfacción de las necesidades (y luego de los deseos) por la permanencia en el anhelo o insatisfacción. Lowen lo expresa de esta manera: “El carácter oral se desarrolla cuando el anhelo de la madre es reprimido antes de que el niño haya satisfecho las necesidades orales. Esto da lugar a un conflicto inconsciente entre la necesidad por una parte y el temor a la decepción por otra” 17 Con su modalidad de contacto, la madre irá favoreciendo el desarrollo de la identidad de ser en el niño bien cimentada sobre la seguridad (arraigamiento del narcisismo primario) o, como en el caso del carácter oral, sobre la carencia (desencadenante de la tendencia depresiva de la fijación oral). Gestión del Impulso y del sentimiento básico de confianza Por el momento evolutivo que vive el niño, toda su disposición energética en la etapa oral está en función de la demanda de satisfacción. En este sentido, juega un papel significante la dificultad para reconocer la demora en la satisfacción, la idea del “después”, como parte del principio de realidad. La tardanza en la respuesta a sus demandas (y más aún la ausencia de satisfacción) es procesada como amenazante para su vida. La dinámica deformada del Impulso Unitario en el bebé que atraviesa esta etapa y queda fijado en ella es: mediante el subimpulso tierno, percibe sus necesidades (más adelante sus emociones y deseos) y a través del subimpulso agresivo expresa y busca la satisfacción. En ese momento ocurre una frustración intolerable (por demora excesiva o por carencia) de parte de la función materna. Así, la percepción del subimpulso tierno queda distorsionada (la necesidad se percibe como displacer) afectando la percepción de la identidad de ser y parte de su energía ha de contener esta percepción distorsionada de sí. Por su parte, el subimpulso agresivo que conduce la expresión de la demanda (por la frustración mencionada) no logra la satisfacción y su energía original se transformará en 17 Obra citada. Lowen, A. (1995). Pg. 194.
  • 25. Tesina AETG: “El terapeuta gestalt: herramientas para el psicodiagnóstico” Mariano Cruz Zamora 25 agresión hostil. En un primer momento, esta hostilidad la dirige contra sí mismo; más tarde, contra el objeto que representa la frustración (la madre y, por extensión, el mundo). Pero esto hará aumentar la angustia ocasionada por el deterioro de insatisfacción, por la contradicción que surge al querer eliminar a la madre que es, al mismo tiempo, la fuente de satisfacción y de frustración. Ante el peligro de un abandono o carencia aún mayor, la dirección del Impulso de Vida original se encaminará a objetos sustitutorios, perpetuando la vivencia de insatisfacción y carencia convirtiéndose ésta en nota identificatoria de su identidad de ser. El desarrollo y arraigamiento saludable del subimpulso tierno va a depender, por tanto, de la vivencia del bebé de sentir satisfechas las necesidades con las que contacta. El desarrollo y arraigamiento saludable del subimpulso agresivo va a depender de su capacidad para satisfacer su necesidad, condicionada por la intensidad de la frustración (por demora intolerable o por carencia) ante las demandas expresadas. Si no es así, como expresa Juanjo Albert “pedir agresiva y directamente no conduce a la satisfacción de la necesidad, al menos no antes del agotamiento, de la depresión, y sí al aumento del displacer” 18 Como resultado de esta dinámica energética el niño pasará a las siguientes etapas evolutivas con un deficiente arraigamiento del Sentimiento Básico de Seguridad en sí mismo y en el entorno inmediato. Expresión y Mecanismos de defensa corporales Podemos deducir, pues, que, corporalmente, el carácter oral es un tipo de estructura defensiva desenergetizada, fundamentalmente porque no ha habido suficiente posibilidad de contacto tierno consigo mismo. La energía básica no se ha podido arraigar al percibirse, de manera distorsionada, como fuente de displacer y angustia. Y la energía del impulso agresivo está inmovilizada, conteniendo sus componentes hostiles y fijando parte de la energía del impulso tierno. Así pues, dispone de poca energía libre, tierna y agresiva, para atenderse a sí mismo. 18 Obra citada. Albert Gutiérrez, J. J.
  • 26. Tesina AETG: “El terapeuta gestalt: herramientas para el psicodiagnóstico” Mariano Cruz Zamora 26 El carácter oral se defiende, pues, de la percepción de la excitación energética (percibida en gran parte como sensación de angustia) a través de una sobrerelajación muscular que actúa como filtro para las propias percepciones sensoriales. La hipotonía muscular cumple así una función defensiva vital: la sobrevivencia. En ella se expresa la contención de los impulsos tierno y agresivo. Si no fuera así, la demanda permanente le llevaría a la muerte por desgaste. Dinámica emocional Desde el punto de vista psicodinámico, la estructura de personalidad de este carácter es histérica. Dadas las características del contacto materno apuntadas y siendo el impulso tierno el que posibilita la percepción y el contacto amoroso consigo mismo, la persona de carácter oral, al identificarse él como generador de malestar, se rechaza y rechaza todo lo que proceda de él. La devaluación de sí mismo irá instaurándose como seña de identidad. Por eso queda en una situación de profunda carencia y de dependencia permanente del exterior. El niño oral se vive, fundamentalmente, rodeado de frustraciones, con un contacto tierno disminuido y con poca capacidad energética para conseguir lo que necesita. La angustia derivada por la dinámica energética descrita necesita ser contenida emocionalmente por el desarrollo del mecanismo de la introyección. Juanjo Albert lo explica de esta manera: “Los estados displacenteros, que en principio los percibe como suyos y procedentes de él, más tarde comenzará a relacionarlos con la madre, inicialmente también como parte de sí mismo; por ello, el único recurso es la introyección total de la “madre hostil”. Hostil simplemente por cuanto que no proporciona la seguridad y la satisfacción que el niño necesita, por más que no queda excluida la posibilidad de auténtica agresión hostil de la madre hacia el niño, consciente o no. La introyección de la “madre buena” vendrá condicionada por la posibilidad que haya tenido de contactar y arraigar sus propios impulsos tiernos. A medida que su aparato psíquico se
  • 27. Tesina AETG: “El terapeuta gestalt: herramientas para el psicodiagnóstico” Mariano Cruz Zamora 27 vaya desarrollando, y pueda ir diferenciándose de la madre, estos impulsos hostiles y tiernos en principio centrípetos, los irá dirigiendo hacia ella, condicionado también por la disponibilidad que la madre tenga para recibirlos, completándose así el mecanismo de introyección.”19 La consecuencia emocional de esta dinámica queda reflejada en la paradoja de que, aunque él se siente necesitado, simultáneamente (por las deficiencias en el arraigamiento del subimpulso tierno) se vive como no merecedor de satisfacción. Esto le conducirá a establecer un modo de relación con los demás y con el mundo en el que sus demandas, impregnadas por impulsos hostiles, se transformen en exigencias. Por el déficit de contacto tierno con el que crece, le será difícil experimentar satisfacción e irá surgiendo poco a poco la estrategia pasional de comparación y envidia en sus relaciones, con lo que se irá instaurando el sufrimiento intenso (como idea perversa con que disfrazar su pasión) y recreando la hostilidad y rencor hacia el mundo. CARÁCTER MASOQUISTA (el niño derrotado-humillado) ¿Qué le pasa al niño en esta fase del desarrollo? Continuando con su proceso evolutivo, el niño atraviesa la fase anal del desarrollo, que situaremos entre el año y medio y los dos años y medio aproximadamente. La percepción sensitiva, por la maduración neuromuscular, se amplía y el niño comienza a descubrir las sensaciones que le proporciona la zona genital y anal; aunque aún no es capaz de contener y controlar (lo conseguirá, generalmente, al final de esta etapa), sí registra el displacer de la vejiga y el recto llenos y el placer cuando se vacían, de manera que la polaridad necesidad – satisfacción se centra en la información que le llega de esta zona del cuerpo. Por otro lado, en esta edad cobra especial relevancia los niveles alcanzados en el desarrollo sensoriopsicomotor, que le proporcionan mayor seguridad y capacidad de acción exploratoria y transformadora sobre el medio, desde el nuevo esquema corporal de bipedestación. Este crecimiento en la experiencia le proporciona un buen cimiento para el desarrollo emocional, cognitivo y comunicativo, 19 Obra citada. Albert Gutiérrez, J. J.
  • 28. Tesina AETG: “El terapeuta gestalt: herramientas para el psicodiagnóstico” Mariano Cruz Zamora 28 de manera que comienza a ser capaz de comprender los sentimientos y mensajes del otro y a expresar los propios. El desarrollo incipiente del lenguaje y la construcción de significados en la relación interpersonal hacen germinar los primeros niveles de socialización y, con ella, el proceso de incorporación de las normas morales de convivencia. En este nuevo contexto ocurre un importante progreso psicoemocional: acontecen las primeras experiencias de conflicto entre sus necesidades y los deseos de los demás, originándose la disyuntiva entre vinculación fusional (especialmente con la madre) y autonomía. La madre y el padre La formación del carácter masoquista en el niño sucede por la frustración reiterada del natural proceso de individuación ejercida por una madre sobreprotectora y asfixiante. Ocupada y preocupada (indicadores de su angustia personal), establece con el niño un vínculo, aparentemente amoroso, donde con actitudes humillantes reprimirá las necesidades y deseos infantiles, condicionando su amor a la obediencia y sumisión a los suyos propios. Lowen lo expresa diciendo: “Lo que se reprime es la creciente independencia del joven organismo, el yo en formación. La represión no adopta la forma de una hostilidad abierta, sino que suele actuar bajo el disfraz de un desvelo, una protección y una preocupación excesivos. Finalmente, se logra la sumisión y el masoquista se convierte en un buen chico” 20 La coacción que ejerce la madre (descalificando, negando o humillando) sobre el niño en plena expansión de su desarrollo sensoriopsicomotor, unida a la pasividad de la figura paterna, favorecerá la distorsión infantil donde la satisfacción de sus necesidades queda relegada con el fin de satisfacer las de la madre. 20 Obra citada. Lowen, A. (1995). Pg. 222.
  • 29. Tesina AETG: “El terapeuta gestalt: herramientas para el psicodiagnóstico” Mariano Cruz Zamora 29 Gestión del Impulso y del sentimiento básico de confianza En el carácter masoquista se produce un bloqueo en la natural dirección del Impulso Unitario hacia la obtención del placer. El componente tierno queda distorsionado al procesarse como displacenteras las necesidades propias ya que a lo que se ve forzado el niño es a satisfacer las de la madre, renunciando a las suyas. De manera que, por el displacer al que le conduce, el niño siente como necesario alienarse del contacto amoroso consigo mismo para poder obtener el aprecio de la madre y evitar el displacer de su reprobación. El subimpulso agresivo queda bloqueado en su función expresiva, transformándose en antitético de sí mismo. Ante la coacción materna sobre lo que el niño reclama en su autoafirmación natural, la reacción espontánea es de rabia, como defensa limitadora de la invasión de la madre. En el masoquista, esta expresión del componente agresivo es la que se dirige hacia sí mismo, como defensa autocontenedora, por la sensación (primero real y más tarde fantaseada) del advenimiento de un peligro y displacer aún mayor. Por tanto, y en razón de la economía energética, el niño masoquista aprenderá que es más rentable olvidarse de sí y contener su rabia y deseos de afirmación, distorsionándose el ciclo tensión – satisfacción – relajación. “el carácter masoquista se estructura sobre la disfunción básica de un insuficiente desarrollo y un arraigamiento distorsionado del sentimiento de seguridad básico en la individualización para la autonomía de ser y para procurarse activamente satisfacción a sus necesidades y, posteriormente, a sus deseos.” 21 Expresión y Mecanismos de defensa corporales La dinámica energética descrita explica el estado displacentero de tensión permanente en que se vive el carácter masoquista, resultando como mecanismo de defensa corporal la contención energética, que explica el excesivo y contenido desarrollo muscular. 21 Obra citada. Albert Gutiérrez, J. J.
  • 30. Tesina AETG: “El terapeuta gestalt: herramientas para el psicodiagnóstico” Mariano Cruz Zamora 30 Es un carácter muy cargado energéticamente, pero bloqueado y contenido en el tronco, a través de bloqueos en el cuello, hombros, diafragma y parte posterior de la zona pélvica, percibiéndose con una gran presión interna. La configuración de la coraza muscular cumple la función de contener la expresión y satisfacción de los impulsos, en especial del agresivo. Dinámica emocional La estructura psicodinámica del carácter masoquista es obsesiva. Al igual que ocurre con el carácter oral, en numerosas ocasiones encontramos rasgos del carácter masoquista, como elementos defensivos, en otras estructuras caracteriales. La dinámica emocional del masoquista está dirigida a conseguir la aceptación y protección amorosa, a cambio de renunciar a su afirmación y autonomía. Recordemos que en el momento evolutivo del niño en que nos encontramos, se inicia la apertura a la comprensión emocional y cognitiva de los afectos en su contexto relacional. La renuncia a sí mismo y el sometimiento a los deseos del otro instauran el mecanismo de defensa psicoemocional de la confluencia (sobre todo con la madre), a través del cual la percepción de su identidad queda suplantada por la identidad del otro. Este vivir vicario permite la sensación de insatisfacción permanente que favorecerá la resignación, la pérdida del entusiasmo vital y la disociación de sí. La única vía posible para la expresión de esta insatisfacción es la queja, a través de la cual encauzará, sin sentirse amenazado, su agresión hacia el mundo y hacia los demás. “Este es el núcleo del carácter masoquista: llega a separarse tanto de sí mismo que se pierde de sus necesidades y deseos auténticos, no para frustrarse sino para evitar una frustración mayor, aunque ésta, en el adulto, sea sólo una fantasía inconsciente
  • 31. Tesina AETG: “El terapeuta gestalt: herramientas para el psicodiagnóstico” Mariano Cruz Zamora 31 elaborada a partir de las vivencias originales cuya impronta ha quedado impresa sensorial y sensitivamente”.22 CARÁCTER PSICOPATICO (el niño utilizado) ¿Qué le pasa al niño en esta fase del desarrollo? El carácter psicopático se fija en la fase fálica del desarrollo, entre los dos años y medio y tres años. Por la maduración del sistema nervioso periférico, el niño comienza a percibir sensaciones en la zona genital que se convertirá, de este modo, en su centro de atención. Al igual que anteriormente encontraba la sensación de placer en las zonas de la boca o el ano, ahora lo encontrará en la exploración de sus genitales. De manera simultánea a este nuevo campo de autoexploración, el niño va adquiriendo mayores capacidades para el contacto y la exploración con el entorno y los demás. La exploración de sí y la exploración del mundo se convierten en necesidad y deseo básico para él. Su desarrollo locomotor y cognitivo son aliados en su creciente curiosidad por todo lo que le rodea, de manera que la acción en su medio retroalimenta sus capacidades cognitivas. Su capacidad comunicativa, con el desarrollo del lenguaje, le permitirá adentrarse en el territorio de los significados, las normas, los valores. La madre y el padre Este universo de nuevos descubrimientos y capacidades le permiten los primeros avances en el distanciamiento de la madre y la entrada en su escena vital de la figura del padre. Si hasta ahora, lo fundamental ha sido el arraigamiento de un buen contacto consigo mismo y de su identidad de ser a través del subimpulso tierno (función materna), en este momento, el desarrollo del subimpulso agresivo (función paterna) le va a posibilitar el afianzamiento adecuado de estrategias válidas en su salida hacia el mundo. Con este nuevo escenario triangular, el niño inicia su entrada en el conflicto edípico. 22 Obra citada. Albert Gutiérrez, J. J.
  • 32. Tesina AETG: “El terapeuta gestalt: herramientas para el psicodiagnóstico” Mariano Cruz Zamora 32 Siendo así las cosas, lo que ocurre para que se produzca una fijación en esta etapa y se genere el carácter psicopático es que uno de los padres (generalmente el de sexo opuesto), en lugar de acompañar el proceso natural del niño en su “ser en el mundo”, lo utiliza para satisfacer sus intereses narcisistas a través de la seducción y el chantaje emocional. De esta manera, el niño se va a sentir coaccionado (mediante el engaño y la trampa) para ponerse en contra de sus propios deseos y logros, de forma que su proyección en el mundo no responda a sus deseos genuinos sino a los del padre seductor. Será amado y reconocido si renuncia a sí mismo a favor de la satisfacción narcisista del padre en cuestión. Gestión del Impulso y del sentimiento básico de confianza Por la dinámica descrita, para la fijación del carácter psicopático lo que se produce a nivel energético es que el subimpulso tierno (que a esta edad no solo permite el contacto con las necesidades, sino también con los deseos) queda inhibido. Lo que el niño percibe como su genuino deseo queda contenido por su propio subimpulso tierno, como antitético de sí mismo. La distorsión que produce esta inhibición es que, progresivamente se va olvidando del contacto tierno consigo mismo (la ternura es procesada como debilidad) a la vez que se especializa en detectar las necesidades y deseos del otro. De otro lado, el subimpulso agresivo se encuentra liberado en su función de conseguir la satisfacción, pero no de lo que él quiere y necesita (el contacto consigo está inhibido), sino de lo que quiere el progenitor manipulador. De manera que en su proyección en el mundo (dirigida por el subimpulso agresivo) el niño se ve impelido a renunciar al contacto tierno consigo, sustituyendo este por la satisfacción narcisista del progenitor seductor. La dinámica natural del Impulso de Vida queda así condicionada, desarrollándose una autopercepción de inseguridad en la expresión de ser en el mundo dañándose el sentimiento básico de seguridad en la socialización.
  • 33. Tesina AETG: “El terapeuta gestalt: herramientas para el psicodiagnóstico” Mariano Cruz Zamora 33 Expresión y Mecanismos de defensa corporales En el carácter psicopático observamos un desplazamiento de la energía hacia la parte superior del cuerpo y una menor carga en la parte inferior, produciéndose una desproporción entre las dos zonas que dificultará el arraigamiento. Hay tensiones en la zona ocular y en la nuca que revelan la necesidad de control de este carácter. Otra tensión importante es en la zona del diafragma, que está bloqueado en inspiración forzada. En la parte inferior del cuerpo, la tensión más característica la encontramos en las rodillas y corvas. Los bloqueos por tensión en las zonas señaladas son los que permiten a este carácter la separación entre los sentimientos, las emociones y las necesidades, convirtiéndose así en mecanismos de defensa corporales que permiten el control y la acción para responder ante el otro (carácter estructurado en función de la acción externa y de la imagen) y dificultan la conexión con sus propias necesidades y deseos. Dinámica emocional Por el anclaje de este carácter en el inicio del conflicto edípico, se va a producir una diferenciación entre la estructura psicodinámica histérica (generalmente mujeres seducidas por el padre) y la estructura psicodinámica obsesiva (generalmente hombres seducidos por la madre). De igual forma, los rasgos de esta estructura de carácter los encontraremos, en numerosas ocasiones, como barniz defensivo de otros caracteres nucleares. En los dos casos, es un carácter estructurado en la acción externa y en la imagen: la imagen de sí que han necesitado desarrollar, mediante la acción oportuna, para obtener la aceptación del correspondiente progenitor. Este quedar atrapado en la seducción es lo que determina su dificultad para sentirse en un lugar propio de poder dentro del escenario familiar: seducidos a través de la exigencia, la obligación, la imagen, la eficiencia y el chantaje emocional, el varón buscará el poder de mando, y la mujer el poder de belleza y eficiencia. Y esta carencia es la que los impulsa a que la lucha por el
  • 34. Tesina AETG: “El terapeuta gestalt: herramientas para el psicodiagnóstico” Mariano Cruz Zamora 34 poder sea una constante en su vida, requiriendo del control permanente para poderse proveer del necesario reconocimiento desde el otro, sin llegar a sentirlo nunca seguro por la ausencia de autosatisfacción genuina. Emocionalmente, por la inhibición del subimpulso tierno, confundirán ternura con debilidad, y se afanarán por defenderse del contacto tierno consigo mismo a través de la manipulación y la seducción de los demás. De esta manera satisfacen su necesidad sin mostrarla. Esto es lo que fundamenta los mecanismos de defensa emocionales de la proyección y la identificación: se defienden de su genuino ser proyectando en el otro lo que no son capaces de reconocer en sí mismos o identificándose con imágenes ideales que respondan a las expectativas de los demás. CARÁCTER RIGIDO (el niño rechazado) ¿Qué le pasa al niño en esta fase del desarrollo? El carácter rígido se fija cuando el niño, alrededor de los tres años y medio o cuatro, entra en la fase genital del desarrollo, con el conflicto edípico como situación nuclear en la vivencia infantil. En la etapa genital, el niño ya ha adquirido una maduración en los sistemas locomotor y nervioso que, a diferencia de las fases anteriores, le va a permitir experimentar el placer y el displacer en la totalidad de su organismo. Así, todo su cuerpo, y no solo alguna zona relevante, va a quedar erotizado y, con esta nueva capacidad energética, va a establecer el contacto con su medio. Las nuevas posibilidades de placer sensorial van a regir de modo particular la relación con los padres, siendo la satisfacción de este deseo erótico, a través del contacto y del movimiento, la nota característica que guiará su experiencia. Con las disposiciones perceptivas desarrolladas, el asiento firme en la realidad establecido por el perfeccionamiento locomotor y el notable progreso en sus facultades cognitivas, emocionales y comunicativas, el niño afrontará la tarea de conquistar un lugar en el mundo desde el que establecer relaciones afectivas y placenteras.
  • 35. Tesina AETG: “El terapeuta gestalt: herramientas para el psicodiagnóstico” Mariano Cruz Zamora 35 La madre y el padre En este momento evolutivo del niño, y en el marco de la situación edípica, la respuesta de los padres es de rechazo ante la unívoca vivencia infantil de afecto y placer. En su acercamiento erótico, el niño no va a percibir límites adecuados y sanos que le permitan canalizar sus impulsos, sino que va a experimentar una actitud de rechazo o ambivalencia de sus padres, originándose el carácter rígido al verse abocado a establecer una escisión entre afecto y placer que se manifestará en la dificultad para una entrega amorosa plena. Lowen lo enuncia así: “El rechazo de la búsqueda del placer erótico y sexual fue considerada por el niño como una traición a su afán de amor. El placer erótico, la sexualidad y el amor son sinónimos en la mente infantil” 23 Dependiendo de la resolución que el niño o la niña haga del conflicto edípico y del modo en que se produzca el rechazo por parte de la madre o del padre, nos encontraremos con dos caracteres asentados en la estructura histérica y otros dos en la estructura obsesiva. Gestión del Impulso y del sentimiento básico de confianza En este momento evolutivo, el subimpulso tierno se tiñe de erotismo, distribuyéndose su carga energética y ampliándose el campo de experiencias que configuran la polaridad placer-displacer por todo el cuerpo. El subimpulso agresivo sirve de cauce para la satisfacción de las demandas percibidas, ahora a través del contacto y el establecimiento de relaciones emocionales. En esta nueva dinámica en que se juega el deseo de contacto y la aprobación de la vivencia emocional y erótica como unívoca, el equilibrio natural del Impulso Unitario queda desfigurado. 23 Lowen, A (1997). Bioenergética. México: Ed. Diana. Pg. 160.
  • 36. Tesina AETG: “El terapeuta gestalt: herramientas para el psicodiagnóstico” Mariano Cruz Zamora 36 Como expresa Juanjo Albert, en la fase genital en que nos encontramos“los subimpulsos agresivo y tierno del Impulso Unitario están genitalizados e igualmente desarrollados, y, en su función de defensa, se disponen parcialmente antitéticos cada uno de una parte de sí mismo. Esto quiere decir que en estos caracteres los impulsos, al estar completada la fase fálica y genitalizados al menos parcialmente, ya sólo pueden gratificarse directamente, es decir, a través de su expresión genitalizada hacía la realidad del mundo exterior. Así como que la función de contención y defensa la cumplen ambos subimpulsos cambiando su dirección en antitética de su propia función original, pero sin contaminación entre las cualidades energéticas de ambas funciones. En esta función defensiva, mantienen un equilibrio dinámico cada uno con la parte del propio impulso que no se puede expresar, creando una zona de falta de contacto emocional. Este equilibrio dinámico entre los componentes del subimpulso que pueden ser expresados y los que han de ser contenidos, es variable con respecto a cada uno de los dos subimpulsos, según la patología propia de cada carácter en cada individuo: en los caracteres fálicos hay más contención del subimpulso tierno, y en el histérico y pasivo-femenino del agresivo, pero esta contención variará en relación a la patología personal de cada individuo.” 24 Esta dinámica es la que origina la estasis energética o angustia que quedará contenida a través de la coraza corporal, las actitudes corporales eróticamente expresivas y los mecanismos de defensa psicoemocionales, según cada subtipo. Por tanto, el carácter rígido, al mantener la sexualidad genital (con sus componentes tierno y agresivo) en función de defensa, presenta dificultad para el contacto emocional profundo, quedando distorsionado el desarrollo y arraigamiento del sentimiento básico de seguridad en el compromiso y la entrega a sí mismo y a los demás. Expresión y Mecanismos de defensa corporales El carácter rígido se caracteriza por una rigidez muscular superficial, sistemática y general (armadura de Reich) eficaz para contener la energía que se experimenta como displacentera (angustia). 24 Obra citada. Albert Gutiérrez, J. J.
  • 37. Tesina AETG: “El terapeuta gestalt: herramientas para el psicodiagnóstico” Mariano Cruz Zamora 37 “El concepto de armadura fue introducido por Reich para designar un estado en que la ansiedad queda asimilada hasta convertirse en un mecanismo protector que tiene la finalidad económica de servir, por una parte, como protección frente a los estímulos del mundo exterior y, por otra, frente a los deseos libidinosos internos…. La armadura da protección, pero exige aislamiento y limita la motilidad interna del organismo” 25 Podemos distinguir dos disposiciones: estructura en malla (caracteres blandos) y estructura en tubo (caracteres duros). En la estructura en malla, propia de los subtipos histérico y pasivo-femenino, la rigidez está distribuida por todo el cuerpo, facilitando, a través de la musculatura y el movimiento, la expresión energética y el drenaje de la angustia. En la estructura en tubo, la rigidez se establece superficialmente a lo largo del eje longitudinal del cuerpo, conectando directamente la pelvis con la cabeza y es más propia de los subtipos fálicos. La energía fluye por la parte interna de este tubo, evitando su extensión hacia la superficie. Por ello es mayor la tensión y contención de movimientos y la frialdad y rigidez en el contacto. Esta disposición se convierte, del mismo modo, en un excelente mecanismo para la contención de la excitación y de la angustia, drenándose a través de la función controlada de los dos extremos: la actividad sexual genital y la actividad mental. Lowen describe de esta manera la rigidez de la armadura corporal en este carácter: “la espalda está rígida e inflexible. El cuello está tieso y la cabeza se mantiene erguida. La pelvis se encuentra más o menos retraída y se mantiene tensa. Lo más importante es que la parte frontal del cuerpo está dura, pues la rigidez del pecho y el abdomen es esencial para la armadura. La parte delantera es el lado blando y vulnerable del cuerpo, el lado sensible y el reino de los sentimientos tiernos. Si este lado está desprotegido, la armadura de la espalda no serviría de nada”26 25 Obra citada. Lowen, A. (1995). Pg. 263 y ss. 26 Obra citada. Lowen, A. (1995). Pg. 264.
  • 38. Tesina AETG: “El terapeuta gestalt: herramientas para el psicodiagnóstico” Mariano Cruz Zamora 38 Dinámica emocional La dinámica emocional del carácter rígido está en función de preservar su libertad, a costa de sacrificar su intimidad, su capacidad de entrega amorosa. “Cuando el niño se acerca llevado de su deseo de contacto y se siente rechazado, la vivencia que experimenta es la de ser rechazado en su totalidad por lo nuevo que él está experimentando de sí mismo. Se siente rechazado por su impulso erótico-tierno, y no solamente en su deseo de contacto, sino también en su necesidad de validar su capacidad de experimentar placer sensorial y emocional a la vez e integrados, consigo mismo y con los demás. La tendencia será, pues, siguiendo el principio del placer o evitación del displacer, a inhibir estas nuevas experiencias placenteras que siente como suyas, pero que le movilizan la angustia del rechazo.”27 De cómo cada uno resuelve la gestión del conflicto en el contacto consigo y con los demás en el escenario del conflicto edípico van a surgir los cuatro subtipos dentro del carácter rígido. Para el niño, lo que se frustra es su nuevo modo de experimentar el logro del placer. Con los impulsos plenamente desarrollados (genitalizados), en este conflicto prevalece la necesidad de contacto, que se efectuará bien prevaleciendo el componente agresivo (parcialmente desprovisto del componente erótico-tierno) o bien prevaleciendo el componente erótico-tierno (parcialmente desprovisto del agresivo). Ante la frustración del rechazo surge la rabia que se transformará en hostilidad encubierta (resentimiento, ira, odio, venganza) al ser inhibida, y el componente agresivo en lugar de satisfacer las demandas del tierno, se ocupará en la obtención de poder como contacto sustitutorio, compensatorio y de defensa. El temor al rechazo es lo que bloqueará la expresión del deseo (deseo y temor al deseo son manifestaciones del componente tierno) y el deseo inhibido impedirá la expresión de la ira (componente agresivo dirigido a destruir la frustración). Por todo lo cual, “el deseo y el temor al deseo (temor al vínculo emocional) va a ser el equivalente de este conflicto a nivel psicoemocional. Este es el núcleo energético y 27 Obra citada. Albert Gutiérrez, J. J.
  • 39. Tesina AETG: “El terapeuta gestalt: herramientas para el psicodiagnóstico” Mariano Cruz Zamora 39 emocional del carácter rígido, alrededor del cual se estructuran los diferentes subtipos, según las elecciones posibles de cada individuo” 28 Serán las fijaciones en etapas anteriores del desarrollo las que van condicionar el nivel de salud, así como el particular modo de enfrentar y resolver el conflicto edípico. Así, podemos considerar cuatro subtipos: - en el subtipo histérico: fijaciones orales - en el subtipo pasivo-femenino: fijaciones orales y anales mas precoces, y masoquistas en algunos casos - en el subtipo fálico-narcisista obsesivo: fijaciones anales y fálicas - en el subtipo fálico-narcisista compulsivo: fijaciones esquizoides y fálicas El carácter rígido histérico Como señala Reich, “el carácter histérico está determinado por una fijación en la fase genital del desarrollo infantil, con su ligazón incestuosa”29 . El niño se acerca a los padres para satisfacer su deseo de contacto que, en la fase genital en que se encuentra, incluye unívocamente ternura y erotismo. En este acercamiento siente el rechazo de los padres (suscitado generalmente por el miedo o la incapacidad para interpretar adecuadamente la excitación que se despierta en ellos). El niño vive esta nueva actitud de los padres como rechazo a su entrega amorosa y se percata de que lo que antes era posible y aceptado ahora es rehusado. De manera que, al persistir en él este deseo de contacto, como recurso energético más económico para mantenerlo, disocia lo que originalmente era una vivencia unívoca: el componente emocional es reprimido y relegado al inconsciente y el componente de placer erótico es bloqueado (con la consiguiente estasis energética que posibilitará la vivencia de insatisfacción o angustia). 28 Obra citada. Albert Gutiérrez, J. J. 29 Obra citada. Reich, W. (1997). Pg. 202.
  • 40. Tesina AETG: “El terapeuta gestalt: herramientas para el psicodiagnóstico” Mariano Cruz Zamora 40 Este proceso derivará, en la persona adulta, en una dinámica de falso contacto y gran dificultad para la entrega amorosa completa. La persona aprenderá a buscar bien el contacto erótico, pero sin componente emocional o bien el contacto emocional, pero sin componente erótico. “Su característica más sobresaliente es una conducta sexual evidente, en combinación con un tipo específico de agilidad corporal teñida de un matiz definidamente sexual. En las mujeres, el carácter histérico se evidencia por una coquetería disfrazada o desembozada en el andar, en la mirada y en el hablar. En los hombres existe además blandura y cortesía excesiva, expresión facial femenina y comportamiento femenino” 30 La represión de la dimensión emocional es el mecanismo de defensa específico, de manera que tanto la función sexual como la agresiva se despliegan cumpliendo su misión defensiva de los componentes tiernos y del compromiso y entrega amorosos. La depresión en el carácter histérico se produce, considerando sus fijaciones orales, en el intento de controlar la angustia que provoca el verse abocados a la implicación emocional. “El hilo conductor de la terapia con estas personas es conseguir la toma de conciencia del verdadero significado de su conducta y actitudes, como evitación de la angustia genital ante el contacto y el compromiso emocional. Solo al restituir su capacidad de gratificación por la entrega, la persona quedará libre de su angustia” 31 El carácter rígido pasivo – femenino En este subtipo, existe un equilibrio entre tendencias pregenitales (orales y masoquistas) y genitales. Estas tendencias pregenitales se mostrarán en la tendencia a la pasividad, al exceso de amabilidad y a la evitación del impulso agresivo. Por el contrario, manifestarán una marcada tendencia a la oposición pasiva a la autoridad, siendo ésta la mayor resistencia en terapia. Esta actitud se origina como consecuencia de una tenaz 30 Obra citada. Reich, W. (1997). Pg. 201. 31 Obra citada. Albert Gutiérrez, J. J.
  • 41. Tesina AETG: “El terapeuta gestalt: herramientas para el psicodiagnóstico” Mariano Cruz Zamora 41 resistencia interna a la autoridad paterna, junto con la inmovilización de la agresividad como defensa masoquista. En la resolución del conflicto edípico, en este carácter se produce una identificación e idealización con el padre del sexo opuesto, que resulta ser el más posesivo y castrante por frustrar los impulsos agresivos del niño en su movimiento de contacto para satisfacer sus deseos. El carácter pasivo-femenino se asusta de su propia fuerza e impulso porque le despierta la angustia genital: la frustrada fantasía del incesto con el padre de distinto sexo. Además, el padre del mismo sexo no significa para él una figura de identificación por no haberle procurado (por debilidad o ausencia) el rescate del apego con el padre de sexo opuesto. “La estructura pasivo-femenina está asentada en la genitalidad, aunque inmovilizada por el temor….Es como si el carácter pasivo-femenino alcanzase la fase genital de organización del yo, pero quedase paralizado por el miedo. El problema lo constituye precisamente esta parálisis” 32 Esta dinámica, además de dejar al individuo con permanente tendencia al incesto y a actitudes sexuales perversas pasivas (voyeurismo), da lugar a la estructura psicodinámica narcisista típica: la fantasía de poder absoluto nunca confrontada con la realidad. Los mecanismos de defensa de la sublimación y la idealización son los que desarrolla este carácter para mantener la agresividad inhibida (desplazándose la energía genital del tórax a la cabeza) y la evitación con el contacto y la entrega emocional. El carácter rígido fálico – narcisista obsesivo En este subtipo la coraza muscular en tubo propicia que la energía fluya directamente de la pelvis a la cabeza, evitando el contacto emocional. El componente agresivo en función de defensa se expresa por medio de la actividad intelectual, la preocupación obsesiva y la autoexigencia. Por las importantes fijaciones anales, la inhibición de los 32 Obra citada. Lowen, A. (1995). Pg. 325.
  • 42. Tesina AETG: “El terapeuta gestalt: herramientas para el psicodiagnóstico” Mariano Cruz Zamora 42 impulsos hostiles es lo que conduce al mecanismo de defensa propio: la formación reactiva. Todos los rasgos que configuran su mecanismo de defensa (autocrítica, perfeccionismo, duda, desconfianza, control, obsesiones, ironía) se presentan como la principal resistencia en la psicoterapia y permanecerán mientras no se consiga el desbloqueo afectivo. “Pero éste no se podrá conseguir mientras la persona no tenga conciencia, de una parte, de sus impulsos hostiles, de su ira, contra el padre frustrante que se opuso a sus deseos de gratificación sexual, y de otra, de estos mismos deseos, que el padre sí puede satisfacer, lo que despierta también su envidia” 33 El conflicto edípico se resuelve con la hostilidad hacia el padre omnipotente (idealizado) que frustró la satisfacción del deseo erótico y al que se le degrada moralmente al descubrir que él si se permitió la satisfacción erótica: lo prohibido para él, el padre sí se lo permite. Las relaciones van a estar marcadas siempre por la competitividad con la autoridad y el cumplimiento correcto de normas de convivencia. De esta manera se sustituye la demanda para la satisfacción de sus necesidades por la exigencia justa en ser tratado como merece. El carácter rígido fálico – narcisista compulsivo Este subtipo, con la coraza muscular en forma de tubo, presenta la estructura más sólida de los caracteres rígidos facilitando la contención y el drenaje de la excitación y la angustia a través del desplazamiento directo hacia la cabeza y la zona genital y anal. Esta gestión de la energía queda expresada en la disposición para la racionalización, la escasa expresión emocional y la sobrecarga y retención pélvica. Es el tipo caracterial con mayor carga energética pero, en su caso, el impulso tierno está contenido prácticamente en su totalidad. Esto es así porque ha sido seducido eróticamente, en su inocencia, por uno de los padres a la vez que rechazado en su 33 Obra citada. Albert Gutiérrez, J. J.
  • 43. Tesina AETG: “El terapeuta gestalt: herramientas para el psicodiagnóstico” Mariano Cruz Zamora 43 entrega amorosa por el temor del padre seductor hacia el otro padre, revestido de omnipotencia. El padre seductor no limita, sino que rechaza de manera ambigua: si hay contacto físico, el padre está sin límite alguno; si no, el niño vive ausencia de vínculo afectivo. El otro padre, por su ausencia o poder excesivo e ineficaz, tampoco resulta con capacidad para instaurar un límite efectivo que le contenga. Por eso su coraza está en función defensiva del sentimiento de ternura, quedando prácticamente libre el componente agresivo, mas o menos sádicos en función del grado de contención tierna. Su sexualidad genital también está en función defensiva, desarrollando una conducta posesiva, con dificultad para la entrega. En razón de esta dinámica, se desarrolla el mecanismo de defensa de la negación: de los impulso tiernos (por el engaño del padre seductor) y negación de los límites (por la descalificación del padre omnipotente). “La necesidad de negar su subimpulso tierno, ya que no pudo tener destinatario y sintió que fue frustrado y rechazado desde su inocencia, tiene como consecuencia que rompa el contacto con sus necesidades, quedando igualmente negadas. Así mismo, la necesidad de negar al padre/madre, el que debía ser rescatador y receptor de su ternura, para controlar su angustia de castración, que así mismo queda negada, le lleva a negar también la necesidad de cualquier padre/madre y de cualquier límite; es decir, de su necesidad de ternura, de protección y de reposo, quedando abocado a una sobre explotación de sí mismo.”34 34 Obra citada. Albert Gutiérrez, J. J.
  • 44. Tesina AETG: “El terapeuta gestalt: herramientas para el psicodiagnóstico” Mariano Cruz Zamora 44 PARTE SEGUNDA: TEORIA AXIOLOGICA
  • 45. Tesina AETG: “El terapeuta gestalt: herramientas para el psicodiagnóstico” Mariano Cruz Zamora 45 1. INTRODUCCIÓN ¿QUÉ ES LA AXIOLOGÍA FORMAL? Según el diccionario de la RAE35 , axiología, del griego “axios” (digno, con valor), es la rama de la filosofía que se ocupa de la teoría de los valores. Siendo el conocimiento del valor el problema de la axiología, el acercamiento a esta cuestión se ha ido abordando desde diferentes perspectivas a lo largo de la historia de la filosofía. La preocupación por “lo valioso” está ya presente en los autores de la época clásica, continuando en la filosofía medieval, renacentista y moderna. Pero no es hasta el siglo XIX en que se perfila más concretamente la axiología como una rama específica de la filosofía. La relación entre el valor y el Ser, el valor y lo bello o lo bueno, la diversidad de valores, el relativismo o universalismo de los valores y su jerarquía, etc. que han sido, desde los inicios del pensamiento humano, cuestiones reiteradamente planteadas en el marco de las disciplinas filosóficas, se reformulan a partir del siglo XIX con el surgimiento de dos grandes perspectivas axiológicas: el subjetivismo y el objetivismo de los valores. Más allá de las diferentes corrientes que configuran cada una de estas perspectivas, la discrepancia fundamental radica en que los subjetivistas consideran el valor como una experiencia o idea que surge del sujeto y los objetivistas lo consideran como algo real o ideal que existe independientemente de la valoración del sujeto. En este contexto, emerge la figura de Robert S. Hartman (1910-1973). Nacido en Berlín, desarrolló sus estudios en el Colegio Universitario Alemán de Ciencias Políticas, la Universidad de Paris, La Escuela de Economía de Londres, y la Universidad de Berlín, donde recibió su Licenciatura en Derecho, en 1932. Fruto de su propia experiencia personal como víctima del nazismo alemán, Hartman consolidó la creencia en el valor infinito de la vida humana. El rechazo a los credos violentos de su contexto histórico le llevó al exilio. Desarrolló su actividad docente e investigadora como filósofo y científico en los Estados Unidos, Canadá, Latinoamérica y Europa, siendo autor de más de 10 libros y más de 100 artículos. Fue profesor investigador de filosofía de la Universidad Nacional Autónoma de México desde 1957 hasta 1973, y en la 35 http://buscon.rae.es/draeI/SrvltConsulta?TIPO_BUS=3LEMA=axiologia
  • 46. Tesina AETG: “El terapeuta gestalt: herramientas para el psicodiagnóstico” Mariano Cruz Zamora 46 Universidad de Tennessee desde 1968 hasta 1973, fecha en la que murió y fue nominado para el Premio Nóbel de la paz. Acogió como objetivo en su vida responder a la pregunta ¿qué es el bien?, y a ello dedicó sus esfuerzos en el pensamiento y la investigación, legándonos como herencia el desarrollo de la axiología formal. Podemos considerar que lo que Robert S. Hartman pretende con su aportación de la axiología formal es realizar un tránsito del campo de la filosofía al campo de la ciencia en lo concerniente a la axiología, otorgándole la consideración de “ciencia del valor”. En su propia expresión “introducir el pensamiento ordenado en el campo de las disciplinas morales” 36 “la ciencia en general no es ni ciencia natural ni ciencia moral, sino la ordenación sistemática del desorden” 37 . Por esta razón su primer interés es clarificar que la ciencia es ciencia, es decir, es un método lógico y formal para acercarnos a la realidad. Y otra cosa son los diversos objetos o contenidos que confieren a este método las especificidades concretas en cada ámbito. En su libro “La estructura del valor” Hartman plantea la necesidad de clarificar esta cuestión a fin de superar uno de los obstáculos que han dificultado el desarrollo de una ciencia del valor: la distinción entre el teórico del valor y el valor mismo, entre la axiología como método científico y el valor como su objeto de conocimiento. “Para nosotros, el valor es un objeto de conocimiento como cualquier otro, no diferente en este respecto de lo que la rosa es para el botánico o la corriente eléctrica para el físico… Del mismo modo, el axiólogo no valora, sino que analiza el valor” 38 “De la concepción de una ciencia como conjunto de una pauta formal y un grupo de objetos se sigue que cada ciencia tiene su propia pauta y, consecuentemente, su propio grupo de objetos. Es decir, un dato se convierte en un objeto de la ciencia natural si se le aplica la pauta de la ciencia natural. Así, un avión que lleve una bomba atómica a una ciudad, es un objeto natural o, como podemos decir también, un hecho, cuando se estudia a la luz de la ciencia de la navegación, de la física, de la mecánica, etc. pero se 36 Hartman, R. S. (1959). La estructura del valor. Fundamentos de la axiología científica. México: Fondo de Cultura Económica. Pg. 11. 37 Obra citada. Hartman, R. S. (1959). Pg. 219. 38 Obra citada. Hartman, R. S. (1959). Pg. 14.
  • 47. Tesina AETG: “El terapeuta gestalt: herramientas para el psicodiagnóstico” Mariano Cruz Zamora 47 transforma en un objeto de la ciencia axiológica o en un valor cuando se examina a la luz de la ciencia moral. Así, no es un objeto de la ciencia natural sino de la ciencia moral la observación del copiloto del Enola Gay, el avión que lanzó la bomba atómica sobre Hiroshima, quien escribió en su diario de navegación, después de ver desaparecer a toda una ciudad: “¡Dios mío, que hemos hecho!”. El mismo dato puede aparecer entonces como objeto de la ciencia natural o como objeto de la ciencia moral, dependiendo del punto de vista, o de la pauta aplicada. Así, el mundo, aunque ontológicamente uno, puede aparecer en tantos aspectos como marcos de referencia sean aplicados a él” 39 A partir de esta clarificación, Hartman expone las falacias axiológicas 40 que se han producido por la confusión entre pautas, métodos científicos y objetos de conocimiento y que han oscurecido el acceso al saber científico. De otra parte, y resaltando la importancia del filósofo inglés G. E. Moore, propone como piedra angular de su Axiología Formal una definición lógica del valor: “Una cosa es buena si, y únicamente si, cumple con el conjunto de propiedades de la comprensión de su concepto”41 . O dicho de otro modo “una cosa tiene valor según el grado en que cumple la comprensión de su concepto” 42 De aquí se deriva que el valor, la bondad, el bien, no son propiedades de las cosas en sí, sino de los conceptos con los que las nominamos; o, mejor aún, son propiedades de la relación entre las cosas y sus conceptos. La Axiología Formal, por tanto, está asentada en el pensamiento lógico del valor, en el análisis del significado de los conceptos con los que nominamos la realidad (filosofía del lenguaje) y la mayor o menor gradación de correspondencia entre el concepto y la cosa. El valor lógico analiza qué aspecto del significado es identificado con el valor. “Y así hacemos siempre que oímos que una cosa es “buena”: combinamos las propiedades del concepto de la cosa con la idea de la cosa en cuestión. Esta operación 39 Hartman, R. S. (1956). Axiología formal. La ciencia de la valoración. México: UNAM – Seminario de problemas científicos y filosóficos. Pg. 5 40 Hartman, R. S. (1965). El conocimiento del bien. México. FCE. Pg. 11-32. 41 Obra citada, Hartman, R. S. (1959). Pg. 43. 42 Obra citada, Hartman, R. S. (1956). Pg. 19.
  • 48. Tesina AETG: “El terapeuta gestalt: herramientas para el psicodiagnóstico” Mariano Cruz Zamora 48 lógica es el significado de la palabra “bueno”. Se expresa en la definición de bien, es decir, de aquello que todas las cosas buenas tienen en común”. 43 Desde el axioma central de la Axiología Formal, Hartman, recurriendo a la clasificación tradicional que divide a los conceptos en tres clases (definitorios, expositivos y descriptivos), planteará las categorías o dimensiones axiológicas del valor clasificándolas en sistémica, extrínseca e intrínseca, así como la jerarquía entre ellas. Para una mejor comprensión, recurriremos a un ejemplo sencillo. Elegiremos el concepto CABALLO. Según el diccionario de la RAE 44 significa: “Mamífero del orden de los Perisodáctilos, solípedo, de cuello y cola poblados de cerdas largas y abundantes, que se domestica fácilmente.” Tomando el axioma de Hartman, podemos realizar una valoración sistémica, extrínseca o intrínseca sobre cualquiera de los animales que existen y, de esta manera, poder considerar su valor dentro de la especie “caballo”. Desde una valoración sistémica, podremos decir que cualquier animal estará incluido en esta clase siempre y cuando cumpla con las propiedades que definen a la especie equina. Lo que hacemos es, por tanto, una valoración definitoria: un animal es caballo o, simplemente, no lo es. Desde una valoración extrínseca, consideraremos todas las propiedades concretas que se nos ocurran y que observemos que configuran la finita exposición de lo que es ser un caballo. Así, consideraremos el color, la raza, el tamaño, el tipo de pelo, etc. Dentro de la especie que denominamos y se ajusta al concepto “caballo” podremos comparar un animal con otro y decir que es mejor o peor en la medida en que tiene más o mejores propiedades que definen a esta especie de animal. Hacemos entonces una valoración expositiva. 43 Obra citada. Hartman, R. S. (1959). Pg. 43. 44 http://www.rae.es/RAE/Noticias.nsf/Home?ReadForm
  • 49. Tesina AETG: “El terapeuta gestalt: herramientas para el psicodiagnóstico” Mariano Cruz Zamora 49 Desde una valoración intrínseca, lo que haremos será considerar el valor que tiene un caballo particular. Considerando que este caballo es un animal que pertenece a su clase (sistémica) y que cumple con las propiedades expuestas en su clase (extrínseca), este caballo concreto (por ejemplo, el mío) tiene unas características propias que lo definen como único e irrepetible: estuve en su nacimiento, lo he criado, le puse el nombre, salgo a pasear con él, etc. Hacemos ahora una valoración descriptiva y singular. Con el desarrollo de la Axiología Formal, que ha derivado en diversas disciplinas y ámbitos, lo que pretende Hartman es acercarse a descubrir la capacidad valorativa de la persona: su ciencia del valor permite medir la capacidad para valorar. A través de ella, nos aproximamos a la comprensión de cómo es que valoramos según lo hacemos. Si utilizamos el símil de la visión, lo que perseguiremos es conocer cómo está o cual es la capacidad de visión de una persona en relación, por ejemplo, a los colores, no la preferencia particular sobre un color u otro. Una de las herramientas que él diseñó para tal fin es el Perfil de Valores Hartman, que consideraremos desde su aplicación en la psicoterapia. 2. EL PERFIL DE VALORES HARTMAN Descripción del PVH El Perfil de Valores Hartman fue desarrollado por Robert S. Hartman y Mario Cárdenas Trigo en 1967 como instrumento axiológico, basado en la axiología formal, para medir la capacidad de valorar de una persona. La aplicación en la psicoterapia y la práctica clínica llegará más tarde, a raíz del encuentro entre Hartman y Salvador Roquet.45 Roquet, eminente psiquiatra mexicano, aplicó el PVH al campo de la salud mental y el crecimiento personal. En la práctica clínica con sus pacientes, además de diseñar la prueba sexual, desarrolló, en colaboración con Hartman, la lectura y aplicación psicodinámica del perfil. En esta tradición de Roquet, transmitida y continuada por su 45 Rodiles, J. (1998). Una terapia prohibida. Biografía de Salvador Roquet. México: Planeta. Pg. 118 y ss.
  • 50. Tesina AETG: “El terapeuta gestalt: herramientas para el psicodiagnóstico” Mariano Cruz Zamora 50 discípulo Alfonso Castro Asomoza, es en la que se enmarca la Asociación Española de Axiología Robert S. Hartman.46 De esta manera, el PVH es una escala de valoración objetiva, una prueba axiométrica, no psicométrica, desarrollada en tres partes, cada una con 18 frases que, en realidad, son la traducción de 18 fórmulas axiológicas derivadas del axioma central de la Axiología Formal y de la combinación de las tres dimensiones del valor: sistémica, extrínseca e intrínseca, relacionándose entre sí en positivo, desde el polo más valioso (vida) y en negativo, desde el polo menos valioso (muerte). En su aplicación clínica, el PVH muestra un mapa caracterial de la persona a través de la valoración subjetiva que ella elabora sobre un ordenamiento objetivo de los valores. Por tanto, no muestra las preferencias de la persona o sus valores personales, sino su capacidad para valorar, para reconocer los niveles del valor. Desde una lectura psicodinámica, el PVH nos revela un mapa del presente experiencial de la persona o grupo a partir de la ordenación subjetiva de la escala de valores objetivos que recoge el perfil. Esta ordenación subjetiva recoge el grado o nivel de percepción de la persona, tanto a nivel interno como externo y, a través de ella podremos observar qué es lo que está viviendo en este momento de su vida, lo que se hace figura y lo que permanece como fondo en la relación consigo mismo y con el mundo. De esta manera, el PVH es un instrumento para conocer nuestro presente a través de nuestra capacidad para valorar y, por ende, del ordenamiento de valores: lo que somos capaces de percibir acerca de lo que sentimos, pensamos y actuamos tiene una implicación axiológica. Parámetros que muestra el PVH Las tres partes en que se divide el Perfil abordan la capacidad de valoración de la persona en relación a cómo percibe el mundo y cómo se percibe en relación al mundo (MUNDO EXTERNO), cómo se percibe en relación a sí mismo (MUNDO INTERNO) 46 http://www.axiologia.com/es/presentacion.htm
  • 51. Tesina AETG: “El terapeuta gestalt: herramientas para el psicodiagnóstico” Mariano Cruz Zamora 51 y cómo se percibe en relación a los conceptos, ideas o normativas que le rigen (MUNDO SISTÉMICO). MUNDO EXTERNO o Gran Extrínseco (“yo en el mundo”) La primera parte del PVH muestra cómo valoramos el mundo y nuestro estar en él. Revela la capacidad de percepción del mundo externo, de la realidad externa, y cómo es nuestro manejo en referencia a esta realidad. En esta primera parte, podremos observar: 1. Capacidad de percepción del entorno como un todo y en cada parte. 2. Capacidad de objetividad en la percepción. (Distorsión). 3. Manejo de realidad-fantasía. 4. Manejo de la energía psicosomática: stress. 5. Dimensión Intrínseca o Afectiva (en el manejo concreto y estructural): Manejo de las relaciones interpersonales en general, relación con el otro sexo, relación de pareja, capacidad de percepción y de contacto con la vida o con lo que es vida, romanticismo, manejos sado-masoquistas, contacto con vida o muerte, manejo de límites, manejo del pensamiento sobre lo emocional y afectivo. 6. Dimensión Extrínseca o Proyectiva (en el manejo concreto y estructural): Desenvoltura en las capacidades y cualidades creativas, productivas y proyectivas, uso de roles e imagen pública, capacidad para el logro de las metas, valoración objetiva de las capacidades personales, manejo de la presión y del estrés. 7. Área Sistémica (en el manejo concreto y estructural): Relación con el orden y la autoridad, manejo de la rebeldía, de la autoridad, de los límites, liderazgo, relación con la figura de introyección masculina. 8. Factores para un pensamiento objetivo: Identificación y resolución de problemas, toma de decisiones, tipo de pensamiento, valoración objetiva de sus capacidades, estado anímico.