El documento discute cómo el abuso de la realidad virtual y el Internet pueden afectar negativamente la atención del lector y reducir el hábito de lectura. Mario Vargas Llosa expresa su preocupación de que la "inteligencia artificial" que provee el Internet puede reemplazar gradualmente las funciones del cerebro humano y hacer que las personas sean perezosas en pensar por sí mismas. Sin embargo, concluye que todo depende de nosotros mismos para no dejarnos "sobornar" por la tecnología y mantener nuestro dese

3. Hay que preguntarnos primero si, ¿Se produce una
afectación de la atención del lector por el abuso de
la realidad virtual?
Definitivamente si, la atención del lector ha sido
notablemente disminuida por el Internet, y
todos los prodigios de la gran revolución informática
de nuestro tiempo, ahora se puede notar que hay
un desinterés en leer libros completos debido al
alcance virtual que predomina en la actualidad.

5. Pienso yo, que esto no debe de ser una excusa para
dejar de leer, analizar, pensar, investigar, y todas
aquellas formas que nos ayudan a enriquecer nuestros
conocimientos, muy por el contrario debe representar
tan solo una ayuda complementaria para aquello que
se desconoce o que es muy difícil de encontrar en
libros, como datos muy antiguos por ejemplo.
Los avances tecnológicos no deberían de representar
un perjuicio para el hombre, o una amenaza para la
cultura de la sociedad, no se puede tomar esto como
pretexto para que el hombre deje de razonar y ejercer
su lógica, sería muy aberrante como dice el autor el
considerar que “la maquina” haga nuestro trabajo,
nunca se debe llegar a ese punto.

6. Según Mario Vargas Llosa esto se produce por los avances a pasos
agigantados que da el Internet, y paralelamente produce un efecto de desidia
en la sociedad, causando además de ello la perdida del hábito de lectura para
contentarse con un mariposeo cognitivo.
Mario Vargas Llosa expresa que “No es verdad que el Internet sea sólo una
herramienta.
Es un utensilio que pasa a ser una prolongación de nuestro propio cuerpo, de
nuestro propio cerebro, el que, también, de una manera discreta, se va
adaptando poco a poco a ese nuevo sistema de informarse y de pensar,
renunciando poco a poco a las funciones que este sistema hace por él y, a
veces, mejor que él. No es una metáfora poética decir que la "inteligencia
artificial" que está a su servicio, soborna y sensualiza a nuestros órganos
pensantes, los que se van volviendo, de manera paulatina.”

7. Pienso que todo depende de nosotros
mismos, de no dejarnos “sobornar” como
expresa el autor por las revoluciones
informáticas sino más bien convivir con ello
paralelamente y que esto no sea una barrera
para apaciguar nuestros nuevos
conocimientos y nuestras ansías de
investigación.